TITULO: Tarde de café - Anatomía Mamen Los secuestradores de Melodie ,.
Tarde de café - Anatomía Mamen Mendizábal Los secuestradores de Melodie , fotos,.
El duro mensaje de Raymond Nakachian a los secuestradores de Melodie: "Estoy listo para matarme en directo",.
"Estoy listo para matarme en directo en televisión delante de esta gente. Así al menos tendrán mi cadáver", afirmaba Raymond Nakachian al no poder reunir los 13 millones que exigían los secuestradores de Melodie para liberarla.
Los secuestradores de Melodie llamaron a 'ABC' para explicar dónde podían encontrar un paquete con la prueba de vida de Melodie: su foto con media coleta cortada con la portada de 'ABC', un trozo de mechón y una impactante grabación. "Papá, ¿y tú por qué no pagas?, estoy muy triste", afirma Melodie, que destaca que quiere ver a sus padres y a su "hermanito chico". "Si tú no pagas, yo después soy muerta, porfi", afirma la niña.
Ignacio Díaz, inspector de Policía de Estepona en aquel momento, destaca que fue "un momento crítico donde se derrumba el más pintado". "Nos quedamos todos muy compungidos, muy fastidiados, pero tienes que reaccionar", afirma el inspector. Por su parte, el entonces comisario de Estepona, Ricardo Ruiz Coll, se encontraba con la familia en el momento de escuchar la grabación: "Fue demoledor, fue un momento trágico en el que él lloró". "Era un hombre duro y tal, pero lloró", recuerda el comisario sobre la reacción de Raymond Nakachian.
El propio Nakachian apareció ante los medios de comunicación tras la grabación afirmando que estaba "listo" para matarse "en directo en televisión delante de esta gente". "Así al menos tendrán mi cadáver", afirmaba el empresario, que veía cómo su hija seguía secuestrada mientras él no podía reunir los 13 millones que exigían sus secuestradores para su liberación. "Ella ha dormido en mis brazos desde que nació", afirmaba emocionado Raymond Nakachian, que pedía a la gente que rezara por su hija.
TITULO: Documaster - Malerba,.
Malerba,.
Un bebé que tiene que nacer en contra de su voluntad es el protagonista de este relato. El autor se aprovecha del tono humorístico de la historia para hacer una aguda crítica social. A continuación reproduzco El chiquitín, un cuento de Luigi Malerba.
foto / El chiquitín, un cuento de Luigi Malerba,.
A través de las paredes acolchadas llegaban ruidos, regañinas, lamentos y alguna que otra carcajada. Las paredes amortiguaban los ruidos, las aguas los reflejaban y creaban alegres efectos de eco en los que aparecían vocales, sílabas, silbidos, consonantes simples y dobles, diptongos, balbuceos, gorjeos y otros sonidos. El chiquitín estaba allí acurrucado al calor y dormitaba de la mañana a la noche sin preocupaciones, sin problemas. No sólo no se consideraba preparado para salir al mundo, sino que, por el contrario, había decidido que permanecería en su refugio el mayor tiempo posible.
Las noticias que llegaban de fuera no eran nada buenas: frío en las casas porque faltaba el gas-oil, muchas horas a oscuras porque faltaba la electricidad, largas caminatas porque faltaba la gasolina. También faltaba la carne, el papel, el cáñamo, el carbón; faltaba la lana, la leche, el trabajo, la leña; faltaba el pan, la paz, la nata, la pasta; faltaba la sal, el jabón, el sueño, el salami. En resumen, faltaba casi todo e incluso un poco más. El chiquitín no tenía ningunas ganas de salir y de encontrarse en un mundo en el que solamente abundaba la catástrofe y el hambre, la especulación y los disparates, las tasas y las toses, las estafas y las contiendas, la censura y la impostura, la burocracia y la melancolía, el trabajo negro y las muertes blancas, las Brigadas Rojas y las tramas negras.
Un día, mientras estaba dormitando como de costumbre, oyó un gran gorgoteo, extraños movimientos y crujidos, después un motor que silbaba, una sirena que pitaba, una voz que se quejaba. ¿Qué estaba ocurriendo? El chiquitín se acurrucó en su refugio, intentó agarrarse a las paredes porque notaba que se escurría hacia abajo y no tenía ningunas ganas de ir a un lugar del que había oído cosas tan terribles. Intentaba estar quieto y, en cambio, se movía, resbalaba. De repente notó que una mano robusta le cogía de los pies y tiraba, tiraba. Al llegar a cierto punto ya no entendió nada más; se encontró bajo una luz deslumbrante y tuvo que cerrar los ojos. Movió los brazos como para nadar, pero a su alrededor estaba el vacío, el aire, la nada, sólo dos manos que le sujetaban con fuerza por los pies, con la cabeza hacia abajo.
