TITULO: EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO -CENA - DOMINGO -LUNES - EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES - 20 - Agosto - Eva Llorach ,.
EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES - 20 - Agosto ,.
Conducido por Toñi Moreno, el espacio investiga el árbol genealógico de los personajes más queridos de nuestro país. El martes - 20 - Agosto , a las 22:30 por antena 3, etc.
EL
SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - Eva Llorach ,.
EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - Eva Llorach, fotos ,.
Eva Llorach,.
Eva Llorach: «Hay que acabar con la tiranía de la juventud. La vida no es de los jóvenes, no me lo creo»,.
Murcia, 1970. Soy actriz, licenciada en Arte Dramático por la ESAD. El 14 de agosto estreno 'Un lugar común', película de Celia Giraldo que trata, entre otras cosas, de que reconectemos unos con otros dentro de la familia,.
( Desayuno )
( Desayuno )
XLSemanal. Pilar es enfermera y la prejubilan a los 52 con el mantra de que la vida le ofrece nuevas oportunidades.
Eva Llorach. Es un engaño del sistema; está acostumbrada a cuidar a todos y se le pone el mundo del revés. Sin trabajo ni hijos que cuidar, desaparece lo que creía el principal motor de su vida.
( Cena,.)
«El 80 o el 90 por ciento de la carga mental de cuidar a los demás la llevan las mujeres. Se nos ha duplicado el trabajo: hemos hecho fatal la liberación, tiene que haber una 'revolución de los cuidados'»
XL. El primer error de Pilar es sentirse vacía sin tener a quien cuidar.
E.L. Diría que el 80 o el 90 por ciento de la carga mental de cuidar a los demás la llevan las mujeres. En realidad, el cabeza de familia es la madre; ellos son proveedores, pero también nosotras. Se nos ha duplicado el trabajo: hemos hecho fatal la liberación, tiene que haber una 'revolución de los cuidados'.
XL. El segundo error es creer que alguien se interesa por saber qué necesitan ellas mientras cuidan de los demás.
E.L. Claro, esto es más grave: los hijos lo desconocen y tampoco ella se ha preocupado por cuáles son realmente sus deseos. Entonces vienen el horror y el vacío: ¿quién cuida a Pilar?
XL. A esto puede sumar la discriminación por edad, sobre todo en su profesión…
E.L. Vivimos un mundo edadista y hay que acabar con la tiranía de la juventud. Reivindico y exijo papeles protagonistas para mujeres mayores.
XL. Reconozca que, en la vida real, la mayoría de las historias las protagonizan los jóvenes: el futuro es de ellos.
E.L. Profundamente en desacuerdo [ríe]. Las historias de hombres y mujeres a los 60 o los 70 años tienen un bagaje emocional y cultural maravilloso; por no hablar de lo denostado del amor y el sexo a partir de los 50 en el cine. La vida no es de los jóvenes, no me lo creo: yo quiero tener amor romántico en el cine y la vida a mis 53. Estoy harta de las historias de amor de jóvenes, las nuestras son más potentes. Y cada vez seremos más.
XL. ¿Por el envejecimiento?
E.L. Claro, ¡los productores no se enteran! [ríe] Están perdiendo dinero: una parte cada vez más importante de la sociedad no se ve reflejada en el cine.
XL. ¿Usted tiene 53 años?
E.L. Te voy a abrir mi corazón: me he pasado veinte omitiendo mi edad o mintiendo. Acabo de salir del armario en las redes: tengo diez más de los que la gente cree. Aparentaba menos y dejé que lo creyeran. Desde que decidí ser actriz, he sido víctima de una presión que ya no he podido ni querido soportar. Lo que empezó siendo un ratoncito, terminó como un elefante en mi habitación, pero me he liberado: nací en 1970 y voy a cumplir 54.
TITULO:
Lunes - 19 - Agosto - Imprescindibles - August Sander ,.
August Sander,.
El fotógrafo perseguido por los nazis que quiso retratar a la humanidad,.
A comienzos del siglo XX, August Sander, un exitoso retratista de estudio alemán, emprendió un ambicioso proyecto: mostrar a los ‘Gente del siglo XX’. Con esa idea y una gran habilidad para empatizar con la gente, salió a las calles y creó una singular e irrepetible colección de arquetipos que ni el nazismo logró truncar.
En 1929, August Sander publicó El rostro de nuestro tiempo, el primero de una serie de 20 tomos (que no llegó a completar) titulada Gente del siglo XX. Una obra mayor que no solo es un estudio de los rostros y cuerpos de la época,.
