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DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - REVISTA BLANCO Y NEGRO - El 'caso Negreira' salpica a un exdirectivo del Barcelona con el cobro de comisiones del 50% ,. ,.
DESAYUNO CENA FIN DOMINGO - REVISTA BLANCO Y NEGRO - El 'caso Negreira' salpica a un exdirectivo del Barcelona con el cobro de comisiones del 50% ,. fotos,.
El 'caso Negreira' salpica a un exdirectivo del Barcelona con el cobro de comisiones del 50% ,.
El exdirectivo del FC Barcelona Josep Contreras, fallecido el pasado diciembre, cobró presuntamente comisiones cercanas al 50% en los pagos que el club azulgrana realizó al hijo del exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros Javier Enríquez Negreira, según publica este domingo el diario El País.
(Desayuno )
La investigación de la Fiscalía, según el periódico, ha constatado que la retribución por los servicios del hijo de Enríquez Negreira se vehiculó a través de Tresep, una empresa instrumental propiedad del que fuera dirigente azulgrana con las juntas directivas de José Luis Núñez, Joan Gaspart y Josep Maria Bartomeu.
( Cena)
La noticia de El País, que cita fuentes judiciales, apunta que Contreras, a través de esta sociedad, obtuvo presuntamente comisiones que en muchos casos suponían el 50% del importe pagado por los servicios del 'coach' Javier Enríquez.
Esta información se suma a la que el sábado publicó el diario El Mundo, que destapó que el exdirectivo facturó al menos 728.420 euros al Barcelona entre 2015 y 2018 a través de Tresep.
La Fiscalía investiga el 'caso Negreira'
Cabe recordar que la Fiscalía de Barcelona investiga un presunto delito de corrupción entre particulares a una empresa de José María Enríquez Negreira, exárbitro y vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) entre 1994 y 2018, por unos pagos de 1,4 millones realizados por el FC Barcelona entre 2016 y 2018.
La investigación se inicia a raíz de una inspección fiscal a DASNIL 95 SL por la tributación de los citados 1,4 millones de euros.
Según la información, el Barcelona pagó a la citada empresa 532.728,02 euros en el año 2016, 541.752 euros en 2017 y 318.200 euros en el año 2018, que es cuando se produjo el último pago, una fecha que coincide con la constitución de un nuevo CTA y la salida de Enríquez Negreira del Comité.
El hijo del exárbitro, un profesional del mundo del fútbol que llegó a asesorar a la selección española, fue el administrador único y apoderado de DASNIL 95, si bien, según la investigación, era su padre el que dirigía la empresa.
Los investigadores, según explica El País, han concluido que el hijo de Enríquez Negreira sí llevó a cabo trabajos para el Barça, independientemente de las cantidades recibidas, ya que antes de cada partido enviaba informes técnicos en los que analizaba el comportamiento del árbitro que pitaba al equipo azulgrana.
Además de ser administrador único de DASNIL 95, el hijo de Enríquez Negreira dirige y es el único accionista de Soccercam, que también prestaba servicios al Barcelona, pero no cobraba, según la información que pública El País, directamente del club catalán.
Josep Contreras cobró comisiones en el Barcelona
Las fuentes de la investigación que menciona dicho periódico señalan que las facturas se realizaban a través de la empresa de Josep Contreras.
Según las fuentes que cita El País, el exdirectivo a cambio de activar los contactos en el club, percibiría, presuntamente, una comisión que se elevaba en muchos casos hasta al 50% de la factura.
Josep Contreras no pudo prestar su declaración a los investigadores, ya que falleció el pasado 25 de diciembre. El dirigente del Barcelona estuvo vinculado con las directivas de Núñez, Gaspart y Bartomeu a través del filial y la comisión social del club.
Además, hizo de puente entre el Barça y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) gracias a su buena relación con Ángel María Villar, presidente del ente federativo entre 1988 y 2017.
Asimismo, Contreras fue directivo de la Federación Catalana de Fútbol (FCF) durante varias etapas. Andreu Subies, presidente de la FCF entre 2011 y 2018, y el propio Josep Contreras fueron investigados por supuestas adjudicaciones irregulares de obras por el primero a empresas del segundo, en una pieza separada del 'caso Soule' contra dirigentes de la RFEF.
TITULO: Las rutas Capone -La Costa del Sol vista desde el teleférico de Benalmádena ,.
La Costa del Sol vista desde el teleférico de Benalmádena ,.
