lunes, 19 de agosto de 2024

La Hora Musa - Ovidi Tormo (de Los Zigarros): "Tener una banda de rock en España es remar siempre a la contra" ,. Martes -3 - Septiembre ,. / Cachitos de hierro y cromo - Lichis prepara la despedida de La Cabra Mecánica recordando a María Jiménez ,. Martes - 3- Septiembre ,./ Locos por las motos - Márquez da espectáculo en la victoria de Bagnaia ,.

  TITULO: La Hora Musa  - Ovidi Tormo (de Los Zigarros): "Tener una banda de rock en España es remar siempre a la contra",. Martes -   3- Septiembre  ,.


 'La Hora Musa', presentado por Maika Makovski ,a las 22:55 horas, en La 2 martes    -3 - Septiembre   , foto,.

Ovidi Tormo (de Los Zigarros): "Tener una banda de rock en España es remar siempre a la contra",.

El vocalista y guitarrista del grupo pasa de modas y de redes, solo piensa en clave de rock and roll junto a un grupo que tiene cita en el WiZink el 20 de enero; y, luego, a terminar el álbum que saldrá a final de año,.

Álvaro (izda.) y Ovidi Tormo, dos de los cuatro miembros de Los Zigarros
 
Álvaro (izda.) y Ovidi Tormo, dos de los cuatro miembros de Los Zigarros,.

Inaudito «rockstar» este Ovidi Tormo. Alejado del ruido y las prisas, respirando en mitad del campo, más allá del extrarradio y más allá de un mar, donde uno encuentra el paraíso «si puedes resistirlo», como diría Gertrude Stein. Lejos del ruido de la conversación pública y las garras de la cancelación, rara avis en este mundillo que, sin embargo, lleva ya diez años de éxitos con Los Zigarros. «Diez años que han sido una aventura increíble», cuenta. «Nos juntamos cuatro personas que somos cuatro amigos y hermanos y nos llevamos igual o mejor que antes, incluso. Hemos hecho un gran equipo. Pero la banda somos nueve en realidad, con los cinco técnicos, y somos una familia. Hicimos tres discos con Carlos Raya, que fue nuestro productor durante todo este tiempo, nos fichó Universal, estuvimos con cultura rock, con nuestro mánager polaco... todo ha sido una aventura común que desde el principio fue hacia arriba, que es muy complicado, y eso nos ha permitido grabar los discos que nos ha dado la gana, sin que nadie nos diga nada, y así seguimos. Somos completamente libres haciendo el rock and roll que queremos y el balance no puede ser más maravilloso. Pero nosotros somos una aguja en un pajar».

Y explica por qué: «En este país, una banda de rock and roll está condenada a morir en el mismo momento en que se forma. Este es un país que no apoya al rock de manera “mainstream”, que musicalmente va por otro lado. Con lo cual las bandas, más que existir, subsisten como pueden y haciendo lo que les dejan. Pero alcanzar el éxito, que es vivir de ello, ya no te digo vender 150.000 discos, eso es casi imposible. Y a nosotros eso que es tan anómalo nos pasó desde que empezamos. Es rarísimo. Y gracias a muchos factores, entre otros y muy importante, el público. Que es el que te lleva arriba y te mantiene ahí. Nosotros hemos sido muy bien tratados por el público. Pero nuestro público no son las nuevas generaciones, el nuestro es un público de una generación que todavía escucha discos y compra discos».

Una generación que recuerda que antes había radio, «una que, pese a no ser la más rockera, al menos permitía entrar rock y pop». Pero hoy eso no ocurre y en la televisión no hay programas musicales más allá de alguna anomalía (no olvidemos aquella joya que fue «Un país para escucharlo», de Ariel Rot). «En la televisión no hay programas de música donde salgan grupos tocando, presentando sus canciones o sus discos», dice Ovidi. «Cada vez está todo más descafeinado, más de maquinista, para escuchar rápido en tu móvil. No tiene nada que ver lo que se escucha con las guitarras, ni con el rock, ni con ese discurso. Nada que ver con todo aquello que de artesanal tiene grabar un disco, en el que pones un esfuerzo y muchísimo trabajo, y muchísimo tiempo de tu vida, y haces unas letras, y un diseño. Y quieres que la gente que lo consuma lo haga con tranquilidad y ubicado. Las bandas de rock, las que hacen sus propias canciones, se forjan a lo largo de los años, evolucionando, poco a poco».

