sábado, 15 de febrero de 2025

El paisano - Viernes - 21 , 28 - Febrero - Villafranco del Guadalhorce (Málaga) ,. / HOSPITAL - Salud - «Dormir más el fin de semana no compensa la falta de sueño diaria en los adolescentes»,. / VACACIONES - EUROPA DE PELICULA - La aldea mágica de ‘El viaje de Chihiro’, en Taiwán,. / VUELTA AL COLE - El eficaz y sencillo truco de un profesor para que un alumno pase de no estudiar nada a esforzarse ,. / EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles - 19 , 26 - Febrero - El viaje literario de Alonso de la Torre por el país que nunca se acaba ,./ EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes - 21 , 28 - Febrero - Isabel Coixet - Tres mujeres y la luz ,.

 

 TITULO: El paisano - Viernes -21, 28 - Febrero -  Villafranco del Guadalhorce (Málaga),.

 

Viernes - 21 , 28 - Febrero  a las 22:10 horas en La 1 , foto,.

 

Villafranco del Guadalhorce (Málaga),.

 Los Repobladores | Dejó su trabajo como ingeniera en Suecia y se instaló en  Villafranco de Guadalhorce

Djamila (48 años) dejó su trabajo como ingeniera en Suecia y se vino hace 11 años a trabajar como guía turística con suecos, noruegos y franceses fascinada por la historia y la naturaleza de Andalucía. Está muy implicada en su localidad y es vicepresidenta de la asociación de vecinos, luchando para mejorar esta pedanía. Destaca el carácter de su hijo pequeño, criado en Villafranco y al que denomina cariñosamente como “guiri andaluz”.

TITULO: HOSPITAL - Salud - «Dormir más el fin de semana no compensa la falta de sueño diaria en los adolescentes»,.

 

 

«Dormir más el fin de semana no compensa la falta de sueño diaria en los adolescentes»,.

El Ceo de la Fundación anda CONMiGO explica la poca importancia que se concede al descanso de los jóvenes y alerta de los riesgos para su salud física y mental,.

foto / En la imagen Javier Bergón,.

Javier Bergón, CEO y fundador de la Fundación anda CONMiGO, es padre de un niño que nació con 24 semanas al que ha visto sufrir diariamente en su esfuerzo para superar día tras día los retos que le plantea su parálisis cerebral. Actualmente su organización cuenta con una línea de terapias integrales para adolescentes desde la que alertan de la importancia que tiene a estas edades el sueño adecuado y el descanso.

–¿Por qué se empeñan los adolescentes en acostarse tan tarde?

–Se debe a una combinación de factores biológicos, psicológicos y ambientales. En la pubertad, el ritmo circadiano sufre un retraso natural, lo que hace que se sientan somnolientos más tarde por la noche y tengan dificultad para despertarse temprano. Se suma el uso excesivo de pantallas antes de dormir que inhibe la producción de melatonina, la hormona del sueño. Además, factores como la carga académica, la presión social, la necesidad de autonomía y la falta de límites claros en los horarios de descanso, también contribuyen.

–¿Qué importancia tiene el sueño en su descanso?

–El sueño es fundamental para su desarrollo físico, emocional y cognitivo. Durante el descanso, el cerebro procesa la información adquirida en el día, favoreciendo la memoria. Además, el sueño regula funciones esenciales como el equilibrio hormonal, el sistema inmunológico y la salud mental. Permite gestionar mejor las emociones, reducir el estrés y mejorar la concentración, lo que impacta directamente en el rendimiento académico y en las relaciones interpersonales. La privación del sueño puede generar fatiga, irritabilidad, dificultades en la toma de decisiones e incluso aumentar el riesgo de trastornos de ansiedad y depresión. A nivel fisiológico, la privación de sueño altera el metabolismo, favoreciendo el aumento de peso y debilitando el sistema inmunológico, haciéndoles más propensos a enfermedades.

–¿Y una siesta? ¿Solucionaría estos problemas?

–Pueden ser beneficiosa si se toma de manera adecuada, pero no sustituye al sueño nocturno. Una siesta corta (de 20 a 30 minutos) ayuda a mejorar la concentración, el estado de ánimo y la energía en adolescentes que han dormido poco. Sin embargo, si la siesta es demasiado larga o se toma muy tarde por la tarde, puede interferir con el sueño nocturno, agravando los problemas de insomnio y alterando el ritmo circadiano. No todos los adolescentes la duermen de manera habitual. Aquellos con déficit de sueño suelen sentirse más fatigados durante el día y pueden recurrir a la siesta como una forma de recuperar energía. Sin embargo, es preferible mejorar la higiene del sueño y garantizar un descanso nocturno en lugar de depender de siestas frecuentes.

