sábado, 24 de septiembre de 2022

Cartas en el tiempo - Múnich 1972: los Juegos de la paz, los Juegos del terror ,. / Las rutas de Ambrosio - Cinco rutas para correr por Barcelona a pesar del calor ,. / LAS RUTAS DE VERONICA - La Cesta ,. / ¡ Qué grande es el cine ! - ME RESBALA - AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - EL HORMIGUERO VIERNES - 7, 14 - Octubre - Iñaki y Nico Williams . / ¿Dónde estabas entonces? - Contador gana el Tour más increíble ,. Martes -4, 11 - Octubre . / Informe Robinson - El Mérida se sale con la suya,.

 

TITULO: Cartas en el tiempo - Múnich 1972: los Juegos de la paz, los Juegos del terror   ,.



Cartas en el tiempo ,.
 

 

 Miércoles -5 , 12 - Octubre  a las 20:00 en La 2 / foto.

 

 Múnich 1972: los Juegos de la paz, los Juegos del terror,.

 

Hace 50 años, el 5 de septiembre de 1972, un comando del grupo palestino Septiembre Negro asaltó la Villa Olímpica de Múnich 72 para secuestrar a 11 deportistas israelíes que murieron tras una desastrosa operación de rescate,.

 Carlos Arribas (@carlosarribas) / Twitter

Martes 5 de septiembre de 1972. 11º día de los Juegos Olímpicos de Múnich. Cinco de la mañana. Aún no ha amanecido. La Villa Olímpica vive una noche habitual. Deportistas que han salido de juerga a la ciudad regresan a sus apartamentos saltándose la valla metálica de dos metros que rodea la pequeña ciudad, 3.000 viviendas para hombres, 1.700 bungalows para mujeres, poco más de 9.000 habitantes en ese momento. Es un deporte más, el salto de valla, una muestra de compañerismo, unos se ayudan a otros. No hay problemas. Juventud alegre y despreocupada.

En Nadistrasse 20, sentado en los hombros del pivot Miguel Ángel Estrada, 2,07m, Manolo Carballo, plusmarquista español de los 100m (10,3s), se afana con una pequeña navaja en desmontar los goznes de la ventana de guillotina del pequeño almacén de la delegación española. Es la acción final de una operación, meticulosamente planificada a lo Misión Imposible, organizada por un comando de deportistas para hacerse con un botín de insignias, banderines, material representativo, que intercambiar con atletas de otros países, una forma de hacer amistades. “Ya estaba casi dentro cuando oigo unos gritos a mis espaldas, achtung, achtung, polizei!”, recuerda Carballo, 50 años después, con la vergüenza de quien siente que estaba haciendo el ridículo, una gamberrada inocente, en un momento histórico y terrible. “Me giro y veo a dos policías encañonándonos. Menudo susto. Por lo bajinis, le digo a Estrada, a la de tres, tírate al suelo, y nos echamos a correr. Y salimos corriendo y nos metimos en el pabellón por los pasillos. No sabíamos nada. Nosotros, a lo nuestro. No habíamos oído nada, pero ocho activistas palestinos de Septiembre Negro acababan de asaltar los apartamentos de los deportistas de Israel”.

Nadie sabía nada. Nadie había oído nada.

No sabían nada los dos jugadores del equipo canadiense de waterpolo que regresaban a las cuatro de la mañana a la Villa ligeramente ebrios de cerveza y ayudaron a saltar la valla a ocho personas con chándales deportivos y grandes y pesadas bolsas a los que tomaron por colegas deportistas. No eran atletas. Eran ocho fedayines procedentes de los campos de refugiados en el Líbano. Septiembre Negro, que recuerdan, y no olvidan, que en septiembre de 1970 se produjo la masacre y expulsión de Jordania por el ejército de Hussein de los refugiados palestinos tras la Guerra de los Seis Días (1967). En las bolsas, fusiles de asalto AK 47 Kalashnikov, munición, granadas de fragmentación. Una misión: asaltar los apartamentos de los deportistas israelíes en la Villa Olímpica y tomar cuantos rehenes fuera posible. Y pedir a cambio la liberación de 234 presos palestinos en Israel, y de Andreas Baader y Ulrike Meinhoff, los de la banda terrorista alemana. Operación Iqrit y Biri’m, dos aldeas arrasadas por los israelíes en 1948, cuando crearon su Estado. Palestina no e nada. No es aún un Estado. No puede participar en los Juegos Olímpicos y no lo hará hasta 1996, Atlanta, cuando el Comité Olímpico Internacional (COI) por fin le reconozca.

En una esquina, los ocho palestinos se cambian de ropa, sacan sus armas.

El jefe del comando es Luttif Afif, 27 años, alias Issa (Jesús, en árabe), padre cristiano, madre judía, de Nazaret. Estudiante de ingeniería en Alemania. Se tizna la cara con betún negro. Gran sombrero blanco. Sahariana. Gafas de sol. Ridículo y terrible. Dirige a los suyos hacia Conollystrasse 31, en la esquina, el primero de los cinco apartamentos de dos pisos que aloja a la delegación de Israel. En él duermen, siete entrenadores y árbitros. Entran a la fuerza. Obligan a uno de ellos a que les conduzcan a otro apartamento, el 3, en el que descansan seis deportistas más, luchadores y halterófilos, los más fuertes del equipo. Dos logran huir. Otros dos que se resisten, Moshe Weinberg, técnico de lucha, y Yossef Romano, levantador de pesas, son asesinados.

Cuando amanece, en Conollystrasse 31, en una pequeña sala común y en un dormitorio, los palestinos retienen, atados, a nueve rehenes. Han amenazado con asesinar de un tiro cada hora a uno de ellos si no se atiende a sus peticiones. Por los balcones del bloque asoman los terroristas, uno con la cabeza cubierta con una media; otro, el segundo al mando, Yasuf Natzal, alias Tony, estudiante en Alemania, con un sombrero de cowboy. Issa, el líder, sale a la puerta a negociar con Hans Dietrich Genscher, el ministro del Interior alemán, que busca ganar tiempo. Como era de esperar, la primera ministra israelí, Golda Meir, se ha negado en redondo a aceptar la petición de los fedayines. Con terroristas no se negocia, advierte, y pide a Alemania que deje intervenir a su unidad especial antiterrorista, el Sayeret Matkal, que dirige Ehud Barak. Alemania sigue buscando una solución.

Cuando amanece, la Villa recupera su vida habitual. Muy pocos saben lo que está pasando en un bloque de su ciudad. La mayoría sigue su vida, indiferente. Deportistas que toman el sol. Deportistas que juegan al ping pong. Deportistas que acuden a competir, porque los Juegos siguen como si nada, y solo se detendrán a las 15.51, casi 12 horas después del asalto.

