lunes, 14 de febrero de 2022

El Telediario La 1 - A mil metros de las balas del frente en Ucrania ,. / EL MAGO DEL TIEMPO - Previsión del tiempo en España para hoy, mañana ,. / Volando voy - Jesús Calleja - Antonio Cavacasillas,.

   TITULO:  El Telediario La 1 -  A mil metros de las balas del frente en Ucrania,.

  A mil metros de las balas del frente en Ucrania,.

 

La zona de exclusión de la guerra del Donbass está plagada de minas y francotiradores, pero Natalia no se marcha: «Prefiero morir en mi casa que seguir huyendo»,.

 Miembros del Ejército ucraniano, en las inmediaciones de Pisky, un centro vacacional convertido hoy en una ciudad fantasma./reuters

En Pisky apenas quedan casas en pie. Las pocas que mantienen algo parecido a un tejado y unas paredes tienen una palabra dibujada en la fachada. Está escrita en cirílico. En la mayoría pone 'vacía'. En unas pocas pone 'ocupada'. Ésta era la forma que tenía el Ejército ucraniano de saber si podían utilizar esas viviendas cuando empezaron los combates con los separatistas prorrusos. Ocho años más tarde y 14.000 muertos después, casi todos los edificios están abandonados. Ponga lo que ponga en sus muros, casi nadie vive ya allí. Hace mucho tiempo que todo el que pudo huyó del frente de guerra.

La ciudad de Pisky forma parte del área de exclusión de la contienda del Donbass. Es aquí donde empieza la zona gris: el espacio en el que separa a los contendientes. Está controlada por las fuerzas ucranianas y nadie puede entrar sin permiso. Los insurgentes respaldados por Rusia están a solo unos diez kilómetros, en las puertas de Donetsk, pero el frente puede estar más cerca, a mil, porque los francotiradores se esconden por todas partes.

Pueden parecer muchos, pero diez kilómetros no son nada para los cohetes y los francotiradores, que se esconden en cualquier edificio derruido a la espera de un despiste del enemigo. Sobre el papel, ahora mismo existe un alto el fuego. Pero las violaciones de la tregua son constantes. Y los muertos también. El año pasado fallecieron unas cien personas. Desde aquí los disparos que se cruzan ambos ejércitos se escuchan con nitidez.

No queda casi nadie ya viviendo en Pisky. Los pocos que resisten están en Voliane, uno de sus barrios más alejados de las trincheras. Casi todos son gente muy mayor. Llevan mucho tiempo viviendo ahí y no se quieren marchar. Aunque apenas puedan salir y necesiten ayuda humanitaria incluso para recibir comida. Natalia Romanina Suslova, de 78 años, ya se ha acostumbrado a los disparos. «Prefiero morir en mi casa que seguir huyendo», subraya.

Solo militares

En Pisky reina la desolación. No hay supermercados ni tiendas en kilómetros a la redonda. Las carreteras están completamente nevadas. Por aquí no pasan los quitanieves. Solo circulan militares. De vez en cuando se ve algún vehículo de la ONU y de la Cruz Roja. Es uno de esos sitios en los que el cuerpo te dice que hay que escapar rápidamente. Justo lo contrario de lo que pasaba hace solo unos años.

Un soldado ucraniano, en un control cerca de la línea del frente.

Antes del levantamiento de los separatistas prorrusos, Pisky era un pueblo en el que se mezclaban pequeñas casas de agricultores y chalets de veraneo. Era el sitio perfecto para los amantes de la naturaleza. Está rodeado de enormes lagos en los que se podía pescar y bañarse en verano. No había ruidos. Se podían ver faisanes y ardillas. La contaminación de las ciudades no llegaba hasta aquí.

Primera línea

Apenas quedan ya vecinos en Pisky. Todos los que pudieron se marcharon hace mucho de aquí

Era el lugar ideal para buscar una segunda residencia. Sobre todo, para los vecinos de Donetsk, la capital del Donbass. Antes del primer disparo, cada vez había más chalets y más lujosos. Las viviendas de trabajadores iban desapareciendo. Hoy, Pisky no es más que una ciudad fantasma, el símbolo de una guerra que desangra a Ucrania. Y que tiene en vilo a Europa desde hace sólo unas semanas.

