viernes, 26 de febrero de 2021

MUY NEGOCIOS & ECONOMIA - El paro sube en Extremadura al cierre de 2020 con 11.584 desempleados más que hace un año El total de parados asciende a 112.679 ,. / REVISTA PANTALLA SEMANAL CON Megan Maxwell . / CON LA PELOTA CON - El Moralo decide al inicio contra el Aceuchal,.

 

 TITULO: MUY NEGOCIOS & ECONOMIA -  El paro sube en Extremadura al cierre de 2020 con 11.584 desempleados más que hace un año El total de parados asciende a 112.679   ,.

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 El paro sube en Extremadura al cierre de 2020 con 11.584 desempleados más que hace un año El total de parados asciende a 112.679 ,.

 

La comunidad autónoma de Extremadura ha cerrado el año 2020 con 112.679 desempleados, que suponen 11.584 más que hace un año, un 11,46 por ciento más.

Por su parte, en tasa intermensual, el número de parados se ha incrementado en 1.854 en Extremadura en diciembre con respecto al mes de noviembre, lo que representa un incremento del 1,67 por ciento.

El paro sube en Extremadura al cierre de 2020 con 11.584 desempleados -  Noticias Extremadura - El Periódico Extremadura

En cuanto a los datos por provincias, cabe destacar que la de Badajoz ha registrado en diciembre 73.693 desempleados, que suponen 8.049 más que hace un año (+12,26%), mientras que con respecto a noviembre, se contabilizan 981 parados más, un 1,35 por ciento más.

 

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Respecto a la provincia de Cáceres, el paro se ha incrementado en 3.535 personas en diciembre con respecto al mismo mes de 2019, lo que supone un incremento del 9,97 por ciento, por lo que cierra el año con 38.986 desempleados.

Con respecto al mes anterior, la provincia de Cáceres registra 873 desempleados más en diciembre con respecto a noviembre, que representa un 2,29 por ciento más.

Cabe destacar además que de los 112.679 contabilizados en Extremadura a cierre del 2020, un total de 45.308 son hombres, y 67.371, mujeres. Además, 12.386 de ellos son menores de 25 años.

Los datos revelan además que del total de 112.679 parados registrados en diciembre en Extremadura, 5.096 de ellos son extranjeros, lo que supone un aumento en 1.254 desempleados con respecto al mismo mes de 2019, un 32,64 por ciento más. Con respecto a noviembre, se han incrementado en 9 (un 0,18%).

La construcción, donde más sube

Así, y en cuanto a los datos por sectores, cabe destacar que el paro ha crecido en mayor medida en la Construcción, con 1.015 desempleados más en diciembre, por lo que este sector alcanza los 9.558 parados en Extremadura.

Por su parte, el sector que acumula más parados en la región es el de Servicios, con 75.338 desempleados, tras crecer en 919 parados más en diciembre, mientras que la Industria ha contabilizado 199 desempleados más en diciembre en Extremadura, hasta alcanzar los 6.561.

La Agricultura por su parte, acumula 13.432 desempleados en a final de año en Extremadura, tras registrar 135 nuevos parados en diciembre.

Así, el colectivo sin empleo anterior ha sido el único en el que se ha reducido el número de desempleados, con 414 menos en diciembre en Extremadura, y alcanza ya los 7.790 parados.

Datos nacionales

En el conjunto del país, el año 2020, marcado por la crisis del Covid durante nueve de sus doce meses, rompió con siete años consecutivos de descensos del paro registrado al sumar en el conjunto del ejercicio 724.532 desempleados (+22,9%), su mayor repunte anual desde 2009, en plena crisis financiera.

Así, el volumen total de parados alcanzó al finalizar el ejercicio la cifra de 3.888.137 desempleados, la más alta desde mayo de 2016, después de registrar en el último mes de 2020 un aumento mensual de 36.825 desempleados (+0,9%), también su peor dato en un mes de diciembre desde 2009, cuando subió en 54.657 parados, según datos publicados este martes por el Ministerio de Trabajo y Economía Social.

La subida del paro en 2020, motivada por la crisis del coronavirus, ha roto con siete años de bajadas del desempleo y es el peor dato que se registra desde 2009, cuando el desempleo se incrementó en casi 800.000 personas.

Ni la campaña de Navidad logró salvar el último mes del año pasado, pues el paro subió en diciembre de 2020 por primera vez tras ocho años de descensos. Eso sí, Trabajo destaca que el aumento del desempleo en el último trimestre de 2020 fue casi siete veces menor que en la primera ola de la pandemia.

Estos datos no incluyen a los trabajadores que se encuentran en suspensión de empleo o reducción horaria como consecuencia de un ERTE, ya que la definición de paro registrado no los contabiliza como desempleados. A cierre de 2020, los trabajadores en ERTE superaban los 755.000, lejos de los 3,4 millones que llegaron a estar bajo su paraguas en el pico máximo de la pandemia.

  TITULO: REVISTA PANTALLA SEMANAL CON Megan Maxwell,.

 

Megan Maxwell: "En Latinoamérica no puedo ni salir a la calle y en España como si nada",.


FOTO: EL MUNDO
 

foto / Megan Maxwell. Nuremberg, 1965. Olviden el nombre inglés y el nacimiento alemán, es la novelista española que más vende (más de tres millones ya) y su último libro, Un corazón entre tú y yo, sigue sumando a un fenómeno silencioso e imparable.

¿Cómo es posible que la novelista española que más libros vende sea casi desconocida para el gran público?
Yo también me lo pregunto, no te creas. Cuando voy a Latinoamérica no puedo ni salir a la calle, pero en España salgo como si nada. Imagino que es porque del tipo de literatura que escribo no se habla mucho en las noticias ni entra en los premios ni cosas así. Ese es el motivo. No puedo entenderlo, pero tampoco me preocupa, la verdad.
¿No te atrae la fama, aunque sólo sea como reconocimiento a tu trabajo?
Yo escribo porque me gusta. Antes trabajaba de secretaria y, gracias a Dios, hoy vivo de mi trabajo como escritora y vivo bien. Una vez logrado eso, que me conozcan o no me conozcan por la calle me da un poco igual. No sé si suena un poco pedante lo que te estoy diciendo, pero la verdad es que me gusta que mi vida siga siendo como era. Aunque también tengo que decir que la cosa va cambiando, no es como hace unos años que no me conocía absolutamente nadie. Ahora raro es el día que no me dicen alguna vez: "Ay, eres Megan, ¿no?". Aunque seguimos lejísimos de lo de Latinoamérica, claro.
Allí has vivido episodios dignos de los Beatles
Totalmente. Llegué al aeropuerto de Chile con mi madre y nada más cruzar la puerta vi una marabunta que empezaba a correr hacia nosotras. Un poco asustadas, miramos hacia detrás para ver quién venía, pensando que sería un futbolista o alguien así, pero resulta que era por mí. Tuvo que venir la policía y evacuarnos por unos ascensores privados... Yo estaba alucinada, claro, porque cuando llego a Barajas como mucho me está esperando mi hija para traerme a casa.
¿Por qué crees que se desprecia un género que vende tantísimo como la novela romántica?
Está denostada porque es una literatura cuyas lectoras son casi todas mujeres y las mujeres siempre nos lo tenemos que currar todo muchísimo más. De todos modos, creo que se empieza a respetar. Hace unos años, cuando iba a una librería y preguntaba por un libro romántico siempre me miraban raro. Y de segundas ya te decían: "Sí, está allí al fondo". Los tenían siempre medio escondidos, como si debiera dar vergüenza comprarlos, cosa que no pasaba con géneros más de hombres como el thriller. En cambio, hoy en cualquier librería ya ves que la tienen en unos stands tan perfectos como cualquier otro tipo de literatura. Romper esos prejuicios nos ha costado mucho trabajo a mí y a otras autoras.
¿Cuánto hay de machismo en esos prejuicios?
Bastante. Cuando conocía a alguien, se enteraba de que era novelista y me preguntaba qué escribía, yo sabía que si decía que libros de asesinatos le iba a parecer más interesante que la verdad. Pero siempre he respondido que escribo novela romántica. Y normalmente la respuesta es o el silencio o "ah, novelitas de esas rosas". No, disculpa, escribo novela romántica y erótica y llevan el mismo trabajo que un thriller, porque tiene un principio, un nudo y un desenlace. Me paso la vida defendiendo la novela romántica, pero estoy contenta porque veo que ya se está mirando con ojos diferentes. Y, oye, el que no quiera mirarlo con así, pues que no mire. Es su problema, yo ya no estoy aquí para solucionar esas cosas.
