TITULO: El
paisano - Viernes - 10 - Enero - Benalauría y Fuenteheridos,.
Viernes - 10 - Enero , a las 22:10 horas en La 1 , foto,.
Benalauría y Fuenteheridos,.
Conoceremos a David (38 años), natural de Madrid y que decidió cambiar su vida en grandes ciudades y apostar por el mundo rural viviendo en Benalauría (Málaga). David es fotógrafo y productor audiovisual, trabajo que le ha llevado a vivir en distintas partes del mundo. A los 23 años abandonó Madrid para recorrer mundo, una experiencia vital que duró 11 años. Ha vivido en Ámsterdam, Edimburgo, Barcelona y Oporto. En la ciudad portuguesa, tras un periodo de crisis laboral y personal, tomó la decisión de cambiar de rumbo y buscar una vida más sencilla en un entorno rural.
David recordó entonces sus vivencias de infancia y juventud junto a su tío por la Serranía de Ronda y quiso recuperar esa felicidad. Un encargo de trabajo para realizar un video clip en Benalauría hizo que se enamorara de este pequeño pueblo malagueño y finalmente allí se quedó. David lleva cuatro años viviendo en Benalauría, donde sigue trabajando como realizador y productor audiovisual, centrando gran parte de sus proyectos en poner en valor la vida de los pueblos y las historias personales de sus vecinos. Además, imparte clases de fotografía a jóvenes del municipio y está llevando a cabo un trabajo de investigación y documentación para recuperar el archivo histórico del pueblo a través de fotografías antiguas que estaban en peligro de desaparecer.
Alba (41 años) es natural de Murcia. Después de 37 años viviendo en ciudades como Murcia y Jerez de la Frontera, Alba dejó la vida urbana en un intento desesperado de librarse del estrés que le generaba su trabajo como técnico de una multinacional de telecomunicaciones. En Jerez de la Frontera conoció a su actual pareja, Susana, y juntas apostaron por dar un giro radical a sus vidas y empezar de cero en Fuenteheridos. Desde su llegada sabían que querían emprender en el pueblo pero no sabían muy bien en qué. Empezaron a investigar tipos diferentes de fermentación y a rescatar recetas tradicionales para hacer pan y repostería. Y lo que empezó siendo una actividad muy casera para ser autosuficientes se convirtió en posible negocio rentable. Alba y su pareja montaron un obrador para la elaboración de refrescos de jengibre y de dulces siguiendo recetas tradicionales de la zona, todo de manera artesanal.
Alba considera que buena parte del éxito que han tenido sus productos, se debe a que tanto Susana como ella han sabido escuchar lo que sus vecinos querían, y se han adaptado a sus preferencias respetando su propio estilo. “Somos artesanas de alimentos y de la escucha”.
TITULO: HOSPITAL - Salud - La salud cardiovascular y digestiva empieza por la boca ,.
La salud cardiovascular y digestiva empieza por la boca,.
Solo la periodontitis incrementa por dos el riesgo de ictus y de enfermedad coronaria,.
Sigue siendo bastante frecuente restar importancia a la salud bucodental, más allá de la estética. Sin embargo, lo que pasa en las encías no se queda ahí.
«La mala salud bucodental puede provocar una serie de enfermedades y complicaciones sistémicas. La periodontitis, una inflamación crónica de las encías, puede llevar a la pérdida de dientes y daño en los tejidos de soporte y aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes, artritis reumatoide y complicaciones durante el embarazo», precisa Eva Lago, odontóloga del Centro Médico Quirónsalud Toledo. Pero la mala salud bucodental «también puede manifestarse con caries, gingivitis y otras infecciones bucales», añade.
Una inflamación crónica como es la periodontitis «incrementa por dos el riesgo de enfermedad coronaria (infarto de miocardio y angina), de ictus y de enfermedad arterial periférica (claudicación intermitente)», detalla el Dr. Ignacio Ferreira, especialista en Cardiología clínica del Hospital Universitario Dexeus, en Barcelona.