Para entrar se necesita un permiso del Gobierno ucraniano. Hay que enviar numerosa documentación y esperar como mínimo treinta días para recibir la autorización. No tenemos tantos días. Queremos ver cómo se vive en la zona más próxima al frente. Así que decidimos acercarnos hasta el último control, pero sin entrar en el área de exclusión.

Avión derribado

Venimos de hacer un reportaje en Slaviansk. Fue allí donde se dispararon las primeras balas en 2014. A unos 100 kilómetros de la frontera se intensifican los controles. Y empieza a desaparecer la vida. Incluso en el cielo. Por aquí no vuelvan aviones desde que un aparato que cubría la ruta entre Amsterdam y Kuala Lumpur fue derribado por un misil ruso en 2014. Murieron 298 personas.

Cerca del frente empiezan a proliferar las casas con carteles de 'se vende', los edificios semiderruidos y los negocios cerrados. «Esta zona lleva años en depresión», explica Olexander, el traductor. Casi todos los controles policiales se superan sin problemas. Pasaporte y carnet de prensa. Sólo en uno nos paran veinte minutos. Quieren saber qué clase de reportajes escribimos. La carretera se vuelve también mucho más peligrosa. Los neumáticos de invierno son indispensables.

Estamos apenas ya a unos kilómetros de Pisky. Venimos desde el corazón del Donbass, sin coger la carretera principal. El empleado de una pequeña gasolinera nos recomienda un atajo. Todo son ya edificios abandonados. Tenemos miedo de que el camino nos lleve al espacio que separa ambos ejércitos, el peor escenario posible. Seguimos adelante con precaución.

Del cielo al infierno

La contienda ha convertido una zona de veraneo en un catálogo de ruinas deshabitadas

Avanzamos despacio. Todo alrededor es ruina. Incluso los troncos de algunos árboles están quemados. Las carreteras son el único camino transitable porque los campos de alrededor están plagados de minas. En medio de la ruina vemos a una anciana. Lleva gorro, guantes y varias capas de abrigo. Está paleando nieve en la puerta de su casa. Se llama Natalia Romaniuna Suslova y tiene 78 años. Se alegra de vernos. A su alrededor sólo quedan tres vecinos, todos jubilados como ella. En la entrada de su pequeña casa hay un cartel bien visible que indica que esa vivienda ha sido restaurada con fondos de la Unión Europea. Nos invita a entrar.

Natalia vive sola con un cachorro que se llama Bagira y muchos gatos. Nos enseña dónde impactó el cohete. Fue en 2015. Entonces vivía con su marido. Le destrozó el tejado, las ventanas y la parte de atrás de su vivienda. «Ese día lanzaron seis cohetes en esta calle. Tuvimos suerte porque el que cayó aquí era defectuoso y no tenía mucha potencia», relata.

Purgada por Rusia

Natalia y su esposo pasaron un año sin calefacción ni luz eléctrica. Él murió y a ella le convencieron para irse a vivir con unos familiares lejos de Pisky. No tardó en volver. Lo hizo en cuanto se decretó una tregua. Echaba de menos su casa. Quería estar cerca de la tumba de su marido.

Natalia Suslova vive en la zona de exclusión de la guerra.

Esta mujer tiene un tejado y ventanas nuevas. También dispone de luz y televisión. El agua la extrae de un pozo. La Cruz Roja y otras organizaciones le ayudan a cubrir sus necesidades más básicas. Le traen comida y se interesan por ella. Pero sigue sin caldera desde que el cohete destrozó parte de su casa. En su habitación tiene una lámpara eléctrica colocada junto a su cama. También tiene una estufa de leña, situada en una pequeña despensa, pero solo calienta una parte de la vivienda. «A las noches, cuando hace mucho frío vengo aquí con una silla», explica.

