sábado, 17 de agosto de 2024

7 DIAS CITAS , SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO - ¡ BUENOS DIAS JAVI Y MAR ! - CADENA 100 - CALLEJEROS - Al rincón de pensar - Martes - 27 - Agosto - Hay que derrotar a Maduro con María Corina Machado o con su relevo ,. / LA NOCHE LARGA, MUJERES EN PRIMERA LINEA, - LA CHICA LUNES - 26 - Agosto - Domingo - 1 - Septiembre - DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES - 27 - Agosto - Pepa Romero Presentadora 'YAS Verano' ,. / Viajeros Cuatro - El pueblo de Granada que celebra la Nochevieja de agosto desde hace 30 años ,. / Ven a cenar conmigo - EL HOROSCOPO - Manolo Martínez - Filósofo y exmúsico ,. / Batalla de Restaurantes - Cocina - Croque monsieur,.


 TITULO: 7 DIAS CITAS , SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO - ¡ BUENOS DIAS JAVI Y MAR ! - CADENA 100 - CALLEJEROS - Hay que derrotar a Maduro con María Corina Machado o con su relevo ,.

¡ BUENOS DIAS JAVI Y MAR ! - CADENA 100 ,.

 Lo mejor del programa ¡Buenos díasJavi y Mar! que se emite cada mañana en CADENA 100 de 06:00 a 11:00 y que presentan Javi Nieves y Mar Amate,etc.
 

 Al rincón de pensar - Martes - 27 - Agosto  ,.


Al rincón, anteriormente conocido como Al rincón de pensar, fue un programa de televisión español en el que cada semana dos personajes de plena actualidad (cantantes, políticos, actores, deportistas) se someterán a las preguntas Risto Mejide en su particular rincón. Se emitió los martes a las 00:00 horas en Antena 3., etc.

 

 

Hay que derrotar a Maduro con María Corina Machado o con su relevo,.

La candidata opositora ha sido inhabilitada por el régimen venezolano, pero llamar a la abstención o propiciar candidatos "postizos" con el aval del régimen sería perder una oportunidad, afirma el autor del artículo

María Corina Machado, diputada de la Asamblea Nacional venezolana
 
foto / María Corina Machado, diputada de la Asamblea Nacional venezolana

La coherencia, el coraje y valentía son tres características que describen a la candidata presidencial de la oposición venezolana María Corina Machado. Es lo que le ha permitido aglutinar un masivo e indiscutible apoyo de la inmensa mayoría de los venezolanos, alcanzando números que la aventajan, por mucho, del resto del liderazgo opositor. Por ejemplo, y según recientes estudios, cuadriplica al dos veces excandidato presidencial y también inhabilitado, Henrique Capriles, quien estaría de segundo en la opinión pública; y sobrepasa a quien aparece en tercer lugar, el gobernador del Zulia y también ex candidato presidencial, Manuel Rosales. Ambos, Rosales en 2006 y Capriles 2012 y 2013, fueron contendientes de Chávez y Maduro, respectivamente y aglutinaron amplios respaldos, lo cual revitalizó en su momento a la oposición venezolana.

La realidad hoy es que Machado es la líder de los factores democráticos y cuando la miden con Nicolás Maduro ella lo derrota de manera contundente, con una proporción, según las encuestas, de 70 a 30 por ciento, es decir, ganaría sin atenuantes.

Ahora bien, debemos separar los deseos de la realidad, o como dice el dirigente Luis Beltrán Franco: “la política es el manejo de la realidad”, es decir, el deseo de los casi tres millones de venezolanos de que se respete su voluntad expresada en las primarias y que María Corina Machado compita legítimamente ha pasado al terreno de lo "poco probable", aunque como decía Montesquieu, "la política es el arte de lo posible”. Maduro y su entorno saben que ir a unas a elecciones frente a Machado es salir derrotado y perder el poder es algo que el chavismo-madurismo no se plantea.

Entonces, llegada la hora de inscribir a ese candidato, es María Corina con su liderazgo demostrado en octubre de 2023 y ratificado según los últimos sondeos, quien debería nombrar su sustituto o presentar una lista con los nombres de mujeres y hombres que pudieran reemplazarla. Sería un gesto, sin duda, de magnanimidad que la historia se lo reconocería, pues antepondría los intereses del país sobre su legítimo derecho de ser presidenta de Venezuela.

“Hasta el final” es derrotar a Maduro con María Corina o con su relevo, y aquí entramos a otra reflexión: si el régimen avanza en seguir decidiendo a su “oposición” o si la Plataforma Unitaria nombra un candidato, igual al que le alce la mano o nombre María Corina ganaría la elección.

Esta semana lo advirtió la Unión Europea, Maduro “no puede elegir a sus oponentes”; y además destacaron que el avance logrado con el Acuerdo de Barbados se ha visto “ensombrecido” con actos como la inhabilitación de la candidata presidencial unitaria de la oposición y de Henrique Capriles.

Lo que no se debe aceptar es tomar la ruta de la abstención y no se logre un acuerdo, obviamente con la participación en el debate y la escogencia de María Corina, que permita tener una candidatura unitaria que recoja la voluntad de cambio y de esta manera enfrentar al régimen y luchar por un triunfo en las elecciones presidenciales.

Llamar a la abstención o propiciar candidatos "postizos" con el aval del régimen constituiría la pérdida de una oportunidad que, probablemente, no volvamos a tener en muchos años y el daño final sería para todos los venezolanos que nos obligaría a seguir padeciendo seis años más de una crisis que se agudiza cada día en todos los sectores del territorio nacional y, además, sepultaría el clamor de cambio del modelo político que ha controlado los destinos de la nación durante los últimos 25 años, con el saldo de haber arruinado económica, política y socialmente al país.

 

TITULO:  LA NOCHE LARGA, MUJERES EN PRIMERA LINEA, - LA CHICA LUNES - 26 - Agosto - Domingo - 1 - Septiembre  - DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES - 27 - Agosto - Pepa Romero Presentadora 'YAS Verano',.

 

DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES - 27 - Agosto  ,.

 

 El programa está conducido por la periodista catalana Susanna Griso. Cada semana visitará la casa de un personaje famoso relevante y mediante el hilo conductor de la entrevista, irá desgranando la vida de los famosos. Como novedad la periodista se instalará en las casas de los invitados durante dos días pasando una noche allí. El MARTES -  27 - Agosto  ,  a  las 22:40 por antena 3, etc.

 LA NOCHE LARGA, MUJERES EN PRIMERA LINEA, - LA CHICA LUNES - 26 - Agosto - Domingo - 1 - Septiembre  - DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES - 27 - Agosto - Pepa Romero Presentadora 'YAS Verano',.

Pepa Romero Presentadora 'YAS Verano',.