¿Hay algo que aún te moleste?
Odio cuando dicen que es porno para mamás, eso me da muchísima rabia. ¿Pero qué me estás contando? La novela erótica la leen millones de mujeres de todo tipo. Lo que pasa es que cualquier cosa que nos guste a las mujeres tiene que ridiculizarse un poco y yo no lo entiendo. Como escritora, sé que no me ven con los mismos ojos que a un escritor, pero aquí estoy yo para decir: "Oiga, soy exactamente igual que él, lo que pasa es que como mujer tengo que luchar el doble para conseguir las cosas que para un escritor son más fáciles". Habrá quien me diga: "Mira qué feminista". Pues sí lo soy, porque ser feminista es querer la igualdad, no es otra cosa, no es ser más que tú. Y por esa igualdad lucho. Me han llamado feminazi y de eso nada. Soy una mujer que defiendo mis derechos como mujer y los de todas las mujeres como mujeres. Si eso te molesta, tienes un problema.
Tienes tu propio ejército, las autodenominadas Guerreras Maxwell, muchas de las cuales se tatúan el nombre de tus novelas, algunas en las zonas más insospechadas (spoiler: sí, ahí). ¿Impresiona?
Es una responsabilidad enorme, no te puedes imaginar. Nunca pensé que esto me pudiera pasar a mí: ni vender tantísimo ni tener un ejercito de guerreras y cada más guerreros, ojo, que cada vez los chicos me leen más. Es alucinante. A veces ocurren las cosas sin que las busques y esto de las guerreras ha ocurrido porque todas las mujeres que escribo, da igual que sea en el siglo XIII o sean actuales, son mujeres con carácter que intentan salir adelante sin necesidad de un hombre... aunque luego, lógicamente, se enamoren porque escribo historia romántica y erótica y suelo necesitar un hombre para la trama y ciertas escenas. Pero siempre escribo ese hombre que a todas nos gustaría desde el punto de vista femenino. Muchas lectoras me preguntan que dónde existen esos hombres y, de momento, sólo en los libros. Si encuentras uno así, avisa que me lo pido yo.
¿Cuál es el secreto de tu éxito?
Escribo igual que hablo, sin buscar palabras muy rimbombantes para parecer muy culta, pensando en que todo el mundo lo entienda. Y cuento historias que parten de problemas y situaciones muy normales o situaciones normales, aunque luego les dé un poco de chispa. También creo que esto de las Guerreras era algo que muchas mujeres necesitaban: pertenecer a un grupo de mujeres que no implica a nada, no pide nada, simplemente hablar con ellas, sentirte parte. Antes de la pandemia, hacían quedadas entre ellas y es fantástico que mujeres de 60 se vayan a tomar café con chicas de veintitantos y se sientan conectadas.
¿Dedicas mucho tiempo a tus fans?
Varias horas al día, sí. Es lo mínimo que puedo hacer. Llevo yo mis redes sociales y durante el día voy respondiendo a mis Guerreras en España y cuando llega la noche me pongo con las de Latinoamérica. A las redes sociales les presto muchísima atención porque, aparte de que me divierte, es lo mínimo que puedo hacer con esas personas que te han hecho que mi carrera vaya para arriba.
¿Qué pensarían las monjas de tu colegio si leyesen tus libros?
Se escandalizarían muchísimo. Hace dos años organizaron una reunión de antiguas alumnas y las monjas se enteraron de que soy escritora porque muchas compañeras me decían: "Tía, yo te leo". Las pobres monjas flipaban: "¿Y esas cosas escribes?'. Y se reían, pero si lo leyeran se llevarían las manos a la cabeza porque, además, como todo el mundo piensa que todo lo que escribo de sexo lo practico...
Claro, que eres la voz de la experiencia.