A lo largo de los años y poco a poco, pero siempre a contra corriente, siempre. «Cuando tienes una banda de rock», explica el artista, «sabes que vas a remar siempre a la contra, forma parte de su propio ADN, de su naturaleza. Tanto estéticamente, como líricamente, como sonoramente estás a la contra. Siempre, siempre en contra de todo. Quieras o no quieras. Y es que el rock siempre fue una música “underground”. Y lo sigue siendo y siempre lo será. Dependiendo del momento y de las modas puede sacar un poquito más la cabeza, pero ya está, no más. Antes, como no se podían descargar los discos, pues al menos se los tenían que comprar. Pero ahora se junta que no está de moda y que no hace falta comprar el disco. Y al final todo parece que va a la contra de lo que es nuestro oficio».

A todo eso, además, que ya son dificultades, añade Ovidi algo parecido a una alergia a las redes sociales, que podría ser otra lacra más, pero, sorprendentemente, no ha sido así. Él lo explica: «Yo no tengo redes, ni Instagram ni nada. Pero no por nada, es que no son para mí. Tenemos el Instagram de la banda, pero hay gente que se ocupa de eso. Yo no me siento cómodo. Es verdad que nos sirve para llegar un poco a más gente, para que se enteren de cuándo tocamos... es una herramienta más de comunicación. Pero nosotros somos un ejemplo de que no hace falta estar pegados a las redes todo el tiempo para estar ahí. Cada vez vendemos más entradas, esta gira está todo “sold out”, y te puedo asegurar que somos la banda menos activa en redes de la historia. Así que quiero mandar desde aquí un mensaje», ríe, «para aquellos a los que no les guste mucho ese rollo de las redes sociales: se puede».

Por no tener, no tiene Ovidi ni televisor desde hace casi quince años. Fuera de todo, a la contra. Puritito rock and roll. Y ese rock and roll se desplegará en Madrid a lo grande el próximo día 20, cuando en el WiZink Center de la capital celebren su décimo aniversario sobre el escenario. Diez años rocanroleando contra todo pronóstico. «Es el concierto más grande que vamos a dar como Los Zigarros», cuenta feliz. «Nosotros hemos tocado en sitios muy grandes y con muchísima gente, pero siempre acompañando a otros. Con Fito o con los Rolling Stones. Pero solos, como Los Zigarros únicamente, este va a ser el concierto más grande que demos, y estamos emocionados. Emocionados y muy, muy orgullosos. Además, Madrid es una plaza increíble. Siempre nos tratan, muy, muy bien. Así que estamos contentísimos».

Y luego, a grabar el próximo disco que saldrá a finales de año, tras un 2023 que se antoja intenso y, como no podía ser de otro modo tratándose de Los Zigarros, genuino rock and roll.

SI INHALO ROCANROL

Por Javier Menéndez Flores

Tengo un trueno entre las manos y solo necesito apretarlo para provocar un terremoto en tu espalda. Soy el monarca de los imposibles; podría trasladarte de la Vía Láctea a la galaxia de Andrómeda en una milésima de segundo. No son metáforas, no, te estoy hablando de un arte llamado magia. Lo único que te pido a cambio es que cierres los ojos, o los abras mucho, y me entregues los oídos como quien ofrenda su alma a los dioses.

Imagino que cuando escuchas mis canciones se te aparecen las siluetas inequívocas de Tequila, Charly García, el «Flaco» Spinetta. Pero has de saber que en mi sangre hay ADN de Chuck Berry y Little Richard. Que mi esencia está forjada a base de retales de esa música a la que llevan treinta años enterrando sin éxito. Y que, si pongo los dedos en los trastes adecuados, tu mundo se sacudirá violentamente y te sentirás como aquel primer mono que quiso ser algo más y se irguió.

Nunca te he dicho que a veces sueño imágenes que no me atrevo a revelar. Que veo a Jimmy Page y a Ritchie Blackmore sobre un cuadrilátero, en sobrio blanco y negro, y mientras se miran pugnaces, gemelos en su rivalidad, tratan de dar con la nota maestra. Irrumpe después Robert Plant con la camisa abierta y un cinturón con una hebilla del tamaño de dos puños, y su presencia es una luz que debilita mis ojos. Y entre la bruma del sueño y su contrario he visto el momento exacto en el que Malcolm Young se desenganchó de la realidad: había un pasillo atravesado de ventanas con los cristales rotos por las que entraba la lluvia y, al fondo, fuera del alcance de cualquier mano, lloraba un niño. Y al contarte esto noto cómo el vello de mis brazos se pone en guardia.

