La investigación sobre el mal que desde hace una década está devorando encinas y alcornoques prevé saltar al campo. El Grupo Operativo para la Gestión Integrada de la Enfermedad de la Seca en Extremadura (Goseca) quiere poner a disposición de gestores y técnicos un conjunto de herramientas para la detección, prevención, mitigación y restauración de las poblaciones de encinas y alcornoques afectados por seca, de forma que sean capaces de confeccionar y ejecutar planes de lucha integrada contra esta enfermedad. El grupo está a la espera de una nueva convocatoria de los fondos Feader para poder presentar el proyecto con el que quieren llevar a la realidad las investigaciones que han dado resultados satisfactorios en la atmósfera controlada de un laboratorio.

«El trabajo a escala real en fincas afectadas va a permitir poner en práctica medidas que han demostrado algún tipo de acción de control en trabajos científicos», señalan desde Cicytex, uno de los integrantes del grupo operativo y autor de las investigaciones que se van a testar. Aunque pasar de los laboratorios a modelos en el campo es complicado, la alternativa que van a plantear para darle viabilidad incluye «una serie de experiencias sobre casos concretos en las que intervengan expertos, técnicos y selvicultores». El seguimiento de estos casos reales permitirá que progresivamente se puedan ir ajustando los métodos, las técnicas y la viabilidad económica, y además permitirá detectar posibles problemas en la aplicación.

«Además posibilitará crear infraestructuras de demostración que podrán utilizarse en acciones de transferencia de estos métodos», señalan desde el centro de investigación.Junto a Cictex, están incluidos en el Goseca Asaja Extremadura, Indehesa, la Compañía Extremeña de Investigación y Desarrollo Forestal y la Asociación de Propietarios y Titulares de la Sierra de San Pedro y la Asociación de Propietarios y Titulares del Tajo Internacional.

El término seca designa comúnmente a una enfermedad que provoca el decaimiento y muerte de las encinas y alcornoques. Entró hace ya una década en la península sin que se haya logrado aún ningún remedio eficaz con el que detenerla. Si un ejemplar se infecta, está garantizada su muerte. La causante es la Phytophthora cinnamomi, un microorganismo originario de países tropicales y subtropicales, resistente y capaz de sobrevivir sin dificultad en zonas de inviernos más fríos. Los datos más recientes de los que dispone Cicytex indican que en Extremadura había en 2012 unos 5.000 focos activos y 29.000 hectáreas de encinares y alcornocales afectados (el crecimiento de la enfermedad es exponencial aunque a una tasa anual baja, de menos del 1%).

Difícil control

Hay varias características de la fitóftora que provocan que sea un patógeno difícil de controlar: «puede infectar a numerosas especies vegetales, se multiplica en el suelo cuando hay agua libre, puede sobrevivir largos periodos de tiempo en el suelo, incluso a profundidades considerables y tiene una rápida capacidad de diseminación en suelos mal drenados o encharcados» señalan desde Cicytex. De hecho, a pesar de las investigaciones en marcha reconocen que por el momento «no se dispone de una ‘bala de plata’ para este patógeno invasor» y las estrategias de control se basan «en el manejo integrado de las herramientas disponibles para prevenir y mitigar los daños que provoca».

El centro extremeño de investigación es uno de los que está trabajando en cómo hacer frente a esta invasora. En 2015 puso en marcha el proyecto La Seca de la encina y el alcornoque en la dehesa. Seguimiento temporal de su impacto y alternativas de control: biofumigantes, enmiendas y búsqueda de resistencia, que aborda el problema de la Seca de forma multidisciplinar y se estructura en cuatro áreas de trabajo fundamentales: mejora del conocimiento acerca de los diferentes factores que inciden en la Seca; desarrollo de un programa de mejora genética para la obtención de encinas y alcornoques tolerantes; evaluación de la tolerancia al agente causante: y tratamientos alternativos y complementarios, como la incorporación de especies biofumigantes o la aplicación de enmiendas calizas, para el control del patógeno.

En esta investigación, que se prolongará hasta finales de año, participan además el Instituto de Investigación y Formación Agraria Pesquera de Andalucía (IFAPA), las Universidades de Córdoba y Extremadura y la empresa pública Tragsa. «Es poco tiempo si se tienen en cuenta las escalas temporales relevantes para una enfermedad forestal», matizan desde el grupo de trabajo de fitóftora.

Ensayos en marcha

En todo caso sí reconocen que gracias a estas investigaciones «se ha avanzado en todas las áreas de trabajo planteadas» y disponen de algunos resultados, si bien son preliminares. «En este momento hay todavía ensayos en marcha cuyos resultados habrá que analizar, y algunos de estos ensayos no finalizarán hasta el otoño, por lo que antes de esa fecha no dispondremos de resultados definitivos», afirman desde el grupo de investigación.

La seca lleva una década minando las dehesas en el centro y sur peninsular y hay varios centros que trabajan en España en el estudio de la enfermedad enfermedad que puede tener efectos devastadores para sectores importantes para la región como el del corcho o el ibérico («el ibérico desaparecerá si no hay bellota con la que alimentar a los cerdos», advertía hace dos meses la directora técnica de Aeceriber, Elena Diéguez). De hecho, según recuerdan desde Cicytex «ya se ha identificado el agente principal, se conoce mucho de su ciclo biológico, cómo hacer el diagnóstico y se han dado ya algunas recomendaciones para su prevención y control». 

TITULO:  LA NOCHE LARGA, MUJERES EN PRIMERA LINEA, - LA CHICA LUNES -13 - Domingo -12 - DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES -14- Marzo - Sigrid Kraus ,. 

 

DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES -14- Marzo   ,.

 

 El programa está conducido por la periodista catalana Susanna Griso. Cada semana visitará la casa de un personaje famoso relevante y mediante el hilo conductor de la entrevista, irá desgranando la vida de los famosos. Como novedad la periodista se instalará en las casas de los invitados durante dos días pasando una noche allí. El MARTES - 14 - Marzo  ,  a  las 22:40 por antena 3, etc.

 

 

LA NOCHE LARGA, MUJERES EN PRIMERA LINEA, - LA CHICA LUNES -13 - Domingo -12 - DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES -14- Marzo - Sigrid Kraus ,. 