“Teníamos de todo en la Villa. No necesitábamos salir para divertirnos. No podíamos ir a los bungalows de las mujeres, pero ellas sí a nuestra zona. Había bares de copas. Gozábamos de la primera gran Villa Olímpica como tal, pegada al estadio y rodeada de una valla metálica de dos metros que todos saltaban tranquilamente”, recuerda Carballo. “Nunca pensaron que si entrabas por la puerta de salida se podía burlar el sistema de entrada, con la acreditación ante los vigilantes, si entrabas por la salida. Y falsificábamos las acreditaciones fácilmente. Llegó a haber siete con mi nombre y mi foto para diferentes amigos. Nos divertíamos haciendo el pícaro a la española. Falsificamos también los vales de comida con un rotring y una cuchilla… Era una burbuja de libertad, de cosmopolitismo, de hermosura, la mezcla de gente, todos jóvenes, todos sanos y hermosos, 24 años, todos felices de juntarnos y compartirlo todo, sin miedo al sexo, sin curas que te digan que todo es pecado… Una vida diferente”.

La Villa era un santuario, un mundo aparte, un paraíso de jóvenes hermosos, sanos, fuertes, inocentes, había sido invadido por el mundo real. 1972. Nixon en la Casa Blanca. Vietnam. Pósters del Che en los dormitorios de los estudiantes que siguen soñando con mayo del 68, y de Al Fatah, y seamos realistas, exijamos lo imposible. Guerra fría. El ejército británico en Belfast. Los Juegos del amor, los que quieren hacer olvidar al mundo los Juegos del 36, en el Berlín ario y antisemita de Hitler, la demostración de poder brutal del país cuyo ejército invadirá el mundo tres años después, se convierten en los Juegos del terror. Tregua olímpica violada. Judíos asesinados en suelo alemán solo 27 años después del fin del Holocausto. En la nueva, orgullosa, Alemania, y las cenizas de la guerra.

Cuando amanece, Luis Sarria, miembro, como Carballo, del relevo 4x100 español, acude a desayunar al gigantesco restaurante central y lo encuentra extrañamente lleno de policías. “Y pensé, tonto de mí, que nuestro comando nocturno para hacernos con insignias había despertado tal revuelo que nos buscaban a nosotros”, cuenta el velocista vasco. “Pero no, claro. La Villa Olímpica era otra cosa. Dos días después, la libertad había desaparecido y teníamos que ir casi con el carnet de identidad, la acreditación, en la boca”.

De menos se enteró aún Javier Álvarez Salgado, atleta de 5.000m y 10.000m. Los fondistas no tiene tiempo ni para hacer el gamberro. Su vida es entrenarse y descansar. “Y tenía las series de los 5.000 al día siguiente”, recuerda el fondista gallego. “Habían sido unos Juegos muy duros, también con series y final en los 10.000. Bastante tenía con pensar en eso y con pensar que no estaba bien, que la hepatitis que había cogido en Turquía el año anterior aún me lastraba”.

Alemania intenta ridículas operaciones de rescate. Disfraza de cocineros a un grupo de policías que acuden a llevar comida, y son descubiertos. Disfraza de atletas, con chándal y chaleco antibalas a policías e intenta que se cuelen por los conductos del aire acondicionado de la azotea de Conollystrasse. “Nosotros, desde el balcón de nuestro piso, lo veíamos todo, y también lo veía todo el mundo por la tele, porque se estaba transmitiendo en directo”, dice Carballo. “Y también lo veían los terroristas, claro”.

A las 17.00 se acaba el tira y afloja. Los palestinos piden que se les traslade con los rehenes a El Cairo. Alemania acepta aparentemente mientras prepara un plan para abatirlos con francotiradores en el aeropuerto militar de Fürstenfeldbruck, una base de la OTAN. A las 22.00 horas, los ocho terroristas y los nueve rehenes embarcan en un autobús hacia dos helicópteros que despegan de la Villa Olímpica para trasladarlos al aeropuerto.

“Y de eso me acuerdo”, dice el ciclista Tomás Nistal, que se despertó con la idea de intentar ver a Mark Spitz para hacerse una foto con el nadador de las siete medallas de oro y se enteró de que los norteamericanos lo habían trasladado rápidamente a Londres, a salvo, después de que Spitz, el judío más famoso de los Juegos, diera una conferencia de prensa. “Me acuerdo de los helicópteros despegando de la Villa a las 10 de la noche. Y todos, mirando”.

Las autoridades alemanas son las únicas que piensan que solo hay cinco fedayines y solo tienen dispuestos a cinco francotiradores reclutados a última hora. Todo el mundo sabe que son ocho. La operación rescate es un desastre. Tiroteo en la oscuridad. Un palestino mata a cinco israelíes atados con ráfagas de su Kalashnikov hasta acabar sus cargadores. Otro hace estallar una granada en el otro helicóptero. Mueren los nueve israelíes: Yosef Gutfreund. entrenador de lucha; Amitzur Shapira, entrenador de atletismo; Kehat Shorr, entrenador de tiro; Andrei Spitzer, entrenador de esgrima; Yaakov Springer, árbitro de halterofilia; Eliezer Halfin y Mark Slavin, de 18 años, deportistas de lucha libre, como Ze’ev Friedman, y David Berger, levantador de pesas. La policía mata a cinco de los terroristas, entre ellos a Issa y a Tony. Muere uno de sus agentes, Anton Fliegerbauer. Contra los tres palestinos supervivientes organizó Israel la operación Ira Divina. Los perseguirían hasta matarlos. Acabaron con dos. El tercero murió de muerte natural años después.

A las 10 de la mañana, en el estadio olímpico, el norteamericano Avery Brundage, preside una ceremonia de lamento y dolor. “Los Juegos de la XX Olimpiada han sido objeto de dos ataques salvajes. Perdimos la batalla de Rodesia [actual Zimbabue, país, como Sudáfrica, excluido, por su política racista] ante el chantaje político. Nuestra única fuerza es un gran ideal. Los Juegos deben continuar. No podemos permitir que un puñado de terroristas destruya este núcleo de cooperación internacional y buena voluntad que es el movimiento olímpico”.

34 horas después del asalto, los Juegos se reanudan, miércoles 6 de septiembre. La delegación israelí regresa a su país con 11 ataúdes. El equipo filipino de atletismo, 13 noruegos y seis neerlandeses abandonan los Juegos con ellos., Los demás siguen.

“No teníamos capacidad de reacción. Yo tenía mis dudas sobre la necesidad de seguir”, dice Carballo, quien aún sufre con el recuerdo y cuenta que cuando fue a ver Munich, la película de Spielberg sobre los hechos, se le cerró el estómago por el horror y no pudo comer ni una palomita. El estadio exactamente igual. La cubierta transparente. El sonido. Los helicópteros. Los gritos de allahu akbar! La explosión. Pegado a la pantalla las tres horas, sin respirar, y recordando. “Seguir con los Juegos como si nada, sería una falta de respeto a las víctimas; pero si los paras les das la razón, triunfan… Se decidió continuar, Alemania, el COI, todos querían seguir. Sigo sin tenerlo muy claro, pero seguimos los Juegos”.

El ataque palestino acabó con la ilusión, con la inocencia, de las travesuras y las gamberradas sanas.

