Mi casa es la tuya - María Burguillos , Viernes -18- Septiembre. / Pekín Express - Mal otoño para las extraescolares . / UN BUEN PLAN ES IR AL CINE - El lobo de Wall Street . / Días de cine - Cine - Mario Casas . Viernes -18- Septiembre,. / Saber Vivir - La 'dieta' del plástico,.
TITULO:
Mi casa es la tuya - María Burguillos . , Viernes -18- Septiembre,.
Mi casa es la tuya',
Este viernes -18- Septiembre a
las 22.00, Telecinco emite una nueva entrega de 'Mi casa es la tuya',
con Bertín Osborne charlando con María Burguillos , . , foto.
María Burguillos
María Burguillos, una artista lanzada a por el éxito
María Burguillos emigró a Suiza, pero creció entre Villafranca de los Barros y Fuente de Cantos.
Extremadura en femenino
Acaba
de sacar al mercado su primera canción, 'Parecer y ser'. Incluye
videoclip y es un anticipo de lo que será al fin su primer disco, el
cual verá la luz a principios de 2021 gracias a la discográfica
Sonogrand,.
La
extremeña María Burguillos (Badajoz, 1973) era una de esas niñas con
vocación para estar sobre un escenario. Siendo la mayor de tres hermanos
tuvo que decir a sus padres que ella lo que quería era ser artista y
reconoce que al principio no fue sencillo. «Intentaron que estudiara una
carrera pero se dieron cuenta de que lo mío era cantar y lo
comprendieron, quizás porque mi padre ha sido siempre cantante
aficionado de flamenco», relata ahora que acaba de sacar al mercado su
primera canción, 'Parecer y ser'. Incluye videoclip y es un anticipo de
lo que será al fin su primer disco, el cual verá la luz a principios de
2021 gracias a la discográfica Sonogrand.
Con este primer
sencillo, un tema melódico pop, María Burguillos sustancia así la
experiencia y bagaje de una carrera que empezó de adolescente por platós
de televisión, continuó en la orquesta Cobalto y siguió con infinidad
de actuaciones en diferentes registros que lleva tiempo ofreciendo,
principalmente en España y Suiza, donde reside en la actualidad, un país
al que emigró hace años junto a su pareja.
Algunos datos
Biográficos.
Nació en Badajoz en 1973
y su familia es de Villafranca de los Barros. Su adolescencia la pasó
en Fuente de Cantos y estudió en el colegio San Francisco Javier. Tiene
un hermano y una hermana que también hace música, ahora metida en un
proyecto de audiolibros, y su padre es cantaor flamenco aficionado. Ella
es la mayor y aunque ahora está en Madrid de promoción, normalmente
reside en Suiza.
Profesionales.
Ha pasado por numerosos
platós de televisión para concursar como cantante desde que era
adolescente, la primera vez en Telecinco en el programa 'Date un
respiro'. Además, ha trabajado en la orquesta Cobalto y ha estudiado
lírica en Madrid. En Suiza, Italia o España ha ofrecido conciertos y
colabora en Suiza con la orquesta sinfónica Kaltbrunn-Niederurnen.
Su nombre es
María José Burguillos del Valle y cuando era una niña pasó por varias
ciudades, como Ciudad Real, Madrid o Córdoba. A los diez años volvió a
Extremadura y recaló en Fuente de Cantos. Allí creció hasta que se hizo
mayor de edad y empezó a moverse buscando un hueco en el complicado
mundo de la canción. «A través de una amiga común portuguesa que sabía
que estaba buscando productor conocí a Mènito Ramos, que me ha producido
mi primer disco, en el que empezamos a trabajar hace dos años. Ya está
el 'single' y el resto de canciones es como un viaje que va desde el
estilo tradicional al pop. Hay incluso un tema con algo de tecno.
'Parecer y ser' ya ha empezado a moverse en las plataformas digitales
(desde el 10 de septiembre se puede ver en 'YouTube'), ahora estoy en
plena promoción y estamos a la espera de la reacción del público».
