TITULO: EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO -CENA - DOMINGO -LUNES - EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES - 4, 11 - Octubre - María Herrera ,.
EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES - 4, 11 - Octubre ,.
Conducido por Toñi Moreno, el espacio investiga el árbol genealógico de los personajes más queridos de nuestro país. El martes- 4, 11 - Octubre , a las 22:30 por antena 3, etc.
EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - LUNES - María Herrera,.
EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - LUNES -María Herrera.,fotos.
María Herrera,.
María Herrera: «Los pilotos llevan mal que les gane una mujer; eso no cambia. Para ellos es un insulto»
Oropesa, 1996. Soy piloto y la mujer con más puntos en la Copa Mundial de MotoE. Este domingo corro el Gran Premio de Aragón de Moto3. Mi equipo entero es femenino: técnicas, mecánicas...
Desayuno ,.
XLSemanal. Es la piloto de moto más rápida del mundo y muchos no lo saben...
María Herrera. Sí [sonríe]. Este año he ganado las 24 Horas de Montmeló y soy la única mujer que lo ha conseguido. He ganado también otros campeonatos importantes y por ello debería ocupar un sitio que no he logrado. He encontrado muchas piedras en el camino hacia mi objetivo.
Cena
XL. ¿Cuál es?
M.H. Poder vivir de este deporte, pero los patrocinadores no llegan como correspondería a los resultados que obtengo. Sigo sin poder vivir de esto.
XL. ¿Tiene un plan B?
M.H. No me gustan los planes B. Prefiero centrarme en pilotar, pero sí está en mi cabeza el qué haré después. Así que me estoy formando para entrenar a nuevas generaciones. Tengo 26 años, me gustaría pilotar hasta los 35 y, luego, que una mujer me sustituya en las máximas categorías mixtas.
XL. El 98 por ciento de los pilotos son hombres, ¿la moto no atrae tanto a las mujeres o faltan apoyos?
M.H. No lo sé, quizá un poco por las dos cosas. Es más difícil que se animen las chicas en las actuales condiciones.
XL. Este es de los pocos deportes en los que compiten hombres y mujeres. ¿Sería más justo una competición solo femenina?
M.H. Las hay y también mujeres que prefieren competir solo entre chicas. Esto lo estoy intentando entender porque creo que puedo correr con chicos y ganarles, y lo he demostrado. Podemos ser femeninas y dar gas.
XL. La fuerza física es un inconveniente; pero, a cambio, pesan menos.
M.H. Pesar menos no es una ventaja: debes tener un mínimo de kilos para competir y nos ponen lastre hasta igualar el peso exigido. Y correr con diez kilos de plomo encima hace que necesitemos más fuerza. Yo entreno mucho para estar muy musculada y pilotar mi moto, que pesa 260 kilos.
XL. ¿Tiene miedo a la caída?
M.H. No, sí respeto, que ya me he hecho mucho daño. Tengo dos vértebras rotas.
XL. ¿Qué tal les sienta a los pilotos que les gane una mujer?
M.H. Mal, eso no cambia. Para ellos es un insulto [ríe]. Siempre prefieren que les gane un hombre. En principio me tratan igual y me respetan, pero siempre hay ahí un resquemor...
XL. ¿Soporta ir de 'paquete' en la moto?
M.H. No, nunca he ido atrás; no me dejo llevar ni monto en moto en la calle: no tengo carné de moto, no me gusta. Prefiero el coche o, en el pueblo, la bici. Pero, bueno, quizá me lo acabe sacando para participar en eventos.
TITULO:
Lunes -3, 10 - Octubre - Imprescindibles - Con Cary Grant como Philip Marlowe,.
LUNES -3, 10 - Octubre - Imprescindibles ,.
Imprescindibles,
serie de documentales sobre los personajes más destacados de la cultura
española del siglo XX cada semana en La 2, el lunes -3, 10 - Octubre , a las
21:00, foto . Con Cary Grant como Philip Marlowe ,. Una tecnología que puede rejuvenecer a Robert de Niro podrá pronto convertir al actor en el famoso detective, como habrían querido el creador del personaje y el autor de esta columna,.
Una de mis grandes frustraciones como aficionado al cine negro es no haber visto cumplido el sueño de Raymond Chandler, que nunca pensó en Humphrey Bogart mientras escribía sus novelas del detective Philip Marlowe, y dejó escrito que “tendría que haber sido Cary Grant”. En su novela canónica El sueño eterno, Chandler hizo decir a la chica: “Es usted muy alto, ¿no?”, a lo que el detective respondía: “No fue mi culpa”. Eso habría tenido sentido con Cary Grant como Philip Marlowe, pero al ver que la productora había contratado a Bogart los guionistas tuvieron que cambiar el diálogo a: “Oiga, no es usted muy alto, ¿no?”, a lo que Bogart responde: “Bueno, hice lo que pude”. Más tarde en la película, Marlowe seduce a una variedad de bibliotecarias y millonarias en unas secuencias que, honradamente, se habrían entendido mejor con Cary en el papel. Los aficionados al género no queremos morirnos sin ver a Marlowe interpretado por el mismísimo actor, Cary Grant, que rondaba por la cabeza de Chandler mientras aporreaba su vieja Remington escupiendo algunas de las páginas más negras e inspiradoras del siglo pasado. Y puede que lo logremos.
La última película de Martin Scorsese, El irlandés, pasará a la historia como la que marcó el camino, aun cuando no sea así técnicamente. El método de des-envejecimiento (de-ageing) con el que ha rejuvenecido a Robert de Niro en toda una gama de épocas que llegan a quitarle 40 años de encima, no es enteramente nuevo, pero alcanza aquí su plena madurez artística. Mientras estas técnicas de computación se utilizaban solo en Piratas del caribe, Capitana Marvel o TRON: Legacy, la crítica los ha despachado como uno más de los artificios manufacturados por Hollywood para llenar las salas de adolescentes ofuscados que conservan diez pavos después de gastarse el resto en gofres, Pringles y tarifa de datos para ver vídeos porno. Scorsese y De Niro van a dejar a ese esnobismo a la altura del betún. Porque eso es cine, muchachos, según el exigente criterio que el propio Scorsese defendió en estas páginas hace unos días.
