El Domingo -5- Mayo a las 9:35 por La 1, foto,.
El coche de Arranca en Verde circula por A Coruña, un auténtico balcón con vistas al océano Atlántico. Leonor Lavado recibe a tres concursantes: Sara, vigilante medioambiental de 24 años; Édgar, ingeniero técnico naval de 38 años; y Alfredo, un simpático jubilado de 96 años.
TITULO: Chester - Paolo di Paolo,.
El Domingo -5- Mayo a las 21:30 por La cuatro , foto,.
Risto Mejide, su presentador original,.
Paolo di Paolo,.
La Dolce Vita que nunca existió,.
Paolo di Paolo, leyenda de la fotografía que solo ejerció durante 16 años, expone a sus 93 años un relato desmitificado e íntimo de la Italia del boom económico
La serie de verano se llamaría La larga carretera de arena,
un viaje de norte a sur de Italia a través de sus playas. Un ensayo
fotográfico sobre las costumbres vacacionales de un país en plena
mutación social para el semanal Il Tempo. Pero aquel año, en el
asiento de copiloto del MG del fotógrafo Paolo di Paolo (Larino, 1925)
se sentó un tal Pier Paolo Pasolini, un intelectual que apenas había
escrito algunos libros de poesía y una novela y que no abrió la boca en
siete días de viaje. Miraba, paseaba, se quedaba absorto en segundo
plano. No bebía, tampoco hablaba de mujeres, claro. Solo al llegar a
Cinquale, la playa frecuentada por Thomas Mann o Malaparte, cuando el
fotógrafo recitó un poema de Rilke, comenzó a forjarse una amistad, a la
manera que uno podía ser amigo de Pasolini. De aquello salio también un
libro y un reportaje maravilloso, cuyas mejores imágenes muestra el
propio Di Paulo, a los 93 años, paseando con su bastón y una tranquila
elegancia por los rincones de su Mundo perdido, la exposición que el MAXXI le dedica en Roma.
Di Paolo fue una estrella fugada de un oficio que solo ejerció durante 16 años por pánico a tropezar en el abismo de la decadencia. Un buen día, con solo 46, disparó por última vez. En lugar de explotar su valioso trabajo, enterró sus mejores fotos temiendo perjudicar a unos protagonistas demasiado cercanos. Sucedió con la decena de negativos de Oriana Fallaci bailando en la orilla de una playa de Venecia donde solo pasaba René Clair un mañana de resaca del festival. “¿Alguna vez la había visto sonreír? Ahí la tiene”, muestra orgulloso Di Paolo. Lo mismo ocurrió con el trabajo que Anna Magnani le encargó en su villa del Circeo: la primera vez que alguien fotografiaba a su hijo discapacitado. O con el único reportaje que existe de Pasolini, paseando por el arrabal del Testaccio y permitiendo hacerle la que quizá fue su mejor fotografía. Todas esas imágenes fueron a parar a una caja que su hija Silvia encontró en el viejo desván de casa con 250.000 negativos de entre 1954 y 1968, la mayoría inéditos.
La casualidad marcó también el inicio. Di Paolo, que solo quería ser
profesor de filosofía hasta que la víspera de su graduación se topó con
una Leica III C en un escaparate, fue siempre un intelectual con una
cámara colgada al cuello. Un artista a veces más preocupado por la ética
que la estética de su obra. Una anomalía en una época en la que
florecían los paparazzi y el oficio se llenaba de
cazarrecompensas en la puerta de los restaurantes caros. Él siempre lo
odió. Cuando llegaba una actriz a Roma, de hecho, él le hacía llegar un
ramo de flores y una tarjetita pidiéndole fotografiarla. Así retrató a
Kim Novak saltándose el tumulto que esperaba en la puerta de su hotel.
“Lo de los paparazis fue un fenómeno alimentado por Fellini. No
había ni uno cuando yo empecé, pero él creó un modelo que luego
copiaron. ¿La Dolce Vita? No existió nunca. También es una invención
suya y de su publicista. Pero la gente venía de todas partes para vivir
ese fenómeno en la Via Veneto y, al final, ellos eran el paisaje”,
señala mostrando una foto de tres jeques sentados en la serpenteante
avenida romana.
La “fotografía laica” de la generación de Di Paolo transitó a través del rastro de las huellas de Henri Cartier-Bresson tratando de ir algo más allá. “Teníamos esa presunción no confesada. Para él el elemento humano era compositivo, no había interpretación o profundización de un personaje. Las personas son instrumentos al servicio de la composición. Recuerdo que estuvo en Scanno (Abbruzzo) haciendo un reportaje… son fotos espléndidas, pero ve a esas mujeres vestidas de negro una al lado del otro como si las hubiera puesto él. No es una crítica, él es insuperable. Pero su límite era ese”, explica mientras ilustra su teoría con algunos ejemplos de su exposición.
