TITULO: A vivir que son dos días - A vivir - Cadena SER - Cáceres, nueva tierra sagrada del budismo ,.
A vivir que son dos días - A vivir - Cadena SER,.
Escucha 'A vivir', con Javier del Pino, el programa líder de las mañanas del fin de semana en la Cadena SER.
Cáceres, nueva tierra sagrada del budismo,.
foto / Hace poco el cerro Arropé, cerca de Cáceres, se ha consagrado como tierra sagrada para el budismo. Es una buena noticia para la región y para todos aquellos que valoramos la riqueza y pluralidad cultural y religiosa que existen en nuestra sociedad. La construcción de ese nuevo centro budista en Cáceres constituirá un hito en el diálogo,.
Susana Márquez tiene 47 años pero fue a los 20 cuando empezó a tomar contacto con el camino que hoy da sentido a su vida. Al principio, de forma muy esporádica, leía algún libro que calmaba su intensa espiritualidad y practicaba 'zazen', la meditación que emplea la corriente budista denominada zen. «Luego me di cuenta de que quería practicarlo con una 'shanga' (asociación). Lo tenía claro», afirma. Durante muchos años lo hizo sola, hasta que descubrió Mokusan Dojo, un espacio para esta práctica en la capital madrileña. Allí estuvo yendo mañanas y tardes para sentarse en el medio de un 'zafu' (almohadón redondo), cruzar sus piernas en la posición de loto, poner la columna vertebral bien derecha, el mentón entrado y la nuca estirada; con la nariz en la misma línea vertical que el ombligo y, finalmente, empujar las rodillas hacia la tierra y la cabeza al cielo. «Hoy esto ya es para mí más que un hábito, es una forma de vida», explica esta cocinera profesional que lo ha dejado todo para dedicarse a lo que cree, a lo que siente. Desde hace cuatro meses vive en un bosque en la ladera suroeste de la Sierra de Gredos. Se levanta cada día en el templo Shorinji.
Allí no es fácil llegar. El camino comienza en la zona en la que se ubican las piscinas fluviales de la localidad cacereña de Villanueva de la Vera. Tras pasar un arco de piedra, el acceso se complica. No hay carretera y la pista forestal es un rosario de piedras y baches. Tras un tortuoso recorrido de 20 minutos, se llega a Shorinji, un templo budista en el corazón de la comarca de La Vera.
Son las 11.15 y Susana está amasando pan ecológico para la comida que se dará a los participantes en el 'sesshin' que están llevando a cabo. Se trata de una práctica intensiva de varios días que reúne en este templo a personas de diferentes partes. Normalmente se hace una vez al mes. «Lo hago con harina de centeno y maíz. Solemos comer lo que producimos. Tenemos un huerto de plantas aromáticas y recolectamos lechugas, coles, pimientos, tomates y berenjenas», comenta mientras esboza una sonrisa. El brillo en sus ojos también le delata. Se nota que hace lo que le gusta. «Soy la única persona que vive aquí durante todo el año. Me ocupo de mantener el lugar», explica esta 'bodhisattva', término propio del budismo que significa «ser que ayuda a los demás seres».
Ella todavía no es monja budista. Ese es el siguiente paso. «Eso significa cambiar todas tus prioridades. Primero eres monja y luego madre, hermana.», ejemplifica Susana, quien dice que va a ver a su familia cada cierto tiempo. «Esto no tiene nada que ver con retirarse a la montaña y ser un eremita. Mi vida es vivir en el campo y aparte practico. Somos gente normal, hay monjes casados y con niños, por ejemplo. La corriente del zen consiste en integrar tu práctica con la vida social», matiza al tiempo que apunta que hacerse monje budista es una decisión muy personal. «Tienes que sentirlo y querer ordenarte».
El que sí lo ha sentido ya es Daniel Muelas, monje desde 2008 que no se pierde ninguno de los encuentros espirituales que se hacen en Shorinji. «Vivo en Madrid con mi novia, que se ordenará monja budista el año que viene, y suelo venir los fines de semana a este templo en este paraíso extremeño. A los retiros espirituales no falto», explica este joven de 37 años que a los 21 decidió hacia dónde quería guiar su vida.
