sábado, 28 de diciembre de 2024

LA LOTERIA DEL VIERNES - ¿Dónde está Wally? - Decimo Lotería del Niño - Empresa Economía - Tecnología contra la incertidumbre ,. / POLICIAS EN LA CALLE - Zaplana seguirá en libertad provisional tras su condena: la Audiencia no ve riesgo de fuga ,. / EL DIVAN DE OLGA VIZA - Errol Flynn, gallardo y calavera ,.

  TITULO:LA LOTERIA DEL VIERNES - ¿Dónde está Wally? -  Decimo Lotería del Niño - Empresa Economía -Tecnología contra la incertidumbre  ,.

LA LOTERIA DEL VIERNES - ¿Dónde está Wally? -  Decimo Lotería del Niño - Empresa Economía - Tecnología contra la incertidumbre , fotos,.

 

Tecnología contra la incertidumbre,.

El avance de la inteligencia artificial generativa, el aumento de los populismos, la búsqueda de la soberanía industrial y digital europea, y los conflictos geopolíticos serán las grandes tendencias que marcarán el devenir del mundo durante el próximo año,.

Imagen de la celebración del Observatorio Retina 2025 el pasado jueves en el Ateneo de Madrid.
 
Imagen de la celebración del Observatorio Retina 2025 el pasado jueves en el Ateneo de Madrid.
 
 
 

La economía lleva años redibujándose, con el mundo laboral y el comercio exterior experimentando revoluciones constantes. Uno de los motivos que explica este acontecimiento es el crecimiento imparable de la tecnología. El asentamiento de la Inteligencia Artificial en nuestro día a día ha transformado y transformará la manera que tenemos de relacionarnos con el mundo y con las actividades económicas. Esta tecnología supondrá el nacimiento de nuevas empresas y la transformación de otras, así como también cambiará la gestión de los recursos humanos. En lo relativo al comercio internacional, no será menos: la personalización y análisis de mercado, la optimización de estrategias de negociación, la automatización de procesos aduaneros o la optimización de la cadena de suministro son tan solo algunas de las muchas funcionalidades que ofrece esta nueva tecnología a este sector.

 

LA RAZÓN, en colaboración con Telefónica Tech, ha organizado seis encuentros para debatir sobre la IA, o lo que es lo mismo, analizar los retos, oportunidades y desafíos que este concepto plantea en diversas áreas de índole económico y social de especial relevancia. Mientras que el primero de ellos giró en torno a la relación de la IA con la sociedad general, el segundo, celebrado en el Parque Tecnológico de Leganés, estuvo relacionado con el ámbito sanitario. El pasado lunes se abordó el impacto de la IA en el sector turístico, el transporte y la energía; y el último encuentro, celebrado el miércoles, se centró en cómo esta tecnología afectará al desarrollo de la economía.

 72289, segundo premio de la Lotería del Niño 2023

En el campus madrileño de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) se dieron cita Teresa Rodríguez de las Heras Ballell, catedrática de derecho mercantil de la UC3M y Directora de la Cátedra IA: Fundamentos y Horizontes; Carlos Martínez, director global de Soluciones y Servicios de Inteligencia Artificial y Data en Telefónica Tech; y Luis García San Luis, CIO de Deutsche Bank.

El debate, moderado por José Manuel Molina López, catedrático de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial de la UC3M, arrancó con una breve introducción en la que cada ponente explicó cómo está afectando la IA a su sector de actividad concreto, en vistas de que cada uno de los ponentes pertenecía a un ámbito profesional distinto.