“Pero ¿qué quieren de mí? -se preguntó el chiquitín-. ¡Qué maleducados! ¡Me tienen cogido como un pollo!”. De pronto le dieron dos azotes en el trasero desnudo. “Pero ¿qué mal os he hecho? ¿Por qué os metéis conmigo?”. Se puso a gritar con todas sus fuerzas. Quería protestar, aclarar la situación, contestar, criticar, pero de su boca sólo salieron dos vocales y dos signos de admiración. A su alrededor oyó voces de gente que parecía contenta, quién sabe por qué. Él, no, no estaba nada, nada, nada contento.
TITULO: Al Médico - «Pecamos de una actitud muy pasiva en cuanto a la salud»,.
«Pecamos de una actitud muy pasiva en cuanto a la salud»,.
Médico de familia y doctora en Enfermedades Cardiovasculares por la Universidad de Navarra, Lourdes Tomás tiene una visión integral y humanista de la salud que ahora vuelca en su libro «La salud, tu mejor talento». Con un estilo muy fácil de leer que engancha, la obra nos da las claves para dotar a cada persona de las herramientas necesarias para convertirnos en actores activos de nuestro bienestar.
Médico de familia y doctora en Enfermedades Cardiovasculares por la Universidad de Navarra, Lourdes Tomás tiene una visión integral y humanista de la salud que ahora vuelca en su libro «La salud, tu mejor talento»
- Ha publicado el libro «La salud, tu mejor talento». ¿Nos falta conciencia del valor de nuestro bienestar?
-El libro surgió a raíz de mi experiencia en la consulta y en los programas de formación en empresas. Vi la necesidad de empezar a educar y recuperar la competencia de la salud en cada uno de nosotros, porque no sólo se trata de que no haya enfermedad, sino de lograr el bienestar superior de la persona.
-¿Por eso creó la empresa social Médico Mentor?
-Sí. Nació hace unos diez años con el fin de empoderar a las personas sobre su salud, es decir, darles tanto el poder como la responsabilidad de trabajar su bienestar y para eso hace falta dotarles de recursos y conocimiento.
-En su libro habla de ritmos biológicos, de sueño de calidad, de alimentación consciente... ¿Cuáles son las claves para poder gestionar nuestra propia salud con éxito?
-El organismo genera salud día y noche. Por eso la primera cuestión debe ser aprender cómo funcionan nuestro cuerpo y nuestras emociones, porque eso nos ayudará a decidir qué acciones nos benefician más en cada ámbito de la vida. Las demás herramientas van en la línea de la nutrición, pues somos lo que comemos; de un sueño de calidad, ya que es el principal instrumento «antiaging» que tenemos; de beber abundante agua, pues es la esencia de nuestro cuerpo; de realizar actividad física, porque si muevo el músculo muevo el cerebro; sin olvidar que el arte de relajarse es clave para gestionar las emociones.
-El objetivo de su libro es prevenir y adelantarse a la enfermedad, aunque nuestro sistema sanitario está más enfocado a tratar y curar una vez que ya aparece el problema...
-Sí. El sistema sanitario actual es de un modelo pasivo en el que no vas hasta que no tienes una enfermedad, pero creo que esa estrategia de pasivos se cae por su propio peso y no podemos mantenerla. Tenemos que reinventarnos y eso pasa por hacer un cambio hacia la promoción y la educación de la salud desde que nacemos. La formación en salud es la nueva competencia que debemos potenciar, porque nos hemos desconectado de nuestra naturaleza y eso nos pasará factura.
-¿Por qué cree que se ha perdido el auténtico concepto de salud integral?
-Creo que el avance tecnológico nos ha jugado una mala pasada, porque está muy bien que se pueda hacer una intervención de neurocirugía con éxito; los avances técnicos son muy positivos, pero hemos delegado nuestra salud a lo tecnológico y hemos olvidado la parte más humana. Subestimamos mucho la fuerza generadora de salud que tiene nuestro cuerpo. Debemos volver a entrar en contacto con nuestra naturaleza, es decir, con el funcionamiento natural del cuerpo y el respeto de sus ritmos de una forma integrativa.
-¿Qué hemos hecho mal?
-Creo que hemos cometido dos graves errores: quedarnos sólo con la primera parte de la definición de salud, que es «ausencia de enfermedad»; y, pecar de una actitud pasiva tanto de los médicos como de las instituciones y los pacientes, ya que cuando estás enfermo te ponen un tratamiento, pero no hay búsqueda de solución ni de renovar. El 60% de las enfermedades tiene su origen en el estilo de vida que llevamos y hay que fijarse ahí para cambiar las cosas.
-¿Cómo debe ser la medicina del futuro?
-Aquella en la que el paciente sea proactivo y capaz de gestionar su propio bienestar.
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