Desde la altura del mar sube este transporte público hasta más de 700 metros, para disfrutar de vistas espectaculares de toda la bahía de Málaga, las sierras del interior, Gibraltar y la costa africana.
foto / En en viaje que dura un cuarto de hora, sin sobresaltos, porque no es un cacharrito de feria, hasta cuatro personas pueden subir en la silla del teleférico de Benalmádena, para disfrutar de un paisaje espectacular.
Los responsables del transporte turístico han dispuesto en la cima tres miradores que dan a la Sierra de Mijas y el valle del Guadalhorce, por un lado; la bahía entera de Málaga, con Gibraltar y el principio de África; y Benalmádena. El descenso se puede aprovechar para hacer senderismo por diferentes rutas o incluso con bicicletas, que están permitidas a bordo del teleférico.
TITULO: Tierra de sabores - Alcalá de los Gazules y su rico patrimonio ,.
Alcalá de los Gazules y su rico patrimonio ,.
foto / "Tierra de sabores" dedica su edición de este domingo 19 de febrero (19:30 horas) a Alcalá de los Gazules, un municipio enclavado en el Parque Natural de los Alcornocales, en plena provincia de Cádiz, con un gran patrimonio gastronómico por descubrir.
En el centro de la provincia se alza este pueblo blanco en plena Ruta del Toro. Sus empinadas calles trazan un casco antiguo declarado Conjunto Histórico, en cuyo punto más alto se yergue el castillo, desde donde se divisa la campiña y los montes cercanos.
El presentador Bosco Benítez nos llevará a conocer a Mario Jiménez, un fiel seguidor de la cocina de toda la vida que nos va a enseñar dos recetas con el sabor de siempre: el refrito de espárragos y la caldereta de cabrito, a la que Mario añadirá una crema de queso de su propia cosecha.
Antes de prepararlas, Bosco saldrá a buscar espárragos con los hijos de Mario, visitará una ganadería caprina con historia y probará sus quesos, recorrerá las calles y rincones de este bello pueblo gaditano para empaparse de su historia, aprendiendo además el arte del dornillo gracias a un experimentado vecino.
Este paseo por el recetario de Alcalá de los Gazules nos llevará también a conocer las tradiciones y costumbres de este pueblo gaditano gracias a Mario, a sus hijos y a sus entrañables vecinos.
TITULO: Diario
de un nómada - Las huellas de Gengis Khan - Ruta por la España vacía: Cuenca,.
El domingo- 26 - Febrero a las 19:00 por La 2 , fotos,.
Ruta por la España vacía: Cuenca,.
Cuenca o cómo gastar unos buenos zapatos,.
Un paseo desde su bella catedral gótica hasta el parador y la plaza de Mangana, en lo alto, que invita a descubrir el imaginario abstracto del Grupo de Cuenca,.
Qué menos que dejarse las suelas en Cuenca. Y hay zapateros de muchos tipos, el que no te da cita hasta dentro de un mes, y también el artesano que se apiada de ti mientras esperas descalza. ¿Hay alguna ciudad española que dé más?,.
TITULO : Un trío en la cocina - Pesadilla en la Cocina: “La Masía d´La Era” ,.
Un trío en la cocina - Pesadilla en la Cocina: “La Masía d´La Era”, fotos,.
Pesadilla en la Cocina: “La Masía d´La Era”,.
TITULO : Un trío en la cocina - Pesadilla en la Cocina: “La Masía d´La Era” ,.
Un trío en la cocina - Pesadilla en la Cocina: “La Masía d´La Era”, fotos,.
Pesadilla en la Cocina: “La Masía d´La Era”,.
O “lo que un día fue La Masía”, porque vaya estercolero grasiento y repugnante. En Riera De Gaia, Tarragona, se encuentra este palacete del siglo XVIII convertido en recolector de grasa y mierda hace 3 años por “el Pep“, doble de Theoden, también cocinero y Judith, su hija, la encargada, alías “Liz Salander”. Dos personalidades totalmente contrapuestas y repletas de resquemor aderezadas con la presencia de la ex mujer, Maribel, daban paso al reto más jodidamente sucio (en muchos sentidos) de Alberto Chicote. Bienvenidos al “Club de la Ducha“.
