TITULO: Cartas Olvidadas - Diego Costa asegura la Champions al Atlético de Madrid con su gol al Betis,.
Diego Costa asegura la Champions al Atlético de Madrid con su gol al Betis,.
foto / Partido polémico con goles anulados al conjunto dirigido por Simeone, pero que finalmente se llevó los tres puntos por la mínima.
El Atlético de Madrid será, pase lo que pase en la fase final en Lisboa, equipo de Champions la próxima temporada. Los rojiblancos consiguieron con su victoria frente al Betis, gracias al solitario gol de Diego Costa, el billete matemático para la Copa de Europa. Atlético de Madrid 1-0 Betis]
El cuadro rojiblanco no estuvo cómodo en todo el
partido y el gol de Costa rompió los esquemas. Primero el VAR acabó con
las esperanzas locales con sus intervenciones. Y después las cosas
fueron a peor cuando el Betis jugó con un hombre más durante más de
media hora, por la imprudente entrada -y expulsión- de Mario Hermoso.
Los verdiblancos ya habían desconectado al Atlético
que, asustado ante tal panorama y necesitado de algún reajuste, buscó
soluciones para resolver el encuentro. Le hizo dudar como casi nadie lo
ha hecho hasta ahora desde la reanudación del torneo, porque ni se
sentía seguro atrás ni expresivo adelante.
Hasta el punto de que el Betis, que a la hora del
duelo había tirado el doble de veces, no tomó ventaja en el inicio del
segundo tiempo porque Loren falló lo que casi nunca se falla. Su
definición, con todo a favor, solo ante Oblak, beneficiado por una carambola entre Thomas y Savic, fue la peor posible. Ni dirección a portería tomó su balón picado frente a la dimensión del portero.
Finalmente, el Atlético tiró de coraje y de estilo
propio y, después de un partido aguerrido y centrado en defensa, anotó
el gol de la victoria. Su única ocasión del segundo acto, a balón
parado, acabó en gol. Centró Carrasco y Diego Costa remató la
clasificación para la Liga de Campeones (1-0).
La Champions, ingresos para el Atleti
Pese a todo, con esta victoria el Atlético ya está
clasificado para la Liga de Campeones. Una normalidad desde que el
equipo lo dirige Simeone y una gran noticia para las cuentas atléticas.
Ahí están los datos de ingresos que le ha aportado el torneo en toda la
era Simeone: un total de 419,8 millones de euros (50 millones en
2013-14; 43,7 en 2014-15; 69,7 en 2015-16; 60,6 en 2016-17; 31,7 en
2017-18; 85,6 en 2018-19; y 78,5 hasta ahora en esta temporada), según
los datos oficiales de la UEFA.
Ya resuelta esa prioridad, el reto ahora es sostener
el tercer puesto manteniendo el acierto en el resto de partidos. El
Sevilla, tan solo tres puntos por debajo, buscará meter toda la presión
al Atlético para arrebatarles la posición. En el horizonte ya está la
final a ocho de la Liga de Campeones en Lisboa.
Atlético de Madrid 1-0 Betis
Atlético de Madrid: Oblak; Trippier
(Arias, 42'), Savic, Hermoso, Lodi; Correa (Felipe, 61'), Thomas, Saúl
(Carrasco, 55'), Koke; Llorente (Vitolo, 55') y Morata (Diego Costa,
55').
Betis: Dani Martín; Barragán
(Emerson, 70'), Bartra, Sidnei, Álex Moreno (Tello, 83'); Canales,
William Carvalho (Joaquín, m. 70), Guido Rodríguez, Guardado (Pedraza,
42'); Fekir y Loren (Borja Iglesias, 83').
Goles: 1-0, 74' Diego Costa.
Árbitro: González González (Comité
Castellanoleonés). Expulsó con roja directa a Mario Hermoso (58'), por
parte del Atlético de Madrid. Mostró cartulina amarilla al local Savic
(12') y al visitante Emerson (93').
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo sexta jornada de La Liga, disputado en el estadio Wanda Metropolitano (Madrid, España).
TITULO: Cartas en el Cajon - Cambiar de costumbres,.
Cambiar de costumbres,.
Nos acomodamos a determinados hábitos pese a ser conscientes de sus nefastas consecuencias. De semejante prisión solo podemos liberarnos aprendiendo a disfrutar lo que nos complace y, además, resulta beneficioso,.
