sábado, 3 de agosto de 2024

España Directo -Economía - Esta es la ciudad de Madrid que ha superado a la capital en subida del precio del alquiler ,. / Mi casa es la vuestra - Barry Keoghan ,. Viernes - 23 - Agosto ,. / Detrás del muro - PÁGINA DOS - Manuel Jabois y Silvia Hidalgo ,. Martes - 20 - Agosto ,. / Cartas de amor - Por el amor de dios - Lo que hice por amor,.

 TITULO: España Directo - Economía -  Esta es la ciudad de Madrid que ha superado a la capital en subida del precio del alquiler,.

 

Esta es la ciudad de Madrid que ha superado a la capital en subida del precio del alquiler,.

El precio del alquiler trimestral sube un 7,6% en el segundo trimestre en Madrid: el incremento trimestral más alto detectado en este periodo en los últimos 18 años,.

Esta es la ciudad de la región que ha superado a Madrid en subida del precio del alquiler
 
foto / Esta es la ciudad de la región que ha superado a Madrid en subida del precio del alquiler,.

En los primeros seis meses Madrid ha experimentado variaciones positivas en el precio de la vivienda en alquiler, y en concreto, cierra el segundo trimestre del año 2024 con un incremento trimestral del 7,6% y uno interanual del 18%, según los datos del Índice Inmobiliario Fotocasa. Estos incrementos detectados en junio sitúan el precio de la vivienda en alquiler en 19,71 euros por metro cuadrado al mes (€/m2 al mes).

“El precio del alquiler continúa con subidas abultadas y con un ritmo de encarecimiento significativo, debido al desequilibrio entre oferta y demanda. En estos momentos, la demanda es intensa con proyecciones de crecimiento y la oferta disponible se contrae paulatinamente. La problemática se va haciendo cada vez más grande. Para frenar esta desestructuración se necesita más vivienda en alquiler mediante la promoción, impulsar la rehabilitación y la cesión de viviendas, reforzar la seguridad jurídica y la certidumbre regulatoria y crear una política territorial de descentralización de oportunidades para que la demanda no solo se aglutine en los grandes núcleos urbanos”, explica María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa.

Así, Madrid ha pasado de una variación interanual del 10% de junio de 2023 al 18% detectado en el mismo periodo de 2024. En los últimos 12 meses analizados, en tres de ellos no se superó el 10% en el incremento interanual de la vivienda en la Comunidad.

Las ciudades analizadas por Fotocasa con el incremento trimestral son: Torrejón de Ardoz (10,9%), Madrid capital (7,0%), Alcalá de Henares (4,0%) y La Moraleja (3,9%).

En cuanto a los precios, las ciudades o zonas con el precio del alquiler por encima de los 20,00 euros el metro cuadrado al mes son Madrid capital con 21,03 €/m2 al mes y La Moraleja con 20,02 €/m2 al mes. Le siguen, Pozuelo de Alarcón con 17,91 €/m2 al mes, San Sebastián de los Reyes con 16,27 €/m2 al mes, Villanueva de la Cañada con 16,25 €/m2 al mes, Las Rozas de Madrid con 14,78 €/m2 al mes, Galapagar con 13,74 €/m2 al mes, Getafe con 13,41 €/m2 al mes, Valdemoro con 13,29 €/m2 al mes, Torrejón de Ardoz con 13,17 €/m2 al mes, Leganés con 13,17 €/m2 al mes, Alcorcón con 13,03 €/m2 al mes, Parla con 12,87 €/m2 al mes y Alcalá de Henares con 12,17 €/m2 al mes.

 

TITULO: Mi casa es la vuestra -  Barry Keoghan ,.Viernes -  23 - Agosto  ,.

Viernes - 23 - Agosto a las 22.00, en Telecinco, foto,.

 

 Barry Keoghan,.

 

 Barry Keoghan

Barry Keoghan, el irlandés que se repuso a una infancia trágica para convertirse en el “chico raro” que todos quieren,.

El actor, que vivió unos años en casas de acogida, ha participado en algunas de las películas más comentadas de los últimos tiempos. Este año podría dar vida a Ringo Starr en un ‘biopic’ sobre The Beatles mientras afronta la exposición mediática acarreada por su relación con la estrella del pop Sabrina Carpenter,.

