TITULO: A Crush, la pasta te aplasta - MANUELA MARTÍN - Operación vestigios ,.
El viernes -15- Noviembre a las 22:00 por La 1, foto.
MANUELA MARTÍN - Operación vestigios,.
Este es el último capítulo de un conflicto que, como muchos lectores recordarán, tiene su origen en el catálogo de vestigios franquistas que la Diputación ordenó elaborar a un comité. El siguiente paso fue ligar las ayudas que concede la institución provincial a la retirada de esos vestigios, principalmente nombres de calles de personas que tuvieron algún cargo en la etapa franquista.
Algunos municipios alegaron contra la lista, que contenía errores; otros mostraron su desacuerdo, pero todos, excepto Badajoz, acabaron acatando el criterio de la Diputación para no perder las subvenciones. Badajoz recurrió al juzgado, ganó en primera instancia y ahora el TSJEx le da la razón en esencia: no se pueden quitar subvenciones de la manera en que se hizo porque se vulnera la autonomía municipal.
Para eso están los tribunales, para determinar si la ley se ha aplicado de manera correcta. Y en este caso no ha sido así. La Diputación ha perdido en el juzgado porque la 'operación vestigios' no se ajustaba a la ley. Así de simple. Y desde el minuto uno en que se concibió se hizo mal. Porque está mal saltarse a la torera la autonomía municipal y utilizar los fondos de la Diputación para imponer su criterio, tal como han sentenciado una magistrada en primera instancia y un tribunal de cuatro magistrados en segunda. Poner a los alcaldes en la disyuntiva de aplicar el catálogo o quedarse sin unos fondos que todos los pueblos necesitan es, además de contrario al derecho, como certifican los jueces, un error político.
El pasado jueves la institución presidida por Miguel Ángel Gallardo mostró su respeto a la sentencia en una nota, pero concluyó que la iniciativa «ha sido un verdadero éxito». La Diputación pasa de largo ante el revolcón que le han dado los jueces y se centra en el hecho de que 164 de 165 municipios (todos menos Badajoz) han retirado las placas, escudos, calles e insignias del franquismo que pervivían en la provincia. Visto así, y dado que ese era el objetivo, acabar con todo recuerdo del antiguo régimen, ha sido un éxito.
¿Aunque haya sido a costa de atropellar la autonomía municipal y de utilizar los nutridos fondos de la provincia para meter en vereda a los alcaldes más renuentes? Ahí ya hay más dudas. Si el tamaño del éxito lo medimos también por la capacidad de Miguel Ángel Gallardo para imponer su política en la provincia, hay que reconocer que también lo ha sido. Y rotundo. El poder del presidente de la Diputación ha quedado más que demostrado. Gallardo manda. Y mucho.
Pero en democracia no solo importan los resultados, importan los procedimientos; el respeto a la ley.
Y quizá lo más triste es que la aplicación de la Ley de la Memoria Histórica se podía haber hecho bien. Muy bien. Bastaba con no haber cometido errores en el catálogo y haber actuado sin sectarismo. Dialogando y ajustando cada paso a la ley y sin necesidad de forzar adhesiones con la amenaza de retirar las ayudas.
Solo aplicándola con exquisito respeto se puede evitar que la ley de Memoria Histórica sea utilizada como excusa para avivar enfrentamientos. Ya hay demasiados por todas partes. Ahí tienen el penoso episodio del concejal de Vox en Badajoz, convertido en agente provocador con su moción para que el pleno condene hoy la actuación del PSOEde hace 85 años!! La ley de la Memoria además de Histórica debería ser, sobre todo, conciliadora.
TITULO: PUERTA CON PUERTA CANAL EXTREMADURA - Cerco a los móviles en las aulas,.
Cerco a los móviles en las aulas,.
Varias autonomías se plantean prohibir por ley los teléfonos en la escuela, algo que descarta la Junta de Extremadura,.