Carlos Martínez definió la Inteligencia Artificial como «la guinda del pastel de la transformación digital», e incidió en que aunque parece «algo nuevo», realmente la IA es un concepto de los años 50 cuyo desarrollo no fue viable hasta la segunda mitad de la década pasada gracias a que el Cloud y el Internet de las Cosas (IoT) permitieron trabajar con un volumen altísimo de datos y aplicarla en el mundo empresarial. El momento actual, según el director global de Soluciones y Servicios de Inteligencia Artificial y Data en Telefónica Tech, está marcado porque la IA antes nos ayudaba a entender qué había pasado, ahora «hace modelos predictivos que nos permiten saber, con una alta probabilidad, qué va a ocurrir». Martínez recordó que hace un par de años, «gracias a la explosión de Chat GPT y la IA generativa, esta herramienta comenzó a popularizarse»: «Ahora hablamos de Inteligencia Artificial generativa en casa con la familia y de cómo pueden utilizarla los niños en el colegio o nosotros en el trabajo». En este último supuesto, las empresas, lo que intentan ahora, es aplicar esta tecnología en la resolución de sus problemas de negocio. En este sentido, Martínez puso como ejemplo el impacto que está teniendo la IA en un sector tan importante para la competitividad como es el industrial: «La IA está permitiendo, entre otros, mejorar la predicción de la demanda, controlar la calidad de los productos anticipándose a cualquier posible deterioro y realizar mantenimiento predictivo para evitar interrupciones en la actividad». En el caso de la Administración Pública, el representante de Telefónica Tech aseguró que la Inteligencia Artificial ayuda a agilizar los procesos y la burocracia para ofrecer un mejor servicio al ciudadano.


Mesa de IA y economía

Carlos Martínez_mesa de IA y economía

En el ámbito del derecho mercantil, Teresa Rodríguez de las Heras habló de una «triple perspectiva». En primer lugar, como mercantilista, aseguró que «se observa que hay un impacto evidente desde el punto de vista empresarial. Aparecen nuevos modelos de negocio y procedimientos de manera obvia. Esto es una realidad». Como segunda perspectiva, habló del punto regulatorio. «La IA, como otras tecnologías a lo largo de la historia, ha producido no solo una sensación de mejora o cambio, sino que ha supuesto un impacto total», explicó. Por ello, «ha requerido una atención separada y especial. Nos encontramos con un cambio en la estrategia regulatoria, desde luego europea pero también a nivel mundial. Hemos pasado de una actitud generalmente minimalista para adaptaros a la tecnología, a una estrategia maximalista», aseguró de las Heras. Con este último concepto hacía alusión a que ahora se ha convertido en evidente la necesidad de intervenir a nivel normativo en lo relativo a la IA, puesto que todo el mundo sabe que «viene un punto de inflexión». Para la docente, esto es una buena señal, en vistas de que «llevamos décadas sin una normativa dispuesta a responder a los cambios tecnológicos». Por último, la ponente habló de una perspectiva «conceptual»: «En derecho privado hablamos de negocios, mercados, empresas… Pero todo ello se ha construido siempre en torno a la actividad humana. Todos los negocios son antropocéntricos». En la actualidad, y en vistas de que ahora habrá que interactuar con más máquinas, «tenemos que repensar, para cuando no nos dirijamos a humanos y sí a IA», dijo Teresa Rodríguez, antes de añadir que esto supone «un cambio muy profundo que nos hace replantearnos, desde el comienzo, qué orden social queremos».

Mesa de IA y economía

Teresa Rodríguez de las Heras Ballell_mesa de IA y economía

Luis García San Luis, como CIO de Deutsche Bank, habló del sector financiero, e introdujo dos conceptos, «la protección y el cumplimiento de la normativa», que deben ocupar el centro de los debates sobre IA, no solo dentro de la actividad financiera, «sino de cualquiera». A nivel concreto, aseguró que esta tecnología «está haciendo más efectivos y sencillos todos los procesos para los clientes y para las compañías públicas y privadas que interactúan con las entidades financieras». Unas entidades que soportan la economía y cuyos servicios ofertados también se verán mejorados gracias a la IA, en beneficio de todos.

«Gracias a ellas se podrán conceder créditos en menos tiempo, hacerlo de una manera más ajustada a los clientes y detectar los posibles riesgos», ejemplificó el CIO de Deutsche Bank. También destacó que, al hablar de herramientas tan potentes, anticiparse a lo que vendrá en un futuro próximo se antoja complicado, y ahora no podemos saber «de qué se hablará en tres o cuatro años», puesto que todo avanzará a mucha velocidad. Lo que San Luis tiene claro es que todo se va a transformar, «desaparecerán profesiones y aparecerán otras nuevas, porque las que ya existen, están cambiando. La tecnología es un sector creciente en todos los países y va a tener un impacto masivo en esta era económica».

