TITULO: EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO -CENA - DOMINGO -LUNES - EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES - 23 - Julio - Bibiana Fernández,.
EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES - 23 - Julio ,.
Conducido por Toñi Moreno, el espacio investiga el árbol genealógico de los personajes más queridos de nuestro país. El martes - 23 - Julio , a las 22:30 por antena 3, etc.
EL
SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - Bibiana Fernández,.
EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - Bibiana Fernández, fotos ,.
Bibiana Fernández,.
Bibiana Fernández: «Hoy nuestro país está muy crispado, pero es bastante mejor de lo que lo pintamos»,.
Tánger, 1954. Soy 'mocatriz' (modelo, cantante y actriz) y habitual de los programas de televisión. Protagonizo 'La señora o el día de Las Criadas' en el Teatro Pavón, Madrid, hasta el 4 de agosto.
( Desayuno )
( Desayuno )
XLSemanal. Se anuncia como una nueva versión de Las criadas, de Jean Genet, pero no es así.
( Cena,.)
Bibiana Fernández. No, es más un spin-off: soy una actriz retirada a la que sus hijos intentan convencer de que vuelva al teatro y lo haga interpretando Las criadas. Es como una ida y vuelta porque en su día ella intentó interpretar esa obra y no pudo por la censura.
XL. Llevaba usted más de dos años lejos del teatro.
B.F. Y me apetecía volver. Sin ser el género en el que más he actuado, es el que más me gusta: tiene una impronta que no se da ni en el cine ni en la televisión.
XL. José Sacristán o Victoria Abril también reconocen hoy su devoción por el teatro. ¿Es el refugio laboral de la tercera edad?
B.F. A cierta edad es menos frecuente que nos propongan películas o series. El teatro, en cambio, es siempre un refugio cálido que te permite tener una edad indeterminada. Aunque te exija más trabajo diario, más memoria y más esfuerzo, el teatro te da independencia y te hace, a la vez, más libre. Y yo soy de esa generación que luchó por ser libre.
«Hay mucho oportunismo, muchos influencers sin una trayectoria por la que merezcan ser admirados y que, por un minuto de gloria, dicen muchas incoherencias...»
XL. La censura evitó el éxito de su personaje, ¿volvemos a padecerla?
B.F. Se dice que hay más censura que antes; no lo creo. En los ochenta debía correr y me bajaban de los autobuses. En cambio, hoy tengo una posición social.
XL. ¡Claro! Si se remonta a más de cuarenta años para comparar la situación…
B.F. Es cierto que hoy el país está muy crispado, pero es bastante mejor de lo que lo pintamos: hay más trabajo que nunca, la mujer ha accedido a posiciones más altas que nunca, los derechos sociales están más presentes que nunca… Lo que hay es más autocensura: se teme decir algo políticamente incorrecto.
XL. Pues si nos mueve el miedo, peor, ¿no?
B.F. Es que esa es la peor de las censuras [sonríe]. Sin embargo, en las redes la gente dice lo que quiere y te sientes acosada. Hay mucha crispación y es necesaria la tolerancia con el diferente.
XL. ¿Y en las tertulias? ¿Hay mucho ruido?
B.F. Demasiado, y poca empatía. Hay mucho oportunismo, muchos influencers sin una trayectoria por la que merezcan ser admirados y quienes, por un minuto de gloria, dicen muchas incoherencias... Pero ahí están, ganando muchísimo dinero gracias a su fama...
XL. Volvamos a la obra, ¿qué tal se lleva con su asistenta?
B.F. Ana es fundamental en mi vida. Vino a casa con una niña de 3 meses que ayer cumplió 24 años. Me da seguridad y compañía y soy yo quien se siente en deuda con ella. Nuestra relación no es de empleada y jefa, sino de dos personas que se quieren y viven juntas.
TITULO:
Lunes - 22 - Julio - Imprescindibles - La mujer que creó Irak Gertrude Bell,.
Arqueóloga y arabista, Gertrude Bell fue también una eficaz espía británica y una gran geopolítica. Ella dibujó el mapa de Irak tras la Primera Guerra Mundial que ha marcado dramáticamente la historia de Oriente Medio desde entonces.
En la madrugada del 12 de julio de 1926, apenas dos días antes de su 58º cumpleaños, la Reina del Desierto yace en la cama de su residencia de Bagdad, junto a un frasco vacío de somníferos, según atestigua el certificado de defunción, de lo que nunca se ha confirmado oficialmente como un suicidio. Lo que ocurrió en aquella calurosa noche estival iraquí ha trascendido hasta hoy como un misterio más de esta aristócrata británica a quien su pasión por la arqueología y su dominio de la cultura árabe llevó a convertirse en la mujer más influyente del Imperio británico, hasta el punto de que fue la encargada de dibujar las controvertidas fronteras del Irak moderno.