 Sigrid Kraus,.

Sigrid Kraus, el legado de la editora anfibia con intuición para los grandes éxitos (como Harry Potter),.

La alemana deja la dirección de Salamandra, ahora integrada en Penguin Random House, pero seguirá vinculada como consultora editorial. Ha publicado ‘best sellers’ como la saga de J. K. Rowling o ‘El niño del pijama de rayas’,.

 La editora Sigrid Kraus, en el despacho que deja en la sede de Penguin Random House, desde donde ha dirigido Salamandra durante los últimos años.

foto /  La editora Sigrid Kraus, en el despacho que deja en la sede de Penguin Random House, desde donde ha dirigido Salamandra durante los últimos años.

“Mira”, dice Sigrid Kraus, “este era mi despacho hasta ahora. Vacío. Ni siquiera tengo libros para regalarte”. En efecto, no hay libros en el despacho desde donde dirigió el sello Salamandra durante los últimos años, situado en la sede madrileña del grupo Penguin Random House, en el que se integró en 2019. No lo dice con pena: Kraus (Gunzenhausen, Baviera, 59 años) ha decidido soltar las riendas de esta editorial anfibia, que ahora dirigirá Pilar Reyes (también al cargo de otros sellos,.

 

TITULO:  Viajeros Cuatro -  Museo Thyssen-Bornemisza,.

 

El Miércoles - 8 - Marzo a las 22:45 por La cuatro,fotos.

 

 Museo Thyssen-Bornemisza,.

 

 


Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
Museo Thyssen-Bornemisza (Madrid) 07.jpg
Localización
País Bandera de España España
Comunidad Flag of the Community of Madrid.svg Comunidad de Madrid
Localidad Madrid
Dirección Paseo del Prado, 8
Coordenadas 40°24′58″N 3°41′42″O
Información general
Creación 1992
Inauguración 1992
Director Guillermo Solana
Información del edificio
Edificio Palacio de Villahermosa
Información visitantes
Visitantes 1 064 835 (2016)1
Sitio web oficial

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza (pronunciado: [ˈtisemboɾneˈmisa]) es una pinacoteca de maestros antiguos y modernos ubicada en Madrid (España). Su existencia se debe al acuerdo de arrendamiento (1988) y a la posterior adquisición, por parte del Gobierno español (1993), del núcleo más valioso de la colección privada reunida a lo largo de siete décadas por la familia Thyssen-Bornemisza. Este fondo artístico vino a complementar el repertorio expuesto en los dos principales museos estatales, el Prado y el Reina Sofía, al aportar numerosos ejemplos de pintores extranjeros ausentes hasta entonces: primitivos italianos y flamencos de los siglos XIV y XV (Duccio, Jan van Eyck), obras clave del Renacimiento (Ghirlandaio, Carpaccio, Holbein), pintura barroca holandesa (Frans Hals, Jan Steen, Ruisdael), vedutismo italiano del siglo XVIII (Canaletto, Bellotto, Guardi), un repertorio casi completo de la época impresionista (Monet, Degas, Van Gogh, Gauguin), un conjunto de pintura estadounidense único en Europa (Winslow Homer, Georgia O'Keeffe, Edward Hopper) y diversas corrientes del arte moderno del siglo XX como expresionismo alemán (Kirchner, Grosz, Beckmann), constructivismo ruso, pintura abstracta (Kandinski, Pollock), pop art (Tom Wesselmann, David Hockney) y figuración entre las décadas de 1930 y 1980 (Marc Chagall, Balthus, Lucian Freud, Richard Estes). La apertura del Museo Thyssen-Bornemisza en 1992 dio lugar, al unirse a los dos ya citados, al llamado Triángulo del Arte del paseo del Prado, área museística de Madrid que concentra el acervo pictórico más importante de España, hoy reconocido Patrimonio Mundial de la UNESCO.

La institución, gestionada por una fundación que a su vez es regida por un patronato bajo control estatal, tiene su sede en un edificio histórico en la Plaza de Neptuno, el Palacio de Villahermosa, donde exhibe el grueso de su colección: más de 700 obras (otras sesenta se exponen en depósito en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) de Barcelona). Gracias a un inmueble colindante sumado en 2004 amplió sus espacios para exposiciones temporales así como su repertorio al mostrar unas 240 pinturas más, prestadas por Carmen Cervera, viuda del segundo barón Thyssen.

Según The Art Newspaper, basándose en datos facilitados por los propios museos, en 2013 el Thyssen fue el quinto museo más visitado en España, con 944 827 visitantes, situándose en el puesto número 61 de su ranking de los 100 museos de arte más visitados del mundo.2​ Tras la fase aguda de la pandemia del COVID-19, que redujo drásticamente la afluencia de público a todos los museos españoles, el Thyssen-Bornemisza fue entre ellos el que mayor crecimiento experimentó, con un total de 671.078 visitantes en 2021 y un aumento de su afluencia en un 97% con respecto a la del año 20203​.

Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid

La sede del museo es el Palacio de Villahermosa, en la esquina del paseo del Prado con la carrera de San Jerónimo. Hacia 1805 este edificio del siglo XVIII fue ampliado y reformado en estilo neoclásico por Antonio López Aguado, por encargo de María Manuela Pignatelli y Gonzaga, viuda del XI duque de Villahermosa, Juan Pablo de Aragón-Azlor. Décadas después fue una de las mansiones más prestigiosas de la ciudad. En 1823 sirvió como residencia del duque de Angulema, entonces al mando de los Cien Mil Hijos de San Luis, y años después ganó notoriedad por sus fiestas y veladas culturales: en 1844 acogió dos recitales de piano interpretados por Franz Liszt, y en el decenio 1846-56 fue sede del Liceo Artístico y Literario de Madrid, fundado en 1837 por José Fernández de la Vega.