Sánchez Paraíso, Sarria, Paco García López y Carballo disputaron el sábado 9 la semifinal del relevo corto. Fueron un comando tan meticuloso, organizado y preciso como el que asaltaba las despensas de insignias y jamones para dirigentes planificado y preparado al milímetro por el genio de Manuel Pascua Piqueras, un entrenador joven que se convirtió rápidamente en el genio de la velocidad en España. “La clave estaba en el pase del testigo”, explica Sarria. “Lo hacíamos al final de la zona, al 100% del terreno permitido, mientras los demás lo hacían al 60 o al 70%. Era más arriesgado, sí, pero avanzábamos en el cambio, y los demás se frenaban. Entregábamos de abajo a arriba, al revés que otros, y sin decir ya, sino contando los pasos por el braceo de cada uno... Y unas semanas antes habíamos dejado en 39,70s el récord de España” Salió Sánchez Paraíso, el salmantino ya fallecido, que entregó a Sarria, y este a García López, un granadino de Motril y del Vallehermoso en Madrid, el alumno favorito de Pascua, que entrenaba con Alfredo Pérez Rubalcaba, quien llegó a ser secretario general del PSOE. García López lo hace tan bien en la curva que llega el primero, por delante de la Italia de Menea y de Estados Unidos, incluso. ManoloCarballo, sin embargo, sale demasiado rápido y aunque echaba la mano atrás no daba con el testigo, que cayó al suelo. “Nos descalificaron, y, aunque Manolo [Carballo] aún se autofustiga, yo guardo un magnífico recuerdo. Siempre podemos pensar que si no se nos cae el palito podríamos haber llegado a la final, habríamos ganado a Estados Unidos...”

Un nuevo comando político nacionalista, estaba preparado para entrar en acción en Múnich, buscando, pacíficamente, llamar la atención sobre la ocupación británica y la violencia contra los católicos en Irlanda del Norte. La carrera de ciclismo se retrasó un día, del 6 al 7 de septiembre, lo que despistó a siete miembros del IRA (el ejército republicano irlandés) que llevaban meses planeando una acción audaz ytan concentrados estaban en sus planes que no se enteraron del terror del 6. “Sí, hubo jaleo y se habló mucho de los irlandeses”, dice Tomás Nistal. “Pero yo no vi mucho...” Los irlandeses habían viajado desde Dublín en una furgoneta con sus bicicletas. El 7, cuando finalmente se disputa la prueba, cuatro de ellos, con el maillot de la bandera verde, blanca, verde, la de los 32 condados de la Irlanda única, se infiltran en la salida del pelotón. Otros tres esperan en el bosque de Grunwalder, unos kilómetros delante, para hacerlo.La acción es un éxito. Uno de los ciclistas, Brian Holmes, logra desplegar una pancarta, “La tropas inglesas ocupan nuestros campos deportivos”, que captan las televisiones de todo el mundo. Después, reparte panfletos entre los ciclistas asombrados. Otro de ellos, John Mangan, es tan bueno, que llega a liderar la carrera unos kilómetros y se pelea con el norirlandés Noel Teggart, que corre con la Union Jack, al que empuja y manda a la cuneta. Se cae y se retira. El comando es detenido, pero los alemanes se conforman con expulsrlos del país. La cárcel les espera en Irlanda.

2022. Cinco de septiembre. Olympiadorf. Conollystrasse 31. Una lápida de mármol en hebreo y alemán recuerda los nombres de las víctimas. Sobre ella los visitantes piadosamente depositan pequeñas piedras, cantos de los caminos. Lo ocupa ahora el Instituto científico Max Planck que aloja de vez en cuando a investigadores de paso. Está vacío. La misma puerta de cristal de entonces. El único apartamento en el que no vive nadie en el barrio. 3.000 viviendas. Urbanismo de la placidez pequeñoburguesa. Sin coches, que circulan subterráneos hacia los garajes, con bicis y columpios y prados de hierba para los perros. Siguen asombrando las grandes tuberías de tres colores, verde, azul, naranja, que conducen los cables de electricidad y guían a los visitantes, y guiaban a los deportistas hace 50 años, hacia los tres grandes barrios de la ciudad, azul, verde, naranja. En los pasajes, comercios, bares, restaurantes, oficinas, todos con el apellido olímpico en sus denominaciones. Una librería de viejo informa de dónde han acabado los tesoros que los abuelos coleccionaban: folletos, libros, periódicos de época, pósters, grandes fotografías, maquetas, Dachlunds, la mascota de los Juegos, apolillados. Del trastero en el que dormían intocados a las estanterías al alcance de nostálgicos. la memoria es una capa de polvo. Solo los árboles, su tamaño, su frondosidad sorprenden a quienes regresan con el recuerdo de la Villa en el 72. Eran pimpollos, arbolitos recién plantados. Ahora son tan altos y frondosos que se erigen como un muro que todo lo oculta entre el parque olímpico y los bloques de vivienda. Las fotografías de entonces, el fedayin con la media en la cabeza que aterró la imaginación del mundo, Issa, el líder que negociaba jugueteando con una granada entre sus manos y su descomunal sombrero blanco y su sahariana, Tony, el segundo, y su sombrero vaquero, no asaltarían los recuerdos de nadie. En el muro del apartamento, una gran hiedra ha crecido.

En el estadio, una nueva ceremonia. Autoridades de Alemania e Israel. El presidente del COI, Thomas Bach. Los familiares de las víctimas asisten. Solo lo hacen porque la semana pasada, 50 años después, finalmente el estado alemán asumió plenamente que no había sabido proteger a sus huéspedes olímpicos y aceptó indemnizar a sus herederos con 28 millones de euros. Los palestinos siguen viviendo en campos de refugiados. Los Juegos siguen. El ideal.

 

TITULO: Las rutas de Ambrosio -  Cinco rutas para correr por Barcelona a pesar del calor ,.


El sabado -1, 8 - Octubre  a las 19:10 por La 2, foto,.

  Cinco rutas para correr por Barcelona a pesar del calor,.

Los itinerarios, elaborados con el consejo y la experiencia de aficionados al ‘running’, deben hacer siempre cuando menos calienta el sol,.

 Cinco rutas para correr por Barcelona a pesar del calor | Cataluña | EL PAÍS

Cuando calienta mucho el sol, correr no es lo más recomendable, pero eso no significa que no se pueda practicar deporte. La doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte Nuria Garatachea da las claves más importantes en este artículo para hacerlo de una manera segura. Algunas de las recomendaciones de la profesional son salir entre 6 y 8 de la mañana, llevar ropas claras y con protección ultravioleta, hidratarse bien ya antes de empezar, bajar la intensidad del entrenamiento a mayor estrés térmico y darse unos cinco días para aclimatarse al calor, incrementando progresivamente la intensidad y la duración del ejercicio.

Hechas todas las prevenciones necesarias, aquí cinco rutas y algún consejo de runner para salir a correr por la ciudad de Barcelona y alrededores, también en los días en los que el calor no da tregua. Para ello, se ha tenido en cuenta la experiencia de diversos aficionados a este deporte, la mayoría del Club Atlètic de Transports Metropolitans de Barcelona.

