TITULO: El
paisano - Viernes -16- Octubre - 176.000 euros para culminar la Puerta del Sol. Reforma ,.
El Paisano - 176.000 euros para culminar la Puerta del Sol. Reforma ,.
Viernes -16- Octubre a las 22:10 horas en La 1 , foto,.
176.000 euros para culminar la Puerta del Sol,.
Reforma. La obra que se proyecta persigue conseguir más espacio para los peatones,.
Aceras anchas, más árboles, rampas en lugar de escaleras... La obra que se acometerá en el entorno de la Puerta del Sol, con la que concluirá la reforma iniciada en 2016, persigue hacer del lugar un espacio más cómodo para los peatones en detrimento de los vehículos.
La imagen de este céntrico espacio y seña de identidad placentina cambió de forma notable hace tres años –la obra se culminó en 2017– cuando se derribó el muro que hasta entonces delimitaba el aparcamiento de la zona. Pero esta imagen cambiará más en los próximos meses con los nuevos trabajos de remodelación que se proyectan y que ya han salido a licitación en dos lotes independientes.
Por un lado, las obras de la Puerta del Sol, por 151.676,85 euros y, por otro, las que se ejecutarán en el Postigo de las Rosas, por 24.424,21 euros. Porque la reforma alcanzará a ambos espacio. En total, más de 176.000 euros para actuar en unos 2.720 metros cuadrados durante cuatro meses.
La intervención que se recoge en el proyecto de reordenación plantea la creación de un acerado de granito mucho más ancho que el actual y con árboles, que conectará la Puerta del Sol con la escalinata del Postigo de las Rosas a modo de avenida peatonal.
Asimismo, la propuesta contempla remodelar la plaza de San Pedro de Alcántara, que es la situada entre la Puerta del Sol y el aparcamiento de la plaza del Obispo Amadeo (junto a la iglesia del Cristo de las Batallas y el colegio Alfonso VIII), reduciendo el espacio para los coches en favor de las personas.
Es el motivo por el que en esta plaza desaparecerán la isleta triangular que separa los dos carriles que hay, el situado más cerca de la Puerta del Sol y también los 18 aparcamientos a los que se accede desde él.
Adiós a las escaleras
La liberación de este espacio permitirá ensanchar toda la acera que va desde la Puerta del Sol (a la altura del bar La Fontana) hasta la escalinata del Postigo de las Rosas, que también será sometido a una reforma integral. El cambio más apreciable en este último sitió será que desde él se podrá acceder a la zona de césped que hay al pie de la muralla.
En este punto habrá más novedades. Una de ellas será la eliminación del primer tramo de escaleras de la Ronda de los Hijos Adoptivos de Granadilla (la que discurre pegada a la muralla). Una rampa sustituirá a ese primer tramo de escaleras que cada día suben y bajan los padres que recogen a sus hijos por la puerta trasera del colegio Alfonso VIII.
Además, se habilitará una acera que irá pegada a la pared del antiguo hospital de San Roque, que ahora acoge el Burger King, junto al semáforo, y se eliminarán la cabina telefónica y el quiosco de prensa que aún siguen en pie frente a la estatua ecuestre de Alfonso VIII, cuyos alrededores se renovarán.
Se reformará igualmente la pequeña zona verde que hay al lado (frente al restaurante Rigoletto) y desaparecerán los dos pasos de peatones que hay en la zona y que están separados por unos pocos metros. Se creará un único paso para hacer más directo y sencillo el paseo desde las escaleras mecánicas.
La remodelación de la Puerta del Sol es una obra esperada que se acometerá finalmente con recursos propios después de que se descartara su financiación, por no encajar en los proyectos, con los fondos europeos logrados de forma conjunta por el Ayuntamiento y la Diputación. Para poder asumirla el Consistorio hizo una modificación.
TITULO: VACACIONES - EUROPA DE PELICULA - Nueva York,.
La estancia en Nueva York cuando tenía 13 años para estudiar fue un viaje al futuro»
FRANCISCO HIPÓLITO, ARQUITECTO,.