 

En la exitosa película Saltburn, Barry Keoghan (Dublín, 31 años) se hizo con su primer papel protagonista dando vida a Oliver Quick, un joven becado en la universidad de Oxford que aseguraba venir de una familia desestructurada con una madre adicta. Quick resultó ser un farsante, pero la infancia de Keoghan sí tiene todos los ingredientes para constituir una de esas historias de superación que fascinan a Hollywood: orígenes humildes, tragedias familiares y varios años en casas de acogida. Inquieto y nervioso, empezó a actuar en las obras de la escuela para saltarse clases hasta que un día vio un anuncio en el que buscaban a jóvenes no actores para una película. Sin pensárselo demasiado, cogió el teléfono y realizó la llamada que le cambiaría la vida. De aquello han pasado más de 10 años. Ahora Keoghan es uno de los actores del momento y al éxito masivo de Saltburn (la película cuatriplicó sus visualizaciones después del estreno gracias a su viralidad en redes sociales), se podría sumar ahora su papel como Ringo Starr en la esperada película que el director Sam Mendes prepara sobre la vida de los integrantes de The Beatles, un proyecto que se dividirá en cuatro películas, una centrada en cada artista.

La infancia de Barry Keoghan no fue fácil. Su madre lidió con las adicciones varios años y falleció de sobredosis cuando el actor tenía 12 años. Además de a Keoghan, dejó a la hermana mayor del intérprete y a su hermano pequeño, con quien compartió parte de su infancia en casas de acogida. Finalmente fue su abuela quien se hizo cargo de los hermanos, con la ayuda de una tía y de su propia hermana: “Ella es la madre de mi madre, así que es como tener a mi mamá por aquí. Me ha criado muy bien, y mi tía también”, se sinceró en 2017 en una extensa charla con Irish Independent.

Cuando se tiene una infancia así, convertirse en una estrella de Hollywood parece un sueño tan lejano que ni siquiera tiene cabida en la mente de un niño. El intérprete ha contado que jamás había pensado ser actor, lo suyo era el boxeo. La escuela no era lo que más le entusiasmaba, él mismo ha reconocido que le gustaba portarse mal y que era “el payaso de la clase”. Con el objetivo de esquivar las clases optó por apuntarse a teatro: “Hicieron la obra Oliver Twist y recuerdo ver que había como 600 personas, me atrajo y pensé que quería formar parte de eso. Así que me empecé a involucrar en las obras de teatro del colegio”, contó en la revista Wonderland en una entreviste que le realizó su colega y amigo Robert Pattinson. Hizo varias obras de teatro por Navidad pero acabó siendo expulsado por mal comportamiento.

Al poco tiempo, cerca del club de boxeo donde entrenaba vio un anuncio pegado a la ventana de una tienda en el que se buscaban a jóvenes que no fueran actores profesionales. Corría el año 2010 y Keoghan fue elegido para un pequeño papel en la película irlandesa Between the canals, cuyo argumento giraba en torno a tres pequeños delincuentes. “Solo tenía 17 años y no sabía muy bien qué era lo que estaba haciendo, pero tenía una buena sensación y descubrí que me sentía relajado delante de la cámara, lo cual ayuda mucho”, comentó sobre esta primera incursión en el cine. Poco después, en 2013, obtuvo un papel en la serie Love/Hate, una ficción irlandesa sobre el crimen organizado de Dublín que le hizo famoso en todo el país cuando apareció en su penúltima temporada. Keoghan tenía claro lo fácil que podía encasillarse en los papeles de matón, un arquetipo que ha tratado de esquivar con los años, llegando incluso a rechazar ese tipo de personajes.

Carga psicológica y muchos claroscuros

Quizá porque su carrera comenzó de manera inesperada e incluso espontánea, ha estado muy pendiente de no dar ningún paso en falso. Gracias a esa determinación, ha podido dar forma a personajes peculiares y repletos de claroscuros, como el Martin de El sacrificio de un ciervo sagrado, el thriller psicológico de Yorgos Lanthimos donde Keoghan encandiló a la crítica y se creció junto a un reparto encabezado por Nicole Kidman y Colin Farrell. El mismo año 2017 en que llegó a los cines el filme de Lanthimos, estrenó Dunkerque, la cinta de Cristopher Nolan sobre la angustiosa evacuación del frente de Dunquerque en la Segunda Guerra Mundial. Haber trabajado con dos de los directores más influyentes y codiciados de su tiempo no parece ser casualidad para Keoghan. El actor ha asegurado en varias ocasiones que cree firmemente en el poder de “manifestar” las cosas, un término muy popularizado entre la genZ a partir del cual se alude al poder de la mente y los pensamientos positivos como fórmula para lograr algo: una versión renovada del “si lo deseas de verdad, lo conseguirás”.