El motivo es que conlleva, según Ferreira, «un estado inflamatorio crónico que produce una agresión en la pared de las arterias».
Además, puede producir otros problemas más graves como «el paso de gérmenes al torrente circulatorio. Si resulta que, por ejemplo, el paciente tiene un problema preexistente en una válvula cardiaca (como puede ser una insuficiencia) o bien tiene una prótesis intracardiaca o un marcapasos, es fácil que los gérmenes colonicen esa lesión valvular o la prótesis, produciendo una infección intracardiaca».
Es lo que se conoce como «endocarditis infecciosa, que es una enfermedad grave con una mortalidad que puede llegar al 30% incluso con el tratamiento adecuado», añade.
Pero es que una mala salud bucodental puede «producir hasta un 30% de patología digestiva», afirma Blas José Gómez Rodríguez, especialista en Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, en Sevilla.
Infecciones en la placa dental
Así, una mala salud oral puede afectar la capacidad de masticar y tragar adecuadamente, lo que puede interferir con la digestión de los alimentos.
En concreto, «un mal estado dental (caries o falta de piezas dentales) o el uso de prótesis dentales pueden afectar el primer paso de la digestión que es la fase oral del triturado del alimento previo a la deglución o causar disfagia, incluso impactaciones esofágicas alimentarias que precisen extracción endoscópica», detalla.
Además, ciertas infecciones orales por hongos, como la candidiasis, o ciertos virus como los herpes pueden, según Gómez Rodríguez, «asociarse a lesiones por dichos gérmenes en el esófago que se manifiestan como disfagia o dolor retroesternal».
A su vez, la infección por Helicobacter pylori, más común de lo que pensamos, ya que afecta a dos tercios de la población mundial, pese a erradicarse con antibióticos, puede volver a aparecer en nuestro organismo a través de la «placa dental y su paso al estómago tras el cepillado o limpieza dental», detalla el especialista. Y no es un asunto baladí. Esta infección «se asocia en un alto porcentaje a la dispepsia (malas digestiones) y produce gastritis crónica y úlcera gastroduodenal con sus respectivas complicaciones», recuerda.
Por todo ello, mantener una buena higiene bucal puede ser importante para prevenir los problemas cardiovasculares, los digestivos y promover una digestión saludable. «Cepillarse los dientes al menos dos veces al día con pasta dental con flúor, usar hilo dental y visitar al dentista con regularidad» no solo ayuda a prevenir enfermedades bucodentales, sino que también puede tener un efecto positivo en la salud general, recuerda Lago.
Además, es importante «evitar el tabaquismo y limitar el consumo de alcohol, ya que así se puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar periodontitis. Una dieta equilibrada y baja en azúcares también puede contribuir a la salud bucal general y prevenir la acumulación de placa dental», añade la odontóloga, que asegura que si bien algunas personas pueden ser más propensas que otras a producir placa dental debido a factores genéticos y hábitos alimenticios (es importante evitar alimentos y bebidas azucaradas), «es posible controlarla con una buena higiene bucal».
En cuanto a si la placa dental está asociada al cáncer colorrectal y al oral, la especialista explica que algunos estudios sugieren una posible conexión. «En el caso del colorrectal, se ha observado que ciertas bacterias presentes en la placa dental pueden migrar hacia el tracto gastrointestinal, contribuyendo a la inflamación y otros procesos asociados con este tumor. Sin embargo, se necesitan más investigaciones para comprender completamente esta relación».
Y en cuanto al cáncer oral, la placa dental también se ha relacionado con una mayor inflamación en la boca, lo que podría contribuir al desarrollo de ciertos tipos de tumores orales. Pero de nuevo, se necesita más investigación que lo confirme.