En
algunas de las aulas del instituto Reino Aftasí de Badajoz hay hoteles
para móviles. Sus alumnos los utilizan cada vez que entran en clase.
Colocan sus dispositivos en pequeñas cajas con compartimentos y se
olvidan, aunque sea por un momento, de una herramienta que forma parte
de su día a día. Mientras 'duermen' en su particular habitáculo no
sienten la necesidad de estar conectados. Se trata de una práctica
habitual en otros países de Europa que a Badajoz llegó hace dos años de
la mano de la profesora de Artes Gráficas, Elena Torres. La iniciativa
dio buenos resultados y ahora muchos de sus compañeros docentes se han
apuntado a esta idea.
Es una forma más de cumplir las reglas que establece este instituto. En él está totalmente prohibido el uso del móvil dentro del recinto escolar. De hecho, así informan al alumnado en la primera reunión que tienen con los profesores al empezar el curso. También lo saben las familias. «A pesar de todo, siguen utilizándolo», reconoce Marisa Sánchez, directora del Reino Aftasí.
Matiza que no está prohibido llevar el móvil al centro. Eso sí, tiene que estar guardado. Solo existe una excepción en la que está permitido utilizarlo. «Tiene que ser a petición del profesor y porque sea necesario para desarrollar una actividad educativa», explica Marisa.
Alude
a las consecuencias de no seguir las reglas que marca el centro. Sí
usan el móvil, la primera vez se lo requisan hasta finalizar la jornada
escolar. Si el episodio se repite es la familia la que tiene que pasar
por el centro a recogerlo.
Esa es solo una de las múltiples maneras de actuar en los centros educativos extremeños en cuanto al uso de los móviles. Cada uno establece sus normas y de ello se encargan los consejos escolares, que están compuestos por el director, el jefe de estudios, un concejal del ayuntamiento en cuyo término municipal esté el colegio o instituto, profesores, padres, alumnos, un representante del personal de administración y servicios, así como el secretario del centro.
Lo hacen ellos porque este asunto no está determinado por ley en Extremadura. Desde la Junta se limitan a recomendar a los centros públicos que el móvil solo se use para un fin educativo y en un entorno controlado.
Esas recomendaciones las recogió la Consejería por primera vez en una circular de marzo de 2006. «En aquel momento, la Junta animaba a ser muy cautelosos y regular a la baja el uso de los móviles, ya que se estaba empezando a conocer las desventajas de las nuevas tecnologías», matiza Juan Pablo Venero, director general de Innovación e Inclusión Educativa.
Con el paso de los años, el pronunciamiento de la Consejería se dio a conocer a través de cursos de formación, foros y congresos en los que se detallaba cómo y cuándo usar el móvil. Todo ese recorrido se reflejó en una instrucción del año 2018 que han renovado en junio de 2019 con la publicación del Plan Educativo Digital de Extremadura. En él destacan que los centros sostenidos con fondos públicos tienen que elaborar su Proyecto de Educación Digital (PED), un documento sujeto a permanente revisión y evaluación que, entre otros aspectos, debe determinar las condiciones en las que se pueden usar estos dispositivos.
«Siempre respetaremos que cada centro tome la última palabra», aclara Venero. De hecho, asegura que la Consejería de Educación no se plantea que este asunto dependa de una ley. «Si un centro lo prohíbe, lo que sí garantizamos es que cualquier alumno pueda tener acceso a un teléfono para ponerse en contacto con un familiar», añade Venero, quien recalca que «la postura de la Junta está acorde con los organismos internacionales como la Unesco y es fruto de mucho estudio, reflexión y de hablar con los docentes que ya han realizado experiencias en el aula con dispositivos móviles».
Aún así también son conscientes del debate que existe. De hecho, el anuncio del consejero de Educación y Juventud de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, de que estudiarán la prohibición de los teléfonos móviles en las aulas ha vuelto a avivar el conflicto. Solo recogen como excepción los casos en los que los profesores quieran darle una aplicación didáctica.