Sin calefacción

La casa de Natalia fue bombardeada. Su marido falleció y ella quiere quedarse junto a su tumba

Natalia insiste en que no se va a marchar a ningún lado. Sigue escuchando disparos. Pero no tiene miedo. Es dura como el acero. Nació en un pueblo montañoso de los Cárpatos y creció en Siberia. La Unión Soviética la deportó allí con sus padres porque varios familiares se escaparon a Canadá. Habla de las secuelas de la guerra y de su infancia con naturalidad. Lo único que le hace llorar son sus animales. Hace solo unos días que se ha muerto Karat, el pastor alemán que le ha acompañado durante toda la guerra.

«No podéis estar aquí»

Natalia nos despide desde la puerta de su casa. Poco después, encontramos un nuevo control: metralletas, bloques de hormigón y alambres de espino. Un militar nos preguntan quiénes somos y cómo hemos llegado hasta ahí. «No podéis estar aquí», repite. Les decimos que somos periodistas y le detallamos la ruta que hemos seguido. El militar llama a sus superiores y nos conduce hasta una vivienda. Parece sólo otro chalet abandonado. Pero aquí está instalada una de las principales bases de operaciones del Ejército ucraniano.

El cuartel está a solo unos 500 metros de la casa de Natalia. Los teléfonos móviles no funcionan aquí para impedir que la base sea localizada. Nos piden la documentación. Está todo en regla. Pero no deberíamos estar aquí, insisten. El traductor explica que no era nuestra intención.

El coronel llama a sus superiores. Mientras recibe la respuesta nos conduce al salón del chalet, convertido ahora en comedor. Los militares que llegan de las trincheras van entrando. En silencio. Son jóvenes, pero están agotados. Cogen un plato y cubiertos de plástico. La única mujer del destacamento reparte las raciones. Los soldados comen y se van a descansar unas horas, antes de volver a la línea de combate. Mientras deciden qué hacer con nosotros, nos invitan a comer.

El primer plato del menú es una sopa de carne y setas. El segundo es pasta con carne y una tortilla de queso fundido y mahonesa. También hay cuencos con ajos y cebollas crudas. Para beber hay café y compot, una bebida tradicional sin alcohol.

Unas dos horas después ya hay respuesta de Kiev. Amablemente, el coronel nos dice que debemos irnos de allí, que no puede atendernos sin autorización. Cogemos el coche y ponemos rumbo a Dnipro, hacia el centro del país, lejos de las balas. Natalia sigue allí, en el frente de guerra. 

 

TITULO: EL MAGO DEL TIEMPO - Previsión del tiempo en España para hoy, mañana,.

 Previsión del tiempo en España para hoy, mañana,.

 Aemet: Previsión del tiempo en toda España para hoy lunes 27 | Las  Provincias

foto /  En Galicia, Cantábrico y Pirineos, el paso de un frente atlántico producirá cielos nubosos o cubiertos con lluvias y chubascos, acompañados de tormentas ocasionales. Serán más abundantes en el litoral vasco oriental y norte de Navarra, donde podrían ser localmente persistentes así como, al final, en el noreste de Cataluña, donde podrían darse chubascos localmente fuertes. En el resto de la Península, Baleares y Estrecho, una banda de nubosidad atravesará de noroeste a sudeste, con precipitaciones débiles, dispersas y ocasionales, que serán más probables y localmente persistentes en zonas montañosas; no se esperan o tendrán una baja probabilidad en el sur del área mediterránea. Tras el paso del frente quedarán intervalos nubosos y, al final, poco nuboso. En Canarias, nuboso con probables lluvias débiles en el norte de las islas montañosas y sin descartarlas en el resto del archipiélago.
Cota de nieve: en la cordillera Cantábrica, unos 800/1000 m. En Pirineos y sistemas Central e Ibérico, 1000/1400 m bajando a 800/1000 m, y en el sudeste 1600/1800 m bajando a 1200/1400 m.
Posibles brumas o nieblas tras el paso del frente.
Las temperaturas máximas subirán en el área mediterránea y bajarán en el Cantábrico y gran parte del interior, más acusadamente en la mitad norte. Las mínimas subirán en el sureste peninsular y Baleares y tendrán un predominio de los descensos en el resto. En Canarias, en descenso. Heladas débiles en la meseta Norte, sistemas Ibérico y Central, puntos aislados de las sierras del sudeste, y más intensas, en Pirineos.
Vientos fuertes o con intervalos fuertes del oeste y noroeste en el Cantábrico y con intervalos fuertes del noroeste en el bajo Ebro; del suroeste girando a noroeste en el Ampurdán, Baleares y norte de Galicia. Predominio de vientos de componente oeste en el resto de la Península y Baleares. Alisio en Canarias.