Villahermosa conservó sus suntuosos interiores, que incluían un salón de baile y capilla privada, hasta bien entrado el siglo XX, como atestigua un reportaje fotográfico de 19664​ en la revista Blanco y Negro. Todo ello se perdió en 1973 cuando el edificio se convirtió en la sede central de la Banca López Quesada: sufrió una reforma radical, ejecutada por el arquitecto Fernando Moreno Barberá, que vació el interior reemplazando los grandes salones por oficinas. El banco quebró al cabo de pocos años y en 1980 el palacio pasó a manos del Estado, que lo empleó para albergar varias exposiciones temporales del vecino Museo del Prado, entonces acuciado por necesidades de espacio. Se pensaba en adscribir este edificio al Prado como sede complementaria, presumiblemente para exponer sus cuadros de Goya y del siglo XVIII.

Sin embargo, como parte del acuerdo entre el Estado español y la familia Thyssen, Villahermosa se destinó al nuevo museo. Su remodelación integral como pinacoteca se acometió en el bienio 1990-1992 según diseños de Rafael Moneo. Las mejoras más elogiadas fueron: la conformación de los interiores en salas amplias, en una ordenación circular alrededor de un atrio; el aprovechamiento de la luz natural (con lucernarios regulados mediante sensores); y el cambio del acceso principal, que volvía de la Carrera de San Jerónimo a la fachada opuesta tal como era en origen. Se entendió que esta entrada era más adecuada para acoger al público porque disponía de jardín propio.

El mármol de los suelos y el estuco en color tostado de las paredes fueron sugeridos por la baronesa Thyssen, Carmen Cervera; una solución estética que suscitó controversia al apartarse de la sobriedad habitual en los museos de nueva construcción. La ambientación colorista y algo ostentosa recuerda a las fundaciones norteamericanas de origen privado: plantas tropicales y un gran tapiz con el escudo de los Thyssen decoran el atrio, flanqueando el colosal lienzo El Paraíso de Tintoretto. Presiden este recinto cuatro retratos de cuerpo entero de los barones y de los reyes de España Juan Carlos I y Sofía (pintados por Ricardo Macarrón).

Ampliación del museo en los dos edificios Goyeneche, con nueva fachada minimalista recubriendo la antigua trasera de ambos bloques.

El museo se inauguró el 8 de octubre de 1992, con la presencia de los reyes, y apenas ocho meses después (junio de 1993) el grueso de la colección pasó a ser de propiedad estatal mediante un complejo acuerdo de compraventa. En 2004 el museo se amplió para acoger más exposiciones temporales y para albergar el núcleo más valioso de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza, mediante la suma de dos edificios colindantes antes pertenecientes a la familia Goyeneche; el primero de ellos mandado construir por el Conde de Guaqui y el segundo por la Duquesa de Goyeneche. Estos edificios fueron reformados por el estudio BOPBAA (Josep Bohigas, Francesc Pla e Iñaki Baquero), y se conectan por un ángulo al Palacio de Villahermosa. Su nueva fachada orientada al jardín es de estilo vanguardista si bien los interiores armonizan, en colores y materiales, con los del primer edificio.

El palacio de Villahermosa había sido completamente demolido por dentro (salvo la crujía norte, la que da al jardín) y reconstruido durante su etapa como banco, por lo que sus interiores carecían de valor histórico-artístico y pudieron reformarse en profundidad, incorporando la tecnología más moderna. No así los de los dos palacios Goyeneche, que tenían incluso elementos protegidos, como una escalera, y que el Ayuntamiento descatalogó porque de lo contrario no se hubiera podido realizar la reforma. La actual fachada del bloque Goyeneche era previamente una humilde trasera de ladrillo visto que a raíz de la ampliación sumó un recubrimiento de línea minimalista en color blanco.

Depósito en Barcelona

La Madonna de la Humildad, pintura de Fra Angélico depositada en el MNAC de Barcelona.

Desde su época fundacional, el Museo Thyssen-Bornemisza mantiene depositada en Barcelona una selección de obras, próximas a sesenta, que se complementó en un primer momento con otras piezas (como tallas religiosas) aún pertenecientes a la familia Thyssen y ahora dispersas entre las colecciones de Carmen Thyssen (como las estatuas Virgen con Niño y Cristo muerto en el Museo Carmen Thyssen Málaga) y de los herederos del barón. En 1993 este conjunto se presentó al público instalado en dos salas del Monasterio de Pedralbes, monumento de gran valor histórico y también artístico por los murales medievales que conserva. Se entendió que dicho lugar era el emplazamiento idóneo para esta colección, rica en pintura de primitivos italianos, y al mismo tiempo se confiaba en que el monasterio ganaría flujo turístico. Pero las expectativas no se cumplieron, y en 2004 el depósito Thyssen-Bornemisza se trasladó al centro de Barcelona, al Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), donde contribuye a ofrecer una panorámica más completa de la pintura europea.

El repertorio es muy variado: arranca en el arte medieval italiano y llega al siglo XVIII. Especialmente valioso es el conjunto de primitivos italianos, con tablas de Taddeo Gaddi (La Natividad), Barnaba da Modena, Andrea di Bartolo Cini (Cristo camino del Calvario), Bicci di Lorenzo, Lorenzo Monaco (La Virgen y el Niño entre ángeles), Francesco del Cossa, Lorenzo Costa y la célebre Madonna de la Humildad de Fra Angélico.

El siglo XVI incluye ejemplos de grandes maestros italianos como Tiziano (La Virgen con el Niño, Retrato de Antonio Anselmi), Veronés (La Anunciación), Dosso Dossi y Lorenzo Lotto. La escuela alemana cuenta con cuatro tablas de Lucas Cranach el Viejo, retratos de Wolf Huber y Hans Müelich y una curiosa escena religiosa de Ulrich Apt.

El barroco de los siglos XVII y XVIII está representado por autores italianos como Ludovico Carracci (La presentación del Niño en el templo), Sebastiano Ricci (La Magdalena confortada por ángeles), Francesco Maffei, Canaletto (El Bucentauro en Venecia), Francesco Guardi, Pietro Longhi, Piazzetta (El sacrificio de Isaac), Giandomenico Tiepolo (Cristo expulsando a los mercaderes del templo) y lo culmina la obra maestra de Giacomo Ceruti Grupo de mendigos.

El repertorio depositado en el MNAC incluye además un importante lienzo de Rubens (La Virgen y el Niño con santa Ana y san Juanito) y un paisaje del holandés Salomon van Ruysdael.