No se trataba de ser ingenuamente optimista y esperar que la solución cayera del cielo ni viniera de arriba. Creí que se podía dar una concatenación de revoluciones personales cuyo efecto dominó diera lugar a un orden social diferente, con un modelo de contrato social más humano.
Parecía darse una coyuntura propicia para fortalecer una Unión Europea más cohesionada, no por su moneda, sino por unos valores culturales compartidos que pudiera federalizar las claves que cimentan el Estado del Bienestar, apostando por robustecer desde la esfera pública el sistema sanitario, la educación y las redes asistenciales.
Pero difícilmente se podía perseguir esa meta cuando no se concitaban acuerdos internos y los agentes políticos eran incapaces de cerrar filas para hacer un frente común. En lugar de suscribir pactos y consensos, nos dieron el patético espectáculo de atribuir las defunciones acontecidas en residencias para mayores a la gestión del adversario político. ¿Cabe defraudar más a la ciudadanía?
Llegará el momento de rendir cuentas por tamaña irresponsabilidad. Entretanto exijamos detallados planes de contingencia para el futuro más cercano, por si los niveles de contagio del virus vuelven a remontar, como en el fondo nos tememos todos. No hay indicios de que se hayan adoptado las medidas oportunas en base a la traumática experiencia de la covid-19.
¿Se han incrementado las plantillas del personal sanitario y servicios anejos? ¿Contamos con un mayor número de docentes para desdoblar los cursos? ¿El servicio asistencial está convenientemente reforzado para no colapsarse sin dejar al margen a los más vulnerables? ¿Podremos regular el trabajo no presencial en medio de un mercado laboral regido por la precariedad? Estas cuestiones hay que atenderlas a corto plazo. Otras requieren de una planificación con mayor perspectiva temporal.
¿Acaso no es el momento de revisar los patrones urbanísticos? La pandemia ha mostrado que no se vive igual en todas partes. Las depresiones no han circulado con idéntica intensidad por el campo y los entornos insulares que por las megalópolis. La concentración en grandes urbes no parece conllevar grandes ventajas para sus moradores, aunque sí las presenten para la especulación inmobiliaria y el enriquecimiento de quienes trafican con ella. ¿No sería razonable incentivar el traslado a localidades más despobladas mediante créditos que fomenten rehabilitar viejos enclaves abandonados?
La fórmula que sirve para rescatar a la industria del automóvil, ¿no puede aplicarse a otros ámbitos como el de la vivienda social o las zonas residenciales de la tercera edad? Pagar un potosí por alquilar habitáculos que no merecen tal nombre debería pasar a la historia. Convertir el cuidado de nuestros ancianos en un lucrativo negocio sin entrañas es algo que debe ser perseguido por la ley.
Con todo, la responsabilidad no es algo que debamos exigir tan sólo a los demás. Al igual que los derechos tienen como reverso el cumplimiento de unos determinados deberes, el primer ejercicio de la responsabilidad tiene un carácter autónomo y empieza por uno mismo. Es más, podemos mostrarnos benévolos con la irresponsabilidad ajena buscando toda suerte de circunstancias atenuantes, pero nunca debemos hacer nada parecido con la propia.
Lo que se ha dado en denominar 'nueva normalidad' nos ha servido como banco de pruebas. A lo largo del confinamiento se nos pidió quedarnos en casa y acatar unas pautas cuya inobservancia concitaba sanciones. Ahora se nos hacen recomendaciones para no contagiar sin saberlo a los demás. El relajo en su seguimiento es generalizado.
Muchos actúan como si la grave amenaza del contagio se hubiera esfumado. No hay que acudir a grandes fiestas o eventos para comprobarlo. En los funerales religiosos no se acatan estrictamente todos los protocolos de cautela. Cunden los abrazos y se reparte la eucaristía con las manos.
Claro que quienes imparten las instrucciones también inducen a la confusión. Nos dicen que conviene mantener la distancia de seguridad, particularmente si se trata de sitios cerrados que no se pueden airear, salvo que viajes en un avión y se bendiga entonces que compartas el reposabrazos porque así lo exigen los beneficios de la compañía.
Debemos exigir a los gestores políticos que nos tengan más en cuenta, sin considerarnos únicamente como votantes o consumidores. Pero tendemos a olvidar que ciertas cosas sólo dependen de nosotros. Podemos ejercer nuestra responsabilidad individual a cada paso que damos. A veces hemos de hacerlo nadando contracorriente –como sugiere Javier Muguerza–, disintiendo de secundar aquellas actuaciones que consideremos injustas para con los demás y puedan dañarles.