¿Y la regulación?

La Unión Europea fue pionera en regular los usos de la Inteligencia Artificial, ya que la Eurocámara aprobó la primera ley integral de esta tecnología el pasado mes de marzo. Rodríguez de las Heras consideró que esta regulación pese a ser «razonable», puede que esté poniendo trabas a las compañías: «No considero ciegamente que el marco regulatorio sea óptimo. Si tiene fallos, hay que corregirlos». En este sentido, muchas compañías piensan que si hay regulación, también existen barreras de entrada y por tanto una desventaja competitiva respecto a países que no han decidido intervenir de manera «tan directa».

San Luis, por su parte, consideró que «la regulación nos hace menos competitivos» y deja, en este caso a los bancos, «con una desventaja competitiva total» con respecto a, por ejemplo, entidades financieras de Estados Unidos: «La competitividad no puede quedarse atrás».

El director global de Soluciones y Servicios de IA y Data en Telefónica Tech aseguró que la aplicación del reglamento no será sencilla, pero «coincidimos en que hay que limitar el uso de la tecnología cuando atenta contra los derechos fundamentales». En esta vía, de las Heras apuntó que esta normativa pionera regula el uso de la tecnología que es de «alto riesgo» (la que atañe a infraestructuras críticas, información educativa, seguridad de los productos, etc.), por lo que se debe asumir el coste de la regulación en «el desarrollo, distribución y utilización de la IA». García San Luis, por su parte, explicó que el uso de la IA en situaciones de alto riesgo «genera rechazo» a las compañías, ya que estas tienen que aplicar una gran cantidad de controles que elevan sus costes, lo que supone una desventaja competitiva. No obstante, la UE ha limitado su aplicación a determinados casos, como en las pequeñas y medianas empresas, para evitarles costes excesivos. Así pues, estas quedan exentas de cumplir con el marco regulatorio europeo, lo que contribuye «a contener el efecto negativo del desarrollo de la IA».

Mesa de IA y economía

Luis García San Luis_mesa de IA y economía

Asimismo, Martínez quiso traer a la mesa la oportunidad que suponen los fondos europeos destinados a la digitalización de las pymes: «Para que estas puedan subirse a la ola y avancen en esa transformación, para que entiendan cómo pueden aplicar la IA en su negocio», dijo.

Sin embargo, a pesar de que las tecnologías son cada vez más accesibles, hace falta que cualquier empresa tenga los conocimientos necesarios para aplicarlas. Luis García habló de realismo y apuntó que es probable que «no todas puedan subirse al carro», en vistas de que algunas ni siquiera han podido implementar en sus líneas de negocio una vía de comercio electrónico, algo que ya se considera en la actualidad casi una obligación para cualquier compañía.

Por último, los ponentes hablaron del concepto de «personalización», o lo que es lo mismo, de cómo las empresas, gracias a los datos de sus clientes que son recogidos por la IA, pueden ofrecerles servicios más personalizados.

Teresa Rodríguez lo definió como «un aspecto de valor añadido indiscutible», aunque reconoció que es un tema que preocupa a la sociedad, ya que se piensa que se puede generar «una manipulación» por parte de las empresas, lo que condicionaría la toma de decisiones «racional y formada».

En este sentido, el CIO de Deutsche Bank afirmó: «Quiero usar los datos que tú me quieras dar para los servicios que quieras contratar. Cuánto más personalizado y adaptado a tus necesidades sea, mejor servicio se dará, pero siempre con el conocimiento de ello».

Carlos Martínez aseguró que aunque la personalización permite a las compañías prestar un mejor servicio, su uso debe estar «dentro de unos límites éticos». A modo ejemplo, afirmó que, a nivel de contenidos televisivos, aunque la empresa se tenga que asegurar de que estos se personalizan, también tiene que ocuparse de que sean lo más amplios y variados posibles.

