Agentes de la Guardia Civil, pertenecientes al puesto de Plasencia han detenido a dos hombres por un presunto delito de robo con fuerza cometido en un establecimiento de hostelería de la ciudad. Ocurrió el 19 de enero y se llevaron numerosas botellas de bebidas alcohólicas y joyas de oro y plata, valoradas en más de 2.000 euros y que se encontraban expuestas en una vitrina. 

 

Según ha informado la Guardia Civil, los agentes averiguaron que esa noche había estado merodeando por la zona un vehículo concreto, tipo turismo y de color blanco, en el que viajaban dos personas. Como resultado de la investigación, averiguaron la identidad de su propietario, un hombre de 32 años y "familiar de un antiguo trabajador de la empresa".

 

Se le citó en dependencias policiales y "reconoció los hechos e hizo entrega de parte de las joyas y botellas sustraídas", que guardaba en su domicilio, pero se negó a dar la identidad de la persona que le acompañó en el robo.

La Guardia Civil le detuvo el día 24 por un presunto delito de robo con fuerza y fue puesto a disposición judicial.

Dos ventas de parte de las joyas robadas

No obstante, la investigación continuó y los agentes detectaron dos ventas sospechosas de joyas en un establecimiento de la ciudad. Uno de los vendedores era la persona que habían detenido y el otro, un hombre de 38 años que "habría vendido joyas coincidentes, sin género de dudas, con parte de las sustraídas en el robo".

Esta segunda persona fue detenida el 31 de enero y también pasó a disposición judicial, acusada del mismo presunto delito.

La Guardia Civil ha informado de que las botellas y joyas recuperadas han sido entregadas en depósito a su propietario, quedando a disposición de la autoridad judicial, en tanto permanece abierto el proceso judicial. 

 

TITULO : HOY LE TOCA -Fútbol - Europa castiga una y otra vez al Barça,.

 

 

Europa castiga una y otra vez al Barça,.

Europa castiga una y otra vez al Barça - AS.com

foto / Líder en LaLiga, el Barça no da la talla en Europa. Resbaló de la Champions a la Europa League y en esta se ha topado de primeras con un Manchester United muy en forma, recrecido desde que se fue Cristiano Ronaldo, cuya presencia le provocaba mala digestión. No ha jugado mal el Barça ni en la ida ni en la vuelta, pero tampoco lo suficientemente bien como para que se pueda estimar injusta esta eliminación. Compitió bien en la primera mitad, en la que frenó el buen arranque de los locales y les llegó a apretar mucho, con toda la media convertida en un émbolo que empujaba el partido hacia De Gea. Pero faltó remate.

Los dos goles del Manchester United tuvieron un inicio muy parecido, presión y robo en la salida del Barça por la derecha. Del primero se rehicieron los culés, del segundo ya no. Dejó al equipo atónito y a merced de un rival crecido y muy bien reactivado por las entradas de Garnacho y de Antony. Subió el ritmo y el Barça no fue capaz de ponerse a la altura. Y cuando llegó arriba no encontró gran contribución ni de Raphinha ni de Lewandowski. Las ocasiones del Barça fueron el gol de penalti, melonada de Bruno Fernandes, un balón regalado por De Gea a Sergi Roberto y un cabezazo de Koundé, que el propio De Gea paró excelentemente.

Al menos pasó el Sevilla en su competición fetiche. Viajó con un 3-0 y eso, claro, ya es otra cosa. Le valió con dejarse ir, esperando que el tiempo hiciera su trabajo. Pasó un susto final, pero muy breve, porque el 2-0 del PSV llegó ya en el descuento, y vuelve con la clasificación, ganada en el partido de ida. Fuera de eso, el partido nos deja la imagen horrorosa, y eso que apenas fue vista, de un tronado que saltó al campo a pegar a Dmitrovic y llegó a alcanzarle. El meta le controló hasta que llegó el auxilio, y también se controló, porque ganas de pegarle un puñetazo y tirarle patas arriba no le debieron de faltar. Un hecho grave que exige sanción dura.