TITULO: Metrópolis - Visión y presencia ,.
El lunes - 2 - Septiembre , los lunes a partir de las 00:30, en La2, foto,.
Visión y presencia ,.
Metrópolis dedica su emisión al ciclo de performances 'Visión y presencia' realizado por mujeres artistas, que se está desarrollando en distintos espacios del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y tiene como objetivo dar visibilidad a las mujeres creadoras.
Este proyecto reivindica que el origen de la performance está ligado a las creadoras, pues fueron éstas, las pioneras de esta disciplina en la que confluyen: tiempo, corporalidad y pensamiento crítico. Los asuntos elegidos por la comisaría Semíramis González trasladan problemáticas actuales a un museo clásico, produciéndose un diálogo entre temporalidades. A lo largo del programa se podrán ver fragmentos de las acciones de: Beth Moysés, Regina José Galindo, Verónica Ruth Frías, Noemí Iglesias Barrios, Costa Badía, Agnes Essonti, Alejandra Glez, Lorena Wolffer, Osiris Ferrera, KarmeLaHoz, Scarlett Rovelaz, Amapola Prada, Art al Quadrat, Ana Beltrán y Paula B. Pailamilla. Llevadas a cabo por destacadas artistas, estas acciones trasladan al museo cuestiones del presente: la igualdad de género, la memoria histórica, la diversidad racial, el cambio climático y la relectura de la historia del arte desde una visión más igualitaria.
El ciclo toma su nombre del texto pionero Vision and Difference, de Griselda Pollock (1988), y presenta una serie de performances inéditas concebidas por las artistas específicamente para los distintos espacios del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza: los jardines, las salas de la colección permanente o el hall de entrada se convierten en escenarios de acciones para vivir en directo. Público y artistas interactúan para reflexionar sobre temas de actualidad a través del arte.
Visión y presencia' realizado por mujeres artistas, que se está desarrollando en distintos espacios del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y tiene como objetivo dar visibilidad a las mujeres creadoras. Metrópolis - Visión y presencia - ver ahoraTelevisión / Programas de TVE / Cultura / Programas de culturales / MetrópolisLos conciertos de Radio 3 - PipiolasPipiolasFormado por Adriana Ubani Álvarez (1997, Las Palmas de Gran Canaria) y Paula Reyes Morillas (1995, Alcorcón), Pipiolas es un dúo de dos personas radicalmente carismáticas. Pero lo más importante, con un espíritu artístico arrollador. La clave es ellas. Ambas se conocen en la RESAD, donde estudiaron interpretación. Reciben clases de coro y canto lírico. Ya finiquitada la carrera, cada una sigue su camino. Hasta que a Paula le rompen el corazón, la motivación necesaria para comenzar a escribir canciones. Se acuerda de Adriana. Se acuerda que la gente decía que se parecían. Que sus voces son de tesituras similares. Que empastaban tan bien. Y le propone vivir la aventura. Y se lanzan de cabeza. Vau Boy pone la instrumentación y la producción musical, y dan vida a unas canciones que sabían hasta donde querían llegar.De formación y vocación puramente artística, sus canciones se empapan de múltiples disciplinas, enriqueciéndose con lo dramático y lo estético, con lo emocional y lo espiritual. En su primer disco, 'No hay un Dios', mezclan con frescura pop, electro, bedroom y soul. En sus letras se filtra el despecho, la fiesta, la rabia y la alegría.
TITULO: DIAS DE TOROS - Los rejones, el aperitivo del puerto de montaña de Bilbao con dos despedidas ,.
Los rejones, el aperitivo del puerto de montaña de Bilbao con dos despedidas ,.
Enrique Ponce y Hermoso de Mendoza dicen adiós en estas Corridas Generales, que comienzan mañana
La temporada bulle por toda la piel de toro de la península desde San Sebastián a Málaga. Los coches de cuadrillas se cruzan España, con la temporada ya desengrasada y confiada. La bonita Malagueta aprieta justo antes del puerto de montaña de Bilbao y su arena negra, que es tan negra que asusta y se mete en las entrañas la oscuridad. Miedo. Se llama miedo. Con la esperanza de ver brotes verdes en las Corridas Generales de Bilbao en un año de esplendor de otras ferias como Santander, Sevilla o Madrid, en cuanto a la asistencia de público, siendo esta la temporada en la que más plazas han vuelto a abrir sus puertas y lo han hecho con llenos de «no hay billetes». Bilbao tiene la obligación de recobrar la plenitud de otros tiempos porque es un ferión y todo el aficionado que ha pisado su feudo, lo sabe. Bilbao huele al poso del toro toro, de la seriedad del animal que impone. De las mañanas de apartado con toda su tradición, de las tertulias, del lío gordo entorno al hotel Ercilla desde mediodía y hasta bien entrada la noche. (Dicen).