 

TITULO:  Volando voy - Jesús Calleja -   Antonio Cavacasillas,. 


 Este domingo - 13, 20  - Febrero a las 21.30, Cuatro emite una nueva entrega de 'Volando voy',foto,.

  Antonio Cavacasillas,. 

Un corredor para llevar al PP de Badajoz a la meta,.

Antonio Cavacasillas es la apuesta de los populares para la capital pacense es un triatleta que trabajaba en AstraZeneca antes de entrar en política hace tres años,.

Disciplinado y metódico. Son las dos impresiones que deja Antonio Cavacasillas (Badajoz, 1977) cuando se le conoce. Valga como ejemplo que se levanta antes de que salga el sol y a las 6.15 horas da la primera zancada del día.

Los amigos de este triatleta aficionado a las carreras populares no comprendieron muy bien que dejara el puesto como visitador médico de AstraZeneca en 2019 para convertirse en concejal de Francisco Fragoso. «Ganaba un pastizal, más que ahora», aseguran. Pero la jugada puede convertirle en alcalde si Madrid refrenda la apuesta del PP provincial para que sea el candidato y los pacenses le dan su voto en 2023.

Con 44 años, casado con Belén Montesino y padre de dos hijos de 14 y 8 años, dedica gran parte de su tiempo libre a entrenar. La bici y la natación son las otras dos pasiones de un deportista que disfruta comiendo, pero que no se mete en la cocina a guisar. Le encanta un desayuno fuerte y disfrutó con los concursos de tostadas en Badajoz. Dos días a la semana tiene por costumbre tomar el primer café del día con los dos o tres amigos más cercanos. Para que pruebe el alcohol tiene que estar celebrando algo muy grande; es más de Aquarius.

Recorre la provincia de prueba en prueba. Hace solo unas semanas participó en la carrera del Guarrino. Más allá de la simpatía del nombre, la prueba le llevó a Valencia del Mombuey, el pueblo del presidente provincial del PP, Manuel Naharro, que es quien quiere ponerle en la posición de salida. La hizo con su grupo de corredores, Asfas, y la compartió con otros miembros del PP como Juan Parejo y Víctor Píriz. «Hemos hecho pruebas por toda España», señala este último.

Entre carrera y carrera, Cavacasillas comentó un día que le gustaría dar el paso y probar en la vida pública. Él ya se había afiliado a los 18 años a las Nuevas Generaciones, en Don Benito, localidad en la que vivió durante parte de su juventud, pero no había terminado de decidirse. Coincidió sin embargo que en esos momentos Fragoso estaba inmerso en la elaboración de la candidatura de Badajoz y no se lo pensó mucho cuando supo del interés. «Fragoso hizo una apuesta arriesgada y le salió bien», dice Píriz.

Joven, con una carrera profesional asentada y una cara renovada, encajaba entre los perfiles que Fragoso buscaba para refrescar el PP municipal. Cavacasillas además era de las pocas incorporaciones que era afiliado al PP, ya que Fragoso sumó siete independientes. «Ha demostrado una gran capacidad de trabajo y mucha sensibilidad en Servicios Sociales», dice el exalcalde de él.