El intérprete tiene una larga lista de directores con los que desea trabajar y con muchos de ellos ya lo ha logrado. A comienzos de año detalló en GQ los nombres de cineastas que siguen en sus notas: “Barry Jenkins, Paul Thomas Anderson. Christopher Nolan, de nuevo. Yorgos otra vez, por supuesto. Lynne Ramsay. Chloé Zhao, otra vez. Martin McDonagh, de nuevo. Y también Greta Gerwig, me encantaría trabajar con Greta. Creo que es jodidamente increíble”.

Junto a Zhao, Keoghan trabajó en 2021 al adentrarse en un territorio desconocido para un actor más próximo al cine independiente que a las producciones multimollonarias: el de las películas de superhéroes. En Eternals se estrenó en el género más taquillero del momento con el personaje de Druig, uno de los eternals, con poderes para leer la mente. La película contó con un reparto estelar con nombres como Angelina Jolie, Salma Hayek, Kit Harington o Richard Madden. Keoghan pareció cogerle el gusto al universo de los superhéroes porque en 2022 participó en The Batman con un minúsculo papel como el Joker. Su escena terminó por ser eliminada (a excepción de una breve aparición al final), pero dio pie a todo tipo de rumores sobre una posible participación de Keoghan en la segunda parte del filme.

Tampoco es de extrañar que Keoghan quiera repetir con Martin McDonagh. El director contó con él para la película de 2022 Almas en pena de Inisherin. En la cinta volvió a coincidir con Colin Farrell y a evidenciar su capacidad para interpretar a mucho más que delincuentes cuando se convirtió en Dominic, un personaje complejo con el que podría haber caído en la caricatura pero al que logró insuflar gran humanidad. Su actuación convenció, y mucho. Tanto que logró su primer Bafta y una primera nominación al Oscar y al Globo de Oro en la categoría de mejor actor secundario. Su solvencia como actor está ya fuera de toda duda, por eso lleva años encadenando proyectos a un ritmo frenético que encaja bastante bien con el carácter inquieto del actor.

Ese nerviosismo, no obstante, responde a otros motivos. Hace unos meses desveló en la revista Esquire que hace tres años fue diagnosticado con trastorno de déficit de atención, algo que cree llevar toda la vida padeciendo. “Es algo que, como adultos, se debería reconocer y hablar más”, dijo. Y añadió cómo la medicación ha mejorado su vida: “La diferencia es el día y la noche. Mi mente solía ser como un atasco de coches, una locura, ahora con la medicación es más bien: un coche entra, otro coche sale”.

Su era como protagonista (y pareja de una estrella del pop)

Keoghan acabó el año pasado con el pelotazo de Saltburn y lo comenzó con la miniserie de Apple TV Los amos del aire, junto a Austin Butler y Callum Turner. A diferencia de ellos, él no representa el canon de belleza convencional o prototípica de Hollywood. El intérprete podría formar más bien parte de los denominados rodent men, como la cultura popular ha bautizado recientemente a esos actores de belleza atípica, con nariz grande y orejas de soplillo, a quienes los fans comparan con adorables ratoncillos. Quizá no tenga el físico del clásico galán de cine, pero Keoghan no quiere estar a la sombra de los grandes protagonistas. Antes de Saltburn se preguntaba: “¿Podría liderar una película?, ¿podría mantener al público interesado? Ese era mi plan”. Una vez conseguido, solo quiere “trabajar con buenos directores y en buenos proyectos”, sentenció en Wonderland. Alérgico a los personajes planos, adora los desafíos interpretativos, especialmente cuando tiene que cambiar de acento. Trabaja con un coach desde hace años y tiene una curiosa técnica para perfeccionar la dicción: “Suelo usar una cuchara de plástico todo el tiempo porque ayuda a trabajar los músculos de la mandíbula”, contó hace unos meses.

