lunes, 20 de febrero de 2023

Metrópolis - El gran hermano chino ,. / DIAS DE TOROS - La torerista Feria de Abril o la constatación de que la fiesta de los toros es un sainete ,. / Retratos con alma - Pablo Andrés Escapa reivindica la magia y la maravilla que envuelve la Navidad en su libro de cuentos 'Herencias del invierno' ,.

 

    TITULO: Metrópolis -  El gran hermano chino    ,.

  El lunes -6- Marzo  , los lunes a partir de las 00:30, en La2, foto,.

  El gran hermano chino,.

El globo espía chino tiene una naturaleza militar, aunque Pekín se empeñe en decirnos lo contrario,.

 El gran hermano chino

"En qué mundo tan extraño vivimos". Me comentaba el profesor de Princeton, Charles M. Cameron y analista asiduo a estas páginas a propósito del globo espía chino. Y proseguía: "Los servicios de inteligencia son grandes burocracias que funcionan sobre raíles. Los servicios de seguridad estadounidenses espían a China; los servicios chinos espían a Estados Unidos... y a Europa. Así es la vida. A veces, las cosas estallan, por ejemplo, cuando un avión espía U2 estadounidense fue derribado por la Unión Soviética en 1960, un acontecimiento que hizo descarrilar las relaciones diplomáticas entre Washington y Moscú durante un tiempo. Hoy han pillado a los chinos con las manos en la masa y el secretario de Estado, Antony Blinken, ha cancelado su viaje a China".

Curiosamente nadie se sorprende porque las superpotencias (y no tan superpotencias) se espíen unas a otras, pero la cosa cambia cuando esas operaciones encubiertas salen a la luz. Los Estados se ven obligados a responder o de lo contrario se quedan a la intemperie, a merced del intruso. El descubrimiento del globo espía chino de una naturaleza claramente militar, aunque Pekín (como es obvio) diga lo contrario, ha echado por tierra los intentos de Estados Unidos y China de crear un suelo de entendimiento para reconducir las relaciones bilaterales que se encuentran en su punto más bajo desde 1979. La detección del globo sobre una base nuclear en Montana es un ejemplo más de las incursiones cada vez más asertivas de China en el extranjero. La Casa Blanca ha revelado que durante la Administración Trump tres globos espía sobrevolaron el país sin que fueran descubiertos. El Pentágono asegura que el aerostato no proporciona a China mayor información que la que recaba con sus satélites espía, pero los analistas militares y de inteligencia argumentan estos días en la prensa internacional que la baja velocidad y la gran altitud de estos dirigibles -normalmente operan a unos 25.000 kilómetros, mucho más altos que los aviones comerciales- les permite grabar en un área mayor que los satélites en órbita y captar más detalles. También son más difíciles de detectar que los drones metálicos o las aeronaves que utilizan equipos tradicionales contra la vigilancia, como el radar, mientras que pueden permanecer en el aire durante semanas, lo que proporciona una evaluación prolongada de la actividad sobre el terreno. La prueba más clara del uso militar de estos globos estratosféricos, nos la da la propia hemeroteca china; los medios estatales informaron en septiembre de 2018 de que un aparato de estas características probó misiles hipersónicos.

¿Por qué China lanza este globo cuando lo que se quiere es bajar el «soufflé»? Hay varias teorías, pero no creo que Pekín haya querido deliberadamente arruinar la visita del secretario de Estado. China tiene un gran interés en retomar la cooperación económica con EE UU para sobreponerse del desastre de su política covid cero. Es más simple. Cuando has cruzado la línea tres veces y nadie te ha dicho nada; es más fácil hacerlo una cuarta. "¡Este globo lleva mucho tiempo apareciendo!", escribió en Facebook el jefe de la Oficina Meteorológica Central de Taiwán. EE UU no se ha librado del gran hermano chino, como tampoco Europa, aunque todavía no haya dicho ni mu.

 

TITULO:  DIAS DE TOROS  - La torerista Feria de Abril o la constatación de que la fiesta de los toros es un sainete,.

 

 La torerista Feria de Abril o la constatación de que la fiesta de los toros es un sainete,.

 

 La plaza de La Maestranza desde el monumento a Pepe Luis Vázquez.

La Maestranza, un año más, presenta carteles ‘remataos’, impregnados de figuras y llamativas ausencias de toros y toreros,.

 

La Maestranza, un año más, presenta carteles ‘remataos’, impregnados de figuras y llamativas ausencias de toros y toreros.


foto / Lo único verdaderamente sorprendente de cada Feria de Abril es el cartel que anuncia la temporada taurina en Sevilla, y que es responsabilidad exclusiva de la Real Maestranza de Caballería, propietaria de la plaza de toros. Raro es el año que no se cumple la paradoja de cómo una institución tan esencialmente tradicional en su funcionamiento interno —y tan socialmente comprometida, esa es la verdad— puede ser tan supermoderna en pintura taurina. Tanto es así que, a veces, ese atrevimiento ha sido piedra de escándalo y mofa a causa de las obras extravagantes que han presentado algunos de los vanguardistas creadores contratados por los maestrantes. Pero ahí sigue, año tras año, a pesar de las muchas críticas que aguanta.