TITULO: POLICIAS EN LA CALLE  -  Zaplana seguirá en libertad provisional tras su condena: la Audiencia no ve riesgo de fuga,.

Zaplana seguirá en libertad provisional tras su condena: la Audiencia no ve riesgo de fuga,.

  • Según el Tribunal, Zaplana "no ha llevado hasta ahora ningún acto tendente a eludir la acción de la Justicia",.

Zaplana, en la Ciudad de la Justicia para afrontar su posible entrada en prisión
 
fotos / Fotografía de archivo del exministro y expresident de la Generalitat Eduardo Zaplana en los juzgados de Valencia. 
 

La Audiencia Provincial de Valencia ha decidido la libertad provisional sin fianza del expresident de la Generalitat y exministro con el PP Eduardo Zaplana, condenado por el caso Erial, con medidas cautelares de retirada de pasaporte, prohibición de salida del territorio nacional y comparecencia mensual en sede judicial al no apreciar riesgo de fuga.

Según el Tribunal Superior de Justicia valenciano, no se aprecia ese riesgo porque Zaplana "no ha llevado hasta ahora ningún acto tendente a eludir la acción de la Justicia, ha comparecido en todas las sesiones del juicio y respondido a cualquier llamamiento judicial".

Zaplana asegura que "no tiene intención de fugarse" ante la petición de la Fiscalía de su entrada inmediata en prisión
Zaplana asegura que "no tiene intención de fugarse" ante la petición de la Fiscalía de su entrada inmediata en prisión,.

La Fiscalía pedía que ingresara en prisión preventiva

El pasado jueves, Zaplana compareció ante la Sección Cuarta de la Audiencia de Valencia tras la petición efectuada por la Fiscalía Anticorrupción, que había pedido que ingresara en prisión preventiva tras ser condenado, el pasado 15 de octubre, a 10 años y 5 meses de prisión por delitos de corrupción política. Además, el tribunal le impuso multas por más de 25 millones de euros.

TITULO:   EL DIVAN DE OLGA VIZA - Errol Flynn, gallardo y calavera ,.

  Errol Flynn, gallardo y calavera ,.

 Errol Flynn, gallardo y calavera

fotos / A los cincuenta años ya sólo se es joven para morir. Miente quien diga otra cosa. Y miente tan en vano como intentan hacerlo quienes ocultan su edad, de una u otra manera, plenamente conscientes de no engañar a nadie en ningún caso. Todo ese discurso de la positividad a ultranza —que pretende que la juventud es un estado anímico y no una de las etapas más breves de la vida—, toda la tinta que hace correr la autoayuda y todas las aleluyas sobre la finitud del tiempo que el lector quiera, tienen su refutación cuando, ya cincuentón, empiezan a faltar las fuerzas para hacer tantas cosas que, cuarentón aún, se hacían sin mayor problema. Aunque se nieguen, son las primeras evidencias de ese principio del fin que nos trae la cincuentena. Aún quedan años, unos diez aproximadamente, para el comienzo de la decrepitud previa a la muerte. Pero el declinar de la existencia lo trae el medio siglo. De ahí que, con tanta frecuencia, sea a esa edad, o frisándola, cuando los excesos de la juventud se pagan.

A Errol Flynn se los cobraron de un día para otro. Se había desplazado a Vancouver para alquilar su yate, el Zaca, a un empresario. Hasta ese punto llegaban las dificultades económicas por las que atravesaba. Repentinamente, sintió un fuerte dolor en las piernas y en la espalda. El médico que lo atendió de urgencia lo achacó a la artrosis que padecía y lo trató con el analgésico correspondiente. Unos minutos después perdió el conocimiento. Nunca habría de volver en sí. La autopsia dictaminó que la causa de la muerte del ya trasnochado galán fue una trombosis coronaria, a la que no fue ajena la cirrosis que padecía. Trasladados sus restos a Los Ángeles, se le enterró con media docena de botellas de su whisky favorito. Tuvo donde saciarla si le entró sed de camino a la condenación eterna. Contra el destino nadie da la talla.