Historia de la colección Thyssen-Bornemisza

El fondo artístico empezó a formarse en La Haya hacia 1928, como colección privada del primer barón Thyssen-Bornemisza, Heinrich (1875-1947). Ya anteriormente, hacia 1906-11, su padre August Thyssen (1842-1926) había encargado siete esculturas de mármol a Auguste Rodin, posiblemente por sugerencia del escritor Rilke. Tras diversos avatares, el segundo barón, Hans Heinrich, recompró seis de ellas en 1956: actualmente cuatro pertenecen a su viuda Carmen Cervera (quien las mantiene expuestas en el museo) y las dos restantes las recibió su hija Francesca.

Joven caballero en un paisaje, gran cuadro de Vittore Carpaccio.

Primer barón: maestros antiguos

En apenas diez años (1928-38) los Thyssen sumaron muchos de sus mejores cuadros antiguos: Durero, Holbein, Baldung Grien, Jan van Eyck, Fra Angélico, Ghirlandaio, Carpaccio, Sebastiano del Piombo, Caravaggio, Frans Hals, Tiepolo... Se dice que la compra de tantas obras maestras fue posible por la gran actividad que vivía el mercado del arte, debido al crack del 29 y la inestabilidad económica en Europa entre las dos guerras mundiales. Muchos aristócratas europeos (como los Barberini y los Spencer) y magnates americanos (como J. P. Morgan, Jr.) tuvieron que vender sus cuadros más preciados, y los Thyssen pudieron adquirirlos a precios razonables. Sin embargo, hay que desmentir que la colección se beneficiase por una presunta proximidad al régimen nazi. Los Thyssen-Bornemisza no residieron en Alemania sino (sucesivamente) en Hungría, Holanda y Suiza; la confusión se explica por la existencia de otra rama de la saga Thyssen (Fritz Thyssen), ajena a los Bornemisza y también dedicada a la industria, que sí apoyó a Hitler en sus inicios.5

La colección creció con tal rapidez, que ya en 1930 mereció una exposición en la Neue Pinakothek de Múnich bajo el nombre de Sammlung Schloß Rohoncz (alusivo al antiguo hogar familiar, un castillo húngaro). Esta muestra con más de 400 piezas asombró a los críticos de arte, que desconocían que tantas obras perteneciesen a una misma persona. El primer barón solía comprar mediante intermediarios, encubriendo su identidad. Pero la exposición también se vio envuelta en controversia al discutirse la autoría de algunas obras; polémica de la que el principal perjudicado iba a ser el hispanista August L. Mayer, uno de los expertos que habían aconsejado al barón Heinrich en sus adquisiciones.6

En 1932 el barón Heinrich adquirió Villa Favorita, una mansión del siglo XVII a orillas del lago de Lugano (Suiza), que pasó a ser su residencia habitual, y construyó en sus jardines un pabellón o galería con 18 salas para exhibir la colección. Este incipiente museo (privado y de acceso restringido) se inauguró en septiembre de 1936, pero tuvo que cerrar sus puertas al estallar la Segunda Guerra Mundial; reabriéndose una década después. A su muerte en 1947, el primer barón había reunido unas 525 obras y confiaba en que una fundación velaría por su integridad; pero tres de los cuatro hijos lograron impugnar con éxito el testamento paterno para repartirse la colección.

Segundo barón: antiguos y modernos

El segundo barón, Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza (1921-2002), popular en España gracias a su matrimonio con Carmen Cervera, prosiguió la actividad coleccionista de la familia, tanto con viejos maestros europeos como especialmente con pintura impresionista y moderna, hasta entonces excluida por su padre, de gustos más conservadores. El primer objetivo del nuevo barón fue reunificar la colección paterna, recomprando obras a sus hermanos; perseveró durante décadas y en 1986-88 recuperó la Madonna de la humildad de Fra Angélico (MNAC de Barcelona), La ninfa de la fuente de Lucas Cranach y El jardín del Edén de Jan Brueghel el Viejo. Otras piezas de la familia se dispersaron: un Retrato de Giuliano de' Medici de Botticelli pasó a la colección Crespi de Milán [2], la Madonna Haller de Durero terminó en la National Gallery de Washington [3], Tobías y Ana de Rembrandt ingresó en el Rijksmuseum de Ámsterdam en 1979 [4], y en 1995 se subastaron más de 50 obras de la llamada Colección Bentinck-Thyssen, perteneciente a una hermana del barón. Entre ellas se contaba otra pintura de Rembrandt, Cupido haciendo pompas de jabón, actualmente en el Museo Liechtenstein de Viena.

A las obras heredadas y recuperadas el barón unió muchas otras a partir de 1954, tanto antiguas como modernas: desde Petrus Christus, Antonello da Messina, Palma el Viejo y El Greco, hasta Van Gogh, Pablo Picasso, Jackson Pollock y Tom Wesselmann. Esta intensa actividad compradora llegó a sumar cien piezas en un solo año; y no solo cuadros: reunía además dibujos y acuarelas (incluyendo figurines de ballet), esculturas, tallas en marfil, objetos de plata, muebles, tapices y alfombras... La Colección Thyssen-Bornemisza era tal vez la privada más valiosa del mundo y sin duda la más variada y completa en pintura occidental, pero su altísimo valor, los costes de mantenimiento y previsibles repartos de herencia hacían difícil asegurar su continuidad. El propio barón confesó que desde principios de la década de 1980 le preocupaba el futuro de la colección.

De Suiza a España

Villa Favorita, sede de la colección en Lugano entre 1936 y 1992.

En 1985 Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza se casó con la española Carmen Cervera, con quien compartió su afición por el arte. Acudían juntos a subastas y exposiciones, y la influencia de Carmen sería decisiva para el futuro de la colección, pues hasta entonces los Thyssen tenían una imagen difusa de España. Así, cuando el magnate empezó a deliberar sobre el destino definitivo de sus tesoros, incluyó a Madrid entre las opciones posibles.