Un libro le ayudó a dar el paso. «Estaba en la universidad estudiando Filosofía. Tenía muchas inquietudes y una fe muy profunda. Por esa época leí 'Preguntas a un maestro zen' y encontré muchas respuestas. Luego me acerqué al Dojo de Madrid y desde entonces no he parado de practicar 'zazen'», confiesa Daniel, un comercial que ha dejado su trabajo ante las constantes contradicciones que sentía.
«De momento, no dedico mi energía a algo que me cansa mucho, algo que está al servicio de personas que sólo se guían por la codicia. Mi objetivo ahora es encontrar una forma de trabajo en la que sea independiente y que me lleve a la dirección que busco. Quiero hacer algo que ayude a la sociedad», dice justo antes de mostrar su 'rakusu' (mini 'kesa'), una prenda tradicional japonesa que llevan los budistas zen tras ordenarse. En ella está grabado, en caligrafía china, el nombre que le otorga el maestro budista. «En el mío pone 'Un Go / Yokio', que significa golpear la nube y espejo de la concentración», apunta Daniel. «En esta vestimenta reside toda la fe existente hasta hoy. Nosotros no veneramos estatuas, sólo el 'kesa'». Daniel asegura que no es una mera pieza de tela, sino que simboliza la transmisión de la enseñanza del Buda. «Cuando lo llevamos estamos vestidos por el orden cósmico. El 'kesa' es material, es tela, hilo y también es inmaterial; es la transmisión silenciosa de maestro a discípulo. Es el vestido de la liberación».
«No se aparta tu vida social»
Sobre la libertad también habla Daniel. «Cuando eres monje, no apartas tu vida social, pero de algún modo cortas los apegos con la sociedad», confiesa antes de explicar que no suele contar a menudo que es monje budista entre su grupo de amigos. «Tampoco me preguntan. No lo entienden porque nunca se han sentado en 'zazen'. Simplemente saben que soy una persona muy espiritual».
Con él coincide Roberto Gómez, de 32 años, y monje budista desde hace tres. Él tiene un consultorio de medicina oriental y vive cerca de la Gran Vía madrileña. Muchos fines de semana se acerca hasta Shorinji. «La esencia del budismo es la relación entre la calma y las cosas que suceden. La sabiduría está en equilibrar esos dos lados. Gracias a 'zazen' se puede conseguir», confiesa este joven que empezó a practicar con 22 años. «Estaba buscando algo que me hiciera comprenderme. Quería conocer mi interior y la posición que ocupaba en el exterior». Y en esa búsqueda apareció el 'zazen'. «Es una manera de entender la vida. No se reduce sólo a sentarse y meditar. Es una vía. No es una técnica que use para estar mejor y cumplir con mi parte espiritual. 'Zazen' se lleva a la vida cotidiana».
De ello es muy consciente la maestra Bárbara Kosen (7 de junio de 1951), responsable de que hoy exista un templo budista de estas características en la región extremeña. Estudió Historia y Arqueología en La Sorbona durante los años posteriores a mayo del 68. Allí, en un taller informal durante una huelga en su facultad, las palabras de un estudiante sobre el significado de ser budista produjeron en ella una «íntima resonancia». Reconoce que «un malestar general frente a la situación de la vida» le llevó a buscar un camino distinto. «Tenía una familia burguesa y tradicional. Lo tenía todo para vivir bien, pero no me llenaba. En la década de los 70 había muchas corrientes espirituales y un maestro zen, Taisen Deshimaru, vino al Dojo de París. Por suerte empecé y he continuado hasta ahora», recuerda Kosen, que fue ordenada monja zen en 1975 e inició la enseñanza de la práctica en España en 1993.