Cincuenta eran los años que contaba Errol Flynn cuando mordió el polvo. Ahora bien, si una vida intensa vale por dos o por tres de las normales —y si esa intensidad se mide en licencias y disipaciones—, la existencia de esta antigua estrella del Hollywood clásico fue como la de tres o cuatro de los espectadores que, en su momento, les hubiera gustado ser tan gallardos y tan calaveras como él.

Gallardo y calavera, así tituló la autobiografía del actor la editorial Planeta en su primera traducción española, aparecida en 1979. Escrita por desquite y por dinero, antes que por nostalgia verdadera, aunque su muerte fue prematura, cuando las manecillas del reloj dieron su hora ya habían quedado muy atrás los días en que los espectadores soñaban con emularle por su arrojo en la pantalla y por lo que decían las habladurías de sus actuaciones en las alcobas.

"Así como s primera ruina económica, que nunca remontó del todo, tuvo su origen en su divorcio de la actriz Lily Damita, el declive de su filmografía puede precisarse en su salida de la Warner"

Sin embargo, cuando le dieron tierra, pese a las seis botellas de whisky, estaba arruinado. De hecho, vivía en el Zaca, el único yate que sus acreedores le habían dejado. Era el Zaca —y creo que aún es— una goleta con motor auxiliar que adquirió en el 46 y Orson Welles fotografió con largueza en La dama de Shanghái (1947). A bordo del Zaca daba vueltas al mundo cuando se lo permitían los rodajes. Las películas resultantes de aquellas últimas filmaciones no eran ni sombra de lo que fueron sus colaboraciones para el gran Raoul Walsh: Murieron con las botas puestas (1941), Gentleman Jim (1942), Objetivo Birmania (1945) y el largo y excelente etcétera. Hay una de sus películas postreras, una historia inacabada sobre Guillermo Tell, producida y protagonizada por el mismo Flynn, que empezó a dirigir Jack Cardiff en el 53. Esa cinta fue la causa de la segunda y definitiva ruina del actor que encarnó a Robin Hood en la adaptación más famosa de las aventuras del paladín del bosque de Sherwood, la dirigida por Michael Curtiz en 1938. Quince años después, un Flynn ya talludo para esos trotes quiso reverdecer su gloria con otro arquero, y encontró la ruina económica.

Ni siquiera Las raíces del cielo (1957), una de las obras menores de John Huston —sobre una novela del extraño marido de Jean Seberg, el escritor Romain Gary—, alcanza el nivel de la filmografía del actor quince, veinte años, antes. Así como su primera ruina económica, que nunca remontó del todo, tuvo su origen en su divorcio de la actriz Lily Damita, el declive de su filmografía puede precisarse, con esa exactitud con que la cincuentena marca el comienzo de la cuesta abajo, en su salida de la Warner, donde lo dio todo a las órdenes de CurtizLa carga de la brigada ligera (1936), Dodge, ciudad sin ley (1939), Camino de Santa Fe (1940)— y Walsh.

Errol Flynn en Robin de los Bosques, de Michael Curtiz (1938).

Llega un momento en que tu estrella se apaga, dicen —y no son pocos— quienes, después de haber brillado, vuelven al lugar del que partieron. Pero con Flynn fue peor aún el retroceso. Cuando llegó al cine, era ese aventurero que aparentaba. Se emborrachaba con los especialistas que deberían haberle doblado en las secuencias arriesgadas. Luego, llegada la hora de la verdad, como un nuevo Douglas Fairbanks, hacía las acrobacias él mismo.