Una tecnología que puede rejuvenecer (o des-envejecer) a Robert de Niro podrá pronto convertir a Cary Grant en el detective Philip Marlowe, como habrían querido el creador del personaje y el autor de esta columna. Nuestro sueño eterno está muy cerca de convertirse en realidad, aunque sea en una realidad fugaz y obsolescente, tan provisional y relativa como nuestras propias concepciones del mundo. Ya existe, de hecho, una empresa llamada Worldwide XR que tiene en su tubería de producción las recreaciones digitales de James Dean, Bette Davis, James Stewart, Amelia Earhart, Neil Armstrong, Rosa Parks y Dizzy Gillespie. A mí me parece bien. Si los intoxicadores de las redes usan estas tecnologías, ¿por qué demonios no las va a usar un artista? Las posibilidades creativas y estéticas no tendrán más límites que la imaginación del autor, al menos mientras el autor siga estando hecho de carne.
La pelota está en el tejado de la crítica. En estas situaciones es cuando se ve la diferencia entre un intelectual libre de correajes y un mero transmisor de la herencia cultural recibida, que antes nos vería a todos haciendo arte rupestre que aceptar una innovación técnica.
TITULO: ELLA & - Una obligación internacional ,.
Una obligación internacional ,.
foto / Ahora nuestra obligación consiste en terminar de hacer justicia (aunque ya sea tarde para hacerla del todo),.
Unas semanas atrás publiqué en esta misma columna un texto titulado No es memoria: es justicia, donde sostenía que la llamada Ley de Memoria Democrática responde a una “obligación internacional”, en particular por lo que atañe al deber del Estado de localizar y exhumar a las víctimas del franquismo. Poco después recibí un correo electrónico de un amigo —un experto en derecho internacional humanitario (DIH) que trabaja como consejero jurídico para una organización internacional con sede en Ginebra—, en el que reforzaba y ampliaba esa afirmación elemental, pero a menudo olvidada. Sus observaciones son tan pertinentes que me siento obligado a glosarlas: primero, porque este tipo de argumentos apenas circula en el emponzoñado debate español sobre la cuestión; y, segundo, porque ellos muestran que no estamos ante una cuestión partidaria, de izquierda contra derecha (o al revés), sino que, antes que cualquier otra cosa, se trata de un asunto de respeto a la legislación internacional.
En su correo, mi amigo me explica que el DIH —conocido como derecho de la guerra o derecho internacional de los conflictos armados— establece numerosas obligaciones jurídicas que deben respetarse por las partes en liza, también al final del conflicto; una de ellas es la búsqueda de personas desaparecidas: el DIH impone a los bandos de cualquier guerra, en efecto, deberes como la localización de tumbas o la necesidad de obtener información sobre el paradero de las personas extraviadas y de compartir dicha información con sus familiares, según acaba de hacer, por cierto, el Estado colombiano, que ha creado una Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas. Por ello, razona mi amigo: “No haber localizado las tumbas de quienes murieron durante la Guerra Civil, para exhumar sus cadáveres y entregárselos a las familias, es no sólo una injusticia, como bien señalas en tu artículo, sino también una flagrante violación de las obligaciones jurídicas de España de conformidad con el derecho internacional”. Pregunta legítima: ¿hacía falta una ley para cumplir con esas obligaciones? En un artículo publicado en El Mundo, el expresidente Aznar afirmaba que no. Pregunta obligada: entonces, ¿por qué todavía no ha cumplido con su deber el Estado? ¿Por qué no lo hizo el Gobierno de Aznar? Que no exista una respuesta satisfactoria a esos interrogantes constituye una prueba inequívoca de la necesidad de la Ley de Memoria. Por lo demás, mi amigo recuerda una evidencia histórica, y es que el paso de la dictadura a la democracia en España supuso hacer la vista gorda con muchas violaciones del derecho internacional, y no sólo respecto a nuestro asunto. “Sucede lo mismo con la ausencia de procesos judiciales para investigar crímenes de guerra”, escribe. Así que, con la ley internacional en la mano, la justicia española debería haber juzgado a los presuntos responsables de los crímenes de guerra cometidos por los franquistas, algunos todavía vivos tras la muerte de Franco; pero, como en la guerra los republicanos también cometieron crímenes —esto no es equidistancia: es un hecho—, en rigor debería haberse asimismo juzgado a sus también presuntos responsables. Es lo que tiene la ley: que es igual para todos. Durante la tormentosa Transición, después de 3 años de guerra y 40 de dictadura (o de 43 años de guerra), la clase política al completo y la inmensa mayoría de la población sintió que era imposible hacer del todo justicia y, al mismo tiempo, construir una democracia; y priorizó construir una democracia. Después de la tormenta todo el mundo es piloto, pero me pregunto qué hubiéramos hecho nosotros.
Así que ahora, con la democracia asentada en España, nuestra obligación consiste en terminar de hacer justicia (aunque ya sea tarde para hacerla del todo): ese es, o debería ser, el sentido profundo de la Ley de Memoria. Y por eso espero que, pese a haberse negado el PP de Feijóo a apoyar la ley, si llega al poder no la derogue, como ya ha anunciado que hará y como hizo en la práctica el PP de Rajoy. Además de un tremendo error moral y político, supondría un incumplimiento palmario de sus obligaciones internacionales,.
TITULO:
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA
COMERSELO -PESADILLA EN LA COCINA -Jueves -6,13- Octubre -Cuando el sushi, el ramen y las anguilas se esconden en un mercado de barrio,.