1. Paseo marítimo de Barcelona. La ruta clásica de Barcelona, sobre todo entre semana, es salir a entrenar por el frente marítimo, que de punta a punta (hotel W-Forum), ida y vuelta, suma algo más de 10 kilómetros. En el camino hay diversas fuentes con las que mantenerse hidratado. Lo ideal, ahora que el sol no da tregua, es acabar el entrenamiento antes de las nueve de la mañana, o empezarlo pasadas las nueve de la noche. Se trata de un recorrido en el que casi no hay sombras. Sin gorra, gafas de sol y un buen protector solar es casi suicida optar por este camino. Ante un apuro, siempre se puede bajar a la playa y refrescarse la cabeza en algunas de las duchas.

2. Parque fluvial del Besòs. La ruta que resigue el tramo final del río Besòs es un lugar óptimo para todos los que entrenan contando cada metro y haciendo series. En Sant Adrià de Besòs, pero a tiro de piedra de Barcelona, se puede llegar hasta allí desde el centro de la ciudad con el tranvía (estación de Sant Adrià) o incluso con el metro. La ruta permite correr distancias más largas y hacerlo por asfalto, o bien por el césped que bordea el río. En fin de semana puede ser asfixiante por la acumulación de ciclistas, patinadores, caminantes y familias de paseo. De nuevo, lo mejor es acudir a primerísima ahora, y si se corre cerca del agua, pensar en los mosquitos. Con varias fuentes, se trata también de una ruta llana, adaptable desde distintos puntos de Barcelona y alrededores.

3. Carretera de les Aigües. La ruta más clásica y concurrida de la Carretera de les Aigües parte del pla dels Maduixers, donde está el característico aparcamiento en el que enseguida no cabe un alfiler. Prácticamente intransitable los fines de semana, sobre todo de invierno y de la pandemia, es una opción también si se quiere arrancar des del Mirablau, con una dosis de subidas. Con diversas fuentes en el camino, alterna algunas zonas de sombra con otras donde cae el sol a plomo. No está de más valerse de algunos trucos, como llevar los bidones de agua si se corre con ellos llenos hasta los topes y refrigerados de la noche anterior. De nuevo, poco recomendable, entre las 9 de la mañana y las 9 de la noche. Se puede hacer de manera inversa, partiendo de la plaza de la Mireia, en Esplugues, con algunas subidas con un desnivel pronuncia en el inicio. En total, unos 18 kilómetros de ida y vuelta.

4. Parque fluvial del Llobregat. El entorno del río Llobregat está habilitado también para ciclistas y corredores. Es una buena opción para rutas largas, con un total de 30 kilómetros desde el Pont del Diable de Martorell hasta la desembocadura, en El Prat, aunque hacer distancias tan largas no es lo más recomendable con el calor. Las rutas se pueden adaptar según cada uno de los municipios que salpican el lecho del río. El camino alterna algunas zonas con sombra con otras donde el sol cae a plomo. Con diversas fuentes en el trayecto, es de nuevo un recorrido recto y llano.

5. Parque de la Serralada de la Marina. A las siete de la mañana, a pesar incluso de la ola de calor, puede resultar agradable correr por la Serralada de la Marina, la cordillera que recorre diversos municipios del litoral barcelonés. En estos días asfixiantes, se pueden buscar senderos y caminos con sombra. La parte negativa es que en algunas zonas puede haber pocas fuentes; la positiva, es que suele ser una opción para entrenar mucho menos concurrida que la montaña de Collserola. Lo ideal, no hacer distancias muy largas para tener suficiente con el agua de las mochilas de hidratación. ¿Un truco? Ponerles un hielo antes de salir de casa.

 

 

TITULO: LAS RUTAS DE VERONICA -  La Cesta  ,.

El sabado- 1, 8 - Octubre , a las 18:10 por La 2, foto,.

 La Cesta ,.

Una ruta social para el plástico

Una iniciativa surgida en La Rioja y desarrollada en Cataluña quiere incentivar el reciclaje a la vez que convertir en ayuda social el uso del contenedor amarillo colaborando con proyectos de reforestación o con un banco de alimentos,.

 Ruta por los Castillos del Loira (I): Curiosidades de un viaje por la  historia de Francia

Hay dos cosas que hace, prácticamente, todo el mundo: generar basura y tener un móvil. Con una dosis de audacia, el punto de encuentro entre ambas podría ser un código QR. Y el resultado de su unión varía de una cesta de un banco de alimentos para una familia a la replantación de los árboles de un pueblo. Esa combinación de reciclaje y tecnología es la base del proyecto Reciclos, que utiliza la digitalización para fomentar la separación de residuos. Además, acerca la práctica a los ciudadanos y premia el reciclaje. “Buscamos ofrecer estímu­los para reforzar el hábito de separar envases y además generar un impacto social o medioambiental positivo”, explican desde Ecoembes, impulsora del proyecto.

A Emma Durán, de 42 años, le salió este anuncio en redes sociales: “Obtén regalos por tu reciclaje”. Entró en una web, se registró con su dirección de correo electrónico y desde entonces empezó a escanear con el móvil los códigos de barras de los envases de plástico que generaba. Al ir a tirar la basura, escaneaba también el código que aparece en el contenedor amarillo. “Ese es el proceso, no tiene más. La basura la tienes que tirar igualmente”, resume. Cada envase reciclado se convierte en reciclos, una moneda de cambio que también da nombre al sistema, que se acumulan en una cesta virtual. Esos reciclos son la puerta de entrada a distintos sorteos.

Lo que para Durán es pulsar un par de veces en una pantalla a cambio de premios, en realidad es el broche que cierra un proceso de economía circular. El que ha hecho posible, entre otras cosas, que unas botellas de plástico se conviertan en la comida que recibe una de las familias que acude al banco de alimentos de Sant Boi de Llobregat. Este municipio de Barcelona es el escenario, junto con Granollers e Igualada, donde aterrizó en 2019 el proyecto de TheCircularLab, un centro de innovación especializado en economía circular con sede en Logroño. Aunque su sede se encuentra en La Rioja, donde nació, Cataluña es el principal territorio donde está implantado el proyecto: 27 de los 43 municipios en los que hoy funciona Reciclos son catalanes. En 2019, representantes de la Generalitat visitaron el laboratorio y apostaron por sus ideas. El programa prendió en el territorio.

Durante los últimos dos años, los envases reciclados en Sant Boi han mutado en: juguetes para niños sin recursos o, durante los peores meses de pandemia, en mascarillas y EPI que protegieron a los sanitarios del Colegio de Médicos de Barcelona y de la ONG Médicos sin Fronteras. Por su parte, las botellas de agua que Durán se llevaba —y se lleva— cada mañana al banco donde trabaja tuvieron otro destino. Cayeron en forma de garbanzos, leche o pañales en las cestas preparadas por Basilio Carbonero, el voluntario más veterano de la Botiga d’Aliments Solidaris (a la que se donaron 2.000 euros el año pasado gracias al programa). Con 82 años, Carbonero acude cada mañana a colocar los alimentos y ordenar con paciencia los botes de legumbres de las estanterías, en un local a unas pocas calles de la casa de Emma Durán.

“Este tipo de iniciativas tienen que despertar un mínimo de interés en la gente”, explica José Luis Gordón, técnico responsable de residuos en Sant Boi. En su localidad, para implantar Reciclos se apoyaron en los representantes de cada uno de los cuatro distritos de la ciudad, que actúan de vínculo entre los vecinos y el Ayuntamiento. “La intención es que sumen a todos los ciudadanos; que los incentivos para reciclar sean globales”, añade Gordón.

