TITULO: La Hora Musa - La música que une los Balcanes,. Martes - 28 - Enero ,.
'La Hora Musa', presentado por Maika Makovski ,a las 22:55 horas, en La 2 martes - 28 - Enero , foto,.
La música que une los Balcanes,.
La ‘sevdalinka’, el canto bosnio reconocido como patrimonio de la humanidad: ecos de flamenco, fado y blues con cadencia balcánica,.
Músicos vestidos con ropa tradicional bosnia interpretan música Sevdalinka.
La inscripción en la lista de la Unesco implica el reconocimiento de esta música influenciada por las culturas turca, árabe o persa, y su condición social como factor de cohesión multiétnico,.
La idea de Bosnia y Herzegovina como una “Yugoslavia en miniatura” (Jugoslavija u malom) tiene la vocación de integrar los elementos de diversidad del mundo balcánico. Esta idea pervive en el acervo local entre un segmento mayoritario bosnio y la sevdalinka, como género musical, se relaciona con esa forma de expresión mestiza,.
TITULO: Cachitos
de hierro y cromo - Compases de espera: las bandas de música tras la DANA ,. Martes - 28 - Enero ,.
El martes - 28 - Enero a las 22:30 horas por La 2, foto,.
Compases de espera: las bandas de música tras la DANA,.
Más de 30 sociedades musicales de la Comunidad Valenciana han perdido instrumental, partituras e incluso su propia sede tras la devastadora riada,.
Pasado más de medio mes desde que el 29 de octubre se desatara la DANA sobre València y sus pueblos, hay lugares donde el tiempo parece haberse congelado. Mientras las calles están cada vez más limpias, no son pocos los locales y bajos en los que aún queda agua o una espesa capa de fango. El Centre Instructiu i Musical de Massanassa es uno de estos sitios: «Aún quedan unos 20 cm de lodo», cuenta Jesús Mateo, su presidente.
La de Massanassa es una de las sociedades musicales más afectadas por el temporal, y los datos que proporciona la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana (FSMCV) dejan aún más patente el desastre: unas 30 sociedades perjudicadas, lo que equivale a 3.500 músicos, 4.000 alumnos y 350 profesores.
Las bandas de música son uno de los mayores patrimonios culturales de la Comunidad Valenciana. ¿Por qué esta DANA les ha afectado tanto? Principalmente, por su localización y su idiosincrasia. Suelen estar en locales a pie de calle en edificios cedidos por el Ayuntamiento, en antiguas viviendas o incluso en sótanos. En ellas, en la planta baja, hay comúnmente tres espacios: el local de ensayos, el despacho y el archivo.
En ellos se concentran los materiales más valiosos para los músicos: el instrumental, las partituras y los documentos logísticos de las bandas y escuelas de música. Al igual que en Massanassa, el local de la Societat Musical d’Algemesí está en un sótano. «Lo hemos tenido todo cubierto de unos cinco metros de agua durante varios días», explica Vicent Girbés, su presidente. «Algunas de las paredes colapsaron y el agua de los parkings de al lado entró también. Había cedido el techo del aula de percusión. Cuando entramos vimos un coche flotando en el aula de ensayos», relata.
Aparte del local, muchas de las bandas afectadas han perdido el instrumental de percusión, los ordenadores, el archivo y algunos instrumentos grandes, como los pianos o las tubas. Estas pérdidas equivalen a «unos 200.000 €, por decir un número», calcula Mateo desde Massanassa. En el caso de Algemesí, la cifra que manejan es de unos 100.000 €, aunque según comenta Girbés, «es difícil calcularlo, porque hay material del que desconocemos el valor». En el caso de la Unió Musical de Paiporta, los daños ascienden a unos 250.000 €, en la Unió Musical de Picanya se cifran cerca de los 15.000 € y en la Unió Musical d’Aldaia superan los 100.000 €.