En España ese debate también se planteó hace un año, cuando la actual ministra de Educación en funciones, Isabel Celaá, dijo que estudiaba esa posibilidad. «Tenemos demasiados adolescentes muy adictos a la tecnología. Hay que reflexionar sobre si el tiempo escolar debe estar libre de esa adicción. Hemos encontrado opiniones fuertemente encontradas. Lo vamos a estudiar con expertos. En algunos casos el móvil ayuda -no suelen llevarlo a los exámenes, solo faltaba-, pero si prohibirlo en los centros sirve para disminuir la adicción digital, merece la pena valorarlo», dijo en una entrevista a Efe.
Desde entonces nada se ha vuelto a escuchar sobre la posibilidad de legislar para todo el país y siguen siendo los centros educativos los que deciden en la mayoría de los casos.
En Extremadura lo hacen con mayor o menor flexibilidad. Hay normativas variadas. «En nuestro centro está prohibido traer el móvil. Aunque algunos lo llevan porque viven lejos y tienen que estar localizables para su familia. Si es así, los padres tienen que firmar un acuerdo en el que aseguren que sus hijos no utilizarán el móvil en el centro», comenta el jefe de estudios adjunto del instituto Brocense de Cáceres, Luis Godoy, que alude a sanciones. «Cuando se ve a un alumno con un dispositivo o le suena en clase, se le requisa y es la familia la encargada de recogerlo». Dice que eso sucede de manera puntual. Los móviles se guardan en unas caja en jefatura. «No suele haber más de tres», confiesa Godoy.
En
el instituto Ágora se ve por sus pasillos señales que prohíben los
móviles. «A principio de curso me reúno con los alumnos y les explico
las normas. Una de ellas es que no deben traer los dispositivos. Si los
traen deben estar apagados y guardados en las mochilas», apunta Martín
Garay, director del IES Ágora de Cáceres. «No nos hacen caso, es una
lucha constante. Hemos tenido que expulsar a jóvenes por esta razón.
Este año se han dado al menos dos casos», comenta.
En otros institutos no han llegado a esos límites. «No hemos expulsado por usar el móvil, pero sí es un hecho que ha contribuido a tener tres amonestaciones, que conlleva expulsión de un día», afirma Roberto Correas, director del IES Zurbarán de Navalmoral de la Mata.
Así se pone de manifiesto en la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), según la cual, el 89,3% de los hogares de Extremadura con al menos un miembro de 16 a 74 años dispone de conexión a Internet en 2019, lo que supone 10,7 puntos más que en 2018. En España el porcentaje de hogares con acceso a Internet fue del 91,4%, dos puntos más que en Extremadura.
Los datos revelan además que el 99,8% de las viviendas disponían de conexión a Internet en banda ancha, frente al 99,7% a nivel nacional.
Además el 88,6% de las personas de 16 a 74 años en esta comunidad autónoma ha utilizado Internet en los tres últimos meses en 2019, mientras que un 43,2% han realizado compras por Internet en los últimos tres meses, tres puntos por debajo de la media nacional, que está en el 46,9%.
En ese instituto está prohibido el uso indebido de medios electrónicos. Así lo recoge el reglamento de régimen interno que aprobaron en el año 2009. «Se tomó esa decisión principalmente para evitar el ciberacoso», recuerda Correas, quien aclara que las normas son así para todos. «En nuestro centro hay ciclos formativos y en algunos cursos hay mayores de 18 años. Para ellos también son las normas».
Lo mismo opinan desde la Federación Regional Extremeña de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Freampa), que hasta hace una semana presidía Joaquín León.
Lo que defiende esta agrupación en la que se integran 420 ampas de la región está en sintonía con la Junta de Extremadura. «Prohibimos prohibir. El móvil es un instrumento de trabajo con una utilidad determinada. Su mal uso es lo que puede generar problemas, pero trabajar con él a partir de aplicaciones útiles en el aula es positivo», aclaran desde Freampa, que reconocen que existe una preocupación por este asunto y por las adicciones que provoca el móvil en los jóvenes.