La elección de este lugar para desarrollar el proyecto no fue casual. La ciudad es el buque insignia del laboratorio de Ecoembes —la entidad encargada de recoger los residuos de contenedores amarillos y azules para su posterior tratamiento—. El título rinde honores al compromiso con el medio ambiente de esta ciudad de 80.000 habitantes. Una relación favorecida por las condiciones de la zona. El 60% de su superficie es entorno natural o agrícola debido en gran parte al pulmón verde del que disponen, la zona montañosa donde se encuentra la ermita de Sant Ramon.

El otoño de 2016 fue la fecha clave. La de la “revolución”, como lo llama Gordón. Fue entonces cuando se realizó una reconversión total del sistema de basuras, que contó con una inversión de más de cuatro millones de euros. Así, se sustituyeron todos los contenedores, que estaban anticuados: se repusieron los 1.800 y se homogenizó su diseño. La flota de camiones se pasó al gas natural comprimido. También incorporaron todas las fracciones: orgánico (marrón), envases (amarillo), papel y cartón (azul), vidrio (verde) y restos (gris). “Esto incentiva al ciudadano. Como tiene que bajar a tirar la basura, por el mismo esfuerzo recicla”, apunta Josep Escarrà, jefe de las unidades de Medio Urbano y Sostenibilidad de Sant Boi. Una inversión que tuvo su resultado: tras la “revolución” el reciclaje de las familias de Sant Boi aumentó un 11%. Todo un éxito.

Con ese plan también llegó Reciclos aunque lo hizo de manera parcial. Al ser aún proyecto piloto, empezó primero en dos barrios de la localidad (Molí Nou y Marianao). La implicación de sus vecinos hizo que fuese un éxito y que se extendiera a todo el municipio. Ahora los 315 contenedores de envases de plástico de Sant Boi tienen su código QR. “Desde entonces, los proyectos piloto, los avances y los cambios los hacemos siempre en Sant Boi. Son un Ayuntamiento y una población muy comprometidos con el medio ambiente”, explica Zacarías Torbado, coordinador de TheCircularLab. La localidad a orillas del Llobregat es la única ciudad de España que ha recibido en dos ocasiones el Premio Ciudad Sostenible, otorgado por Fundació Fòrum Ambiental, en los años 2002 y 2017.

Balaguer, una pequeña localidad de Lleida, se postuló como una de las primeras candidatas a acoger el proyecto tras el éxito de los pilotos. Un mes después de arrancar llegó la pandemia. La implantación de Reciclos se retomó en septiembre de 2020 con un objetivo: volver a plantar dos plataneros que decoraban la plaza del Ayuntamiento y que tuvieron que ser talados porque estaban enfermos y podían colapsar. Xavier Castellà, concejal de Medio Ambiente, Sostenibilidad y Salud, admite que al principio no estaba seguro de si sumarían los suficientes puntos (reciclos) como para financiar los plataneros. “En abril el número de usuarios registrados creció casi un 30%”, resume el edil. El pueblo consiguió los reciclos suficientes para traer al pueblo los dos ejemplares de árboles que llevaban años esperando. “Queríamos devolver a la plaza su esencia”, añade Castellà, “es emblemática, un lugar muy querido”. “Era el momento para comprarlos y plantarlos”, agrega. Así fue. El pasado mayo la A las ocho de la mañana de un viernes de mayo, la plaza amanecía esperando la llegada del primer árbol.

En verano de 2020, el proyecto se extendió a otros municipios de Cataluña así como a otras regiones. Actualmente, el sistema de reciclaje con recompensa está en todas las comunidades autónomas, en algunos casos solo en algún municipio: la última en entrar Aranda de Duero, en Castilla y León. En España hay 14.648 contenedores amarillos vinculados a Reciclos, llegando a más de 3,2 millones de ciudadanos. Reciclos funciona con latas y botellas de bebidas. Envases como los tetrabriks no se incluyen en el sistema. Aún. “La tecnología lo permite, pero nuestra prioridad ahora es afianzar la circularidad de los envases de las bebidas, que son los más habituales, y cumplir con los plazos de aumento fijados por las directivas europeas”, dice Torbado, el coordinador del centro de innovación TheCircularLab. “Para 2029, el objetivo de recogida a nivel europeo es del 90% de los envases de bebida”, agrega.

“Me di de alta porque estaba relacionado con el reciclaje, que es algo que hago desde hace años. No me cuesta, no me hace perder tiempo, no me desvía de mi rutina. Tengo que tirar la basura, reciclo y esto es una parte más. Además, consigo puntos con los que puedo ganar algo”, resume la vecina de Sant Boi Emma Durán. Ella se llevó una tarjeta de 100 euros para invertir en comercio local en un sorteo de Reciclos. Los premios de estos sorteos siempre están ligados con la sostenibilidad: bicicletas eléctricas, productos de proximidad o tarjetas de transporte público han sido otras recompensas repartidas entre los vecinos de Sant Boi. A Pilar Gorjón, de 64 años, le tocó una cesta de quesos. “Me apunto mi hija hace unos cuatro meses”, reconoce esta monitora de discapacitados y vecina de Sant Boi. “Pero llevo reciclando toda la vida”, continúa, “lo reciclo todo: cartón, plásticos…”. Para los impulsores de Reciclos el sistema es “una buena manera de atraer más ciudadanos al reciclaje estimulándoles con premios”: “La idea es extender el hábito”.

 

 TITULO:  ¡ Qué grande es el cine ! - ME RESBALA - AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - EL HORMIGUERO VIERNES - 7, 14  - Octubre - Iñaki y Nico Williams,.

¡Qué grande es el cine!,.


  ¡Qué grande es el cine! fue un programa de cine dirigido por José Luis Garci y emitido por Televisión Española por su cadena La 2.
El programa comenzaba con una presentacLa actriz Juana Acostaión de la película que se emitía esa noche, posteriormente esta película se emitía y acababa con una tertulia entre Garci y los invitados del día sobre ella.1​ El programa comenzó a llevarse a cabo en enero de 1995 y comenzó sus emisiones el 13 de febrero del mismo año., etc.

 ¡ Qué grande es el cine ! - ME RESBALA - AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - EL HORMIGUERO VIERNES -7, 14  - Octubre - Iñaki y Nico Williams . fotos,.

 Iñaki y Nico Williams,.

Iñaki y Nico Williams: “Si quieres ir rápido ve solo; si quieres llegar lejos, ve acompañado. Eso somos nosotros”,.

Tras muchas vicisitudes desde que abandonara Ghana rumbo a un futuro mejor en España, la familia Williams ha cumplido un sueño, que Iñaki y Nico jueguen juntos en el Athletic. Aquí explican su historia personal al exseleccionador,.