A pesar de haberse colado en algunos de los títulos más comentados de los últimos años, para buena parte de la GenZ, Barry Keoghan es conocido por ser pareja de la cantante y actriz Sabrina Carpenter, telonera de Taylor Swift y una de las estrellas del momento. Solo llevan saliendo juntos unos meses, pero su romance ha sido público al estilo celebrity: posaron juntos en la gala MET del pasado mayo y hace unas semanas el actor salió en el videoclip de la canción de Carpenter Please, Please, Please. En este caso, Keoghan se ha saltado su propia norma de evitar papeles de matón para encarnar a un delincuente.

Más allá de eso, su vida privada se mantiene en la intimidad, si bien el intérprete sí ha hablado del hijo que tuvo en agosto de 2022 junto a su anterior pareja, Alyson Sandro. El pequeño, llamado Brando en homenaje a Marlon Brando, es el motivo por el que el intérprete reside en Londres, aunque pasa largas temporadas en Los Ángeles. El interés mediático hacia Keoghan está en su punto más alto, el fenómeno Saltburn y su romance con una estrella del pop han multiplicado su visibilidad y ahora sus proyectos profesionales no se limitan al cine. Por ejemplo, el pasado marzo Burberry le escogió como embajador de la marca. Reconoce que la fama le ha vuelto algo menos sociable y que trata de mantenerse “lejos de internet”. Boxear, jugar a la PlayStation o dar un paseo son placeres cotidianos a los que intenta volver de vez en cuando: “Me gusta hacer cosas con las que sentirme presente. Pierdes esa noción cuando estás en un tour de prensa. Hay que dejar el móvil de lado o lo que sea y tomarse tiempo para uno mismo. Ser amable con uno mismo”, reflexionó en Vanity Fair.

Keoghan dice querer ser recordado por sus personajes, no por su nombre, y dada su trayectoria ―todavía corta pero prolífica― va camino de lograrlo. Lo que parece seguro es la participación del irlandés en lo nuevo de The Weeknd. El cantante y productor debutó como actor (y creador) en la polémica serie The Idol y vuelve a ponerse delante de la cámara en un proyecto escrito por el artista que algunos medios han vaticinado como “el más extraño de 2024″. Todavía sin título, la enigmática película estará dirigida por Trey Edward Shults y coprotagonizada por Jenna Ortega, Barry Keoghan y el propio Tesfaye. Mucho más definido está el argumento de Crime 101, un film inspirado en la novela homónima de Don Winslow en el que veremos a Keoghan con Chris Hemsworth y Mark Ruffalo. Previsiblemente, se estrenará antes de que acabe el año. En Amo Saddam, en fase de producción, vuelve a ponerse en la piel de un soldado, esta vez como encargado de vigilar a Sadam Husseim antes del juicio y posterior ejecución del dictador iraquí. Y quien quiera verle una vez más como un pastor de la Irlanda profunda, en Bring Them Down forma parte de una familia de pastores que hace frente a hostilidades y rencillas varias. Ya sea como gánster, superhéroe, villano o estrella de la música, hay Barry Keoghan para rato.

 

TITULO: Detrás del muro - PÁGINA DOS  - Manuel Jabois y Silvia Hidalgo, Martes - 20 - Agosto ,.


PÁGINA DOS - Manuel Jabois y Silvia Hidalgo,.

 

 

Martes - 20 - Agosto  , a las 22:00, en La2, foto,.

 

 Manuel Jabois y Silvia Hidalgo,.

 

 Manuel Jabois y Silvia Hidalgo

 

 Página Dos entrevista a Manuel Jabois por Mirafiori, una novela de amor y fantasmas. Además, Silvia Hidalgo presenta Nada que decir, en la que la protagonista se siente manipulada por las emociones. Ángeles Caso retrata en Las desheredadas a una serie de creadoras de los siglos XVIII y XIX.

 

 

TITULO: Cartas de amor - Por el amor de dios -  Lo que hice por amor,. 

Por el amor de dios -  Lo que hice por amor,. 

 Lo que hice por amor

foto / Portada del libro ,.