Los profesionales educativos son conscientes de que se trata de una realidad creciente e imparable. «Los profesionales de la enseñanza nos transmiten la inquietudes de aquellos docentes que están concienciados de adaptar su materia a los tiempos que corren pero no se atreven a dar este paso de manera segura. Ante eso nos demandan formación, información, herramientas y conexión con las familias», explica Venero. «Tienen mucho respeto porque la frontera entre las posibilidades buenas de los móviles y las amenazas a las que te ves expuesto es muy líquida», aclara.
Saben que es un asunto delicado y los profesores deben sentirse seguros cuando usan este tipo de dispositivos en las clases. «Con esa premisa intentamos ofrecer formación para el profesorado en materia de tecnología y recursos para las familias», añade Venero.
De hecho, desde la Junta apuntan a buenas prácticas con móviles de las que se sienten orgullosos. «Los docentes que han intentado implantarlo con uso educativo no han tenido malas experiencias», afirman antes de poner algunos ejemplos. En el I.E.S. Valle de Ambroz hay programas relacionados con realidad aumentada en los que el móvil se utiliza como soporte; en el IES de Castuera lo utilizan en la asignatura de Educación Física para llevar a cabo contenidos de orientación. También en Primaria hay ejemplos similares. En Villanueva de la Vera y en Fregenal de la Sierra han hecho guías de su propia localidad.
Además, Venero alude a 'Foro Nativos Digitales', un programa de la Junta cuyo objetivo es prevenir conductas peligrosas en la Red. Lleva en funcionamiento tres años y en Extremadura lo puede desarrollar cualquier maestro del claustro y los profesionales de los equipos de orientación.
«Hacemos actividades que están dirigidas a alumnos que cursan 5º y 6º de Primaria. Trabajamos contenidos relacionados con el uso responsable de teléfonos móviles, dispositivos digitales, redes sociales y juegos electrónicos. Hablamos de ciberacoso, lenguaje sexista y prevención de la adicción al juego online, entre otros aspectos», explican la psicóloga Inmaculada Argüello Gordo y la psicopedagoga Paz Pérez Castañera.
Ambas trabajan en el equipo de orientación educativo y psicopedagógico Cáceres-1. Desarrollan su labor en centros públicos donde hay alumnos de tres a doce años. «El reglamento de organización y funcionamiento de cada colegio tiene muy controlado el uso de los móviles en el aula. Los problemas vienen cuando salen de ella. Es en los institutos donde puede haber un mayor desafío a las normas que pone el centro», coinciden Argüello y Pérez.
Aseveran que el alumnado accede a este tipo de dispositivos desde edades muy tempranas. «Entre los ocho y los diez años es muy común que los padres compren un móvil a sus hijos. A los doce ya no hay niños que no lo tengan. Si no disponen de uno se sienten fuera del grupo», detallan antes de aludir a casos extremos. Son pocos, pero también se dan. «Hay alumnos que dejan de salir por las tardes o hacer deporte, por ejemplo. En definitiva, dejan de tener relaciones sociales normalizadas por adicción a los videojuegos; otros no son capaces de controlar la necesidad de estar frente a la pantalla», concluyen.
Es una forma más de cumplir las reglas que establece este instituto. En él está totalmente prohibido el uso del móvil dentro del recinto escolar. De hecho, así informan al alumnado en la primera reunión que tienen con los profesores al empezar el curso. También lo saben las familias. «A pesar de todo, siguen utilizándolo», reconoce Marisa Sánchez, directora del Reino Aftasí.
Matiza que no está prohibido llevar el móvil al centro. Eso sí, tiene que estar guardado. Solo existe una excepción en la que está permitido utilizarlo. «Tiene que ser a petición del profesor y porque sea necesario para desarrollar una actividad educativa», explica Marisa.