Acaba de lanzar su primer 'single', que incluye un videoclip como anticipo de su primer disco
El tema 'Parecer y ser' aborda el conflicto
personal de aquellos que no son capaces de mostrar quienes realmente
son, una dualidad que ella misma teatraliza en el videoclip. «Se trata
de una canción &ndashexplica&ndash que refleja a una mujer
sencilla conectada con su esencia y a una diva extravagante conectada
con la apariencia. Con ella se quiere transmitir que hay que volver a
los valores genuinos, y es que se necesita ser una misma en una época
con tanta tecnología y redes sociales en la que debes ser tú y no
dejarte robar la personalidad».
Cuenta
esta extremeña que sabe que este es un sector muy complicado, pero no
le asusta intentar vivir de él. «Yo he sido artista desde siempre. Lo
mío es pasión por la música, y aunque en Suiza tengo un pequeño trabajo
que podía compaginar con lo que a mí me gusta, ahora estoy al cien por
cien con la música», explica al otro lado del teléfono desde Madrid,
donde pasará los próximos meses hasta lanzar su primer trabajo completo
como solista. Platós, clases e Italia
De
joven María Burguillos mostró su talento en platós de Telecinco,
Televisión Española o Canal Sur. Después recibió clases de lírica de la
profesora María Luisa Castellano en Madrid y ha cantado en el
emblemático café-concierto de la capital La cueva del Bolero. También
pasó un año en Italia para impregnarse de su ambiente artístico.
Aunque
tiene formación vocal como soprano, la extremeña no está encasillada en
un género musical específico. Durante varios años fue corista del
Glarner Singverein y actúa regularmente con la orquesta sinfónica
Kaltbrunn Niederurnen (Suiza), bajo la dirección del maestro Pedro
Cortinas, ofreciendo conciertos líricos en distintas ciudades de Suiza y
Alemania.
Recientemente ha participado como soprano en la cantata
para coro y orquesta 'África, el abrazo de los pueblos' en el auditorio
Alfredo Kraus, de Las Palmas de Gran Canaria. Otras veces se la puede
ver junto a la guitarrista Elisabeth Trechslin en el Dúo Géminis.
Por
supuesto, la lista de cantantes que admira es «interminable», según sus
propias palabras. Siente debilidad por la música de los ochenta y si
tiene que citar artistas los primeros que le salen son Luz Casal, Camilo
Sesto, María Callas o Alfredo Kraus, aunque sus gustos son tan amplios
que también añade a Deep Purple o Queen.
TITULO: Pekín Express - Mal otoño para las extraescolares .
Pekín Express ,.
Cristina Pedroche conduce 'Pekín Express: La ruta de los elefantes', una aventura en mitad del Índico, en la que 10 parejas con perfiles muy diferentes, etc.
Mal otoño para las extraescolares,.
Incertidumbre.
Padres y madres reinventan sus rutinas ante unas tardes sin apenas
actividades deportivas y formativas que daban un respiro a adultos y
pequeños, fotos,.
Inglés,
fútbol, natación, escalada, ballet... la lista de alternativas para que
los menores pasen las tardes durante el periodo escolar es
interminable. Era. Este otoño es diferente. Padres y madres están
intentando cuadrar la nueva rutina que la semana pasada comenzó con el
colegio. Pero las tardes ya no son iguales porque muchas actividades se
han suspendido por la covid-19 y otras aún no se sabe si celebrarán.
El
miércoles, víspera del inicio del curso escolar, el presidente de la
Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, declaró que la mayoría
de actividades extraescolares volverán en octubre, pero avisó de que el
panorama actual es muy cambiante –«una foto dinámica», dijo–, por lo que
este será un otoño incierto.
