TITULO : Un país en la mochila - Palabras de homenaje ,.
Palabras de homenaje ,.
foto / Rebaño de Ovejas,.
Hace más años de los que me gustaría, recién cumplidos los veinticinco, estrenaba yo la rotunda ilusión de firmar mi primer contrato laboral serio. El Ayuntamiento de Gijón, mi ciudad natal, me ofrecía, a través de un taller de empleo, la oportunidad de trabajar y recibir formación durante un año, lo cual, en aquellos tiempos aciagos (que, aunque yo no lo sabía entonces, no mejorarían gran cosa en el futuro) era poco menos que un sueño. Junto a otras mujeres de diferentes edades y perfiles (Trabajadoras Sociales, Enfermeras de Psiquiatría, Profesoras, Psicólogas, Pedagogas…) tendríamos que desarrollar las actividades y rutinas de una especie de Centro de Día para chavales, de entre catorce y veintipocos años. Un Centro que llevaba ya varios cursos funcionando de esa manera: con la ilusión de personas rescatadas del paro que recibían doce meses de indulto para ejercer su vocación. No me extenderé mucho más sobre el tema, más allá de decir que fue una experiencia hermosa, y que parte de la culpa la tuvo Luis Sepúlveda.
Durante meses, ideamos infinidad de talleres. De apoyo escolar, de manualidades, de habilidades sociales, de cocina, de orientación laboral, de juegos deportivos… Nos pareció imprescindible incluir la animación a la lectura, y, yendo un paso más allá, un proyecto de escritura creativa que le fuera en paralelo. Aquellos chicos (con infracciones leves y pequeños delitos, salidos de hogares rotos, arrastrando fracaso escolar, hijos de inmigrantes tratando de encajar, víctimas de abusos o pacientes de Salud Mental) necesitaban, entre otras muchas cosas, la sanación de poder escapar, al menos un rato, soñando otras vidas. La posibilidad de aprender, de viajar, de ensanchar su horizonte. Esa era la idea.
Andábamos en plena programación cuando descubrimos que en aquel edificio viejo (un antiguo colegio de Primaria cedido para tales menesteres por flagrante falta de alumnos), teníamos un vecino. Un tipo misterioso que trasteaba en la planta baja, en un cuartito al que no teníamos acceso y que, según los cotilleos que nos traían los propios chiquillos, estaba lleno de libros. No tardamos en bajar a investigar. Por supuesto, con mi providencial despiste, ni siquiera me percaté de lo que mi avezada compañera descubrió al primer vistazo.
—Es Sepúlveda —me chivó, nada más verlo.
Nos recibió con una sonrisa, interesándose por el incesante ir y venir de adolescentes gritones que atronaban las escaleras. Le hablamos del Centro y de nuestros planes. Acabamos charlando de libros, de la Semana Negra, de exilios, de historias, de jóvenes desnortados, de sistemas mezquinos e implacables. Ni siquiera consigo recordar cómo se metió Luis en nuestros planes (o cómo le metimos, que quizá fuera eso lo que pasó). El caso es que no dudó en ofrecerse para lo que hiciera falta, y, por si fuera poco, nos reclutó también a Justo Vasco, que se embarcó en el fregado sin dudar.
Estos días tristes de encierros, de lucha y de pérdidas, Luis Sepúlveda se suma a la penosa lista de los que nos dejan. Y, como es natural, son muchos los que le escriben unas palabras de homenaje al escritor, al amigo, al compañero que fue para tantos. Enumeran sus obras, sus logros, su participación en proyectos diversos, siempre implicado en la difusión de la cultura. Hablan quienes le admiraron y, por supuesto, quienes le quisieron, quienes tuvieron el lujo de conocerle bien, de ser parte de su vida. De quien yo pretendo hablar hoy, y me perdonarán la osadía, es del Luis, del Lucho, con el que pude contar aquel año, cuando tuvo la gentileza de colaborar con unas educadoras novatas en el intento de sembrar el amor a los libros en un grupo de críos a los que nada les interesaba menos que leer. Unos críos que bastante tenían con sobrevivir, y a los que nadie les había enseñado que se sobrevive mejor con historias a las que aferrarse.
El Lucho al que quiero recordar es el que llegaba puntual a los debates de los jueves, y se sentaba en un aula desangelada bajo el escrutinio de unos jóvenes llenos de miedos, de carencias, de escudos, de bordería y desconfianza hacia los adultos, y que tardaron cinco minutos en rendirse a él, preguntándonos por qué un escritor famoso se preocupaba por ellos, y encima «de gratis». Y el mejor recuerdo de aquellas tardes, hablando sobre gaviotas, y gatos, y viejos que leían novelas de amor, es el de un quinceañero atolondrado que no dudó en desguazarle cada capítulo al escritor famoso, puntualizándole con detalle qué partes de su obra le habían parecido un coñazo, qué partes «molaban» y cuáles «podían pasar». Recuerdo las miradas de horror que intercambié con mi compañera, las pataditas que le dimos al osado alumno, sin resultado alguno, y el silencio que siguió a sus demoledoras opiniones. Pero, sobre todo, recuerdo la sonrisa ancha de Lucho y su frase memorable:
—¡En la vida me habían hecho una crítica más sincera!