Fue en 2001 cuando Kosen abrió Shorinji. «Es evidente que no se trata del templo situado en China donde el patriarca Bodhidharma practicó nueve años frente a un muro; sin embargo, aquí respetamos la práctica de 'zazen' que fue transmitida en Europa por Deshimaru a finales del siglo XX», explica Bárbara, que ya forma parte de la lista de personas que han elegido el norte de Extremadura como paraíso espiritual. En ella también está Philip Camus, fundador de Lalita Devi, un centro ubicado en Acebo en el que se hacen talleres relacionados con la búsqueda de uno mismo. Todo rodeado por la naturaleza de Sierra de Gata, donde también nace el Olivar del Buda, monasterio que se fundó en 2012 como el único de Europa dedicado a mujeres.
«Muchas veces, la gente viene porque ha perdido a un ser querido o tiene una enfermedad. Hay algo que les empuja a liberarse de las emociones. El zen no cura el dolor, pero permite tomar distancia con él», explica esta maestra de 65 años, que luce una hermosa testa totalmente rasurada. «Es una forma de abandonar las pasiones. Lo cortas y crece, luego vienen los apegos y cortas de nuevo. Es un modo de tomar conciencia del momento presente».
Retiros
En cuanto al zen en Extremadura, afirma que en Villanueva de la Vera hay un pequeño grupo que acude a Shorinji. «En este último retiro ha participado una joven de Navalmoral de la Mata, pero en esta región no se practica mucho. De donde sí vienen más es de Madrid, Valencia y el norte del país. También de Francia y Alemania», asevera.
En España hay unos 40.000 budistas registrados en los centros de estudio y unos 65.000 practicantes, según el Observatorio del Pluralismo Religioso. Algunos de ellos viven en pequeños templos. Entre los más conocidos, destaca Luz Serena, en el término de Requena, (Valencia); o el monasterio de Dag Shang Kagyü, en la localidad de Panillo (Huesca), muy cerca de los Pirineos. En la zona sur también los hay. Uno de los más activos está en Morón de la Frontera (Sevilla). Concretamente en la finca La Morejona, donde la asociación Seikyuji cuenta con un templo zen. Allí el ritmo de vida es similar al de Shorinji.
Se despiertan a las 6.00 de la mañana, luego hacen 'zazen' durante una hora y seguidamente 'samu', o lo que es lo mismo, las tareas que giran en torno al templo. «Hacemos labores básicas como mantener el bosque limpio, construcciones y cuidar de la huerta», dice Kosen. Comen a las 14.30 horas. Para ellos la comida se convierte en una ceremonia. «Comemos en silencio y dando gracias a quien ha hecho posible que los alimentos estén ante nosotros. No sólo a quien lo ha cocinado, sino a todo el esfuerzo humano. Es lo que en el budismo se denomina cadena de interdependencia», destaca la maestra. «Casi toda la comida es vegetariana porque para la práctica del 'zazen' es mejor. Cuando acabamos un retiro, sí suele haber carne o pescado, optamos por algo más contundente», añade Daniel, quien matiza que ellos no abogan por las prohibiciones. «Aquí la gente puede fumar. También hay quien bebe un poco de vino a mediodía», comenta. «Aunque si hay algo que no es favorable para 'zazen' se evita», aclara. Tras el almuerzo, vuelven a hacer 'samu' y, a eso de las 19.30 horas, otra vez 'zazen', que incluye una ceremonia donde cantan un 'sutra', un texto sagrado del budismo. Finalmente cenan y tienen tiempo libre. «Es un ritmo muy sencillo», dice, entre risas, Kosen.
No hay televisión, ni ordenadores. Tampoco Internet. Cuando participan en un retiro en Shorinji, sólo se toman de descanso los lunes. Ese día bajan al pueblo y consultan el correo electrónico. «Es el momento de contacto con lo exterior. No es necesario nada más. Ahora hay una desconexión total del mundo real. Lo que se ve por Internet y la televisión no siempre es la verdad», matiza Bárbara, quien espera que el budismo zen en Extremadura continúe cuando ella no esté. Confía en que la puerta del templo, en cuyo marco se lee 'monasterio del bosque del despertar', jamás se cierre.
La Brújula es un programa de radio de la emisora española Onda Cero, presentado y dirigido por David del Cura.
Es el tercer espacio en audiencia en la franja nocturna,
retransmitiéndose entre las 20 y las 24 horas, tiempo que dedica a un
análisis de la actualidad, el deporte, la economía (con el espacio
denominado La Brújula de la Economía) y el debate político., etc,.
La Linterna La Cope ,.
'La Linterna' es el programa de radio informativo, político y económico, cultural y de debate nocturno de la Cadena COPE. Dirigido y presentado desde 2009 por Ángel Expósito, se emite de lunes a viernes de 19:00 a 23:30 horas, correspondiendo la última hora de los viernes a 'La Linterna de la Iglesia', dirigida y presentada por Faustino Catalina,.
Despertar al adversario,.
El discurso provocador de Vox encanalla la campaña madrileña y puede azuzar la movilización electoral del centroizquierda,.
La campaña electoral en Madrid escenifica un duelo feroz por el rumbo de la política en la Comunidad que trasciende a toda España. La crisis del bipartidismo es una realidad, pero lo que no ha desaparecido, sino todo lo contrario, es la confrontación de bloques derecha-izquierda. Los empates que pronostican la mayoría de las encuestas constitución,.Un delincuente sociópata que aboga por pegar tiros en la nuca convertido en símbolo de la lucha por la libertad de expresión. Insólito. Repugnante. La manifestación nauseabunda del declive moral de una sociedad asediada por alimañas que peroran diciéndose intelectuales o artistas. Monedero o el tal Hasel, por ejemplo. Una gentuza miserable. Ahora ya lo que faltaba. El colmo de la vileza. Vómito infecto. Pablo Iglesias y su banda alentando desde el Gobierno la violencia de la chusma incendiaria protegida en pleno por el discurso falaz de toda la izquierda antisistema. Bilduetarras, independentistas, Compromís y demás raleas semejantes. Bazofia hipócrita a la que le parece bien que la turba amiga destroce comercios pretendiendo imponer el pánico en la calle. Más gentuza miserable asentada en el confort del despacho oficial o el escaño que culpan a la policía tachándola de «provocadora» por no dejarse matar ni permitir tampoco que la horda arrase cuanto le venga en gana. Seguro que Pablo Iglesias ha vuelto a sentirse emocionado viendo en el suelo a un agente antidisturbios pateado por esos a los que Echenique jalea para que expandan el caos. Mientras, Sánchez huidizo. Ayer en Mérida tres frases vacías para salir del paso sin decir nada contundente que le haga peligrar esa silla que le sostienen los comunistas podemitas y el resto de la extrema izquierda circundante que anida enchulada en el Congreso de los Diputados. Lo de siempre. Un sujeto incapaz de estar a la altura de su deber como gobernante cesando a Iglesias de inmediato y a toda esa caterva de inútiles paniaguados que acompañan al vicemoño de marras. Si Podemos quiere dinamitar el orden social, la libertad y la convivencia que lo intente extramuros del Consejo de Ministros y no parapetado en él merced a la infecta estulticia de Sánchez y al cómplice silencio cobarde de todos los dirigentes del PSOE que lo permiten a cuenta de mantener en la mesa su plato de lentejas. Detestable. Tanto como ciertas comparaciones infames. Decir que Abascal e Iglesias son la misma cosa es cuanto menos una ruindad hilarante. Abascal se jugó la vida frente a ETA. Ha levantado una alternativa democrática y patriótica afirmada en principios limpios para no quebrar jamás la concordia entre españoles. Aguanta a pie firme las pedradas pero no las devuelve. Habla sin miedo ni complejos con las mismas palabras de la gente. Por eso cada día más le siguen. Se ha visto en Cataluña. Se verá en toda España. Crece pues una convicción imparable. Entre los jóvenes y los mayores. Entre la clase media arruinada. En los pueblos y en los barrios. Solo queda Vox. La única esperanza.
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