 Iñaki y Nico Williams: “Si quieres ir rápido ve solo; si quieres llegar  lejos, ve acompañado. Eso somos nosotros” | Deportes | EL PAÍS

Lezama crece en calidad y cantidad para el orgullo de los que la vieron nacer y expandirse y de los que ahora la disfrutan con el sueño de triunfar algún día en el Athletic. Allí, junto a las dos penúltimas perlas canteranas, los hermanos Williams, Iñaki (Bilbao, 27 años) y Nico (Pamplona, 19), se acomoda la leyenda de las leyendas, José Ángel Iribar, y los que sacan el día a día con muchas horas de ‘currelo’, como ellos dicen: Rafa Alkorta, Santi Urquiaga, el incombustible Blas Ziarreta, Ayarza, Patxi 

 

 

Salinas… Vicente del Bosque atiende las explicaciones del anfitrión, el presidente, Aitor Elizegi, mientras el entrenador, Marcelino García Toral, se deshace en elogios sobre las excelencias logísticas de su centro de trabajo y las joyas, Iñaki y Nico, se disponen a charlar con el exseleccionador con el mítico arco de San Mames como testigo estelar.

Vicente del Bosque. Quería tener esta charla con vosotros porque, además de vuestra dimensión futbolística, reflejáis una historia personal y humana. La sociedad necesita conocer ejemplos de superación como el de vuestra familia, y más después de veros el otro día en la Supercopa compartir con vuestra madre la felicidad del momento. Particularmente, tú, Iñaki, ofreciste una imagen impactante cuando le dijiste a Nico que se pusiera la medalla que se quitó tras ser caer con el Real Madrid.

Nico Williams. Aprendí una lección de mi hermano. No lo volveré a hacer en mi vida.

Iñaki Williams. Fue un orgullo para nosotros jugar una Supercopa a tantos kilómetros de distancia y que mi madre y mi familia pudieran estar allí, viendo a mi hermano marcar el gol de la remontada contra el Atlético que nos permitía estar en una final. Fue una emoción increíble que marcara Nico. Durante todos estos años más que de hermano mayor he tenido que ejercer mucho el rol de padre, intentando ayudarle, aconsejarle siempre, y lo he hecho encantado. Nuestro sueño fue siempre jugar juntos y vernos allí con nuestra madre, tan feliz, fue muy emocionante.

D. B. Vuestros padres, que se conocieron en un campo de refugiados, hicieron un gran sacrificio. Se conocieron en un campo de refugiados cerca de Acra, la capital de Ghana, y recorrieron todo África para tener una vida mejor y daros a vosotros también una vida mejor. María, tu madre, hizo ese viaje embarazada de ti.

I. W. Sí, y a los tres meses me tuvo. La casualidad o el destino quisieron que naciese aquí en Bilbao. Como dice ella, todo pasa por algo. No es fácil, no solo para mis padres sino para mucha gente que busca que busca un futuro mejor para sus hijos. La manera que tenemos nosotros de agradecerle lo que hicieron por nosotros es hacerles disfrutar ahora y que se sientan orgullosos de nosotros. Es como devolverles su sacrificio. Por eso la emoción de la Supercopa. Era saber de dónde veníamos y que ahora tengan trabajo, vivan bien, que toda la familia está acomodada. Nunca pensamos que podíamos llegar hasta aquí.

D. B. ¿Les pedisteis algún día que os contaran todo lo que pasaron hasta llegar aquí?

I. W. Ellos querían un futuro mejor para sus hijos, pero no sabían que iba a ser tan duro. Venían con la ignorancia de no saber lo que les esperaba por el camino hasta llegar a Melilla. Sufrieron muchísimo y muchos de los que venían en manada se quedaron atrás en el camino, tuvieron que enterrar a gente. Por suerte, gracias a Dios, el destino quiso que gente bondadosa les ayudara.

N. W. Primero se lo contaron todo a él porque al ser mayor podía comprender mejor las cosas. Luego me lo explicaron a mí. Contarle todo eso a un niño podría no haber sido bueno. No hubiera sabido cómo administrarlo. Cuando me fui haciendo mayor ya me contaron lo que está diciendo Iñaki. Siempre tuve la curiosidad de saber cómo vinieron. Debió ser muy duro. Ahora ves por televisión a la gente que llega de fuera y te lo imaginas.

D. B. Ni ellos ni vosotros habéis tenido nunca un problema de integración en Bilbao o Pamplona, donde también vivisteis.

I. W. Nunca. Siempre fuimos una familia trabajadora y ellos nos inculcaron el trabajo, el respeto. Nosotros hemos respetado a todos, sobre todo a la gente mayor. Trabajamos con humildad.

D. B. ¿Habéis vuelto alguna vez a Ghana? ¿Tenéis allí familia?

N. W. [Los dos al unísono, con orgullo]. Sí, sí… Yo era cadete todavía, hace tres años, y tengo ganas de volver este verano.

I. W. También estuve. Allí tenemos toda la familia. Ahora mi padre está allí de vacaciones. Los dos suelen ir cuando no hay partidos importantes. Tenemos muchas ganas de volver. De allí son nuestras raíces. Mis padres son los dos de Ghana, lo que pasa es que al llegar a España un abogado les dijo que si no rompían los papeles de Ghana les podían deportar a casa. Les recomendaron que dijeran que venían de Liberia, que era un país que estaba en guerra, y entonces les darían asilo político como refugiados, como así fue. Gracias a ese señor tuvieron la oportunidad de caer en Bilbao y tenerme a mí.

D. B. Os debéis de considerar ciudadanos del mundo.

I. W. Nuestra sangre es africana, es de Ghana, pero nos hemos criado aquí y tenemos la cultura y la tradición del País Vasco y de España. La gente, por cómo nos conoce y cómo nos comportamos, sabe que somos como cualquiera de nuestros compañeros.

D. B. ¿Estáis independizados ya los dos?

N. W. No, yo todavía tengo la suerte de vivir con mi madre y espero estar muchos años más en su casa. Como en casa no se está en ningún sitio. Mi hermano se fue un poco pronto, con 20 años, a vivir solo, pero yo no tengo muchas ganas de vivir solo.

D. B. ¿Os dais cuenta de lo que significáis para toda esa gente que llega a España buscando su futuro?

I. W. Mi llegada al primer equipo abrió muchas ventanas y puertas. No se había visto nunca que un negro estuviese en el primer equipo del Athletic y ahora somos dos, y, además, hermanos. La gente de fuera que llega y la gente que vive en España empatiza con nosotros. Sabe lo que nos ha costado, sabe que nadie nos ha regalado nada y mucha gente de Bilbao se siente orgullosa de nosotros.

D. B. Vuestra madre tiene una frase en su Instagram. “Si quieres ir rápido, ve solo; si quieres ir lejos, ve acompañado”. Parece que se refiere a vosotros. Esa frase yo la pondría en la entrada de vuestra casa.

I. W. De hecho, yo la tengo tatuada en el pecho. Es un proverbio africano que me gustó mucho cuando me lo dijo y es algo que acompaña a nuestra familia. Esos somos nosotros.

N. W. Yo todavía no la llevo tatuada, pero lo haré cuando llegue el momento. Por ahora solo tengo dos tatuajes. [Muestra el antebrazo derecho] Un león grande que es mi hermano y un cachorrillo que soy yo. Ya que me cuida tanto y tal… quería hacérmelo.