Para
colmo, la baza de los abuelos para echar una mano a padres y madres que
deben trabajar por las tardes no es recomendable desde el punto de
vista sanitario. Miles de adultos en la región no saben aún cómo
afrontar los próximos meses. A continuación varias familias extremeñas
exponen su desconcierto. Y si para unas es un lío que no haya
actividades, como la pacense María Eugenia Soto, que al fin había
cuadrado el 'puzzle' que permitía que sus hijos atendieran a sus
deportes favoritos, para otras, sobre todo las que tienen muchos hijos,
es un alivio que empiecen a suspenderse actividades, como explica la
emeritense Raquel Guerrero, que cada tarde conducía sesenta kilómetros
en total dejando y recogiendo a sus cinco hijos.
Hay familias con muchos hijos para las que cancelar actividades por la tarde supone un respiro
María Eugenia Soto, Badajoz
«Incertidumbre y resignación»
Badajoz. Eugenia, José Manuel, Mateo y María Eugenia.«Incertidumbre
y resignación». Con estas palabras define María Eugenia Soto el estado
en que se encontraba la semana pasada cuando fue preguntada por este
diario. «Por un lado es que no se qué va a pasar, por otro veo que según
lo que vaya viniendo habrá que adaptarse. No sé si habrá actividades
que luego se suspenderán, o si alguien en el colegio de mis hijos se
contagia y da positivo cómo haré si se tiene que quedar en casa en
cuarentena... no lo sé. Y encima no tengo la ayuda de mis padres... no
lo sé».
María Eugenia y su marido José Manuel trabajan mañana y
tarde en Badajoz. Tienen a Eugenia, de once años y a Mateo, de siete. El
curso pasado, antes del confinamiento, ella iba a inglés lunes y
miércoles a las cinco de la tarde y a fútbol martes y jueves a las cinco
y media; él a la escuela de música lunes y miércoles y también a fútbol
martes y jueves, prácticamente a las mismas horas. Todo cuadraba en un
puzzle horario diseñado por sus padres para compaginar estas actividades
con sus trabajos.
«Ahora mi hija, que juega en el C.D. Badajoz,
no sabe cuándo empezará, y mi hijo, que juega en el Don Bosco empezó los
entrenamientos la semana pasada. En inglés la academia ha tenido que
reducir aforos y están cambiando los horarios, pero no me los pueden
poner diferentes porque entonces no podría llevarlos ni recogerlos. En
cuanto a la escuela municipal de música del pequeño, aún no nos han
dicho nada, igual que de las extraescolares del colegio, y encima al año
que viene le tocaría hacer la comunión, pero tampoco sabemos si habrá
catequesis».
Por suerte, dice esta madre, ella trabaja en Forus,
un centro deportivo en la capital pacense que ofrece por las tardes todo
tipo de actividades a los socios. «No sé cómo será este otoño, pero si
no hay más remedio, me los tendré que traer al trabajo».
Sofía Rodríguez, Cáceres
«La apunté a inglés en junio y ahora no sé si he hecho mal»
Cáceres. Sofía con sus hijos Rubén y Celia..Por
otro lado, desde Cáceres Sofía Rodríguez tampoco ve demasiado claro
este otoño y tendrá que hacer piruetas en su agenda para organizarse.
Tanto ella como su marido trabajan mañana y tarde, si bien como editora
de contenidos de Internet Sofía hace años que lo hace desde casa, lo que
le permite cierta flexibilidad.
Su hijo Rubén tiene diez años y
su hija Celia seis. «Los dos hacen baloncesto y desde el club todavía no
saben si van empezar. Una iba dos veces a la semana y el mayor tres,
así que imagina el trastorno. Me da pereza solo de pensarlo», confesaba.
Lógicamente,
los miedos por posibles contagios también asaltan a esta familia. «A
inglés los he apuntado, pero es que pagué ya la matrícula en junio y
ahora no sé si he hecho bien o mal. En cuanto a Celia, que iba a
gimnasia y le encanta, no la voy a llevar este curso porque he visto el
aula del pabellón multiusos y no tiene ventilación y pasan muchos niños
por allí, así que no lo veo claro. No soy la única, porque por
'whatsapp' han dicho que la matrícula ya está abierta y hay más gente
que no sabe si van a llevar a sus hijos», relataba a mitad de la semana
pasada. Como el patinaje es al aire libre y también le gusta a su hija,
en este caso quizás sí la apunte, ya que entiende que sus hijos están
acostumbrados a realizar actividades por las tardes, explica.