Jueves - 6,13- Octubre - Pesadilla en la Cocina es
un programa de televisión español de telerrealidad culinaria,
presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves
a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve
Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta
intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos,
etc.
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - LA COCINA DOMINGO - LUNES -Cuando el sushi, el ramen y las anguilas se esconden en un mercado de barrio ,.
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - LA COCINA DOMINGO - LUNES -Cuando el sushi, el ramen y las anguilas se esconden en un mercado de barrio ,. .,fotos.
Cuando el sushi, el ramen y las anguilas se esconden en un mercado de barrio,.
Desde su inauguración en 2007, el restaurante Yokaloka ha ampliado su espacio en la madrileña plaza de Antón Martín para ofrecer una amplia variedad de menús del día nipones,.
Cuando a mediodía cierran los puestos del mercado madrileño de Antón Martín (Santa Isabel, 5) comienza el bullicio en el restaurante Yokaloka. Está ubicado en la planta de abajo y entre semana sirve
uno de los menús del día nipones más demandados de la ciudad. La responsable de este éxito es Yoka Kamada, una japonesa que se instaló en 2007 en Madrid y, alentada por su madre, que hacía makis en su país natal para un establecimiento de bentos (comida preparada para llevar), abrió una pequeña
tienda de comida japonesa para llevar. Eligió hacerlo dentro del mercado de su barrio donde iba a comprar a diario porque no había nada parecido. “En 2007 era 100% una plaza de abastos. Empecé sin hablar español y la gente se preguntaba qué hacía una japonesa dentro del mercado”, recuerda Kamada.
El tiempo y su buen hacer respondieron a esta pregunta. En 2009 Yoka se quedó con la panadería de al lado y la transformó en una barra para que la gente pudiera comer allí. Le fue tan bien que, al año siguiente, amplió el espacio con el local anexo e hizo una barra más grande. Y a finales de 2019 se hizo con otro puesto enfrente en el que colocó unas mesas, unas lámparas rojas y donde empapeló las paredes con carteles japoneses. Entonces, su pareja — el chef franco japonés Stephan Shoji— entró en el negocio para instaurar un sistema de producción más eficaz en la cocina y así poder acoger una demanda que no cesaba de crecer. Tanto es así que el pasado diciembre inauguraron otra zona nueva de mesas bajas junto a la barra principal.
Los menús de mediodía
“Empezamos a ofrecer menús del día para adaptarnos a la gente del barrio”, cuenta Yoka. Pero pronto comenzaron a llegar de otras zonas, ciudades e incluso países después de que Isabel Coixet se inspirara en su puesto para un capítulo de la serie Foodie Love. De lunes a jueves, entre las 13.00 y las 15.45, ofrecen cinco menús con buena relación calidad-precio que oscilan entre los 13,50 euros y los 16,50 euros. Con todos ellos sirven un pequeño aperitivo que suele consistir en edamame con setas, atún cocido con cebolleta o algas hijiky y una salsa de soja que preparan en la cocina. Yoka cuenta que la elaboran como en Tosa, una provincia del sur de Japón. “Se llama Tosa Joyu y es una mezcla de salsa de soja con una base de bonito seco —katsuobushi— y algas kombu que maceramos durante tres días. La salsa que se vende en España es muy salada y mata el sabor del pescado, por eso decidimos hacerla nosotros”, explica.
La carta de los menús está ilustrada con fotografías para que la clientela sepa exactamente qué aspecto tiene lo que va a pedir, perfecto para quienes se inician en esta cultura. Comienza con el Sushi set (16, 50 euros) compuesto por una bandeja de diez piezas de sushi que varían según mercado —entre ellas no se encuentra la de anguila, una de las especialidades de la casa—, una deliciosa sopa miso, receta de Stephan a la que le añaden la Tosa Joyu casera y una bebida. En el menú de ramen (15 euros) entran empanadillas de verduras, cuatro tipos de ramen a seleccionar y una bebida. El sabroso ramen de Yokaloka es uno de los que goza de mayor popularidad en la ciudad y puede ser de pollo y cerdo (ToriButa Ramen), de gambas (Wafu Yoka Ramen), vegano sin caldo o incluso frío con tartar de atún blanco.
Otro de los menús es el Chirashi bowl (16 euros) con bebida, sopa miso y un bol a elegir entre uno de salmón flambeado, otro de atún con huevo cocinado a baja temperatura y trufa negra o el de atún, salmón y pez escolar sobre arroz de sushi. El menú Donburi (13,50 euros) también lleva la sopa miso e incluye un donburi, un plato tradicional japonés que combina distintos ingredientes como la ternera guisada en soja dulce servida sobre arroz. Las personas veganas cuentan con una opción pensada para ellas. Cuesta 15 euros y contiene una ensalada de algas y 17 piezas de makis de verduras o un ramen con salsa de sésamo y sin caldo acompañado de una bebida. Además, se puede pedir un picante casero de receta propia en la que mezclan picantes chinos y coreanos, cebolleta, maracuyá, aceite de oliva y pimienta.
La novedad de este año en Yokaloka es que han empezado a trabajar en una huerta madrileña con semillas que Yoka trae de Japón. “Cultivamos edamame, wasabi o shiso orgánico. Aún no podemos proveernos al 100% porque no tenemos tanta cantidad, pero la idea es lograrlo”, asegura. Y, aunque no estén incluidos en el menú del día, también elaboran dulces tradicionales japoneses y su propia cerveza artesana (4 euros).
Desayuno ,.
XLSemanal. Es la piloto de moto más rápida del mundo y muchos no lo saben...
María Herrera. Sí [sonríe]. Este año he ganado las 24 Horas de Montmeló y soy la única mujer que lo ha conseguido. He ganado también otros campeonatos importantes y por ello debería ocupar un sitio que no he logrado. He encontrado muchas piedras en el camino hacia mi objetivo.