Esta tarde comienza el serial, después de celebrarse la tercera edición del Memorial Iván Fandiño con una corrida de rejones en la que se lidiarán toros de la ganadería de Fermín Bohórquez y actuará Sergio Galán, Leonardo Hernández y Guillermo Hermoso de Mendoza. Para ver la despedida del padre habrá que esperar unos días y será en un festejo mixto. En un cartelazo, por cierto.
Carteles de Bilbao
El lunes 19 se lidiarán novillos de José Cruz para Jarocho, Aarón Palacio y Javier Zulueta.
El martes 20 llega el turno de los toros de Fuente Ymbro para Daniel Luque y Borja Jiménez, los dos toreros sevillanos, en un mano a mano.
Miércoles, 21. Se lidiarán toros de Núñez del Cuvillo para Sebastián Castella, Miguel Ángel Perera, que ha sido cogido en San Sebastián, y Emilio de Justo.
El jueves, 22 serán los toros madrileños de Victoriano del Río los protagonistas para los diestros José María Manzanares, que triunfó en El Puerto de Santa María, Alejandro Talavante y el torero peruano Andrés Roca Rey, que hace doblete en las Corridas Generales.
El viernes, 23 hay doble programación. A las 11 horas se celebrará la gran final In Memoriam de Iván Fandiño. Erales de Rekagorri para los triunfadores de las pruebas anteriores.
Por la tarde, toros de Daniel Ruiz para Enrique Ponce -quien se despide-, Andrés Roca Rey y el sevillano Pablo Aguado.
Sábado, 24. Toros de Capea y Juan Pedro Domecq para Pablo Hermoso de Mendoza -quien se despide-, Diego Urdiales y Juan Ortega.
Domingo, 25. Toros de Dolores Aguirre para el cierre, donde se anuncian Fernando Robleño, Damián Castaño y José Garrido.
TITULO:
Retratos con alma - Lagrimas currantes ,.
La periodista Isabel Gemio regresa a la televisión para presentar 'Retratos con alma', el nuevo programa producido por RTVE en colaboración,.
Lunes - 2 - Septiembre - a las 22:40 horas en La 1 / fotos,.
Lagrimas currantes,.
Lidia Caro Leal es muy de bares. Recrea con soltura esos microcosmos animados por su propia banda sonora compuesta de una cacofonía envolvente en la que el vocerío de la parroquia compite con la tele, las tragaperras y el molinillo de café. Son escenarios recurrentes en sus historias por los que deambula una fauna variopinta de currantes, desempleados, jubilatas, gentes de mal y peor vivir. Cuanto más marginados mejor. Nada de cafeterías pijas con posavasos, sino baretos de carretera o de barrio, con barras algo mugrientas, pincho tortilla, cerveza y cortado muy corto. Al fin y al cabo estos locales de recreo adulto son el mejor laboratorio para chequear la realidad. Y como joven periodista en activo, Caro Leal vive muy conectada a ella en una doble faceta: reportera literaria y escritora que ha despuntado con un par de títulos: la colección de relatos, Hijas de algo (Festiu, 2021) y su primera novela, Los años que no (Barrett, 2022) en la que se abre valientemente en canal para relatar las secuelas de una violación.
Volviendo a los bares, fue precisamente en uno de los más cutres de pinchos resecos y bollería fósil, situado entre Calamocha y Teruel, donde un cartelito que llamó su atención —«no entrar con una llama»— le inspiró el título de su segundo libro de relatos, No entrar con llamas (Altamarea, 2023). En su escritura suele utilizar los rótulos callejeros con intención informativa o argumentativa, y este aviso incongruente y mal redactado le vino de perlas para abrazar sus trece relatos —está claro que no es supersticiosa— en los que el fuego es protagonista: Sangre quemada, Combustión espontánea, Prohibido arrojar colillas, Donde hubo fuego… Correfoc. Abstenerse de hacer chistes fáciles sobre lo apropiado del tema para una nativa de la ciudad española donde se rinde culto lúdico a este elemento. El más despiadado y destructivo cuando se descontrola pero también el que más ha aportado al desarrollo de la civilización.
