LA PANTERA ROSA Y LUKE LUKE -La disputa entre los soberanistas se cuela en la investidura , fotos.
La disputa entre los soberanistas se cuela en la investidura,.
El enfrentamiento entre Esquerra y Junts per Catalunya ante la previsible inhabilitación de Torra entorpece a última hora la negociación de los republicanos con los socialistas,.
El motivo de la disputa en esta ocasión es la previsible inhabilitación del presidente de la Generalitat, Quim Torra, ya sea por la Junta Electoral Central (la próxima semana) o por el Tribunal Supremo (dentro de unos meses), tras haber sido condenado por desobediencia. La inhabilitación lleva uncida que el vicepresidente, en este caso el republicano Pere Aragonès, asuma el mando del Gobierno, y convoque un debate de investidura en el Parlamento catalán con otro candidato. Si en dos meses no fuera posible elegir un nuevo presidente de la Generalitat, posibilidad muy plausible por la división independentista, tendría que convocar elecciones.
JxCat, sobre todo Carles Puigdemont, no quiere de ninguna de las maneras que Esquerra pilote esa transición y que aproveche su posición preeminente para sacar rédito electoral. Torra se guarda, además, la carta de provocar una crisis en su Gobierno para colocar un vicepresidente primero por encima de Aragonès, lo que conduciría a la ruptura total entre los socios.
Esta disputa doméstica amenaza con hacer trastabillar la negociación para la reelección de Sánchez. Para Esquerra, la prioridad absoluta es Cataluña. La gobernabilidad de España es un asunto menor en el que interviene en la medida que puede mejorar su posición política en el tablero catalán. Negocia con el PSOE en Madrid pero juega la partida de verdad en Barcelona.
Los republicanos han visto en la investidura una oportunidad para desatascar el conflicto en Cataluña mediante una mesa de negociación entre gobiernos. Si este foro bilateral se materializa podrían exhibir un trofeo muy potente en el escenario político catalán. Le abriría la puerta a ser el 'pal de paller' (piedra angular) que fue la Convergència de Jordi Pujol, y ocuparía el espacio central del soberanismo.
Los vientos electorales arrecian en Cataluña y Esquerra quiere rentabilizar en esta ocasión su papel negociador y posibilista. Pero si los acontecimientos se precipitan y la Junta Electoral Central en su reunión del próximo viernes resuelve que Torra debe ser inhabilitado, los republicanos se encontrarían en mitad del río, sin un acuerdo para la mesa de diálogo entre gobiernos y con el sambenito de 'botifler' (traidor) para la causa soberanista.
La ley electoral
Aunque la Junta Electoral de Barcelona ya desestimó el 24 de diciembre una petición similar de PP, Ciudadanos y Vox para la inhabilitación inmediata de Torra, el árbitro principal de los procesos electorales puede opinar diferente. La junta barcelonesa desestimó la demanda porque la condena por no retirar los lazos amarillos y las pancartas de solidaridad con los presos de edificios de la Generalitat no es firme al estar recurrida ante el Supremo. Pero la Junta Central puede acogerse al artículo 6.2 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral, que establece que es «inelegible» quien esté condenado, aunque sea sin sentencia firme, por delitos contra la Administración o contra instituciones del Estado.El desenlace se conocería en pleno debate de investidura si se cumple el calendario que maneja la Moncloa de abrir el debate el jueves 2 de enero y cerrarlo el domingo 5. Si la Junta desestima la demanda, no pasaría nada y Esquerra facilitaría con su abstención la reelección de Sánchez. Pero si el presidente catalán es inhabilitado, los republicanos se verían en una encrucijada. La experiencia indica que ante cualquier circunstancia sobrevenida (véase la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea obre Oriol Junqueras) Esquerra congela todo trato con el PSOE.
La eventual inhabilitación de Torra no es el único de los escollos para la negociación entre socialistas y republicanos. Están al caer las alegaciones de la Abogacía del Estado ante el Supremo por la sentencia de la corte europea, y Esquerra considera que ese informe será la prueba del algodón de las intenciones del Gobierno respecto al «conflicto político» en Cataluña. En la Moncloa esperan que el texto se conozca el lunes y satisfaga las expectativas republicanas.