El cepillado de los más pequeños
Desde que salen los primeros dientes del bebé, alrededor de los seis meses, se debe, según Lago, «comenzar a cepillar los dientes con un cepillo dental suave y agua, sin pasta dental con flúor. Esta práctica debe continuar hasta los dos años. A partir de esa edad, se puede introducir una pequeña cantidad de pasta dental con flúor, del tamaño de un guisante, sobre el cepillo». Además, es importante supervisar el cepillado y asegurase de que no ingieran la pasta.
Y si todavía el pequeño sigue con las tomas nocturnas, Lago recomienda para ayudar a dejarlas y que duerman con los dientes limpios, «cepillarse los dientes antes de acostarse y tener paciencia. Con el tiempo, los niños se acostumbrarán».
TITULO: VACACIONES - EUROPA DE PELICULA - Bolivia en 10 experiencias inolvidables,.
Bolivia en 10 experiencias inolvidables,.
De la bella ciudad de Sucre al desierto blanco de Uyuni y los nevados de la Cordillera Real, una ruta imprescindible por el país andino,.
foto / Vistas desde el monasterio de San Felipe Neri, en Sucre (Bolivia),.
Bolivia reserva un reto para los viajeros que la visitan casi en cada rincón del país. Picos de 6.000 metros en los Andes; algunas de las carreteras más peligrosas del mundo; abismos perfectos para sobrevolar el parapente; densas selvas repletas de animales exóticos, o salares y altiplanos desoladores que requieren aclimatarse previamente para ser explorados,.
TITULO: VUELTA AL COLE - Libro - La fortuna de Matilda Turpin,.
Libro -La fortuna de Matilda Turpin,.
foto / Premio Planeta 2006Una elegante casa en un acantilado del norte de España, en un lugar figurado, Lobreña, es el paisaje inicial y final de este relato. Ésta es la historia de Matilda Turpin: una mujer acomodada que, después de trece años de matrimonio feliz con un catedrático de Filosofía y tres hijos, emprende un espectacular despegue profesional en el mundo de las altas finanzas. Esta valiente opción, en este siglo de mujeres, tendrá un costo. Dos proyectos profesionales y vitales distintos, y un proyecto matrimonial común.¿Fue todo un gran error? ¿Cuándo se descubre en la vida que nos hemos equivocado? ¿Al final o al principio?,.
TITULO: EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles - 8 - Enero - Alberto Rojas - Trump–Ucrania o el elogio de la incertidumbre ,.
En la tuya o en la mía - Miercoles - 8 - Enero ,.
En la
tuya o en la mía', presentado por Bertín Osborne, acerca a los espectadores
el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante
aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer
mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en La 1 a las 22:30, el
miercoles - 8 - Enero , etc.
Joe Biden decidió, pocos días después del arrollador triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, darle a Volodímir Zelenski los ansiados misiles ATACMS antes de dejar la Casa Blanca. El presidente de Ucrania no ha tardado mucho en usarlos, y menos tiempo le ha llevado a Vladímir Putin enviar su respuesta, un misil intercontinental. «Una nueva fase de la guerra», dicen en los telediarios; mientras en Twitter el hashtag de «Tercera Guerra Mundial» no baja de los primeros puestos. En España, expertos en todología debaten en las tertulias, y doctorados exprés en geopolítica sientan cátedra en las redes sociales. Pero ninguno de ellos ha pisado el Dombás, no saben lo que es una trinchera ni se han subido a un tanque. Alberto Rojas sí. Este reportero ha estado en el frente, donde los soldados ucranianos fuman un cigarrillo tras otro, beben una bebida energética tras otra y juran que no habrá rendición, y tampoco perdón. Saben que su destino está echado, igual que el de los militares rusos con los que cruzan balas y disparos de mortero a diario. Rojas tomó apuntes de todo lo que vivió allí, y de esas notas surgió una crónica que hoy es un libro, Vivir la guerra (Ediciones B). Cuando Alberto volvía por la noche a la habitación del hotel, después de haber contemplado el horror en el campo de batalla, descubría en redes sociales a gente que negaba que esos crímenes fueran reales, pero el periodista sabía que todos esos muertos eran de verdad, porque estaba allí, él lo estaba viviendo y ellos no.