Según
esta cacereña, «al colegio los llevo porque es obligatorio, pero
tampoco lo hago contenta. En las extraescolares, como puedo elegir...». Y
es que uno de los pensamientos que no puede sacarse de la cabeza es qué
hacer si el coronavirus termina entrando en su casa. «No hay que
olvidarse de que tenemos amigos, vecinos o abuelos a los que no quieres
contagiar. De todos modos, muchas cosas empiezan en octubre, así que a
ver cómo avanza el curso en estos días de septiembre y si esto no se
desmadra».
Teresa Galán, Plasencia
«Para mí era un agobio tener tantas extraescolares»
Plasencia. Teresa junto a su marido Jaime y sus hijos Hugo, Mario, Jaime y Lucía. Con
otros ojos ve la situación una madre de Plasencia, Teresa Galán. Ella
tiene cuatro hijos (tres niños de 6, 10 y 11 años y una niña de 13).
Ella es enfermera, su marido programador web y residen en Plasencia.
Gimnasia rítmica, voleybol, inglés, judo o fútbol eran solo algunas de
las actividades en las que participaban sus hijos antes de que llegara
la pandemia. Ahora que la mayoría no se celebran reconoce que supone un
alivio.
«Por mi trabajo mis turnos cambian, pero entre semana
entre las cuatro y la siete de la tarde mis hijos iban a varias
actividades, así que si me tocaba trabajar era un lío y me tenía que
coordinar con otras madres y padres para que los recogieran o los
llevaran. La verdad, para mí era un agobio tener tantas extraescolares, y
aunque ahora me resulta más relajado reconozco que los niños las
necesitan para quemar energía y socializar con otros menores».
De
momento, por el grupo de 'whatsapp' de judo le han dicho que este curso
no habrá escuelas municipales al ser un deporte de contacto y el que
quiera seguir debe ir al gimnasio por su cuenta; en gimnasia al tener
que hacer grupos con menos niños subirán los precios; en fútbol
entrenarán pero no jugarán partidos; y la academia de inglés ha cerrado
porque con la reducción de aforos por el covid no compensaba
económicamente, explica Teresa, que ya está contactando con una
profesora particular para que no pierdan el ritmo.
Según explica
esta madre, sus hijos ante este nuevo escenario se están comportando muy
bien. «Yo creo que se debe que por mi profesión de enfermera desde el
principio han estado muy concienciados sobre este virus, ya que han
vivido con el miedo cada vez que su madre llegaba del hospital, así que
lo aceptan todo», señala esta madre, que además es presidenta de la
Asociación de Familia Numerosas del Norte de Extremadura (Afanortex). Al
respecto, lanza una llamada para que este tipo de hogares puedan
recibir ayudas en el contexto actual. «Las mascarillas hay que
cambiarlas porque su vida útil es limitada –recuerda esta enfermera– y
solo en mascarillas me gasto más de 30 euros a la semana», pone como
ejemplo.
Raquel Guerrero, Mérida
«Este curso vamos a vivir el día a día, cero programación»
Mérida. Raquel y Gabriel con sus hijos Mateo, José, María, Daniel y Gabriel este viernes a la salida del colegio.Otro
caso que demuestra que con muchos hijos la vida es más llevadera sin
demasiadas actividades por la tarde es el de Raquel Guerrero y su marido
Gabriel. Tienen cinco hijos de entre 4 y 12 años y viven en Mérida.
«Este año vamos a vivir el día a día, cero programación», dice la madre
cuando es preguntada sobre cómo afrontarán el otoño.