«Mi madre me decía que tenía que ser periodista porque hacía muchas preguntas»

«Sonsoles Ónega me ha dicho que sea natural y que lo disfrute», dice la periodista, que la sustituye en las tardes de Antena 3,.

 «Mi madre me decía que tenía que ser periodista porque hacía muchas preguntas»

foto / Pepa Romero Presentadora 'YAS Verano',.

Cuenta Pepa Romero que este año sus vacaciones pasan a un segundo plano. La reportera sustituye en Antena 3 a Sonsoles Ónega durante su descanso estival y se pone al frente de 'YAS Verano' (de lunes a viernes a las 18:00 horas), la edición veraniega del magazine líder de las tardes. Acostumbrada a trabajar en la calle, en espacios de actualidad como 'Ya es mediodía' o 'Equipo de investigación', Romero afronta el reto de sustituir a la también ganadora del Premio Planeta, a quien le pidió consejos. «Me ha dicho que sea natural», revela.

-¿Cuándo comienza su jornada laboral?

-A las once de la mañana tenemos la primera reunión de contenidos; luego, a las doce o así, ya me pongo a mirar los temas y todas las noticias. A la hora de comer bajo a maquillaje y, después, hacemos más reuniones. Somos un engranaje muy fuerte y estamos listos para cualquier noticia de última hora. Tenemos experiencias en directos, no hay drama.

-Este verano se ha estrenado como presentadora. ¿Qué tal la experiencia?

-Con mucha emoción porque llevo como reportera del programa más de un año. Siempre me ha encantado estar en el plató, pero me ha tocado más trabajar en la calle. Me llegó la oportunidad porque la sustituta titular estaba de baja por maternidad. Es un reto sustituir a la mejor, Sonsoles Ónega. Y nerviosa la verdad es que no estaba porque ya llevo muchos años en televisión.

-¿Le pidió algún consejo a Sonsoles?

-Siempre le pido consejo y le pregunto cómo lo ve o cómo me va viendo. Que me haga críticas y me enseñe un poco el camino, porque al final ella es mi maestra. Para mí, Sonsoles es la mejor presentadora de televisión en España. Ella me ha dicho que sea yo misma, natural y que lo disfrute.

-¿Es Sonsoles de las jefas que escribe también en sus vacaciones?

-Yo estoy intentando no molestarla porque sé que ha tenido un año excesivamente duro con todo el tema de su libro, el programa diario y sus viajes. Hablé con ella antes de iniciar este verano para que me diese consejos. Me hubiese gustado verla, pero fue imposible porque yo me paso todo el día viajando como reportera, pero sí hablé con ella por teléfono y me dio mucha tranquilidad, paz y confianza.

-¿Por qué dejó hace algo más de un año Unicorn Content (la productora de Ana Rosa Quintana) para marcharse con Sonsoles? ¿Qué le sedujo del proyecto de Antena 3?

-Conocí a Sonsoles en 'Ya son las 8', el programa que hacíamos en Telecinco por las tardes. Tuve una conexión profesional con ella. Me pareció una persona que me encantaba tener al otro lado del pinganillo. Cuando me hicieron fija en Unicorn, a Sonsoles la ficharon en Antena 3 y me quedé en la productora, pero al año siguiente recibí una llamada de Atresmedia y no lo dudé. Yo quería irme con Sonsoles. En Unicorn estaba fenomenal y me dieron muchas oportunidades. Creo que es importante siempre quedar bien con todos en los sitios en los que has estado. Al final, esto es una carrera muy de fondo y nunca sabemos dónde vamos a estar.

-¿Cómo vive la rivalidad con la competencia, especialmente con 'TardeAR'? ¿Se fija mucho en las audiencias?

-Las audiencias son esclavas. Me levanto todos los días a las ocho para ver los datos. Era algo que ya hacía como reportera. Y luego esa batalla de las tardes es muy dura, porque al final son pocos testimonios de cada historia y dos programas que tienen una esencia muy parecida. Los reporteros son amigos tuyos, pero al final debes intentar tener el mejor testimonio siempre. Y unas veces ganas, otras veces pierdes, pero siempre intentando mantener el compañerismo en la medida posible. A veces pueden surgir problemas o hay rivalidad. Todos queremos lo mismo, entonces es muy complicado.

-En toda su trayectoria de reportera, ¿hay alguna información que le marcó?

-Siempre pienso que cuando me pregunten por esto, ¿qué cuento? Tengo tantas anécdotas, tantas. Desde entrevistar a narcotraficantes que te dicen que tenga mucho cuidado para que no se les reconozca o cuando me apuntaron con una pistola en San Blas. Parece extraño, pero recuerdo mucho mis coberturas en la Cañada Real de Madrid. Me tenían cariño.

-¿Lo del periodismo le vino desde pequeña o fue una vocación tardía?

-Toda la vida me ha encantado la cámara. Mi madre siempre me grababa haciendo actuaciones en casa. No sabía lo que quería estudiar. Entonces, cuando llegaron los 18 años, yo no sabía si decantarme por derecho o empresariales. Fue mi madre la que me dijo que estudiara periodismo. Ella hace entrevistas en la televisión de Ferrol y me decía que tenía que ser periodista porque hacía muchas preguntas. Empecé la carrera y no me decía mucho, hasta que empecé a trabajar y a descubrir la pasión por el reporterismo.

-Le ha tocado trabajar en verano. ¿Le dará tiempo a hacer alguna escapada?

-Siempre suelo ir con mis amigos y familia, que están en Ferrol. O viajamos a Portugal. Este año no he tenido vacaciones de momento, pero ante esta oportunidad, eso es lo de menos.

 

TITULO:  Viajeros Cuatro -  El pueblo de Granada que celebra la Nochevieja de agosto desde hace 30 años ,.

 

El Miércoles - 28 - Agosto a las 22:45 por La

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El pueblo de Granada que celebra la Nochevieja de agosto desde hace 30 años,.

El origen de la fiesta está en un apagón de luz el 31 de diciembre de 1993,.

Celebración de la Nochevieja de agosto de Bérchules | Fuente: Oficina de Turismo de Granada
 
Celebración de la Nochevieja de agosto de Bérchules | Fuente: Oficina de Turismo de Granada,.

El municipio alpujarreño de Bérchules (Granada) celebrará este próximo fin de semana la 30 edición de su Nochevieja de Agosto, un reclamo turístico con cotillón, Reyes Magos, mantecados y uvas que recuerda el apagón que dejó a los vecinos sin campanadas en 1994.

La Asociación Berchulera de Nochevieja en Agosto (ABNEA), en colaboración con el Ayuntamiento y la Diputación, organizan este característico evento que cada año reúne a miles de personas y que cuenta con una programación especial.

La propuesta incluye pasacalles y reparto de anís y polvorones, la visita de los Reyes Magos y la toma de las uvas de la suerte al ritmo de unas campanadas que no pudieron celebrarse en 1994, fecha en la que un apagón dejó a los vecinos de Bérchules sin Nochevieja.