Hablamos con Alberto Rojas del SMS que le salvó la vida, sobre las predicciones de Pablo González, acerca de un banco «anticonceptivo» y de la toxicidad de la guerra.
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—¿Cómo suenan los misiles en las noches de insomnio en el Dombás?
—Normalmente los misiles ucranianos no los escuchas. No sabía desde dónde los lanzaban. En el Dombás lo hacen desde lugares apartados, secretos, para evitar ser descubiertos por la población prorrusa. Los que sí escuchas son los rusos. En realidad, lo que escuchas es la explosión. No los oyes llegar. Los escuchas y los sientes porque la tierra se estremece. En ese momento, tu cerebro empieza a hacer cosas raras. Se encienden todas tus alertas. Hay dudas. No sabes si bajar al refugio, si quedarte en la habitación… Si te vas al refugio, no vas a dormir; si sigues en la cama, tampoco. Los misiles rusos no caen todos a la vez: primero uno, a la hora otro y así toda la noche. Esa privación de sueño es una auténtica tortura.
—Los rusos y los ucranianos tienen un enemigo común, los ratones. Tener un gato en las trincheras es tener un tesoro.
—Son ratoncitos de campo, pequeños, pero hay millones, que anidan en las trincheras y acaban con la comida de los militares. Esto ocurre tanto en el lado ucraniano como en el ruso; los ratones no entienden de bandos. Es una auténtica invasión. Los soldados te cuentan cómo se echan a dormir y los ratones les recorren el cuerpo. No dejan de tener crías y la única manera de tener ese problema controlado es con gatos. Este es el animal más preciado en el frente. Los soldados, cuando suben sus fotos a Instagram y vídeos a TikTok, aparecen con esos gatos. El problema en la primera línea de combate, donde están sometidos a un ataque constante de artillería, es que los gatos se quedan sordos por las explosiones. Y un gato sordo ya no caza.
—Esas trincheras de la guerra de Ucrania recuerdan a las de la batalla de Verdún.
—Sí. Es exactamente igual que en la Primera Guerra Mundial. La guerra no ha cambiado tanto: kilómetros y kilómetros de trincheras, como si fuera una gran cicatriz. El paisaje también se parece mucho a lo que hemos visto en películas como 1917: bosques talados por la metralla, cráteres, tanques quemados, animales muertos… La diferencia es que en la Primera Guerra Mundial para saber qué hacía el enemigo se usaban globos de observación y en la Guerra de Ucrania se utilizan drones.
—Me impresionó mucho lo del semen congelado de los combatientes ucranianos. Una anécdota como esa sirve para calibrar la tragedia y también para comprender la determinación de estos soldados.
—¿Qué pretende hacer Putin con Ucrania? Ellos lo tienen muy claro. Putin habla de desnazificar a Ucrania; ese es un mensaje para los rusos. ¿Por qué elige a los nazis para su discurso? Porque es una manera de deshumanizar a los ucranianos, de nombrar al demonio, y así poder matarlos más cómodamente. Cuando tú vas a Ucrania, te das cuenta de que Putin no quiere desnazificar este país, sino rusificarlo, más bien desucranizarlo: acabar con el idioma ucraniano, su cultura… en definitiva, con su estado. El plan es colocar su propio estado títere y quitarle toda la soberanía al pueblo de Ucrania. El luchador ucraniano quiere preservar su semen y legarlo a otras generaciones como una forma de lucha. El soldado sabe que puede morir en el frente, pero su genética de guerrero cosaco va a pasar a otra generación. Para ellos esta guerra es generacional: sus abuelos sufrieron la gran hambruna del Holodomor de Stalin y el genocidio nazi, sus padres padecieron la ocupación soviética y esta es la guerra que a ellos les toca librar. Para ellos es una batalla mucho más larga.
