TITULO: Natural - Torre de Don Miguel solicita la declaración de zona catastrófica tras el incendio de Santibáñez ,.
Natural La Sexta emite este miércoles-5 , 12 - Octubre a las 22:30 horas, foto.
Torre de Don Miguel solicita la declaración de zona catastrófica tras el incendio de Santibáñez,.
El Ayuntamiento pide una dotación presupuestaria en cantidad suficiente para atender los daños causados por el fuego,.
La alcaldesa de Torre de Don Miguel, Valentina Jiménez Jacinto, solicita la declaración de zona afectada gravemente por una emergencia de protección civil prevista en la Ley 17/2015 de 9 de julio al Consejo de Ministros y trasladar igualmente a la Junta de Extremadura esta petición, tras los daños ocasionados por el incendio forestal,.
TITULO: Los Reporteros Canal Sur Televisión -El cambio climático en Andalucía , .
El Sabado -1, 8 - Octubre a las 21:30 por Canal Sur Televisión,foto,.
El cambio climático en Andalucía , .
Nos llega un aviso de Naciones Unidas: "el mundo está en peligro", y no solo por la guerra sino también por un cambio climático que provoca hambre y desigualdad. La sequía es una de sus consecuencias y en Andalucía lo sabemos bien. Nuestros embalses están en mínimos históricos y reservas como Doñana están al límite, como hemos comprobado en Los Reporteros. Hay quien dice que la principal revolución del siglo XXI será cambiar nuestra relación con el planeta: porque la supervivencia pasa por ahorrar más y consumir mejor.
El verano que acaba de terminar ha sido el más caluroso de los últimos sesenta años. Pero si este titular, mil veces repetido, ya no les resulta novedoso, aguarden a la siguiente noticia: los expertos en cambio climático advierten que si no contenemos el calentamiento global puede que este verano tan sofocante se recuerde algún día como uno de los mas templados del siglo XXI.
La primavera fue extrañamente cálida, pero lo peor estaba por llegar: tres olas de calor casi consecutivas y de una dureza inusitada. La primera llegó antes incluso de que el verano diera comienzo oficialmente: duró siete días, y se extendió por 39 provincias españolas que padecieron una elevación térmica de tres grados de media.
La segunda ola, la más intensa de las tres, no tardaría en llegar: comenzó el nueve de julio y afectó a 43 provincias durante 18 días seguidos en los que la media de las temperaturas se incremento en casi cinco grados.
Sin apena respiro, llegó la tercera: 17 días de calor extremo en 27 provincias con un ascenso medio de casi cuatro grados centígrados.
Todos los factores meteorológicos que podrían darse, se dieron, a la vez y sin descanso: una acusada insolación, sin apenas nubosidad ni viento y la entrada recurrente de masas de aire caliente desde el continente africano dispararon las temperaturas más allá de cualquier registro conocido. Y habrá que acostumbrarse, nos dice Juan del Pino, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología. A su juicio, los datos son consonantes con el cambio climático.
El calor se une a ciclo de sequía que dura ya nueve años. Andalucía ha comenzado el año hidrológico con los pantanos al 25 por ciento de su capacidad, lo que supone que el agua total embalsada es hoy la mitad de la que teníamos hace una década. La escasez amenaza a la agricultura y el consumo urbano, a la la industria y al turismo, pero no solo eso. Uno los mayores humedales de Europa, reserva e la biosfera y patrimonio de la Humanidad, se enfrenta a un futuro complicado.
Doñana, un territorio especialmente sensible a los efectos del cambio climático y siempre amenazado por la presión turística y la sobreexplotación agrícola. Pero para comprender la magnitud del problema, hoy conocerán con Los Reporteros el estado de la Laguna de Santa Olalla, otrora un paisaje acuático excepcional ahora convertido en un simple charco.
El primer tramo de nuestro trayecto discurre al borde mismo del océano. El día se presenta algo borrascoso y el litoral nos recibe con una ligera llovizna, tan débil como pasajera. La realidad es que Doñana atraviesa por el periodo más seco que se recuerda y cuyos efectos comprobaremos muy pronto.