Este 30 aniversario alargará aún más los días de celebración, que comenzarán este miércoles con un mercadillo artesanal-navideño, a lo que se sumará la pedida del aguinaldo de los más pequeños, que tendrán su fiesta infantil con colchonetas antes de que se inaugure el museo de la Nochevieja.

Un año más, Bérchules tendrá un concurso de fachadas navideñas y celebrará el sábado su pasacalles tradicional con borriquilla y el reparto de anís y mantecados donados por la Estepeña, un aperitivo para hacer una ruta por los belenes, disfrutar de un belén viviente y celebrar la Nochevieja infantil.

Los Reyes Magos llegarán desde Alcútar antes de la zambombá flamenca, la verbena y el pregón que este año ofrecerá el licenciado y doctor en Teología y en Ciencias de la Educación y catedrático de teoría e historia en la Universidad de Granada Enrique Gervilla.

La medianoche llegará con las campanadas y la fiesta para dar la bienvenida al 2024 y medio, el punto en el que las uvas dan paso a la fiesta en la Plaza de la Constitución.

El alcalde de Bérchules, Ismael Padilla, ha explicado que el municipio espera un año más recibir a miles de personas en una tradición única que se vive de una manera más intensa que la Nochevieja del 31 de diciembre.

Bérchules celebró la primera 'Nochevieja en Agosto' en 1994, después de haber sufrido un apagón de luz el 31 de diciembre de 1993, aunque convirtieron aquel contratiempo en una oportunidad que congrega cada verano a miles de personas.

TITULO: Ven a cenar conmigo - EL HOROSCOPO  - Manolo Martínez - Filósofo y exmúsico ,.

 

 Manolo Martínez - Filósofo y exmúsico ,.


«Si Astrud volviera, sería un poco en plan Los Pecos y eso me da pena»,.

«Doy mis clases, escribo artículos e intento publicarlos. Ese es mi día a día», explica este profesor titular en el departamento de Filosofía de la Universidad de Barcelona,.

 
fotos / Manolo Martínez,.

No es muy habitual que un músico con una jugosa trayectoria en el electropop nacional aparque a un lado la guitarra para centrarse en la vida académica. Es la decisión que tomó el filósofo Manolo Martínez (Ceuta, 1973), la mitad de Astrud. Formado junto a Genís Segarra, el dúo catalán alumbró cuatro álbumes, entre 1995 y 2011, llenos de insólitas melodías y unas letras audaces e inteligentes que navegaban entre la mala leche, el humor y el surrealismo. Tras doctorarse en Filosofía, Martínez se marchó a Nueva York con una beca para realizar un postdoctorado durante al menos dos años. De aquello han transcurrido ya trece, los mismos que Astrud lleva en silencio. «Doy mis clases, escribo artículos e intento publicarlos. Ese es mi día a día», explica este profesor agregado -el equivalente a titular en Cataluña- del departamento de Filosofía de la Universidad de Barcelona.

- Manolo Martínez... El suyo nunca fue un nombre de artista.

- Exacto. Me podía haber puesto otro nombre. En aquella época los Manueles ya empezábamos a ser Manus (ríe). Pero sí que te diré que en mi vida académica, como filósofo, utilizo Manolo Martínez para firmar mis artículos y ahí sí que es más claramente un nombre de artista, en el ámbito académico.

- ¿Había alguien en la familia que ya apuntara maneras en lo musical?

- No. Mi madre cantaba y le tocaba cantar porque era profesora de Primaria, pero no lo hacía muy bien, y mi padre también había cantado en coros de pequeño, pero no era una casa especialmente musical. Hombre, había discos, eso desde luego. Después de mí, mi hermano Pablo sí que ha sacado un par de discos chulísimos. Los dos sí que éramos muy musicales, pero no sé si venía de mis padres. Creo que mi tío tocaba la guitarra y cantaba 'Mediterráneo' y ya enamoraba a la concurrencia con algo de eso.

- Se doctoró en Filosofía, pero antes se sacó la licenciatura en Ingeniería Química. ¿Por qué?

- Me vine a Barcelona precisamente a estudiar la carrera y fue un poco por las razones típicas. En mi casa no había patrimonio y había que hacer una carrera con salidas y tal. A mí me interesaba la ciencia, quizá menos la ingeniería, pero hacer la carrera me sirvió mucho también para lo que hago como filósofo. Lo que no soy es ingeniero. He conocido a mucha gente que sí que lo es. Cuando trabajé durante una etapa en Frigo, conocí a personas de la planta de desarrollo de productos y era gente que se dedicaba a eso: tenía problemas y los resolvía. Con un zapato y un clip, como si fuera McGyver, eran capaces de hacer un aparato para probar si un helado podría hacerse industrialmente. Esa gente eran verdaderos ingenieros, yo no. Yo soy incapaz de hacer nada con las manos, nunca serví para eso.

- ¿Cómo fue mudarse de El Puerto de Santa María a Barcelona?

- Lo hice a punto de cumplir los 17 años y, claro, yo ahora lo pienso y flipo. Tengo un hijo de 14 años y pensar que dentro de dos le diga: «Bueno, adiós, nos vemos en Navidad». Y lo meto en un tren, y le digo que ya me llamará mañana cuando llegue y encuentre 20 duros para el teléfono... Se me hace muy loco, pero en el momento me parecía todo normal. Recuerdo perfectamente los primeros tres meses y muy vívidamente cómo era cada cosa. Cuando llegué, llevaba zapatillas de esparto y estaba lloviendo en Barcelona como solo llueve en Barcelona en septiembre. Me metí en la residencia con los pies completamente empapados y sintiéndome un miserable. Pero bueno, enseguida estuve muy bien, la verdad. Durante muchos años pensé que al terminar la carrera volvería, pero es que desde el principio estuve muy a gusto en Barcelona.

- Conoció a Genís en un concierto de Pulp y ahí nació la semilla de Astrud. ¿Fue así de sencillo?

- Fue así de sencillo. Nos conocimos en un concierto, que creo que fue en noviembre del 95, por un amigo común que en aquel momento hacía el diseño gráfico de distintas revistas en Barcelona. Empezamos a hablar de música. Los dos teníamos ganas de hacer música, imagino, ninguno tenía con quién y entonces dijimos: «Pues vamos a hacer un grupo». Pero acabó el concierto y cada uno se fue para su casa sin darnos los teléfonos. Y de aquella ni había internet o había, pero poco. Pero éramos un par de 'indies' del 95 y nos volvimos a encontrar en un concierto de Le Mans en el 96. Ahí Genís llevaba en el bolsillo una hoja de prensa que había diseñado con su Mac, por si me encontraba en otro concierto, donde ponía «Manolo y Genis montan un grupo. Se llamará...». Tenía una línea de puntos para poner el nombre y yo escribí Astrud. Y al lunes siguiente quedamos para ensayar en su casa. Él tenía una guitarra y yo llevé 'Lemongirl', que estaba acabada, y una a medio hacer que era 'Supermán' y que acabamos juntos. Ni él sabía lo que yo hacía, porque nos conocíamos de dos tramos de dos horas cada uno, ni yo sabía lo que él hacía. Resultó que lo que él hacía era muy chulo y le pareció bien ponerlo al servicio de lo que hacía yo, que era bastante más tontaco. Al contacto con Genís, la cosa poco a poco acabó siendo más interesante.