Gertrude Bell estaba destinada a convertirse en una respetable dama británica acorde a los estándares victorianos de la época. Nació en el seno de una familia con una de las seis mayores fortunas de Inglaterra gracias al negocio iniciado por su abuelo en el sector del metal. Sin embargo, ella nunca encajó en este ambiente de la alta sociedad donde toda 'señorita de bien' había de casarse cuanto antes con un buen marido. Ella, que había logrado ser la primera mujer en culminar con honores los estudios de Historia Moderna en la Universidad de Oxford, encontró en sus viajes alrededor del mundo una vía de escape a una sociedad que la constreñía más que los corsés de la época.
Con 24 años, Gertrude tiene su primer contacto con Oriente Próximo cuando convence a su padre —por quien siente un profundo respeto— para visitar a unos familiares destinados en la Embajada británica en Teherán. Este viaje a Persia cambiará su vida, despertando su hambre aventurera y transformando su interés por la arqueología en una auténtica pasión.
A su vuelta a Inglaterra recopila todas las notas y fotografías para el que será su primer libro Persian pictures (1894), en cuya publicación ejerce gran influencia la segunda mujer de su padre, Florence Olliffe, una brillante escritora que llega a la vida de Gertrude cuando, a los tres años, perdió a su madre.
En los años posteriores, entre 1900 y 1918, Gertrude aprovecha el poder adquisitivo de su familia para cumplir sus sueños de trotamundos. Completa dos vueltas al mundo y visita a influyentes amigos de la familia en todas las embajadas. Prepara las expediciones con sumo detalle. contactos, mapas, libros. Redacta detallados diarios y toma más de 7000 fotos, que se conservan ahora en el Archivo Gertrude Bell de la Universidad de Newscatle. En sus viajes no escatima en lujos; pese a cruzar los parajes más inhóspitos siempre viajará con una corte de varios camellos portando sus baúles-armario repletos de vestidos, vajilla de porcelana y una bañera portátil.
La dama de Estado
La intrépida Bell se siente tan cómoda con los arqueólogos británicos como compartiendo té y fumando cigarrillos egipcios con los jefes de las tribus locales y alternando con las mujeres de los harenes de los jeques. Su presencia femenina despierta la curiosidad de los líderes locales. «¡En este país soy alguien!», relata la propia Bell.
Tras la Primera Guerra Mundial, el Gobierno británico solicita su colaboración en la Oficina Árabe de El Cairo, desde donde la Corona planea acabar con el Imperio otomano, contando con la ayuda de los árabes, para así mantener un control sobre los territorios que riegan los ríos Éufrates y Tigris, ricos en petróleo y una estratégica al golfo Pérsico.
Pese a viajar por parajes inhóspitos llevaba decenas de vestidos, vajilla de porcelana y una bañera
La versátil aventurera se convierte en la primera mujer en trabajar para los servicios de inteligencia militar británicos, lo que ha contribuido a alimentar la leyenda de la 'Bell espía'. Si bien ninguna documentación oficial confirma su labor de espionaje, está claro que su dominio de las lenguas tribales le abrió las puertas en sus sucesivas misiones de Estado y le ganó el apodo entre los locales de Al Khatun, traducido como 'la dama del Estado'.
Más allá de sus concienzudos informes para el Gobierno, cuando uno accede a leer la versión no oficial de sus investigaciones -la que comparte con su familia por carta-, descubre el verdadero conflicto que vivía la propia Bell: una mujer al servicio de su país, del Imperio británico, pero que por otro lado es crítica y consciente de las problemáticas decisiones que están tomando los dirigentes de su país y de los errores que está cometiendo la Corona. «Habíamos prometido un Gobierno árabe con asesores británicos, y hemos establecido un Gobierno británico con asesores árabes», lamenta en su correspondencia.
La pasión reprimida
Bell acatará las decisiones de la Corona británica, pero en 1921 defenderá una reducción de su presencia en Irak y que sea creada una nueva monarquía iraquí, con el príncipe Faisal al frente. Solo una vez estabilizado el trono del rey Faisal en Irak, de quien durante unos años es consejera, la dama británica se retira de la escena política. Siente entonces un vacío en su vida que tratará de colmar volcada en un último sueño: la creación de un museo para conservar el patrimonio arqueológico de la región, al que añadiría la creación de la Biblioteca Nacional. Esos mismos 'templos de la cultura' que fueron bochornosamente saqueados en 2003 durante y tras la ocupación del país por un eje de fuerzas internacionales con Estados Unidos al frente. Pero no parece que su dedicación a la arqueología fuera suficiente para satisfacerla al final de su vida.