Cena
XL. ¿Cuál es?
M.H. Poder vivir de este deporte, pero los patrocinadores no llegan como correspondería a los resultados que obtengo. Sigo sin poder vivir de esto.
XL. ¿Tiene un plan B?
M.H. No me gustan los planes B. Prefiero centrarme en pilotar, pero sí está en mi cabeza el qué haré después. Así que me estoy formando para entrenar a nuevas generaciones. Tengo 26 años, me gustaría pilotar hasta los 35 y, luego, que una mujer me sustituya en las máximas categorías mixtas.
XL. El 98 por ciento de los pilotos son hombres, ¿la moto no atrae tanto a las mujeres o faltan apoyos?
M.H. No lo sé, quizá un poco por las dos cosas. Es más difícil que se animen las chicas en las actuales condiciones.
XL. Este es de los pocos deportes en los que compiten hombres y mujeres. ¿Sería más justo una competición solo femenina?
M.H. Las hay y también mujeres que prefieren competir solo entre chicas. Esto lo estoy intentando entender porque creo que puedo correr con chicos y ganarles, y lo he demostrado. Podemos ser femeninas y dar gas.
XL. La fuerza física es un inconveniente; pero, a cambio, pesan menos.
M.H. Pesar menos no es una ventaja: debes tener un mínimo de kilos para competir y nos ponen lastre hasta igualar el peso exigido. Y correr con diez kilos de plomo encima hace que necesitemos más fuerza. Yo entreno mucho para estar muy musculada y pilotar mi moto, que pesa 260 kilos.
XL. ¿Tiene miedo a la caída?
M.H. No, sí respeto, que ya me he hecho mucho daño. Tengo dos vértebras rotas.
XL. ¿Qué tal les sienta a los pilotos que les gane una mujer?
M.H. Mal, eso no cambia. Para ellos es un insulto [ríe]. Siempre prefieren que les gane un hombre. En principio me tratan igual y me respetan, pero siempre hay ahí un resquemor...
XL. ¿Soporta ir de 'paquete' en la moto?
M.H. No, nunca he ido atrás; no me dejo llevar ni monto en moto en la calle: no tengo carné de moto, no me gusta. Prefiero el coche o, en el pueblo, la bici. Pero, bueno, quizá me lo acabe sacando para participar en eventos.
TITULO:
Lunes -3, 10 - Octubre - Imprescindibles - Con Cary Grant como Philip Marlowe,.
LUNES -3, 10 - Octubre - Imprescindibles ,.
Imprescindibles,
serie de documentales sobre los personajes más destacados de la cultura
española del siglo XX cada semana en La 2, el lunes -3, 10 - Octubre , a las
21:00, foto . Con Cary Grant como Philip Marlowe ,. Una tecnología que puede rejuvenecer a Robert de Niro podrá pronto convertir al actor en el famoso detective, como habrían querido el creador del personaje y el autor de esta columna,.
Una de mis grandes frustraciones como aficionado al cine negro es no haber visto cumplido el sueño de Raymond Chandler, que nunca pensó en Humphrey Bogart mientras escribía sus novelas del detective Philip Marlowe, y dejó escrito que “tendría que haber sido Cary Grant”. En su novela canónica El sueño eterno, Chandler hizo decir a la chica: “Es usted muy alto, ¿no?”, a lo que el detective respondía: “No fue mi culpa”. Eso habría tenido sentido con Cary Grant como Philip Marlowe, pero al ver que la productora había contratado a Bogart los guionistas tuvieron que cambiar el diálogo a: “Oiga, no es usted muy alto, ¿no?”, a lo que Bogart responde: “Bueno, hice lo que pude”. Más tarde en la película, Marlowe seduce a una variedad de bibliotecarias y millonarias en unas secuencias que, honradamente, se habrían entendido mejor con Cary en el papel. Los aficionados al género no queremos morirnos sin ver a Marlowe interpretado por el mismísimo actor, Cary Grant, que rondaba por la cabeza de Chandler mientras aporreaba su vieja Remington escupiendo algunas de las páginas más negras e inspiradoras del siglo pasado. Y puede que lo logremos.
La última película de Martin Scorsese, El irlandés, pasará a la historia como la que marcó el camino, aun cuando no sea así técnicamente. El método de des-envejecimiento (de-ageing) con el que ha rejuvenecido a Robert de Niro en toda una gama de épocas que llegan a quitarle 40 años de encima, no es enteramente nuevo, pero alcanza aquí su plena madurez artística. Mientras estas técnicas de computación se utilizaban solo en Piratas del caribe, Capitana Marvel o TRON: Legacy, la crítica los ha despachado como uno más de los artificios manufacturados por Hollywood para llenar las salas de adolescentes ofuscados que conservan diez pavos después de gastarse el resto en gofres, Pringles y tarifa de datos para ver vídeos porno. Scorsese y De Niro van a dejar a ese esnobismo a la altura del betún. Porque eso es cine, muchachos, según el exigente criterio que el propio Scorsese defendió en estas páginas hace unos días.
Una tecnología que puede rejuvenecer (o des-envejecer) a Robert de Niro podrá pronto convertir a Cary Grant en el detective Philip Marlowe, como habrían querido el creador del personaje y el autor de esta columna. Nuestro sueño eterno está muy cerca de convertirse en realidad, aunque sea en una realidad fugaz y obsolescente, tan provisional y relativa como nuestras propias concepciones del mundo. Ya existe, de hecho, una empresa llamada Worldwide XR que tiene en su tubería de producción las recreaciones digitales de James Dean, Bette Davis, James Stewart, Amelia Earhart, Neil Armstrong, Rosa Parks y Dizzy Gillespie. A mí me parece bien. Si los intoxicadores de las redes usan estas tecnologías, ¿por qué demonios no las va a usar un artista? Las posibilidades creativas y estéticas no tendrán más límites que la imaginación del autor, al menos mientras el autor siga estando hecho de carne.
