El salto que muchos inmigrantes
planean durante años, la corrupción que existe en la frontera entre
España y Marruecos y el papel que juegan las mafias en la trata de
mujeres, en la cuarta entrega del programa.
Cientos de inmigrantes llegan a Marruecos huyendo de la miseria y la pobreza de sus países.
La mayoría son subsaharianos que una vez allí tienen que sobrevivir
varios meses, algunos incluso años, escondidos en campamentos ilegales
esperando el momento oportuno para saltar la valla y alcanzar su sueño
de tener un futuro mejor en Europa. ¿Quién está detrás de esto? ¿Dónde
van, qué hacen, cómo sobreviven los inmigrantes? ¿Qué papel juega
Marruecos con la inmigración ilegal? ¿Es su ‘moneda de cambio’ o hay una
colaboración plena entre gobiernos e instituciones? ¿Cómo se organizan
las mafias que operan en la frontera? ¿Cuánto cuesta cruzarla
ilegalmente? Estas y otras cuestiones abordará la cuarta entrega de
'Infiltrados', que Cuatro emite
este miércoles 3 de junio, a las 22.35 h.
Después de que las fuerzas de seguridad marroquíes desalojasen el
pasado mes de febrero los asentamientos levantados por los inmigrantes
en el Monte Gurugú, próximo a la frontera con Melilla, 'Infiltrados'
descubrirá dónde se han mudado ahora estos campamentos ilegales, así
como los presuntos abusos que los inmigrantes tienen que soportar día a
día por parte de las autoridades.
El
programa mostrará cómo muchas familias intentan entrar en Melilla
huyendo del Estado Islámico y cómo actúan las mafias de trata de
mujeres. Además de los inmigrantes procedentes del África subsahariana,
el
auge del yihadismo en Oriente Medio ha provocado que en los últimos meses muchas familias procedentes de Siria hayan llegado a la
frontera hispano-marroquí,
escapando de la guerra y el terror de Estado Islámico. El programa
contará el calvario que atraviesan para llegar hasta el norte de
Marruecos y cómo a través de los llamados “pasaporte de alquiler”, por
los que llegan a pagar más de 1.500 euros, muchos consiguen entrar
ilegalmente en Melilla.
Por otro lado, 'Infiltrados' se adentrará en las zonas donde operan libremente las
mafias que trafican con personas y cómo explotan sexualmente a jóvenes mujeres inmigrantes que llegan a Marruecos, en su mayoría procedentes de Camerún y Nigeria.
TÍTULO: MANZANARES " LA GENTE DICE QUE ODIAMOS A LOS ANIMALES PARA NADA,.
-fotos-Manzanares: "La gente dice que odiamos a los animales. Para nada"
El diestro más contemporáneo habla sobre homofobia en los toros, los
antitaurinos, su amistad con Kate Moss y la pérdida de su padre
José Mari Manzanares se
está desprendiendo del fino jersey que le cubre la parte de arriba del
cuerpo. Estamos en el vestidor de un estudio fotográfico madrileño. Solo
tres personas: él, su representante y este cronista. “Mira, mira, esto
me lo hice hace un mes”, señala en su piel desnuda. No es la cicatriz
desgarrada de una cornada traicionera en un tarde donde vienen mal
dadas. Es un tatuaje. Una rosa, grande, roja, imponente, en la parte
izquierda de su espalda. Es su único tatuaje. “Simbolizo la rosa con la
vida: bonita pero dura, ya que también tiene espinas”, explica. Ese
tatuaje, aunque oculto a la vista pública, es una pista más de la
personalidad contemporánea de un torero a la contra en un mundo que se
caracteriza por las puertas con los pestillos echados.
José Mari Manzanares (Alicante, 33 años, casado y con dos
hijos, un niño de tres y una niña de dos) se presta a sesiones de moda,
anuncia relojes elegantes (es embajador de
IWC Schaffhausen), protagoniza campañas de publicidad
(como la de Dolce & Gabbana
de esta temporada), ha visto cómo Kate Moss se desnudaba a su lado… Al
mismo tiempo, cita al morlaco con el rostro tenso y las mandíbulas
apretadas dibujándose en su bello rostro. Y sale por la puerta grande de
La Maestranza después de una faena memorable. O se juega la ingle en
cada natural ejecutado con una mano izquierda que ha sufrido 13
operaciones quirúrgicas. Un tipo moderno en un mundo muchas veces
apolillado. Un hombre con el fuerte atractivo de la vulnerabilidad.
