A Crush, la pasta te aplasta - Jesús Carrasco - Escritor ,. / PUERTA CON PUERTA CANAL EXTREMADURA - El extraño doctor Ceresoles y la misteriosa cueva de Los Barruecos,. / Trastos y tesoros - CANAL EXTREMADURA - Cáceres, ancianos, COVID-19,. / Domingo -12- Abril- LA SEXTA TV | Ambulancias, en el corazón de la ciudad - Un mes (o más) de confinamiento en pijama,. / CAFE GIJON - MANZANAS VERDES - Bale no justifica su sueldo,./ LA AVENTURA DEL SABER TVE - Cantando bajo la lluvia,.
TITULO:
A Crush, la pasta te aplasta - Jesús Carrasco - Escritor,.
El viernes-10- Abril a las 22:00 por La 1, foto.
Jesús Carrasco - Escritor,.
«Hay que salir de esto con dignidad, sin dejar atrás a los más vulnerables»,.
El escritor de éxito Jesús Carrasco posa en Sevilla, su ciudad de residencia.
'Intemperie'
fue un éxito clamoroso. Una flecha clavada en el corazón de sus
lectores. Su autor, Jesús Carrasco (Olivenza, 1972), es un escritor
consagrado y un ciudadano preocupado por la sociedad que surja de la
pandemia,.
El
aspecto fiero de Jesús Carrasco esconde a un niño que se emociona con
el canto de los pájaros. Benito Zambrano ha llevado su novela al cine.
Le entrevistamos antes del comienzo del confinamiento -aunque luego le
planteamos nuevas preguntass obre el tema- en Sevilla, ciudad en la que
reside. - ¿De niño era el indio o el vaquero?
-
El vaquero; los de mi generación nos alimentamos de un género
cinematográfico, el 'western' americano, que estaba claramente
posicionado a favor de los vaqueros. Los indios eran irrelevantes,
estaban ahí de jarrones para que fueran los buenos a masacrarlos. Con el
tiempo cambié de bando. - ¿Cómo era entonces?
-
Me recuerdo haciendo cosas que imitaban a las que hacía mi padre,
maestro de escuela y encuadernador de libros. Siempre estaba trabajando
con las manos, y yo me aficioné a hacer cosas raras, para la edad que
tenía, como dibujar planos de casas (ríe). En la calle sí que disfrutaba
con las cosas normales de un niño de pueblo: subir a los árboles,
perseguir crías de perdiz a principios de agosto... En la adolescencia
fui más rebelde, más travieso, aunque saqué los estudios más o menos
bien y, que yo recuerde, no hice nada que la Justicia ordinaria pueda
perseguir. - ¿Y sus padres?
-
Estaban muy ocupados en sacar adelante una familia con seis hijos. Los
dos trabajaban muy duro. Siempre me he sentido querido y acompañado por
ellos, aunque no te decían de una manera explícita 'te quiero mucho'. Sé
que mi padre se hubiese sentido muy orgulloso de mí por poderme dedicar
a la literatura y vivir de ello; él era el único lector que había en
casa cuando yo era niño. - ¿Usted sí dice 'te quiero mucho'?
- Sí, sí, sobre todo a mis hijas. Esa fuerza que es el amor intento mostrarla de la manera más clara posible. - ¿Es lo más importante?
-
Pasar por esta vida y no experimentar el amor, la compasión, el
sentirse amado, me parecería inhumano. Es una herramienta muy poderosa
que, por lo menos a mí, me hace sentir que merece la pena vivir la vida.
Cuando me pregunto '¿qué hago aquí?', '¿qué sentido tiene todo esto?', a
lo que me agarro es a la gente que quiero. Eso es lo que tiene todo el
sentido, lo que justifica la existencia; después viene escribir y todo
lo demás. - ¿Y cuando contempla lo contrario: el pensar solo en uno mismo?
-
Eso lo relaciono, curiosamente, con el bienestar del que disfrutamos,
que es una meta muy digna que merece la pena alcanzar; pero, cuando lo
tenemos, tendemos al individualismo, como si cada uno de nosotros nos
bastáramos para lograrlo y mantenerlo. Recuerdo esa época de mis padres
en la que los vecinos se necesitaban de verdad y había un espíritu
colectivo, cierto que forzado por la propia precariedad en la que
vivíamos como sociedad.
