TITULO: El Telediario La 1 - Azulete,.
Azulete,.
foto / El constitucionalismo chorlito, que diría Juan Manuel de Prada, pone el grito en el cielo por la política de tierra achicharrada de Sánchez e Iglesias. Cuenta el padre Arrupe en 'Yo viví la bomba atómica' cosas horribles de Hiroshima. La curación de un niño al que había caído una teja en la cabeza y tenía una profunda herida de oreja a oreja. «Los gritos de la pobre criatura al ser curada ponían en vilo a toda la casa, por lo cual no tuvimos más remedio que atarle con una sábana a un carrito y llevárnoslo a la cumbre de una colina que había junto a la casa. Aquel lugar se convirtió en quirófano, en donde podíamos trabajar y el niño podría gritar a gusto sin poner nerviosos a los demás».
A Pedro Sánchez, creador del amiplinismo, le da igual el constitucionalismo chorlito y gritón. No lo escucha. El mundo de Sánchez es el de 'Alien': En el espacio de Sánchez nadie puede oír tus gritos. Ya puede desgañitarse la oposición, los barones rampantes, los vizcondes demediados o los caballeros inexistentes. Él es Calvino, pero el otro. Y a la vez, un tío subido en un árbol, otro que es dos personas a la vez y una armadura vacía. Es dos personas cuando escuchas lo que decía. «Aquellos que ensalzan a Otegi y lo llaman hombre de paz convendría que recordaran las palabras y la memoria de Ernest Lluch». O lo de que no iba a poder dormir con Podemos en el Gobierno. Y una se siente ridícula recordándolo otra vez. Porque no es que se blanquee a Bildu. El que más azulete gasta es Sánchez.
Al PSOE de Almendralejo le parece mal (con comunicado, sin vergüenza) que Vox y Pro-Vida hagan una recogida de alimentos. Hombre, que la lucha contra la pobreza es cosa del PSOE. Y lo peor, el porvenir de España.
La alerta amarilla por lluvias y vientos continúa mañana en el norte de Cáceres,.
La Aemet prevé una precipitación acumulada en 12 horas de 40 litros por metro cuadrado y rachas máximas de hasta 70 kilómetros por hora, sobre todo en zonas altas,.
foto / La alerta amarilla por lluvias y vientos continúa mañana en el norte de Cáceres. La Aemet (Agencia Estatal de Metereología) prevé una precipitación acumulada en 12 horas de 40 litros por metro cuadrado y rachas máximas de hastas 70 kilómetros por hora, sobre todo en zonas altas de la comarca.
Además, el cielo estará nuboso o cubierto, con precipitaciones débiles en general en la región. Las lluvias serán más probables en el oeste en la primera mitad del día y se intensificarán en el norte al final de la jornada, donde localmente pueden ser fuertes y con tormenta, y persistentes en el Sistema Central.
Este viernes, Valverde del Fresno ya ha recogido 14 litros de lluvias; Hoyos, 10,4; y Brozas, 8,4, según los datos actualizados de la Aemet a las doce y media de la mañana. Las mayores rachas de viento se han dado en Serradilla (75 kilómetros por hora) y Coria (74 kilómetros por hora).
Ayer, Tornavacas recogió 63,6 litros; Piornal, 56,8; y Valencia de Alcántara, 41,8, mientras Piornal marcó la mayor racha de viento, a 80 kilómetros por hora. El día anterior, Cañamero fue la localidad más lluviosa, con 67,8 litros, seguida de Zorita con 55.4, y Valverde del Fresno marcó la mayor racha de viento registrando 71 km/h.
TITULO: Volando voy - Jesús Calleja - El escritor César Pérez Gellida ,.
El viaje de Pérez Gellida desde las cloacas al mercado negro del arte,.
El escritor vallisoletano, que publica 'La suerte del enano', afirma que el robo perfecto es aquel «que se resuelve de forma errónea»,.
Son las 8:30 horas del martes 3 de noviembre. El director de una sucursal bancaria de Milán y dos empleadas llevan unos pocos minutos dentro de la oficina cuando son sorprendidos por una banda de atracadores. Los ladrones, unos seis, desvalijan las cajas de seguridad del Crédit Agricole de la capital lombarda en un pispás. Ignoran adrede la caja fuerte porque iban a perder un tiempo precioso. Los cacos, que usaron un extintor para crear una distracción ante la llegada de la Policía, huyeron por donde habían entrado: un agujero hecho en el sótano a través del alcantarillado.