Siempre he estado obsesionado con El Gran Gatsby. O lo que es lo mismo: siempre he estado obsesionado con las historias de amor. Pregúntale al polvo, de John Fante, Bajo el volcán, de Malcolm Lowry, Saul y Patsy, de Charles Baxter… hay todo un archipiélago de novelas en mi cabeza. La catarsis que dio comienzo a mi novela Lo que hicimos por amor (Algaida) se desató durante un viaje por la Costa Azul en busca de landmarks literarios. Lawrence Durrell, Céline, Anton Chéjov, Jean Cocteau, Henry Miller, Blaise Cendrars, Somerset Maugham, Jean Lorrain, Graham Greene, Henry de Montherlant… una pléyade de autores había recalado bajo aquella luz pura del mediterráneo francés, y entre ellos Scott Fitzgerald. Fue en Antibes, en el lugar donde Fitzgerald había comenzado El Gran Gatsby (ahora un hotel de lujo), donde leí la placa con una frase que había escrito en 1926: “Soy feliz como no lo era desde hace muchos años. Es uno de esos momentos extraños, tan valiosos como breves en los que todo parece ir bien”. Ese fue el momento, el parteaguas.

"También me obsesiona el final del amor, porque no se trata sólo de una separación física: hay todo un universo que desaparece"

Ser feliz. Una empresa tan épica como la batalla de Gaugamela o la de Alesia. Tan grandiosa como la retirada de los diez mil de Jenofonte. Ese era el plan. Contar la historia de un intento de ser feliz, la historia de una pareja, Anabel y Juan, más de una década juntos, los arcanos de la convivencia, el misterio del amor. Leí mucho, recordé mucho, pregunté mucho. Novelas, ensayos; mis propias experiencias; charlas con amigos, con familiares. Conformé un mapa del amor: cuáles son los elementos que lo hacen posible. La atracción, el sexo, el dinero, la comunidad de intereses, la sorpresa y los estímulos. Creación del amor, desgaste, implosión final. Qué hace posible que un amor sobreviva cincuenta años a toda la misilería que recibe a lo largo de la vida. Intimidad, compromiso, pasión. Cuánto de autoengaño también. Los ciclos sexuales apenas duran unos meses, a partir de ahí, la cuesta abajo erótica, y puedes cambiar de pareja para buscar nuevos chutes de dopamina, o asimilar el declive del deseo y plantar la base de una relación duradera. Recuerdo a Clive Owen en la película Closer diciéndole a Jude Law que “tú no sabes lo que es el amor, porque no sabes lo que es el compromiso”. Recuerdo a John Berger diciendo que el amor es un descanso ante el dolor del mundo. Recuerdo a Schopenhauer diciendo que el amor es un mero pretexto para irse a la cama (igual que Philip Roth).

"El amor. Un asunto constante desde que Platón nos lo propuso en El banquete. El amor, que siempre es para siempre, aunque dure diez años"

También me obsesiona el final del amor, porque no se trata sólo de una separación física: hay todo un universo que desaparece. Las costumbres, las memorias, los viajes, los libros, las uniones del cuerpo, los besos y las caricias. Todo ese bagaje implosiona como una estrella que agoniza; puede ser por cansancio, por traición, por celos, porque el amor es frágil, muy frágil. Porque el amor es una obra maestra, como escribía Adriano. Y qué hay del perdón: otra obra maestra. En la novela, la alegoría es el Kintsugi, el arte japonés de convertir la herida en poesía: las tazas se rompen y se reconstruyen, y en lugar de intentar ocultar las cicatrices, se resaltan con finas líneas de oro, que crean una belleza conmovedora, una nueva oportunidad.

El amor. Un asunto constante desde que Platón nos lo propuso en El banquete. El amor, que siempre es para siempre, aunque dure diez años. Deseo, contradicción, aspiración. Pérdida y esperanza. Y siempre con la literatura como horizonte. Siempre con la luz verde al otro lado del malecón. Siempre con Odiseo diciéndole a Calipso que la deja, que se vuelve con Penélope. Siempre con el cónsul Firmin moviéndose a trompicones, empujado por la pluma alcohólica de Lowry, y siempre con su objetivo en mente: “Lograr una obra tumultuosa, tempestuosa, llena de truenos, en ella debe resonar el vivificante verbo de Dios proclamando la esperanza del hombre, pero también tiene que ser equilibrada, grave, y estar llena de ternura, piedad y humor”.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario