Cómo deshacerme de los pensamientos negativos-foto
Soy una chica de 25 años, y hace cuatro años tuve mi primera crisis de ansiedad. Desde pequeña he sido hipocondriaca y a raíz de tener estas crisis me he vuelto insegura. He ido a psicólogos y a psiquiatras y he ido saliendo adelante con y sin medicación. Soy muy alegre, tengo muchos amigos, pareja estable, una familia estupenda. Pero siento que mi forma de ser tiene muchos altibajos. A veces me da miedo salir de fiesta, quedarme sola en casa o conducir hasta el pueblo de al lado. Me dan taquicardias, me falta el aire y no puedo tragar saliva. Siento que voy a morir y me afecta en mi día a día. Suelo tener pensamientos negativos respecto a mi futuro, miedos irracionales y la autoestima baja. Intento mejorar mi forma de ser, nunca he dejado de salir con mis amigos, de viajar; en definitiva, a pesar de que a veces me encuentro mal psicológicamente siempre salgo adelante y paso muchos momentos buenos. Pero no quiero que un simple pensamiento negativo pueda más que todos los positivos. ¿Cómo puedo sentirme más segura y olvidar los pensamientos negativos que me nublan la mente? ¿Cómo dejar paso a la positividad y dejar de sufrir por tonterías?
El trastorno de pánico comprende una variedad de síntomas somáticos, fisiológicos, físicos y cognitivos durante ataques de ansiedad repetidos. Estudios demuestran que las personas que sufren ataques de pánico tienden a sobregeneralizar el miedo. Una de las cosas que podrías empezar a hacer a partir de ahora es darle más importancia a las cosas positivas que tienes en tu vida, que por lo que explicas son muchas, y darle menos importancia a esas ideas negativas, que son solamente eso, ideas, pero no son parte de la vida real.
Las terapias cognitivo-conductuales son muy eficaces a la hora de preparar al paciente para comportarse de forma diferente a la hora de afrontar los problemas y ayudar a cambiar los pensamientos negativos. Aprender a controlar esos pensamientos y no dejar que ellos te controlen a ti será esencial en el proceso. Puede ayudarte el darte cuenta de que estás anticipando situaciones negativas antes de que ocurran, y eso hace que te preocupes y, como consecuencia, sufras ansiedad. Pregúntate cada vez que te aparezca una idea negativa en la probabilidad real que existe de que eso ocurra o intenta ser consciente de la funcionalidad de ese pensamiento. Si no sirve de nada preocuparse antes de tiempo, entonces para qué hacerlo.
La exposición a lo que te asusta también va a ayudarte a eliminar la ansiedad, y cada vez que lo hagas te ayudará a darte cuenta de que no sucede nada de lo que habías anticipado y que las sensaciones fisiológicas desagradables suceden a partir de una idea errónea negativa desadaptativa. Intenta centrarte en el presente, eres consciente de que “sufres por tonterías”. Las terapias en mindfulness y las técnicas de relajación pueden servirte de ayuda para aprender a controlar los pensamientos intrusivos que interfieren en tu día a día, ejercitando la atención.
TÍTULO: LA CARTA DE LA SEMANA, LA VIDA OCULTA DE FIDEL,.
- En realidad, lo que escribió Norberto es una crónica bárbara y primorosa del caso Ochoa, aquel que se llevó por delante la vida, mediante ...foto,.Aún paladeo el placer que me supuso la lectura de Dulces guerreros cubanos, el libro mediante el que Norberto Fuentes, primoroso escritor cubano, ajustó cuentas con el régimen castrista, al que sirvió en calidad, prácticamente, de amanuense del dictador Fidel Castro. Digo 'amanuense' y digo mal, ya que Norberto -autor de la apócrifa Autobiografía de Fidel- ejercía de literato de cámara, de propagandista del sistema y de relator de los vaivenes de la Revolución cubana. En realidad, lo que escribió Norberto es una crónica bárbara y primorosa del caso Ochoa, aquel que se llevó por delante la vida, mediante fusilamiento, de varios militares de la causa revolucionaria cubana bajo la acusación de tráfico de drogas y enriquecimiento personal, cuando en realidad se trató de una purga interna en el más estricto sentido estalinista del término. A Arnaldo Ochoa, héroe de la Revolución, estandarte de la absurda guerra de Angola, lo fusiló el castrismo para quitarse de en medio a un posible rival y para convencer al mundo de que la dictadura cubana no tenía nada que ver con los manejos de contrabando con el que se financiaba un sistema anquilosado y ruinoso. Aconsejo su lectura encarecidamente, ya que Norberto es, por demás, un volcán de estilo.
Recientemente ha sido editado (Península, 2014) otro volumen sin voluntad literaria que remeda algunos aspectos de aquella obra excepcional, pero que supone un aporte de datos enormemente esclarecedor de los interiores de la vida de Fidel: uno de sus escoltas inmediatos, Juan Reinaldo Sánchez, aclara en La vida oculta de Fidel Castro algunos de los secretos comportamientos del líder comunista que aún tiene obnubilados a miles de ciudadanos en el mundo libre. Sánchez formaba parte del primer anillo de seguridad de Fidel, ese al que solo llegan los elegidos, gente que puede crujirte la espalda con un solo movimiento del dedo pulgar: tras protegerle al estilo de todos los guardaespaldas de grandes dirigentes, llegó el día en el que entendió que Castro estaba dominado por la fiebre del poder absoluto y el desprecio completo al pueblo al que decía dirigir. En el año 94, desencantado por todo lo que veía, oía, vivía, quiso retirarse y pidió la licencia con un par de años de antelación a la edad legal de su jubilación. Por haberse atrevido a renunciar a defender a su comandante le encerraron durante algunos años en una celda infestada de cucarachas, le torturaron y trataron de eliminarle. Al salir, procuró la huida y la consiguió en 2008 después de algunos intentos frustrados. Define a Fidel como a un autócrata paranoico, cómplice de narcotraficantes y manipulador financiero. Tal vez demasiado. O no.
Obsesionado con la seguridad en una sociedad fuertemente vigilada y reprimida, Fidel circula en un coche con vigilantes armados y con un fusil entre sus propias piernas. Los vigilantes han de ser de su mismo grupo sanguíneo por si fuera necesaria una transfusión de emergencia, viajan en cinco coches blindados y guardan un protocolo propio de guerrilla urbana. Sánchez asegura, además, que el dictador cubano creó en los años sesenta la famosa 'reserva del comandante', una cuenta particular constituida con fondos especiales extraídos de la actividad económica nacional para ser usada a discreción en función de sus necesidades privadas.
Es evidente que muchas de estas revelaciones son dignas de ser colocadas en la prudente reserva de aquellos que creen que un 'traidor' a la causa puede incrementar hasta el delirio las acusaciones con tal de ejecutar una sonora y contundente venganza, pero con solo tomar por ciertas algunas descripciones verosímiles del personaje nos sitúa ante un hombre digno del análisis crítico con el que se le viene juzgando en los últimos tiempos, esos que se caracterizan por el desencanto provocado por una revolución fracasada, dictatorial, terrorífica y empobrecedora. De la que solo se podrá salir a partir del día en que la desaparición de los dos hermanos Castro deje paso a una nueva remesa de políticos hechos a los desafíos de los tiempos que corren. En Cuba los hay, incluso dentro de las estructuras del régimen, y no tienen más remedio que esperar a que un jefe disminuido y enfermo deje de reinar sobre los seres humanos y de influir sobre los acontecimientos.