Lugano, descartada

Todavía entonces, el barón mantenía su colección repartida en sus varias residencias, sitas en diversos países. Se planteó reunirla y convertirla en una institución estable ampliando para ello la galería de Villa Favorita, que exponía «solo» unas 300 obras antiguas. Se inclinó por un anteproyecto de los arquitectos James Stirling y Michael Wilford; pero resultaba muy costoso y las autoridades suizas no aportaban la ayuda económica esperada. Además, un museo a gran escala, con gastos fijos muy elevados, parecía inviable en Lugano; una localidad pequeña y de modesta relevancia turística, lejos de las principales rutas culturales y con una limitada red hotelera. El barón terminó descartando la ampliación y decidió trasladar la colección a otro lugar, por lo que inició una sagaz campaña de «seducción» para captar ofertas y elegir la más favorable.

Una colección viajera

La Colección Thyssen-Bornemisza gozaba ya entonces de notable fama entre los expertos, debido a que sus obras maestras eran citadas en múltiples libros y participaban en exposiciones; de hecho en 1961 habían merecido una antológica en la National Gallery de Londres. Además el barón ensalzaba el valor de sus tesoros publicando lujosos catálogos razonados. En la década de 1980 Hans Heinrich Thyssen redobló la difusión de la colección prestando selecciones de obras a museos tanto de Europa como de Norteamérica, e incluso colaboró con la Unión Soviética en los años de la Perestroika, intercambiando exposiciones con el Hermitage y el Pushkin. Una muestra de los Thyssen itineró por siete ciudades de Estados Unidos; una selección de pinturas antiguas recaló en París en 1982 y en San Petersburgo en 1987; otra de maestros modernos pasó por la Royal Academy de Londres, el Metropolitan Museum de Nueva York y el Palacio Pitti de Florencia; y en España la Academia de San Fernando y la Biblioteca Nacional mostraron 50 obras antiguas y 117 modernas7​ (respectivamente) en 1986-87.

Ofertas y negociaciones

La noticia de que el barón «cedía» sus cuadros saltó a los medios de comunicación y propició ofertas y contactos más o menos publicitados. Bonn y Londres mostraron su interés, París sugería como sede el Petit Palais, también se rumoreó sobre una oferta japonesa, y se decía que la Fundación Getty de Los Ángeles ofrecía una suma fabulosa: 300 000 millones de pesetas por Villa Favorita y su contenido, que pasarían a ser la sucursal europea del Museo J. Paul Getty. Incluso el parque de atracciones Disneyworld de Orlando (Florida) se interesó por la colección.8​ Los expertos comentaban que era la mayor que subsistía en manos privadas junto con la Royal Collection británica, y de manera insólita buscaba nueva sede. Su valor y atractivo eran indudables: cubría seis siglos de pintura europea con viejos maestros que raramente salían a la venta, desde primitivos italianos y flamencos como Paolo Uccello, Van der Weyden y Memling hasta rococós y románticos como Fragonard, Chardin, Goya y Delacroix. Y no solo eso; la colección contaba también con un repertorio casi completo de los pintores impresionistas y posimpresionistas (Manet, Monet, Degas, Pissarro, Renoir, Sisley, Van Gogh, Gauguin, Toulouse-Lautrec), encarecidos exageradamente en los años 80 por el boom de las subastas, a los cuales seguía otro despliegue del mejor arte moderno: Picasso, Dalí, Kandinsky, Mondrian, Rothko, De Kooning, etc. Para las ciudades interesadas en enriquecer su patrimonio, esta ocasión era única: suponía sumar a múltiples genios del arte en una sola operación, ahorrando tiempo y dinero. Para España, la colección era doblemente importante pues muchos de los artistas incluidos carecían de presencia en las colecciones nacionales, y de varios (como Jan van Eyck y Holbein) no quedaban más obras en el mercado.

Sin embargo, el barón fijaba condiciones muy particulares que no se solventaban solamente con dinero: la Colección Thyssen-Bornemisza debería preservarse como tal, en un museo propio y manteniendo su nombre y su perfil de colección familiar. Ello impedía una hipotética fusión con el Prado y también excluía la oferta millonaria del Museo J. Paul Getty, que simplemente pretendía añadir los cuadros a su propio repertorio. Además, el barón Thyssen y el museo californiano habían sido rivales en las subastas, al pujar por las mismas obras; por lo cual vender su colección al Getty podía ser entendido por el barón como asumir una rendición.

Díptico de la Anunciación de Jan van Eyck.

Acuerdo con España

Gracias a su matrimonio con Carmen Cervera el barón Thyssen empezó a estrechar lazos con España. Esto ayuda a explicar por qué el gobierno de Felipe González se dirigió a él en 1986. Paradójicamente este primer contacto lo propició una pintura ajena a su colección, La marquesa de Santa Cruz de Goya. Había sido exportada ilegalmente, y el Ministerio de Cultura buscaba patrocinadores para comprarla. El barón recibió en su casa de Daylesford (Inglaterra) a varios intermediarios españoles, que recibieron una respuesta inesperada: él no aportaría dinero para el Goya, pero —animado por su esposa— propuso que España albergase la pinacoteca familiar Thyssen-Bornemisza. Selecciones de ella se vieron en esos años en el país gracias a dos exposiciones: maestros modernos en 1986 (en la Biblioteca Nacional y en el Palacio de la Virreina de Barcelona) y maestros antiguos en 1987 (en la Academia de San Fernando).

Tras un año de discretas negociaciones (en las que participaron Luis Gómez-Acebo, duque de Badajoz, y el abogado Rodrigo Uría), el Gobierno español obtuvo el préstamo de la colección al ofrecer condiciones difíciles de mejorar: aceptó las que fijaba el barón, y ofreció como sede del museo el palacio de Villahermosa, un céntrico edificio de valor histórico, vecino al Museo del Prado y con vistas a la Plaza de Neptuno. Se propiciaba así una gran afluencia de público y una proyección internacional. El acuerdo contemplaba que un grupo de obras se depositase en el Monasterio de Pedralbes de Barcelona, en respuesta a un convenio cerrado entre el barón y el alcalde Pasqual Maragall dos años antes.

