TITULO: VIVA LA VIDA - Abraham Cupeiro ,. SABADO - 18 - Enero,.
El sabado - 18 - Enero a las 16:00 por Telecinco , foto,.
Abraham Cupeiro,.
Abraham Cupeiro, «el hombre ese de los instrumentos raros»,.
El músico emprende una gira que lo llevará a Teatros del Canal en febrero,.
La música fue seguramente el primer arte, junto a la danza, que cultivamos los seres humanos. No necesita un lienzo, ni papel, ni pincel, ni lápiz, ni cincel, ni martillo para hacerse realidad. Con tocar palmas, emitir sonidos y dar algún brinco es suficiente. Aun así, hay un momento en nuestra historia en la que sentimos la necesidad de crear instrumentos musicales para ampliar el repertorio. Fueron los tatarabuelos lejanos de nuestros violines, nuestros órganos, pianos, guitarras, tambores, flautas, trompetas. Todos ellos, artilugios que hoy están olvidados por completo. ¿Todos? ¡No! Un irreductible músico gallego, Abraham Cupeiro, resiste al paso del tiempo.
Estudió música antigua en la Escuela Superior de Música de Catalunya (ESMUC), especializándose en el corno y la trompeta natural, pero explorando también instrumentos propios del Medievo, el Renacimiento y el Barroco. Después, fue ampliando horizontes y ha acabado estudiando y reproduciendo con sus manos otros artilugios usados para hacer música, recuperando así objetos milenarios que devuelve a la vida. No se trata de buscar el sonido original y auténtico, sino de que pasados tantos siglos nos vuelvan a emocionar: «No hay nada más auténtico que un ser humano sintiendo algo».
Se diría que, aun habiendo trabajado con otros artistas de primerísimo nivel —la violinista Patricia Kopatchinskaja, por ejemplo, lo ha invitado a hacer conciertos de música contemporánea juntos—, para Cupeiro la música es algo así como un juego que se toma muy en serio. «Yo me dedico, dentro de mis posibilidades, a generar fantasía», dice, para añadir: «La música y el arte, para mí, no tienen sentido si no hay fantasía. Puedo utilizar instrumentos milenarios, pero los pongo al servicio de mi discurso musical. Es una pata que me faltaba cuando estudiaba música antigua».
Su trabajo lo ha llevado a colaborar en la banda sonora de 'Gladiator II' y en la serie televisiva de Steven Spielberg 'Life on our planet' (La vida en nuestro planeta). Atesora una colección de cerca de trescientos instrumentos musicales, la mayoría hechos por él mismo, y muchos son réplicas fruto del estudio de vestigios arqueológicos, como el cornu romano con el que ha grabado su disco 'Mythos' al lado de la Royal Philharmonic Orchestra: es una trompa gigante, de cuatro metros y treinta y cinco centímetros de longitud, recreada a partir de unos restos que aparecieron en Pompeya. Podrá verse en febrero en Madrid, en Teatros del Canal.
Otro de sus instrumentos más vistosos es el karnyx. Con esta trompeta celta que evoca la cabeza de un jabalí se plantó enmedio del campo del Celta para animar al equipo en la previa de su último partido contra el Barça. El contexto no podía ser mejor, pues el monumental artilugio se usaba para incitar a las tropas a la batalla e intimidar a los enemigos. Ese día, con los catalanes amedrentados y los viguenses enardecidos por el karnyx, los azulgranas no lograron pasar de un triste empate.
Viajar con tal cantidad de cachivaches da lugar, claro está, a un sinfín de anécdotas. Ha llegado a llevar cuarenta y dos en una maleta que, cuenta entre risas, compró en un supermercado por ochenta euros. La conocen bien en Finlandia. Como está obligado a facturarla en los vuelos, a veces se pierde por un rato, o durante días. En un concierto con una orquesta finesa, la valija apareció media hora antes de la función. «Durante los ensayos me dediqué a cantar y silbar como podía», recuerda. Cuando llegó, «la abrí con toda la orquesta delante: entre camisetas y calcetines, iban apareciendo los instrumentos». «Creo que algunos se preguntaban 'Dios mío, a quién hemos contratado'», ríe.
Otra vez, volviendo de Tasmania directamente... «tuve que construirme unos cuantos instrumentos en poco tiempo para salir del paso». En Lyon lo pararon en el aeropuerto. Llevaba un corneto, que es un instrumento renacentista, con forma de cuerno. «Se pensaron que era un arma arrojadiza, así que les propuse tocar algo». Misterios de la vida, no se le ocurrió nada mejor que el pasodoble de 'El gato montés'. «El gendarme se puso a gritar: 'Olé, olé'. Que en realidad decía 'Allez, allez', pero a mí me pareció 'Olé, olé'».
En los aeropuertos gallegos, en cambio, ya lo tienen más clichado: «Alguna vez me ha pasado al contrario, que me hayan reconocido y venga un guardia civil y le diga a su compañero: 'Este es Abraham Cupeiro, el hombre ese de los instrumentos raros, déjalo pasar'».
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VIVA LA VIDA - Carles Sans ,. Domingo - 19 - Enero,.
El domingo - 19 - Enero a las 16:00 por Telecinco , foto,.
Carles Sans,.
Carles Sans y uno de los ridículos más espectaculares de la historia de la aviación,.
El fundador de Tricicle tenía un miedo terrible a volar. «No me metías en un avión de ninguna manera», cuenta él, entre risa y risa,.
Carles Sans está 'Por fin solo' sobre los escenarios, sin sus compañeros de Tricicle, Paco Mir y Joan Gràcia. Desde que acordaron deponer las risas y entregar las carcajadas como el trío cómico que fueron durante décadas, Sans optó por probar qué sucedería si emprendía .