Tampoco está despejado el marco jurídico para la mesa de diálogo entre ambos gobiernos. La reunión de los negociadores del pasado viernes en Madrid, la cuarta desde el 28 de noviembre, tampoco cerró el asunto. Los equipos del PSOE y Esquerra tienen previsto volver a sentarse este fin de semana para cerrar «los flecos».
La pretensión socialista es tener cerrado el grueso del acuerdo para el lunes y que la presidenta del Congreso convoque el martes el pleno de investidura para el 2 de enero. Descartada la mayoría absoluta a favor de Sánchez en la primera votación, la segunda, en la que es suficiente la mayoría simple, se celebraría el domingo, víspera de Reyes.
TITULO: EL CLUB COMEDIA - Locas por hacer reír,.
Locas por hacer reír,.
- Hasta hace muy poco el humor en nuestro país era prácticamente un reducto masculino. Y todavía hoy ellas son minoría en programas de televisión y espectáculos. Pero las cosas están empezando a cambiar de la mano de un grupo de mujeres, curtidas ante las cámaras y en clubes, que están pidiendo paso y exigiendo más protagonismo. Hablamos con las principales abanderadas de este nuevo humor femenino.
La ocurrencia no le fue mal, porque el dúo logró romper la racha de malas críticas que se habían llevado los presentadores de la gala los últimos años y Abril repetirá el próximo. Eso sí, con Buenafuente: "No me he librado de Andreu. Ahora el reto es hacerlo sola, decirle: 'Aparta'. Voy a tener que comprar cianuro", bromea la humorista, que lleva haciendo comedia desde que dejó los estudios de Derecho para fichar por la compañía Els Comediants, con la que estuvo una década antes de comenzar su exitosa carrera televisiva.
Abril, de 47 años, es una de las humoristas españolas más conocidas actualmente, uno de los principales exponentes de las cada vez más numerosas que están intentando, a base de trabajo y mucho, mucho sentido del humor, abrirse hueco. "El momento empieza a ser supergustoso, es algo que tenía que ocurrir. Las mujeres a este terreno llegamos tarde, y pocas, pero estamos aquí para quedarnos", asegura Abril, que este verano ha presentado 'Ahora caigo'(A3) sustituyendo a Arturo Valls.
Villas fue precisamente elegida para presentar 'Las que faltaban'(Movistar+), "el primer late night hecho solo por mujeres" (esa es la línea oficial de presentación, la otra, más gamberra, es la que proclama al inicio una voz en off que da la bienvenida "al programa en el que la única cola larga es la del baño"). Este espacio, que empezó a emitirse en primavera y continuará en septiembre con la segunda temporada, nació con propósito de enmienda. Hasta su nombre hace referencia a una muy comentada ausencia: en 2018 a la cadena de Telefónica le llovieron las críticas por la foto de presentación de su programación humorística en el Festival de Vitoria: solo había dos mujeres en un total de 19 cómicos. Y es que esa marea que busca aumentar la presencia femenina en todos los ámbitos ha llegado también al terreno del humor, hasta ahora mayoritariamente masculino en nuestro país, con programas televisivos, espacios de monólogos y shows copados por hombres. "El humor se hace en bares y de noche y no estaba bien visto que la mujer estuviera ahí", asegura Olga Hueso, que ha estado en la última temporada de 'Paquita Salas' y acaba de incorporarse a la obra 'La madre que me parió'.
Dos ejemplos de ahora mismito: 'La Chocita del Loro', un local en plena Gran Vía madrileña consagrado al humor, actualmente tiene en cartel a 27 monologuistas, y entre ellos solo hay una mujer. Ellas también son minoría en 'El club de la comedia', en La Sexta. "Es más difícil abrir casi todos los caminos laborales cuando eres mujer, eso no es nuevo, pero estamos en el buen camino", cuenta la televisiva Ana Morgade, de 39 años, que ha sido presentadora de este programa de monólogos y acaba de despedirse de 'Zapeando', también de La Sexta. Morgade, que asegura que desde pequeña le ha resultado fácil deslizarse "por las colinas del ridículo", ha logrado hacerse un hueco con su habilidad para sacar punta a la vida diaria, riéndose de cosas tan cotidianas como las latas de conservas -"¡Lo que aguantan las cosas enlatadas! Creo que me he llegado a comer alguna sardina de las que multiplicó Jesús, que le sobraron"- o lo que vende la gente por Internet.