También podemos aplicarnos esto a nosotros mismos, pues hacemos muchas cosas que nos perjudican a sabiendas. Nos vamos acomodando en nuestros hábitos pese a ser conscientes de sus malas consecuencias. Todas nuestras adicciones de baja o alta intensidad se atienen a esta regla. Da igual que se trate de fumar (en pipa, por supuesto), beber (buen vino, claro está), jugar (al ajedrez, evidentemente) o mirar nuestro dispositivo móvil (de ultima generación, sin duda).
Los hábitos nos aprisionan en una sutil telaraña que vamos fabricando cada día sin darnos cuenta nosotros mismos. De semejante prisión sólo podemos liberarnos modificando nuestras costumbres. Aprendamos a disfrutar de aquello que nos complace y encima nos resulta más beneficioso. Dediquemos más tiempo a quienes apreciamos. Consumamos con menor compulsión. Frecuentemos los entornos naturales. Pongamos en su sitio a la realidad virtual. Rehuyamos el turismo masificado. Comamos con más tino, sabedores de que nuestro sistema inmunológico es el mejor escudo contra cualquier infección.
En suma, cambiemos de costumbres por nuestra cuenta, simplemente con fuerza de voluntad. No necesitamos de ninguna otra instancia para mejorar nuestras vidas y hacer el mundo más habitable.
TITULO: REVISTA TENIS - Se va Maria Sharapova, la diva de la raqueta,.
Se va Maria Sharapova, la diva de la raqueta,.
La rusa, lastrada por las lesiones, anuncia su retirada del tenis a los 32 años,.
«¿Cómo dejas atrás la única vida que has conocido? ¿Cómo te vas de las pistas en las que has entrenado desde que eras un niña pequeña?». Así arrancó su despedida la ya exjugadora. Porque Sharapova no hará gira de despedida. No ha marcado su fin en un torneo específico. Ha dicho adiós y se acabó. Los problemas en su hombro derecho le han hecho precipitar la decisión, tomada después del pasado Abierto de los Estados Unidos. «A lo largo de mi carrera, '¿Vale la pena?' nunca ha sido una pregunta. Al final, siempre lo ha sido», explicó.
Su caída en gracia comenzó a principios de 2016, cuando dio positivo por Meldonium, una sustancia que tomaba habitualmente, que fue prohibida ese año y que nadie en su equipo le informó sobre ello. Dos años de sanción por dopaje -posteriormente rebajados a 15 meses-, que le hicieron dejar de ser el icono y pasar a ser la duda. Cuando se le detectó el Meldonium era la quinta mejor jugadora del mundo; cuando volvió lo hizo sin ranking. Nunca recuperó el nivel previo a aquel percance. Llegó a ser la número 22 en agosto de 2018 y levantó un título menor en Tianjin en 2017.
Esos fueron los mayores honores en la época postpositivo de quien en su día ganase a Serena Williams en Wimbledon con 17 años, para después conquistar cuatro Grand Slam más, alzarse como número uno, ganar la Copa Federación, la Copa de Maestras y la plata olímpica en Londres.
Filón publicitario
Una carrera envidiable y engordada por los inmensos contratos publicitarios que le han acompañado desde siempre. Convertida en diva, su presencia en la portada de las revistas de moda de todo el mundo ha sido recurrente. También su faceta de empresaria, lanzando una marca de caramelos que sigue promocionando asiduamente.«Si miro ahora hacia atrás, me doy cuenta de que el tenis ha sido mi montaña. Mi camino ha estado lleno de valles y desvíos, pero las vistas desde la cima han sido increíbles. Después de 28 años y cinco Grand Slam, me siento preparada para escalar otra montaña y competir en otro tipo de terreno». El último partido de su carrera será el que disputó en Australia el pasado mes de enero contra la croata Donna Vekic.
«El tenis me ha mostrado el mundo y me ha enseñado de lo que estoy hecha. Es como me he probado a mí misma y como he medido mi crecimiento. Elija lo que elija ahora en mi próximo capítulo, seguiré empujando, seguiré escalando y seguiré creciendo».
Así se marcha la hija pródiga de Siberia. La última diva del tenis ruso. Maria Sharapova.
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