domingo, 9 de noviembre de 2014

A FONDO, MAMA TE VAS A ENTERAR,./ EN PRIMER PLANO, Misioneros ¡Nosotros nos quedamos!,.

TÍTULO: A FONDO, MAMA TE VAS A ENTERAR,.

A fondo

Mamá, te vas a enterar-fotos.

Las denuncias de padres que han sido agredidos por sus hijos se han multiplicado por cuatro en los últimos cinco años. Y es la punta del iceberg. Muchos progenitores no denuncian por vergüenza, por pena o incluso por temor a la venganza. Psiquiatras y antropólogos españoles han entrevistado a víctimas y verdugos y han sacado conclusiones. Se las contamos. 
Mi ordenador es sagrado. Un día tenía la música a toda hostia y vino mi madre y me bajó un poco el volumen. Yo lo subía otra vez y ella lo bajaba. Ya vino y me arrancó los altavoces y empecé a insultarla y, claro, pues ya de ahí a pegarle tortazos y 'patás'...».
Amanda, una adolescente de Badajoz, relata con naturalidad la agresión que colmó el vaso. Sus padres la denunciaron y el juez de Menores le impuso dos años en régimen de semilibertad en un piso tutelado. Tenía 14 años. Es hija única. Su madre es ama de casa; su padre, empresario agrícola. «Mi madre es más floja, mi padre es más rígido. Pero me cae mejor mi padre», confiesa. Niña mimada. «Yo no tengo problemas de dinero, ni de ropa ni de nada... Mi armario se cae abajo. Si pedía dinero, me lo daban». No hacía tareas en casa. «Me lo exigían, pero yo no hacía caso. Es mejor que haya normas porque, si no las hay, te desmadras más», reconoce.
Amanda es carne de estadística. Las denuncias por agresiones de hijos a padres se han multiplicado por cuatro en estos cinco años. En 2012 se contabilizaron 4936 casos en la Fiscalía de Menores. Pero solo es la punta del iceberg. Muchos padres no denuncian por vergüenza, por que se sienten culpables, por que les da pena que sus retoños se vean privados de libertad o incluso por miedo a su reacción cuando salgan, como explica Javier Urra, director de la Sociedad Española para el Estudio de la Violencia Filio-Parental. «Es un tema tabú, pero que va a más».
Pero Amanda es, sobre todo, un misterio. ¿Por qué actúa así? Es un misterio que desespera a los padres, que desconcierta a los propios adolescentes agresores y que intriga a los expertos. No es una violencia exclusiva de familias con bajo nivel económico o sin estudios. «En el 60 por ciento de los casos, al menos uno de los progenitores es licenciado universitario», subraya Jordi Royo, asesor del centro terapéutico Amalgama-7, en Cataluña.
Es un fenómeno que se reproduce en muchos países del Primer Mundo. Un tercio de las 85.000 llamadas recibidas en una línea telefónica británica de ayuda están relacionadas con casos de violencia de hijos a padres, sobre todo a madres. Y un estudio de la Universidad de Oxford confirma que el 87 por ciento de las víctimas son madres. Por otra parte, los hijos adoptados tienen un 33 por ciento más de posibilidades de agredir que los biológicos. Otra encuesta, en el País Vasco, sitúa en el 3,2 por ciento los menores que admiten haber agredido físicamente a sus padres más de seis veces en el último año, cifra que aumenta hasta el 14 por ciento en los casos de violencia psicológica (insultos y amenazas), según Roberto Pereira, director de Euskarri.
¿Qué está pasando? Es la pregunta que se hicieron Domingo Barbolla, Esther Masa y Guadalupe Díaz, investigadores de la Universidad de Extremadura, que han abordado el problema desde la antropología. Obtuvieron permiso para entrevistarse con menores que habían agredido a sus padres y con las víctimas de sus ataques. Y sus conclusiones se plasman en el libro Violencia invertida. Cuando los hijos pegan a sus padres (Editorial Gedisa). «No es una cuestión de pérdida de valores... Es algo más profundo. Estamos asistiendo a un cambio radical en la manera en que ejercemos la autoridad», explica Barbolla. Los valores siguen estando ahí, pero falta la correa de transmisión para que los padres los inculquen a los hijos.
La sociedad ha entrado en un bucle. Por una parte, los padres han renunciado al uso de la coacción. Por otra, se judicializan los conflictos. Los padres, impotentes, no ven otra salida que la denuncia en comisaría. «Antes teníamos otros actores que hacían de mediadores: familiares, vecinos e incluso sacerdotes que buscaban una solución».Desorientados, los progenitores suelen dar bandazos entre dos modelos pedagógicos incompatibles: el autoritario y el permisivo. Ninguno sirve. «El modelo autoritario termina provocando una rebelión del hijo presionado. Y el permisivo, que despoja de cualquier herramienta coactiva a padres y profesores, es inviable. En cualquier sociedad se necesita cierto grado de fuerza a la hora de imponer normas».
¿Lo ideal? «Un modelo intermedio de influjo democrático, pero estructurado desde una jerarquía. Un proceso en el cual la libertad y la independencia de los hijos se registren progresivamente, acordes con su edad o madurez, y donde la disciplina y la autoridad se hagan presentes en su justa medida», afirma Barbolla.
Pero es un modelo difícil de implantar en una sociedad donde predominan las familias triangulares, con un solo hijo 'reinando' en el 21 por ciento de los hogares, al que se cubre de atenciones. Hijos que son aprendices de déspotas. Y aprenden rápido... La edad media de inicio de la violencia se sitúa a los 11 años. Pero es algo que se ve venir. «Las actitudes despóticas en críos que no alcanzan los tres años son ya evidentes en las guarderías. A algunos padres sobreprotectores les cuesta entender que sus hijos se comportan como se les exige gracias al establecimiento de normas y al predominio de la colectividad sobre el individuo. En este espacio, el niño aprende a estar en grupo, a compartir los recursos, a esperar su turno», describe Barbolla. En las familias triangulares, el juego existe de un modo distinto. «Los progenitores procuran divertir a su pequeño privándole de la experimentación del fracaso si no acierta a coger la pelota...».
El resultado: no se tolera la frustración.Los niños que pegan a sus padres no son perversos o psicópatas; son el producto de un fracaso educativo, en especial en la transmisión del respeto. Argumentan los sociólogos que en la etnia gitana, reverencial con sus mayores, no suelen darse estas conductas. Hay más causas: el consumo de drogas, incluida la tecnológica; o los nuevos modelos de familia: una de cada cuatro ya es monoparental. Y un patrón que se repite: la ausencia de padre, que puede ser física o emotiva. Según el pedagogo Aldo Naouri, la presencia del padre es necesaria como elemento moderador entre madre e hijo y, sobre todo, entre madre e hija. El padre solía ser el que decía «no». «Si le he dado todo, ¿por qué me pega?, nos preguntaban algunas madres, perplejas», recuerda Barbolla. Amanda alega que sin darse cuenta empezó a llevarse mal con la suya. Dejaron de hablar. Solo coincidían a la hora de comer. «Discutíamos por cualquier tema... Claro, mi madre me daba tantos caprichos que abrió los ojos y dijo: 'Hasta aquí'. Y yo quería más y más».
El menor que se atreve a agredir y se sale con la suya experimenta, además, el vértigo del poder. Amanda recuerda que una vez acorraló a su madre. «Quería llamar a mi padre, pero le arranqué el teléfono. Intentaba abrir la puerta y yo no le dejaba... La insultaba, la cogí del pelo y la tiré al suelo...».Todo es como un mal sueño ahora. ¿Reincidirá Amanda? Por lo pronto, cuando quiere comprarse alguna prenda de ropa, lo hace con su dinero ahorrado de Reyes o con el de sus pagas. ¿Su futuro? «Me gustaría ser psicóloga, pero hay que estudiar mucho [se ríe]. No me veo capaz».