El Círculo de Bellas Artes inaugura en su Sala Picasso August Sander. Fotografías de Gente del siglo XX, la mayor panorámica dedicada al fotógrafo en España. Aparte de las 187 fotografías que se organizan según los esquemas tipológicos de Sander, se incluye un conjunto de obras de la serie Estudios: el ser humano, prácticamente inédita hasta hoy.
Se trata de imágenes que muestran detalles de gesticulaciones, miradas y posturas, sobre todo de las manos, de las personas retratadas. La exposición, que presenta copias modernas de gran calidad realizadas a partir de los negativos de cristal originales, se completa con un apartado documental que reúne cartas manuscritas del fotógrafo, las carpetas elaboradas en la época para algunas secciones, así como distintos materiales bibliográficos.
August Sander (Herdorf, 1876 – Colonia, 1964) ocupa una posición tutelar en la historia de la fotografía. Desde Walter Benjamin hasta Susan Sontag, desde Roland Barthes hasta John Berger, una parte significativa de los grandes narradores de imágenes midieron sus aparatos teóricos ante las respetuosas fotografías carentes de sentimentalismo y, por ello, políticamente incisivas de Sander. Gente del siglo XX es su proyecto más legendario, un archivo de retratos profesionales y tipológicos que refleja el tejido productivo de la sociedad alemana entre la década de 1910 y mediados de la década de 1950, entre la República de Weimar y el ocaso del nazismo tras la Segunda Guerra Mundial.
Este corpus está compuesto por 552 mujeres, 899 hombres y 10 bebés que por su corta edad resulta imposible determinar a qué sexo pertenecen. En total, 1.461 personas retratadas (el 60% son hombres y el 40% mujeres). Teniendo en cuenta que el grueso de fotografías fue realizado en los años veinte, treinta y cuarenta, periodo en que la industrialización creciente rompió el viejo orden agrícola, Gente del siglo XX refleja esta transformación de la artesanía y los oficios tradicionales, así como la pujanza de las profesiones liberales y los artistas.
TITULO: ELLA & - Que he visto,.
Que he visto,.
foto / He visitado Madrid tantas veces que un regreso más no debería suponer ninguna novedad, pero esta vez vuelvo para quedarme y eso propicia que los contornos más recurrentes de su skyline adquieran ante mis ojos una consistencia distinta, una especie de gravidez de la que carecían cuando eran poco menos que un decorado concebido para servir de telón de fondo a un entreacto, un trampantojo al que no se prestaba más atención de la necesaria porque se trataba de algo que quedaría atrás en el instante mismo en que concluyera el viaje. Pero, por circunstancias tan inesperadas como repentinas, el coche que en origen debía llevarme desde El Escorial hasta la estación de Chamartín, donde pensaba tomar el tren que tenía que devolverme al norte, me deja en esta mañana de verano ante el que a partir de ahora se convertirá en mi portal. Durante el trayecto le he venido explicando al conductor las razones del cambio de planes y se ha reído mucho, en parte porque la situación no deja de ser graciosa y en parte porque creo que le hace cierta ilusión que llegue un vecino nuevo a la ciudad que él piensa abandonar pronto: tiene previsto mudarse a Málaga, donde ya vive su hijo, y en una semana viajará allí para ocupar el mes de agosto en la búsqueda de un piso en el que instalarse. Se divierte aún más cuando le cuento que ni siquiera he visto la vivienda que me dispongo a ocupar en cuanto me deposite ante sus puertas, y que si he podido solventar la cuestión con tanta rapidez es porque tengo en esta ciudad amigos muy queridos ―Sofía y Emilio, que se ocuparon de ubicarme y estuvieron pendientes; Lorenzo, que hizo de emisario y con discreción encomiable se hizo cargo de las llaves― que permitieron que me mantuviera inmerso en los asuntos que habían estado requiriendo mi atención durante la primera quincena de este mes mientras ellos asumían esas tareas ingratas e imprescindibles a las que obliga cualquier mudanza, por mínima que sea. Quiere brindarme una entrada triunfal y desprecia el trayecto más corto para desviarse en dirección a Valdebebas, pasar junto a los rascacielos de la antigua Ciudad Deportiva y tomar el túnel que atraviesa la Plaza de Castilla, con sus torres inclinadas componiendo una estampa conocida y reconocible que, sin embargo, adquiere ahora la apariencia de un trampantojo levantado para abrigar mi ingreso en la ciudad. Circulamos por la vertiente más septentrional del Paseo de la Castellana y nos metemos por una calle que no reconozco en busca del costado oriental de la M-30 para salir a los aledaños de la plaza de toros de Las Ventas y recorrer después unas manzanas que no me son del todo ajenas. Hace veinte años, cuando finalicé mis estudios universitarios y me vine a Madrid a tratar de encontrar trabajo, viví en una habitación que quedaba en este mismo barrio, a unas pocas calles de distancia, y es como si ese largo lapso de dos décadas se convirtiera en un paréntesis que es también frontera, una linde temporal que separa a aquel joven veinteañero sobrecogido por las dimensiones de la urbe de este cuarentón que ahora vuelve a ella con más curiosidad por lo que pueda estar por venir que vértigo ante la oportunidad que le conceden de asomarse a una perspectiva nueva, dos personas que son la misma pero que son también distintas, una que vino y otra que vuelve al mismo lugar al que ya ha vuelto muchas veces, pero ahora de otra manera.