El «Protocolo de Intenciones» suscrito entre el barón Thyssen-Bornemisza y el Gobierno español en abril de 1988, corroborado en diciembre del mismo año por un «Acuerdo de Arriendo», fue tan atípico que originó un debate en la prensa especializada: el trato estipulaba el préstamo de una amplia selección de la colección, en régimen de alquiler pagado (cinco millones de dólares al año), para un periodo máximo de nueve años y medio. Esta condición estaba justificada: en España las obras de arte importantes se registran como bienes de interés cultural (BIC) si permanecen diez años en el país, lo que impide su exportación; y los Thyssen fijaron un plazo algo inferior que permitiese un hipotético regreso de los cuadros a Suiza. Afortunadamente ello no ocurrió, ya que el propósito final de ambas partes era que la colección se quedase definitivamente como museo público. La premier británica Margaret Thatcher lamentó el acuerdo español como su mayor fracaso en materia cultural, pues había pensado en instalar la colección en el área de Canary Wharf (Londres), una vieja zona portuaria que entonces se estaba rehabilitando. Dicen que el barón rechazó su oferta porque no le gustaba ese lugar.

El Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid abrió sus puertas al público en octubre de 1992, mientras que la exhibición destinada a Barcelona se inauguraría ya en septiembre de 1993, en dos salas del Monasterio de Pedralbes. El contrato de alquiler se había pensado como una fórmula transitoria para comprobar la idoneidad del museo, de modo que tras apenas ocho meses de funcionamiento los Thyssen accedieron a suscribir con el Gobierno español (junio de 1993) la venta de la parte sustancial de la colección: 775 piezas, entre ellas todas las importantes (el llamado «core» indivisible) por un precio de 350 millones de dólares (unos 44.100 millones de pesetas de la época [5]). El entonces ministro de Cultura Jordi Solé Tura contaría después que su predecesor Jorge Semprún había obtenido del barón una rebaja de 50 millones de dólares (la cifra inicialmente acordada era 400 [6]) y, además, del total a pagar se restarían las cantidades abonadas como alquiler hasta entonces. Con todo, la complejidad y cuantía del acuerdo provocaron discrepancias en el Congreso de los Diputados, a pesar de que la valoración de la colección era muy superior: según la casa de subastas Sotheby's alcanzaba los 2000 millones de dólares (unos 252.000 millones de pesetas). El contrato firmado por ambas partes incluía obligaciones para España como mantener la colección unida, sin revender ninguna de las obras, así como cubrir el déficit financiero que el nuevo museo pudiese generar en su funcionamiento; condiciones difíciles de cumplir en una gestión privada y que ayudan a explicar la importante rebaja en el monto económico del acuerdo. La noticia causó impacto internacional y salió en portada en el diario The New York Times,9​ siendo generalmente ensalzada como un trato económicamente muy favorable para España por el altísimo valor de mercado de la colección [7]. En contra de lo que algunos críticos suponían, el propósito del barón no era lucrarse pues al vender las obras juntas y no subastarlas una a una, perdía dinero. Según explicó, su deseo era asegurar la pervivencia de la colección unida, y de hecho el dinero percibido se repartió inmediatamente entre sus herederos para evitar posibles reclamaciones como las ocurridas al morir su padre. Junto con la colección adquirida, tanto el museo de Madrid como la subsede de Barcelona expusieron otras piezas aún propiedad de la familia, cedidas en depósito; destaca entre ellas una estatua de mármol de Bernini: San Sebastián (1615).

Consolidación: museo Nacional

En el año 2002 el Museo, apostando por el valor educativo de la colección, refuerza la función educativa del Museo con la creación de EducaThyssen.org,10​ marca que reúne todas las acciones educacionales de la institución y que depende, con gran autonomía del resto de la institución, del Área de Educación. El Museo procura mantenerse en vanguardia en su aproximación al público joven y a las nuevas tecnologías. En diciembre de 2018 PlayStation y el museo Thyssen, a través de su área de educación EducaThyssen, presentaron "Nubla 2 M: la ciudad en el centro del mundo", un videojuego educativo ambientado en los cuadros del museo, de la que toma prestados tanto personajes como escenarios. [8]

En el año 2004 se inauguró una ampliación del Museo en un bloque colindante, cuya planta baja se destinó a exposiciones temporales y las dos plantas superiores a exhibir unas 250 obras de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza. Este repertorio no forma parte de la colección permanente adquirida por el Estado y se expone como depósito, mediante un acuerdo de préstamo que se ha ido renovando periódicamente. Tras diversas prórrogas de dicho acuerdo y varios años de complejas negociaciones, en febrero de 2022 Carmen, su hijo Borja Thyssen-Bornemisza y el ministro de Cultura Miquel Iceta suscribieron un nuevo acuerdo, en forma de arrendamiento pagado (6,5 millones de euros anuales), que asegura para 15 años la permanencia de 330 obras de la colección [9], de la cual una selección de casi 200 se ha reubicado en la planta baja del edificio principal.

Por otra parte, en 2004 el conjunto artístico depositado en Pedralbes fue trasladado al MNAC de Barcelona, con lo que captaba más público y reforzaba dicho museo en sus secciones más débiles.

En septiembre de 2017, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte renombró el Museo Thyssen-Bornemisza como Nacional, dándole la misma categoría formal que ya gozaban los vecinos Prado y Reina Sofía.11​ Con esta iniciativa, aprobada unánimemente por el patronato de la institución, se realza la relevancia de su papel en el contexto cultural español y se recalca que su colección es un bien público, de propiedad estatal.

Colecciones

Sumando a su repertorio propio las obras cedidas en depósito por Carmen Cervera, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid muestra unas 900 piezas. Tras la reordenación acometida en 2021-22 se exhiben cronológicamente en dos plantas de Villahermosa y de la ampliación colindante; desde el gótico italiano del siglo XIII en la planta 2 hasta el arte de la década de 1980 tanto abstracto como figurativo en la 1. Las salas de la planta baja del edificio principal albergan unas 200 obras del ya mencionado préstamo de la baronesa [10]. En conjunto, se ofrece una panorámica sin interrupciones de los viejos maestros y de prácticamente todas las vanguardias entre el Impresionismo y el Pop art, lo cual es inusual en los museos europeos.