«Nos falta atención»
- Ahora el confinamiento nos está acercando a nuestros vecinos. ¿Cómo lo está viviendo?
-
El confinamiento lo estoy viviendo con mi familia, lo que es una
suerte. Estamos, como todos, aprendiendo a darle a la casa nuevos usos, a
encontrarle lugares en los que hacer cosas que antes hacíamos en la
calle. Si esto sigue así, al final del confinamiento estaré en mejor
forma física que en toda mi vida. Bromas aparte, también estoy
aprovechando para leer esos libros que siempre se van quedando a la
espera de un momento que, al final, nunca llega. Me siento apenado por
la tragedia que va creciendo día a día a nuestro alrededor, por ese
dolor de morir sin despedidas. Los sanitarios, además de su colosal
trabajo, también tienen que hacerse cargo de ese último adiós. - ¿Qué espera que hayamos aprendido todos sobre nuestro modo de relacionarnos cuando salgamos de ésta?
-
Cuando salgamos de ésta nos queda la siguiente, que es levantarnos
individual y colectivamente. Ese será un aprendizaje urgente que no
admitirá dilación, como cuando el recién nacido activa por primera vez
sus pulmones en el momento del parto. Se trata de volver a poner en
marcha la gran máquina que es una sociedad y hacerlo con dignidad, es
decir, ayudando a que los más vulnerables no se queden atrás. Creo que
cuando esto termine tendremos meridianamente claro que nuestro sistema
sanitario público es un prodigio que tenemos que cuidar y proteger a
toda costa. Habrá que estar vigilantes para que no nos cuelen gato por
liebre. Una cosa muy positiva que ya está sucediendo y que espero que se
quede para siempre con nosotros es el descubrimiento de esos otros que
habitualmente pasan desapercibidos: el reponedor del supermercado, la
farmacéutica, el mensajero, el personal sanitario, los agricultores. Por
más tecnológica que sea una sociedad, por más avanzada o por más
liberal, sin esas personas que no reciben premios ni reconocimientos, no
funciona. - ¿Y antes de esta gran crisis, cómo estábamos?
-
Ensimismados. Y el móvil, que es muy magnético, es un buen punto de
partida para que esto ocurra. Te ensimismas, no miras a tu alrededor.
Creo que estamos muy distraídos, no que nos falten ganas de ayudar a los
demás; lo que nos falta es atención. Pero hay también un gran
movimiento de personas que son muy solidarias. Mi madre mismo, que
colabora con Cáritas, dedica su tiempo, su energía y su atención a
ayudar a personas necesitadas a las que no conoce de nada. Y como ella,
miles de personas en España. Eso es esperanzador. - Y de seguir con ese ensimismamiento...
-
... nos acercamos, como en una novela de ciencia ficción, hacia un
mundo muy atomizado, cada uno ensimismado en su pequeño 'mundito',
creyéndonos felices delante de la pantalla. Me da un poco de pena cuando
lo veo en los demás, y también cuando lo veo en mí. No me gusta nada e
intento alejarme de caer en ello. - ¿Redes sociales tiene?
- No. -
Usted impactó con una novela que protagoniza un niño. ¿Puede entender
que a los llamados 'menas' (menores extranjeros) haya tantos adultos que
los consideren, fríamente, un peligro?
- Habrá alguno de
ellos que haya cometido algún delito, no voy a negar eso, pero creo que
una sociedad se tiene que regir por patrones éticos. Independientemente
del lugar del que proceda, hay que ayudar a quien lo necesita. No
podemos dejar a nadie muriéndose en la calle, ni a un niño desprotegido;
no podemos hacerlo como sociedad y, si lo hacemos, tendremos una
sociedad cada vez más deshumanizada y empobrecida éticamente. Me parece
injustificable la postura de Vox con este tema de los menores
extranjeros no acompañados, toman la parte por el todo e intentan hacer
creer que todos los problemas de España se resumen en el problema de
estos menores y la inmigración; y lo hace con ese discurso de trazo
grueso, de brochazo, que está convenciendo a tanta gente. Además, ese
discurso de Vox se relaciona muy mal con la moral cristiana, que yo
comparto. La acogida, el reconfortar al otro, está clarísimo en los
Evangelios. - Y España, ¿le duele, le encanta, le cabrea, la mandaría a tomar viento...?