D. B. Todos los vestuarios y de todas las épocas son muy iguales. El del Real Madrid, el Barça, el Athletic… 25 chavales que quieren jugar y solo juegan once. Al final todos se tatúan, se peinan a su manera, se dejan barba…

I. W. ¿Y de tu época a ahora, crees que los vestuarios han cambiado mucho?

D. B. Creo que no. La esencia de un vestuario no debe de cambiar. Hay que ser buenos chavales. Si sois buenos os van a seguir a muerte, juguéis mal o bien. Si no, no os van a seguir. Oye, Nico: ¿Iñaki es muy severo contigo?

N. W. Bueno…

I. W. [Risas]Cuidado con lo que dices...

N. W. Sí, sí, a veces tiene buenas enganchadas conmigo porque me quiere llevar bastante recto. Sé que es bueno que me corrija, me queda mucho todavía por aprender. Puede que lo que más valoro sea su paciencia para ayudarme y aguantarme. Sé que a veces le saco de quicio. Pero le agradezco mucho todo lo que hace por mí.

D. B. Os lleváis ocho años. ¿Te fijabas en él desde pequeño?

N. W. Sí, y además en todos los aspectos. Es verdad que fue como un padre para mí. Me venía a buscar al colegio con mi bocadillo preparado y le estoy súper agradecido de todo lo que ha hecho por mí. El otro día fue algo especial, yo no he visto sufrir tanto a mi madre como Iñaki, pero sé que lo pasaron mal en el aspecto económico y humano y verla con las lágrimas, tan superorgullosa de nosotros, fue increíble.

D. B. ¿Todavía vive el padre Iñaki Mardones, que os ayudó tanto a la llegada a Bilbao de vuestros padres y por el que Iñaki se llama Iñaki?

I. W. Sí, ahora vive en Santander. Mantenemos el contacto. Es como uno más de la familia. Siempre que necesita algo ahí estamos para lo que sea.

D. B. He leído que cuando Nico era pequeño le acompañabas a sus partidos y te metías de árbitro.

I. W. Sí, y me daban diez euritos y así me ganaba la paga del fin de semana para poder ir con los amigos al cine o donde fuese. Tuve una infancia bastante buena. No he tenido los lujos que otros podían tener, pero disfruté mucho de estar todo el día jugando con el balón y eso no se cambia por nada.

D. B. Mejor jugar en el parque que no estar todo el día jugando con las maquinitas.

I. W. Sí, sí, de acuerdo. La infancia que están viviendo ahora los chavales es totalmente distinta de la mía. A ver si leen esta entrevista y se dan cuenta de que estar encerrado en casa no vale para nada.

D. B. Iñaki, llevas 217 partidos de Liga consecutivos, que es un récord histórico.

I. W. El tiempo pasa súper rápido. Debuté contra el Córdoba y nos ganaron 0-1. Jugué de inicio y en el descanso me cambiaron…

D. B. Yo estuve cedido en el Córdoba y una vez en San Mamés nos metieron cinco.

I. W. ¿Qué recuerdos tienes del San Mamés de aquella época, era duro jugar aquí?

D. B. Siempre que venías a Bilbao te podía pasar algo parecido entre los centros de Txetxu Rojo y los remates de cabeza de Uriarte. Ya había venido de chaval con las selecciones provinciales. Además, yo de pequeño, cuando vivía en Salamanca, era del Athletic…

N. W. De mi debut me acuerdo como si fuese ayer. Fue la temporada pasada contra el Valladolid. Comenzamos los dos en el banquillo y el entrenador [Marcelino] me sacó antes que a él. Se me hizo bastante extraño. Por un momento pensé que se había equivocado. Estaba súper nervioso, tocaba un balón y no sabía ni qué hacer con él. Iñaki, desde la banda, me gritó que saliese a por todas, que intentase hacerlo bien y, sobre todo, que disfrutase del momento.

I. W. ¿Y tú, Vicente, te acuerdas el día que debutaste en el Madrid?

D. B. Lo tengo muy oscuro. Fue en Granada. Entonces no existía el Castilla, como ahora vosotros tenéis el Bilbao Athletic. Cuando salíamos de juveniles nos mandaban cedidos. A mí, al Castellón y al Córdoba. Ya había jugado en Primera antes de llegar al primer equipo del Madrid. Lo que sí tuve la intención de ser futbolista desde que me fui de Salamanca con 16 años. No fue fácil para un tío que no había salido nunca de casa jugar en el Real Madrid, pero el club se comportó siempre muy bien conmigo en lo personal y en lo futbolístico. Aguanté once años como jugador profesional. Vosotros tenéis que estar como mínimo 15 años en el Athletic… salvo que os venga un equipo inglés y os lleve.

I. W. Como en casa, en ningún lado. Al final lo personal es lo más importante.

D. B. ¿Sois conscientes de lo que significáis para el Athletic?

I. W. Sí. El club nos ha ayudado muchísimo, nos ha hecho crecer como personas y como futbolistas y nosotros hemos ayudado al club en gran medida a globalizarlo dentro de la sociedad y hacer ver que los jugadores de raza negra pueden jugar en el Athletic. Estar nosotros aquí es representar lo que es África y ver que la gente se siente orgullosa de nosotros va a hacer que los chavales que están entrenándose en categorías inferiores piensen también que pueden jugar.

D. B. Iñaki, debutaste en la selección en 2016 contra Bosnia en Suiza. Sustituiste a Nolito.

I. W. Gracias a ti… que me llevaste. Casi metí un gol. Chuté, la sacó el portero y el rechace lo metió Pedrito. ¿Y por qué no me llevaste más? [Risas]

D. B. Quizá fuéramos un poco inmovilistas...

N. W. ¿Qué se siente al ganar un Mundial?

D. B. Cuando marcó Iniesta hice un gesto con los puños y siempre pienso que me excedí en la celebración. Que tenía que haber sido más prudente... Pero bueno, el jueves jugáis contra el Real Madrid en la Copa del Rey. Habéis perdido tres partidos consecutivos con ellos. ¿Cómo lo veis?

N. W. Hombre, es el Real Madrid. Será difícil ganarles, pero creo que a la cuarta va a ser la vencida.

Velocidad, técnica y “flojitos” de cabeza

Llega el momento de hablar de fútbol. Del uno y del otro. De sus cualidades y defectos. Cuando Vicente del Bosque pregunta si tienen muchas virtudes en común, Iñaki se adelanta. “Algo que nos caracteriza en el campo es la velocidad. Los dos estamos bien dotados e intentamos aprovecharlo. Técnicamente creo que Nico está más capacitado que yo. Él tiene mucha confianza con las dos piernas, le da igual una que otra. Yo estoy mejorando todavía con la izquierda”.

Nico se confiesa diestro mentiroso, aunque metiera el gol de la Supercopa con la izquierda. “Cuando encaro me da igual salir para un lado que para el otro. Tengo que darle las gracias a Iñaki porque cuando era pequeño me decía que utilizara mucho la izquierda y practiqué mucho. En el campo cuando jugamos juntos tengo la sensación de que nos entendemos muy bien. Cuando le veo con espacios sé dónde le tengo que dar el balón y sé cómo se mueve”.