Teniendo en
cuenta que hasta el curso pasado sus hijos atendían el conservatorio y
deportes como balonmano, baloncesto o fútbol, que de repente se
suspendan la mayoría de estas actividades por ser deportes de contacto
para ella es un alivio. «No sé qué pasará con el conservatorio porque
sus instrumentos son trompeta y saxofón y no sé yo si se podrá tener a
varios niños soplando en un aula. Al tercero me lo han cogido en
piragüismo y a los demás –anticipa– les va a tocar hacer mucha bici
porque creo que es bueno que hagan deporte, ya que pasan las mañanas
sentados en el colegio y ahora encima en el patio apenas pueden jugar
por lo que me han contado tras el primer día de clase».
Para su
marido, que es autónomo y llega muy tarde a casa, y para Raquel, este
curso tan extraño lo van a disfrutar día a día, «sin grandes
aspiraciones», dice. De hecho, todo apunta a que será más tranquilo. «Yo
es que el curso pasado me hacía cada tarde sesenta kilómetros en el
coche llevando y trayendo niños a la actividades, así que me voy a tomar
los próximos meses con mucha paz. El confinamiento puso a mucha gente
muy nerviosa y para nosotros en cambio fue un tiempo muy bonito para
pasarlo en familia», declara.
TITULO: UN BUEN PLAN ES IR AL CINE - El lobo de Wall Street .
Película basada en hechos
reales del corredor de bolsa neoyorquino Jordan Belfort (Leonardo
DiCaprio). A mediados de los años 80, Belfort era un joven honrado que
perseguía el sueño americano, pero pronto en la agencia de valores
aprendió que lo más importante no era hacer ganar a sus clientes, sino
ser ambicioso y ganar una buena comisión. Su enorme éxito y fortuna le
valió el mote de “El lobo de Wall Street”. Dinero. Poder. Mujeres.
Drogas. Las tentaciones abundaban y el temor a la ley era irrelevante.
Jordan y su manada de lobos consideraban que la discreción era una
cualidad anticuada; nunca se conformaban con lo que tenían.
TITULO: Días de cine - Cine - Mario Casas . Viernes -18- Septiembre,.
Días de cine',.
Viernes 18 de Septiembre a las 20:35 horas en La 2 / foto,.
Mario Casas, uno de los actores españoles más conocidos y taquilleros,
es el padrino de Días de cine en una edición que repasa cuatro estrenos
destacados de la cartelera: ‘Salir del ropero’ y ‘Un mundo normal’,
ambas participadas por RTVE; y dos títulos franceses: ‘Un diván en
Túnez’ y el documental ‘No creas que voy a gritar’.
Llegan a las pantallas dos comedias: ‘Salir del ropero’, con Verónica
Forqué, Rosa María Sardá e Ingrid García Jonsson y dirigida por Ángeles
Reiné; y ‘Un mundo normal’, la nueva película de Achero Mañas con
Ernesto Alterio como protagonista.
A continuación, otra comedia, esta vez francesa, ‘Un diván en Túnez’, de
Manele Labidi Labbé; y el documental sobre cine, ‘No creas que voy a
gritar’, de Frank Beauvais. Además, el drama británico ‘En busca de
Summerland’, ambientado en la II Guerra Mundial; ‘The father’, con
Anthony Hopkins y Olivia Colman; y la cinta portuguesa ‘Technoboss’.
El programa recuerda a Jiri Menzel, director checo fallecido esta semana
y autor de películas emblemáticas como ‘Trenes rigurosamente
vigilados’, ‘Mi pequeño pueblecito’ o ‘Alondras en el alambre’.
Completa la edición de esta semana la secuencia favorita de Pilar
Palomero, directora de ‘Las niñas’, y las recomendaciones de Días de
cine.
TITULO: Saber Vivir -La 'dieta' del plástico,.
La 'dieta' del plástico,.