Una relación a base de gritos y reproches, y una incapacidad manifiesta para encargarse “cada uno de lo suyo”, junto con unas condiciones higiénicas que ni un cerdo soñaría para su lecho diario, son la especia que encuentra el Chef esta semana. Pedazo de enclave en manos equivocadas. Desastre y mierda entre fogones y desorganización rayando lo absurdo, maridaje exclusivo. Nada de lo que allí se “vendía” era lo que se servía. Eso, si Judith se acordaba de comprar el producto. Ni eso. “4 ó 5 meses” nos adelantaba el patriarca sería el tiempo que, siguiendo así, podrían aguantar con el garito abierto (semiabierto, más bien). Contando, por supuesto, con el dinero que su ex ponía todas las semanas para que sus hijas pudieran seguir peleando contra toda la mierda que el antaño “rey de Rohan” había dejado acumular en la cocina y asadero de pollos: “un poco sucia, sí“, decía el puerco, mientras que en su mano derecha sujetaba su caña y en la izquierda, apuraba un pito. Lo más parecido al carnicero de Delicatessen que hemos visto. Todo rehogadito con una carta parecida a la biblia aramea, solo que vacía de contenido servicio tras servicio.
Allí que llegaba Alberto preguntando a los lugareños para hacerse una primera idea del temita que le aguardaba. Por fuera, cómo no, el sitio prometía y mucho. Por dentro, empezamos a sumar indicativos de “qué coño es esto?”: un oso de peluche que daba miedo asentaba sus posaderas en un sofá con más historia que los ladrillos del lugar y un cuadro de un gato siniestro que miraba fijamente a los comensales: “esto parece la Masía del Terror“, decía el Chef. En la cocina, Daniel, el camarero “guayón”, le decía al aprendiz de barrendero que si no podía coger la comida con las pinzas, mientras que aquél le espetaba: “así tiene más sustancia” … “sí, sí, sustancia, la tuya” (CERDO!). “Liz Judith” decía que el color naranja que rabiaba en cada esquina se debía a que era el color del éxito … Las pastillas deben administrarse con receta, ojo.
Llegaba el momento de catar los productos típicos de una masía catalana y Judith ya se las tenía tiesas con su padre llamándole “borrachuzo” a las bravas (no era para menos). El chef ojeaba una carta imposible para una sola persona donde había de todo (y nada). Cuando adquirieron el local decidieron no cambiarla y así les iba. Liz no estaba segura de si había o no de cualquier plato que pedía Alberto, mientras que se excusaba inútilmente. Un “trinxat“ con un producto normalucho y sin pasar por brasa era lo primero que cataba (en “tapita”, porque no había más). Una coca dura como los cojones de un titán y un supuesto pollo “guisao” que “soñaba con ver granos de trigo” acompañado de verduras congeladas (y un huerto a su vera) fue suficiente para el de Carabanchel. Mientras, Theoden, descojonándose.
“¿Me enseñas la cocina?” … Todos habíamos visto las promos … “Menuda imagen, eh?” le decía el Chef al amigo del jabón extra Pep. “Una vez al mes cambio los papeles“, decía el colega. Pero, “quién coño es el puto responsable de esto?“, se escandalizaba Chicote al comprobar un auténtico foco infeccioso y ecosistema propio allí dentro. “La cocina de Mordor“, terminaba bautizándola. Ante tanto ataque de porquería que se le vino encima, el patriarca del vicio salía envistiendo a su paso maldiciendo en catalán o en lengua negra, más bien. Pero ahí no acababa el recorrido por la fábrica de grasa alienígena: faltaba el asadero de pollos, o lo que un día fue tal. Estalactitas de porquería colgaban en él y lo habían dejado apartado como ese mueble viejo que nadie quiere. Eso sí, sin tener en cuenta, como luego veríamos, que era una fuente de ingresos cojonuda tirada a la basura. Chicote se despedía durante unas horas ordenando la limpieza inmediata y diciéndole al cocinero más cerdo visto hasta la fecha: “así te partas las uñas haciéndolo, me importa un carajo“.