Iñaki confiesa que ahora tiene una doble personalidad. “Su llegada al primer equipo me ha beneficiado. Tengo la sensación de que quiero hacerlo bien, pero también quiero que lo haga él. Sufro por él. Le priorizo antes que a mí. Estoy muy pendiente de él. Aprende rápido. Ha jugado todos los partidos esta temporada”.

Del Bosque les pregunta por el regate. Iñaki salta como un león. “Yo lo tengo mejor en carrera y él en distancias cortas”. Nico intuye la siguiente pregunta. “De cabeza somos bastante flojitos los dos… pero me ganas. Tengo que practicar”.


TITULO: ¿Dónde estabas entonces?  - Contador gana el Tour más increíble ,. , Martes - 4, 11 - Octubre,. 

Este martes - 4, 11 - Octubre ,. , a las 22.30, La Sexta emite una nueva entrega de la tercera temporada de '¿Dónde estabas entonces?', presentada por Ana Pastor. foto,.

 

 Contador gana el Tour más increíble ,.


El español, con 23s de ventaja sobre Evans, sucede a Indurain 12 años después en lo alto del podio de los Campos Elíseos,.

 Las claves de Alberto Contador para ganar el Tour de Francia 2014

Si en la meta, en las afueras de la hermosa Angoulême, huele a lavanda no es porque se haya regado de colonia el asfalto en honor de Alberto Contador, sino porque todos los transeúntes, apresurados, pisotean para ir de un sitio a otro unos mínimos arbustos recién plantados. Sin embargo, el olor de la planta será el que se asocie para siempre a la victoria de un chico de Pinto, de 24 años, en la carrera ciclista más importante del mundo; será el que vaya siempre unido a su gloria, el que también, simbólicamente, pueda acabar asociado a un Tour, el más increíble de los últimos años, que durante gran parte de su desarrollo ha olido a azufre. Un Tour increíble con un ganador creíble, joven y hermoso. "Un Tour loco, sí", dijo Contador, a quien le cayó el maillot amarillo del cielo el jueves, cuando el Rabobank retiró al líder legítimo, al más fuerte en la carretera, Michael Rasmussen, y que lo defendió ayer hasta el límite, dando lugar al podio más apretado de la historia: Contador; a 23s, Cadel Evans; a 31s, Levi Leipheimer.

Cinco españoles, una manita, han ganado el Tour ya -salvo catástrofe hoy en el carrusel de París-: Bahamontes, Ocaña, Delgado, Indurain y Contador. Doce años después del quinto Tour de Indurain, el ciclismo español cierra el paréntesis, la excepción que en su historia representó el gigante navarro, y se reencuentra con su línea genética más pura, la de la raza del escalador, la línea ininterrumpida nacida en Vicente Trueba y hallada en Bahamontes, en Julio Jiménez, en Ocaña, en Fuente, en Perico, en Arroyo, en Contador. El escalador genial e instintivo, el corredor que hace disfrutar en los Alpes, en los Pirineos, que hace sufrir los días de contrarreloj. Que hizo sufrir ayer.

"Cuando me entreno, voy pensando en la gloria. Todos los ciclistas piensan en la gloria, aunque sólo algunos tienen la suerte de tocarla", dijo Contador. "Pero aún no sé a qué sabe; aún no soy consciente de lo que he hecho, de lo que se me caerá encima".

Contador es Perico -la imaginación, la ambición, el inconformismo-, pero Perico y algo más, Perico dentro de un molde de disciplina férrea, de una cabeza, mejor, un cabezota, que no acepta que algo no se pueda conseguir. Como conseguir, por ejemplo, hacer la mejor contrarreloj de su vida vestido de amarillo, jugándose el Tour. Y saliendo vivo del empeño.

Haciendo sufrir. Sufriendo. "Dudé, dudé", dijo el ciclista. "A falta de 30 kilómetros, me dijeron que Evans ya me sacaba 38s. Y me preocupé: quedaba más de la mitad de la prueba y ya me dolían las piernas". Le dolían las piernas, que movía ligeras, como en el aire, sin dar la impresión de transmitir potencia a los pedales; que movía nervioso, frágil, sediento. Imagen de desamparo ante el tremendo rodar, reconcentrado, duro, de su compañero de equipo Leipheimer, el ciclista más desconocido, más invisible, que más a punto ha estado de ganar un Tour: se quedó a 31s -quizás lo que pudo haber ganado si en el Aubisque no hubiera esperado a Contador para llevarlo con Rasmussen-, pero ganó la contrarreloj de 55,5 kilómetros con la tercera mejor media de la historia (53,081 kilómetros por hora, con viento de culo); delicado como sus bracitos comparado con el sólido Evans, que salió como una moto y siguió acelerando y acelerando, alimentado por las noticias que le llegaban de la debilidad del escalador español en las largas rectas del centro de Francia.

Para mantener el jersey amarillo, Contador, que salió con una ventaja de 110 segundos, podía permitirse perder poco menos de 2s por kilómetro. En los primeros 15 kilómetros las pérdidas con respecto a Evans fueron como un goteo, pequeño, contenido (1,2s por kilómetro), pero en el segundo tramo, cuando las dudas, cuando el dolor de piernas, cuando la cabeza empezó a ver pájaros negros, el goteo pasó a chorro: 1,83s. Si continuaba la progresión, kaput. Sin embargo, pasaron dos cosas: Contador, guiado desde el coche por el experto Bruyneel, por el nervioso Armstrong, se afianzó; y Evans, que a punto ha estado de ganar el Tour sin equipo, sin haber atacado ni una vez, sencillamente por la experiencia del que sabe que todo ahorro es bueno, que toda generosidad es un error, murió: dio su último aliento en el repecho final de Angoulême y se acabó, a cinco kilómetros de la meta. A Contador le sobraron 23s, la segunda menor diferencia de la historia después de los 8s con que LeMond le dio la vuelta a la tortilla a Fignon en 1989.

"He podido en la carrera liberar toda la tensión acumulada", suspiró Contador al final. "Ha sido un día de mucho esfuerzo, ha sido el resultado de muchos años de trabajo". Contador subirá hoy dos veces solo al podio de París: una para recibir un maillot amarillo que esperaba poder alcanzar más tarde; la otra, para vestir el trofeo que sí sabía que podía lograr, el blanco de mejor joven, como Ullrich (23 años) y Fignon (22) antes que él. Porque en los tiempos de Merckx (primer Tour a los 24, como Contador), Bartali (24), Hinault (23), Anquetil (23) y Gimondi (22, el más joven) no había blanco aún.

 

TITULO:  Informe Robinson  - El Mérida se sale con la suya,.


El Mérida se sale con la suya,.



El club pide inicialmente 1.000 entradas a la Federación y le asignan uno de los dos estadios deseados para medirse al Cristo Atlético: El Collao

El Mérida le solicitó el lunes a la Federación Española mil entradas para el choque del próximo sábado ante el Cristo Atlético (21.30 horas), que se jugará finalmente en el estadio de El Collao, de Alcoy. No es que el club confiase en el desplazamiento masivo de su afición, sino que la petición atendía sobre todo a las necesidades ,.

 

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