domingo, 15 de diciembre de 2024

Metrópolis - Mari Chordà ,. / DIAS DE TOROS - Borja Jiménez arrasa con la "Oreja de Oro" de RNE ,. / Retratos con alma - Cuento de Navidad ,.

 

 TITULO: Metrópolis - Mari Chordà  ,. 

  El lunes - 23 , 30  - Diciembre , los lunes a partir de las 00:30, en La2, foto,.

 Mari Chordà,.

 Mari Chordà

 Capítulo dedicado a la artista catalana Mari Chordà (Amposta, 1942), partiendo de la exposición retrospectiva que le dedica el MACBA de Barcelona. Mari Chordà es artista, escritora y activista feminista. Su imaginario indaga en el cuerpo femenino a partir de su propio cuerpo.

TITULO:  DIAS DE TOROS  - Borja Jiménez arrasa con la "Oreja de Oro" de RNE ,.


 Borja Jiménez arrasa con la "Oreja de Oro" de RNE ,.


Santiago Domecq, "Hierro de Oro", brilla entre las ganaderías más destacadas
Borja Jiménez, una de las figuras del toreo que más ha destacado en los últimos meses
 
foto / Borja Jiménez, una de las figuras del toreo que más ha destacado en los últimos meses,.

El matador de toros sevillano Borja Jiménez ha sido distinguido con la "Oreja de Oro" de Radio Nacional de España, uno de los reconocimientos más prestigiosos del mundo taurino. Así lo confirmó el programa "Clarín", dirigido por Rafa García, en una emisión especial este domingo. Jiménez se impuso de manera rotunda en la votación, sumando 21 puntos entre el voto del público, que ganó por segundo año consecutivo, y los colaboradores del espacio. Una diferencia abrumadora respecto a sus competidores: Emilio de Justo logró 7 votos, seguido de Juan Ortega con 5, Roca Rey con 4, Daniel Luque con 2 y Miguel Ángel Perera con 1.
El torero de Espartinas ha consolidado en 2024 la proyección que inició en 2023, erigiéndose como figura clave de la temporada. Sus éxitos incluyen el triunfo como máximo protagonista de San Isidro y actuaciones memorables en plazas como Bilbao, Sevilla, Pamplona (donde pagó su entrega con una cornada), Valencia, Castellón y Salamanca, donde firmó un aplaudido doblete. Esta trayectoria, marcada por el valor y una evolución artística, lo convierte en una de las referencias imprescindibles del año taurino.
Por otro lado, el "Hierro de Oro", que premia a la mejor ganadería de la temporada, ha sido para Santiago Domecq. Este reconocimiento destaca la brillantez de sus encierros en plazas de primera categoría como Madrid, Dax y Valencia, donde sus toros se ganaron el respeto de los aficionados y los triunfos de los toreros. Santiago Domecq se impuso con claridad, superando a ganaderías de la talla de Victorino Martín, que obtuvo 11 votos, y Fuente Ymbro, con 5.
El éxito de Borja Jiménez y Santiago Domecq en estos premios resalta la importancia del esfuerzo, la calidad y el compromiso dentro del mundo de la tauromaquia, consolidándolos como referentes indiscutibles de la temporada 2024.
 
 

TITULO:  Retratos con alma -  Cuento de Navidad ,.

 

La periodista Isabel Gemio regresa a la televisión para presentar 'Retratos con alma', el nuevo programa producido por RTVE en colaboración,.  

 

 

 Lunes - 23 , 30 - Diciembre -  a las 22:40 horas en La 1 / foto,.

  Cuento de Navidad ,.