La pelota está en el tejado de la crítica. En estas situaciones es cuando se ve la diferencia entre un intelectual libre de correajes y un mero transmisor de la herencia cultural recibida, que antes nos vería a todos haciendo arte rupestre que aceptar una innovación técnica.
TITULO: ELLA & - Una obligación internacional ,.
Una obligación internacional ,.
foto / Ahora nuestra obligación consiste en terminar de hacer justicia (aunque ya sea tarde para hacerla del todo),.
Unas semanas atrás publiqué en esta misma columna un texto titulado No es memoria: es justicia, donde sostenía que la llamada Ley de Memoria Democrática responde a una “obligación internacional”, en particular por lo que atañe al deber del Estado de localizar y exhumar a las víctimas del franquismo. Poco después recibí un correo electrónico de un amigo —un experto en derecho internacional humanitario (DIH) que trabaja como consejero jurídico para una organización internacional con sede en Ginebra—, en el que reforzaba y ampliaba esa afirmación elemental, pero a menudo olvidada. Sus observaciones son tan pertinentes que me siento obligado a glosarlas: primero, porque este tipo de argumentos apenas circula en el emponzoñado debate español sobre la cuestión; y, segundo, porque ellos muestran que no estamos ante una cuestión partidaria, de izquierda contra derecha (o al revés), sino que, antes que cualquier otra cosa, se trata de un asunto de respeto a la legislación internacional.
En su correo, mi amigo me explica que el DIH —conocido como derecho de la guerra o derecho internacional de los conflictos armados— establece numerosas obligaciones jurídicas que deben respetarse por las partes en liza, también al final del conflicto; una de ellas es la búsqueda de personas desaparecidas: el DIH impone a los bandos de cualquier guerra, en efecto, deberes como la localización de tumbas o la necesidad de obtener información sobre el paradero de las personas extraviadas y de compartir dicha información con sus familiares, según acaba de hacer, por cierto, el Estado colombiano, que ha creado una Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas. Por ello, razona mi amigo: “No haber localizado las tumbas de quienes murieron durante la Guerra Civil, para exhumar sus cadáveres y entregárselos a las familias, es no sólo una injusticia, como bien señalas en tu artículo, sino también una flagrante violación de las obligaciones jurídicas de España de conformidad con el derecho internacional”. Pregunta legítima: ¿hacía falta una ley para cumplir con esas obligaciones? En un artículo publicado en El Mundo, el expresidente Aznar afirmaba que no. Pregunta obligada: entonces, ¿por qué todavía no ha cumplido con su deber el Estado? ¿Por qué no lo hizo el Gobierno de Aznar? Que no exista una respuesta satisfactoria a esos interrogantes constituye una prueba inequívoca de la necesidad de la Ley de Memoria. Por lo demás, mi amigo recuerda una evidencia histórica, y es que el paso de la dictadura a la democracia en España supuso hacer la vista gorda con muchas violaciones del derecho internacional, y no sólo respecto a nuestro asunto. “Sucede lo mismo con la ausencia de procesos judiciales para investigar crímenes de guerra”, escribe. Así que, con la ley internacional en la mano, la justicia española debería haber juzgado a los presuntos responsables de los crímenes de guerra cometidos por los franquistas, algunos todavía vivos tras la muerte de Franco; pero, como en la guerra los republicanos también cometieron crímenes —esto no es equidistancia: es un hecho—, en rigor debería haberse asimismo juzgado a sus también presuntos responsables. Es lo que tiene la ley: que es igual para todos. Durante la tormentosa Transición, después de 3 años de guerra y 40 de dictadura (o de 43 años de guerra), la clase política al completo y la inmensa mayoría de la población sintió que era imposible hacer del todo justicia y, al mismo tiempo, construir una democracia; y priorizó construir una democracia. Después de la tormenta todo el mundo es piloto, pero me pregunto qué hubiéramos hecho nosotros.
Así que ahora, con la democracia asentada en España, nuestra obligación consiste en terminar de hacer justicia (aunque ya sea tarde para hacerla del todo): ese es, o debería ser, el sentido profundo de la Ley de Memoria. Y por eso espero que, pese a haberse negado el PP de Feijóo a apoyar la ley, si llega al poder no la derogue, como ya ha anunciado que hará y como hizo en la práctica el PP de Rajoy. Además de un tremendo error moral y político, supondría un incumplimiento palmario de sus obligaciones internacionales,.
TITULO:
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA
COMERSELO -PESADILLA EN LA COCINA -Jueves -6,13- Octubre -Cuando el sushi, el ramen y las anguilas se esconden en un mercado de barrio,.
Jueves - 6,13- Octubre - Pesadilla en la Cocina es
un programa de televisión español de telerrealidad culinaria,
presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves
a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve
Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta
intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos,
etc.
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - LA COCINA DOMINGO - LUNES -Cuando el sushi, el ramen y las anguilas se esconden en un mercado de barrio ,.
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - LA COCINA DOMINGO - LUNES -Cuando el sushi, el ramen y las anguilas se esconden en un mercado de barrio ,. .,fotos.
Cuando el sushi, el ramen y las anguilas se esconden en un mercado de barrio,.
Desde su inauguración en 2007, el restaurante Yokaloka ha ampliado su espacio en la madrileña plaza de Antón Martín para ofrecer una amplia variedad de menús del día nipones,.
Cuando a mediodía cierran los puestos del mercado madrileño de Antón Martín (Santa Isabel, 5) comienza el bullicio en el restaurante Yokaloka. Está ubicado en la planta de abajo y entre semana sirve
uno de los menús del día nipones más demandados de la ciudad. La responsable de este éxito es Yoka Kamada, una japonesa que se instaló en 2007 en Madrid y, alentada por su madre, que hacía makis en su país natal para un establecimiento de bentos (comida preparada para llevar), abrió una pequeña
tienda de comida japonesa para llevar. Eligió hacerlo dentro del mercado de su barrio donde iba a comprar a diario porque no había nada parecido. “En 2007 era 100% una plaza de abastos. Empecé sin hablar español y la gente se preguntaba qué hacía una japonesa dentro del mercado”, recuerda Kamada.