Italia temblaba ya con las primeras explosiones del boom
económico que la transformó. Pero Di Paolo muestra también una sociedad
que salía fatigosamente de la pobreza y del analfabetismo. Un inestable
equilibrio entre las desigualdades y el impulso renovador de unos años
fundamentales para entender un país que enterraba su pasado,
literalmente ilustrada en la foto del funeral del secretario general del
PCE, Palmiro Togliatti. O en la inauguración de la Autopista del Sol,
eje vertebrador de una nueva Italia que ahondaría en las heridas entre
norte y sur. Ese día, en lugar de fotografiar al obispo y el alcalde
cortando la cinta, Di Paolo se fue a lo alto de una colina y retrató de
espaldas a una familia que vivía en una chabola observando cómo el
primer automóvil acuchillaba el paisaje de olivos y campos que el país
se disponía a dejar atrás.
Una Italia alejada del relato pomposo y artificial de la Via Veneto
que despreciaba. “Explotaba la creatividad en todos los campos. Y yo me
sentí un afortunado artífice de esa generación. Pudimos atravesar ese
periodo siendo jóvenes, fue un despertar, un segundo Renacimiento para
Italia. Sentíamos dentro algo extraordinario. No teníamos dinero, era
difícil trabajar. Pero teníamos una felicidad extraordinaria por poder
desarrollar el sentido de libertad y creatividad. Eso nos ayudó a
algunos colegas a aventurarnos en la fotografía sin saber nada de
fotografía. Esa fue la Dolce Vita para mí”. Pero fue breve.
El 8 de marzo de 1966, el día que cerró Il Tempo, Di Paolo mandó un telegrama a su histórico director, Mario Pannunzio. “Para mí y para otros amigos muere hoy la ambición de ser fotógrafo”. No era una manera de hablar, en aquel instante, justo cuando más brillaba, liquidó su carrera. “¿Quién me iba a publicar? La televisión había quemado la posibilidad de hacer reportajes largos y elaborados. Un día me vino a ver un director de periódico y me dijo: ‘Cualquier cosa que tenga algo de picante, tráemela: tienes las puertas abiertas’. Salí de su despacho y esas puertas se me cerraron a la espalda. El mundo del scoop y los escándalos no eran el mío. Habría empezado el declive y hoy seguramente no existiría esta muestra”. Y algunos podrían seguir soñando con la Dolce Vita.
Di Paolo fue una estrella fugada de un oficio que solo ejerció durante 16 años por pánico a tropezar en el abismo de la decadencia. Un buen día, con solo 46, disparó por última vez. En lugar de explotar su valioso trabajo, enterró sus mejores fotos temiendo perjudicar a unos protagonistas demasiado cercanos. Sucedió con la decena de negativos de Oriana Fallaci bailando en la orilla de una playa de Venecia donde solo pasaba René Clair un mañana de resaca del festival. “¿Alguna vez la había visto sonreír? Ahí la tiene”, muestra orgulloso Di Paolo. Lo mismo ocurrió con el trabajo que Anna Magnani le encargó en su villa del Circeo: la primera vez que alguien fotografiaba a su hijo discapacitado. O con el único reportaje que existe de Pasolini, paseando por el arrabal del Testaccio y permitiendo hacerle la que quizá fue su mejor fotografía. Todas esas imágenes fueron a parar a una caja que su hija Silvia encontró en el viejo desván de casa con 250.000 negativos de entre 1954 y 1968, la mayoría inéditos.
Un buen día, con 46 años y tras 16 de carrera, realizó su último disparo
La “fotografía laica” de la generación de Di Paolo transitó a través del rastro de las huellas de Henri Cartier-Bresson tratando de ir algo más allá. “Teníamos esa presunción no confesada. Para él el elemento humano era compositivo, no había interpretación o profundización de un personaje. Las personas son instrumentos al servicio de la composición. Recuerdo que estuvo en Scanno (Abbruzzo) haciendo un reportaje… son fotos espléndidas, pero ve a esas mujeres vestidas de negro una al lado del otro como si las hubiera puesto él. No es una crítica, él es insuperable. Pero su límite era ese”, explica mientras ilustra su teoría con algunos ejemplos de su exposición.
Su casa guardaba 250.000 negativos de entre 1954 y 1968 nunca publicados
El 8 de marzo de 1966, el día que cerró Il Tempo, Di Paolo mandó un telegrama a su histórico director, Mario Pannunzio. “Para mí y para otros amigos muere hoy la ambición de ser fotógrafo”. No era una manera de hablar, en aquel instante, justo cuando más brillaba, liquidó su carrera. “¿Quién me iba a publicar? La televisión había quemado la posibilidad de hacer reportajes largos y elaborados. Un día me vino a ver un director de periódico y me dijo: ‘Cualquier cosa que tenga algo de picante, tráemela: tienes las puertas abiertas’. Salí de su despacho y esas puertas se me cerraron a la espalda. El mundo del scoop y los escándalos no eran el mío. Habría empezado el declive y hoy seguramente no existiría esta muestra”. Y algunos podrían seguir soñando con la Dolce Vita.
