TITULO: A vivir que son dos días - A vivir - Cadena SER - Life on Mars,.
A vivir que son dos días - A vivir - Cadena SER,.
Escucha 'A vivir', con Javier del Pino, el programa líder de las mañanas del fin de semana en la Cadena SER.
Life on Mars,.
Desde que el mundo se detuvo en 2020 intentamos cortésmente vivir de nuevo como en 2019, pero 2021 suena falso,.
La principal consecuencia de la pandemia mundial es haber ridiculizado la vida moderna. Al anular toda la vida social durante meses, la covid ha creado un trauma cuyas repercusiones resultan impredecibles. Nunca seremos los mismos seres humanos que éramos antes de 2020. El frenesí de nuestras existencias pasadas es ahora inconcebible. Las generaciones más jóvenes no comprenden la antigua forma de vida de los occidentales estresados.
La epidemia nos ha abierto los ojos. Intentamos volver a vivir como antes, pero no lo conseguimos. Tengo la impresión de que todo lo que hago es grotesco. ¿Levantarme por la mañana para ir a la oficina? Un títere ridículo. ¿Darme prisa para llegar puntual a una cita? Tengo la sensación de ser un robot absurdo. ¿Ponerme elegante para ver a los amigos? Inútil. ¿Conducir mi coche para volver a casa? Estúpido.
Dios mío, ¿qué me pasa? Desde que el mundo se detuvo en 2020, intentamos cortésmente empezar a vivir de nuevo como en 2019, pero 2021 suena falso. Parecemos actores malos en una parodia de una película estadounidense. Ya no creemos realmente que la vida capitalista tenga sentido. Lo que no consiguieron la Revolución Francesa y la Revolución Rusa, e incluso el intento de Revolución Española (es decir, derrocar el sistema burgués), lo ha conseguido un simple coronavirus chino. Ahora la idea de sacrificarse por el trabajo no tiene sentido. La gente ya no lo acepta. Pronto tendremos que inventar otra forma de sociedad.
Ha llegado el momento de crear una renta básica universal. Ya ni siquiera es una utopía, sino una necesidad biológica. Los humanos se han dado cuenta del engaño. Durante dos siglos (desde la invención de la electricidad), se ha explicado a los humanos que había que producir, consumir, exportar, trabajar, sufrir. Y una enfermedad pulmonar ha demostrado que todo eso se podía detener sin dificultad. En una fracción de segundo, la economía mundial se paró. Los aviones permanecieron en tierra. Los restaurantes estaban cerrados. Los cines, apagados. Toda la humanidad, encerrada en casa. ¿Y les gustaría que todo se pusiera en marcha de nuevo igual que antes? Es como reiniciar un motor gripado. La humanidad tose; se desmorona. En los próximos años nos daremos cuenta de hasta qué punto esta inmovilización instantánea ha sentado un precedente. Todo lo que nos parecía inmutable era frágil. Todo lo que considerábamos importante era opcional. Los dirigentes de los países sienten que algo ha cambiado: la gente ha abierto los ojos. Los que viven en la ciudad quieren trasladarse al campo. Los edificios de oficinas están desiertos. Los estudiantes ya ni siquiera buscan trabajo. Prefieren viajar, discutir, pasar el rato. No se trata de falta de ambición, sino de un cambio de programa. Prefieren ser felices de inmediato antes que correr como idiotas para no llegar a ninguna parte a los 70. No puedo saber si esta situación global es una oportunidad inesperada o una tragedia terrible. Todo lo que sé es que la vida es mejor cuando no sabes qué va a ser de ella. Todos aparentamos creer que la Tierra va a volver a girar, pero en el fondo algo ha cambiado; esperamos la próxima catástrofe con una valentía nueva.
TITULO: LA
BRUJULA ONDA CERO - La Linterna La Cope - ¿Esto es verdad? Da igual, vamos con todo, publicamos ,.
La Brújula es un programa de radio de la emisora española Onda Cero, presentado y dirigido por David del Cura.
Es el tercer espacio en audiencia en la franja nocturna,
retransmitiéndose entre las 20 y las 24 horas, tiempo que dedica a un
análisis de la actualidad, el deporte, la economía (con el espacio
denominado La Brújula de la Economía) y el debate político., etc,.
La Linterna La Cope ,.