Las guirnaldas de la entradita, me mataban. De vuelta, Alberto inspeccionaba el trabajo de desinfección que habían hecho y “el Pep” seguía en su mundo paralelo diciendo que hubiesen necesitado “sosa caústica” para quitar toda la mierda pegada. El Chef, pasaba simplemente el dedo y le dejaba, una vez más, por mentiroso “puerquil”. El servicio comenzaba. También el DESASTRE. Los clientes comprobaban como no había de nada en la carta. Hasta una pija, aprovechando su momento de gloria, pedía “gambas de Huelva”. Pues no tenían que correr las gambas. Nuria, la hermana, al fin confesaba el por qué no había de nada: “no hay dinero“. “Pate de foie …. sí … sí hay“, decía Liz mientras que el Chef vivía uno de esos momentos … para olvidar. El tarrito del foie debía oler como el esfínter de un olifante, lo que le llevó a tener una arcada tras otra y nosotros, con él. Los clientes, hartos de tanta mentira, salían por patas y los solomillos, tras descongelarlos en el microondas, quedaban a su suerte en la encimera. Un nuevo vacile del Pep a su hija daba paso a la confesión. O más bien, a la reafirmación de lo que más de uno pensaba: “El Pep” había sido un figura toda su vida. Putero, jugador, bebedor y muy mal padre, no le temblaba ni un solo naipe viendo como su ex seguía poniendo pasta para que sus hijas salieran adelante. Otra vez, y ya sabéis cómo insisto en el temita, era LA MUJER la que le echaba algo de genitales al asunto.
El “business meeting” entre todos nos arrojaba las cifras de palmatoria: entre 15/20.000€ porque la “mare” seguía poniendo pastizal todas las semanas. El combate grasiento comenzaba y al padre le caían por todos lados debido a su afición de “vivascas”. Eso sí, Liz, no iba a salir de rositas. Una absoluta incompetencia y desconocimiento de lo que es un libro de contabilidad o de gestión era el mandil que llevaba puesto. Para ella, un cuaderno de semi gigante parecido al “Necronomicon“, garabateado con tonterías de biblioteca, era “la agenda”. La cara del Chef, todo un poema. “Céntrate y escribe al principio lo que quieres que sea esto, y ahora hablamos“. Se levantaba cual alma que lleva la grasa y le dejó recapacitar un poquito para ver si eran capaces de arengarse unos a otros. “Sin mentiras“, concluyeron.
Y así que, Chicote, lógica y prácticamente fue directo a revivir el asadero de pollos. Algo sencillo, rápido y dinerito fácil. Siempre he dicho que el pollo a la brasa o asado está infravalorado. En su puntito y con la especia adecuada es un jodido manjar. Y el Chef, me dió la razón tras tantos años de barbacoas cocinándolo para los cabrones de mis colegas: romero y limón, no hay más. Acompañado de unas (como se llaman en mi tierra, “pataticas a lo pobre”). Debía oler y saber cojonudo: “Los pollos de Pep de La Comarca“. Lo que había empezado siendo Mordor, Alberto lo iba reconduciendo a La Comarca. Con las aves mareándose, llegaba el momento de las directrices a ese “club”. “No fumar, no beber, no chillar … Y ORDEN (en casa)“. Más claro, cerveza. Recolocando a todos en sus funciones y transformando la carta infame en un simple menú, el segundo servicio comenzaba con Maribel de jefa de sala (“soy comercial“, decía) y Liz y Theoden a los fogones. Pero la falta de carta echaba para atrás a varios clientes que decían cruzar la “Puerta Negra”. Esto, hacía que Maribel empezara a ponerse tensa y tirara platos o a cualquiera que se cruzara por delante. ¡¡Pero si no había ni Coca Cola!! “El Pep”, peleándose para partir un pollo asado en dos al ritmo sanguíneo de un calçot (me apasionan). Los apagones que volvían y Liz decía que la instalación era vieja. Sí, sería vieja, pero el problema era que no querías soltar los 2.000€ para cambiarla. En vez de poner pasta todas las semanas para “no traer nada”, empecemos por el principio, no? Pues ella, no. Así que estallaba la crisis en su cerebro mientras su padre, como cada vez que se alteraba, empezaba a maldecir en catalá. Menudo espectáculo dantesco.
Al día siguiente, el momento “Patata connection” se producía (muy adecuado) en un parque infantil. Ni padre ni hija recordaban haber pisado uno juntos. Ya sabemos dónde estaría él. Los reproches y traumas desde pequeñita tenían achicharrada cerebralmente a Judith. Pero ella, quería intentarlo con su progenitor. Al menos, parecía. Mientras tanto, él, demostraba tener el flujo criogenizado. ¡¡Qué jodidamente importante es decir TE QUIERO (y demostrarlo)!! Nuevamente la dirección del programa nos regalaba un momento musical con “LOST“. Como siempre, el equipo de REFORMA, no perdía el tiempo y le daba un lavado de cara al local que nos impregnaba con ganas de ir (si fueran otros quienes lo llevaran). Esos colores vampíricos e hipocondríacos que bañaban las paredes cambiaron al blanco y verde de paz, tranquilidad y acogimiento. Eso sí, todo presidido por foto motivadora de “buenos tiempos de antaño familiares” para intentar perforar la roca que Theoden tenía por báscula. La zona “chill out”, guapa, guapa.
