TITULO: BOLIGRAFO Y LIBRETA - EL BINGO - Maestros de la Costura - Un artista ghanés convierte telas en grandes obras de arte ,. Miercoles -28 - Agosto ,.
BOLIGRAFO Y LIBRETA - EL BINGO - Maestros de la Costura - Un artista ghanés convierte telas en grandes obras de arte , . Miercoles - 28 - Agosto , fotos,.
Un artista ghanés convierte telas en grandes obras de arte,.
Cada vez son más los que deciden darle una segunda oportunidad a las antiguas prendas de vestir...Las atrevidas telas que fueron alguna vez vestidos, camisas o faldas han sido
modificadas por este artista ghanés para convertirlas en obras de arte. "En esta pieza, tengo cinco hombres, todos ellos libres de preocupaciones". Cada semana el artista suele acudir a
tiendas de segunda mano para recolectar desechos.Sus obras de arte han logrado cruzar las fronteras de su país, han sido expuestas en varios mercados extranjeros.Con su arte contribuye poco a poco a solucionar el problema de los desechos textiles del Ghana.
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El Juego Rana - El Juego Oca - RADIO ANTIGUA - Interlocutor ,.
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Interlocutor ,.
Marzo en Moscú es uno de los meses más cambiantes. Hay días soleados y templados, pero de repente las temperaturas pueden caer por debajo del cero y hasta empezar a nevar. Hay un refrán ruso que dice: «En el mes de marzo mucho calzo». Aquel día a mediados de marzo de 1944 era más bien soleado, anunciando una pronta primavera. Después de varios años seguidos con inviernos muy crudos, este día de sol y de un calor tímido anunciaba a los moscovitas una tregua de la naturaleza. La gente iba por las calles, moviendo sus pálidos
rostros hacia el brillante foco celestial, que les agraciaba con un leve y agradable calorcito. Algunos se atrevían a desabrochar sus largos abrigos de invierno o quitarse los abultados gorros, llevándolos en sus manos ya sin guantes. Ninguno de los transeúntes parecía tener prisa. Algunos incluso disminuían la marcha para quedarse más tiempo expuestos a aquella agradable radiación solar que, después de un largo letargo invernal, despertaba en el cuerpo los deseos y la alegría de la vida que resucitaba de las blancas y gélidas cenizas del invierno.
Pero su ruta no pasaba por la embajada mexicana. El coche bajó la calle Gorki hacia la plaza de Manézh y la muralla del Kremlin, giró a la izquierda al final de la calle, justo al lado del hotel Nacional y, pasando entre el edificio del Gosplan (Ministerio de Planificación Estatal) y el hotel Moscva (Moscú), giró levemente a la derecha, donde la Casa de los Sindicatos, y, dejando a su izquierda el teatro Bolshoi (el principal teatro de ópera y ballet del país), avanzó unos doscientos metros y se detuvo enfrente del hotel Metropol.
Un ujier, con gorra de oficial del ejército del zar, salió apresuradamente por la puerta giratoria del hotel, abrió la puerta del coche antes de que lo pudiera hacer el chofer, ayudó a la dama con el niño y el gran ramo de flores a salir del coche y la acompañó hacia la entrada del hotel y, ya dentro, la siguió hasta el ascensor. «¡Enhorabuena, doña Eva y felicidades!».
En el ascensor otro ujier cogió la estafeta y pulsó el botón del cuarto piso. Al salir la dama con el niño del ascensor, la camarera de guardia, sentada en una mesa justo enfrente del ascensor, salió como una flecha a su encuentro: «Doña Eva, permítame que le ayude». Recogió el ramo de flores y acompañó a la mujer hasta la habitación cuatrocientos ochenta y tres para abrirle la puerta. Echó una ojeada al interior del bulto que la madre no dejaba de sujetar y exclamó: «¡Qué monada! La felicito. Es una copia de su padre. A propósito, su marido todavía no ha venido».
Por fin, la camarera salió de la habitación. La madre puso cuidadosamente al niño en la verdadera cunita, al lado de la cama de la alcoba, diciéndole muy cariñosamente: «Pues, hijo, ya estamos en casita».
El padre de la criatura en aquellos momentos estaba sentado ante el micrófono en un hermético estudio de Radio Moscú. Era redactor, locutor, autor y presentador de los programas que la emisora estatal soviética emitía en castellano para España y los países de América Latina. Hoy estaba de muy buen humor. Había varias razones para ello. Un día alegre y soleado. Todas las noticias que traían los teletipos eran buenas. El último parte citaba las nuevas conquistas del Ejército Rojo en su imparable avance hacia las fronteras alemanas, liberando, batalla tras batalla, el territorio soviético, invadido por las tropas nazis al comienzo de la Gran Guerra Patria. Los soldados soviéticos se acercaban cada vez más a las fronteras de los países que el ejército alemán había conquistado al principio de la Segunda Guerra Mundial. La victoria total sobre la Alemania fascista se aproximaba cada vez más. Quizá faltaba un año, ¡no más!, para que cayeran Hitler y todos sus aliados, entre ellos, el general Franco. Eso significaba que él, Eusebio Cimorra, periodista de Radio Moscú, exiliado en la Unión Soviética después de la derrota de la república en la Guerra Civil, podría volver a España, como miles y miles de españoles republicanos, dispersos por toda la geografía del exilio mundial. Esta era ya su quinta primavera y, con suerte, la sexta a lo mejor podría pasarla de nuevo en una España liberada del franquismo, democrática y republicana, apoyada por todas las potencias democráticas, vencedoras en esta última y más cruel guerra mundial.
