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TITULO: Metrópolis - María Teresa Hincapié ,.
El lunes -20- Febrero , los lunes a partir de las 00:30, en La2, fotos,.
María Teresa Hincapié ,.
Metrópolis se adentra en el universo de la artista colombiana María Teresa Hincapié,.
Metrópolisse adentra en el universo de la artista colombiana María Teresa Hincapié(Armenia, Colombia, 1954 – Bogotá, 2008), partiendo de la exposición: “Si este fuera un principio de infinito”que le ha dedicado el MACBA (Barcelona). La muestra, comisariada por Claudia Segura Campins y Emiliano Valdés, parte del afecto como mecanismo de interacción con la artista fallecida.
Es
la primera exposición dedicada a esta pionera de la performance de
larga duración. Además de entrevistar a los comisarios y al hijo de la
artista, Santiago Zuluaga, se muestra una escogida selección de sus obras (performances, fotografías, vídeos) y valiosa documentación.
También se incluyen las piezas realizadas por José Alejandro Restrepo
para ser interpretadas por Hincapié, y las obras de tres artistas, a
los que los comisarios encargaron una obra nueva en diálogo con las
piezas de la creadora colombiana: María José Arjona (Colombia), Coco Fusco(Estados Unidos) y Mapa Teatro
(Colombia). La intención sería reproducir una actitud que Hincapié
siguió durante su vida, asociada a la idea de crear comunidad.
La poética de lo doméstico
“A mí no me
interesa el arte muerto. Creo que la vida es el arte y mi cuerpo es mi
arte vivo. Mi cuerpo es aquel que tiene que moverse, que está mirando,
que está cansado, que está agotado. Esta es mi propuesta.” María Teresa Hincapié
La vida y la obra de María Teresa Hincapié son inseparables, de ahí la complejidad de abordar una muestra retrospectiva como la que se ha inaugurado en Barcelona.
Su obra se despliega en diversas disciplinas y es clave para la historia de la performance de larga duración o «entrenamiento», como ella la denominaba.
El
título de la exposición alude a la primera acción performativa de
Hincapié que desbordaba los parámetros teatrales, de ahí que se reúna
una vasta selección de sus obras: fotos, vídeos, documentación escrita
por la propia artista, diapositivas, testimonios visuales, material de
archivo, etc.
A lo largo de este capítulo, los comisarios Claudia Segura Campins y Emiliano Valdés explican cómo han revitalizado el archivo de María Teresa, activando la documentación que estaba diseminada.
A María Teresa Hincapié
le interesaba la denominada «poética de lo doméstico» en la
performance, transformando acciones rutinarias en actos simbólicos. La sacralidad de lo cotidiano es el hilo que permite recorrer todas sus propuestas artísticas.
Hincapié se inició en la práctica teatral como miembro del grupo Acto Latino, influenciado a su vez por las ideas de Jerzy Grotowski
(1933-1999) y el horizonte experimental que este director de teatro
polaco abrió en torno al concepto de teatro pobre. En 1990 Hincapié
recibió el primer premio del XXXIII Salón Nacional de Artistas (Colombia)
por su performance de larga duración “Una cosa es una cosa”, que se
convertía así en la primera obra efímera, no objetual, en obtener dicho
galardón.
La performance de larga duración
La
artista no entendía el arte alejado de los objetos de cada día. Una de
sus acciones más carismáticas fue las ocho horas de jornada laboral que
en 1989 llevó a cabo en el interior de un local comercial, actual
librería Lerner, en el centro de Bogotá.
En el espacio del
escaparate, en la vitrina, Hincapié desarrollaba una jornada completa
limpiando el espacio. Pero también se peinaba, se maquillaba e
incorporaba el vidrio del escaparate como un soporte altamente
comunicativo. En él dibujaba, besaba y componía un texto sobre la mujer.
“Soy una mujer que vuela”, escribió antes de borrarlo. La artista nos recordaba que todo lo personal es también político.
Un comisariado desde la afectividad y diferentes voces
“Si este fuera un principio de infinito” está comisariada por Claudia Segura Campins, conservadora del Museu d’Art Contemporani de Barcelona, y Emiliano Valdés, conservador jefe del Museo de Arte Moderno de Medellín.
Este comisariado se sirve del potencial del afecto como
mecanismo de interacción con la artista fallecida y reivindica la
interacción colectiva como productora de conocimiento y vehículo de
transmisión.
El recorrido se estructura a partir de ejes temáticos
que condensan algunas de las preocupaciones de Hincapié, como la
hiperproductividad, nuestra relación con el planeta y la falta de
sentido de una sociedad dominada por el consumismo. Cada uno de estos
ámbitos se van recorriendo a lo largo de este capítulo de Metrópolis.
No era sencillo transmitir el ideario de
la artista. ¿Cómo visibilizarlo con documentos de archivo, fotografías,
vídeos u obras sobre papel? Para incluir la fisicidad, el gesto, la
quietud, el silencio, el movimiento y la presencia que emana de su obra,
los comisarios de “María Teresa Hincapié. Si este fuera un principio de infinito”invitaron a otras voces, inspiradas en la práctica de Hincapié.
Por esta razón, además de la obra de la creadora, se incluyen las obras realizadas por José Alejandro Restrepo para ser interpretadas por Hincapié, así como tres proyectos encargados específicamente para la exposición
que abren un debate sobre el movimiento, los cuerpos y el legado de una
práctica transformadora. Los artistas y colectivos invitados a
desarrollar una nueva obra que dialogue con el lenguaje performativo de
María Teresa Hincapié son: María José Arjona (Colombia), Coco Fusco(Estados Unidos) y Mapa Teatro (Colombia), cuya praxis está íntimamente vinculada a la de la artista.
Metrópolis ha podido entrevistar a María José Arjona y a Coco Fuscopara hablar de sus aportaciones al proyecto.
La vía mística y la residencia para artistas
En 1995 Hincapié inició su proyecto “Hacia lo sagrado”
con una caminata desde Bogotá hasta San Agustín, en un viaje de 550
kilómetros que duró 21 días, pasando por zonas de conflicto armado y
alimentándose de semillas y panela (azúcar sin refinar). En esta acción
de supervivencia realizó acciones rituales con una clara vocación
mística que, a partir de ese momento, sería el núcleo fundamental de su
poética.
A finales de los noventa la artista adquirió una finca (La Fruta) en la Sierra Nevada de Santa Marta, cerca del asentamiento sagrado de los koguis, a la que únicamente se accedía a pie. Allí creó una residencia de artistas a la que llamó Aldea-Escuela, un proyecto que mantuvo vivo hasta sus últimos días y que ha continuado su hijo, Santiago Zuluaga, tal y como nos narra en su emotiva entrevista.
Hincapié estaba convencida de que vivir en colectividad era un modo de producir conocimiento y un vehículo para transmitirlo.
Lejos de cualquier categorización, su práctica oscilaba entre vida, creación en movimiento y una búsqueda de lo místico.
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