—No hay mayor pegamento para la sociedad rusa que el nazismo. Hay algo que se repite en el libro y me ha llamado mucho la atención, esa obsesión de los soldados rusos por liberar a los ucranianos de los nazis.
—¿Qué nazis? Si los únicos que se están comportando como nazis son ellos. Hemos entrado miles de periodistas occidentales independientes a cubrir la guerra de Ucrania, y ninguno encontró ese Tercer Reich que nos decía la propaganda rusa que íbamos a encontrar. Lo que hemos visto es un país que, como todos los países de la Europa del Este, puede tener un problema con la extrema derecha, pero que en el caso de Ucrania es extraparlamentaria. De cuatrocientos y pico diputados que hay en el parlamento tuvo uno hace unos años, y ahora ninguno. ¿De qué régimen nazi estamos hablando cuando el propio presidente de Ucrania es de origen judío y rusófono?
—Si hablamos del apoyo a Ucrania, España ha tenido sus recelos, y Estados Unidos también. Sin embargo, los que no tienen dudas son los países que han sufrido el comunismo, los del Pacto de Varsovia, y también las repúblicas bálticas.
—Eso es. Todos los antiguos socios de Rusia, los países de la órbita socialista, pasaron a la Unión Europea y a la OTAN. Esas naciones escaparon del control de Moscú en cuanto tuvieron oportunidad. No sólo buscaban una alternativa política, económica y social diferente, sino una defensa, una protección. Georgia, Moldavia y Ucrania llegaron tarde a ese proceso. Ucrania inició esa transformación en 2014 con el Maidán. Esa es la primera vez que este país dice que no quiere estar bajo el yugo de Moscú. Rusia reaccionó tomando Crimea y echando gasolina a un conflicto de rebeldes en el Dombás. Y como eso no funcionó, se puso en marcha una invasión a la que llamaron «operación militar especial». Lo llama «operación» porque Putin pensaba que iba a durar tres días: el ejército ucraniano se iba a rendir, no iba a combatir. Pero eso no fue así.
—Cuando leía su libro, me acordaba de aquella película de Antonio Mercero, Espérame en el cielo, la del doble del dictador Franco. Cuéntenos lo de los dobles de Putin.
—Esa es una gran película. (Risas) Hay localizados tres dobles de Putin. En el 80 % de las ocasiones suele ser el mismo, el que más se le parece por el número de operaciones que le han realizado. Si tú ves a Putin a plena luz del día al aire libre, abrazándose a la gente, ese no es Putin, es su doble. Eso es lo que afirman los expertos en inteligencia ucranianos; a ese doble más habitual lo llaman «banquete». También ocurre lo mismo con la oficina de Putin: tiene tres réplicas idénticas a la suya del Kremlin. Una estaba en su casa de Sochi —creo que ha sido derribada porque estaba muy cerca de los ataques con drones ucranianos— y otra en la de Moscú.
—En Ucrania usted tuvo varios sustos: por error casi llega a la frontera rusa.
—Ese tipo de errores están a la orden del día en un sitio como ese, donde un ejército avanza y otro retrocede y queda una zona gris a la que el estado ucraniano tarda mucho en llegar. En ese territorio no había una autoridad. Tú pasabas un puesto de control tras otro, pero sin ninguna información, sin saber qué zonas estaban minadas y cuáles no. Atravesar un lugar así puede ser una gran aventura, pero te puede costar la vida. Ese día del que hablas nos pasaron cosas muy locas. Primero pisé una lata de carne que pensé que era una mina y luego hicimos algo mal un rato y nos dirigimos sin saberlo hacia territorio ruso. Nos quedamos a un kilómetro de la baliza fronteriza, donde nos hubieran afeitado en seco. La suerte fue que me llegó un mensaje al móvil que me decía «Bienvenido a Rusia». En ese momento, le dije al conductor que diera la vuelta y nos pudimos salvar.