“Quiero que recuperes las ganas“, le decía Alberto. Yo, lo que recuperé cada vez que llega este momento, es el hambre al ver la nueva carta. Esos calçots han estado en mis retinas y estómago toda la noche. Parecía que la sangre volvía a fluir en las venas de Pep y se arrancaba con un “gracias”, menos emotivo que un papiloma de mandril. Comenzaba el servicio de salvación, y llegaba el invitado que esperábamos. Jordi Évole hizo toda una demostración de diplomacia y saber estar a pesar de estar “acojonao” con la invitación de Alberto, tras leer las críticas que había leido del local: “nunca sabes cuándo es la competencia quién lo escribe“. Lo dicho, echando un cable. Con su presencia, Maribel olvidaba que el salón estaba “petao” y se ponía de charleta con él mientras que su hija empezaba a agobiarse y se la llevaba rapidito de allí. A Nuria, se le quemaban los canelones, lo que hacía ponerse otra vez en guardia al Chef. ¿Quién contribuyó a tal desmadre? Dani “guayón” llegaba tarde al curro con excusas, por decir algo. Tarde, y “empanao”. En sala, una clienta se mosqueaba: “tráeme alioli, esto, es mayonesa“. “El Pep” era plenamente consciente de que ajo, llevaba poco ese cuenco. Chicote, seguía flipando mientras curraba el triple que su compañero de habitación. Todo muy, muy despacito y Jordi decía “estoy oyendo gritar a Chicote y me da miedo“. Como siempre, el servicio termina saliendo (porque el Chef se remangó) y Theoden tiene su momento de gloria ante los súbditos en su sala de Meduseld. De nuevo Évole echaba un cablecito diciendo que “pensaba que les iría bien“. Mi opinión, y me jode, lo sabéis, es que habiendo bebida, no veo futuro. Y eso que, el menú en sí, la cocina, habiendo brasa de por medio, siempre es “más fácil”, al menos, para mi. Que Tutatis provea.
Llegaba el momento DESPEDIDA con la música de Edward Sharpe & The Magnetic Zeros y Alberto le decía al oído: “ya puedes darle duro, jodío“. El reto más grasiento del programa finalizaba y me dejaba el mismo sabor amargo de otros programas. Siempre espero equivocarme en mis feelings, pero insisto, cuando hay “gradación” de por medio, me cuesta tener fe. Eso, y que a Judith la veo muy inestable para llevar un negocio. ¡¡Mucha suerte!!
Vamos con los highlights:
– “Qué nórdico todo, no?” jajajajaja cuando se enteró de la historia de la familia …
– “Sí, sí, para sustancia, la tuya” … CERDO! le faltó decir a Dani el camarero viendo a su jefe agarrar todo con las manos …
– “Esto parece la masía del terror” … “Por qué pensarán que todavía me la pueden pegar?” … total Alberto!! ahorrarían tiempo y malos tragos …
– “Esto es … chocolate number one“, “Huele a chillar“, “Aquí hay ADN de animales precolombinos“, “la cocina de Mordor“, “me importa un carajo si te partes las uñas haciéndolo” … fueron algunas perlas que dejó el Chef ante tanta mierda grasienta …
– “Cuando tienes prisa, cómo lo haces?“, “el primer cocinero zombie” o “está así, como si estuviera haciéndose una radiografía” … “El Pep” se movía con una gracilidad acojonante, sí.
– “Cuanto menos se hable, mejor” … OOOOOORDEN EN CASA.
– Las excusas que se inventaban cuando los clientes querían algo que no tenían, son dignas de un buen monólogo: “el camión no ha hecho la ruta … o ha venido antes y no estábamos …“. Si me dicen eso, el silencio y la mirada que le echo se podría cortar con hacha de manufactura enana.
– Todo un clásico del Maestro: “está más frío que el rabo de un perro“.
– “No sé si es más lo que he puesto, que lo que he quitado”, tras la reforma de la cocina.
– y cierro con la frase que resume lo que anoche vimos: “no encuentras tanta mierda ni en un estercolero“.
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