-
¡Todo eso! Me provoca sensaciones y sentimientos distintos. Quiero a mi
cultura y estoy orgulloso de que España, mi país, haya conseguido, por
ejemplo, tener el sistema sanitario público del que nos beneficiamos
todos. España es capaz de cuidar no solo a sus nacionales, sino también a
los que vienen de fuera, y haber logrado eso como sociedad me hace
sentirme orgulloso. Y no me olvido de que yo y muchos de mis hermanos,
viniendo de una familia humilde, hemos podido tener una carrera
universitaria gracias al sistema de educación pública que también hemos
logrado entre todos, porque todos contribuimos a ello con nuestros
impuestos y nuestra energía. Pero también hay otra España que no
entiendo, que es desquiciante. - ¿Qué la caracteriza?
-
Esta tendencia a la disgregación, a la centrifugación, este no saber
muy bien qué somos como país, esta discusión constante. Me gustaría
poder tener una visión más equilibrada y sana de mi país, sin falsos
orgullos, ni besos a la bandera, pero también con lo contrario: sin
vergüenza por tener una bandera, pertenecer a este país o decir España,
sencillamente. Yo digo España con toda tranquilidad, al mismo tiempo que
soy consciente de que, como a todos los países, nos queda mucho por
hacer y por mejorar. - ¿Le inquieta el Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos?
-
Lo vivo con esperanza, y no por el hecho de que sea una coalición de
izquierdas, sino porque es un Gobierno de coalición. Tampoco me
parecería mal un Gobierno de coalición entre partidos moderados de
izquierda y derecha. Una de las cosas que le falta a España es la
capacidad para ponernos de acuerdo, para reconocer al otro. - ¿Tenemos claro que ya no somos los reyes de la Creación?
-
No, no somos el ombligo del Universo; de hecho, si seguimos por este
camino no vamos a ser nosotros los que prevalezcamos; prevalecerán las
montañas, las cucarachas, las bacterias, nosotros no estaremos aquí.
Tenemos una fuerza motriz tan poderosa que somos, incluso, capaces de
alterar el clima. Lo dicen los científicos claramente: si seguimos dando
estos pasos, nos dirigimos hacia la destrucción. Pero soy optimista,
pienso que seremos capaces de revertir, aunque con daños, este panorama.
Intento no dejarme llevar por el fatalismo, pese a que veo que hay
cenutrios al mando, y gente sin preparación, y un montón de intereses
espúreos, económicos, propios de un capitalismo salvaje. Pero también
observo otras cosas, como a una niña como Greta Thunberg que, de
repente, ha puesto en el mapa una serie de problemas muy graves que nos
conciernen a todos.
«Un poco de humildad»
- Muchos adultos se burlan de ella, la desprecian.
-
Supongo que no son capaces de tolerar que una niña, un ser humano
joven, y además mujer, les diga algo que es evidente y se haya
convertido en un símbolo. Un poco de humildad no nos viene mal tampoco. - ¿Cómo se mueve por Sevilla?
- Si puedo voy andando, y si no en bicicleta. - ¿Vegetariano?
-
Completamente omnívoro, aunque en casa intentamos no abusar de las
carnes rojas para tener una dieta lo más equilibrada posible. - ¿Usted tiene perro?
- ¿Perro? - Me encanta el que aparece en 'Intemperie'.
- (Sonríe) No, no lo tengo. Una ciudad no creo que sea un buen lugar para tener un animal. Lo tendría si viviese en el campo. - ¿Cuál es su talón de Aquiles?
-
Lo que tengo siempre es una china en el zapato con el tema de la crisis
climática de la que hablábamos antes, no la estamos afrontando a la
velocidad que deberíamos y eso me preocupa mucho, no consigo relajarme.