Viajero infatigable, ha recorrido casi todo el mundo. Ha visto tiburones en el cabo de Buena Esperanza, sobrevolado las cataratas Victoria... pero le encantan paisajes como la sierra de Alor, un lugar precioso a 25 kilómetros de casa,.
-¿Cuál ha sido su viaje favorito? ¿Cuándo lo hizo?
-Viajar ha sido siempre un objetivo muy importante en mi vida. No tiene por qué ser a lejanos destinos, puede estar en las proximidades de tu entorno. Me marcó mucho un viaje a Nueva York cuando tenía 13 años. Mi madre discutía con mi padre porque le parecía una locura la idea, al igual que a mi abuela Carmen. Gracias a Dios, mi padre, un verdadero crack, desoyó nuestras temerosas opiniones. Aprendí inglés y me «hice un hombre» a base de sobrevivir en una ciudad hostil. Fue un viaje al futuro. Aún recuerdo el primer día que entré en el 'high school'. Me quedé atónito al constatar las numerosas razas que había en el aula. Ya más mocito, en sexto de arquitectura, hice junto a Javier otro viaje que me influyó mucho. Hicimos la ruta de las obras de nuestro arquitecto referente de la carrera, Le Corbusier. Miles de kilómetros recorriendo Francia y aprendiendo del Movimiento Moderno, pero nos pasó de todo... Estambul en los ochenta, mi primera inmersión en el mundo árabe, también me fascinó.
-¿Volvería allí o es de los que siempre buscan destinos nuevos?
«Me adapto a todo. Está demostrado que el lujo no te aporta más felicidad que lo económico»
-Si puedo no. De hecho, no he vuelto a Nueva York.
-¿A quién le recomendaría este viaje?
-Solo recomiendo un viaje para apreciar la suerte de vivir en una sociedad acomodada. En el ascenso al pico Toubkal en Marruecos hay que hacer noche en un refugio a unos 3.000 metros de altura. Aparte del frío y de hacer tus necesidades en la nieve, la comida austera se basa en harina (sopa) y huevo cocido todos los días.
-¿A dónde le gustaría ir si pudiera?
-A la ópera de Sidney y ascender el Kilimanjaro, pero Guti me dijo que sucede igual que en el Everest, hay más gente que en la Gran Vía madrileña.
-¿Cuál es el sitio que más le ha impresionado?
-Las maniobras de aproximación del avión para aterrizar en Río de Janeiro sorteando el Pan de Azúcar. En África, sobrevolar las cataratas Victoria también me impresionó. El agua cae desde una altura tan monstruosa que, tras rebotar en el suelo, los vientos la hacen ascender formando una especie de hongo cuya forma nos recuerda la explosión de una bomba atómica. Por otro lado, en Granada, las vistas nevadas desde el pico de El Veleta y sobre todo, su silencio. También la primera sensación cuando alcanzas Machu Picchu y piensas, ¿cómo hicieron los incas este asentamiento aquí?
-¿Cuántos viajes suele hacer al año?
-No lo sé, pero me gusta moverme. El campo extremeño es inigualable. Un paisaje atractivo y una mochila con un buen bocata es suficiente. Hay un lugar precioso a 25 kilómetros de casa, la sierra de Alor, sobre todo cuando florece la rosa de Alejandría. Me atrae el senderismo, la nieve, la ciudad, (arquitectura, museos, paseos urbanos), muchas playas... Otras veces viajo por trabajo. Y sobre todo, mezclar el desplazamiento de trabajo prolongándolo un poco con ocio y amigos del lugar.
-¿Cuál es el lugar más raro que ha visitado?
-Supongo que los tiburones en el cabo de Buena Esperanza. Pernoctar en 'lodges' (refugios) en Zimbabwe escuchando fieras. El desierto del Sáhara con los hombres azules. En Luxor una noche a las tres de la madrugada, el capitán del barco donde transitábamos por el Nilo me invitó a visitar su casa. Era Ramadán e íbamos en un carro pequeño. Las calles estaban repletas de gente. Despertó a su numerosa familia para que los conociera y fue tan entrañable como maloliente.
-¿Qué tipo de viajero es? ¿De los que planifica o de los que va a la aventura?