¿Cómo se hizo el reparto de Irak?
Durante la Primera Guerra Mundial, Gertrude Bell trabajó para la Inteligencia británica. Medió con los líderes árabes para que estos se levantasen contra los turcos (enemigos de los ingleses) y así acabar con el Imperio otomano. A cambio, los británicos les prometieron un estado árabe independiente, pero de la promesa no quedó nada. Un acuerdo secreto anglofrancés hizo que los restos del Imperio otomano... Leer más
Gertrude Bell murió sola, tras ingerir muchos somníferos, sin llegar nunca a superar el cruel desenlace del que fue su más apasionado idilio: la muerte del mayor Charles Doughty-Wylie, un veterano de guerra casado, con el corazón dividido, que acabó perdiendo la vida en el desembarco de Galípoli en 1915 y del que Gertrude estaba tan enamorada que llegó a amenazarlo con quitarse la vida si no abandonaba a su mujer. «Es eso o nada. No puedo vivir sin ti».
Bell está cómoda con los líderes tribales. A ellos les provoca curiosidad. «¡En este país soy alguien!», relata ella
Fue nada. Él murió y ella no volvió a tener una relación amorosa. Bell falleció nueve años después en Irak, donde fue despedida multitudinariamente y con honores militares. Aún descansa enterrada en el cementerio cristiano de Bagdad. Hoy su leyenda cobra más vida que nunca, porque como ella misma escribió a su padre. «Nuri Said dice que solo hay una Khatun... Que en los próximos se hablará de la Khatun que pasaba montada a caballo. Y creo que así será».
TITULO: ELLA & - Diez años y un dia ,.
Diez años y un dia ,.
foto / Hace uno esfuerzos por arrancarse de las presiones de la actualidad pública nacional, de sus agobios y hasta congojas, mas no es hacedero. En el momento en que escribo esto me ha llegado la noticia de que se declara en toda España el estado oficial de alarma. De “¡al arma!”; hay que fijarse. Pero en alarma, no ya alarmados, sino armados, hace tiempo que se van poniendo mucha parte de los españoles. Y lo peor es que los más alarmados son los no armados, los inermes. Y ello acabará por obligarles a armarse de un modo o de otro. Cuando el Estado se alarma, ¿qué van a hacer los ciudadanos?
Se sabe de muchos que tienen en suspenso las más graves y vitales resoluciones para su porvivir. O, si se quiere, porvenir. No ya atañaderas a negocios, sino a cosas más íntimas de vida privada y familiar. Se sabe de gentes que estiman que no hay porqué ahorrar, sino vivir al día y aturdiéndose. “¿Quién sabe —nos decía un amigo— si mañana no me quita de este mundo un tiro perdido y aunque yo no me meta en nada? Porque en casa no voy a estarme metido…” Y en otro aspecto, ¡quién sabe de qué puede acusársele mañana!…
Estamos viviendo en una guerra civil incivil. Se habla de desencadenamiento de pasiones. ¿Pasión? Más bien insensatez. Y hasta locura. Una verdadera epidemia. Y más que de locura, de demencia. De deficiencia mental. Tengo que repetirlo, una vez más: la gente físicamente, corporalmente joven, está volviéndose psíquicamente, espiritualmente, pueril. Pero de la peor puerilidad; de una puerilidad morbosa. Un mozo que a los diez y ocho años no ha salido, o vuelve a su mentalidad de los seis, no tiene la frescura, la espontaneidad, la sencillez, la sinceridad de los seis años. Es un monstruo. Y a esta monstruosidad estamos asistiendo. Esos párvulos de veinte años que extienden el brazo en una u otra actitud, con mano abierta o con puño cerrado, se uniforman y se dedican a unas u otras pantomimas, son sencillamente enfermos mentales. Y sus pasiones las peores pasiones de la niñez retrasada. Muchas veces esa terrible pelusa —que así se la llama— que a muchos pobres niños les impide hasta crecer. Algo que se da en la tristísima crisis que suele preceder a la pubertad.