Al otro lado de las dunas que nos separan del atlántico, el verdor de los pinos y la brisa fresca que sobrevuela el Guadalquivir contrastan con la sequedad del territorio en el que poco a poco nos adentramos. La mitad de la superficie total del Parque Nacional de Doñana son marismas -terrenos inundables, por tanto- pero de las treinta mil hectáreas que ocupan las marismas, este año solo se ha inundado el cinco por ciento. Cuando los satélites revelaron que la última laguna permanente de Doñana se había secado, esta imagen dio la vuelta al mundo hasta convertirse en un símbolo de los estragos del cambio climático.
Y no es para menos. Cuando llegamos, el impacto que produce la laguna es mayúsculo. En condiciones normales, nos dice Miguel Ángel Bravo, Técnico de la Reserva Biológica de Doñana, esta laguna ocuparía más de doscientas hectáreas - para que se hagan una idea, la misma superficie que tenía la Expo del 92, por ejemplo. Hoy, sin embargo, Santa Olalla es un charco de 150 metros cuadrados. El resto es solo limo y barro seco en el que una manada de ciervos acaba de encontrar un inesperado sendero.
Es verdad que no es la primera vez que algo así ocurre. La laguna de Santa Olalla se secó en 1983 y volvió a quedarse sin agua ocho años tarde, en 1995. En ambos casos, la desecación coincidió con dos periodos intenso de sequía.
De hecho, a estas alturas del año, todas las lagunas temporales de Doñana se han secado. Estos ecosistemas, indispensables para el equilibrio medioambiental, se ubican en terrenos arenosos, muy permeables, con poca capacidad para retener el agua. De ahí que su supervivencia no dependa solo de la lluvia, sino del buen estado del acuífero sobre el que las lagunas se asientan. Y el acuífero de Doñana está sobreexplotado. Y al límite.
No solo sequía. El agotamiento del acuífero de Doñana se debe también a las extracciones de aguas subterráneas para el abastecimiento doméstico, riego de jardines y llenado de piscinas de la urbanización de Matalascañas, a solo cuatro kilómetros de la laguna de Santa Olalla. Este popular enclave turístico, en el que apenas viven tres mil vecinos a lo largo del año, alcanza los 160.000 habitantes en los meses de verano.
La expansión de los cultivos de regadío en el entorno de Doñana y la proliferación de pozos ilegales dentro incluso del propio parque, constituyen la segunda y más grave amenaza, hasta el punto de que la Comisión Europea ha condenado a España por no ponerle remedio.
Estamos a punto de marcharnos, y nuestra partida coincide con la llegada de un pequeño rebaño de flamencos que parece haber encontrado alimento en el ultimo resquicio de agua de la laguna. Ya ven, a pesar de la adversidad, la naturaleza intenta abrirse paso. En otros ámbitos, también el ser humano se enfrenta a un futuro incierto.
A trecientos kilómetros de Doñana, un racimo de casas blancas encuentra a sus pies cada vez menos agua en la que reflejarse. En esta serranía andaluza, a caballo entre las provincias de Málaga y Granada, hace ya dos años que no llueve.
Un pantalán varado sobre el cauce seco de lo que un día fue el brazo navegable de este pantano, el de La Viñuela, en la Axarquía malagueña, es la desoladora imagen que ha dejado a su paso este largo e inquietante periodo de sequía. Pero lo que ven no es solo un descalabro paisajístico. La vida cotidiana de toda una comarca está en riesgo.
Quince pueblos de la Axarquía, amén de decenas de caseríos aislados y varias pedanías, dependen de este pantano, el mayor de la provincia. Ocupa 560 hectáreas, pero hoy está al diez por ciento de su capacidad. Los tiempos de abundancia son ya historia y forman parte de una foto fija que el alcalde de La Viñuela contempla con más preocupación que nostalgia.
En La Viñuela viven dos mil vecinos, casi la mitad de ellos extranjeros. En verano, este apacible pueblo se llena de turistas y duplica su población. Un hotel de cuatro estrellas y decenas de casas rurales cuelgan el cartel de completo y el consumo de agua se dispara, justo cuando los cultivos de aguacate que abundan en la zona más riego necesitan.
Y esa es la paradoja que encierra el producto interior bruto andaluz: los sectores que más y mejor alimentan nuestra economía, turismo y agricultura, son los que más sed provocan. ¿Habrá pues restricciones al consumo? Las confederaciones hidrográficas y las principales empresas municipales de agua evitan hablar en esos términos. Aún hay tiempo, nos dicen, pero solo si hacemos un uso sensato y razonable de los recursos.
Es el nuevo paradigma que promueve Leandro del Moral, Catedrático de geografía Humana e impulsor de la Fundación Nueva cultura del Agua. La sequía es el núcleo del problema, asegura, pero es la gestión responsable de la escasez, que la sequía provoca, lo que exige una cambio radical en el uso de los recursos hídricos, especialmente en la agricultura, que consume el 80 por ciento del agua total disponible.
Un problema cuya solución ya no consiste solo en acometer grandes obras hidráulicas. El concepto acuñado en los años cincuenta del pasado siglo, según el cual, cuantos más embalses se construyan, más agua almacenaremos, es una idea superada.
Siempre, claro, que los acuíferos no se esquilmen. El agotamiento de las aguas subterráneas es lo que ha convertido a la ultima laguna permanente de Doñana en un barrizal. Y aunque no haya demasiado margen para el optimismo, nada es irreversible, todavía.
Quien sabe. Lo único cierto es que hará falta mucho mas que lloviznas y chubascos para romper el ciclo de sequía en la que estamos atrapados desde hace casi diez años.
Veremos que nos depara el otoño. Mientras tanto, seamos prudentes. Pase lo que pase, llueva mucho o poco, el agua seguirá siendo un bien escaso.
TITULO: Tierra y Mar - Cría de ostras en el Estrecho de Gibraltar: las fuertes corrientes y los nutrientes elevan la calidad,.
Domingo- 2, 9 - Octubre , a las 14:00 horas por Canal Sur Televisión, foto,.
Cría de ostras en el Estrecho de Gibraltar: las fuertes corrientes y los nutrientes elevan la calidad,.
Puerto de Conil de la Frontera, temprano en la mañana, el catamarán Cabo Roche parte al sur, hacia el Estrecho. Los buceadores se disponen a faenar la ostra, una especie de molusco bivalvo conocida por su gran valor comercial y culinario.
Habituada a los estuarios y fondos rocosos, la ostra se aclimata desde la zona intermareal hasta los cuarenta metros de profundidad. Pero aquí, a cuatro millas náuticas de la costa, embocados al Estrecho de Gibraltar, las corrientes que unen los dos mares son muy fuertes.
La ostra es cultivada por el hombre desde hace milenios, con referencias históricas chinas o romanas. Las técnicas de cría con la ostra separada del fondo se inician en el siglo XX. Aquí, en Conil, se emplea un sistema para zonas profundas llamado Long-Line. Consiste en suspender una línea madre, anclada a los extremos y mantenida a flote usando boyas. De este cabo, de unos doscientos metros, se cuelgan unas cestas o nasas llamadas linternas.
La gran ventaja del mar abierto es la la limpieza de sus aguas. El factor clave de la acuicultura. A punto de expirar la concesión que la Cofradía de Pescadores de Conil tenía sobre 84 hectáreas en mar abierto, la empresa Luace Sostenible se hizo con ella. Desecharon la cría de peces y enfocaron su objetivo en la producción de ostras rizadas.
A comienzos de 2019, bajo el emblema de Marconil, iniciaron su proyecto con el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial, una entidad pública que promueve la innovación en la empresa española.
La mayor fragilidad ante la enfermedad de la ostra plana ha decantado casi todo el cultivo mundial hacia la ostra japonesa o del Pacífico, la Magallana gigas, también llamada ostión, mucho más productiva. Una ventaja que aporta la crianza en métodos sumergidos frente al intermareal es que el bivalvo puede alimentarse las 24 horas. Las ostras son filtros vivientes. Pueden tamizar 200 litros de agua diarios.
Con una inversión de dos millones de euros, Marconil espera una producción escalonada de un mínimo de 250.000 kilos, gracias a las últimas líneas de cultivo. Marconil crece; se expande con energía; exporta ya a otros países y su gran cliente es la alta restauración. Las fuertes corrientes obligan a estas ostras a desarrollar potente musculatura. Algo que caracteriza su sabor.
Este molusco es muy apreciado en Gastronomía por su sabor característico y alto contenido nutricional; en especial grasas poli-insaturadas, vitaminas y sales minerales. Pero las ostras no son para todo el mundo. Aparte de su alto precio, debido a su textura viscosa, para algunos figuran como alimentos exóticos. Una vez que se entrena el paladar, sin embargo, puede apreciarse su delicado aroma y profundo sabor a mar.