-Siempre planifico. Intento minimizar riesgos, para una vez asentado, poder improvisar. La aventura está muy bien, sobre todo si sabes que al llegar la noche tienes un cuartel general.
-¿Y suele mirar comentarios sobre hoteles, restaurantes o destinos antes de reservar?
-Destinos nunca y si puedo, prefiero informarme a través de amigos.
-¿Qué tipo de viaje prefiere: los activos o los de relax?
-Siempre activos. Yo soy hiperactivo desde niño.
-¿Mar, montaña o ciudad?
-De niño, el mar. Cuando viajábamos en familia nos íbamos todo el mes de agosto. Ya de arquitecto, la ciudad, sus edificios, su urbanismo. Y de 'pureta' la montaña y el campo.
-¿Low cost o lujo?
-Me da igual. Me adapto a todo. Está demostrado que el lujo no te aporta más felicidad que lo económico. Los espetos de cordero viejo que hacen Ignacio y Andrés en Valverde del Camino son un lujo a low cost.
-¿Qué lugar visitó y quiso quedarse a vivir en él?
-Londres en 2012. Jim y Mita tienen casa allí y nos invitaron a las Olimpiadas. La ciudad estaba preciosa, engalanada, ordenadísima. Compraron entradas para ver distintos deportes, visitar museos, asistir a los Proms en el Royal Albert Hall. cada día nos llevaban a un lugar. Me enseñaron la ciudad del lugareño, no del 'guiri'.
-¿Qué viaje le ha defraudado y no recomendaría nunca?
-Ciudad de México. El último viaje que hice allí en febrero fue un descontrol. Fui solo y me invitaron a impartir un curso en la UNAM, una universidad que tiene matriculados más de 350.000 alumnos en una urbe de 23 millones de habitantes. Las distancias son tan grandes que para comer en Polanco con Virginia y Matías desde Ciudad Universitaria empleé dos horas y veinte en el trayecto de ida y casi una hora en la vuelta. ¡En metro! Una locura. Pero México es un país espectacular. Uno de mis mejores viajes fue allí, catalogando conventos franciscanos en torno al volcán Popocatépetl.
-¿Es la gastronomía una parte importante de su viaje?
-Sí. Disfruto mucho comiendo una tortilla de patatas en la ruta de Carlos V o avistando el cerezo en flor. También he ido con Julio a la semana gastronómica de Intxaurrondo. Comimos en Arzak, en Subijana. Cáceres y Atrio están muy bien y el 99 Sushi Bar en Madrid es un japonés inolvidable.Tampoco me olvido de un cabrito en Casares de Hurdes en medio del campo.
-¿Qué plato recuerda de su viaje favorito?
-Uff, tantos. Ballena cruda y ahumada en Oslo. Fue un gran viaje. Con José, los cuñados y todos los sobrinos, en total 17 personas. Montamos en tren hasta París, alquilamos allí dos furgonetas y cruzamos el Báltico y el mar del Norte en barco. ¡Badajoz-Oslo! Perdimos el tren de vuelta por un atasco en París. ¡Un lío!
-¿Es de los que se atreve a probar de todo?
-Me encanta. Comencemos por lo que a nosotros nos puede parecer normal. Sesos en Badajoz. Ortiguillas en Cádiz. Ostras en Vigo. Percebes en Gijón. Y ahora toca un sapo grande y verde en Tailandia. Perro en China. Cocodrilo en Sudáfrica. Steak tartar de reno en Suecia. Desayunar arenques en Rusia. Murciélago en Zimbabwe. Ojo de cordero en Marruecos. Gusano de ágave en México. Caracoles en Portugal.
-¿Le gusta hacer fotos de sus viajes? ¿Es de los que les gusta compartirlos en las redes sociales?
-Sí, me gusta la fotografía, pero no comparto.
-¿Qué es lo que no falta nunca en su maleta?
-Prensa de distinta ideología.
-Y en la vuelta ¿es de los que siempre necesita más espacio por las cosas que ha comprado? ¿Suele traer souvenirs de recuerdo?