Totalmente, como si fuese difícil documentarse sobre todo tipo de prácticas sexuales hoy. No te puedes imaginar cuánta gente me escribe para preguntarme dudas y que les dé consejos sobre sexo o temas de pareja... A ver, escribo novelas eróticas e intento que cuando las leas te suba la libido, lógicamente no escribo esas escenas para que te quedes como si nada, pero ni soy una experta ni una sexóloga.
¿Cómo empezaste?
A mí siempre me ha gustado muchísimo leer, pero escribir nunca me lo había planteado. Era la típica niña de diario y cosas así. Pero pasados los años estaba aburrida en casa, no había redes sociales ni tantos canales de televisión ni siquiera tenía ordenador, y cogí papel y bolígrafo y empecé a escribir. Y a los dos o tres días me di cuenta de que había creado unos personajes y una historia que seguí desarrollando hasta acabar una novela que titulé Casi una novela. La imprimí para mi madre, mi tía... lo típico. Y como les gustó mucho, me pidieron otra y así estuve 6 años: escribiendo novelas para mi familia que no mandaba a editoriales. Yo pensaba: "¿Quién me va a querer publicar a mí? Si tuve que dejar de estudiar pronto porque tenía que trabajar para ayudar en casa... Si no tengo estudios ni padrino ni conozco a nadie influyente ni sé si escribo bien". Pero mi familia me insistía en que probase y, al final, envié una para que se callasen... y me rechazaron.
¿Te rechazaron muchas?
Durante 12 años, estuve 12 años recibiendo un no detrás de otro. Lo que pasa es que cuando me rechazaron la primera vez me entró el amor propio y busqué el sí hasta que llegó.
¿Vivir de escribir nunca entró en tus planes?
Qué va. Yo trabajaba de secretaria en una asesoría jurídica y era madre también. Cuando acostaba a los niños me dejaba una horita y media para escribir todas las noches. Pero era pura afición, el rato de hacer lo que me gustaba.
¿Y cómo recibiste el primer sí?
Fue cuando menos me lo esperaba. Me apunté a un curso de novela romántica online para ver qué es lo que hacía mal. Muchas editoriales, cuando me rechazaban la novela, me decían que las mujeres que yo creaba tenían demasiado carácter y se lo tenía que rebajar. Y una mierda, yo no rebajo el carácter porque yo lo tengo y me he rodeado de mujeres así. Me crié en una casa con mi abuela, mi madre y mis dos tías, ni un hombre. Entonces, que no me vengan a decir que las mujeres tienen menos carácter. Así que me apunté al curso y el trabajo final era una novela. Ni se la mandé al profesor, porque pensé que no iba a agobiar a aquel hombre con 300 páginas, pero me llamó él para pedírmela, la leyó y me volvió que era editor y quería publicarla. Me tenía calada. Era una editorial chiquitita de Sevilla y ahí empezó mi andadura.
¿Fue ya todo rodado?
Qué va, sólo era esa novela. Luego yo seguí mandando a las editoriales y me siguieron diciendo que no, hasta que ya empezaron a llegar síes y, finalmente, Planeta llamó a mi puerta. Y eso que Planeta era de las que más me había rechazado.
La venganza se sirve fría.
Sí, es que además las rechazaba mi propia editora actual. Nos reímos porque las dos guardamos los emails de entonces y todas las novelas que me rechazó están publicadas hoy por ellos. Pero, bueno, a lo mejor el momento oportuno era este y no el anterior.
Han comprado los derechos de tu saga erótica para hacer películas.
Estoy súper contenta con eso, es tremendo. Tienes una parte de miedo porque ya sabes que una peli y un libro muchas veces difieren bastante, pero, sí, hemos vendido los siete títulos de Pídeme lo que quieras a Versus Entertainment y Warner Bros. Estoy viviendo un sueño que jamás me imaginé que yo podría vivir.
¿Se nota el tirón del fenómeno Cincuenta sombras de Grey?
Ha ayudado bastante. Han sido importantes Cincuenta sombras y, fíjate lo que te voy a decir, la saga de Crepúsculo. Porque en ambas hay una historia de amor por medio que dirige toda la trama y la gente empezó a interesarse por ese tipo de libros donde te cuentan una historia de amor aderezada con otros temas, sean vamipros o sea sexo. Han animado mucho a leer novela romántica y erótica.

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