La razón de un comportamiento tan singular (el de la Real Maestranza) es otro de los misterios de la tauromaquia moderna, pero es verdad que la presentación del cartel es la única sorpresa que se espera en la primavera taurina sevillana.

Superado el estado de shock artístico, la presentación de los carteles de toros y toreros de la Feria de Abril suele ser una balsa de aceite. La empresa Pagés, que dirige Ramón Valencia, convoca una rueda de prensa (gesto que le honra y que podrían copiar los empresarios de Las Ventas), reparte un folio con las combinaciones de toros y toreros que ya se conocen, y el señor Valencia se somete a las preguntas de los medios de comunicación. Agradece los elogios a su trabajo, que no son pocos, y dribla con admirable técnica las cuestiones que no les son propicias; es un consumado experto en evasivas y ambigüedades, y jamás da una noticia. Pero no es que no la dé en esa comparecencia pública; es que no la ha dado nunca en las entrevistas escritas, radiofónicas y televisivas que ha concedido desde que es responsable de la programación taurina de la plaza de La Maestranza. Pero se coloca gentilmente frente a los periodistas y esa actitud es de agradecer.

Claro que como toda su obsesión es salir airoso —y sin contestar— de las preguntas incómodas, nunca el aficionado se entera de por qué los carteles son los que son y no otros. Él diseña la feria como le parece bien —está en su pleno derecho— y aguanta con estoicismo franciscano las críticas de quienes —también en el suyo— opinan que el trabajo del empresario es manifiestamente mejorable.

Tal es el caso en este abono sevillano de 2023.

De entrada, la sociedad sevillana —y la taurina no lo es menos— es muy peculiar. Convencida de que es madre y maestra de la tauromaquia, que lo será, va por libre. La Sevilla taurina, como la otra, es ególatra, ombliguista, narcisista y torerista, y vive al margen del resto de la tauromaquia mundial.

Esta tesis la entendió a la perfección un manchego llamado Diodoro Canorea, yerno del legendario empresario Eduardo Pagés, y empresario sevillano en representación de su esposa, desde 1959 hasta 2000. Y su yerno, el señor Valencia, ha tomado nota de la matriz, el formato y el planteamiento y ahí sigue, año tras año, anunciando carteles ‘remataos’, cuajados de caras conocidas y ganaderías comerciales.

Muchos de ellos, toreros y toros, no merecen, ni mucho menos, el trato de privilegio que reciben de la empresa, pero a Sevilla le da igual; solo importan los famosos carteles ‘remataos’. Un ejemplo: Victorino Martín no debutó en La Maestranza hasta 1996, y nadie levantó la voz.

Canorea contaba con un talismán, Curro Romero, cuyo anuncio perfumaba la feria e impregnaba de lustre el abono entero.

A pesar de ello, y al margen del acentuado torerismo sevillano, Canorea cargó con una leyenda que no favoreció su brillante hoja de servicios.
Morante de la Puebla, protagonista principal del abono sevillano de 2023
Morante de la Puebla, protagonista principal del abono sevillano de 2023Eduardo Briones (Europa Press)

A finales de la década de los 80, era vox populi en el toreo que el empresario sevillano no era el único responsable de los carteles. Al parecer, un serio compromiso económico con el empresario barcelonés Pedro Balañá permitía que dos de los hombres del catalán, Teodoro Matilla y Antonio Bonéu, se instalaran cada primavera en la capital andaluza para ultimar de primera mano las combinaciones de toros y toreros.

El empresario manchego falleció en el año 2000 y al final de esa temporada se retiró El Faraón. Se rompió el hechizo entre Sevilla y La Maestranza, y, durante un tiempo largo, la empresa Pagés naufragó entre aguas turbulentas, sufrió una huelga de figuras y un sustancial descenso del número de abonados.

Nunca se ha sabido qué pasó con aquel compromiso (llamémosle deuda) con Balañá, pero lo cierto es que Ramón Valencia ha seguido siendo fiel a las enseñanzas recibidas de su suegro, y ha tenido, además, la suerte de encontrar otro torero fetiche, Morante de la Puebla, eje central de la feria.

Así, Ramón Valencia ha presentado este año 2023 un abono al más puro estilo sevillano; los mismos carteles de hace años; nombres conocidos, con razón o sin ella para estar en Sevilla, y una oportunidad para modestos toreros locales.