TITULO: PUERTA CON PUERTA CANAL EXTREMADURA - El extraño doctor Ceresoles y la misteriosa cueva de Los Barruecos,.
El extraño doctor Ceresoles y la misteriosa cueva de Los Barruecos,.
fotos / Estaba preparando una sopa de tomate en la cocina de la casa de Caridad, cuando con su vocecilla empezó a maldecir, acompañándole los ladridos de su fiel Jack:
–¡Me cago en todo lo que se menea! ¿Es que esta muchacha no tiene unos padres o unos abuelos que la pongan en su sitio?
–¿Pero qué pasa? – pregunté a Sanjosé que acompañaba al enfermo en el comedor, mientras me secaba las manos en el mandil.
–Nada, hombre, que le he puesto el audio de la concejala de juventud de Somos Lanzarote, del ayuntamiento de Arrecife,
que en una tertulia ha dicho que el coronavirus, según ella, solo mata a
personas mayores, y seguramente eso es un mensaje de la Madre Naturaleza de que estamos llenando la Tierra de muchos viejos y no de jóvenes. Y éste se ha encabronado.
Caridad
está pasando por malos momentos, porque se acaban de morir dos amigos
suyos, el articulista garrovillano de perenne sonrisa Julio Saavedra y el escritor placentino Fernando Flores del Manzano,
y, con razón, dice que «tonterías las justas». Para calmarle le pedí a
Caridad que en su portátil ordenara las fotos de la última excursión que
hicimos antes del confinamiento, la de la Ruta de Los Sentidos,
que puede ser el sendero más hermoso para hacer con una persona en
silla de ruedas. Son menos de dos kilómetros de ida y vuelta por un
cómodo sendero por Los Barruecos, en Malpartida de Cáceres,
viendo curiosas peñas como la de la tortuga, la del caracol, la de la
horca, la del tiburón y las peñas del Tesoro. Fue entonces, viendo las
fotografías, cuando el difunto dijo que cerca de las grandes peñas del
Tesoro hay una roca solitaria, de menos de dos metros y medio de altura,
que tiene una cueva dentro.
–Es de lo más extraño que he visto
nunca. Tiene una rendija en la base por la que te puedes colar si no
estás muy gordo, y una vez que pasas esa rendija te levantas y estás es
una cueva con pinturas rupestres. Hay espacio holgado para una persona.
Una vez dentro hay gente que siente vértigos y mareos al verse solo en
ese lugar que está lleno de energías telúricas.
–Bah, ¡paparruchas! Yo conozco Los Barruecos y no me suena de nada esa cueva.
–¿Qué vas a conocer tú, juntaletras? Haz el favor de llamar a Javier Pedrera Pedrera, que ese sí que conoce Los Barruecos y no tú.
Tuve
que aguantar al joío difunto cuando Javier me dijo que era cierto,
mandándome fotos y hasta un vídeo de la extraña cueva ('¿ves cómo eres
algo zoquetín?' me dijo Sanjosé dándome impertinentes golpecitos en la
frente, mientras me mordía un labio).
Para entretener a Caridad
le pedí a Javier Pedrera que me enviara más fotos curiosas de Los
Barruecos de peñas, cuevas y tumbas de piedra. Me las mandó y me dijo,
«Oye, ¿por qué no le dices a Caridad que investigue sobre el gran
portento que vivió en Malpartida de Cáceres? El misterioso doctor Ceresoles, que curaba cualquier enfermedad». Me mandó un artículo que escribió sobre este personaje Juan José Lancho, en un antiguo número de la Revista Cultural Los Barruecos.
Gracias
a las fotos de Los Barruecos y al misterioso médico, Caridad estuvo
entretenido varios días, sin pensar en la muerte que nos acecha.
–Bueno, ¿quién era ese extraño doctor?– le pregunté una noche mientras cenábamos un pulpo a la mugardesa, él con agua y yo con un buen vino mencía (es peligroso tomar leche por la noche con el pulpo).
–Pues, por lo que he visto, Mauricio Ceresoles fue uno de los médicos más famosos que hubo en Extremadura. En 1824 se estableció en Arroyo de la Luz
y fue tal su fama, que iban a verle enfermos desahuciados de toda
Extremadura, y al parecer... los curaba. Se decía que era pendenciero,
mal bebedor, mujeriego y jugador.