Ese fue mi Luis Sepúlveda. El que conservaré siempre en la memoria. El que a lo mejor no llegó a imaginarse nunca el efecto que causó en una banda de guajes convencidos de que no le importaban a nadie, que hoy son adultos con los que me cruzo en ocasiones y que siguen rememorando aquel Centro y al vecino de abajo, el escritor famoso. Entenderán que tenía que compartirlo.
TITULO : AQUI HAY TRABAJO - Mañueco reafirma su compromiso con las Cámaras de Comercio para seguir fortaleciendo el tejido empresarial e impulsar el empleo en la comunidad,.
Mañueco reafirma su compromiso con las Cámaras de Comercio para seguir fortaleciendo el tejido empresarial e impulsar el empleo en la comunidad,.
Se pondrá en marcha una comisión de trabajo para avanzar en el desarrollo normativo de la Ley de entidades camerales de la región,.
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha mantenido hoy una reunión con representantes de las Cámaras Oficiales de Comercio, Industria y Servicios de Castilla y León, enmarcada en el diálogo abierto con toda la sociedad de la Comunidad, a los que ha trasladado el compromiso del Gobierno autonómico para seguir trabajando de manera conjunta en el fortalecimiento del tejido empresarial e impulsar el empleo en el territorio.
Además, ha anunciado la creación de una comisión de trabajo para avanzar en el desarrollo normativo de la Ley de Cámaras de Comercio de Castilla y León, aprobada por unanimidad de todos los grupos políticos en 2018, y ha reafirmado el compromiso del Ejecutivo autonómico con las empresas, los trabajadores y el sector productivo de la Comunidad, que también queda constatado en los Presupuestos Generales de Castilla y León para 2025.
El presidente de la Junta ha reconocido además el trabajo que desempeñan las cámaras de comercio como agentes esenciales en la prestación de servicios a las empresas, tanto en su fase inicial de creación como en el proceso de consolidación, desarrollo y crecimiento. Asimismo, ha agradecido la labor que realizan a la hora de divulgar las políticas y programas que lleva a cabo el Gobierno autonómico.
La reunión ha servido también para repasar los programas y proyectos en los que vienen colaborando la Junta de Castilla y León y las cámaras de comercio, que han permitido unir esfuerzos para avanzar en materias tan importantes como la internacionalización de las empresas, la innovación, la mejora de la competitividad y la formación.
Finalmente, se han abordado las diferentes demandas que preocupan al tejido productivo y a las cámaras de comercio de la Comunidad de cara a la próxima reunión que el presidente de la Junta mantendrá con el jefe del Ejecutivo central. Entre otras, la necesidad de que la financiación autonómica se negocie de forma multilateral; acometer las autovías y conexiones ferroviarias pendientes o las infraestructuras energéticas, como las redes de hidrógeno verde.
Cámaras de Comercio de Castilla y León
El Consejo de Cámaras de Comercio coordina y representa a las 14 cámaras que existen en Castilla y León –una en cada capital de provincia y otras cinco de ámbito local ubicadas en Astorga, Arévalo, Béjar, Briviesca y Miranda Ebro–, facilitando el cumplimiento de sus objetivos, especialmente en lo que se refiere a la defensa de los intereses generales del comercio y de la industria, y a la prestación de servicios a los empresarios.
Su penetración en todo el territorio y su profundo conocimiento del tejido empresarial y laboral de la Comunidad convierten a estas organizaciones en un organismo idóneo para canalizar y apoyar iniciativas que contribuyan al desarrollo empresarial.
La Junta de Castilla y León apoya la labor de las Cámaras de Comercio de la Comunidad, con una subvención directa de en torno a 2 millones de euros destinada a financiar las funciones público-administrativas que tienen atribuidas por Ley, garantizar el correcto y normal funcionamiento de estas entidades y la prestación de servicios al tejido empresarial.
El encuentro en el que han participado la consejera de Industria, Comercio y Empleo, Leticia García, y el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, ha contado también con la presencia del presidente del Consejo Regional de Cámaras Oficiales de Comercio e Industria de Castilla y León, Antonio Miguel Méndez Pozo; la secretaria general, Marian Hidalgo; el presidente de la Cámara de Comercio de Valladolid, Víctor Caramanzana; el presidente de la Cámara de León, Javier Vega Corrales; el presidente de la Cámara de Soria, Alberto Santamaría; la presidenta de la Cámara de Segovia, María José Tapia; el presidente de la Cámara de Palencia, Conrado Merino; el presidente de la Cámara de Salamanca, Benjamín Crespo; el presidente de la Cámara de Ávila, Alberto Pascual; y el presidente de la Cámara de Béjar, Buenaventura Velasco.
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