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No sé de qué me habla - Loteria - El Rasca de la Galleta de la Fortuna
- La Navidad más amarga y tensa en Belén: muchos soldados y calles vacías de turistas ,.
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sé de qué me habla - Loteria - El Rasca de la Galleta de la Fortuna - La Navidad más amarga y tensa en Belén: muchos soldados y calles vacías de turistas ,
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La Navidad más amarga y tensa en Belén: muchos soldados y calles vacías de turistas,.
Las calles de la ciudad están vacías de turistas y llenas de soldados en un ambiente tenso, presagio sombrío de los meses que le esperan a esta zona empobrecida por la guerra,.
En la plaza del Pesebre de Belén este año hay una fila ordenada de vendedores de mazorcas de maíz caliente, dos puestos de café y te y uno de dulces de sésamo. Rodean la plaza en la que, en años anteriores, se erigía un gigantesco árbol de Navidad que atraía a palestinos, turistas y a muchos periodistas. Este año hay sobre todo de lo último y casi nada de lo primero. Y muchas fuerzas de seguridad palestina, que han renovado la cooperación con Israel en materia de seguridad en los últimos días.
«El año pasado fue malo, pero no tan malo como este», asegura Shadi R., vendedor en el puesto de dulces. Y explica que tenía esperanza de que la guerra acabase pronto «pero más de un año después, en Gaza están aún peor y nosotros no tenemos turistas, y de eso vivimos», lamentó.
La decisión de no celebrar la Navidad tampoco este año por parte del ayuntamiento de Belén en deferencia a la guerra en Gaza es una llamada de atención al mundo, dijo el alcalde Anton Salman, para que se sepa sobre la difícil situación en Belén y en todos los territorios palestinos.
La guerra comenzó tras el ataque de Hamás contra Israel el año pasado que mató a unos 1.200 israelíes, hirió a más de 5.500 y secuestró a 251, y continuó con la declaración de guerra del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y ataques israelíes en Gaza que se saldan por ahora con al menos 45.500 muertos y más de 107.000 heridos, según cifras de Hamás.
Los esfuerzos por llegar a un alto el fuego parecen estancados. «Aunque las festividades no se hubieran cancelado de manera oficial, yo creo que estaríamos igual de mal desde el punto de vista turístico», dijo Aziz Alan, guía. «El turismo está agonizante aquí en Cisjordania, pero también en Israel».
Con el comienzo de la guerra, las autoridades israelíes prohibieron la entrada a la mayoría de los 150.000 palestinos de Cisjordania que tenían trabajo en Israel. La economía palestina se contrajo en un 25 por ciento el año pasado. Alrededor de la mitad de la población en el área de Belén, incluidas las aldeas cercanas, trabaja en el turismo o en empleos en Israel. Y las celebraciones navideñas en Belén son el punto álgido de los acontecimientos festivos y culturales de la ciudad en la que el turismo representa el 70 por cien de sus ingresos anuales. Este año, las calles y tiendas vacías de compradores son un anuncio sombrío de los meses que le esperan a esta zona.
Cuenta la tradición que María dio a luz a Jesús en un establo porque no había habitación en las posadas de la ciudad. Estas Navidades, los más de 5.000 hoteles de Belén están prácticamente vacíos. Antes de la pandemia del coronavirus, en 2019, visitaron la ciudad unos dos millones de turistas. En 2024 se registraron menos de 100.000, según el Ministerio de Turismo palestino.
La tasa de desempleo en Belén es de aproximadamente el 50 por ciento, según Ministerio de Economía. Mientras que el desempleo en toda Cisjordania está en el 30 por ciento. «Hemos venido porque queríamos sentir el clima navideño», contó Rita Amer, una ciudadana alemano palestina de visita con su marido Joseph en la ciudad. «Pero no hay nada de eso. Es tan triste ver que no hay absolutamente nada sucediendo en Belén desde el punto de vista festivo. Pero, en realidad, no podía ser de otro modo, con lo que sucede en Gaza», explicó. Fueron a Cisjordania a visitar a la familia de Rita en Ramala y otros lugares. «Hemos comprado cosas solo por comprar, por tratar de ayudar de algún modo, no necesitamos nada de esto…».
Los cristianos son un pequeño porcentaje de la población tanto en Israel como en los territorios palestinos. Hay unos 188.000 en Israel, de los cuales 12.850 están en Jerusalén; 37.500 en Cisjordania y 1.300 en Gaza, según cifras del Departamento de Estado de Estados Unidos. Quienes celebran la Navidad son las denominaciones armenia, católica y ortodoxa. Casi no se ven religiosos paseando por las calles, como se solía ver otros años.
De los escasos visitantes que pasean por la plaza y entran a la iglesia de la Natividad destaca un grupo de filipinos, trabajadores contratados en Israel desde el origen que pasan el año en Israel y en Navidades hacen una excursión a Belén.
A las autoridades palestinas y al gremio de comerciantes les preocupa el presente, pero también el futuro. La artesanía es casi imposible de sostener si no hay turismo y los jóvenes locales están abandonando esa actividad, como los pesebres tallados en madera, los cristos y rosarios.
Las estadísticas locales palestinas señalan que casi quinientas familias abandonaron Belén el año pasado con el estallido de la guerra y la deprimente perspectiva económica. Pero esas son solo las familias que se mudaron al extranjero con visas de residencia oficiales. Muchas otras han viajado a otros países con visas de turista temporales y, por lo tanto, escapan a los registros y se ignora si regresarán.
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