- ¿Qué pretensiones tenían?

- Al principio era hacer un grupo, lo que fuera. Como remezclar a Loopside, que nos lo pidieron e hicimos la mezcla y nunca salió, tocar donde fuera, hacer maquetas... A la que la cosa empezó a tomar color, nosotros hubiéramos querido petarlo mucho, ser famosos. Por supuesto, éramos músicos pop y va con la descripción del trabajo, supongo.

'Mi fracaso personal', el primer álbum

- En 1999 lanzaban su primer disco, 'Mi fracaso personal'. No es un disco especialmente fácil. Las melodías y las progresiones de acordes no van por donde uno se imaginan que pueden ir. ¿Qué piensa de aquel debut ahora?

- Yo estoy orgulloso de ese disco, me parece un álbum chulo y eso que dices es verdad. Ahí hay dos cosas: una, pues que ni sabía ni sé hacerlo mejor. No tengo esa habilidad para hacer una canción que funciona de principio a fin y que es redonda. Por otro lado, aunque te he dicho antes que queríamos ser estrellas del pop, allí nadie estaba dispuesto a hacer ninguna concesión (ríe). Hacíamos las canciones que queríamos y ya está, pero al 100%, con plena, no se si llamarlo radicalidad, porque es ridículo, porque al final sí que queríamos que las canciones fueran bonitas y agradables, pero lo que no pensábamos hacer era entontecerlas o simplificarlas. Lo que queríamos era hacerlas más chulas y más chulas parecía querer decir como con más arreglos, más cambios de tono, más modulaciones. Evidentemente, como todo el mundo sabe, esta no es la manera de hacerlas más chulas (ríe).

- Eso chocaba con la forma en la que, de alguna manera, les habían intentado vender: como una especie de Pet Shop Boys, más comerciales, con himnos instantáneos… ¿Esa promoción jugó a la contra del dúo?

- Es que ni idea. Supongo que Javier Liñán, que es la persona que nos fichó para Virgin, creyó ver que aquí había una una semilla de eso que acabas de decir, ¿no? Si Los Planetas eran como los Spiritualized de aquí, nosotros seríamos como los Pet Shop Boys de aquí, que eso siempre fue un poco estirar la cuerda un pelín. Pero eso también estaba. O sea, éramos dos tíos, que tocábamos canciones electropop, digamos que las similitudes superficiales estaban. Y nosotros, como te digo, intentábamos hacer canciones bonitas, atractivas, pop como 'It's a Sin', lo que pasa es que no salían porque no somos ese tipo de músicos. Genís luego lo ha sido más. Con Hidrogenesse tiene auténticos pepinazos pop, pero yo soy menos así, tengo menos gracia para clavar canciones sencillas.

- Disiento porque el siguiente álbum, 'Gran fuerza' (2001), les salió redondo. Era más melódico y popero, con menos propensión a la rareza.

- Fue casualidad, pero efectivamente nos salió mejor. Pero yo qué sé, 'La boda', por ejemplo, pues es una canción superrara también, o sea, pasan un montón de cosas. Cuando hicimos 'El teclista telequinético', que fue una cara b de 'Mentalismo', Javier Liñán se la enseñó informalmente a alguien de Los 40 Principales, porque ellos en la vida habían querido saber nada de nosotros. Él les dijo que era una canción que podía molar y que si era así, que la metíamos en el disco y si no, pues no. Bueno, pues la canción va por un rollo y de pronto hace una modulación hacia abajo, en lugar de ir a más va a menos, y Javier nos contó que en ese momento el tipo dejó de escuchar la canción...

- ¿Fue el de 'Gran fuerza' un viraje consciente hacia un puntito más comercial o simplemente surgió así?

- Yo creo que no, pero no me acuerdo, tengo muy mala memoria. No sé si lo pretendimos, pero creo que eran las canciones que iban saliendo. Una cosa que siempre me ha hecho mucha gracia de canciones que me encantan es cuando la misma frase, por la lógica de la canción que se tiene que repetir porque es el estribillo, va tomando diferentes significados y es cierto que en aquel momento eso me interesaba mucho a mí y en ese disco hay más de eso, lo que daba pie a unas canciones más 'estribillosas', pero no había una conciencia de intentar hacer canciones más pop. O sea, no más de lo que ya había en 'Mi fracaso personal'.

 
Manolo y Genis, en una imagen promocional de 'Performance'.

- En 2004, con el cambio de Virgin a Sinnamon Records, publicaron 'Performance' y el EP 'Todo nos parece una mierda'. Diría que fue el momento de mayor popularidad del dúo. ¿Cómo se vivió el cambio desde dentro? ¿Pudieron dedicarse a vivir única y exclusivamente de la música?

- Pues eso fue más con 'Tú no existes', pero yo sí que empecé entonces a vivir solo de la música. Supongo que vi que entraba pasta y podía permitírmelo. En aquel momento decidí dejar de trabajar en las empresas en las que trabajaba, que no me sentaba bien tampoco, y dedicarme a hacer el doctorado de Filosofía y luego ya veríamos qué pasa. De hecho no me despedí, sino que me cogí cinco años de excedencia. Sin embargo, desde dentro, el momento en el que igual parecía que lo podíamos haber petado fue antes, cuando estábamos en Virgin, porque Virgin era el sitio en el que si la cosa iba bien, podía haber ido muy muy bien. En Sinnamon se portaron estupendamente e hicieron mucho trabajo y los pobres se dejaron una pasta en nosotros, que no sé si recuperaron porque no sé cómo vendían los discos que hacíamos. Pero bueno, era todo más así, más 'indie' vaya, un rollo más pequeño. Que seguramente tienes razón tu, que por la progresión natural del grupo y por el EP de 'Todo nos parece una mierda', desde fuera era como que ahora mucha más gente nos conocía, pero yo por lo menos sentí que estábamos dando un paso atrás con el cambio a Sinnamon. Idealmente yo me imaginaba que ahora éramos, con un poco de suerte, un grupo 'indie' sólido, tipo los que me gustaban a mí, como Chucho, que por cierto dieron también el salto de Virgin a Sinnamon antes que nosotros. A mí esto ya me parecía bien y suficiente, pero era otro tipo de público, de tamaño y de cosa. Yo qué sé, estando en Virgin hacíamos cosas superraras como ir a tocar como grupo invitado al Festival de Benidorm. A nadie le interesaba aquello nuestro. O sea, tocábamos con Ella Baila Sola, que era otro tipo de rollo, y eso se acabó. Esa impresión de que aquí hay una movida del pop de verdad, de la gente a la que escucha todo el mundo y tal, desapareció con la llegada a Sinnamon.