-Va por épocas. Cierto es que soy fetichista y cualquier objeto me recuerda un momento. De todas formas, ahora se consigue todo en cualquier sitio.
-¿Qué es lo que llevará seguro en su próximo viaje?
-El pijama y el cepillo de dientes.
PERFIL
- Francisco Hipólito (Badajoz, 1965)
- Es arquitecto por la Universidad de Sevilla. Doctor internacional por la Politécnica Superior de Ingenieros, Universidad de Oviedo. Ha resultado vencedor de nueve primeros premios en concursos de arquitectura, tiene dos intervenciones en edificios Patrimonio de la Humanidad Unesco y en cuatro edificios Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento. Su rehabilitación del Edificio Metálico ha sido seleccionada por el Ministerio de Cultura como ejemplo de reutilización del patrimonio industrial.
TITULO: Lazos de sangre - Las victimas ante el espejo de su relato ,.
El miercoles -14- Octubre a las 21:30 por La 1, foto,.
Las victimas ante el espejo de su relato.
Cuando se encendió la polémica por el cartel promocional de la serie 'Patria', Fernando Aramburu, autor de la novela, desveló la norma que se autoimpuso al comenzar a escribir: "No perder de vista el dolor de las víctimas del terrorismo, tratarlas con la empatía y el cariño que merecen". Hoy hablan ellas para este reportaje y sus opiniones son diversas, igual que lo son las propias víctimas del terrorismo. Caty Romero, Sara Buesa, Alberto Muñagorri, Cristina Cuesta y Mari Paz Artolazabal han visto la serie y se han puesto ante el espejo de su propio relato. Tan solo un capítulo ha sido suficiente para destacar lo "estremecedor" que supone contemplar la pantalla del televisor y sentirse en algunos casos reflejadas en los propios protagonistas Bittori y Txato en la escena del atentado. Otras víctimas eligieron no leer la novela y aseguran que tampoco verán la dramatización que se ha comenzado a emitir en televisión, a través de la plataforma HBO o la cadena Telecinco, porque les parece "tan realista" que no tienen ánimo "de remover nada".
"Dios mío, me vi a mí misma corriendo. Igualito, igualito. Era un 15 de diciembre y llovía igual que en la escena del atentado de la serie 'Patria'. Como hizo Bittori, yo bajé corriendo por las escaleras, vi a Alfonso en la acera, me tiré al suelo, le cogí, le volteé y le puse la cabeza boca arriba. Su rostro estaba también ensangrentado y yo decía: '¿pero la sangre de dónde viene?' porque yo, sin embargo, no había oído el tiro. A mí me avisó una vecina por el telefonillo". Caty Romero no daba crédito al verse reflejada en la pantalla de su televisor cuando Bittori sale corriendo al puente a atender al Txato, el protagonista de 'Patria'. "Igual que la actriz Elena Irureta yo gritaba que alguien viniera a ayudarme. Más joven porque yo era una chavala, pero es que toda la escena es prácticamente igual". La viuda del sargento de la Guardia Municipal de San Sebastián asesinado por ETA el 15 de diciembre de 1994, se había leído hace ya tiempo el libro de Fernando Aramburu, con quien además mantuvo una relación de correo electrónico en su tiempo en Covite, cuando el escritor donostiarra le pidió datos de víctimas para su libro 'Los peces de la amargura'. "Creo por eso me menciona en la novela Patria", explica Romero.
Sara Buesa define 'Patria' como una serie "fundamental" para conocer y comprender lo que se ha vivido en Euskadi. La hija de Fernando Buesa, el dirigente socialista y exvicelehendakari en el Gobierno Vasco asesinado por ETA el 22 de febrero de 2000, mantiene que la dramatización de la novela de Aramburu retrata "muy bien" el entorno hostil y el clima emocional denso y cerrado que se respiraba en la sociedad vasca. "Quienes hemos vivido aquí, automáticamente nos vemos reflejados en las escenas que se recrean y revivimos infinidad de recuerdos", destaca Sara Buesa. Reconoce que entonces "estábamos tan inmersos en ese ambiente que nos llegamos a habituar a convivir de forma rutinaria con ello. Ahora, desde la distancia de los años, podemos tomar conciencia real de la dimensión de lo que hemos vivido y soportado. Es sobrecogedor". Quienes lo vivieron de lejos, y sobre todo los jóvenes que no han conocido el terrorismo, "a través de Patria pueden aproximarse". La serie, dice, permite abordar "una realidad que es difícil y duele, pero en la que es imprescindible profundizar para sanar y arrancar de raíz las semillas de odio y violencia que aún permanecen en la sociedad vasca".
