HACER JUSTICIA - A mi cuarto venían hasta 40 hombres al día ,. / CABALGATA DE REYES MAGOS - EL MINISTRO SORIA HACE TRAMPAS EN LA SILVESTRE,.
TÍTULO:HACER JUSTICIA - A mi cuarto venían hasta 40 hombres al día ,.
A mi cuarto venían hasta 40 hombres al día
200.000 asiáticas fueron usadas como esclavas sexuales por los
soldados japoneses hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. El
Gobierno nipón les ha pedido perdón, pero ellas reclaman justicia,.
Si los propios cascos azules desplegados en la República
Centroafricana han sido capaces de exigir sexo oral a niños hambrientos a
cambio de comida, según ha reconocido la ONU, qué podría esperarse de
los terroristas del Daesh, que obligan a las mujeres a convertirse en
esclavas sexuales si quieren seguir con vida. No han inventado nada, a
lo largo de la historia la violación ha sido un arma de guerra utilizada
por todos los ejércitos. Y si eso sucede en el siglo XXI, cómo serían
las cosas echando la vista atrás... Esta semana el protagonista ha sido
Japón, país que ha tenido que pedir perdón a las vergonzosamente
llamadas 'mujeres de confort', unas 200.000 jóvenes asiáticas
secuestradas para integrar un gigantesco harén con el que satisfacer los
impulsos sexuales de sus soldados. Fue durante las invasiones
coloniales de la primera mitad del siglo XX hasta el final de la Segunda
Guerra Mundial. Violadas por decenas de hombres cada día, golpeadas,
torturadas... muchas de ellas perecieron. Las que lograron salvarse
escondieron esa etapa de su vida hasta que se destapó todo. El problema
es que el Gobierno japonés ha reconocido solo a las víctimas de Corea
del Sur, uno de los países más afectados, donde quedan 46
supervivientes. Los estados han llegado a un acuerdo que supone 7,6
millones de euros en compensaciones económicas para «restaurar la
dignidad» de estas mujeres.
Pero la satisfacción inicial se ha convertido en malestar. En primer
lugar, entre las propias coreanas, que piden responsabilidades legales
por este crimen de guerra. También entre los demás países afectados, que
se quejan de haber sido excluidos de esta iniciativa. Porque además de
Corea del Sur, las 'mujeres de confort' fueron raptadas en China,
Taiwan, Tailandia, Vietnam, Malasia, Filipinas... En 1992, Tokio admitió
el daño causado y dos años después creó el Fondo de Mujeres Asiáticas
para satisfacer a todas las afectadas, pero muchas rechazaron las
ayudas: procedían de donaciones privadas, así que no lo consideraron un
perdón oficial, sino un mal sucedáneo.
El último reconocimiento tuvo lugar el lunes, Día de los Inocentes,
una macabra broma para la china Zhang Xiantu, fallecida hace solo un mes
a los 89 años, mientras esperaba las disculpas. Contraria a aceptar el
dinero del fondo, Zhang denunció al Gobierno nipón en el año 2000 junto a
otras 15 compatriotas, algunas de las cuales aún malviven en zonas
rurales del gigante asiático. «Antes de expirar, animó a sus hijos a
seguir con la demanda contra el Estado japonés. Morir sin conseguir una
disculpa fue una vergüenza para la anciana», explicó tras su
fallecimiento Zhang Shuangbing, un maestro de Primaria sin parentesco
con esta mujer. Este profesor chino lleva mucho tiempo investigando y
entrevistando a las esclavas sexuales, a las que ha convertido en su
causa. Así supo que, una mañana de 1942, soldados japoneses entraron en
la casa de Zhang Xiantu rompiéndolo todo. Ella tenía 16 años, acababa de
casarse y trató de huir. Pero no podía correr bien con sus pies
deformes: como mandaba la tradición, se los habían vendado de niña para
que no crecieran. Y fue capturada. Durante 20 días fue violada
repetidamente. «Casi muero del miedo», decía sin ganas de recordar. Y
tuvo suerte. Su padre vendió las ovejas para pagar el rescate que le
pedían. Tan 'afortunada' fue que llegó a tener hijos y nietos.
Pero este final no es el más habitual entre las 'mujeres de confort':
muchas acabaron estériles por la brutalidad de las violaciones y las
enfermedades. La coreana Hwang So-Gyun relata uno de los momentos más
atroces: «Un día, una chica nueva llegó al compartimento contiguo. Ella
intentó resistirse a los hombres y mordió a uno de ellos en el brazo.
Fue llevada al patio y frente a todas nosotras le cortaron la cabeza con
una espada. Después despiezaron su cuerpo en trozos pequeños». Su
compatriota Chong Ok-Sun también aporta su testimonio: «Tuvimos que
atender a más de 5.000 soldados japoneses como esclavas sexuales todos
los días, hasta 40 hombres venían a la habitación por día... Cada vez
que protestaba, me golpeaban o me metían trapos en la boca. Una vez
acercaron una cerilla a mis partes íntimas hasta que yo obedecí. Una
niña coreana contrajo una enfermedad venérea por ser violada tan a
menudo y, como resultado, más de 50 soldados japoneses fueron
infectados. Con el fin de detener la propagación de la enfermedad y para
'esterilizar' a la chica, le pusieron una barra de hierro candente en
sus partes íntimas».