Los directos

- Precisamente, le entrevisté con el lanzamiento de 'Tú no existes' en 2007 y me contó que se habían dado cuenta de que eran un grupo de directo, algo que unos años atrás le hubiera parecido «una idea ridícula».

- Es que es así: yo me sentía cómodo haciendo canciones, escribiéndolas, pensando líneas melódicas... Pero, claro, yo no sé tocar la guitarra, ni el teclado. Yo puedo tocarlos para acompañarme, para hacer la canción o para tener algo que hacer con las manos, pero ni soy guitarrista ni soy pianista y a duras penas soy cantante, entonces eso me parecía muy difícil. Pero luego resultaba, como todo el mundo sabe menos yo, que el pop no va de eso, va de estar allí, la gente escucha las canciones, las canta contigo, haces una broma, la gente responde... Y eso resultó que sí que lo sabíamos hacer. Descubrir eso fue una cosa muy chula para mí. En fin, yo me lo pasaba realmente bien.

- A lo largo de todos aquellos años, las actuaciones en vivo tuvieron distintas encarnaciones: actuaron solos, se incorporó Eduard como bajista en algunas canciones, luego giraron como una banda completa. ¿En qué encarnación se encontraba más cómodo?

- Todas las recuerdo con mucho cariño. Había una época en que éramos Genís y yo en un Twingo, con un Mac, y eso era muy chulo. Yo no sé conducir, así que Genís se chupaba unas palizas de llevarnos a Murcia, Salamanca... Llegábamos allí, montábamos el chiringo, tocábamos las canciones y era muy guay. O sea, era un desastre, pero yo me lo pasaba muy bien y él también y las canciones sonaban como sonaban y a la gente le gustaba y era todo pequeño porque eran pubs. La época como más de verdad, que yo diría que fue la más central del grupo en algún sentido, era cuando íbamos con Eduard, que era el bajista, y con Enric, que era el batería, y con Laura que era, por un lado, la 'road manager', pero también tocaba el teclado de vez en cuando, Genís y yo. Y eso era muy chulo. Eduard a veces no podía venir y era Genís quien tocaba el bajo.

- Imagino que también tenía sus cosas más negativas.

- Tiene cosas muy rollo lo de hacer conciertos. Yo qué sé, las salas, el dueño de sala farlopero... Hay un mundo ahí muy pesado, pero lo de ir a tocar, encontrarte con el público de tal ciudad, que más o menos conoces a los de la primera fila porque siempre están ahí, eso es muy chulo y lo echo de menos, claro.

- ¿Ligaba mucho?

- No sé, yo soy un desastre con eso, pero en todos los sentidos. Hoy en día, los jóvenes nos han enseñado lo de las relaciones de poder, esta especie de atmósfera, digamos, foucaultiana general que hay en el discurso público de la gente que tiene ahora treinta años... Desde luego, lo que te puedo decir es que ni mucho menos ligaba como otros compañeros de otros grupos, que era una cosa loquísima (ríe). Yo era más bien 'aturat', como decimos aquí, más bien paradillo.

- Decía que lo echa de menos.

- Sí, tocar lo echo de menos. También creo que ahora si hiciéramos una gira o lo que sea tendría un punto más como 'remember', en plan vuelven Los Pecos, que a mí me daría pena, pereza y no sé si hace falta o si estaría guay. Lo echo de menos, como digo, pero no de una manera en que se pudiera renovar, o esa es la impresión que tengo.

Las letras

- Las letras siempre fueron claves en las canciones. Algunas de las más recordadas describían relaciones y personas tóxicas, de forma cruda y realista. ¿Cuántas veces asociaron a su personalidad esa imagen de castigador de canciones como 'He vuelto', 'Caridad' o 'Minusvalía'?

- No lo sé, imagino que todas las veces. Es lo que uno hace cuando escucha canciones. Yo lo hago sin poder evitarlo, es así. Es que incluso Jacques Brel, que ya se sabe que está explicando historias inventadas, aún así piensas que algo habrá. Yo desde luego hacía un esfuerzo consciente por separarme del personaje de las canciones y lo decía cada vez que me preguntaban. Pero el pop es así, está cantando la persona que escribe la canción.

- ¿De dónde surgían personajes así? ¿Tenía referentes a su alrededor o salían directamente de la imaginación?

- A mí me daba mucha rabia... Antes hablábamos de compañeros de profesión que ligaban mucho, y luego sus canciones eran como «me han dejado y estoy aquí tirado» y era como, pero un momento, crack. A mí esto me daba cierta rabia, entonces creo que en parte viene de aquí, de la vivencia que yo veía de «esto no está funcionando, pero yo ya estoy en la siguiente cosa. Bueno, adiós, me voy». En 'Minusvalía' dice el personaje eso de «espero que ahora, esté todo más claro, yo tengo que irme porque he quedado, aquí al lado». A mí esto me lo han dicho y esto encapsula también la idea de «es que estoy 100% en otra cosa, es que he quedado con otra peña, es otra cosa lo que me interesa y con esta conversación que hemos tenido, queda cerrado el tema y me voy». Eso me lo han hecho, lo he vivido, lo he hecho yo... Y el ejemplo más claro era el de estos músicos que cantaban lo que te digo pero hacían aquello.

- ¿Por qué cree que en la música este tipo de temas se edulcoran tanto?

- La gente lo que quiere es oír unas cosas concretas. Quiere sentirse mal, pero solo un poco mal y estar triste, que es algo como dulce; o estar alegre, o celebrar el amor... Y todo eso parece que puede resonar con más gente, entonces igual los autores se apuntan más a eso. Una cosa que pasa es que incluso canciones de las que los autores han dicho cosas como «esta canción va de un hijo de puta», como es el caso de 'Every Breath You Take' de The Police, que va de un tipo que es un 'stalker', obsesionado con una mujer, y la gente las ha escuchado durante todos estos años como una canción preciosa, de amor, de «mira, cómo esta persona te quiere». La lectura edulcorada y, por tanto, tóxica, se impone de alguna manera y yo creo que algún antropólogo debería estudiarlo. O como 'Creep', de Radiohead ¡Nadie debería sentirse identificado con una canción así! No sé qué razones hay más allá de esto de que si conoces la media general de lo que todo el mundo escucha, pues te acaba saliendo algo así, como una cosa que celebra ciertos roles, quizá un poco incluso heteropatriarcales, del amor romántico.