Pero no están, por ejemplo, Isaac Fonseca, flamante matador de toros, que el pasado año, aún novillero, cortó dos orejas en La Maestranza; no está Robleño, autor de la mejor faena de la temporada pasada en Las Ventas; no está Ángel Téllez, triunfador a lo grande en Madrid; ni Paco Ureña, figura indiscutible del toreo, entre otros. Tampoco ha habido huecos para toreros tan válidos como López Chaves, Sergio Serrano, Gómez del Pilar, Curro Díaz o David de Miranda.

Por otra parte, la inmensa mayoría de los hierros ganaderos anunciados pertenecen al encaste Domecq, y cuatro de ellos hacen doblete: Núñez del Cuvillo, Garcigrande, Victoriano del Río y Hnos. García Jiménez. La gran noticia, que también existe, es que no está Juan Pedro Domecq, después de tantos y reiterados fracasos en esta plaza.

Ni se explican las ausencias de toreros con méritos más que suficientes, ni las presencias de algunos matadores, amortizados unos y carentes de interés otros; ni la masiva contratación de ganaderías del mismo color y condición que, en general, no garantizan un espectáculo íntegro.

¿Por qué Ramón Valencia comete estos desafueros? (No le pregunten porque no contestará).

Dice la rumorología bien informada que cuando el empresario tenía cerrada la arquitectura del abono, -con Ureña y Téllez incluidos-, se presentaron en Sevilla Antonio Matilla (el hijo del que venía a ver a Canorea) y Curro Vázquez, y modificaron los carteles.

¡No será verdad…!

Sevilla no es, como Madrid, el espejo y referente de la tauromaquia; pero como madre y maestra debiera dar ejemplo, premiar el esfuerzo, reconocer los triunfos, no exprimir carreras ya agotadas y ofrecer oportunidades a toreros con aptitudes. Pero no…

Prefiere, al parecer, los carteles ‘remataos’, rebosantes de carencias y probadas injusticias.

Y el empresario lo hace porque cuenta con el mejor aliado: la conformista, narcisista y extremadamente generosa Sevilla, que está convencida de que su Feria de Abril es la mejor del mundo por el simple y trascendental hecho de que se celebra en el incomparable marco de La Maestranza.

Madrid y Sevilla se van a cargar la fiesta por su extremado conservadurismo; porque los empresarios no admiten el más mínimo resquicio a la innovación. Prefieren el diseño preconcebido a la gesta sorprendente. Por eso, los triunfos en las dos plazas más importantes importan cada vez menos. Por eso, y por las componendas de los despachos empresariales, no están Téllez, Ureña y Fonseca. Y por la misma razón, casi todos los toros pertenecen a la misma familia de artistas. A los empresarios no parece importarles si otros toros y toreros, por ejemplo, interesan o no a los aficionados. Optan por el camino fácil de imponer a los suyos. Y el día que los tendidos estén vacíos ya no habrá solución.

¿Es o no es la fiesta de los toros un sainete?,.

 

TITULO:  Retratos con alma - Pablo Andrés Escapa reivindica la magia y la maravilla que envuelve la Navidad en su libro de cuentos 'Herencias del invierno'   ,.


 

La periodista Isabel Gemio regresa a la televisión para presentar 'Retratos con alma', el nuevo programa producido por RTVE en colaboración,. 

 Lunes-6- Marzo - a las 22:40 horas en La 1 / foto,.

 Pablo Andrés Escapa reivindica la magia y la maravilla que envuelve la Navidad en su libro de cuentos 'Herencias del invierno' ,.

 

Cada Navidad, ha escrito un relato que enviaba a «un puñado de amigos,.

El escritor leonés reúne una decena de relatos que ha ido escribiendo desde hace 25 años por estas fiestas para sus amigos más cercanos, con ilustraciones de Lucie Duboeuf,.


Hace veinticinco años, la entonces directora de la Real Biblioteca, María Luisa López-Vidriero, encargó a Pablo Andrés Escapa (Villaseca de Laciana, 1964) escribir un cuento navideño para incluirlo en la revista 'Avisos' de la institución. El escritor leonés le cogió el gusto y desde entonces, cada Navidad, ha escrito un relato que enviaba a «un puñado de amigos» para transmitirles sus mejores deseos en estas fiestas. Ahora, 25 años después del comienzo de aquella tradición (una fecha que coincide con el día del nacimiento de Nuestro Señor), ha reunido una selección de una decena de esas historias en 'Herencias del invierno. Cuentos de Navidad' (Páginas de Espuma, 22 euros), un hermoso libro ilustrado «en oro y nieve» por la francesa Lucie Duboeuf, con el cual reivindica «lo maravilloso» y «lo milagroso» que envuelve unas fechas repletas de magia.