TITULO: REVISTA EPOCA - Economía -La cesta de la compra se dispara en abril con el IPC en el 8,3% ,.
La cesta de la compra se dispara en abril con el IPC en el 8,3%,.
La inflación tocó techo en marzo rozando los dos dígitos, pero el abaratamiento de la energía y la subvención a los carburantes ha logrado reducir la tasa un punto y medio,.
En marzo la inflación llegó a su récord rozando el doble dígito (9,8%), la tasa más alta en cuatro décadas, pero en el mes de abril la situación se moderó ligeramente hasta el 8,3%, según confirmó este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE). La inflación de abril fue punto y medio más baja que la de marzo, pero aún así la más alta desde 1986.
Esta gran bajada se debe, sobre todo, a la luz y a la gasolina. Por un lado, porque la electricidad ha comenzado a bajar de precio por el abaratamiento del gas natural, el aumento de la producción eólica y fotovoltaica y el menor consumo de los hogares por la llegada de la primavera. Y, por otro, por el descenso del coste del petróleo en los mercados -aunque sigue por encima de los 100 dólares por barril- y la bonificación de 20 céntimos por litro de carburante aplicado en las gasolineras desde que entró en vigor el 1 de abril el plan anticrisis del Gobierno.
De hecho, frente a la subida del 61% que marcó la electricidad en la inflación de marzo, en abril se sitúa en el 33,7%, mientras que las gasolinas habían sufrido un incremento del 38,8% en marzo que ahora se modera al 29,9%. Pese a ello, siguen siendo los dos elementos que más tiran de la tasa del IPC hacia arriba, aunque no son los únicos. Los datos del INE revelan que los precios de los alimentos registraron en abril una tasa del 10,1%, tres puntos más que en marzo, destacando el encarecimiento de la carne, el pan, las legumbres y la leche.
Suben los huevos, la leche y los cereales
Más en detalle, desde abril del año pasado los aceites se han encarecido un 48,4%, seguido de la calefacción un 35,2%. Superan los dos dígitos también los huevos (21,6%), la leche (13,2%), los cereales (13,7%), así como la carne de ave (12,7%), la carne de vacuno (11,4%) y el pan (10,1%).
Desde el Ministerio de Asuntos Económicos aseguran que ha sido una «rebaja significativa que rompe la tendencia alcista de los últimos meses, en la que se pueden apreciar los primeros efectos de las medidas adoptadas por el Gobierno para paliar los efectos económicos de la guerra en Ucrania, para reducir el coste de la energía para las familias». Asimismo, reconocen que a esta reducción ha contribuido también la «desaceleración» de los precios de la electricidad.
En el Ejecutivo esperan que la inflación siga su bajada los próximos meses gracias a la limitación de los precios del gas que este mismo viernes se aprueba en Consejo de Ministros extraordinario, lo que permitirá reducir «sensiblemente» el precio de la electricidad. «La bajada en la factura de la luz de los hogares y de las empresas se producirá cuanto antes», argumentan.
En tasa mensual (abril sobre marzo), la inflación baja un 0,2%, su primera caída tras dos meses de alzas. Con las cifras sobre la mesa, de marzo a abril destaca la caída de los productos energéticos (-13,5%), los combustibles (-6,4) y la calefacción (-14%). Por el contrario, lo que más subió de precio fue el aceite (15,6%), las legumbres (12%) y las prendas de vestir de niño y bebé (12,3%).
Inflación subyacente en el 4,4%
El problema ahora es la inflación subyacente, que permite observar cómo la tasa de IPC no es tan alta solo por la electricidad y la gasolina, sino que el incremento de precios es generalizado. Este indicador, que no tiene en cuenta energía ni alimentos frescos, subió en abril un punto hasta situarse en el 4,4%, la más alta desde diciembre de 1995.
Un problema para la economía española ya que es una tasa que «tiende a perpetuarse en el tiempo» y es más elevada que la media europea, lo que supone «pérdida de competitividad para España», explica a este periódico el director de Coyuntura Económica de Funcas, Raymond Torres, que asegura que la inflación subyacente es el «principal barómetro de la marcha de la economía». El economista advierte además de que esta es la medida que el Banco Central Europeo (BCE) mira para ajustar sus tipos de interés.
Por su parte, el IPCA, que proporciona una medida común de la inflación para poder hacer comparaciones internacionales, se situó en el 8,3% en tasa anual, un punto y medio por debajo de la de marzo.
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