"Hay mucho talento femenino pero muy pocas oportunidades", admite Lola Zambade, subdirectora de 'Las que faltaban', "si no hay mujeres, el humor es muy masculino, ellas aportan otra manera de ver las cosas". Y vaya que si las ven diferentes Villas y sus compañeras. "Al principio nos miraban mucho el escote, pero no era nada rollo sexual, era para saber a quiénes tenían que pagar la mitad", ironizaba en el primer programa Villas. 'Las que faltaban' no dejan títere con cabeza, se ríen hasta de su sombra. De las imposiciones estéticas a los fracasos amorosos, como hace Eva Soriano, de 29 años -"estoy teniendo relaciones más tóxicas que el amianto"-, pasando por los productos de la teletienda, todo un filón para la beauty blogger e "influencer de garrafón" Anabel Mua, de 26 años, que hace saltar lágrimas de la risa cuando prueba el "fortalecedor de labios".
"Hacía falta un programa así para dar visibilidad a las mujeres. Se dice que no somos graciosas y ¡claro que lo somos!", asegura otra de 'Las que faltaban', la actriz Adriana Torrebejano, de 27 años, que explota su vis más cómica en esta emisión. "Tenemos la obligación de reírnos de casi todo, meternos en terrenos hostiles y decir cosas que la gente no se atreve", afirma otra fija del programa, Susi Caramelo, que, entre sus colaboraciones en televisión y su espectáculo 'Pibonéxica', a sus 38 años por fin puede vivir de la comedia, después de más de 10 en los que tuvo que compaginarlo con otros trabajos de supervivencia.
Algo parecido a esto le pasó a Virginia Riezu, de 43 años, que está feliz de haber fichado como colaboradora en el programa 'Todo es mentira' (Cuatro). "Ahora es el momento en todas partes del 'Pongamos una tía'. Ya nosotras nos responsabilizan de todo lo que hacen las demás. Te dicen: 'Mira, no te voy a coger porque vino una vez una chica que lo hizo fatal'. Y cuando actúas y te sale bien te sueltan, como piropo: 'Para ser mujer eres bastante graciosa'".
Ese cumplido es precisamente el título de su show, un espectáculo efectivamente muy gracioso, en el que durante una hora y media saca punta a sus miserias. Con un gag estrella que nunca le falla sobre sus orejas: "Las tengo como las asas de una taza de consomé. En el colegio me decían que iba entre paréntesis. Me tumbo de lado en la cama y levito un palmo, he tenido que hacer hendiduras en la almohada", cuenta entre las carcajadas del público que llena la sala una tarde de domingo.
Riezu, como muchas otras, se ha curtido participando en open mics (micrófonos abiertos, salas donde se pueden probar ante el público los textos de humor) y en bolos nocturnos en garitos de toda España. Hay que tener mucha vocación, y muchas ganas, para irse a un bar de mala muerte, pongamos, en una rotonda de una carretera comarcal, un viernes por la noche a hacer reír a los lugareños. O a intentarlo. Así, a pelo.
"He tenido que aguantar muchos comentarios fuera de lugar por parte del público o incluso de dueños de los locales; uno me dijo que quitara el altavoz porque no se me veían bien las bragas y otro, que estaba empalmado. Dudo mucho de que se hicieran comentarios similares a un tío. Es un mundo hostil para una mujer", reconoce Soriano, que va a empezar su propio espectáculo, 'El pecado de Eva', en Madrid.