En el metro
Lo leí en alguna parte y no recuerdo bien los términos. Era un juego con el que frecuentemente se divertía Julio Cortázar en el metro de París y que consistía en escoger a un pasajero de su mismo vagón, imaginar el itinerario que podría estar siguiendo y adoptarlo también él, sin incurrir en trampas ni variaciones espontáneas; es decir, que no se trataba de emular sus pasos ni de corregir la previsión inicial, sino de meterse en la piel de esa persona ―o de quien él juzgaba que podría ser esa persona― y dirigirse al mismo destino al que él, supuestamente, encomendaba sus pasos. Lo recuerdo ahora que me fijo en un viajero con el que llevo coincidiendo tres mañanas seguidas. Reparé en él el primer día porque iba leyendo un libro grueso que resultó ser Olvidado rey Gudú, de Ana María Matute, y que no ha soltado desde entonces. No avanza mucho en la lectura de un día para otro, lo que me lleva a deducir que sólo consigue enfrascarse en ella durante estos viajes a los que seguramente lo obliga su trabajo, y también que éstos no deben de ser muy extensos. Dado que ya está sentado cuando yo entro, supongo que se sube unas paradas antes que yo ―quizá en Las Ventas o La Elipa, puede que en La Almudena o Alsacia, o tal vez viva por El Carmen, Quintana o Pueblo Nuevo y haga trasbordo―, las suficientes como para hacerse un hueco más o menos digno en el vagón y ocupar un asiento libre en cuanto se presenta la oportunidad. Teniendo en cuenta que sigue dentro cuando yo me bajo, me pregunto en qué parada exacta terminará su itinerario, si se apeará en Sol o tomará allí alguna de las líneas que dibujan las venas ocultas bajo la piel de la ciudad o si se encontrará su destino en Ópera o en Santo Domingo o en Noviciado o en Cuatro Caminos. Si fuera yo Julio Cortázar, podría animarme algún día a asumir su viejo juego; como no lo soy, me limito a observarlo a él y a otros viajeros que seguramente también sean recurrentes, pero en los que nada me ha impelido a fijarme, y a preguntarme si también ellos, tras su indiferencia aparente, escrutan a sus compañeros de periplo y juegan a imaginar sus procedencias y sus paraderos; si no encontraremos secretamente en estos viajes que parecen fantasmales y asépticos una coartada para la fabulación libre y alevosa en torno a esas vidas que tan ajenas nos resultan y que probablemente se parezcan más de lo que creemos a las propias.