De perfil casi enciclopédico, este museo puede ilustrar por sí solo la evolución de la pintura europea y estadounidense, y además cobra una especial relevancia en el contexto artístico de Madrid por las secciones que complementan al Prado y el Museo Reina Sofía, sobre todo en pintura medieval italiana, renacimiento alemán, barroco holandés, y corrientes internacionales a partir del Romanticismo. Las secciones de Impresionismo, Expresionismo alemán, Constructivismo ruso y otros movimientos de vanguardia son únicas en la oferta museística de Madrid. De hecho, muchos de los artistas extranjeros del Thyssen, tanto antiguos como modernos, se hallaban ausentes de los museos españoles, del mismo modo que la pintura española anterior al siglo XX cuenta con una corta presencia en este museo.

El repertorio permanente del Museo se complementa con un variado programa de exposiciones temporales; tanto grandes muestras con préstamos del exterior como exhibiciones de cámara (llamadas Contextos) que ponen el énfasis en obras del propio museo. Entre las antológicas más ambiciosas, se pueden destacar las de: El Greco (1999), Braque (2002), Gauguin (2004 y 2012), Durero y Cranach. Arte y Humanismo... (2007-08), Ghirlandaio y el Renacimiento en Florencia (2010), Antonio López (2011), Hopper (2012), Camille Pissarro (2013), Zurbarán (2015), Caravaggio y los pintores del norte (2016), Beckmann. Figuras del exilio (2019) o Rembrandt y el retrato en Ámsterdam 1590 - 1670 (2020).

Italia, siglos XIII-XVI

En las primeras salas de la Planta 2, destacan Cristo y la samaritana de Duccio, una Adoración de los Magos de Luca di Tommè, dos tablas de Bernardo Daddi (una Virgen con el Niño y una pequeña Crucifixión) y el San Pedro de Simone Martini (prestado por Carmen Cervera). Otras piezas importantes de esta época se hallan depositadas en el MNAC de Barcelona; se deben a autores como Taddeo Gaddi, Lorenzo Monaco y Fra Angélico (La Madonna de la humildad).

El Quattrocento italiano cuenta con ejemplos de numerosos maestros inexistentes en el Prado, como Domenico Ghirlandaio con el Retrato de Giovanna Tornabuoni, de 1489-90. Hay pinturas (por lo general de pequeño tamaño) de Benozzo Gozzoli, Piero della Francesca (Retrato de Guidobaldo de Montefeltro), Paolo Uccello (Crucifixión entre santos), Cosimo Tura, Ercole de'Roberti, Marco Zoppo, Bramantino (Cristo resucitado), Antonello da Messina, Alvise Vivarini, Francesco Botticini, Andrea Solario... El imponente Joven caballero en un paisaje (h. 1505) de Vittore Carpaccio es una joya clave y se considera el primer retrato de cuerpo entero y a tamaño natural pintado en Europa. Preside una sala con memorables obras del siglo XVI: Gentile y Giovanni Bellini, Palma el Viejo (La bella), Fra Bartolommeo, Bernardino Luini, Piero di Cosimo, Bartolommeo Veneto, Domenico Beccafumi, Bronzino (San Sebastián), Sebastiano del Piombo (Ferry Carondelet y sus secretarios), Tiziano (El dux Francesco Venier)...

Jesús entre los doctores, tabla pintada por Durero.

Renacimiento alemán: Durero, Holbein...

El renacimiento alemán cuenta con más de 40 piezas, un conjunto más rico que el del Prado que incluye tres obras maestras: el célebre Jesús entre los doctores de Durero, firmado por su autor como pintado en cinco días en 1506; La ninfa de la fuente de Lucas Cranach el Viejo; y el famoso Retrato de Enrique VIII de Hans Holbein el Joven, el único retrato del monarca autógrafo de Holbein que subsiste, y en el que estuvo particularmente interesada la National Gallery de Londres.12​ A ellos se añaden una pequeña tabla con El entierro de Cristo de Hans Burgkmair y dos importantes ejemplos de Hans Baldung Grien: Adán y Eva y un Retrato de dama raro en su producción. También son dignas de especial mención dos tablas de Hans Cranach (Hércules en la corte de Onfalia y un Retrato masculino) ya que los expertos las citan como las únicas firmadas que se conocen de este miembro de la saga Cranach, fallecido prematuramente.

Esta sección incluye además un amplio muestrario de retratos pintados por otros artistas: Albrecht Altdorfer, Hans Holbein el Viejo, Christoph Amberger, Michael Wolgemut, Bernhard Strigel, Barthel Beham, etc.

Países Bajos, siglos XV y XVI: Van Eyck, Memling...

La sección de los primitivos flamencos no iguala en riqueza a la del Prado, aunque aquí se custodia el único ejemplo de Jan Van Eyck en España: Díptico de la Anunciación. Destacan también la diminuta Virgen con el Niño entronizados y un Retrato de hombre atribuidos a Rogier van der Weyden, La Virgen del árbol seco de Petrus Christus, una de las escasísimas obras documentadas de Jacques Daret (La Adoración de los Magos), el Retrato de Robert de Masmines que se atribuye a Robert Campin, una Crucifixión juvenil de Gerard David y un soberbio retrato de Hans Memling, cuyo reverso muestra un jarrón de flores con el anagrama de Cristo, lo que constituye un inusual y temprano ejemplo de bodegón. Ya dentro del siglo XVI, se puede citar a Juan de Flandes (Supuesto retrato de Catalina de Aragón), Jan Gossaert (Adán y Eva), Ambrosius Benson, Joachim Patinir, Joos van Cleve (Autorretrato con clavel), Jan van Scorel, Jan Mostaert, Marinus van Reymerswaele (La vocación de san Mateo, h. 1530; el cuadro más temprano conocido de este artista), Martin van Heemskerck (Mujer hilando), Bernard van Orley, Lucas van Leyden (La partida de cartas) y Antonio Moro (Retrato de Giovanni Battista Castaldo).

De Giulio Romano a Caravaggio y Rubens

Retrato de joven dama con rosario, de Rubens.