El tiempo y su buen hacer respondieron a esta pregunta. En 2009 Yoka se quedó con la panadería de al lado y la transformó en una barra para que la gente pudiera comer allí. Le fue tan bien que, al año siguiente, amplió el espacio con el local anexo e hizo una barra más grande. Y a finales de 2019 se hizo con otro puesto enfrente en el que colocó unas mesas, unas lámparas rojas y donde empapeló las paredes con carteles japoneses. Entonces, su pareja — el chef franco japonés Stephan Shoji— entró en el negocio para instaurar un sistema de producción más eficaz en la cocina y así poder acoger una demanda que no cesaba de crecer. Tanto es así que el pasado diciembre inauguraron otra zona nueva de mesas bajas junto a la barra principal.
Los menús de mediodía
“Empezamos a ofrecer menús del día para adaptarnos a la gente del barrio”, cuenta Yoka. Pero pronto comenzaron a llegar de otras zonas, ciudades e incluso países después de que Isabel Coixet se inspirara en su puesto para un capítulo de la serie Foodie Love. De lunes a jueves, entre las 13.00 y las 15.45, ofrecen cinco menús con buena relación calidad-precio que oscilan entre los 13,50 euros y los 16,50 euros. Con todos ellos sirven un pequeño aperitivo que suele consistir en edamame con setas, atún cocido con cebolleta o algas hijiky y una salsa de soja que preparan en la cocina. Yoka cuenta que la elaboran como en Tosa, una provincia del sur de Japón. “Se llama Tosa Joyu y es una mezcla de salsa de soja con una base de bonito seco —katsuobushi— y algas kombu que maceramos durante tres días. La salsa que se vende en España es muy salada y mata el sabor del pescado, por eso decidimos hacerla nosotros”, explica.
La carta de los menús está ilustrada con fotografías para que la clientela sepa exactamente qué aspecto tiene lo que va a pedir, perfecto para quienes se inician en esta cultura. Comienza con el Sushi set (16, 50 euros) compuesto por una bandeja de diez piezas de sushi que varían según mercado —entre ellas no se encuentra la de anguila, una de las especialidades de la casa—, una deliciosa sopa miso, receta de Stephan a la que le añaden la Tosa Joyu casera y una bebida. En el menú de ramen (15 euros) entran empanadillas de verduras, cuatro tipos de ramen a seleccionar y una bebida. El sabroso ramen de Yokaloka es uno de los que goza de mayor popularidad en la ciudad y puede ser de pollo y cerdo (ToriButa Ramen), de gambas (Wafu Yoka Ramen), vegano sin caldo o incluso frío con tartar de atún blanco.
Otro de los menús es el Chirashi bowl (16 euros) con bebida, sopa miso y un bol a elegir entre uno de salmón flambeado, otro de atún con huevo cocinado a baja temperatura y trufa negra o el de atún, salmón y pez escolar sobre arroz de sushi. El menú Donburi (13,50 euros) también lleva la sopa miso e incluye un donburi, un plato tradicional japonés que combina distintos ingredientes como la ternera guisada en soja dulce servida sobre arroz. Las personas veganas cuentan con una opción pensada para ellas. Cuesta 15 euros y contiene una ensalada de algas y 17 piezas de makis de verduras o un ramen con salsa de sésamo y sin caldo acompañado de una bebida. Además, se puede pedir un picante casero de receta propia en la que mezclan picantes chinos y coreanos, cebolleta, maracuyá, aceite de oliva y pimienta.
La novedad de este año en Yokaloka es que han empezado a trabajar en una huerta madrileña con semillas que Yoka trae de Japón. “Cultivamos edamame, wasabi o shiso orgánico. Aún no podemos proveernos al 100% porque no tenemos tanta cantidad, pero la idea es lograrlo”, asegura. Y, aunque no estén incluidos en el menú del día, también elaboran dulces tradicionales japoneses y su propia cerveza artesana (4 euros).
Una tecnología que puede rejuvenecer a Robert de Niro podrá pronto convertir al actor en el famoso detective, como habrían querido el creador del personaje y el autor de esta columna,.
Una de mis grandes frustraciones como aficionado al cine negro es no haber visto cumplido el sueño de Raymond Chandler, que nunca pensó en Humphrey Bogart mientras escribía sus novelas del detective Philip Marlowe, y dejó escrito que “tendría que haber sido Cary Grant”. En su novela canónica El sueño eterno, Chandler hizo decir a la chica: “Es usted muy alto, ¿no?”, a lo que el detective respondía: “No fue mi culpa”. Eso habría tenido sentido con Cary Grant como Philip Marlowe, pero al ver que la productora había contratado a Bogart los guionistas tuvieron que cambiar el diálogo a: “Oiga, no es usted muy alto, ¿no?”, a lo que Bogart responde: “Bueno, hice lo que pude”. Más tarde en la película, Marlowe seduce a una variedad de bibliotecarias y millonarias en unas secuencias que, honradamente, se habrían entendido mejor con Cary en el papel. Los aficionados al género no queremos morirnos sin ver a Marlowe interpretado por el mismísimo actor, Cary Grant, que rondaba por la cabeza de Chandler mientras aporreaba su vieja Remington escupiendo algunas de las páginas más negras e inspiradoras del siglo pasado. Y puede que lo logremos.