A Alberto Muñagorri no le sorprendió el libro ni tampoco ahora la serie 'Patria' porque "ha sido el día a día de lo que se ha vivido en Euskadi, de las cosas que han ocurrido hasta en mi propia familia o con amigos o vecinos". Habla con conocimiento de los hechos desde que el 26 de junio de 1982 un explosivo en el interior de una mochila tirada en plena calle de Errenteria estalló alcanzándole de lleno. Muñagorri tenía diez años y perdió la pierna izquierda, la visión del ojo derecho y un 40% de audición. 38 años después del atentado "indiscriminado", como él lo llama, sabe que hay muchos jóvenes, como los que trabajan en su oficina, a los que todo esto "les suena muy, muy lejano" y reconoce que tratar de pedir a la gente que se mire al espejo y piense dónde estaba cuando ocurrían esas cosas "no es agradable". Como la familia del Txato, Alberto sufrió el rechazo de muchos vecinos. "Gente que no me miraba ni a la cara empieza a saludar ahora y a preguntar cómo me va la vida. Son pequeños pasitos". Es consciente de que con la desaparición de ETA "se convive más fácil", pero remarca que hay algunas cosas que siguen igual, como las pintadas de las que "está plagada" Errenteria.
Cristina Cuesta ha visto hasta dos veces los primeros capítulos de 'Patria'. La primera se puso ante el televisor "con una ansiedad muy grande" de saber cómo habían reflejado visualmente "una obra tan importante" y la segunda para fijarse "en los detalles". La hija de Enrique Cuesta, delegado de Telefónica asesinado por los Comandos Autónomos Anticapitalistas en 1982, es directora de la Fundación Miguel Ángel Blanco y conoce de cerca otras producciones audiovisuales sobre la misma temática. Cree que lo que ha podido ver de la serie es "absolutamente coherente" con el espíritu de la obra de Aramburu. "Es conmovedora y muy crítica con la anomalía social de justificación, ese magma que impregna la violencia, sobre todo el sufrimiento profundo de la víctima". Cuesta destaca el discurso narrativo, "tan real", de la necesidad de las víctimas de la búsqueda de la verdad. Convencida de la dimensión que posee una obra audiovisual a la hora de llegar al ciudadano, cree que es una buena herramienta para que los padres hablen con los hijos sobre este tema. Concluye que tanto la obra literaria como la serie han llevado "la dimensión del conocimiento de las víctimas a otro nivel".
A Mari Paz Artolazabal le trajo inmediatamente a la memoria "la soledad que hemos pasado todas, el vacío que nos han hecho, aquella gente detrás de las cortinas... Es tan real...". Tras ver la serie 'Patria', la viuda del columnista de 'El Mundo' José Luis López de Lacalle rememora la especie de lapsus que aún le acompaña de aquel 7 de mayo de 2000 cuando supo que habían asesinado a su marido. "No recuerdo cuándo subí a casa ni con quién, pero sin embargo no se me olvida que José Luis tenía las llaves puestas en la cerradura del portal", junto al que cayó tras recibir los disparos. La imagen de De Lacalle cubierto con una sábana blanca, al lado de una bolsa de periódicos y de su paraguas rojo, se convirtió después en símbolo de la crudeza del terrorismo. Un paraguas similar al que ilustra la portada del libro y en los créditos de la serie. A diferencia de la protagonista, no vio a su marido en el lugar del atentado, "no me dejaron verle". "Le vi ya en el tanatorio y no tenía cara de miedo, tenía cara de paz", evoca. Hace tiempo comenzó a leer 'Patria' y no pudo seguir porque ya desde las primeras páginas le parecía que el novelista había estado hablando con ella para escribirlo.
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