«Nos gustaría que fuera la Consejería la que regulara por ley el uso de móviles»
Marisa Sánchez Directora del Reino Aftasí
«Si lo traen deben estar apagados y en las mochilas, pero es una lucha constante»
Martín Garay Director del Ágora
Esa es solo una de las múltiples maneras de actuar en los centros educativos extremeños en cuanto al uso de los móviles. Cada uno establece sus normas y de ello se encargan los consejos escolares, que están compuestos por el director, el jefe de estudios, un concejal del ayuntamiento en cuyo término municipal esté el colegio o instituto, profesores, padres, alumnos, un representante del personal de administración y servicios, así como el secretario del centro.
Lo hacen ellos porque este asunto no está determinado por ley en Extremadura. Desde la Junta se limitan a recomendar a los centros públicos que el móvil solo se use para un fin educativo y en un entorno controlado.
Esas recomendaciones las recogió la Consejería por primera vez en una circular de marzo de 2006. «En aquel momento, la Junta animaba a ser muy cautelosos y regular a la baja el uso de los móviles, ya que se estaba empezando a conocer las desventajas de las nuevas tecnologías», matiza Juan Pablo Venero, director general de Innovación e Inclusión Educativa.
Con el paso de los años, el pronunciamiento de la Consejería se dio a conocer a través de cursos de formación, foros y congresos en los que se detallaba cómo y cuándo usar el móvil. Todo ese recorrido se reflejó en una instrucción del año 2018 que han renovado en junio de 2019 con la publicación del Plan Educativo Digital de Extremadura. En él destacan que los centros sostenidos con fondos públicos tienen que elaborar su Proyecto de Educación Digital (PED), un documento sujeto a permanente revisión y evaluación que, entre otros aspectos, debe determinar las condiciones en las que se pueden usar estos dispositivos.
«Siempre respetaremos que cada centro tome la última palabra», aclara Venero. De hecho, asegura que la Consejería de Educación no se plantea que este asunto dependa de una ley. «Si un centro lo prohíbe, lo que sí garantizamos es que cualquier alumno pueda tener acceso a un teléfono para ponerse en contacto con un familiar», añade Venero, quien recalca que «la postura de la Junta está acorde con los organismos internacionales como la Unesco y es fruto de mucho estudio, reflexión y de hablar con los docentes que ya han realizado experiencias en el aula con dispositivos móviles».
Aún así también son conscientes del debate que existe. De hecho, el anuncio del consejero de Educación y Juventud de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, de que estudiarán la prohibición de los teléfonos móviles en las aulas ha vuelto a avivar el conflicto. Solo recogen como excepción los casos en los que los profesores quieran darle una aplicación didáctica.
Prohibido por ley
En el resto de comunidades cada centro puede decidir sus políticas, algo que no sucede en otros países como Francia. El año pasado, más de 12 millones de alumnos franceses empezaron la escuela con la prohibición del teléfono móvil en las clases de Primaria (alumnos hasta once años) y los colleges, (de entre 12 y 15 años). Se trataba de una promesa electoral del presidente Emmanuel Macron. Finalmente la cumplió y saltó la polémica entre defensores y detractores.En España ese debate también se planteó hace un año, cuando la actual ministra de Educación en funciones, Isabel Celaá, dijo que estudiaba esa posibilidad. «Tenemos demasiados adolescentes muy adictos a la tecnología. Hay que reflexionar sobre si el tiempo escolar debe estar libre de esa adicción. Hemos encontrado opiniones fuertemente encontradas. Lo vamos a estudiar con expertos. En algunos casos el móvil ayuda -no suelen llevarlo a los exámenes, solo faltaba-, pero si prohibirlo en los centros sirve para disminuir la adicción digital, merece la pena valorarlo», dijo en una entrevista a Efe.
Desde entonces nada se ha vuelto a escuchar sobre la posibilidad de legislar para todo el país y siguen siendo los centros educativos los que deciden en la mayoría de los casos.