—Y casi se queda estéril por sentarse en un banco.
—Me hicieron la broma. (Risas) No te quedas estéril. Es un banco que está justo enfrente de la famosa noria de Prípiat. Lo llaman «el banco anticonceptivo». Las personas con las que fui trabajaron como guías turísticos de Chernóbil antes de la guerra. Llevaba un rato andando, estaba cansado y me senté en el banco. De repente me miraron y me dijeron: «Si te quedas un minuto más ahí, nunca podrás tener hijos». Entonces me levanté rápido, pero era todo mentira. Aunque ese lugar está contaminadísimo. Allí el contador Geiger se dispara. Según me comentaron, para tener problemas tenías que quedarte en ese banco más de diez o veinte horas.
—En el libro relata cómo juega a imaginar en la recepción del hotel cuántos de los clientes son espías o informantes rusos.
—Los hoteles en una guerra son un ecosistema de película. Nuestro hotel de Kiev parecía la taberna de Star Wars. Allí, en su bar que funcionaba las veinticuatro horas, se juntaban contrabandistas, asesinos, prostitutas a las que su proxeneta iba repartiendo por el edificio, un comandante checheno —opositor a Kadírov— rezando a Alá en su alfombra, voluntarios occidentales y Navy SEALs tomando cócteles, trabajadores humanitarios con una pinta tremenda de espías… Es un ambiente muy goloso para una mente novelesca.
—Hablemos de Pablo González.
—A Pablo lo conocí unos meses antes de la guerra, en la frontera entre Polonia y Bielorrusia. Semanas después leí que había dicho que no creía que fuera a haber una guerra. Ese era el mensaje de la propaganda rusa. Pero esa noche que cené con él en un hotel, le pregunté: «¿Por qué está haciendo esto Lukashenko? ¿Por qué empuja a los emigrantes de Oriente Medio a la frontera polaca? ¿Es una forma de guerra híbrida para desestabilizar Polonia?». Y él me dijo que no, que eso era una cortina de humo para que Putin moviera su ejército cerca de los límites con Ucrania. Entonces le dije: «¿Qué pasa en la frontera con Ucrania?», y me contestó: «Lo que pasa es que va a haber una guerra». Esto fue tres meses antes. No digo que él tuviera información privilegiada, pero evidentemente era un tipo que conocía a todo el mundo. Pablo tenía un dron que yo no me podía comprar. Tenía dos cámaras con objetivos potentes. Claramente, era una persona con ingresos altos. La sensación que me dio es que él tenía mucha más información que todas las personas que estábamos en ese hotel.
—Vamos con las matanzas. Entre los soldados ucranianos hay una obsesión, que no se repita lo que pasó en Bucha.
—Lo que pasó en Bucha ha pasado en otros lugares, aunque no hubo la misma repercusión. En Izium se descubrieron fosas comunes con cuatrocientas personas enterradas. También hubo matanzas de civiles en Gersón. Yo asistí a la apertura de una fosa en Limán con 72 cuerpos. Esta represión criminal ha sido una constante en todas las zonas ocupadas durante la invasión, que ha salido a la luz cuando han sido desocupadas por el ejército ucraniano. Cuando le preguntas a un soldado ucraniano cómo va de moral, él te responde que esa no es la cuestión. La razón por la que sigue luchando es evitar que entren los rusos con una lista negra para matarlos, a ellos y a todos los que se han opuesto a la invasión. Bucha fue el gran ejemplo para los periodistas para contar cómo funcionaba esa represión: a más resistencia, más matanzas. Fue todo un gran castigo porque creían que iban a tomar Kiev en tres días y no pudieron.
—A los soldados rusos encargados de la matanza de Bucha Putin les reservó un final que no habían previsto.