Hablan los hijos
-Mario, 17 años
Denunciado por maltrato en el ámbito familiar
No me gusta que me lleven la contraria. Mi padre es arquitecto; mi madre, maestra. Mi madre es más pesada, siempre estaba encima de mí. Y mi padre hace lo que ella dice, no quiere problemas. Fui a un buen colegio. Antes aprobaba; ahora, no... Estaba mucho tiempo con el ordenador, y mi madre me decía que me quitara y yo que no, hasta que me quitaba los cables. Nunca le he dado dos hostias, solo empujones, pero cuando me pongo nervioso no controlo mi fuerza».
-Álvaro, 16 años
En un centro de menores
Soy tranquilo, pero se me cruzan los cables. Con 13 años empecé con los porros... y eso a la larga te hace daño, ¿no? A los 15 ya me descentré, ni iba a clase ni nada... Estaba todo el día en la calle. Llegaba a casa y mi padre me miraba de arriba abajo. Eso es lo que me molesta. No me gusta que me controlen. Un día cogí la PlayStation y casi se la estampo en la cara. Solo me acuerdo de la última vez que le di, del puño que le metí. Le metí un papo que le puse un ojo morado. Estuvo un mes sin hablarme... Ya me tenía miedo. Imagínate que tienes un hijo que está 'to' loco; a mí se me va 'mogollonazo' la cabeza».
-Belén, 17 años
En un piso tutelado
Mi madre es enfermera. Mi padre murió. Tengo un problema con la agresividad. Llevo un año practicando kárate y me ha ayudado un montón; me descarga... He ido a psicólogos, pero nada. Voy allí a recordar y recordar. Prefiero estar sola, se me pasa antes. Le he pegado a mi madre, pero ella también a mí. Una vez con una cuchara de madera. Seguirá siendo mi madre, pero no le perdono que me denunciase. Hasta el día del juicio no lo reconoció».
Hablan los padres
-Remedios, 45 años
Yo me machaco mucho. Creo que soy la culpable de que él esté internado en un centro... No quiere que lo llamemos. Tengo cuatro hijos: uno de mi primer marido y tres de mi segunda pareja. Él es el mayor de estos tres. Me tiene manía... A mí; a su padre, no. Y eso que yo le compraba ropa o las zapatillas de marca; a lo mejor su padre no quería y yo a escondidas se lo compraba. Soy muy blanda. Conmigo ha conseguido todo lo que ha querido... La primera vez que me pegó, no le dije nada a su padre. Pero ya después, las otras veces, me entró el miedo. Pusimos cerrojos en las habitaciones».
-Ángela, 51 años
Mi hija es adoptada. Era una niña dulce, pero con un pronto... Ha estado muy mimada. De pequeña pedía y yo le decía: 'Ahorra...'. Mi marido le daba más caprichos. Cuando murió, ella estaba como perdida; tenía 11 años. Yo me vi muy mal porque tenía que llevar toda la responsabilidad... Empezaron los gritos, los insultos. Se pasaba 12 horas seguidas con el ordenador. Se levanta a las tres de la tarde. Se echó un novio de 21 años... En la última agresión me cogió por el cuello. Tengo un parte de lesiones. Pero como empezó con 13 años tampoco me aceptaban denuncias ni nada. Y ahí he vivido un año y pico de infierno».