'La Linterna' es el programa de radio informativo, político y económico, cultural y de debate nocturno de la Cadena COPE. Dirigido y presentado desde 2009 por Ángel Expósito, se emite de lunes a viernes de 19:00 a 23:30 horas, correspondiendo la última hora de los viernes a 'La Linterna de la Iglesia', dirigida y presentada por Faustino Catalina,.
¿Esto es verdad? Da igual, vamos con todo, publicamos,.
En el periodismo, como en la vida y las redes sociales, hay que reflexionar un poco antes de hacer clic en enviar,.
foto / Una vez, un jefe me dijo: “Nunca tuitees algo que no escribirías en un guion de radio, en televisión o en un artículo en prensa”. Este jefe me invitaba a la autocensura, ¿por qué? ¿Por mi bien? ¿Qué bien? ¿Quizá por si un futuro empleador —entonces era becario— leía mis tuits y se asustaba con mis opiniones?, ¿por si mis publicaciones condicionaban que pudiera conseguir o no un trabajo? ¿Debería afectar? Estas preguntas se las hacen —nos las hacemos— muchos mileniales cuando abrimos nuestras cuentas de redes sociales, hasta el punto de que algunos tienen un perfil privado o usan la nueva herramienta de círculos de Twitter para que solo un selecto grupo de personas puedan leer y reaccionar a sus tuits, que habitualmente son críticas a otros usuarios.
Teniendo en cuenta el debate de esta semana en la red social, quizá lo que tendría que haberme dado aquel jefe no era una invitación a la autocensura sino una invitación a la búsqueda de la verdad que, como aspirante a periodista, debería tener muy presente en mi día a día. Algo tipo: nunca tuitees algo que pueda ser mentira o estar manipulado. Y mucho menos lo escribas en un guion de radio, televisión o en un artículo de prensa. Una recomendación que, escuchados los últimos audios del comisario Villarejo, no todos los periodistas han seguido a lo largo de su carrera, sea por la presión de los directivos de las grandes corporaciones de medios de comunicación, cuyos intereses son muchos y fuertes; o sea por la propia pasión por el periodismo, que te lleva por derroteros llenos de fango de los que es muy difícil salir. Hablo, claro, de aquellos “poderes oscuros” que citaba el presidente del Gobierno en su última entrevista en EL PAÍS.
“Hay miles de periodistas que trabajan todos los días con toda la honestidad, siguiendo el contraste obligatorio de la información con todas las fuentes posibles. Si no lo tienes atado, no lo das. Uno no son todos. Y los “unos” por muy visibles que sean son excepción, no la regla”, tuiteó la periodista Isabel Valdés
Las redes sociales son el lugar en el que todas las voces son iguales. Para bien y para mal. Por suerte, Twitter no solamente lo habitan periodistas, es ahí donde la población encuentra un altavoz en el que compartir sus ideas. Suele funcionar como una cámara de eco donde solo leemos a quien nos interesa, pero nuestros mensajes pueden llegar a difundirse más allá. Entonces recibimos tuits de fuera de nuestra comunidad y muchos se aprovechan de la libertad de expresión que da Twitter para lanzar mensajes de odio y acosar a otras personas.
Naturalmente, parte de estos mensajes son denunciados a la red social o, en caso de suponer delito, ante la justicia, pero los receptores de estos mensajes, en ocasiones, acaban cerrando sus cuentas. La periodista Talia Lavin cuenta en La cultura del odio: un periplo por la ‘dark web’ de la supremacía blanca (Capitán Swing) que la mayoría de mujeres activas en la red son víctimas de ataques, lo que conduce con frecuencia a la autocensura, a gran escala o pequeña escala, a andar todo el día cuidando lo que se dice o a no decir ni mu (...), a negarse a compartir opiniones políticas y a ocultar las relaciones interpersonales. “Yo misma lo he experimentado en mis carnes, a diario, cada hora: los insultos misóginos, los insultos antisemitas y las críticas a mi aspecto se entremezclan en un cruel zumbido de fondo, en un contrapunto atonal y disonante que pretende cuestionar mi propia capacidad de dirigirme al público”.
Quizá la vuelta atrás de Elon Musk en la compra de Twitter, que dijo que había “poca libertad de expresión” en esa red social, sirva para mantener la posibilidad de denunciar eficazmente los mensajes de odio que se vierten en ella. El límite al odio y las noticias falsas es bienvenido, para este tipo de tuits sí es necesaria la autocensura; para mostrar opiniones políticas que no falten el respeto a nadie, no.
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