–Un genio con mal genio.
–Sí. Se metió en política y eso fue casi su perdición. Fernando García Morales escribió que fue diputado provincial por el partido de Navalmoral de la Mata. Lo malo es que quería ser diputado nacional y ahí la cosa no le fue bien. Se presentó a las elecciones de 1837 y 1839. No salió, y entonces escribió un manifiesto a los electores de la provincia de Cáceres en agosto de 1839,
que tuvo respuesta en otros dos manifiestos de sus enemigos. He logrado
los tres manifiestos y se dan palos dialécticos a mansalva.
Caridad
me leyó parte de los folletos, y asombra el punzante estilo, la forma
de zaherir escribiendo de hace casi dos siglos. En el escrito de
Ceresoles acusa a dos oponentes: a Antonio Concha, que fue diputado provincial y nacional, alcalde de Cáceres y a su muerte dejó dinero para crear la Fundación Concha de Navalmoral de la Mata; y también ataca a Joaquín Rodríguez Leal,
del que dice que era un maniobrero autor de libelos difamatorios, y que
no actuaba con limpieza. Indica en un párrafo: «Detractores,
calumniadores de profesión; hombres descontentadizos o mal
intencionados; ilusos o seducidos, presentaos en la abierta palestra; yo
os aguardo con la seguridad de venceros y la probabilidad de
confundiros». A ese manifiesto le contestó con otro Antonio Concha, que
habla de «el pobre cerebro de Ceresoles» y su «cabeza volcánica».
Vídeo.
Más duro fue Joaquín Rodríguez Leal que sí había logrado ser elegido diputado nacional. En septiembre de 1839
publicó un manifiesto, en el que dice que Ceresoles era un loco
ignorante, «un maniático imbécil», «débil y miserable», de «menguado
cerebro» y advierte a los cacereños, «el señor Ceresoles es un
despreciable átomo entre vosotros». Aquí Rodríguez Leal, que por lo
visto era gobernador civil, da la noticia de que el doctor Ceresoles no
es tal, que en realidad se llama Juan Candellero, que en la Guerra de la Independencia robó el título de médico al auténtico Mauricio Ceresoles, que murió de edad avanzada.
–Rodríguez Leal le denunció en un juzgado de Cáceres el 23 de diciembre de 1839,
según descubrió Lancho, por usar nombre falso y ejercer la medicina sin
título – siguió diciendo Caridad –, y Ceresoles fue a la prisión de la Audiencia Territorial (ahora la sede del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura). Resulta que el presidente de la Audiencia era Joaquín de Palma y Vinuesa,
que tenía una hija enferma. Los médicos le dijeron que no podían hacer
nada por la vida de su hija y entonces el padre se acordó de la fama de
Ceresoles. Le sacó de la celda, le llevó a la habitación de la hija... y
la curó. El presidente de la Audiencia le soltó y Ceresoles se retiró a
Malpartida de Cáceres, en donde murió el 2 de noviembre de 1854.
–¡Vaya historia! –dije–. La verdad es que ahora bien podíamos tener otro Ceresoles que nos librara del coronavirus.
–Pues sí. Antes de que se nos mueran más amigos –indicó pensativo Sanjosé.
–¡O vosotros! –dijo, mientras olía el pulpo que no puede comer, el difunto impertinente.
TITULO:Trastos y tesoros - CANAL EXTREMADURA -Cáceres, ancianos, COVID-19,.
Cáceres, ancianos, COVID-19,.
ANÁLISIS
El virus se ceba con nuestros mayores, que además de enfermar y morir sufren la pena de no poder abrazar a sus hijos y nietos,.
foto / Residentes y personal de la residencia de mayores del Parque del Príncipe lanzando un mensaje de esperanza el pasado jueves.
El
área de salud de Cáceres, que además de la capital comprende algunos
pueblos importantes de la provincia, está siendo la zona de Extremadura
más castigada por el coronavirus. El motivo no parece claro.
Probablemente habrá más de uno y serán los científicos –no los políticos
ni los periodistas– quienes a lo mejor podrán llegar a determinarlos.