De Madrid y el cielo
«De Madrid al cielo», dice un aserto que se elevó al rango de tópico ―hasta aparece o aparecía inscrito en el paso que une el Puente de Roma con el barrio de Moratalaz― gracias a una capacidad casi insólita para reproducirse y que tiene un origen que nadie ha sabido aclarar. Dicen unos que se remonta a los tiempos de Carlos III, al que por estos pagos consideran el mejor alcalde que ha tenido nunca la ciudad y cuyo programa de reformas convirtió lo que hasta entonces era una desastrada villa castellana en una capital con cierto regusto francés, siguiendo la tendencia que inspiraban las ideas ilustradas. Otros aseguran que el dicho se ampara en una vieja leyenda según la cual noche tras noche se concitan en el Cerro Garabitas, en plena Casa de Campo, las almas de los difuntos para ascender de allí hasta el paraíso. Se dice que esta teoría viene avalada por el testimonio de vecinos que aseguran observar cómo, alguna que otra noche, unas luces de origen ignoto van ascendiendo lentamente por las cortezas de los árboles. Hay una tercera hipótesis, mucho más plausible, que se remonta al Siglo de Oro y a la figura de un dramaturgo hoy casi olvidado, Luis Quiñones de Benavente, que escribió esas palabras en un verso de su obra Baile del invierno y el verano. Y para complicar aún más la historia, no faltan quienes sostienen que la célebre frase es en realidad fruto de una tergiversación ―acaso efectuada por el propio Quiñones e inmortalizada luego por quienes fueron encontrando en el lema una ponderación de las virtudes de la villa y corte― de otra expresión mucho más prosaica, pero también más comprensible porque su significado no admite controversia alguna: «De Madrid, el cielo», se decía acaso para oponer la limpidez de la bóveda celeste al desastre urbanístico que durante siglos compusieron lo que hoy son las calles del barrio de los Austrias y sus aledaños, y no puede negarse que la recomposición de la frase traslada el protagonismo de uno u otro término, por más que el del cielo sobre Madrid, sobre todo a esas horas en las que nacen y mueren los días, sea uno de los mayores espectáculos que ofrece la ciudad a quienes están en ella de manera permanente o de visita, igual que tuvo que serlo en ese tiempo en el que los vecinos concluyeron que, para sobrellevar su existencia en estos predios, lo mejor que podían hacer era levantar la vista.
TITULO:
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA
COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA - Jueves - 22 - Agosto - Arroz con pato y verduras ,.
Jueves - 22 - Agosto - Pesadilla en la Cocina es
un programa de televisión español de telerrealidad culinaria,
presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves
a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve
Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta
intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos,
etc.
EL BAR ESQUINA - REVISTA
CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - Arroz con pato y verduras ,.
EL BAR ESQUINA - REVISTA
CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - Arroz con pato y verduras , fotos,.
Arroz con pato y verduras,.
TITULO:
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA
COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA - Jueves - 22 - Agosto - Arroz con pato y verduras ,.
Jueves - 22 - Agosto - Pesadilla en la Cocina es
un programa de televisión español de telerrealidad culinaria,
presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves
a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve
Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta
intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos,
etc.
EL BAR ESQUINA - REVISTA
CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - Arroz con pato y verduras ,.
EL BAR ESQUINA - REVISTA
CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - Arroz con pato y verduras , fotos,.
Arroz con pato y verduras,.
TITULO:
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA
COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA - Jueves - 22 - Agosto - Arroz con pato y verduras ,.
Jueves - 22 - Agosto - Pesadilla en la Cocina es un programa de televisión español de telerrealidad culinaria, presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos, etc.
EL BAR ESQUINA - REVISTA
CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - Arroz con pato y verduras ,.
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - Arroz con pato y verduras , fotos,.
Arroz con pato y verduras,.
Ingredientes,.
- 3 chalotas picadas finas
- 2 dientes de ajo picados
- 1 rama de tomillo fresco y 1 de romero
- 50 g de ramilletes de coliflor
- 50 g de ramilletes de brócoli
- 200 g de arroz de grano redondo
- 150 g de tomate sofrito
- Sal y pimienta,.
- 6 aceitunas negras picadas
- 1 l de caldo de pollo
- 100 g de setas silvestres limpias
- 2 soperas de AOVE
- 1 magret de pato de 500 g,.
Paso a paso: En una cazuela para arroces sofríe con una pizca de aceite las chalotas, los ajos y las ramas enteras de tomillo y romero, sin que coja color. Añade la coliflor y el brócoli y rehoga a fuego suave unos minutos más. Agrega el arroz y sofríelo un par de minutos, incorporando el tomate triturado y las aceitunas. Que sofría bien y el tomate reduzca. Con un cucharón ve vertiendo el caldo bien caliente, mojando el arroz a ras. Según se va evaporando, repite la operación manteniendo el arroz apenas cubierto. Así, 16 minutos desde el primer cucharón. Puedes rectificar de sal. Dos minutos antes de sacar del fuego, esparce las setas limpias y cortadas con las manos. Deja reposar cubierto con un paño. Cuadricula la parte grasa del magret con un cuchillo, sin llegar a la carne. Salpimiéntalo, arrima una sartén a fuego muy suave y apoya la pechuga sobre la grasa, para que vaya cocinándose y derritiéndose. Ve retirando el exceso de grasa del fondo hasta que quede una capa tostada y de un grosor de 5 milímetros. Da la vuelta a la pechuga y cocínala 1 minuto por el lado de la carne. Deja que repose unos minutos antes de rebanarla, colocando los escalopes sobre el arroz.
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