- Luego estaban las canciones donde se dedicaba a darle vueltas a las cosas o piezas directamente surrealistas: 'Miedo a la muerte estilo imperio', 'No estaría mal no tener que saber que es lo que va a pasar', 'Me desdigo', 'Todo da lo mismo', 'Cambio de idea', 'Cambio de forma'… Conectan con su pasión por la filosofía y la ciencia, ¿no?

- Conectan en el sentido de que las ha hecho la misma persona o las empezaba, porque Genís metía muchísima mano, pero sí, no sé. Por ejemplo, en 'No estaría mal no tener que saber qué es lo que va a pasar' la gracia era decir que esto me ha vuelto a pasar y me he vuelto a cansar, como Morrissey y el 'I started something and I'm not so sure', pues lo mismo. O sea no estaría mal no tener que saber qué es lo que va a pasar, pero resulta que lo sé y parte de la gracia era decirlo con esa frase que cuesta un par de veces ver cuándo acaba. Todas, al final, partían de cosas parecidas. 'Me desdigo' tiene también ese punto de un personaje que se ha cansado. I started something and I'm not so sure, y me desdigo y como no dejo de desdecirme al final todo queda como estaba, cree él. Y por otro lado siempre me han hecho gracia esos personajes superunidimensionales, que son como robots que solo tienen una idea y la llevan en la canción, que dura tres minutos, a sus últimas consecuencias.

- A veces les colgaban un poco el sambenito de pretenciosos.

- Sí, sí, 100%, sí (ríe). Pues será que éramos pretenciosos. Yo siempre he sido un cretino, o sea que ya puede ser. Yo qué sé, tío. Yo hago lo que puedo. Yo no intentaba pretender nada, hacía las canciones y ya está.

 
Manolo y Genís, en una imagen promocional de 'Tú no existes'.

- Me resulta difícil encontrar letras así en nuestro cancionero. ¿Sentían que estaban haciendo algo distinto?

- Yo creo que lo que pensábamos era que si uno intenta no hacer el gilipollas, entonces lo que va a hacer va a ser guay, va a ser distinto, o lo que sea. Nosotros empezamos cuando empezaba 'OT', que nosotros éramos superfans de Bustamante y de Bisbal y lo veíamos de rodillas, pero claro uno no podía dejar de oír esas canciones y esas letras y pensar que aquella gente lo que estaba intentando es que la letra A) pase lo más rápido posible B) marque unas casillas que hay de que sea pegadiza, hable de amor... «Urgente, que vengas y me digas lo que sientes» (se arranca a cantar el tema de David Bustamante). O sea, eso es muy fuerte (ríe). Solamente intentando no hacer eso, pensábamos nosotros, la cosa irá 100% por otro lado, que es de hecho lo que pasaba. No teníamos como un programa artístico supercomplicado, solamente era intentar no engañar a nadie y tratar de no decir mentiras a base de repetir estas cosas del amor romántico. Eso era todo.

- Y, finalmente, estaban las canciones más tontas. Pequeños hallazgos, con mucha guasa, que tratan de cosas cotidianas: 'La boda', 'Masaje', 'CD', 'Acordarnos' o 'Paliza', 'Hay un hombre en España', 'Nuestros Poetas'… ¿Por qué la risa no se explota más en la música? ¿Se toman los grupos demasiado en serio?

- Es así, no sé. El Último de la Fila tenía canciones que son un poco de risa, quizá Los Burros, más. Mecano tiene canciones que son súper de risa, que luego está por ver que te rías con las canciones, porque las de risa son de José María y suelen ser un horror, me parece a mí, pero ahí están. No sé si es verdad que no se explota, no lo tengo claro. En esa de 'Paliza', por ejemplo, lo que me apetecía hacer era intentar escribir una cosa que no quedase claro si estaba pasando o no porque hay como problemas de rácord: la persona se va corriendo, pero ellos sin inmutarse siguen con la paliza. Al final, en un disco hay diez canciones o doce y vas probando cosas. 'CD' es un poco un gimmick. Yo recuerdo que la gente hacía CDs... ¿Conoces el musical 'Avenue Q'?

- No.

- Es muy chulo. Es de Robert López, que es el tipo que luego hizo las canciones de 'Frozen' y 'The Book Of Mormon'... Hizo un musical inicial, que es de marionetas y en él hay una canción de un chico que le da una cinta a una chica que está enamorada de él, las canciones van pasando y ella no entiende. ¿Pero esto qué significa? ¿Y esta? Así que esta idea de hacer un casete o un cd con canciones está en el aire y lo utilizas para decodificar de qué va la relación.

- ¿De qué canciones se siente más orgulloso?

- No lo sé, tío. Igual 'Cambio de idea', canciones que empiezan y acaban y no ha pasado nada malo, que no hay ningún momento en que digas: «Ay, macho, aquí la cagaste» (ríe). Quizá 'Minusvalía' es otra de esas. Canciones que son más de Genís que me encantan son 'Hay un hombre en España'. Me hace mucha ilusión que la gente la use y que cada dos meses alguien saque un artículo en el que escribe «no se qué persona es el hombre que lo hace todo en España, como decían Astrud». Que se usen las canciones siempre es guay.

- ¿Y alguna que le provoque especial sonrojo?

- Sí, muchas. En general, yo estoy orgulloso de mis canciones, no tengo mayor problema con ellas. Pero creo que hay muchas que no les acabé de encontrar la cosa. 'Riqueza mental' me parece que no es una buena canción, no me quedó bien, no tiene mucha gracia, la verdad. Empieza y acaba y tampoco ha pasado nada pero por mal. 'Acordarnos', creo que la idea era chula, pero creo que tampoco está bien resuelta. Se acaba muy rápido y haría falta una tercera estrofa que quizá hubiera cerrado aquello mejor, aunque a mucha gente le gusta. Pero sí, 'Riqueza mental' creo que es claramente la canción que escogería si me dijeran que tengo que quitar una del repertorio.

- El último disco, 'Lo nuevo' (2010), era una suerte de recopilatorio de canciones de Astrud, que volvían a interpretar junto al Colectivo Brossa con Aleix Puig (violín), Oleguer Aymamí (violoncello), Gregori Ferrer (acordeón), Adrià Grandia (viola de roda) y Marc Casas (marimba y vibráfono). En la entrevista que concedió en 2013 a Kiko Amat, dijo que era el único álbum del que se arrepentía. ¿Por qué?