Una galería con vistas al Paseo del Prado está dedicada a retratos: Giulio Romano, Bronzino, Ridolfo Ghirlandaio, Pier Francesco Foschi, Paris Bordone, Veronés, Correggio, Lorenzo Lotto, François Clouet (La carta)... Se exhibe también El rapto de Europa, gran lienzo de Simon Vouet. Salas próximas albergan obras destacadas como un San Jerónimo de Tiziano, Escena pastoril (La parábola del sembrador) de Jacopo Bassano, cuatro lienzos de El Greco (Cristo con la cruz a cuestas, La Inmaculada Concepción y dos Anunciaciones) y la famosa Santa Catalina de Caravaggio, entre otros. De Tintoretto se exhibe aquí una pareja de lienzos bíblicos, a los que hay que sumar el Paraíso colgado en el atrio, monumental lienzo de casi cinco metros de largo que el barón adquirió en 1980. De los barrocos españoles, destacan dos lienzos de José de Ribera (una Piedad de 1633 y San Jerónimo penitente), otros dos de Zurbarán (un Cristo crucificado y una Santa Casilda), uno muy importante de Murillo (La Virgen y el Niño con santa Rosa de Viterbo) y un bodegón de Juan van der Hamen. Rivalizan con autores extranjeros como Valentin de Boulogne, Tommaso Salini, Guercino, Sebastiano Ricci, Mattia Preti, Carlo Maratta, Giulio Carpioni, Francesco Maffei, Antoine Le Nain, Claudio de Lorena, Sébastien Bourdon, Jacques Linard... También están Lot y sus hijas y Santa Cecilia, catalogadas como obras respectivamente de Orazio Gentileschi y de Bernardo Strozzi cuando la colección llegó a España, pero hoy consideradas réplicas de taller. 

 

TITULO: Ven a cenar conmigo - EL HOROSCOPO  -Manuel Vilas: “Escribo mejor desde que dejé de beber” ,.

 

 Manuel Vilas: “Escribo mejor desde que dejé de beber” ,.

 

El de Barbastro es una de las voces fundamentales de la literatura presente en español. Acaba de ganar el Premio Nadal por ‘Nosotros’, una novela en la que reivindica el placer como pilar del amor duradero. Pasa por un momento de serenidad tras haber confesado pulsiones suicidas en obras pasadas.

 Manuel Vilas posa en su casa de Madrid, donde vive el escritor recientemente galardonado con el Premio Nadal. 

foto / Manuel Vilas posa en su casa de Madrid, donde vive el escritor recientemente galardonado con el Premio Nadal,.

Manuel Vilas (Barbastro, 60 años) dice que la poesía probablemente le arruinó la vida. Pero que eso ya, a estas alturas, da igual, tal y como confiesa en el prólogo de Una sola vida (Lumen), su última antología. No tiene remedio, por fortuna, porque, si no, nos hubiéramos perdido a una de las voces más singulares de la literatura en español. No se lamenta Vilas de su condición porque la vocación le haya llevado a fracasar como escritor, ni a dar tumbos sin oficio ni beneficio. 

 

TITULO:  ¿Te lo vas a comer ? - La receta de Rocío Quillahuaman: arroz chaufa peruano ,Alberto Chicote,.



Te lo vas a comer?: Alberto Chicote ya no es bienvenido: "Me han dicho 'si  te metes en esto voy a ir a por ti'" | Televisión


El Miércoles - 8- Marzo a las 22:45 por La sexta ,fotos,.

 

 

La receta de Rocío Quillahuaman: arroz chaufa peruano,.

Una nueva figura ajena al mundo de la gastronomía se hace con la cocina de El Comidista: la ilustradora, animadora y escritora Rocío Quillahuaman, que nos trae un arroz con pollo y salchichas de su Perú natal.

 Arroz Chaufa: Receta Peruana en 8 Pasos - Paulina Cocina

¿Harto de cocineros y cocinillas cocinando? La gente cocina es tu sección: en ella solo verás guisar a personas que hacen cosas interesantes pero completamente ajenas al mundo de la gastronomía. En anteriores episodios tuvimos a Samantha Hudson, El Mundo Today, Ladilla Rusa o Luc Loren, y hoy le toca el turno a Rocío Quillahuaman.

Esta ilustradora y viñetista “hace animaciones de gente que le cae mal” -visto en su biografía de Twitter-, tiene una legión de fans que aman sus corrosivos vídeos con cabezas que explotan, y acaba de publicar su primer libro, Marrón (Blackie Books), en el que cuenta su experiencia como migrante peruana en Barcelona. La receta que nos preparó es un clásico de su país de origen: arroz chaufa. En cantidades industriales no vaya a ser que alguien se quede con hambre, como podéis ver en el vídeo de arriba.

ARROZ CHAUFA DE ROCÍO QUILLAHUAMAN

Ingredientes

  • 4 tazas de arroz (unos 750 gramos)
  • 1 pechuga de pollo
  • 6 salchichas
  • 5 huevos
  • 2 dientes de ajo
  • 1 trozo de jengibre fresco
  • Siyau (salsa de soja peruana)
  • Cebollino
  • Comino
  • Azúcar
  • Aceite de oliva
  • Sal y pimienta blanca

Preparación

  1. Pelar el jengibre y cortarlo en dados pequeños.
  2. Cortar el pollo en trocitos pequeños. Ponerlo en un bol y sazonarlo con sal, pimienta blanca, comino, la mitad del jengibre y un buen chorro de siyau. Dejar en la nevera reposando un mínimo de media hora.
  3. Poner a calentar un buen chorro de aceite de oliva en una cazuela grande. Rehogar un poco el ajo picado y el resto del jengibre con una cucharadita de sal.
  4. Incorporar el arroz y 6 tazas de agua (1,5 litros aproximadamente), remover y dejar que se cueza a fuego suave tapado casi del todo. Cuando esté casi a punto, mojar con un buen chorro de siyau, apagar el fuego y dejar tapado.
  5. Mientras el arroz se hace, batir los huevos en un bol y sazonarlos con una pizca de comino, sal y azúcar.
  6. Poner una sartén al fuego con un poco de aceite e ir haciendo tortillas finas de huevo, primero por un lado y luego por el otro. Retirar a un plato y trocear o picar al gusto.
  7. Cortar las salchichas en rodajas y dorarlas en la misma sartén. Reservar.
  8. Hacer lo mismo con el pollo.
  9. Agregar las carnes fritas al arroz. Pintar bien el arroz con sillao, mezclar y agregar el huevo.
  10. Terminar con el cebollino, remover y servir.