No nos damos cuenta, pero comemos a diario numerosas y pequeñas fibras sintéticas que se hallan en los alimentos,.
foto / Las
apariencias suelen engañar, también gastronómicamente, y ni siquiera el
paladar de un 'gourmet' es capaz de distinguir todo aquello que
deglute. Sí, puede parecer un plato de merluza en salsa verde, pero es
mucho más, y no mejor. El comensal consume apetitosas lascas de pescado,
almejas, hebras de microplásticos, espárragos, plastificantes,
guisantes, retardantes de llama, estabilizantes, filtros solares y
antibacteriales... En realidad, nos alimentamos con la carne del animal y
con buena parte de su peripecia a través de mares contaminados por un
amplio abanico de residuos industriales. «El problema es tanto ecológico
como de salud pública», explica Ethel Eljarrat, doctora en Ciencias
Químicas y, actualmente, investigadora en el Instituto de Diagnóstico
Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) en Barcelona.
Una plato
cualquiera de comida aporta de media unas 600 calorías... y un centenar
de microplásticos que se convierten en 120.000 al cabo de un año. El
hombre ocupa la cumbre de la cadena trófica y, teóricamente, nuestro
organismo asume todas las sustancias generadas por el animal.
«Aparentemente, el riesgo no es tan grave para el individuo porque el
pez acumula estos elementos en su tracto digestivo, que no comemos. Nos
quedamos solamente con el músculo, libre de esas aportaciones tan poco
deseables», apunta.
Pero
hay numerosas excepciones a esta regla, y es que devoramos con fruición
moluscos y crustáceos, incluida su aportación artificial, al igual que
los boquerones o anchoas, el espeto de sardinas y demás manjares de
origen marino y pequeño tamaño que no evisceramos y de los que nos
comemos partes que en otros alimentos sí desechamos, precisamente esas
partes que más absorben los microplásticos.
Tres conceptos
Microplásticos:
Se refieren a todas las partículas de dimensiones inferiores a los 5 milímetros.
Microgránulos:
Son esferas con dimensiones por debajo del 1 milímetro.
Microfibras:
Con este nombre se
identifica a los hilos sintéticos de un tamaño diez veces más fino que
un cabello.
Un dato para
la preocupación: tan sólo el 9% de los desechos plásticos que se generan
en el planeta se recicla. El 79% se abandona en vertederos o en el
propio entorno, y el 80% de los hallados en el mar procede de tierra,
según cálculos de Greenpeace. El mayor peligro para nuestra salud se
deriva de esos compuestos que acompañan al polímero para mejorar su vida
útil y que también acaban en la basura. No somos conscientes de que nos
zampamos sustancias que flexibilizan el plástico, impiden su
flamabilidad o lo protegen de la radiación solar. «Se adhieren a la
parte grasa de los animales y es imposible retirarlos», señala la
científica.
Los efectos tóxicos no suelen ser agudos, sino que se
revelan a través de complicaciones de carácter crónico con diversa
gravedad. Existen no menos de 3.000 aditivos y algunos están
relacionados con algunas formas de cáncer y la disrupción endocrina,
aunque también pueden manifestarse como neurotóxicos. La aportación
química del plástico se incrementa por su facultad para absorber los
contaminantes orgánicos presentes en el medio acuático. En cualquier
caso, sin aditamentos de ningún tipo, estas partículas constituyen un
fenómeno nocivo, aunque sus consecuencias aún resultan desconocidas. «La
repercusión depende del tipo, forma y textura», señala la
investigadora.
Lo que el ojo no ve
El ojo no los discrimina, pero los plásticos minúsculos se
dividen en varias categorías. En función d sus dimensiones, hablamos de
microgránulos, microfilms y microfibras, empeñadas en colonizar los
océanos. Estos hilos sintéticos, formados por poliéster y poliamida, son
diez veces más finos que un cabello y se desprenden de la ropa durante
el proceso de lavado o de prendas y objetos desechados. Aunque parezca
delirante, resulta muy probable que llevemos al estómago una porción de
aquellos jerseys pasados de moda, las bayetas y fregonas gastadas, las
mopas ajadas e, incluso, las sábanas que perdieron su color tras
innumerables coladas.