Lo que sí sabemos, porque es la cruda realidad que nos salta cada día a
la cara, es que las consecuencias se están dejando sentir sobre todo en
las residencias de ancianos. Cierto que el virus no ha entrado aún en
muchas de ellas, pero allí donde lo hace resulta devastador. Basta poner
como ejemplo los centros de mayores 'El Cuartillo' y 'Cervantes', dos
residencias de Cáceres ciudad donde han perdido la vida ya cerca de una
veintena de personas a causa del COVID-19. La media de edad de los
fallecidos supera los 80 años.
La crisis sanitaria sin precedentes
modernos que atravesamos, al menos en el mundo occidental, tiene muchos
aspectos crueles, pero uno de los peores es que se ceba con nuestros
mayores. La peor parte se la están llevando, por supuesto, quienes se
contagian o mueren, aunque en realidad les está afectando a todos. El
confinamiento es para la población al completo, sí, pero bastante gente
sigue yendo a trabajar a diario, y entre los que no lo hacen quien más
quien menos puede salir un rato de vez en cuando para hacer la compra o
pasear al perro. Los más mayores no. Ellos llevan ya tres semanas
recluidos en sus casas y en las residencias, con la pena de no poder ver
ni dar un abrazo a sus hijos o a sus nietos. El virus les ha arrebatado
esas pocas horas que para muchos eran las más felices de la semana.
Ahora
todos somos más precavidos, pero al inicio de la crisis del Covid-19 se
escuchó con frecuencia que tampoco era para tanto, que los únicos que
podían tener peligro eran las personas muy mayores. Como si no
importaran, o importaran menos. Sospecho que parte de la culpa de que
casi todos los gobiernos reaccionaran tarde ante la pandemia –algo que
ya casi nadie niega– la tuvo que la principal población de riesgo eran
los ancianos. Si los que empezaban a enfermar de gravedad y morir
hubieran sido bebés, adolescentes o adultos jóvenes las alarmas habrían
saltado mucho antes y las medidas habrían sido más contundentes desde el
principio.
Ni
siquiera puedo imaginar la sensación de abandono que deben haber
sentido nuestros padres y abuelos ante semejante despreocupación social.
Cuando pensamos en los ancianos todos tenemos claro que los queremos y
los cuidamos, pero a los nuestros, a los de nuestra familia. Como
colectivo anónimo, los 'viejos' no son prioritarios para una sociedad
que idolatra la juventud y lo nuevo. Recapacitemos, porque pocas cosas
serían más injustas que dejar a su suerte a una generación justo en el
momento en el que es más vulnerable y más necesita que volquemos todos
los medios disponibles para protegerlos.
TITULO:
Domingo -12- Abril - LA SEXTA TV | Ambulancias, en el corazón de la
ciudad - Un mes (o más) de confinamiento en pijama ,.
El domingo -12- Abril a las 21:30 por La Sexta, foto,.
Un mes (o más) de confinamiento en pijama,.
Los expertos recomiendan cambiarse de ropa por la mañana, tanto por higiene como por autoestima,.
Póngase
una camiseta de Superman y describa cómo se siente. ¿Le entran ganas de
salvar el mundo? Puede que sí, o puede que esa sea la camiseta que
utiliza para dormir y lo único que le entren sean ganas de echar una
cabezadita. De una forma u otra, la teoría se confirma: asociamos la
ropa que nos ponemos a distintas situaciones y esta tiene la capacidad
de influir en nuestro comportamiento. Se llama 'enclothed cognition', un término acuñado por primera vez por Adam Galinski, que se refiere a «la influencia que la ropa tiene en los procesos psicológicos y conductuales de sus portadores».
Dicho
de otra forma, es la explicación científica de por qué estar un mes en
pijama, o lo que dure la cuarentena, puede tener efectos psicológicos
negativos. «El pijama es la ropa que nos ponemos cuando estamos
convalecientes en casa y la prenda que indica al cerebro que llega la
hora de descanso. Llevarlo puesto todo el día favorece que no haya un
cambio de rutina y aumenta la sensación de cansancio, apatía o incluso enfermedad»,
expresa la psicóloga Natalia Ortega, directora de Activa Psicología y
Formación. Lo mismo ocurre, aunque con distintos efectos, con otras
prendas de ropa.