- Ahora me he dejado de arrepentir. Es que además me parece superfeo decir eso. A veces digo cosas y me parece que soy un metepatas. Siete personas haciendo cosas para vestir mis canciones, no solo con todo el cariño, sino con un talento superlativo, y yo diciendo me arrepiento de este álbum. ¡Tu eres gilipollas! (ríe). No sé en qué cojones estaba pensando porque me parece un disco muy chulo. Creo que lo que pasa es que yo me había dicho a mí mismo: «Hagas lo que hagas, nunca hagas un disco como 'Serrat sinfónico'». Eso es de dinosaurio. «¡Ahora las canciones que te gustan, pero con instrumentos de clásica!» (pone voz de anuncio). Eso es un horror. Pero es que ese disco no es eso, en absoluto, porque la gente que lo hizo era muy guay y no tenía ese rollo. No era esa cosa de ir al mínimo común denominador de intentar como imitar los estilemas de la música sinfónica para cantar por encima 'Mediterráneo', que es un temazo, por cierto, sino que es una cosa muchísimo más chula. No sé, sinceramente, en qué cojones estaba pensando.

El final de Astrud

- Justo ahí llega el fin de Astrud y de una forma un tanto rara. En un último concierto, Genís le despide junto al público porque se va con una beca a Nueva York y en principio va a estar al menos dos años fuera. ¿Cómo fue esa experiencia?

- Fue muy raro. Yo acabé el doctorado en 2010, que también fue el año en que nació mi hijo mayor, y entonces nos fuimos mi pareja de entonces, que era la madre de mi hijo, mi hijo y yo a hacer un postdoctorado a Nueva York. Y en Nueva York, un armario ropero de vivienda son como 3.000 dólares de alquiler, entonces es muy loco. Estábamos en un sitio pagado por la beca, que estaba bien y digno, pero en una zona tirando a fuertecilla de Brooklyn (ríe). La madre de mi hijo no tenía entonces nada que hacer porque había pedido una excedencia para acompañarme, muy generosamente, y yo tenía que trabajar porque se suponía que estaba allí para intentar publicar, que es lo que hay que hacer cuando uno se busca un hueco en la carrera académica, que es muy rara también. Lo que no fue es como la canción de Taylor Swift de 'Welcome to New York' (ríe). Era más bien pues vamos a intentar sobrevivir, que nadie se deprima, estar un tiempo y luego volver. A mí me fue muy bien. Yo creo que ahora no podría estar trabajando de esto si no fuera por aquello, por los contactos que hice, por las cosas que aprendí, pero bueno, no fue superagradable.

- ¿Cómo fueron aquellos primeros meses con la música ya aparcada? Tiene que ser una sensación muy extraña, ¿no?

- No sé, piensa que, si me apuras, desde el final de 'Performance' todo era yo y Genís, pero sobre todo yo, intentando tener un grupo, como convencerme a mí mismo de hacer más canciones y Genís tratando de convencerme también, y todo era cada vez más difícil. Resultaba que las canciones que me salieron fáciles eran como 20 o 22 y el resto pues era más complicado. Aun así, salió 'Tú no existes', que es un disco del que estoy muy orgulloso. Es decir, los cuatro discos de canciones de Astrud me parecen muy bien, no tengo ningún problema con ellos, al contrario. Y el último disco era esta cosa que a mí en el momento se me parecía a una especie de 'Serrat sinfónico', que me daba más cosica, aunque como digo, equivocadamente. Así que no estaba como en plan «qué raro no estar haciendo música» porque yo no estaba haciendo música, sino intentando hacer música, y, de vez en cuando, salía una canción con sangre, sudor y lágrimas. 'Writer Block' (bloqueo del escritor) desde 2004 hasta que lo dejé en 2011, así que fue más bien alivio, tío. También te digo que yo pensaba que volveríamos, ¿eh? Es decir, yo pensaba: volveré a Barcelona, me costará más o menos, pero haré otro disco con Genís y lo tocaremos con quien sea, nosotros solos, la tuna, con lo que haga falta, ya veremos. Eso pensaba yo, Genís y todo el mundo, pero resultó que, bueno, las cosas si no las haces, no las haces y no se están haciendo. Algún compañero de la música me decía: «Manolo, es que la música es inevitable, corre por tus venas, tienes que hacerlo...». Y resulta que no es así, por lo menos para mí. No es «y cuando me quise dar cuenta, tenía ocho esbozos de canciones nuevas» sino más bien «cuando me quise dar cuenta, llevaba cinco años sin coger una guitarra».

- ¿Y no hay veces en que se le ocurre una melodía o un tema para una canción? ¿No tiene ese impulso?

- Sí, todo el rato. Todo el rato pienso en una melodía, pienso que estaría bien hacer una canción sobre esto, 100%, pero luego resulta que no, ni acabo la melodía ni empiezo la canción.

- Decía en la entrevista con Kiko Amat que el Manolo de entonces era más interesante que el de ahora y que ahora no escribiría esas canciones. ¿Para ser artista uno tiene necesariamente que molar?

- Obviamente, estaba bastante fatal (ríe). Lo que quería decir es que hay una cosa juvenil que se pierde. Genís y yo compartimos piso durante siete años y entonces hacíamos canciones por el pasillo. Nos encontrábamos, íbamos al teclado, que estaba enchufado, y empezábamos la canción o la seguíamos. Y tenía ese punto de inmediatez, de estar todo el rato pensando en eso, y creo que lo que me parecía entonces es que esa es la manera óptima de trabajar: cuando la música, en algún sentido, es una cosa de tu día a día que estás haciendo. Yo tengo el teclado en un rincón, que si tengo que hacer alguna cosa, que el otro día las hice para una movida que no tiene nada que ver, tengo que sacarlo, ponerlo en la mesa del comedor, enchufarlo... Y eso entonces no pasaba. En ese sentido, Genís, cuando yo lo conocí, era una persona que cada cinco minutos te hacía un fanzine o un manifiesto, Austrohungaro (sello discográfico), El Sonajero (un festival) y eso es muy guay y muy contagioso. Hay gente que mantiene esa gracia, ese talento y ese talante a los 50, pero yo a los 40, que era cuando hice esa entrevista, me parecía que quedaba en el pasado y sí que creo que si no tienes eso, es más complicado hacer cosas y que sean chulas.

- ¿Echa mucho de menos esa época? ¿Siente nostalgia por ella? ¿Echa de menos el 'show business'?

- Yo soy una persona muy nostálgica. Echo de menos todas las épocas. Hay una ventana móvil, que empieza tres meses antes del momento actual, y todo lo que sea eso yo lo echo de menos. Es más, echo de menos a más, también prospectivamente, o sea, cosas que pasan ahora a veces las vivo como, oh Dios, cuando ya dejen de pasar (ríe). Todo tiene ese punto y es fatal, es muy cursi y es una cosa que yo, si tuviera dinero y tiempo y no fuera una persona de la generación X sino milenial, iría a terapia a que me lo miraran, pero es así. Entonces, echo de menos la música, por supuesto, y los recuerdos que tengo de esa época con una especie de brillo legendario y tal. El 'show business' como tal, quizá menos. Yo no soy fiestero, nunca lo he sido, no me sentaba bien el ambientillo especialmente, no me sentaba bien la visibilidad, no es una cosa que lleve bien. Me parece que soy un poco 'cringe' cuando la gente me está mirando, entonces, mira, no.