Y en él ha confiado el actual presidente provincial del PP, Naharro, para promoverlo como candidato a falta de la confirmación por parte de Génova. «Cuadra muy bien en este nuevo proyecto», afirma el alcalde de Valencia del Mombuey.

Píriz asegura que a Cavacasillas «le gusta hacer equipo», y esa apreciación coincide con el «le gusta organizar» que destaca Rafael Menor, íntimo amigo con quien suele compartir parte de las vacaciones de verano. Coinciden en La Antilla unos días, que en agosto es una extensión de Badajoz. «Un par de veces al año nos hacemos un viaje». También van de conciertos. El de Manu Carrasco entre ellos. Aunque el que más le gustó fue el de Michael Bublé en Madrid.

Están integrados en una pandilla que llega a sumar 60 personas, entre padres e hijos, en Carnavales. La última vez fueron de piratas, aunque tienen guardados los disfraces de rusos y vikingos en los roperos.

Tercero de cuatro hermanos, le une una relación muy fuerte con su madre, Paquita, que vive en Don Benito, y con su padre, Rodrigo, que reside en Córdoba. Sus amigos dicen que tiene mucha afinidad con su progenitor, a quien le gusta pedir consejo. Con él suele pasar unos días en Cádiz cada verano.

Quién es

  • Formación. Licenciado en Económicas y Psicología, diplomado en Marketing y Finanzas y máster MBA. B2 de Inglés. Nociones de chino. Empezó el Bachillerato en el instituto Zurbarán y lo terminó en el IES Donoso Cortés de Don Benito. Se formó en el colegio de La Aneja.

  • Vida laboral. Empezó en el Banco Santander, fue vendedor en El Corte Inglés, pasó por Seta Consultores, llegó a Biomédica y entre 2004 hasta 2019 ha sido visitador médico de AstraZeneca. Está en excedencia del laboratorio.

  • Concejal desde 2019. Teniente de alcalde encargado de Servicios Sociales, Mujer, Mayores, Protección Civil y Juventud.

  • Política. Afiliado a NN. GG. desde los 18 años, nunca había ido en una lista hasta las últimas municipales.

Seguidor del Real Madrid, no se exalta ni cuando le meten goles. Tiene un carácter tranquilo, incluso silencioso, de los que «nunca pierden los papeles». Sus amigos le apoyaron cuando les comunicó que iba a entrar en política. «Pero también le dije que quizás iba a sufrir», recuerda Rafael Menor. «Me considero más que amigo de Antonio y le dije: te voy a apoyar porque eres tú, pero yo no lo haría», recuerda Manuel Trejo. Ambos le advirtieron de que la política es una trituradora.

«Cercano». Es la definición de Trejo, quien añade que le gusta organizar, que las cosas salgan bien y que además todos estén a gusto. Valga como ejemplo que suele convidar a sus amigos más cercanos a una comida a finales de cada año y que suele llevar detalles bajo el brazo. Le gusta escuchar y trata de echar una mano. Disfruta leyendo novela histórica y en su perfil de Linkedin asegura un poco enigmático que «la escritura es un sueño de realidad no muy lejano». Quizás con algún carácter chino, idioma que Cavacasillas ha estudiado. «Le gusta buscar la excelencia y es muy culto», refuerza Trejo, quien también apunta a su faceta solidaria. Si hoy es concejal de Servicios Sociales, antes del cargo le gustaba ser activo y proponer acciones.

«Es de un trato cordial», asegura el portavoz socialista, Ricardo Cabezas. Otro miembro del PSOE, José Antonio Pajuelo, le ha tratado más como corredor y dice que nunca se ha mostrado distante por ser de otro partido. «No es un sectario», afirma.

La portavoz de Podemos, Erika Cadenas, valora que se muestra «abierto al diálogo» aunque subraya que de momento solo se le conoce su trabajo en Servicios Sociales sin haber desvelado aún qué quiere hacer con la ciudad.

Quienes tiene más cerca repiten que «le gusta marcarse metas». La próxima será la de recuperar la Alcaldía de Badajoz para el PP.

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