Cuestionando el drama
Lee Yong-Soo se convirtió en la primera superviviente coreana en
revelar su pasado. Hoy tiene 88 años y es una activista incansable. «Me
pregunto por qué nos llamaron 'mujeres de confort'. No fuimos por
voluntad propia, fuimos secuestradas. Eso fue una matanza de seres
humanos, no un lugar de confort. Hasta niñas de 11 años fueron
reclutadas. Era mejor morir que vivir». En 1942, un compatriota y un
japonés la secuestraron y la llevaron al noroeste de China, «a un lugar
donde había otras chicas. Me obligaron a tener sexo con muchos hombres.
Intenté escapar, pero me atraparon y me pegaron una y otra vez», cuenta
mientras enseña sus heridas de cuchillo en brazos y pies. Perdió parte
de su capacidad visual y auditiva, y por culpa de los tratamientos
contra la sífilis quedó estéril. «Me sacaron de mi casa cuando era niña.
Mi derecho a ser feliz, a casarme, a tener una familia... Todo me fue
arrebatado».
Y aún hay quien niega el relato de estas mujeres con el argumento de
que las relaciones sexuales con los soldados fueron consentidas a cambio
de dinero. El exjefe de la fuerza aérea japonesa Toshio Tamogami se
atrevió a decir que Lee Yong-Soo y otras como ella adornan su testimonio
a instancias del Gobierno de Corea del Sur para sacar dinero a Japón.
Parece obviar al general Okamura Yasuji, fallecido en 1966, primer
oficial en confirmar la existencia de estas esclavas sexuales. Y al
médico japonés Masayoshi Matsumoto, 93 años hoy: «Me siento como un
criminal de guerra. Pero tengo que hablar, es mi propósito ahora, por
eso se me ha permitido vivir tanto». Atendió a varias mujeres que
sufrieron enfermedades venéreas después de ser obligadas a acostarse con
más de 300 soldados. «No tenían otra opción. Negarse habría sido su
sentencia de muerte».
Durante su primer mandato, el primer ministro actual, Shinzo Abe,
puso en duda en 2007 que estas mujeres hubieran sido coaccionadas,
desatando la indignación de los países implicados. Luego lo matizó.
Hasta llegar el reconocimiento de esta semana, que no ha hecho más que
enojar a la coreana Lee Yong-Soo. Se queja de que no hayan consultado a
las víctimas. Y desde sus 88 años advierte: «La lucha continúa». Aunque
algunas, como la china Zhang Xiantu, se vayan quedando por el camino.
TÍTULO: CABALGATA DE REYES MAGOS - EL MINISTRO SORIA HACE TRAMPAS EN LA SILVESTRE,.
CABALGATA DE REYES MAGOS - EL MINISTRO SORIA HACE TRAMPAS EN LA SILVESTRE, fotos.
El ministro Soria hace 'trampas' en la San Silvestre
Los 'runners' le atacan en Twitter por haber corrido con el dorsal de su hija y hasta analizan sus tiempos en la carrera,.
En la segunda parte de la carrera, se desfondó. Cruzó el ecuador de
la prueba en el puesto 1.458 y en la meta cayó hasta el 2.539 de una
lista de 6.560. Apretaba el calor y tal vez no supiera medir los
tiempos. Tardó 40 minutos en correr seis kilómetros. A ningún otro
corredor popular de la XIV San Silvestre de Las Palmas de Gran Canaria
le hicieron la crónica deportiva, pero es que no corría otro ministro.
El titular en funciones de la cartera de Industria, Energía y Turismo,
José Manuel Soria, ha sufrido las iras de algunos ‘runners’ en las redes
sociales después de que se comprobara que el día 31 corría con un
dorsal que no era el suyo.
Hasta un tipo acostumbrado a las luchas largas de la política puede
pasarlas canutas en una carrera. José Manuel Soria corrió al San
Silvestre de Las Palmas con el dorsal 5565, que estaba a nombre de su
hija. Varios participantes que lo vieron fueron a comprobar los tiempos
que había hecho el ministro y se dieron cuenta de que en la carrera
figuraba como una mujer. Pese a que varios rostros famosos cambian sus
nombres por discreción, en realidad, correr con el dorsal de otra
persona puede suponer un problema con los seguros médicos y supone la
descalificación de la prueba, aunque resulta una práctica demasiado
habitual en carreras populares. El asunto ha desatado una polémica en
las redes y una larga lista de chistes entre los que se planteaban si el
ministro podía costearse un dorsal o si utilizará el descuento femenino
para otras maratones.
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