La última película de Martin Scorsese, El irlandés, pasará a la historia como la que marcó el camino, aun cuando no sea así técnicamente. El método de des-envejecimiento (de-ageing) con el que ha rejuvenecido a Robert de Niro en toda una gama de épocas que llegan a quitarle 40 años de encima, no es enteramente nuevo, pero alcanza aquí su plena madurez artística. Mientras estas técnicas de computación se utilizaban solo en Piratas del caribe, Capitana Marvel o TRON: Legacy, la crítica los ha despachado como uno más de los artificios manufacturados por Hollywood para llenar las salas de adolescentes ofuscados que conservan diez pavos después de gastarse el resto en gofres, Pringles y tarifa de datos para ver vídeos porno. Scorsese y De Niro van a dejar a ese esnobismo a la altura del betún. Porque eso es cine, muchachos, según el exigente criterio que el propio Scorsese defendió en estas páginas hace unos días.
Una tecnología que puede rejuvenecer (o des-envejecer) a Robert de Niro podrá pronto convertir a Cary Grant en el detective Philip Marlowe, como habrían querido el creador del personaje y el autor de esta columna. Nuestro sueño eterno está muy cerca de convertirse en realidad, aunque sea en una realidad fugaz y obsolescente, tan provisional y relativa como nuestras propias concepciones del mundo. Ya existe, de hecho, una empresa llamada Worldwide XR que tiene en su tubería de producción las recreaciones digitales de James Dean, Bette Davis, James Stewart, Amelia Earhart, Neil Armstrong, Rosa Parks y Dizzy Gillespie. A mí me parece bien. Si los intoxicadores de las redes usan estas tecnologías, ¿por qué demonios no las va a usar un artista? Las posibilidades creativas y estéticas no tendrán más límites que la imaginación del autor, al menos mientras el autor siga estando hecho de carne.
La pelota está en el tejado de la crítica. En estas situaciones es cuando se ve la diferencia entre un intelectual libre de correajes y un mero transmisor de la herencia cultural recibida, que antes nos vería a todos haciendo arte rupestre que aceptar una innovación técnica.
TITULO: ELLA & - Una obligación internacional ,.
Una obligación internacional ,.
foto / Ahora nuestra obligación consiste en terminar de hacer justicia (aunque ya sea tarde para hacerla del todo),.
Unas semanas atrás publiqué en esta misma columna un texto titulado No es memoria: es justicia, donde sostenía que la llamada Ley de Memoria Democrática responde a una “obligación internacional”, en particular por lo que atañe al deber del Estado de localizar y exhumar a las víctimas del franquismo. Poco después recibí un correo electrónico de un amigo —un experto en derecho internacional humanitario (DIH) que trabaja como consejero jurídico para una organización internacional con sede en Ginebra—, en el que reforzaba y ampliaba esa afirmación elemental, pero a menudo olvidada. Sus observaciones son tan pertinentes que me siento obligado a glosarlas: primero, porque este tipo de argumentos apenas circula en el emponzoñado debate español sobre la cuestión; y, segundo, porque ellos muestran que no estamos ante una cuestión partidaria, de izquierda contra derecha (o al revés), sino que, antes que cualquier otra cosa, se trata de un asunto de respeto a la legislación internacional.
En su correo, mi amigo me explica que el DIH —conocido como derecho de la guerra o derecho internacional de los conflictos armados— establece numerosas obligaciones jurídicas que deben respetarse por las partes en liza, también al final del conflicto; una de ellas es la búsqueda de personas desaparecidas: el DIH impone a los bandos de cualquier guerra, en efecto, deberes como la localización de tumbas o la necesidad de obtener información sobre el paradero de las personas extraviadas y de compartir dicha información con sus familiares, según acaba de hacer, por cierto, el Estado colombiano, que ha creado una Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas. Por ello, razona mi amigo: “No haber localizado las tumbas de quienes murieron durante la Guerra Civil, para exhumar sus cadáveres y entregárselos a las familias, es no sólo una injusticia, como bien señalas en tu artículo, sino también una flagrante violación de las obligaciones jurídicas de España de conformidad con el derecho internacional”. Pregunta legítima: ¿hacía falta una ley para cumplir con esas obligaciones? En un artículo publicado en El Mundo, el expresidente Aznar afirmaba que no. Pregunta obligada: entonces, ¿por qué todavía no ha cumplido con su deber el Estado? ¿Por qué no lo hizo el Gobierno de Aznar? Que no exista una respuesta satisfactoria a esos interrogantes constituye una prueba inequívoca de la necesidad de la Ley de Memoria. Por lo demás, mi amigo recuerda una evidencia histórica, y es que el paso de la dictadura a la democracia en España supuso hacer la vista gorda con muchas violaciones del derecho internacional, y no sólo respecto a nuestro asunto. “Sucede lo mismo con la ausencia de procesos judiciales para investigar crímenes de guerra”, escribe. Así que, con la ley internacional en la mano, la justicia española debería haber juzgado a los presuntos responsables de los crímenes de guerra cometidos por los franquistas, algunos todavía vivos tras la muerte de Franco; pero, como en la guerra los republicanos también cometieron crímenes —esto no es equidistancia: es un hecho—, en rigor debería haberse asimismo juzgado a sus también presuntos responsables. Es lo que tiene la ley: que es igual para todos. Durante la tormentosa Transición, después de 3 años de guerra y 40 de dictadura (o de 43 años de guerra), la clase política al completo y la inmensa mayoría de la población sintió que era imposible hacer del todo justicia y, al mismo tiempo, construir una democracia; y priorizó construir una democracia. Después de la tormenta todo el mundo es piloto, pero me pregunto qué hubiéramos hecho nosotros.
Así que ahora, con la democracia asentada en España, nuestra obligación consiste en terminar de hacer justicia (aunque ya sea tarde para hacerla del todo): ese es, o debería ser, el sentido profundo de la Ley de Memoria. Y por eso espero que, pese a haberse negado el PP de Feijóo a apoyar la ley, si llega al poder no la derogue, como ya ha anunciado que hará y como hizo en la práctica el PP de Rajoy. Además de un tremendo error moral y político, supondría un incumplimiento palmario de sus obligaciones internacionales,.