Fíjese lo que dice un crítico de toros: “El
negocio taurino es una cueva trasnochada y tenebrosa en la que todo está
oculto, recóndito y secreto”.Hay muchas cosas que son así,
ocultas. Hay intereses y contaminación. Y eso no es sano. Yo no oculto
nada. Tiene un poco de razón ese comentario. Pero yo soy todo lo
contrario. Me intento mantener al margen. De hecho, cuando no toreo no
leo nada.
Yo no soy gay, y aun así he tenido muchísimos detractores. Y atacan, y
atacan… Porque hago sesiones de moda, tengo Twitter y soy abierto"
Igual soy un caso extraño, pero en mi entorno, tanto en el
trabajo como en la vida personal, no conozco a ningún aficionado a los
toros.Bueno… De unos años para acá está empezando a crecer
la afición. El mundo de los toros ha tenido un problema: no se ha sabido
o no se ha querido contar. Los propios toreros somos muy nuestros.
Muchas veces no nos gusta hablar de nuestra vida. Y, claro, a las nuevas
generaciones les cuesta aficionarse a algo si no tienen información.
Hace unos años ya detecté ese problema. Por eso desde el principio de mi
carrera he intentado acercar el mundo del toro al público. O por lo
menos que conocieran cómo es mi vida, la de un torero, sin necesidad de
meterse en cuestiones privadas. Y lo he notado en las plazas. Antes la
media de edad era muy alta, pero ahora veo mucha gente joven. Y eso me
alegra.
¿Usted cree que el mundo del toro va acompasado con la sociedad?No. Es conservador. Pero yo esa mentalidad no la tengo. Y fíjese que
mi padre ha sido un torero que ha marcado época.
Lo que me ha transmitido es brutal: respeto al mundo del toro, hacia
los compañeros, hacia la profesión. Y me ha inculcado unos valores muy
importantes: sacrificio, esfuerzo, perseverancia. He asimilado todo eso y
siento lo mismo que mi padre, pero vivo en otra época, soy de otra
generación. Él empezó a ser torero a los nueve años. Yo empecé con 19,
viví la adolescencia, fui a la universidad [empezó Veterinaria, pero lo
dejó]... Viví como un adolescente más. Eso te ayuda a abrir la mente. No
ofendo a nadie con las cosas que hago y siempre intento la máxima
difusión del mundo del toro.
Una hipótesis. Yo soy gay y torero. Lo digo públicamente y me dejo fotografiar con mi novio. ¿Voy a sobrevivir laboralmente?Uf.
No lo sé. Eso depende de la fuerza de cada uno. Si tú eres capaz de
soportar lo que venga, sobrevivirás. Seguro que habrá gente a la que no
le guste. Yo no soy gay, y aun así he tenido muchísimos detractores. Y
atacan, y atacan… Porque hago sesiones de moda, tengo Twitter y soy
abierto. Ahí entra la capacidad que tenga cada persona de saber
aguantar.
¿Son raros los toreros?El
mundo del toro, en general, es una filosofía de vida en la que nos
cuesta exteriorizar lo que sentimos. Tenemos unas sensaciones y unos
sentimientos fuertes. Muchas veces no es fácil exteriorizarlos. Pero yo
hago un esfuerzo. Hay gente que me critica por eso, pero…
Supongo que eso es difícil de gestionar.Yo
soy tímido cuando estoy con gente. Pero llego a la plaza y no lo
pienso. Si me pongo a pensar que hay miles de personas juzgándome… Eso
me pasaba al principio. Pensaba: “Ya me están comparando con mi padre”.
Me atenazaba y solo daba un 50%. Pero aprendí.
El mundo del toro, en general, es una filosofía de vida en la que nos
cuesta exteriorizar lo que sentimos. Tenemos unas sensaciones y
sentimientos fuertes. No es fácil exteriorizarlos. Pero yo hago un
esfuerzo. Hay gente que me critica por eso"
¿Recurrió a psicólogos?Mire,
yo tengo una anécdota: conocí a un psiquiatra que hoy es padrino de mi
niña. La verdad es que doy gracias a Dios por haberlo encontrado. Fue
hace unos cinco años. Los toreros tenemos muchísimos altibajos y cambios
de estado anímico. Fue un invierno duro… por mis pensamientos. Empecé a
crearme cosas que no eran reales. Entras en ese círculo vicioso, y va a
peor. Y es un desastre. El psiquiatra me ha ayudado a entender lo que
realmente importa, a gestionar bien mis emociones. A veces las emociones
son bonitas, pero juegan malas pasadas.
¿Sigue acudiendo a él?Sí.