En cuanto a los mayores… Los mayores están asustados. No saben cómo reaccionar a la insurrección de la chiquillería dementalizada y que les falta al respeto. Los ciudadanos mayores, los de mayor edad mental, los que aún conservan alguna conciencia de responsabilidad civil y social, se reparten entre lo que llamamos, mal o peor llamado, posiciones de derecha y de izquierda. Y hasta, si se quiere, revolucionarios y reaccionarios. Y se tienen miedo los de un grupo a los del otro, y se tienen miedo a sí mismos los de cada grupo. Unos y otros tienen miedo a encargarse del poder. Y es porque saben que el poder es la impotencia, y con ella el fracaso, cuando los cuitados ciudadanos alarmados esperan que el Estado, con el estado de alarma, les saque de sus agobios y congojas y apuros pero sin tener ellos, los cuitados, que armarse. Lo que se llamó antaño la asistencia ciudadana asusta a unos y a otros. Y sin embargo, tendrán un día, si esto sigue como va, que acudir al arma. Y agréguese otro miedo. El miedo de ciertos presuntos caudillos a que se les tache de miedosos. La chiquillería les desborda y arrolla, no saben contenerla y menos saben ponerse a su cabeza. Se acostaron con chiquillos y ensangrentados se levantan.
Y en tanto los chiquillos dementes de uno y de otro bando están jugando —y con fuego— a lo que algunos atolondrados llaman la revolución permanente. O sea el deporte revolucionario. Porque hay, sí, una verdadera revolución permanente. De que el más claro ejemplo conocido es el de la revolución de los astros en derredor del Sol: la revolución copernicana. Que es silenciosa. Como no sea para esos pitagóricos que creen oír la música de las esferas celestiales. La otra, la revolución deportista, aspira a la estridencia y aún al estruendo. El general Prim, aquel tan característico y castizo revolucionario, dijo en un manifiesto que había que derrocar “en medio del estruendo” la dinastía —“espuria” la llamaron— de los Borbones de España. “En medio del estruendo.” ¡Sí que era estruendoso Don Juan Prim y Prast! Entre el estruendo de unos trabucazos perdió la vida. Y vino Amadeo de Saboya, Prim de cuerpo presente, y luego la primera república y con ella el cantonalismo —que ahora revive— y luego otro general, Pavía, y aquella su entrada, no ya estruendosa, en el Congreso el 3 de enero de 1874, y después… el grito, tampoco estruendoso, de Martínez Campos en Sagunto.
Se nos dirá que lo de ahora no tiene mucho que ver con aquéllo, que ahora se trata de revolución social. ¡Bah! estruendo deportivo también. Una chiquillería que no quiere pasar sin meter bulla en la historia, sin romper un plato o hasta toda una cacharrería de ellos. No pocos, y no precisamente de los más jóvenes, revolucionarios de cabaret.
Y luego ese que podríamos llamar fenómeno de polarización. Se pierde el sentido dialéctico. O marxistas o fajistas. Y lo fatídico es que ni unos ni otros tienen idea ni del marxismo ni del fajismo (*). Porque… voy a remachar… toda esta demencia polarizada se apoya en la más cruda ignorancia. Y de tal modo se ponen las cosas, que los que queremos mantener el sentido histórico, que es sentido dialéctico, sentido liberal, prevemos con tristeza que lleguen tiempos en que predominando uno u otro polo —pues da lo mismo el uno que el otro— de esta polarización tengamos que emigrar de nuestra España. Al que esto os dice, que ya otra vez tuvo que emigrar de su patria, le estruja el cogollo del corazón el pensar que tenga que volver a hacerlo y… después de haber pasado de sus setenta años! ¿Que no habrá por qué tener que emigrar, domine uno u otro polo? Tampoco entonces creyeron muchos —los más— que había que emigrar. Porque no es que me echaron, sino hice yo que me echaran. Y ello por no querer callarme, por no plegarme a la censura, por mantener la libertad de la verdad, la libertad de expresión del propio pensamiento. Y preveo que, venzan los unos o los otros, no se podrá hablar y escribir con verdadera libertad. Se perseguirá unos u otros gritos, unos a otros emblemas, hasta unos u otros ademanes. Aun loa inocentes. Pueden llegar tiempos en que los dementes de un polo o los dementes del otro saquen afuera la honda pasión que les mueve y no es otra que el odio a la inteligencia. Odio que le llaman disciplina. Los que presumen de hombres de acción —o de reacción, que es igual—no suelen ser sino dementes resentidos. Dementes resentidos que sienten la necesidad de delegar su pensamiento, de renunciar al libre examen individual —principio del liberalismo—, de someterse. A eso le llaman disciplina. Y en el fondo es el origen del sentimiento inquisitorial en esta tierra que creemos individualista. Cuando no hay nada más rebañego, más gregario, que su anarquismo. Este tan cacareado individualismo celtibérico, donde lo que más se acusa es el odio a la individualidad. Comunismo libertario o fajismo, lo mismo da. Con uno o con otro, el que quiera mostrar a luz y a aire libre su pensamiento y su sentimiento íntimo tendrá que emigrar. Porque decir su verdad será ofender a los que manden, sean unos u otros.