- ¿Hay alguna posibilidad de retorno?

- A esa pregunta que me hacéis siempre, yo siempre respondo lo mismo, que es que sí, pero creo que solo si hay canciones nuevas, aunque ahora digo esto y quién sabe lo que pasará. Si yo en algún momento me sentase e hiciese seis canciones y Genís y yo las pusiéramos juntas e hiciéramos un EP, que a mí me encantaría que pasara... Pero, de nuevo, es que esto no es me encantaría que pasara, a ver si pasa. Es como tío, pues hazlo. La experiencia de los últimos catorce años lo que me hace sospechar es que no lo voy a hacer, pero si pasara, si de pronto encontrara el hueco en mi vida para hacer esas canciones, me parecieran chulas, pues sí, yo creo que haríamos ese EP y una pequeña gira y yo me lo pasaría bien. Y entonces tendría todas las cosas que te he dicho antes que me parecían mal, ser un poco 'remember', tocar 'Minusvalía y que a la gente le guste, tocar las nuevas y que nadie sepa cuáles son, lo llevaría regulín, pero lo haría (ríe).

- Cuando se trata de otras bandas, ¿cómo ve ese rollo 'remember'? No sé, el regreso de los Pixies, Los Planetas tocando 'Super 8', la vuelta de 'Pulp'. ¿Le provoca rechazo?

- A mí no me mola. A mí me encantan 'Super 8', Pulp y los Pixies. Pixies, pues en sus discos nuevos hay un poco de todo y el último me parece superdigno y sólido, pero, quizá solamente porque con aquellos discos era joven y ahora no lo soy, no me parecen tan tan buenos como aquellos. O sea yo la cosa esta misteriosa como de South California que tiene el 'Bossanova'... Me parece que es una obra de arte de altísimo nivel. No sé si ha pasado mucho más o si lo ha hecho mucho más nadie, desde luego no los Pixies. Pero ellos tienen que vivir y, por otro lado, tienen derecho a salir al escenario, tocar Velouria y que se caiga el estadio, porque la han hecho ellos y es su canción, pues que la toquen y la disfruten. Y además hacen canciones nuevas, a ellos sí que les salen, no como a mí, pues que cojan y las toquen. Me parece todo bien. En cuanto a lo otro, lo de tocar el 'Super 8' entero, o el 'Frosting on the Beater' de The Posies, vamos, tocar tu disco bueno... A mí esto siempre me ha parecido fatal, pero por otro lado, ¿yo qué coño sé? Yo no he ido a los conciertos de 'Super 8', pero me hubiera encantado, claro, porque ese disco me lo ponía cinco veces al día. Yo no he sido nunca más fan que de Los Planetas, pues de nuevo tienen todo el derecho del mundo a disfrutar de la respuesta del público ante ese increíble disco y ya está. Lo de tocar tu disco, que tiene 30 años, se me hace un poco raro, pero como digo si yo hubiese hecho 'Super 8' igual también lo haría.

- Es padre de dos chavales.

- Sí, M. tiene 14 años y C. tiene 10.

- ¿Les interesa la música que hacía?

- Les hace gracia, sí, pero no les interesa. No son 'indies'. M. está loco por la música, pero a él lo que le mola es lo urban. Su músico de cabecera es Bad Bunny. Eso es lo que él quiere, lo que le gusta, lo que le interesa, y ha descubierto que la cosa viene de antes, que si Daddy Yankee... Y claro, yo, que no conocía nada de eso, de pronto digo: ¡es que son unos discazos, con razón! Como siempre pasa, hasta que no viene tu hijo y te lo explica, tu no lo pillas. Y eso es una cosa que compartimos y que me parece muy chula. Y a mi hija C. le gusta más el pop de aquí. Por un lado, pues Mushkaa, The Tyets, que son de Cataluña... Aitana le flipaba, ahora quizá un poco menos, me da la impresión. Pero sí, son muy de la música, y les hace mucha gracia lo mío, o sea, escuchan 'Hay un hombre de España' o 'Todo nos parece una mierda', ven que están en Spotify y les hace mucha gracia eso.

TITULO:   Batalla de Restaurantes - Cocina - Croque monsieur,.


Croque monsieur,.


Delicioso sándwich, cremoso y extra crujiente,.

 Esta maravilla de emparedado es muy popular en la gastronomía francesa.

foto / Esta maravilla de emparedado es muy popular en la gastronomía francesa.

El croque monsieur es uno de los sandwiches franceses más famosos, elaborado con pan de molde, jamón cocido y queso, generalmente de emmental o gruyer, asado al horno, a la plancha o en una sartén. La mayoría de las veces se sirve gratinado.

Croque monsieur significa algo así como 'sándwich del señor' y apareció en los menús de los restaurantes parisinos en 1910. Aquí tenéis mi receta del clásico sándwich mixto en versión lujuriosa, una delicia que debes probar.

  • Tiempo de preparación

    -

  • Tiempo de cocción

    -

  • Tiempo total

    -

  • Comensales

    -

  • Calorías

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Categorías

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Ingredientes

  • PARA LA BECHAMEL:

  • 500 ml de leche

  • 50 g de harina de trigo para todo uso

  • 50 g de mantequilla sin sal

  • al gusto sal

  • al gusto pimienta negra recién molida

  • PARA EL SÁNDWICH

  • pan de molde

  • lonchas de jamón cocido o jamón york

  • lonchas de queso emmental

  • un poco de mantequilla

  • queso rallado a vuestro gusto (yo he empleado una mezcla de 3 quesos)

Preparación

  • Preparamos la salsa bechamel poniendo en una cacerola la mantequilla y a fuego medio esperamos a que se funda, añadimos la harina, removemos y cocinamos un par de minutos, añadimos la leche poco a poco y sin parar de remover hasta que tengamos la consistencia que necesitemos, una vez que comience a hervir cocinamos un par de minutos, salpimentamos al gusto, reservamos hasta que la vayamos a utilizar.

  • Untamos una capa ligera de mantequilla en una de las caras de cada rebanada de pan que irá en la base del sándwich, las colocamos sobre una rejilla con la mantequilla hacia abajo, de esta manera quedará crujiente el pan, cubrimos la rebanada de pan con salsa bechamel, colocamos encima de la bechamel una loncha de queso, encima el jamón cocido, sobre el jamón cocido ponemos otra loncha de queso y cubrimos con otra rebanada de pan.

  • Extendemos sobre esta rebanada de pan una capa de salsa bechamel, rociamos por encima de la bechamel queso rallado, ya los tenemos listos para hornear. Con el horno precalentado a 190 grados con calor arriba y abajo y la parrilla lo más cercana a la parte superior, horneamos a 190 grados de 10 a 12 minutos.

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