Ayer mismo estaba en mi casa. Somos amigos. Jamás me ha cobrado. Desde
el primer día nunca me habló de dinero. Fue una conexión.
¿Cuál era su problema? ¿Por qué se bloqueaba?Lo
de la comparación con mi padre fue más al principio. Indalecio, que así
se llama el psiquiatra, entra después. Tenía un problema para gestionar
mis emociones. Creía cosas que no existían. Ante una tarde importante,
me preguntaba: “¿Cómo estará la gente?, ¿soplará el viento?”. Luego
empezaban las dudas emocionales: no me encuentro bien… Es una vida
complicada.
Si usted ha discutido con su mujer, ¿lo nota toreando?Sí, claro. La vida personal del torero influye mucho. Estamos plenos cuando nuestra vida personal es feliz.
Eso es una gran responsabilidad para su pareja. Ella es la que tiene mérito.Totalmente.
Yo me pongo delante del toro, pero la que me salva es ella. La
responsabilidad de la mujer de un torero es brutal, y la gente no lo
sabe. Ellas son las que nos mantienen. Deben quererte muchísimo y ser lo
suficientemente inteligentes como para saber entenderte y llevarte.
Cuando estás arriba tienen que saber ser frías. Y cuando estás abajo te
dan cariño, amor, fuerza, comprensión. Mi mujer me mantiene en un punto
medio y me da tranquilidad. La verdad es que he tenido la suerte de
encontrar a Rocío [Escalona, su esposa desde 2010].
Es que no puede [verle torear su mujer]. Su reacción es de terror.
Sufre por mí. Y yo le entiendo, porque a mí me pasaba igual con mi
padre"
¿Cómo le compensa usted a ella?Bueno,
intento compensarle con mi amor. Con muy pocas cosas más. No le puedo
compensar con tiempo, porque estoy mucho fuera; tampoco llevándola de
viaje, porque estoy siempre de plaza en plaza, y cuando descanso me
apetece estar tranquilo en casa. Y ella dice que estando a mi lado ya
tiene suficiente.
Con esta vida itinerante, el fracaso en la pareja es una posibilidad muy real.La
pareja que tiene fuerza aguanta. Llevamos juntos desde los 16 años.
Hombre, toda pareja tiene sus épocas buenas y malas, pero nunca ha
peligrado la relación.
Creo que su mujer nunca le ha visto torear.Es que no puede. Sufre mucho.
Entonces, ella no ha vivido ninguno de sus triunfos.Ha
ido a verme a algún festival y su reacción es de terror. Sufre por mí. Y
yo le entiendo, porque a mí me pasaba igual con mi padre. Sientes miedo
por una persona a la que amas. Es un peligro que tú no puedes manejar.
Esa incertidumbre es horrorosa.
Oiga, ¿y cómo convencería a un antitaurino?Tienen
que ir a una corrida y que alguien le explique todas las dudas que
surjan. Es necesario que sea sensible y que tenga la mentalidad abierta
para recibir las emociones.
La gente dice que odiamos a los animales. Para nada. Yo amo al toro. Mi casa esta llena de perros, hasta tengo un guacamayo. Mi perra
Mía duerme muchas veces conmigo, y mi mujer se enfada por ello.
El diestro ha vivido estos últimos meses oculto entre las grietas. Penando. Se ha quedado sin lágrimas. El pasado
28 de octubre falleció
su padre, el gran José Mari Manzanares, diestro de época, fuerte
personalidad. Un derrame cerebral se lo llevó a los 61 años mientras
estaba en su finca. Hace años que vivía solo, después de divorciarse de
su mujer, la madre de José Mari, con la que estuvo casado 17 años.
Cuando habla de su progenitor le embiste una oleada de tristeza.
¿Quién tiene las cosas de su padre: sus trajes de luces, sus capotes...?Están
en su finca de Extremadura [cerca de Trujillo] y son de los cuatro
hermanos [tiene dos hermanas, y un varón, que es rejoneador]. Está todo
tal cual lo dejo él. La finca para mi padre era el sueño de su vida. Era
feliz allí. Trabajó toda su vida para vivir así, tranquilo en su campo,
con sus animales, disfrutando de la vida…
Hay una imagen muy emotiva de su padre y usted. El día de su alternativa (en 2003), cuando le abraza y hablan durante largo rato. ¿Qué se están diciendo ahí?Recuerdo
todo lo que me dijo [se emociona, y le cuesta hablar]. Me dijo lo que
significa ser torero, que es la profesión más dura del mundo, pero la
más bonita. Que para él había sido algo mágico entregarle toda la vida
al toro. Y que esperaba que yo tuviera el valor, la perseverancia y el
sacrificio de poder sentir lo que él había sentido durante toda su vida.