Esta última sociedad, como muchas otras, ha sacado durante estos días los instrumentos dañados a la calle. «Los hemos limpiado y estamos esperando a que se sequen», cuenta Amparo Comes, su presidenta. «Lo cierto es que no sabemos qué se podrá salvar, porque muchos son de madera y pueden ser irrecuperables», concluye. Multitud de luthiers y talleres de reparación de instrumentos se han ofrecido de forma voluntaria a restaurarlos en la medida de lo posible.
Preocupación por las escuelas
Las escuelas de música de estas sociedades se han visto obligadas, al igual que toda la actividad docente, a paralizar su actividad. «Es una situación peor que la de la pandemia», explica Juan Carlos López, director de la banda y la escuela de música de la Unió Musical de Picanya. «Entonces pudimos seguir con la docencia de manera online, pero en este caso hay mucha gente que no tiene luz o agua y que ha perdido los ordenadores o incluso las viviendas», narra.
El mes de noviembre es, además, crucial para las escuelas de música, porque en base a él se calcula la subvención que reciben por parte de la Conselleria de Educación y que les ayuda a mantener su actividad. Por eso mismo algunas escuelas no se pueden plantear hacer un ERTE. «Si esta subvención no te la dan, a lo mejor te toca cerrar», expresa Luis Miguel Moncayo Olivares, director de la Unió de Paiporta. Esta es una de las principales preocupaciones de todas las sociedades. Desde la FSMCV «se ha solicitado una modificación en todas las subvenciones afectadas al igual que hicimos durante la pandemia», aclara Daniela González, su presidenta.
A esto se suman los problemas de movilidad tanto de alumnos como de profesores, puesto que muchos de ellos se han trasladado temporalmente a otras viviendas e incluso a otras localidades. Los directores de las escuelas coinciden, mayoritariamente, en que gran parte del primer trimestre está perdido. En Massanassa, el colegio donde se impartían las clases ha sido declarado en ruinas. En Picanya es un centro logístico que da cobijo a los cuerpos de seguridad movilizados. Más fortuna han tenido en Algemesí, donde la directiva de la escuela se ha organizado y ha elaborado una propuesta al Ayuntamiento para retomar la actividad educativa en los próximos días, gracias a la cesión de algunos locales por parte de entidades privadas. «La prioridad es ofrecer espacios y trayectos seguros y tratar de restablecer la normalidad que los niños necesitan», explica Girbés.
Al igual que con el resto de afectados por la DANA, la sociedad se ha volcado con las bandas de música. «Nos han llegado mensajes de Francia, Italia, Estados Unidos…», explica Girbés. «Te alivia un poco porque sientes que no estás solo», manifiesta Francisco Solá, el presidente de la Unió de Picanya, cuyo archivo ha perdido cerca de unas 300 partituras. En general, les ofrecen instrumental y locales donde poder retomar la actividad.
En el caso de la Societat Musical Joventut d’Albal, que tiene la sede en un segundo piso, los daños se han producido en la planta baja del edificio, por lo que el acceso a sus instalaciones es, de momento, complicado. «Nos hemos puesto en contacto con varios comercios afectados que colaboran todos los años con nuestra sociedad», cuenta Daniel Reinón, el presidente. «La idea es hacer conciertos benéficos fuera del pueblo para recaudar dinero y que de alguna manera seamos nosotros quienes les ayudemos este año», explica.
Muchas de las bandas han creado cuentas de crowdfounding para recaudar fondos y desde la FSMCV se ha activado una cuenta para centralizar las donaciones. «Hay gente que ha perdido su casa y además su segunda casa, el musical. Es donde se reúnen con sus amigos, donde se han formado como personas y como músicos…», cuenta Daniela González. Muchos de los conciertos programados este año para Santa Cecilia, patrona de la música, tendrán este año una «fila cero» para recaudar fondos para las bandas afectadas. Los presidentes y directores que han participado en este reportaje coinciden en una cosa: «Con ayuda y mucho trabajo, saldremos de esto».
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