—A algunos de ellos los condecoró, que fue su manera de decirle a Occidente que le daban igual las críticas. Pero a la mayoría de ellos los llevó a primera línea de combate, donde no duraron mucho tiempo. La gran mayoría de ellos estarán muertos. De hecho, será difícil encontrar con vida soldados rusos que iniciaron la ofensiva el 24 de febrero de 2022.
—Ucrania tuvo un Abu Ghraib, Olevnika.
—Sí. Yo he conseguido hablar con mujeres y hombres que han sufrido el cautiverio en Rusia. Un cautiverio terrible, casi sin comidas, sometidos a golpes, a torturas con perros, como en Abu Ghraib, todos los días. Lo peor de todo es que esas torturas no estaban destinadas a conseguir información: solo buscaban deshumanizarlos. Esa es la manera de que no te importe la vida de alguien, algo común en los genocidios y en las grandes matanzas.
—Usted entrevistó a Zelenski. ¿Qué le pareció?
—Lo primero que me llamó la atención fue su físico: debe de pasar muchas horas haciendo ejercicio en el búnker donde está su oficina presidencial. Estaba realmente fuerte. Zelenski es un hombre bajito con voz ronca. Me pareció un gran actor. En su caso, el personaje se ha fundido con la persona. Él no era así. Me lo comentó la traductora de español que ha participado en las reuniones entre Zelenski y Pedro Sánchez. Según ella, Putin inició la operación porque estaba convencido de que Zelenski era un político muy débil; si hubiera estado Poroshenko en el poder, no habría hecho eso. Pero va a llegar un momento en el cual Zelenski se cree tanto el personaje del presidente vestido de verde que se funde con él. A partir de ese momento, cuando Zelenski decide permanecer en Kiev y combatir, Putin pierde esa primera parte de la guerra.
—¿Puede haber una paz promovida por Donald Trump, como se ha comentado estas semanas en redes sociales?
—Creo que es muy difícil. Hay más actores que Estados Unidos. Esto no se va a solucionar con una llamada de Trump a Putin. Es mucho más complejo. También está la opinión de la Unión Europea, la de los países bálticos y todos esos países que estuvieron en su momento en la órbita soviética. Además, Trump se va a enfrentar a sectores de su país que defienden que esa guerra es muy rentable para ellos a largo plazo. Estados Unidos está desgastando a un rival geopolítico directo con cero muertos y gasto mínimo para el contribuyente; el material armamentístico que están enviado es anticuado, lleva cogiendo óxido desde la Guerra del Golfo.
—Terminamos. ¿Es posible una reconciliación entre ucranianos y rusos en los próximos años?
—No me he encontrado a ningún ucraniano que pensara que esta guerra iba a tener lugar de una forma tan sangrienta. Lo que ha pasado no lo van a olvidar. Piensan que quizá sus hijos pequeños puedan llegar a perdonar, pero para ellos es imposible hacerlo. Tiene que pasar toda una generación para perdonar la saña y la crueldad con la que los rusos los han tratado. Les decían que eran el mismo pueblo y que venían a liberarlos, y ningún enemigo les hubiera hecho lo que les hizo Rusia. Yo he estado allí. Soy un testigo, no va conmigo, pero a mí me costaría mucho perdonar todo lo que he visto: han devastado regiones enteras. Nunca había visto ese poder de destrucción. Había cubierto conflictos en África, pero no había visto un ataque constante todos los días, a todas las horas, para sembrar el terror en la población. Eso es muy difícil de perdonar.
TITULO
: EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA
SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes - 10 - Enero -Isabel Coixet - Huesos ,.
MI CASA ES LA TUYA - VIERNES - 10 - Enero ,.
MI CASA ES LA TUYA -', presentado por Bertín Osborne,.
acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en Telecinco a las 22:00, el viernes - 10 - Enero ,etc.
EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes - 10 - Enero - Isabel Coixet - Huesos ,.