Es lo que se me ocurre responder al que me pregunta: “Y después, ¿qué?”,.
TITULO:
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA
COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA - Jueves - 25 - Julio - Zarangollo murciano,.
Jueves - 25 - Julio - Pesadilla en la Cocina es
un programa de televisión español de telerrealidad culinaria,
presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves
a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve
Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta
intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos,
etc.
EL BAR ESQUINA - REVISTA
CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - Zarangollo murciano ,.
EL BAR ESQUINA - REVISTA
CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - Zarangollo murciano , fotos,.
Zarangollo murciano,.
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Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta
intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos,
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Jueves - 25 - Julio - Pesadilla en la Cocina es un programa de televisión español de telerrealidad culinaria, presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos, etc.
EL BAR ESQUINA - REVISTA
CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - Zarangollo murciano ,.
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Zarangollo murciano,.
Este revuelto de calabacín tan particular tiene muchísimo éxito.
Un plato huertano por excelencia, rico y completo,.
La gastronomía murciana, sabrosa y variada, está fuertemente ligada a la huerta y a sus productos. Eso no es de extrañar si tenemos en cuenta la importancia histórica de las huertas en esta región. Por eso, platos como el zarangollo son clásicos que no faltan en ninguna mesa. Se trata de una preparación sencilla, de origen humilde, y que requiere de pocos ingredientes para lograr un excelente resultado. Eso sí, es conveniente escoger siempre productos frescos y de calidad si quieres reproducir al 100% los sabores de una de las especialidades más queridas en la región.
El zarangollo murciano es un plato que funciona muy bien como acompañamiento para carnes, pescados o para otras preparaciones de verduras. También suele consumirse como plato único, y es ideal para mojar pan. En todo caso, su preparación sencilla y sus pocos ingredientes lo hacen perfecto para cualquier tipo de ocasión.
Pese a que hoy en día se encuentran en todas las fruterías calabacines durante todo el año, te animo a que lo prepares cuando verdaderamente es su época, primavera y verano. Hay que cocinar cada producto cuando es su estación natural.
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Tiempo de preparación
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Tiempo de cocción
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Tiempo total
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Comensales
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Calorías
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Categorías
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Ingredientes
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1 cebolla grande
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1 kg de calabacín (aproximadamente, 3 o 4 unidades, según el tamaño)
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3 huevos medianos
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aceite de oliva
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sal y pimienta
Preparación
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Vamos a comenzar lavando los calabacines y la cebolla. Esta última podemos cortarla en dados pequeñitos, más o menos regulares. Una vez hecho esto, ponemos dos cucharadas de aceite de oliva en una cazuela y lo calentamos para sofreír la cebolla. También añadimos un poquito de sal, lo que contribuirá a que la cebolla suelte agua y quede más jugosa. Vamos pochando a fuego medio-bajo hasta que comience a transparentar, aunque también podemos mantenerla más tiempo para que caramelice.
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Aprovechamos que la cebolla va a tardar unos minutos en estar lista para ir pelando los calabacines. Luego, los cortamos en rodajas finas. Cuando veamos que la cebolla está en su punto óptimo, procedemos a añadir el calabacín en la cazuela.
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Ahora tenemos que aumentar la potencia del fuego y cocinar durante unos minutos sin dejar de remover. De este modo, el calabacín va a ir soltando el agua, pero no se quemará. Seguimos así hasta que disminuya el volumen.
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El siguiente paso consiste en bajar el fuego y dejar que se vaya cocinando poco a poco, lo que ayudará a que los sabores se concentren. De vez en cuando podemos remover para evitar que se pegue, aunque debemos mantener este ritmo durante una media hora o 40 minutos, según la cantidad.
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Una vez haya pasado el tiempo indicado, vamos a cascar los huevos y a echarlos directamente sobre la cocción. Salpimentamos un poco y comenzamos a remover la mezcla para que el huevo se vaya integrando en los demás ingredientes. Lo que tratamos de conseguir en este punto es una especie de revuelto, así que las yemas han de romperse y el huevo debe cuajar muy despacio. No ha de quedar tan cocido como una tortilla, ya que la textura que buscamos es más melosa.
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Una vez tengamos la textura que deseamos, podemos apagar el fuego y dejar reposar el resultado unos minutos. Y ya lo tendremos listo.
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