El fuego calienta, fríe y cuece, nos hace arder de pasión. Pero también quema y mata, sobre todo a través de su aliado inseparable, el humo. Vivir entre llamaradas sin inflamarse. Es lo que intentan los personajes que habitan estas trece historias. Materiales ignífugos y almas de amianto. El primero es la ceniza. «Soy sexo triste y los restos de una barbacoa. Soy la fuente de fósforo, potasio, calicio y boro que alimenta el jardín en donde se ha celebrado una fiesta. La amistad consumada, la carne quemada, las personas consumidas».
María es bombera y se alegra de no llevar el nombre de su abuela, Candelaria, por eso de evitar bromitas tontas. «Soy bombera para salvarme a mí. Si puedo bajar a un gato de la copa de un árbol, debería poder dejar de ir a la farmacia a por ansiolíticos». La protagonista de El tiempo no hace milagros trabaja en una gasolinera y se ha acostumbrado al olor del combustible. «Si tirase una colilla, podría hacer que todo prendiera hasta purificarse». Luego, encuentra trabajo en un súper, a un antiguo compañero de la universidad que la ama y tienen gemelas. «Las lágrimas de los niños son dejarse las llaves de casa puestas por dentro, que follar se convierta en amor, que los yogures caducados no desarrollen hongos. Que Hacienda te devuelva. Es un llanto sin explicación».
Cierra el círculo en una pensión de Madrid, ciudad que describe como «un decorado de cartón piedra de trabajo y alquileres caros, con viandantes que sorbe café en vasos de cartón corrugado». Y cómo no, la atracción irresistible por esos espacios que en la ciudad de los gatos se multiplican en cada esquina. «Los mejores bares son los peores bares. Antros con marcas de bayeta sobre la barra de aluminio, que sostiene una vitrina amarillenta, que acoge un único croasán seco que pide una señora de mediana edad con uniforme de limpiadora y que moja, más bien bautiza, en un café clarito en vaso de Mahou que podría haber estado en el primer bar de este texto».
Mientras escribe Caro Leal no piensa en un potencial lector modelo. Ni siquiera le da muchas vueltas, asegura, salta sobre las palabras encendidas como si fueran hogueras en una noche de San Juan: «Si lo piensas mucho, te quemas», afirma. Tal vez por eso no lo pone fácil. Se niega a complacer las expectativas convencionales, a seducir con ingeniosos artefactos o morbosos argumentos. Cazadora de ojos hambrientos, se lanza a las calles para captar instantáneas de lo que ocurre a su alrededor, tanto sucesos reales como imaginarios, o una mezcla de los unos y los otros, y en la fase de revelado bajo la luz roja del laboratorio les inyecta su propio halo. Invita al lector a descubrir que existe mil y una manera de contar la misma historia. Habla de la precariedad laboral, de los diferentes lenguajes del amor, de cuando al borde de los treinta tus amigas no quieren ir a las mismas discotecas que tú. Sus relatos me recuerdan los trabajos de trencadís, esos mosaicos hechos de fragmentos irregulares de azulejos que componen un puzle de colores y formas, armonioso en su diversidad. Unos saltan más a la vista que otros pero en general se llevan bien entre ellos. La hibridación, el mestizaje la caracterizan. Entre urbanita radical hecha a patear bares y discotecas y habitante de las huertas de la Albufera, medio niña marisabidilla, medio anciana que se las sabe todas y las ve venir desde lejos.
Crecida literariamente bajo la tutela de Bárbara Blasco y Kike Parra, amén del poso que aportan múltiples y ávidas lecturas, Caro Leal reconoce el influjo de Roald Dahl en su prosa y admira a Jon Bilbao y Eloy Tizón, por lo que debe estar feliz de que su colección de relatos coincida en algunas librerías con el que su ídolo acaba de publicar, Plegaria para pirómanos, donde arde el fuego creativo. Se le nota la buena crianza en las letras y una firme determinación por encontrar su propia voz que aflora en estos relatos fácilmente inflamables que a veces caldean e iluminan, y otras producen cierta quemazón.
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