Otro dato: el 68% de los alimentos extraídos
del mar contiene microplásticos, y el Mediterráneo es uno de los mares
más afectados. «A la contaminación de las riberas se suma la falta de
intercambio de aguas en esta cuenca tan cerrada», indica Eljarrat.
Pero
no se trata de una cuestión que afecte tan sólo a crustáceos y
moluscos. El 90% de las marcas de sal de mesa los contienen. La
expansión geográfica ha llegado a los preciados cristales rosas del
Himalaya y, curiosamente, su porcentaje es mayor en la flor de sal, una
variedad de extraordinaria calidad que se forma en las superficies de
las salinas marinas.
El consumidor se encuentra solo ante el
peligro que contiene su plato. Las buenas prácticas recomiendan, entre
otras sugerencias, reducir drásticamente la adquisición de textiles
sintéticos o decantarse por jabones ecológicos, habida cuenta del uso
masivo de microesferas en el ámbito de la cosmética, pero no es
suficiente. «No podemos criminalizar al plástico y pretender erradicarlo
porque presenta numerosas utilidades y, por ejemplo, ahora se ha puesto
de manifiesto con las mascarillas y otros dispositivos médicos», aduce
la investigadora. ¿Entonces?
El usar y tirar constituye el
principal enemigo de quienes pretenden cambiar esta situación de
creciente contaminación. «Hay que disminuir el uso del plástico, pero no
únicamente por la voluntad del ciudadano, sino acompañándolo de medidas
legislativas», defiende. Pero el círculo del plástico es sumamente
vicioso. «Se había aprobado que el próximo año dejarían de producirse
platos, cubiertos y pajitas de este material, pero, paralelamente, han
aparecido nuevas aplicaciones», lamenta.
La lucha contra el
microplástico sigue, pero los frentes se multiplican. Nuestra dieta no
es la única fuente de problemas. No hace falta salir de casa ni ayunar
para ser víctimas de la implacable polución. El aire contiene estos
elementos e, incluso, la tapicería del mobiliario y las alfombras emiten
ese tipo de residuos. El resultado de esta amenaza también supone un
cambio de valores. En 1941, cuando la investigación estadounidense
luchaba por el progreso y contra el Eje, surgió un superhéroe denominado
Plastic Man que gozaba de la ductilidad del material. Tan sólo ochenta
años después, la posibilidad de que nuestro organismo se plastifique se
antoja toda una pesadilla sintética.
Un millón de botellas cada minuto
Las
grandes superficies son otro campo de batalla, según Ethel Eljarrat. La
proliferación de todo tipo de envasados ha supuesto otra sibilina forma
de incrementar desmesuradamente la producción de plástico. Sí, podemos
llevar con nosotros la preceptiva bolsa de tela, pero los aparadores del
centro comercial se muestran desbordantes de piezas de verdura, fruta,
carne o pescado, envuelto con film terso y transparente. «La
contaminación se produce durante el procesamiento y envasado», alerta la
doctora. «El microplástico se transfiere desde el propio envoltorio».
No
podemos beber para olvidar ni endulzar este drama cotidiano. La cerveza
y la miel se encuentran entre los alimentos también donde se hallan
polietilenos. La polución presente en la primera se debe al procesado y
la existencia de plásticos en las latas. En el segundo caso la causa
resulta aún más inquietante ya que se achaca a las propias abejas la
introducción de las partículas en el néctar.
El agua tampoco es
inofensiva. Algunos cálculos hablan de 10.000 partículas por litro del
líquido, y la polución se extiende tanto a la comercializada en
recipientes como a la que surge del grifo, afectada por la contaminación
en la planta potabilizadora y su posterior conducción. Su aparente
inocuidad esconde un problema de enormes dimensiones. Cada minuto se
vende un millón de botellas que acabará su vida útil en escasos minutos.
Algunas se degradarán en un plazo cercano a los 150 años, pero muchas
otras permanecerán sepultadas entre basura y estarán presentes, como
agente potencialmente contaminante, durante el siguiente milenio.
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