TITULO: Menudos Vecinos Canal Extremadura - Minuto para Ganar KIDS - La feria agroalimentaria se suma a la romería de la Virgen en Almaraz,.
La feria agroalimentaria se suma a la romería de la Virgen en Almaraz,.
El municipio celebrará ambos eventos, que aglutinan una veintena de actividades, durante próximo fin de semana,.
Ambas celebraciones aglutinan cerca de una veintena de citas, que comenzarán a la una de la tarde del viernes con la apertura de las casetas de la feria, ubicadas en la plaza de España. A partir de entonces se sucederá una tamborrada que partirá desde la misma plaza, talleres infantiles de galletas con 'fondant', globoflexia y pintacaras; un espectáculo de magia a cargo de Jorge Luengo, degustación de hamburguesas y orquesta.
Para el sábado, jornada en la que las casetas abrirán a mediodía, se ha programado una degustación de fritura de pescado, monólogos a cargo del humorista Comandante Lara, una charanga, un castillo hinchable y nuevos talleres infantiles. El día se cerrará con una verbena popular. En la organización de las actividades participan el Ayuntamiento, la Diputación Provincial de Cáceres y la consultora de formación Formanortex.
Ya el domingo las actividades serán eminentemente litúrgicas. La romería comenzará al mediodía con la llegaada de la Virgen a la iglesia de San Andrés, partiendo de allí a la ermita, donde llegará en torno a la una de la tarde, acompañada por el grupo local Rocamador Folk y su grupo de baile.
Los actos se completan con una misa en la que participarán ambas formaciones, así como una degustación de dulces típicos y paella a cargo de los mayordomos.
TITULO: PERRO REX - EL LADRON DE TOALLAS - La Guardia Civil desarticula una organización dedicada al tráfico de drogas en el Campo Arañuelo,.
PERRO REX - EL LADRON DE TOALLAS - La Guardia Civil desarticula una organización dedicada al tráfico de drogas en el Campo Arañuelo,fotos.
La Guardia Civil desarticula una organización dedicada al tráfico de drogas en el Campo Arañuelo,.
La operación se ha realizado en Navalmoral de la Mata y en varios municipios de las provincias de Madrid y Toledo,.
Gracias a la colaboración ciudadana, agentes del equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Navalmoral de la Mata pudieron verificar que un vecino de esta localidad se dedicaba al tráfico de estupefacientes, concretamente al suministro de cocaína en la comarca de 'Campo Arañuelo'.
La Guardia Civil pudo averiguar que, la mujer de este vecino mujer, realizaba en algunas ocasiones labores de suministro de drogas a los consumidores habituales. Igualmente, se pudo detectar cómo un vehículo accedía en varias ocasiones hasta la puerta de la finca del objetivo de la investigación, y su conductor introducía en el coche del sospechoso un paquete blanco.
Tras ampliar la investigación, los agentes pudieron determinar que los mismos suministradores realizaban transporte de drogas a Toledo, Madrid, Bilbao, Alicante y Valencia, además de Cáceres.
Tras averiguar que el sospechoso iba a recibir una partida de cocaína, el pasado, 20 de marzo, agentes de la Guardia Civil llevaron a cabo nueve registros; en un principio, al matrimonio, ambos de 51 años, objetivos y cabecillas de la organización morala. Así, fueron reconocidos dos domicilios de esta localidad, una nave en Pueblonuevo de Miramontes y una taquilla del trabajo de la mujer, en Oropesa de la Calzada (Toledo).
En una segunda fase de la operación, se llevaron a cabo cinco registros al resto de los integrantes de la organización, uno en Seseña Nuevo (Toledo), dos en Madrid, otro en Coslada (Madrid) y un último en Ensanche de Vallecas (Madrid), utilizados por cuatro ciudadanos colombianos, de 32, 33, 37 y 44 años, encargados de proveer y suministrar la droga.
Como resultado, la Guardia Civil ha conseguido aprehender 2.280 dosis de cocaína, 96 dosis de cocaína rosa, 70 gramos de anfetaminas, 111 pastillas de metanfetamina, 39 de marihuana, dos kilos de sustancia de corte, 355.000 euros en efectivo, una pistola de 9 milímetros con la numeración borrada y 55 cartuchos, otro arma del calibre 45, varias básculas de precisión, una prensa, numerosos teléfonos móviles, cuatro vehículos utilizados para el transporte de drogas, una avioneta y una retroexcavadora.
La organización criminal desarticulada operaba en todo el país y suministraba cocaína de forma habitual y continua, no solo en Navalmoral de la Mata, sino en toda la comarca de 'Campo Arañuelo'.
Los seis detenidos, por los supuestos delitos de tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal, tras ser puestos a disposición del Juzgado de Instrucción 3 de Navalmoral de la Mata, ingresaron en el centro penitenciario de Cáceres.
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