 Cuento de Navidad

Baja la caja del altillo. Espera que los chicos estén durmiendo para bajarla. ¿Te parece que es hora de ponerte a hacer eso?, le pregunta su marido. Ella no le contesta. Lleva la caja a la planta baja, al living, junto a la ventana que da al jardín. Al mismo lugar donde siempre, cada ocho de diciembre, ella arma el árbol. Los chicos más que ayudarla le hubieran complicado la tarea. El marido baja las escaleras y pasa hacia la cocina. Voy a tomar un poco de agua, dice. Ella saca primero la base, abre las cuatro patas, y la apoya en el piso. El metal raspa la madera del parquet. Luego se dedica a las ramas, envueltas en papel de diario. Las desenvuelve. Mañana se van a enojar, los chicos, se van a enojar. A sus hijos les gusta armar el árbol de Navidad, pero ella prefiere hacerlo sola. Por eso esperó a que se durmieran. No les dijo que hoy era el día. Cuando se despierten el árbol ya va a estar listo. Desde la cocina se escucha el sonido del agua que corre. Ahora ella engancha la primera fila de ramas en la base. Las abre. Trata de que queden derechas, parejas, equidistantes. Prefiere el enojo de sus hijos y no el propio. Lo maneja mejor; maneja mejor cualquier enojo que no sea el suyo. Coloca la segunda  serie de ramas. Las abre. Las acomoda. ¿Tenés para mucho?, pregunta su marido antes de subir al cuarto. Ella no contesta. Ni siquiera lo mira. Sabe que cuando su marido pregunta “tenés para mucho” es porque quiere sexo. Y ella no quiere. Por eso no contesta, se hace la que no lo escucha. Coloca la tercera fila de ramas. Algunas se desflecan y caen  restos de plástico verde sobre el piso de madera. El año que viene va a tener que comprar otro árbol. ¿Tenés para mucho?, vuelve a preguntar él. Ella esta vez lo mira, pero tampoco contesta. El año que viene,  va a comprar un árbol nuevo el año que viene. Este año ya es demasiado tarde, hay demasiada gente en los negocios comprando adornos navideños, y a ella no le gusta cuando hay mucha gente. El marido sube la escalera y desaparece. Arriba, una puerta se golpea con fuerza. Es él, ella sabe. Cuando algo se le atraganta, su marido golpea puertas. Ella sigue trabajando en silencio. Coloca la punta del pino; se le tuerce hacia la derecha. Hace años que se tuerce. Es más, el mismo diciembre en que  compraron el árbol ya la punta estuvo torcida. El año que viene va a comprar otro árbol. Este año es demasiado tarde. Y hay mucha gente. Un chico llora. Un hijo de ella llora. Se queda quieta, frente al pino todavía sin adornos. No quiere que el chico baje y la encuentre. Escucha los pasos de su marido, arriba, en el pasillo que va a los cuartos. Y voces. El chico se calma. Ella entonces vuelve a su tarea. Se aparta del pino, toma distancia para poder juzgar si todas las ramas están en su lugar. Alineadas, parejas. El marido ahora se asoma por la escalera, en calzoncillos. ¿No subís?, dice. Quiere sexo, ella lo sabe. No lo dice pero ella lo sabe. En un rato, contesta. El marido sabe que ella no va a subir; el marido sabe que cuando dice “en un rato”, ella no sube. Se va enojado, aunque está descalzo se sienten sus pasos pesados en la escalera. A ella no le importa. Espera otra vez el ruido de la puerta que se golpea. Pero esta vez ese ruido no llega. Tal vez por el chico, para que no llore. O para que no se despierte otro. No le importa. Sólo le importa que el tiempo que le lleve a ella terminar de armar el árbol sea suficiente como para que el sueño venza el deseo sexual de su marido. Abre la caja donde están las bolas coloradas, todas iguales. Las cuenta. Cuenta las ramas. Las bolas son casi la mitad de las ramas. Las coloca rama por medio. Una sí una no. Dos se juntan donde termina la ronda y eso le molesta. Quita una, pero entonces se juntan dos ramas desnudas. Gira el árbol para que esa falla quede contra la pared y no se vea. Cuando termine de adornar el árbol va a subir, entonces sí. Busca dentro de la caja la estrella que irá en la punta. Se sube a un banco. La pone en la punta. La estrella se tuerce, junto con la punta, hacia la derecha. Una estrella dorada. Una estrella que fue dorada. Dos de las cinco puntas están raídas y se ve el cartón gastado. El año que viene va a comprar otro árbol. Y adornos navideños. Y una estrella de mejor calidad. El año que viene. Cuando no haya tanta gente. Mañana va a hacer el amor con su marido. Tal vez. Va a dormir la siesta antes, así a la noche no está cansada. Y sin ganas. Va a dormir la siesta; sí, mañana. Y va a comprar un árbol, el próximo año. Los chicos se van a enojar cuando se despierten. Pero el árbol va a estar listo, y el enojo al rato se les va a pasar. Busca las luces. Las coloca abrazando el árbol, girando alrededor. Las enchufa. Las luces de colores se prenden y se apagan. Dentro de la caja sólo queda el pesebre. Una casa de madera. La Virgen, San José, una cabra y un burro. Y el niño Jesús en el moisés. Su suegra dice que el niño no se pone hasta la Noche Buena. Recién cuando dan las doce. Pero a ella no le importa. En su casa, en la que ella vivía con sus padres, el niño estuvo siempre en el pesebre, desde el mismo momento en que se armaba el árbol. Un árbol más pequeño, sin estrella en la punta. Mañana va a dormir la siesta. Pero ahora no va a subir. Todavía no. Se va a quedar junto al árbol, sentada, sin hacer nada, mirándolo mientras todos duermen.

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