Déjame que te diga que no es cierto que aquel garito estuviera en Valencia, no, no insistas, porque sabes muy bien que era el Madison Square Garden. Fue allí donde Marc Bolan me dio su bendición y Ronnie Wood me enseñó que el rock es empezar a emborracharse cuando aún no te has sacudido del todo la resaca. Y es por eso que llevo siempre conmigo un escapulario impregnado del olor de cuantas noches fueron necesarias para edificar el rocanrol, desde el ático hasta el subsuelo. Porque ese templo de la desobediencia se construyó en orden inverso, claro, como el diablo manda.

Sí, ya sé que habéis pisado la Luna, enviado un robot a Marte y descendido al infierno para robarle a Satán la bomba atómica y la avaricia. Que habéis datado el principio de los tiempos, puesto nombre al átomo y a la rosa y arrinconado al sida. Pero desconocéis en cambio que Keith Richards, una noche de la que no guardo memoria, compuso el riff perfecto, ese que podría matarte de placer. Todo aquello que puede tocarse debería tener la facultad de temblar. Y la de sonar. Con sentido, quiero decir, cobrar el cuerpo inmaterial e infinito de la música. Tan solo haría falta saber dónde has de situar los dedos. Pero no me hagáis mucho caso y marchaos. Dentro de cinco noches será la noche y juraría que me está subiendo la fiebre. Me espera la garganta colosal del público del WiZink –tan cruel o tan cálida, de tu pericia depende– y no la puedo fallar. Y acabo de entender que esa es la razón por la que llevo varios días alimentándome solo de saliva y abismos.

Marchaos, sí, pero no os vayáis muy lejos porque la noche del viernes vamos a volar la ciudad. Se ha disparado la cuenta atrás y tenemos una cita con la leyenda. Y ya noto crecer en mí ese calor ancestral y dolorosísimo que es augurio de la guerra inminente.

 

TITULO:  Cachitos de hierro y cromo - Lichis prepara la despedida de La Cabra Mecánica recordando a María Jiménez   ,. Martes - 3 - Septiembre  ,.

   El martes - 3 - Septiembre  a las 22:30 horas por La 2, foto,.

Lichis prepara la despedida de La Cabra Mecánica recordando a María Jiménez,.

El próximo 20 de octubre en Granada y un día después en Málaga,.

La Cabra MecánicaREMITIDA POR THE BORDERLINE MUSI26/09/2023
 
La Cabra Mecánica,.

Miguel Ángel Hernando Trillo, conocido como Lichis, prepara los conciertos con los que, el próximo 20 de octubre en Granada, y un día después en Málaga, la mítica banda La Cabra Mecánica se despide de su público en ambas ciudades andaluzas, un momento de su carrera que vive sin nostalgia aunque sí con el recuerdo de grandes momentos del grupo, como el que supuso la colaboración con la recientemente desaparecida María Jiménez, "una avalancha de arte".

A preguntas de Europa Press, Lichis ha explicado que el álbum 'Vestidos de domingo', en el inicio de la década de los 2000, fue el que atrajo hacia La Cabra Mecánica a un "público mayor en número", aunando "las buenas críticas con un amplio aplauso" y aportando "algo personal dentro de un terreno parecido ya recorrido por grandes maestros".

En ese contexto, María Jiménez, que cantaba a dúo con él la famosa 'La lista de la compra', "fue lo que todo el mundo se imagina: una avalancha de arte, generosidad, luz, cariño, inteligencia" y "fiesta", ha afirmado Lichis, quien, aunque no echa de menos "nada en absoluto" aquellos tiempos, sí guarda recuerdos "muy buenos".

"Salimos bien parados, fue una cuesta gigante a remontar y mucho lo perdido en el esfuerzo. Ahora queda lo bueno y son otros los retos", trabajando "sin presión por ocupar pedestal alguno, ni preocupación alguna por el devenir del gremio".

Con motivo de su 25 aniversario, la banda se volvía a reunir de manera extraordinaria para decir y decirse el adiós definitivo, según han informado desde la organización de una gira de despedida que pasa en octubre por la Industrial Copera, en Granada, y en la sala París 15, en Málaga.

La banda de Lichis interpretará canciones como 'La lista de la compra' o 'Felicidad' y antes actuarán Los 300, un trío granadino, miembros también de la banda Eskorzo, de multi-instrumentistas que ofrecen una propuesta de 'latin jazz', salsa y 'afrobeat'.

Los conciertos llegan cuando se van a cumplir 23 años de la publicación de 'Vestidos de domingo', tercer álbum de La Cabra Mecánica, que también tienen en su haber los trabajos discográficos 'Cuando me suenan las tripas', 'Cabrón', 'Ni jaulas, ni peceras' --en directo--, 'Hotel Lichis' y el recopilatorio 'Carne de canción'.