Galinski,
por ejemplo, apoyó su teoría con un experimento que buscaba saber qué
efecto tenía en las personas vestir batas de laboratorio. Los resultados
revelaron que, al llevarlas puestas, los participantes mostraron mayor
agilidad mental y concentración, «como si la prenda hubiera preparado a
su cerebro para asumir capacidades mentales que ellos asociaban con ser
médico», afirmó el investigador.
También la psicóloga y profesora Karen Pine llegó
a conclusiones similares. ¿Recuerda el experimento de la camiseta de
Superman? Pues le habrá sonado a broma, pero tiene base científica. Lo
realizó esta doctora con sus alumnos, como describe en su libro 'Preocúpate de lo que llevas puesto: la psicología de la moda',
y descubrió que el trozo de tela con el logotipo del superhéroe les
infundía autoconfianza y les hacía sentir físicamente más fuertes.
«El pijama es la ropa que nos ponemos cuando estamos convalecientes en
casa y la prenda que indica al cerebro que llega la hora de descanso»
Natalia Ortega
Otra pregunta de Trivial. Si le pidiesen que fuera a un examen de matemáticas en bañador, ¿obtendría los mismos resultados que yendo adecuadamente vestido? Ese fue el objeto de estudio de Barbara L. Fredrickson y Tomi-Ann Roberts,
quienes comprobaron que las mujeres que fueron en bikini al experimento
manifestaron un menor rendimiento mental y obtuvieron peores resultados
en la prueba que las que llevaban el cuerpo cubierto.
Otras
investigaciones también han descrito que la ropa formal nos predispone a
ser mejores negociadores, la ropa casual a ser más sociables y la ropa
deportiva a ser más saludables.
El tipo de prenda, sin embargo, no es lo único que nos influye mentalmente. Así, diversos estudios sobre la psicología del color aplicada a la moda
han deducido, por ejemplo, que los clubes deportivos profesionales de
Occidente que tienen equipaciones negras -color relacionado en esta
cultura con la maldad y la muerte- son más agresivos que los que visten
otros colores, como evidenciaron Mark Frank y Thomas Gilovich en una investigación de 1988;
o que los atletas, cuando visten de rojo, tonalidad asociada con la
fuerza y el poder-, son capaces de levantar más peso que cuando visten
de azul -color relacionado con la pureza y la inteligencia-, según un
artículo publicado en el 'Journal of Sport and Exercise Psychology'.
Todo ello confirma que
la ropa no solo influye en las percepciones que los demás tienen de
nosotros, sino también en nuestras propias impresiones personales y
formas de actuar. La psicóloga clínica Jennifer Baumgartner lo
resume claramente en su libro 'Eres lo que vistes': «Vestir de cierta
manera te ayuda a cambiar tu ser interno, por eso los actores dicen que
ponerse un disfraz facilita la expresión del personaje. Esto es igual de
cierto para la vida cotidiana».
Más allá de los estudios, y para terminar de convencernos sobre deshacernos del pijama, la psicóloga Ortega destaca otro aspecto esencial: la higiene.
«Si no te cambias en 24 horas, aunque sea para ponerte un chándal,
puede que modifiques, o incluso te saltes, tus hábitos de higiene». Por
eso, ella recomienda mantener las costumbres de autocuidado durante el
confinamiento (afeitarse, peinarse, depilarse). «Puede parecer algo
banal, pero la imagen influye mucho en el nivel de autoestima y el estado de ánimo.
Si a la situación de estrés que vivimos le añadimos el malestar que
genera verse desaliñado en el espejo, nuestro estado emocional empeorará
aún más».
La ropa de estar por casa marca tendencia,.