TÍTULO:  EN PRIMER PLANO, Misioneros ¡Nosotros nos quedamos!,.

En primer plano

Misioneros ¡Nosotros nos quedamos!,.

Cuando todos se van, ellos se quedan. Más de 14.000 misioneros españoles viven repartidos por el mundo. Guerras, enfermedades, pobreza extrema..., muchos ponen en riesgo sus vidas. El ébola los ha puesto en el punto de mira. Estos son los testimonios de algunos hombres y mujeres buenos.


No somos héroes, que quede claro. No me gusta cuando la gente dice eso de: Se quedan cuando todos se van. Nos quedamos porque nos consideramos uno más, porque queremos ayudar a la población». Mikel Larburu es un padre blanco. tiene 70 años y cuatro décadas de servicio misionero en Argelia a sus espaldas. Y aunque no le guste, lo cierto es que este vasco de Zumaya es de los que se quedan cuando todos se van. Y no es el único. Esa predisposición al sacrificio es inherente a la labor de los más de 14.000 misioneros españoles España es la mayor potencia mundial en este ámbito que desempeñan sus tareas en más de 130 países.Sin ir más lejos, Larburu se quedó en Argelia cuando todos los occidentales salieron en estampida del país.
Allí, de 1991 a 2002, vivió una guerra civil mientras asistía, impotente, a la muerte de miles de personas más de 200.000, incluidos 19 religiosos y cuatro compañeros de su propia organización.Luis Pérez también es de los que se quedan cuando todos se van. Toledano y misionero javeriano de 63 años, Pérez lucha hoy contra el ébola en Makeni, el gran enclave urbano del norte de Sierra Leona. En este país, el virus se ha cobrado la vida de más de 1300 personas y en Makeni se encuentra uno de los grandes focos de la enfermedad. Pérez regresó hace poco al país, donde ya vivió entre 1996 y 2002, en plena guerra civil. Entonces se quedó hasta el final, siguiendo lo que él llama el 'protocolo' para estos casos: «Quedarte con la población con la que estás».
Y eso que en su primera estancia pasó dos semanas secuestrado por los rebeldes junto con otros cinco javerianos, un arzobispo y seis misioneras, cuatro de las cuales fueron asesinadas.«Ahora he vuelto a un país recuperado de la guerra, que vivía un crecimiento positivo y de pronto... el ébola», dice el misionero, subrayando que una vez más no piensa abandonar. Y eso a pesar del panorama que describe. «Familias enteras están siendo destruidas; ves a los llamados 'huérfanos del ébola', niños que todos rechazan por miedo al contagio; el personal sanitario está siendo diezmado; los hospitales se quedan inoperativos por falta de médicos, enfermeros y recursos; la economía está paralizada, desaparecen puestos de trabajo; se cierran escuelas, academias y universidades; las parroquias y comunidades cristianas ven reducidas sus actividades al estar prohibidas las reuniones y concentraciones; hay restricciones de circulación para personas y mercancías; suben los precios de productos básicos; el país está aislado...».
Pérez, como el resto de los misioneros que permanecen y permanecerán en los países afectados, continúa trabajando, confiando en no seguir el destino de Miguel Pajares y Manuel García Viejo, sus dos colegas españoles fallecidos por ébola tras ser repatriados a España. «Confiamos en el Señor dice y en las personas que trabajan por un mundo más humano, justo y en el que se pueda vivir con dignidad».
Juan Antonio Fraile
Misionero Comboniano 54 años, pasó 12 en el Congo y vivió dos guerras, con cinco millones de muertos.
"Se oían tiroteos, mujeres pidiendo auxilio... y no podíamos hacer nada"
Una Navidad, nos avisaron: 'Vienen a por ustedes'. Huimos a la selva y pasamos 15 días bajo una lona atada a cuatro árboles. Bebíamos agua del río y comíamos lo que nos traían los de la aldea a escondidas». Juan Antonio Fraile pasó 12 años en el Congo viendo cómo el odio lo deshumanizaba todo a su alrededor durante dos conflictos que se cobraron cinco millones de vidas. «Durante la guerra, por la noche, nos escondíamos recuerda. A veces oíamos voces: Estos padres deben de andar por aquí. Se nos cortaba la respiración. Se oían tiroteos, mujeres pidiendo auxilio... y no podías hacer nada. Al ver tantas atrocidades, pensaba: Lo que somos capaces de hacer, Dios mío, cuando nos alejamos de tu doctrina». Cuando volvió a España, se estremecía ante el ruido de unos petardos navideños. Su mente estaba en otro lugar. «He pasado mucho miedo, pero deseo volver al Congo».