"Vivimos estas actuaciones muy centrados en el entusiasmo del público y disfrutando mucho de los viajes, los ensayos, y la reinterpretación del repertorio sobre el escenario. Parecen unas vacaciones en un lugar lejano en el que ya fuimos felices tiempo atrás", ha explicado Lichis, que trabaja en un nuevo disco en solitario, 'Óxido'.

Será "una grabación muy particular y arriesgada de la que estoy muy orgulloso. Tras esto, los planes de futuro se centran en el próximo día: llevar a los niños al cole; sacar al perro; estudiar y tocar todo lo que pueda; controlar el negocio; llevar una sana dieta mediterránea; sumar otro día más a nuestra crisis de la mediana edad", ha asegurado el cantante, incidiendo en que "igual no parece gran cosa, pero sí lo es".

TITULO:  Locos por las motos - Márquez da espectáculo en la victoria de Bagnaia ,.

 

Márquez da espectáculo en la victoria de Bagnaia,.

A Marc le falló el ‘holeshot’ delantero en la salida, se tocó con Morbidelli y bajó al 13º para remontar al cuarto. Martín 2º y Bastianini 3º.

Márquez da espectáculo en la victoria de Bagnaia - AS.com

foto / Otra remontada para el recuerdo de Marc Márquez en MotoGP. Esta vez fue en Austria, escenario de la tercera victoria consecutiva en esta pista de Francesco Bagnaia, la séptima de la temporada, y donde el octacampeón se quedó sin el merecido premio del podio, pero dejó el sello, tanto que demostró que se pueden ganar carreras sin tan siquiera subir al cajón.

El del Gresini Racing acabó cuarto, tras el mencionado Pecco, Martín y Bastianini, pero gracias a él se disfrutó de los mejores momentos de la carrera. Donde otro hubiera maldecido y tirado la toalla, Marc encontró el estímulo necesario para protagonizar otra de sus emocionantes remontadas, con adelantamientos de todos los colores y en un montón de puntos del Red Bull Ring.

El mayor de los Márquez se vio obligado a ello tras una pésima salida en la que bajó de la tercera a la decimotercera plaza. Le falló el holeshot delantero, porque él no acertó a acticarlo, y no le bajó su Ducati de delante lo necesario, así que arrancó a trompicones y más lento que la competencia, lo que dio paso a una primera frenada a la que llegó descolocado y en la que se tocó con Morbidelli, saliéndose ambos ligeramente de la pista.

El Panel de Comisarios entendió después que fue un lance de carrera, sin más, y que no cabía sanción alguna. Mejor, porque de lo contrario nos hubieran privado de lo más emocionante de la carrera, la remontada de 13º a 4º del español en 17 vueltas. Por el camino dejó atrás a Acosta, Quartararo, a Pol, Álex Márquez, a Maverick, a Aleix, a Bezzecchi y a Binder. Sólo se benefició de la caída de Miller para ganar una plaza. En la vuelta 10, el #93 se coló ligeramente en la entrada a la chicane 2a-2b y llegó a tocar con su cuerpo la rueda trasera del australiano. Y al giro siguiente, el de KTM se iba sólo al suelo en el mismo punto.

Contada la bonita escalada de Márquez, poco que decir de la lucha por la victoria, porque duró muy poco el duelo entre Bagnaia y Martín. Se pasaron tres veces en las dos primeras vueltas, para instalarse el italiano en la cabeza en ese punto y no soltarla más. Fue en la decimotercera vuelta cuando se escapó por encima del medio segundo del madrileño y de ahí a meta con 3.2 de ventaja sobre el primero de sus perseguidores, volviendo de nuevo a lo más alto de la general en solitario.

Martín, que corrió con puntos en el dedo pulgar de su mano izquierda, le sacó a su vez cuatro segundos a un Bastianini que tuvo una carrera de lo más aburrido en tierra de nadie, pero que le dio otro podio. Marc no llegó a acercarse a él y cruzó la meta cuarto a seis segundos y medio del italiano. Por su parte, el octacampeón le sacó 4.7 a Binder. Tras ellos y hasta cerrar el top diez, Bezzecchi, Maverick, Morbidell, Aleix y Álex Márquez. Meritorio 11º de Pol, que corría aquí como piloto invitado en calidad de piloto probador de KTM y sorprendentemente por delante de un Acosta que no ha tenido el fin de semana esperado y que finalizó 13º, sólo dos puestos por delante de su compañero Augusto, que cerró la zona de puntos.

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