Luego ya me dijo cosas más personales, entre padre e hijo. Ahí ya entra
el amor y las emociones que él y yo nos teníamos. Fue una persona
superespecial, con un carácter fuerte y atractivo. Yo tardé tanto en
decidirme a ser torero por miedo a… No podía decirle a mi padre que
quería ser torero y luego arrepentirme a los dos años. No podía. Lo
llevaba pensando desde los 15, pero la primera vez que toreé en público
fue con 19. Es tanto el respeto que él me infundió que tardé cuatro años
en decidirme [se vuelve a emocionar; le cuesta hablar].
Perdone que hable de su padre, pero es inevitable.Es
que estoy muy sensible. Todos los recuerdos que tengo de él son
bonitos. Hemos chocado algunas veces. Es lo típico: cuando el hijo se
rebela y no quiere hacer caso a un padre que tenía toda la razón. Porque
lo sabía todo y quería ayudarme, pero el hijo quiere hacerlo a su
manera. Pero lo que más había entre mi padre y yo era amor.
¿Le afectó mucho el divorcio de sus padres?Sí.
Me pilló con 14 años. Fue duro. Más cuando tus padres son personajes
públicos. Pero la verdad es que tanto él como ella siempre han
antepuesto el amor a sus hijos. Esa época fue triste, pero pasó.
Otra de las pasiones que ha heredado de su padre es el gusto por los relojes.Sí.
Una de las marcas que utilizaba mi padre era IWC Schaffhausen. Le
encantaban. Éstaba orgulloso de que yo fuera la imagen de la marca. Creo
que lo hacen todo con una calidad extraordinaria. He ido cuatro
ocasiones a Ginebra a ver las colecciones, y son fantásticas. En
concreto,
una que hicieron de Top Gun.
Todo lo que elaboran es cuidado, perfeccionista, con calidad y
precisión en las piezas. Con una elegancia que me encanta. Es la que más
se parece a mi personalidad. Siento que llevo en la muñeca una
auténtica obra de arte.
Fue un invierno duro… por mis pensamientos. Empecé a crearme cosas
que no eran reales. Entras en ese círculo vicioso, y va a peor. Y es un
desastre"
Usted es aficionado a Twitter. ¿Qué tuit pondría mientras está toreando?Uf.
Lo he pensando muchas veces, pero me resulta difícil explicar la
sensación que tengo. Creo que lo que más puede transmitir es una foto,
un gesto de tu cara. Eso refleja los nervios, el miedo…
El torero fuma mientras habla. Afirma que lo dejará cuando perciba
que le afecta físicamente. Desde que le fotografiara el prestigioso
Peter Lindbergh en 2007 ha realizado varias sesiones de moda. Una de las
más comentadas fue
junto a la modelo Kate Moss, para Mario Testino.
Él, vestido de torero, con una camisa abierta, y ella, desnuda, tumbada
en un sofá. La idea del paraíso para muchos hombres y mujeres.
¿Cómo se concentra uno teniendo desnuda al lado a una de las mujeres más bellas del mundo?No
se me pasaron por la cabeza pensamientos que no tuvieran que ver con la
sesión de fotos. Para nada. Yo siempre que estoy vestido de luces me
cambia la mentalidad.
Entonces, si no llega usted a estar vestido de luces...Claro.
Kate Moss es guapa… Y tiene una forma de ser que también me gusta. Es
cariñosa y muy agradable. Me hizo la sesión muy fácil.
¿Se depila usted el cuerpo?Es que no tengo
apenas pelos. Mi padre era igual. Los de las piernas sí que me los
quito. Pero por comodidad, por los leotardos que me tengo que poner para
torear.
¿Se echa colonia para torear?No. Eso
lo aprendí de mi padre. El toro lo huele, y es peligroso. El otro día
que toreamos en Valencia, llegué a la furgoneta y olí a perfume.
Pregunté: “¿Quién se ha echado colonia?”. Un banderillero dijo que él. Y
le recordé eso, que no, porque el toro pasa muy cerca, lo huele, y es
peligroso. Yo me pongo desodorante, uno neutro que apenas huele.
Hablando de la estética, una pregunta que se hace
mucha gente y pocos se atreven a comentar: ¿cómo gestionan los toreros
una posible erección cuando están embutidos en los trajes de luces?[Risas] En el momento que uno está centrado en el toro piensa en todo menos en eso: el miedo no te deja.