Mikel Larburu
Misionero de África. Padres Blancos, 70 años, 40 años en Argelia, vivió la guerra civil, en la que 19 religiosos fueron asesinados.
"Cada día pensaba: 'Quizá hoy sea el último'"
Cuando el conflicto estalló rememora Larburu, el obispo de Orán, Pierre Claverie, nos dijo: Si alguno desea partir, es libre, pero la Iglesia de Argelia se queda. No abandonará a su pueblo. Nos quedamos unos 200 religiosos y, en año y medio, fueron asesinados 19; entre ellos, cuatro padres blancos y el propio obispo. El episodio más cruento fue la matanza de siete monjes trapenses en Tibhirine el 21 de mayo 1996. Oficialmente se señaló a un grupo islámico. Otros insinúan que el Ejército confundió a los monjes con terroristas y, al ver que eran religiosos, los decapitaron para culpar a los islamistas. Para colmo, en el funeral se abrieron los ataúdes y dentro solo había cabezas y tierra. No se sabe bien qué pasó.
Antes de aquello, el 27 de diciembre de 1994, llamaron a la puerta de nuestra misión en la Cabilia donde había cuatro misioneros diciendo que era la Policía. Todos fueron asesinados. En aquellos días pasamos mucho miedo. Imagina que te dicen: Esta noche han matado a 350 en un pueblecito ahí al lado. Piensas: ¿Cuándo me tocará a mí?. Cuando fui nombrado provincial, viajaba mucho en coche visitando a mi gente. Siempre iba solo, salía a las 4:30 y pensaba: Quizá sea mi último día. Los extranjeros éramos muy apreciados para secuestros y ¿qué iba a hacer? Tenía que visitar a mis compañeros en aldeas aisladas». Larburu regresó a Europa para participar en un programa de integración del pueblo musulmán, pero una embolia trastocó sus actividades. Ya recuperado, da conferencias y charlas sobre el islam y acaba de publicar en español y en euskera un cómic de origen francés sobre la matanza de los monjes del Atlas.

Juliana Bonoha
Misionera de la Inmaculada Concepción, 70 años, trabajó en el hospital de San Juan de Dios, en Monrovia (Liberia), repatriada junto con Miguel Pajares, fallecido por ébola.
"El hermano Miguel no quería dejar Liberia si no salíamos todas"
De niña, en Guinea, aprendí a leer con las Misioneras de la Inmaculada y, al acabar los estudios, me fui con ellas. Pasé cinco años en Monrovia, en el hospital de San Juan de Dios, encargada del almacén. Un día el director se puso malo, pero los análisis dieron negativo. Cuando le hicieron nuevas pruebas, ya era tarde. Todos estaban contagiados. Fueron muriendo uno a uno, hasta que hubo que cerrar el hospital. Yo fui repatriada con el hermano Miguel Pajares. Él se negaba a dejar Liberia si no salíamos todas. Al final lo convencieron. Los gobiernos africanos son culpables de todo esto. Si África fuera pobre..., ¡pero es que tenemos más riqueza que nadie! En Liberia, gran productora de caucho, los hospitales públicos son caros, no te atienden si no compras las medicinas; y la educación no es obligatoria ni gratuita. En el hospital, nunca se le negó ayuda a nadie. Cuando cundió el pánico, muchos abandonaban a sus familiares a las puertas del centro, escondidos para evitar ser tratados como apestados». Bonoha trabaja ahora con la Fundación Signos Solidarios de las Misioneras de la Inmaculada.

Virginia Cuenca y Juan Carlos García
Misioneros Vicencianos laicos, 41 y 49 años, respectivamente ,último destino: Moskitia (Honduras), una de las zonas más aisladas del mundo y controlada por el narco.
"Aquí, la gente muere de dolencias comunes porque no hay hospitales ni medicinas"
Enfermera, ella; técnico en enfermería, él; se conocieron en unos cursos y se fueron a la Moskitia (Caribe hondureño). «Es lo más alejado de la civilización cuentan. No hay luz ni agua, y toda la población es indígena. Es un lugar bellísimo, Reserva de la Biosfera y todo, pero también zona de paso del narcotráfico. Las grandes mafias tienen allí sucursales y las maras son sus sicarios. Aunque también ayudan a los huérfanos de los desaparecidos en ajustes de cuentas: les compran libros, mochilas... Nosotros hacíamos labor pastoral, alfabetización, atención sanitaria. Allí no hay hospitales ni medicamentos, y la gente no se muere de malaria o sida, sino por dolencias comunes. Por no hablar de los estragos de la droga.
Muchos hombres que consumen, cuando bucean para pescar langosta o cangrejo con una manguera en la boca y para abajo, o no salen o se quedan parapléjicos. El que sale, si tiene dinero, es trasladado por río hasta San Pedro Sula, aunque suelen llegar tarde al hospital. Con los supervivientes intentábamos hacer rehabilitación. Allí las situaciones te sobrepasan, sobre todo los asesinatos y el uso de niños como recaderos de la droga. Donde pasamos miedo de verdad fue en el Congo. Éramos tres y habíamos construido un orfanato. Los radicales nos querían echar y pasaban las noches abriendo y golpeando las ventanas. Del miedo, chicos de 13 años se hacían pis en la cama». Ahora, Virginia y Juan Carlos están en Madrid, de paso hacia Mozambique, donde intentarán cumplir su deseo de ser padres.