«Parece que habían leído 'La suerte del enano'», afirma con humor César Pérez Gellida (Valladolid, 1974), haciendo referencia a su último trabajo literario. Como cada otoño, regresa a las librerías para disfrute de sus seguidores, los 'gellidistas', que ya han agotado la primera edición del libro publicado por Suma de Letras. 'La suerte del enano' compila los ingredientes del novelista castellano -asesinatos peculiares, personajes potentes y un estilo directo y trepidante- con el robo de obras de arte. «Estoy convencido de que es el mejor escritor de novela de este país», afirmó Juan Gómez-Jurado en las redes sociales el día que salían a la venta su 'Rey blanco' y 'La suerte del enano'.
Después de cuatro novelas y dos audiolibros, Pérez Gellida regresa a casa, a su Valladolid natal, para enmarcar esta nueva aventura protagonizada por Sara Robles, inspectora que rescata de sus primeros libros. «Era pura emoción. Localizar una novela en mi ciudad era una necesidad. Era algo que tenía que hacer porque lo sentía así», explica el autor, que reivindica salir de ciudades habituales para los crímenes más atroces y los misterios más irresolubles como Madrid, Barcelona o Nueva York. Ya lo hizo con 'Memento mori', el primer tercio de 'Versos, canciones y trocitos de carne' y a la que siguió una segunda trilogía, 'Refranes, canciones y rastros de sangre'. 'Khimera' y 'Konets' completaron este proyecto. «Valladolid puede ser un lugar perfecto para los delitos», añade.
«Localizar una novela en mi ciudad era una necesidad, lo sentía así», asegura el creador castellano
La inspectora y su equipo deberán desentrañar el asesinato de una anciana y el atraco al Museo Nacional de Escultura, a través del alcantarillado y un agujero en el sótano. Todo ocurrido con apenas unas horas de diferencia. Además, Robles tendrá que lidiar con heridas del pasado sin cicatrizar y con sus adicciones que pueden condicionar su desempeño policial.
El escritor introduce un nuevo ingrediente como es el mercado negro del arte. «Es interesante cómo funcionan las bandas criminales que se dedican a este negocio», apunta Pérez Gellida, convencido de que el robo perfecto existe. «Es aquel que se resuelve de forma errónea», sentencia.
Encontró dificultades para documentarse a fondo sobre un mercado ilegal que puede alcanzar al año los 20.000 millones de euros en la venta de falsificaciones y unos 2.000 millones en robos, según Interpol. Unas obras que se usan tanto para blanquear como para comprar cualquier otro tipo de mercancía ilegal (armas o drogas).
Tiró de hilos para conseguir la información necesaria, como también pidió permiso para que le dejaran bajar a la ciudad por debajo de la ciudad, al alcantarillado. «Hay cosas increíbles. En Valladolid, que es una ciudad histórica, hay puentes y bóvedas por debajo de la iglesia de San Benito. Luego está el alcantarillado, que hay de todo, y tienes que andar con los talones para no quedarte atrapado en el fango. Impresiona mucho», explica.
Sin brújula
Pérez Gellida reconoce que tiene una doctrina «muy espartana» de trabajo. Se levanta entre las cuatro y las cinco de la mañana y trabaja durante diez o doce horas. Viaja sin brújula. «Tengo un punto de partida, unos personajes y con ellos voy avanzando en función de lo que me van pidiendo. Termino una escena y, depende de cómo sea, me condiciona la siguiente», abunda sobre su método de trabajo. «El primer borrador, es evidente, está lleno de incongruencias que hay que ir puliendo, torturando la trama».
«Tengo un punto de partida y unos personajes y con ellos voy avanzando en función de lo que me van pidiendo», afirma
Reconoce que no tiene la capacidad de planificarlo todo antes de ponerse a escribir como hacen el propio Gómez-Jurado o Dolores Redondo. «Yo tengo mis herramientas, que son las que uso. Lo mío es el pico y la pala», añade entre risas. Una pauta de trabajo que no se vio alterada por los pasados meses inciertos. «Pero cuando acababa, necesitaba salir y no podía ir a la calle, ser yo», añade Pérez Gellida. No se plantea, en absoluto, escribir sobre este año. «La gente quiere algo diferente, evadirse, no repetir este drama», concluye.
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