Y también hoy Eusebio Cimorra tenía otra magnífica noticia, más personal: su hijo, recién nacido, regresaba con su madre a casa, al hotel Metropol, y el padre estaba impaciente por ver al pequeño. No había podido acudir a la maternidad para recoger a la madre y al hijito, pero llamó al amigo Quintanillas, el embajador mexicano en Moscú, para pedirle el favor de que mandase un coche de la embajada para llevar a Eva y al niño al hotel. El embajador accedió, sin dudarlo, a esta petición. Eusebio le preguntó si había alguna noticia desde México de su común amigo, Jesús Hernández, que ya hacía varios meses desde que se había marchado a México por asuntos del Partido y prometió informarle de cómo le iban las cosas. El embajador le dijo que no, que las comunicaciones, estando medio mundo en guerra, no eran fáciles, y por tanto, solo quedaba armarse de paciencia y esperar.
TITULO: EL
JUEGO LA PERA - EL JUEGO RELOJ - Universo Valdano - Fútbol - España se hace de oro en París , .
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Fútbol - España se hace de oro en París,.
Resultado Final - Francia -3- España -5-,.
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Fermín,.
Dos goles de Camello en la prórroga dan la victoria a la Selección de fútbol masculino en los JJ OO de París 32 años después de la última presea dorada.
No hay mejor escenario para colgarse un oro olímpico que el Parque de los Príncipes, un estadio cuyo nombre bien podría hacer honor a la Selección de fútbol masculino, delfines de la Absoluta que reinó en la Eurocopa, que este viernes conquistó París 32 años después de que España lograra su última presea dorada en Barcelona ‘92 con aquel gol de Kiko. Los chicos de Denia derrotaron en la final de los JJ OO a Francia (3-5), un país que durante un tiempo verá en sus pesadillas la camiseta rojigualda de la Selección con el mismo terror con el que los niños temen las garras afiladas de Freddy Krueger. Y es que España se ha convertido este verano en el coco de la selección francesa, a la que ha derrotado también en las semifinales de la Eurocopa y en la final del Europeo Sub-19. Duérmete garçon, que vienen Fermín y Camello.
Pronto se supo que el encuentro no iba a ser un tranquilo. En solo tres minutos, Sergio Gómez y Fermín pidieron asistencia médica tras recibir sendos golpes y Eric Garcia y Lacazette se encararon tras un choque en el área que no requería tantas actitudes chulescas. Probablemente, la emoción por jugar en casa hizo que Francia saliera más enchufada que España y el gol bleu llegó pronto, en el 12′. Un mal despeje de Baena en el área dejó la pelota franca para el disparo a Millot, cuyo tiro fue directo a las manos de un Arnau al que la pelota se le escurrió absurdamente. Otro mal inicio para una España que se ha mostrado remolona durante todo el torneo, en el que le ha costado arrancar en todas las primeras partes.
Y también como en casi todos los JJ OO, Fermín actuó de despertador. A los cinco minutos del gol en contra, el azulgrana encontró un pasillo en el área aprovechando un desmarque de Abel Ruiz al costado, un movimiento que Baena vio y que permitió al del Villarreal filtrar un pase interior a Fermín, que remató a gol con su pierna derecha. No se conformó con el empate la estrella de la Selección en estos JJ OO y en el 25′ hizo su sexto gol en el campeonato al empujar en el área pequeña un mal despeje de Restes a remate de Abel. El fichaje de Olmo por el Barça ha sacado lo mejor del onubense, que en París le ha mandado un mensaje a Flick de que no lo tendrá fácil si debe decidirse entre uno u otro. Francia pareció quedar definitivamente noqueada cuando tres minutos después Baena lanzó una falta directa a la escuadra para dejar encarrilada la final. El oro estaba cerca, pero quedaba un mundo.
Los primeros minutos tras el descanso evidenciaron que el partido se le iba hacer largo a la Selección. Eso sí, cada vez que la pelota pasaba por Baena, todo cobraba sentido para España. El del Villarreal hizo su mejor partido en la final después de verano sin vacaciones. Se dudó de su estado de forma, pero supo administrar la batería mejor que nadie.
Empate. Un cabezazo de Koné al poste presagiaba momentos duros para España con media hora por delante. La Roja tuvo ocasiones para cerrar el partido a la contra, pero fue finalmente Akliouché el que recortó distancias al rematar en el primer palo una falta botada por Olise desde la derecha. Mateta hizo el 3-3 de penalti en el añadido cuando el VAR avisó al árbitro de un claro agarrón de Miranda a Kalimuendo en un córner. El Parque de los Príncipes rugía de alegría y eso que Turrientes estuvo cerca de enmudecerlo con un tiro final al larguero.
España jugó la prórroga sin Fermín, Baena ni Abel y con tres centrales. Se avecinaba tormenta ante una Francia crecida por la euforia. Pero entonces apareció la figura de Camello, reserva que entró en la convocatoria a última hora en detrimento de Samu y que volvió a adelantar a España con una sutil vaselina tras recibir en el área de Adrián Bernabé. Corría el minuto 100 y quedaban 20 de infarto. Los chicos de Santi Denia, completamente agotados, hicieron un ejercicio de resiliencia envidiable hasta el minuto final y en el que de nuevo Camello, el nuevo Kiko, resolvió el partido en la última jugada con otra definición para la Historia. Enhorabuena.
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