María Peral
Misionera de África, 74 años, 50 años en África, Provincial en Argelia, Túnez y Mauritania.
"La gente te protege. Nos dicen: 'Sois nuestra esperanza'"
No hay destinos duros. Estamos donde podemos ser útiles, dice Peral, pero, si he de mencionar un país donde te juegas la vida, ese es Mauritania. Allí no solo matan a europeos y religiosos, también entran en los pueblos y lo arrasan todo. La gente nos protegía. Nos decían: Vuestra presencia es la razón de nuestra esperanza. Soy feliz por haber ayudado a muchas mujeres, aunque también he sentido impotencia. Un día entré en una casa y faltaba la hija pequeña, de seis años. La familia de mi marido se la ha llevado para casarla', me dijo su madre. Yo pensé: 'Esto es una forma de violación'». María lleva un año en Madrid ayudando en dos dispensarios donde atienden a más de cinco mil emigrantes. Añora volver a África. «Iré», asegura, rotunda.

Muro de Berlín, nuevo 'doodle' de Google ,/ DESAYUNO- CENA- DOMINGO-JOSE LUIS FIGUEREO FRANCO, EL BARRIO- CANTANTE,./ EL TREN, BASTA DE TANTO,./ COCINA DOMINGO- QUICHE DE CHORIZO,.

TÍTULO: Muro de Berlín, nuevo 'doodle' de Google,.

El Muro de Berlín vuelve a caer en Google,.

La conmemoración del 25 aniversario de la caída del llamado Muro de la vergüenza ha llevado a Google a crear un doodle muy emotivo,.foto

 Si existe una fecha que significó un cambio de era, un punto y aparte, una convulsión en la edad contemporánea, ésta es el 9 de noviembre, concretamente del año 1989. Esa es la fecha en la que cayó el Muro de Berlín, derrocamiento que significó la unificación de Alemania, dividida tras la Segunda Guerra Mundial.

La conmemoración del 25 aniversario de la caída del llamado Muro de la vergüenza ha llevado a Google a crear un doodle muy emotivo. Las letras del buscador más usado de la red se han convertido en una secuencia de imágenes que empieza en 1989, con las históricas imágenes de alemanes eufóricos subiendo al muro, abrazando a familiares y amigos del otro lado y derribándolo con ilusión. Seguidamente, Google hace un rápido viaje en el tiempo y muestra los trozos del Muro de Berlín que aún siguen en pie.
En las imágenes aparecen los grandes bloques de cemento, que formaban parte de la pared que separaba la República Federal Alemana y la República Democrática Alemana, repartidos por todo el mundo. Londres, Seúl, Ciudad del Cabo, Madrid, Langeland, Moscú, Buenos Aires, Budapest, Ein Hod (Israel), Mountain View, Estrasburgo, Kiev, Sofía, Washington, Bruselas o Nueva York muestran en sus calles trozos de una historia muy cercana y dolorosa.
Los trozos de Muro de Berlín, todos ellos pintados o decorados con motivos alegres y vivos, aparecen en el vídeo de Google, que acaba con una imagen de parte de la pared en Berlín, decorada con un símbolo de la paz, imagen de la necesidad de un cambio y de una comprensión que el propio muro, con su simbolismo, negaba a los alemanes, a los europeos y a todos los seres humanos.

TÍTULO: DESAYUNO- CENA- DOMINGO-JOSE LUIS FIGUEREO FRANCO, EL BARRIO- CANTANTE,.


Desayuno de domingo con...-foto.

El Barrio: "¡Aquí, en España, ha robado todo el que ha podido!"

Nací en Cádiz en 1970 y mi nombre real es José Luis Figuereo Franco. Lo de El Barrio es en honor al mío: el de Santa María. Presento nuevo disco, 'Hijo de levante', y empiezo gira en enero. Daré unos 70 conciertos, que no está mal...