"Ya cincuentón, pese a seguir unido a su tercera esposa, la también actriz Patricia Wymore, no le faltaban amantes de las que perfectamente podía haber sido el padre"

Pero el Flynn último, como casi todas las víctimas de sus excesos, es una caricatura de sí mismo. Su envejecimiento es la prueba irrefutable de que no es ese Dorian Gray que le creyeron los espectadores que le envidiaban por su forma de camelar a las mujeres en sus buenos tiempos, desde las grandes estrellas del Hollywood clásico hasta las espectadoras, que le admiraban en las salas de programa doble más humildes, aquellas llenas de chinches de la guerra y la inmediata posguerra, donde —con la calefacción aún por democratizar— se apretaba la gente. Ya empezaba a quedar algo lejano el tiempo en que casi todas las mujeres se hubieran prestado fascinaditas al camelo del gallardo y calavera. Claro que sí, cuando le llevaron al hoyo aquellos días se habían perdido en la distancia del pasado.

Podía parecer que seguía siendo el mismo. Ya cincuentón, pese a seguir unido a su tercera esposa, la también actriz Patricia Wymore, no le faltaban amantes de las que perfectamente podía haber sido el padre. Nada nuevo. Veinte años antes, cuando él sólo contaba treinta, ya protagonizaba escándalos con menores. Pero entonces, a sus treinta y pocos años, en los juicios a los que fue llevado en el 42, salía indemne. A preguntas de la defensa del actor, las jóvenes que le habían denunciado acababan por confesar que ellas mismas se habían prestado de buen grado a lo que Flynn les había pedido. Y como en California eran un crimen las relaciones con menores, incluso las consentidas, el equipo de abogados que ponía a Errol Flynn la Warner se cuidaba mucho de que en el jurado predominase el elemento femenino. Nunca erraron en su certeza: las mujeres siempre acababan por perdonarle.

"Y así, cuando la valentía también comenzó a ser fascismo, Errol Flynn fue condenado. Eso sí, en efigie, porque ya había muerto"

Pero llegado el último momento la cosa había cambiado. El camelo con el que conquistó a su última muchacha ya no era el encanto que el Hollywood clásico irradiaba como un hechizo a las salas de proyección llenas de chinches. Más allá del que pudiera haber a bordo del Zaca, el embrujo de aquel Flynn último sólo alcanzaba a la consabida promesa de un papelito en la siguiente película. Pero esa última cinta, Cuban Rebel Girls (Barry Mahon, 1959), fue una exaltación del incipiente estalinismo cubano, rodada con el apoyo directo de Fidel Castro. Aquellos eran los días en que sus guerrilleros aún se batían en la sierra para mandar “parar”, cerrar el “garito”, echar a Batista y convertir al comandante en el nuevo tirano de la Perla del Caribe. Parece que, en el primero de enero del 59, Flynn estaba junto a Castro. Como veintitantos años antes el actor había estado de corresponsal en nuestra guerra civil. Igual que Hemingway, con cuyos héroes hubiera guardado tantas concomitancias, de no haber sido porque la visita de Flynn a España obedeció a una operación para promocionar una de sus películas.

Tiempo después, con los adoradores internacionales del más longevo de los dictadores comunistas, los que llamaban “gusanos” a quienes huían de la represión castrista, esos nuevos dogmáticos que aquí y en tantos otros sitios alteraron la antigua escala de valores, anteponiendo el pragmatismo a la épica, también habrían de dirigirse nuevas críticas contra un Flynn que ya era una estrella olvidada del Hollywood clásico. “El miedo es libre”, comentan todavía algunos; “más vale decir por aquí pasa un cobarde que aquí murió un valiente”, argumentan otros. Y así, cuando la valentía también comenzó a ser fascismo, Errol Flynn —el intérprete del general Custer en Murieron con las botas puestas, ni más ni menos— fue condenado. Eso sí, en efigie, porque ya había muerto.