Aunque
fueron de las últimas en echar el cierre cuando se decretó el estado de
alarma y forman parte de uno de los sectores que más está sufriendo los
estragos de esta crisis sanitaria, las tiendas han sido de las más
rápidas en adaptar sus catálogos a la situación actual. No podemos salir
a la calle, así que no necesitamos ropa de invierno ni de verano, pero
puede que sí de estar por casa. Los ejemplos se suceden entre las
marcas, como Oysho (Inditex), que recientemente ha lanzado su línea
'When I'm at home' ('Cuando estoy en casa') y ofrece envíos a domicilio
gratuitos y devoluciones de las prendas adquiridas durante la cuarentena
hasta 30 días después de la reapertura de los comercios. O la deportiva
JD, que invita a deshacerse del pijama con una recopilación de
estilismos 'urbanos'.
Por su parte, las 'influencers' también
aprovechan la coyuntura sugiriendo modelitos cómodos, como Alexandra
Pereira (Lovely Pepa) que recientemente compartió el vídeo: '7 looks
para estar en casa'.
TITULO:
CAFE
GIJON - MANZANAS VERDES - Bale no justifica su sueldo ,.
CAFE GIJON,.
Café Gijón - foto,.
Fachada de madera del Café Gijón con su entrada.
El Café Gijón (denominado también Gran Café de Gijón) es un café de importancia cultural situado en el bulevar principal del madrileñoPaseo de Recoletos n.º 21. El café está frente a una estación de ferrocarril del mismo nombre (Recoletos) y a la Biblioteca Nacional de España (BNE). La terraza de enfrente se encuentra en el pasillo central del Paseo.
MANZANAS VERDES - Bale no justifica su sueldo ,.
MANZANAS VERDES - Bale no justifica su sueldo . , fotos,.
Bale no justifica su sueldo,.
El problema no es que Bale gane 29 millones de euros brutos al año. Si los justifica en el campo dando títulos y gloria al club benditos sean. La cuestión es que el reloj del galés se detuvo el 26 de mayo de 2018.
Esa noche, en Kiev justificó por última vez su sueldo de crack mundial
con dos goles (uno de ellos espectacular) que le dieron al Madrid la
Tredécima. Desde que fichó en el verano de 2013 y hasta esa noche feliz
en Ucrania, Bale acumuló 88 goles en 189 partidos (0,46 de promedio) y
58 asistencias (0,30). Hasta ahí, y pese a su rosario de lesiones, digamos que el estatus de salario de Gareth se podía justificar y soportar por las finanzas del club.
Pero a partir de ahí, el Madrid ha tirado el dinero con él en sus dos
cursos siguientes. Entre la temporada pasada, en la que sólo se ganó el
Mundialito, y lo que va de esta hasta el triste parón forzado por la
pandemia del COVID-19, Bale sólo ha dibujado en su tarjeta individual 17 goles en 60 partidos
(un bajo 0,28 de promedio) y 10 asistencias (0,16). A él, que le gusta
tanto el golf, es como si en el British Open cierras los tres primeros
días de competición con cinco o seis bajo par, pero en la última y
decisiva jornada te hundes en el bunker y en el green y terminas con siete sobre el par de campo. En ese caso desaparecerías de los 20 primeros y te echarían del star system. Pues eso. Gareth no justifica su megasueldo.
TITULO: LA AVENTURA DEL SABER TVE - Cantando bajo la lluvia,.
Cantando bajo la lluvia,.
foto / Don Lockwood es una romántica estrella del cine mudo
a quien ha costado mucho llegar hasta la cima. Hasta llegar a triunfar
en Hollywood ha llevado un largo camino en compañía de su íntimo amigo
Cosmo Brown. Ahora forma pareja con Lina Lamont, una bella chica, no tan
tonta como parece, pero bastante turbia en sus intenciones. Son la
pareja de moda de los estudios cinematográficos que dirige R.F. Simpson.
Tras uno de los estrenos, Don conoce a Kathy Selden, una actriz de
teatro aún desconocida, que primero menosprecia el arte del cine y luego
sale de una tarta resultando ser una de las bailarinas del coro que va a
la fiesta.
Don y Kathy se enamoran. Paralelamente, se ha producido un terremoto en la industria cinematográfica: el cine sonoro llega arrasando. El público quiere más y hay que reconvertir la última película de Lockwood y Lamont en un musical, lo que no sería un problema si no resultara que Lina Lamont tiene una horrible voz completamente inservible para el cine.
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