XLSemanal. Si le digo «buenos días, Barrio» queda muy raro, ¿no?
El Barrio. Rarísimo, sí [sonríe]; mejor llámame Selu.
XL. ¡Vale! Hijo de levante, pero de Cádiz por encima de todo.
E.B. Es normal: por el Estrecho nos entra un viento de levante africano, caliente y marinero, que nos pone contentos.
XL. Tres años sin sacar disco, ¿qué ha hecho en todo este tiempo?
E.B. Componerlo, grabarlo y ser padre. Tengo dos niñas muy chiquititas: una de tres años y la otra de once meses.
XL. Está bien que un hombre aparque su trabajo para ejercer la paternidad.
E.B. No sé. Muchas veces es mejor estar cantando que con las niñas, del coñazo que te dan [ríe].
XL. ¿Ha acabado hasta las narices?
E.B. Totalmente [risas]. Sacar disco es un descanso. Las dos son levante total.
XL. Supongo que, ahora, tendrá más amor que desamor.
E.B. Claro. El amor de mi mujer y mis hijas. A esta edad, eso de que te dejen plantao a cada momento ya no me pasa.
XL. Una de sus canciones denuncia el maltrato.
E.B. Donde se esconde el miedo es un tema sobre la violencia de género porque me preocupa, por ambos lados. No soy ni feminista ni machista.
XL. Pero no va a comparar el maltrato a la mujer con el que recibe el hombre.
E.B. No, pero están muy mal los dos. Si no quieres a alguien, déjalo: aún podéis llegar a ser amigos. Un adiós a tiempo es más bonito que un sin adiós.
XL. En otra canción habla del quinto mandamiento: no matarás, pero, más que el quinto, nos falla el séptimo...
E.B. ¡Hostia! A ese falta toda España. Aquí ha robado todo el que ha podido.
XL. «Todo lo que tengo me lo he ganado a pulso». ¿Tiene mucho?
E.B. Lo que me hace falta para vivir: la nevera llena. Lo que no tengo es para gastar en un bingo. Soy ahorrativo y miro el día de mañana.
XL. Por cierto, cada año saca un modelo de sombrero nuevo.
E.B. Sí, he logrado que una sombrerería catalana me regale dos cada año.
XL. Con sombrero, ¿se siente más Chaplin, Bogart o Indiana?
E.B. Más Bogart, sin duda; me siento más gánster que aventurero o cómico.
XL. Sus fans se tatúan su cara, ¡ya son ganas!
E.B. [Risas]. Sí; no soy agraciado de cara, y tenerme tatuado para toda la vida...
XL. ¿La cara de quién se tatuaría Selu?
E.B. La de Cristo. Soy muy creyente.

Su desayuno: «Un zumo de naranja y una tostada con aceite, tomate y jamón, a la catalana; pero lo pago yo. Lo tomo en el bar de abajo, con el periódico: me gusta estar informado».

La cena pescado con tomate, beber zumo piña, pan, postre unas uvas buenas,.

TÍTULO: EL TREN, BASTA DE TANTO,.

Basta de tanto -

Cuentan que en la Francia prerrevolucionaria, y gracias a las enseñanzas del filósofo Rousseau, se produjo una extraña fiebre que tuvo como ...foto,.
 
Cuentan que en la Francia prerrevolucionaria, y gracias a las enseñanzas del filósofo Rousseau, se produjo una extraña fiebre que tuvo como consecuencia la vuelta a los valores naturales. De pronto, a María Antonieta y sus damas de compañía les dio por disfrazarse de pastorcitas y ordeñar vacas; los hombres abandonaron sus empolvadas pelucas para adoptar el aire rudo, hirsuto y sudoroso de los labradores; y, en una sociedad en la que era habitual contratar amas de cría, se puso de moda, oh escándalo, que las damas de la nueva y pujante burguesía amamantaran a sus criaturas a la vista de todos. Quien más quien menos todos querían convertirse (o al menos fingirse) en ese buen salvaje, quintaesencia de la bondad, la inocencia y la virtud que, según Rousseau, anida en nuestras almas hasta que las instituciones nos pervierten.
Personalmente, Rousseau siempre me ha parecido un farsante, por no decir un jeta. Y no solo porque tan gran benefactor de la humanidad abandonó en un orfanato a cinco hijos, cinco, con la excusa de que no lo dejaban trabajar. Me carga Rousseau porque es el precursor del buenismo, ese movimiento telúrico que desde años recorre el mundo con sus infinitas bobadas. Pasen y vean, he aquí una de las últimas. Unos lo llaman niñismo, otros sobrepaternidad, y parece como si, de un tiempo a esta parte, todo el mundo se hubiera vuelto gagá con los niños. Se diría que la gente acaba de descubrir o, mejor aún, inventar, la condición de padre o de madre, sobreactuando hasta convertirse todos en gallinas cluecas. Unos ejemplos curiosos. Madres que amamantan a sus criaturas hasta que cumplen dos años; parejas que practican el co-lecho, esto es, permitir que el nene duerma con ellos hasta que y son palabras textuales «él mismo decida que ha llegado el momento de emanciparse»; familias que piden un crédito para celebrar la primera comunión más cara / extravagante y original; padres helicóptero, así llamados porque revolotean sobre sus hijos planificando su ocio para que supuestamente no se aburran: móntate en el columpio, bájate del columpio, haz un castillo de arena, trepa al árbol, bájate del árbol, ¿qué tal ahora un poco de patinete?
Y por fin mi imbecilidad favorita: entre los padres ricos y gagás de Estados Unidos se considera un signo de estatus organizar excursiones familiares a Nueva York para llevar la muñeca de sus hijas a la peluquería. Lo curioso del caso es que esta manía de los padres de convertirse en party planners de la vida de sus hijos no está siendo bien recibida por los destinatarios de tan rendidas atenciones. «Me gustaría que mis padres tuvieran otro hobby que no sea yo» le confesó un niño de once años a Adela Dubra, autora uruguaya de un libro que está teniendo un éxito enorme en el Cono Sur, llamado Basta de tanto. También en el libro se señala la extraña paradoja de que las mujeres son las más perjudicadas por esta niñitis aguda. En efecto, si para ser una buena madre una tiene que parir en casa como ahora se propugna, amamantar a la criatura hasta que le salgan todos los dientes, y luego convertirse en un cruce entre mamá gallina y Mary Poppins, no queda tiempo para desarrollar una carrera propia o un trabajo interesante. Por supuesto todo lo que señalo afecta a personas con una cierta holgura económica. Cuando uno lucha por dar de comer a sus hijos, no tiene tiempo para pavadas, pero, aun así, existe en todos los estratos sociales una nueva corriente que culpabiliza sobre todo a las mujeres, haciéndoles sentir que son malas madres si no dedican el cien por cien de sus afanes a los hijos.
Esta extraña contradicción no parece afectar demasiado a las feministas que tanto lucharon porque alcanzáramos lo que Virginia Wolf llamaba «una habitación o espacio propio» y que, ahora, se ve amenazado por esta roussoniana y estúpida corriente que nos devuelve al buen salvaje. ¿Se es mejor madre por anularse y dedicar toda la atención a los hijos? ¿Se traumarán los niños si se les dice que deben dormir en su propia cama? ¿Y si se les deja inventarse sus propios juegos en vez de llenarlos de chismes carísimos? ¿Nos fue tan mal a nosotros con padres que combinaban el afecto con la disciplina? A mí desde luego me gustaba más aquella clase de educación. Basta de tanto. 