"Errol Flynn fue víctima de estas rectificaciones cuando, ya en 1970, olvidado por completo ese galán que fue en su ocaso, Arthur Penn tuvo a bien enmendar toda la historia del western en Pequeño gran hombre"

Como el buen mitómano que procuro ser, abomino de las biografías desmitificadoras, del pragmatismo en su conjunto y de los remakes de Los últimos de Filipinas (1945), la obra maestra de Antonio Soler. Dudo por igual del doble capítulo que se dedica a los héroes de Baler en El ministerio del Tiempo Tiempo de valientes I y II (Marc Vigil, 2016)—, como de la película de Salvador Calvo, también del 16, 1898: los últimos de Filipinas. Las dos propuestas se basan en la desmitificación de unos héroes de mi país al dictado del pragmatismo del pensamiento imperante en la España de nuestros días. Si en lugar de los héroes de Baler hubiera sido el de Cascorro, al ser Eloy Gonzalo un inclusero madrileño, en liza contra los independentistas cubanos, la corrección de su gesta al canon de nuestros días —teniendo en cuenta los afectos que inspiran Cuba y mi ciudad a quienes ordenan el revisionismo de la historia según sus intereses— hubiera sido peor todavía.

Olivia de Havilland y Errol Flynn en Murieron

 con las botas puestas, de Raoul Walsh (1941).

Errol Flynn fue víctima de estas rectificaciones cuando, ya en 1970, olvidado por completo ese galán que fue en su ocaso, Arthur Penn tuvo a bien enmendar toda la historia del western en Pequeño gran hombre. No cabe duda de que había motivos para ello. Al menos muchos más que para poner en duda a los últimos de Filipinas. Una cosa es exterminar sistemáticamente a los nativos de una tierra para asentarse en ella —asunto, desde luego, abominable y que, por supuesto, no hicieron los españoles en América— y, en líneas generales, sí fue la expansión estadounidense hacia el Oeste. Y otra, muy distinta, defender la última posición de un ejército vencido.

"El prestigio de su padre le permitió ser expulsado de varios internados y colegios. En su expediente se decía que se le echaba por hurtos, él aseguraba que por seducir a las lavanderas de la casa"

Cincuenta y dos años después, más que por sus propios méritos —que sin duda los tiene—, Pequeño gran hombre ha pasado a la historia como la enmienda de Murieron con las botas puestas. Y ésta alcanza su máxima expresión en la ridiculización de Flynn en su creación de Custer por parte de Richard Mulligan, el Custer de Pequeño gran hombre. Naturalmente, yo comparto la ideología que transmite la cinta de Penn. Sé perfectamente que el general era un excéntrico y un sanguinario que llevó a la muerte a sus hombres en Little Big Horn por su afán de gloria. Pero en una pantalla prefiero el Custer de Walsh al de Penn, porque en una pantalla me conmueve la épica antes que el didactismo tosco de la crítica social y el compromiso político.

Hijo de uno de los científicos más notables del mundo de su tiempo, Errol Flynn nació en Tasmania (Australia) en 1909. El prestigio de su padre le permitió ser expulsado de varios internados y colegios. En su expediente se decía que se le echaba por hurtos, él aseguraba que por seducir a las lavanderas de la casa. Llegó al cine por casualidad, para interpretar a aventureros no muy diferentes al que había sido él mismo, cuando se desempeñaba en diversas ocupaciones, tanto en Nueva Guinea como en Sidney.

Trasladado a Londres, intervino en algunos repartos antes de ser Peter Blood en El capitán Blood (1936). En esta adaptación de Sabatini debida a Curtiz coincidió por primera vez con Olivia de Havilland. Quizás fuera porque ésta, su partenaire más frecuente en la pantalla, fue una de las actrices más rancias del Hollywood clásico por lo que, cuando el rodaje acababa, tuvo historias con Lupe Vélez, Marlene Dietrich y Dolores del Río, entre otras muchas, innumerables bellezas, notables y anónimas de su tiempo. Que se sepa, sólo se le resistió Carole Lombard. Estuvo casado tres veces. Esnifaba cocaína, fumaba opio y marihuana. Su amigo Howard Hughes llegó a expulsarle de una de las fiestas que organizaba en su castillo, de la borrachera que llevaba. Quién lo hubiera dicho cuando, con anterioridad al cine, Errol Flynn se alojaba en las suites de los hoteles más lujosos sin saber si al día siguiente iba a tener dinero para pagarlas. Y todo, a excepción de las seis botellas de whisky con las que le enterraron, todos aquellos excesos se quedaron en nada.

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