En Extremadura lo hacen con mayor o menor flexibilidad. Hay normativas variadas. «En nuestro centro está prohibido traer el móvil. Aunque algunos lo llevan porque viven lejos y tienen que estar localizables para su familia. Si es así, los padres tienen que firmar un acuerdo en el que aseguren que sus hijos no utilizarán el móvil en el centro», comenta el jefe de estudios adjunto del instituto Brocense de Cáceres, Luis Godoy, que alude a sanciones. «Cuando se ve a un alumno con un dispositivo o le suena en clase, se le requisa y es la familia la encargada de recogerlo». Dice que eso sucede de manera puntual. Los móviles se guardan en unas caja en jefatura. «No suele haber más de tres», confiesa Godoy.
Las ampas creen que cada centro debe seguir teniendo la competencia de este asunto
Profesores y psicólogos aseguran que los móviles ya son una adicción para algunos alumnos
En otros institutos no han llegado a esos límites. «No hemos expulsado por usar el móvil, pero sí es un hecho que ha contribuido a tener tres amonestaciones, que conlleva expulsión de un día», afirma Roberto Correas, director del IES Zurbarán de Navalmoral de la Mata.
El 77% de los niños de la región de 10 a 15 años tiene móvil
El 77,6 por ciento de los niños extremeños de entre 10 y 15 años disponen de teléfono móvil, un porcentaje once puntos superior al de la media nacional, que se sitúa en el 66% de los jóvenes de esa edad. También es superior el uso de ordenador entre los extremeños de esa edad, ya que un 91,6% de ellos lo ha utilizado en los últimos tres meses, mientras que en el conjunto del país, este porcentaje se reduce al 89,7%.
Así se pone de manifiesto en la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), según la cual, el 89,3% de los hogares de Extremadura con al menos un miembro de 16 a 74 años dispone de conexión a Internet en 2019, lo que supone 10,7 puntos más que en 2018. En España el porcentaje de hogares con acceso a Internet fue del 91,4%, dos puntos más que en Extremadura.
Los datos revelan además que el 99,8% de las viviendas disponían de conexión a Internet en banda ancha, frente al 99,7% a nivel nacional.
Además el 88,6% de las personas de 16 a 74 años en esta comunidad autónoma ha utilizado Internet en los tres últimos meses en 2019, mientras que un 43,2% han realizado compras por Internet en los últimos tres meses, tres puntos por debajo de la media nacional, que está en el 46,9%.
En ese instituto está prohibido el uso indebido de medios electrónicos. Así lo recoge el reglamento de régimen interno que aprobaron en el año 2009. «Se tomó esa decisión principalmente para evitar el ciberacoso», recuerda Correas, quien aclara que las normas son así para todos. «En nuestro centro hay ciclos formativos y en algunos cursos hay mayores de 18 años. Para ellos también son las normas».
¿Quién debe regular?
Otros profesores como Joaquín León, del IES Nuestra Señora de Bótoa, considera que la competencia de regular el uso del móvil debe seguir teniéndola cada centro.Lo mismo opinan desde la Federación Regional Extremeña de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Freampa), que hasta hace una semana presidía Joaquín León.
Lo que defiende esta agrupación en la que se integran 420 ampas de la región está en sintonía con la Junta de Extremadura. «Prohibimos prohibir. El móvil es un instrumento de trabajo con una utilidad determinada. Su mal uso es lo que puede generar problemas, pero trabajar con él a partir de aplicaciones útiles en el aula es positivo», aclaran desde Freampa, que reconocen que existe una preocupación por este asunto y por las adicciones que provoca el móvil en los jóvenes.
Los profesionales educativos son conscientes de que se trata de una realidad creciente e imparable. «Los profesionales de la enseñanza nos transmiten la inquietudes de aquellos docentes que están concienciados de adaptar su materia a los tiempos que corren pero no se atreven a dar este paso de manera segura. Ante eso nos demandan formación, información, herramientas y conexión con las familias», explica Venero. «Tienen mucho respeto porque la frontera entre las posibilidades buenas de los móviles y las amenazas a las que te ves expuesto es muy líquida», aclara.