TITULO:
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA
COMERSELO -PESADILLA EN LA COCINA -Jueves -6,13- Octubre -Cuando el sushi, el ramen y las anguilas se esconden en un mercado de barrio,.
Jueves - 6,13- Octubre - Pesadilla en la Cocina es
un programa de televisión español de telerrealidad culinaria,
presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves
a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve
Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta
intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos,
etc.
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - LA COCINA DOMINGO - LUNES -Cuando el sushi, el ramen y las anguilas se esconden en un mercado de barrio ,.
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - LA COCINA DOMINGO - LUNES -Cuando el sushi, el ramen y las anguilas se esconden en un mercado de barrio ,. .,fotos.
Cuando el sushi, el ramen y las anguilas se esconden en un mercado de barrio,.
Desde su inauguración en 2007, el restaurante Yokaloka ha ampliado su espacio en la madrileña plaza de Antón Martín para ofrecer una amplia variedad de menús del día nipones,.
Cuando a mediodía cierran los puestos del mercado madrileño de Antón Martín (Santa Isabel, 5) comienza el bullicio en el restaurante Yokaloka. Está ubicado en la planta de abajo y entre semana sirve
uno de los menús del día nipones más demandados de la ciudad. La responsable de este éxito es Yoka Kamada, una japonesa que se instaló en 2007 en Madrid y, alentada por su madre, que hacía makis en su país natal para un establecimiento de bentos (comida preparada para llevar), abrió una pequeña
tienda de comida japonesa para llevar. Eligió hacerlo dentro del mercado de su barrio donde iba a comprar a diario porque no había nada parecido. “En 2007 era 100% una plaza de abastos. Empecé sin hablar español y la gente se preguntaba qué hacía una japonesa dentro del mercado”, recuerda Kamada.
El tiempo y su buen hacer respondieron a esta pregunta. En 2009 Yoka se quedó con la panadería de al lado y la transformó en una barra para que la gente pudiera comer allí. Le fue tan bien que, al año siguiente, amplió el espacio con el local anexo e hizo una barra más grande. Y a finales de 2019 se hizo con otro puesto enfrente en el que colocó unas mesas, unas lámparas rojas y donde empapeló las paredes con carteles japoneses. Entonces, su pareja — el chef franco japonés Stephan Shoji— entró en el negocio para instaurar un sistema de producción más eficaz en la cocina y así poder acoger una demanda que no cesaba de crecer. Tanto es así que el pasado diciembre inauguraron otra zona nueva de mesas bajas junto a la barra principal.
Los menús de mediodía
“Empezamos a ofrecer menús del día para adaptarnos a la gente del barrio”, cuenta Yoka. Pero pronto comenzaron a llegar de otras zonas, ciudades e incluso países después de que Isabel Coixet se inspirara en su puesto para un capítulo de la serie Foodie Love. De lunes a jueves, entre las 13.00 y las 15.45, ofrecen cinco menús con buena relación calidad-precio que oscilan entre los 13,50 euros y los 16,50 euros. Con todos ellos sirven un pequeño aperitivo que suele consistir en edamame con setas, atún cocido con cebolleta o algas hijiky y una salsa de soja que preparan en la cocina. Yoka cuenta que la elaboran como en Tosa, una provincia del sur de Japón. “Se llama Tosa Joyu y es una mezcla de salsa de soja con una base de bonito seco —katsuobushi— y algas kombu que maceramos durante tres días. La salsa que se vende en España es muy salada y mata el sabor del pescado, por eso decidimos hacerla nosotros”, explica.
La carta de los menús está ilustrada con fotografías para que la clientela sepa exactamente qué aspecto tiene lo que va a pedir, perfecto para quienes se inician en esta cultura. Comienza con el Sushi set (16, 50 euros) compuesto por una bandeja de diez piezas de sushi que varían según mercado —entre ellas no se encuentra la de anguila, una de las especialidades de la casa—, una deliciosa sopa miso, receta de Stephan a la que le añaden la Tosa Joyu casera y una bebida. En el menú de ramen (15 euros) entran empanadillas de verduras, cuatro tipos de ramen a seleccionar y una bebida. El sabroso ramen de Yokaloka es uno de los que goza de mayor popularidad en la ciudad y puede ser de pollo y cerdo (ToriButa Ramen), de gambas (Wafu Yoka Ramen), vegano sin caldo o incluso frío con tartar de atún blanco.
Otro de los menús es el Chirashi bowl (16 euros) con bebida, sopa miso y un bol a elegir entre uno de salmón flambeado, otro de atún con huevo cocinado a baja temperatura y trufa negra o el de atún, salmón y pez escolar sobre arroz de sushi. El menú Donburi (13,50 euros) también lleva la sopa miso e incluye un donburi, un plato tradicional japonés que combina distintos ingredientes como la ternera guisada en soja dulce servida sobre arroz. Las personas veganas cuentan con una opción pensada para ellas. Cuesta 15 euros y contiene una ensalada de algas y 17 piezas de makis de verduras o un ramen con salsa de sésamo y sin caldo acompañado de una bebida. Además, se puede pedir un picante casero de receta propia en la que mezclan picantes chinos y coreanos, cebolleta, maracuyá, aceite de oliva y pimienta.
La novedad de este año en Yokaloka es que han empezado a trabajar en una huerta madrileña con semillas que Yoka trae de Japón. “Cultivamos edamame, wasabi o shiso orgánico. Aún no podemos proveernos al 100% porque no tenemos tanta cantidad, pero la idea es lograrlo”, asegura. Y, aunque no estén incluidos en el menú del día, también elaboran dulces tradicionales japoneses y su propia cerveza artesana (4 euros).
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