TÍTULO: COCINA DOMINGO- QUICHE DE CHORIZO,.

Ingredientes: 300 g de chorizo fresco para puchero, 4 huevos, 300 g de nata y 100 g de queso emmental rallado.
Elaboración: en una sartén a fuego bajo, sin nada de aceite, se cocina el chorizo, cortado en dados de un centímetro por un centímetro, durante unos cuatro minutos sin que tome demasiado color. Se escurre con un colador, se coloca en una bandeja con papel absorbente,se elimina el máximo de grasa posible y se reserva.Se mezclan en un bol los huevos, la nata y tres cuartas partes del queso emmental rallado. Se cogen después cuatro vasos de cristal que puedan soportar el calor del horno y se agrega el chorizo bien escurrido. Encima se pone un poco del queso rallado que nos quedaba.
Acabado y presentación: se rellena con la mezcla de huevo, queso emmental y nata y se espolvorea el resto del queso por encima. Se colocan los vasos en una bandeja de horno y se cuecen en él entre 35 y 40 minutos, hastaque el quiche cuaje y la superficie tenga un bonito color dorado. La textura debe quedar suave y temblorosa.
Mis trucos
Es muy importante precocinar no solo los embutidos frescos, sino también las carnes y verduras que vayamos a incorporar a nuestras quiches. Si no, soltarán las grasas y los jugos en el conjunto y el resultado no será el óptimo.
Reinos de humo
Otoño, tiempo de caza, por Carlos Maribona
La del otoño es cocina contundente. Cocina casera, elaborada a fuego lento, de guisos y potajes con aromas y sabores de siempre. Y es también la cocina de la caza, un producto de lujo que llega con los primeros fríos. Perdices, tórtolas, cercetas, patos o las maravillosas becadas, entre los animales de pluma. Liebres y conejos, venados, corzos, gamos o jabalíes, entre los de pelo. Caza y gastronomía están estrechamente unidas desde los orígenes del hombre.
Antaño por obligación, hoy en día por deporte, las piezas que capturan los cazadores tienen como lógico final ollas, cazos y sartenes. Y solo los mejores cocineros son capaces de obtener de la carne de esos animales su máximo esplendor en la mesa. Liebres guisadas con su propia sangre en civets de intenso sabor a campo; conejos de monte hechos en las brasas con el aderezo de unas hierbas o de un potente alioli; perdices estofadas; becadas, el más exquisito y valorado de los bocados cinegéticos; cierva asada, de carne más delicada que la del macho, con el contrapunto de purés de manzana o de castañas... Incluso aves que nos llegan de lejanas tierras como la cotizada grouse, la perdiz escocesa. Y, a poder ser, siempre con la compañía de las setas, el otro gran producto que nos dan los campos y montes en este tiempo otoñal. Próximo domingo: Benjamín Lana,.

sábado, 8 de noviembre de 2014

TRAZOS, CUANDO LA LUZ LLEGÓ A PONIENTE,./ CULTURA Y SOCIEDAD, Un gran drama nace de encontrar las grietas de los personajes,.

TÍTULO: TRAZOS, CUANDO LA LUZ LLEGÓ A PONIENTE,.