Saben que es un asunto delicado y los profesores deben sentirse seguros cuando usan este tipo de dispositivos en las clases. «Con esa premisa intentamos ofrecer formación para el profesorado en materia de tecnología y recursos para las familias», añade Venero.
De hecho, desde la Junta apuntan a buenas prácticas con móviles de las que se sienten orgullosos. «Los docentes que han intentado implantarlo con uso educativo no han tenido malas experiencias», afirman antes de poner algunos ejemplos. En el I.E.S. Valle de Ambroz hay programas relacionados con realidad aumentada en los que el móvil se utiliza como soporte; en el IES de Castuera lo utilizan en la asignatura de Educación Física para llevar a cabo contenidos de orientación. También en Primaria hay ejemplos similares. En Villanueva de la Vera y en Fregenal de la Sierra han hecho guías de su propia localidad.
Además, Venero alude a 'Foro Nativos Digitales', un programa de la Junta cuyo objetivo es prevenir conductas peligrosas en la Red. Lleva en funcionamiento tres años y en Extremadura lo puede desarrollar cualquier maestro del claustro y los profesionales de los equipos de orientación.
«Hacemos actividades que están dirigidas a alumnos que cursan 5º y 6º de Primaria. Trabajamos contenidos relacionados con el uso responsable de teléfonos móviles, dispositivos digitales, redes sociales y juegos electrónicos. Hablamos de ciberacoso, lenguaje sexista y prevención de la adicción al juego online, entre otros aspectos», explican la psicóloga Inmaculada Argüello Gordo y la psicopedagoga Paz Pérez Castañera.
Ambas trabajan en el equipo de orientación educativo y psicopedagógico Cáceres-1. Desarrollan su labor en centros públicos donde hay alumnos de tres a doce años. «El reglamento de organización y funcionamiento de cada colegio tiene muy controlado el uso de los móviles en el aula. Los problemas vienen cuando salen de ella. Es en los institutos donde puede haber un mayor desafío a las normas que pone el centro», coinciden Argüello y Pérez.
Aseveran que el alumnado accede a este tipo de dispositivos desde edades muy tempranas. «Entre los ocho y los diez años es muy común que los padres compren un móvil a sus hijos. A los doce ya no hay niños que no lo tengan. Si no disponen de uno se sienten fuera del grupo», detallan antes de aludir a casos extremos. Son pocos, pero también se dan. «Hay alumnos que dejan de salir por las tardes o hacer deporte, por ejemplo. En definitiva, dejan de tener relaciones sociales normalizadas por adicción a los videojuegos; otros no son capaces de controlar la necesidad de estar frente a la pantalla», concluyen.
TITULO: Trastos y tesoros - CANAL EXTREMADURA - Dos institutos y dos colegios de Mérida ya prueban la banda ancha ultrarrápida,.
Dos institutos y dos colegios de Mérida ya prueban la banda ancha ultrarrápida,.
La Consejería de Educación quiere que 60 centros cuenten con conexión de 30 Mb por segundo antes de que acabe el año,.
Por el momento ya se está probando en el instituto Albarregas y el IES Extremadura de Mérida, así como en los colegios Antonio Machado y Nuestra Señora de la Antigua.
La previsión con la que trabaja la Consejería de Educación es que en el mes de diciembre esta conexión llegue a 60 centros y entre ellos habrá algunos ubicados en el medio rural, según detalla Juan Pablo Venero, director general de Innovación e Inclusión Educativa. «Nuestra intención es llegar a todos los centros educativos de Extremadura», añade.
El importe de la financiación destinada por todas las partes que suscriben el convenio es de 4,5 millones de euros, de los que 890.000 euros serán aportados por la Administración extremeña.
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