–¿Se recupera el sueño perdido entre semana si duermen más horas y se levantan tarde el fin de semana?

–No completamente. Aunque dormir más los fines de semana puede aliviar temporalmente la fatiga acumulada, no compensa totalmente los efectos negativos de la privación de sueño durante la semana. El descanso irregular altera el ritmo circadiano, lo que puede generar un 'jet lag social', dificultando la conciliación del sueño los días siguientes y empeorando el rendimiento académico y el estado de ánimo. Además, la recuperación del sueño no es proporcional: no basta con dormir más horas para compensar la falta de descanso profundo y reparador. A largo plazo, este patrón puede afectar a la memoria, la concentración y la regulación emocional. Lo más recomendable es establecer horarios de sueño regulares, incluso los fines de semana, para mantener un equilibrio en la salud física y mental.

–¿Por qué no se le concede a este asunto la relevancia que supone en el desarrollo de los jóvenes?

–El impacto del sueño en la salud y el desarrollo de los adolescentes sigue siendo un tema subestimado. Aunque cada vez hay más estudios que evidencian su importancia, en muchos entornos educativos, familiares y sociales no se le da la prioridad que merece. Los adolescentes, en su mayoría, no son plenamente conscientes de las consecuencias de la privación del sueño, ya que suelen priorizar actividades como el uso de pantallas, las redes sociales o el estudio nocturno sin medir sus efectos a largo plazo. Es fundamental fomentar la educación sobre la higiene del sueño, tanto en las familias como en los centros educativos, para generar hábitos saludables. Promover horarios regulares, reducir el uso de dispositivos antes de dormir y concienciar sobre la importancia del descanso contribuiría significativamente a su bienestar físico, emocional y académico de los jóvenes.

TITULO: VACACIONES - EUROPA DE PELICULA - La aldea mágica de ‘El viaje de Chihiro’, en Taiwán,.

La aldea mágica de ‘El viaje de Chihiro’, en Taiwán,.

 SPIRITED AWAY'S MAGIC VILLAGE IN TAIWAN (JIUFEN) 4K | enriquealex - YouTube

@enriquealex visita Jiufen, un pequeño e inspirador pueblo de montaña a las afueras de Taipéi,.

foto /  De todos los países de Asia, Taiwán es, probablemente, la joya olvidada. Con la naturaleza propia de un país del Pacífico y un legado cultural e histórico sorprendente (mucho más japonés que chino), este pequeño Estado insular al este de China esconde lugares como la aldea de Jiufen, un reflejo perfecto de lo que fue, y aún es, este país (también llamado por algunos República de China, que no hay que confundir con República Popular China). Un lugar mágico que sirvió de inspiración para la obra maestra de animación de Hayao Miyazaki, El viaje de Chihiro (Spirited away),.

TITULO:  VUELTA AL COLE - El eficaz y sencillo truco de un profesor para que un alumno pase de no estudiar nada a esforzarse ,.

El eficaz y sencillo truco de un profesor para que un alumno pase de no estudiar nada a esforzarse ,.

Según el Doctor en Pedagogía, Fernando Alberca, «muchos jóvenes creen que el esfuerzo no es importante porque ni sus padres ni profesores lo han valorado»,.

foto / Según Fernando Alberca «la gente no hace esfuerzos porque no ha aprendido a disfrutar de ellos» ,.

Fernando Alberca, Doctor en Pedagogía, Ciencias Sociales y Jurídicas, aseguró durante la presentación de su último libro en Madrid, 'La magia del esfuerzo', que respecto a este tema nos han confundido «porque parece que el esfuerzo es el precio que hay que pagar para conseguir un objetivo. Y no tiene nada que ver con esto. El esfuerzo es un tesoro en sí mismo, y de él depende nuestro papel para asegurarnos un protagonismo que nos lleva a la felicidad y la satisfacción».

Explicó que hay momentos clave en este proceso: planificación del esfuerzo, la ejecución, que es lo más importante, y la evaluación de lo realizado. «Cuando se empieza el esfuerzo es importante tener en cuenta cómo se prepara ese cambio desde la pasividad a la acción y la disposición que mostramos. Por ejemplo, ante el estudio de una pregunta de un libro a muchos adolescentes les ha servido cuando le aconsejamos »tú te sientas y te dices esto: me lo voy a aprender«, porque lo que suelen hacer es resoplar mientras se dicen »esto no hay quien se lo aprenda...«. La disposición es muy importante porque si piensa que se lo va a aprender, aunque no le guste nada el tema, una buena actitud hace que el primer paso sea más llano para entrar en la mecánica de pasar de no estudiar a intentarlo».