«Para mí la Navidad es un estado de ánimo marcado por una predisposición hacia la bonhomía; no hacía el buenismo o a la sensiblería, sino a la bondad verdadera, a lo mejor de la condición humana», señala. Así sucede, por ejemplo, en 'Ceniza', la historia que abre el volumen, donde dos pobres ladrones de poca monta necesitan un milagro que les redima, y lo encuentran no a través de un montoncito de oro que hallan sino de un cambio radical en su vida, cuando el primero adquiere habilidades lingüísticas desconocidas para él y su compañero se dota de una seguridad en sí mismo de la que carecía hasta entonces. «Los 'milagros' que se producen en el libro, que yo relaciono con la Navidad, tienen que ver con la posibilidad de que, en algún momento, se produzca una epifanía, un acontecimiento que nos transforme», explica.

En otra de las historias, 'Canción de cuna', Escapa escribe: «Y me vi de niño, oyendo un cuento de mi padre», en un íntimo guiño a la persona que está detrás ya no solo de estos cuentos navideños, sino de toda su vocación como cuentista. «Yo no puedo separar la Navidad del recuerdo de la voz de mi padre, narrando y contando historias. Era un gran contador de cuentos y en estas fechas siempre nos sorprendía. Ya no está con nosotros. La Navidad es un periodo muy propicio para las melancolías, tanto para las buenas como para las malas. Para mí es un periodo agridulce», señala.

De ahí el título del libro, 'Herencias del invierno', que alude a la tradición que de su padre recibió de contar cuentos en Navidad. «A esas herencias yo tengo que responder con coherencias, y mi coherencia es hacer un libro navideño que recoja ese tono. El mío no es un libro festivo, pero sí celebra el recuerdo emocionado de otros días, de otro tiempo, y esa pulsión que nos empuja a intentar ser mejores», detalla.

Como hilo común de los diez relatos que ha seleccionado entre los 25 que ha escrito desde hace cinco lustros, el autor explica que «hay una cierta intención por buscar los cuentos donde se pudiera percibir mejor el juego de voces y la tradición oral dentro del relato», además de que, en todos ellos, los protagonistas son «personajes humildes, desbordados por alguna situación que los transforma».

Para organizarlos, ha evitado el criterio cronológico de escritura para priorizar la temática e imponer un ritmo cadencioso de lectura, componiendo un mosaico que arranca el día de Nochebuena y concluye en día de Reyes, «de manera que uno, si lee la primera y la última frase del libro, puede completar el ciclo, ya que el libro arranca con un '¡Santas Noches! y se cierra con un «¡Han venido!».

Espacio para soñar

En el libro se vislumbran dos características presentes en muchos de los relatos. Por un lado está la familia como tema, «un elemento muy propio de la Navidad, propicio para los reencuentros y la recuperación de ciertos afectos que a veces se tienen algo abandonados». Por otra parte, varios de ellos transcurren en la duermevela, en un ambiente de ensoñación y de la posibilidad, donde todo es factible: «Hay una especie de nocturnidad en estos cuentos; muchos de ellos transcurren de noche, bajo las estrellas… Como el libro intenta ahondar en esa condición del misterio que hay en las navidades (no necesariamente del misterio sagrado ,sino del misterio de esa ilusión y la esperanza de que va a ocurrir algo especial), me parecía que eso se conciliaba mejor con los misterios de la noche y las posibilidades de las sombras que a plena luz del día, aunque en el libro hay tanto luces como sombras».

En la coda final del libro, a modo de colofón y «fuera de lo que es el terreno estricto de la ficción y la fábula», Escapa escribe: «No hay alba fija ni ocaso prescrito para soñar». Preguntado si este conjunto de relatos es una invitación para ello, la respuesta es afirmativa: «Siempre me ha parecido que la fantasía, la ensoñación y la necesidad de prodigios que tenemos trasciende a la mera literatura. Es decir, quien ande por el mundo sin algo de fantasía va peor y con menos equipaje que el que la lleva, y va a ver las cosas de una manera más ramplona que quien es capaz de trascender las circunstancias cotidianas y elevarse por encima de eso».

Por ello, subraya que «el libro es una invitación a estar un poco atentos a lo menos visible, que puede entrañar una posibilidad de promoción anímica y personal, de lo más grave de la condición humana». Esa realidad entronca a la perfección con la decisión de Lucie Duboeuf, la ilustradora francesa del volumen, de encabezar cada relato con pequeños objetos como una mecedora, una pipa, un espejo o una castaña... «Son objetos que tienen un sentido dentro del relato y que dan la pista de que lo pequeño, en estos cuentos, es anuncio de algo más grande después», explica el autor.

Sobre el trabajo de la ilustradora, a quien no ha conocido personalmente hasta tener ya impreso el libro, Escapa subraya estar «muy contento» porque considera que «ha conseguido reflejar muy bien con sus imágenes ese candor que hay en las historias, pero sin caer en sensiblerías ni edulcoramientos.

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