Un día más, un sol poniente nace muerto en luz lechosa.
Hasta un millar de turistas se alinean para ver cómo el Uluru se tiñe de rojo
rabioso a la luz del sol poniente. foto,.
 El sol mañanero lo revela, e incluso el sol poniente no está desprovisto de instrucción
en lo concerniente a Él.
Él era alto, aunque algo encorvado, y sus cabellos grises brillaban bajo
los últimos rayos del sol poniente
Miré hacia fuera de la estación,
en dirección al sol poniente que golpeaba directamente
mi rostro.
Todo en su obra traduce la plenitud del momento
representado: la suavidad del sol poniente, la armoniosa composición
en cuya se equilibran las horizontales

TÍTULO: CULTURA Y SOCIEDAD, Un gran drama nace de encontrar las grietas de los personajes,.

Christopher Nolan, en la presentación de 'Interstellar' en Londres. Son historias que destruyen de manera implacable la fachada del personaje. Creo que un gran drama nace de encontrar las grietas a los ...foto,.
  • Amante declarado de la ciencia ficción y admirador de '2001: una odisea en el espacio', se introduce en el mundo de Kubrick con 'Interstellar'

  • Christopher Nolan Director,.

    Después de jugar con la memoria, de resucitar al hombre murciélago y de jugar con las capas de los sueños, Christopher Nolan ha decidido dar un salto espacial con Matthew McConaughey, actor resucitado y tomado en consideración gracias a 'Dallas Buyers Club' -por la que logró el Oscar a mejor actor- o la serie de televisión 'True detective'. Nolan le dirige en 'Interstellar', donde Cooper (McConaughey) debe salvar a la humanidad en un futuro cercano.
    ¿Por qué decidió rodar un filme como 'Interestellar'?
    Siempre he sido fan de la ciencia ficción. La idea de explorar el espacio y visitar otra galaxia era inevitable en mi carrera si tenemos en cuenta que yo, de niño, lo único que quería ser era astronauta.
    ¿Pesa más la tecnología que la historia?
    No. Hubiera fallado la película de ser así. Hay un equilibro entre la historia y los efectos especiales. La tecnología forma parte de nuestras vidas, la llevamos en nuestros bolsillos o la tenemos en la sala de nuestra casa. Estamos en una era en la que muy pronto vamos a empezar a enviar seres humanos fuera de nuestra galaxia. Pensé que seguir a Cooper, el protagonista, en su viaje, era una historia que necesitaba ser contada.
    ¿Qué significa 'Interstellar' para usted?
    Quiero que el público conteste a esa pregunta. La última parte de mi trabajo es dejar a la audiencia preguntándose de qué trata la película. Desde que empecé con este proyecto, he estado investigando lo que significa ser un ser humano, qué nos mueve y cuál es nuestro lugar en el universo. Y cuanto más viajas hacia el exterior, más te das cuenta de lo que somos y lo importante que es conocernos interiormente.
    El existencialismo es un elemento constante en su cine.
    Estoy interesado en todo tipo de género, pero es cierto que me siento atraído por las imperfecciones del ser humano. Son historias que destruyen de manera implacable la fachada del personaje. Creo que un gran drama nace de encontrar las grietas a los personajes. Cuando estoy escribiendo un guión pienso en lo que quiero conseguir con esa película, en los momentos de angustia, porque eso hace que una película sea excitante.
    Agujeros de gusano
    ¿Por qué su fascinación con la filosofía?
    Simplemente estoy interesado en la gente, en el sujeto sobre el que gira la historia. Creo que en una película siempre debe existir una realidad objetiva que atrape nuestras percepciones.
    ¿Cómo se preparó para rodar la película desde el punto de vista científico?
    Contábamos con la ayuda de Kip Thorn (físico teórico), que es un experto en los agujeros de gusano del espacio. Durante la escritura del guión, charlé con científicos mucho más inteligentes que yo. Pero mi gran suerte fue contar con Thorn.
    ¿Que películas le inspiraron para crear 'Interstellar'?
    No puedo dar una lista completa porque entonces te vas a dar cuenta lo que he copiado (ríe). Desde luego he sentido la influencia de 'Blade Runner' o de 'La guerra de las galaxias'. Aunque, para mí, la película por excelencia de ciencia ficción siempre ha sido '2001: una odisea en el espacio'. La vi en el cine con mi padre y recuerdo aquel momento como una experiencia memorable. He tratado de contar en 'Interstellar' una historia similar por la ambición con qué está rodada en cuanto a escala y efectos. Quiero que los niños vayan con sus padres a verla y se queden atónitos con las imágenes.
    ¿Es difícil trabajar con un presupuesto limitado cuando se lucha por un proyecto ambicioso?
    Lo cierto es que nos ajustamos mucho al presupuesto y no nos pasamos. He tardado casi una década en realizar esta película. Jamás pensé que me tomaría tanto tiempo terminarla. Esta historia ha crecido con el tiempo. Reconozco que no estaba emocionalmente preparado para rodarla cuando empecé a escribirla.
    ¿Que aporta McConaughey al personaje de Cooper?
    Brinda autenticidad emocional. Verle actuar es algo maravilloso porque su trabajo informa a la historia. Es un actor extremadamente exigente, a quien respeto mucho porque trató por todos los medios de conectar con el papel por extraño que fuera en algunos momentos.
    ¿Qué le da más satisfacción: escribir, producir o dirigir?
    Dirigir me satisface mucho, aunque lo más divertido es unir las tres y convertirlas en una sola línea de expresión. Así te conviertes en el único que pone límites a su creación.