"Hay bares en los que directamente te dicen que no quieren tías", cuenta Esther Gimeno, otra actriz y humorista con muchas tablas a sus 43 años, que se queja también de que no se considere "que el humor femenino pueda ser universal. Te preguntan: '¿De qué vas a hablar, ¿de cosas de mujeres?'". Es verdad que el principal material empleado por estas humoristas son ellas mismas. "Es el gag más universal, reírse de una misma, burlarte de tu cuerpo no falla en esta profesión", asegura La Terremoto de Alcorcón, muy curtida en bolos y que pronto presentará el programa 'Niquelao' de Netflix.
Esther Gimeno saca punta a la presión social para ser madre en sus espectáculos 'Soy la monóloga' y 'Como puños': "Tengo un reloj biológico cabrón, de esos que te hacen señales, a mí el mío no me hace tictac, me hace tactac vieja, vas a morir sola", cuenta. Valeria Ros, de 32 años, colaboradora de 'Locomundo' (en #0 de Movistar+) y de 'Zapeando', que lleva también tres años en 'La lengua moderna' de La Ser, hace lo propio con su inseguridad: "Tengo una enorme falta de cariño, no quiero caer mal a nadie, estuve siete meses con un tío que me llamaba Valentina y nunca le dije nada", dice en uno de sus bloques estrella esta humorista, precisamente una de las dos mujeres de la ya comentada polémica foto deMovistar+ (la otra era Patricia Conde, quien declinó en el último momento participar en este reportaje por problemas de agenda).
El humor de estas cómicas tira mucho también del sexo. "Es el primer material de comedia, cuando lo has explotado ya puedes tirar por la política. Estamos como en la edad del pavo, hablando de coños y vaginas. Las chicas van a saco con burradas, es algo que los hombres han hecho siempre y ahora lo hacen ellas. No me importaría que se rebajara el tono. Esto es como el destape en la Transición", dice Zambade.
En eso coinciden Thais Villas -"hemos estado tanto tiempo sin poder expresarnos que ahora las cosas nos salen a lo bestia"- y Valeria Ros -"hemos pasado de sentirnos reprimidas a la hora de decir lo que pensamos a hablar un 90% de pollas y cunnilingus. ¿No deberíamos desarrollar inquietudes para que así nos dejaran de ver cómo género y nos vean como personas originales?"-.
Y también coinciden en lamentar la susceptibilidad que se da actualmente aquí con el humor. "De repente tenemos la piel muy fina. España siempre ha sido un país que se ha reído de sí mismo. No entiendo muy bien este retroceso", dice Silvia Abril. "Vivimos una tiranía de lo políticamente correcto", denuncia Olga Hueso, mientras que Susi Caramelo se queja de que "vamos hacia atrás, la gente antes no se llevaba las manos a la cabeza por cualquier cosa". Eva Soriano, que no tiene pelos en la lengua en sus monólogos, asegura que "hay una policía del humor que vigila todo por si puedes ofender a algún colectivo".
"La gente es muy conservadora todavía, hay temas de los que prefiere que no hables", lamenta Silvia Abril, quien, sin embargo, enfatiza la importancia de ampliar los temas de la comedia hecha por mujeres: "Tenemos que evolucionar, variar más. Hemos empezado riéndonos de nosotras mismas pero debemos hacerlo de todo".
Para eso, naturalmente hace falta que les den espacios. "Si no te dejan conducir, aunque tengas carnet, pues conduces peor", dice Lola Zambade. "Los tíos nos llevan muchos años de ventaja, nosotras somos nuevas", corrobora Valeria Ros. "Los guionistas son hombres y no piensan en las mujeres a la hora de escribir sketches", asegura la veterana Olga Hueso, que, a sus 55 años, añade al género la traba de la edad, aunque asegura que es algo que le da juego para hacer comedia.
La propia Silvia Abril, que estrena esta temporada el programa 'El grupo' en La Ser junto con Toni Acosta y que sueña con su propio espacio de humor en la tele, admite que en ocasiones, al ver algo, ha pensado: "¿Por qué no me han llamado a mí para eso?". "Hay que cambiar la cabeza de los directivos para que cuenten más con mujeres", añade.
Porque lo que está claro es que, como asegura la Terremoto, "el humor femenino es una moda como el animal print. ¡Se queda para siempre!".
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