También hay un momento clave que es persistir. Alberca asegura que la falta de concentración se produce actualmente a los 18 segundos, cuando en los años 80 era a los 20 minutos. «Cuando, tras estudiar un primer párrafo el joven se muestre cansado es un momento clave en el que debe recordar el motivo por el que está estudiando y la persona que más se va a a beneficiar de ese aprendizaje. Si piensa en la cara que va a poner su madre cuando realiza ese esfuerzo, le merecerá la pena. Pero ojo -advierte-, si la madre solo se muestra feliz cuando obtiene una nota de un 9, es que no valora el esfuerzo de su hijo, sino la nota. La gente no hace esfuerzos porque no ha aprendido a disfrutar de los esfuerzos. Creen que el esfuerzo es algo malo porque sus padres y profesores no lo han valorado, aunque sea pequeño. Es un error. Es importante decirles »lo que has hecho, a lo mejor no sirve para aprobar porque el esfuerzo ha sido pequeño, o a destiempo, pero ha sido un esfuerzo, y eso no se pierde nunca, aunque sea un cero la nota final«.

Para Fernando Alberca los padres se equivocan mucho cuando dicen a sus hijos 'te decimos que estudies porque es bueno para ti, para tu porvenir...', porque, en realidad, el adolescente piensa 'pues si es por mí, yo llevo bien lo de no estudiar, si es por mí no hace falta'. Es decir, un niño que estudia por él mismo es egocéntrico. La razón más natural para estudiar, para ducharse cuando toca, hacer algo difícil... es por cariño a su madre. Y también es importante tener un momento de duda: '¿merece la pena estudiar?' porque le hace reflexionar que si aprueba este examen y hace media de notas puede aprobar toda la asignatura, o, por el contrario, que si no estudia, suspende. Ese es el momento de tomar una decisión«.

El broche final para este experto es acabar bien el proceso de esfuerzo. «Es muy importante no acabar, sino acabar bien. Es como el atleta que al final del esfuerzo, cuando ve la meta, da un empujón a su esfuerzo porque ve que se le acaba la oportunidad de mejorar y porque siente alivio porque percibe que el esfuerzo ya va a durar poco porque llega al final de su objetivo. Es una táctica que hay que mecanizar para que resulte más sencilla».

Explica, además, que lo negativo del esfuerzo es inferior a lo positivo de conseguirlo porque lograr lo que perseguimos supone una gran satisfacción. «Hay que transmitir a los pequeños y jóvenes que se convierten en héroes haciendo un esfuerzo. Cuando un niño hace su cama entra en el grupo de los héroes porque la gente, normalmente, no hace la cama porque no es necesario, ya vendrá otro y la hará. En el esfuerzo, no importa tanto lo que se hace, sino quién lo hace; es decir, quién hace la cama es el que sale beneficiado, no la cama. Y los educadores o los padres nos equivocamos cuando decimos 'hay que hacer la cama, hay que poner la mesa...', puesto que la clave es quién lo realiza. Lo importante no es que se hagan las cosas en un hogar, que haya orden, porque a veces parece que los progenitores quieren más el orden o una buena nota de un examen que a un hijo. Se confunden».

 

 TITULO: EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles -  19 , 26 - Febrero - El viaje literario de Alonso de la Torre por el país que nunca se acaba  ,.

En la tuya o en la mía  - Miercoles    -  19 , 26 - Febrero   ,.

 En la tuya o en la mía', presentado por Bertín Osborne, acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en La 1 a las 22:30, el miercoles -  19 , 26 - Febrero , etc.

 EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles -  19 , 26 - Febrero - El viaje literario de Alonso de la Torre por el país que nunca se acaba ,.

 El viaje literario de Alonso de la Torre por el país que nunca se acaba ,.

El escritor y columnista de este periódico publica un libro de artículos para entender las costumbres de la España vaciada y plagado de deliciosas anécdotas de su vida a caballo entre Extremadura y Galicia,.

 José Ramón Alonso de la Torre, autor de 'Un país que nunca se acaba', que publica la editorial La Moderna.

foto / José Ramón Alonso de la Torre, autor de 'Un país que nunca se acaba', que publica la editorial La Moderna.

José Ramón Alonso de la Torre (Cáceres, 67 años) tuvo de niño múltiples aficiones que un amigo psicólogo atribuyó a que, al faltarle el brazo derecho (se lo tuvieron que amputar por una gangrena), sentía la necesidad de hacer «de todo» para no sentirse incapaz «de nada». El caso es que, con el tiempo, aquel inquieto mozuelo ha sido profesor de instituto, árbitro y entrenador de baloncesto, director de teatro, organizador de ferias de muestras, músico, presentador de radio y televisión... y unos cuantos oficios más. Hasta que a los 28 años encontró su verdadera pasión: escribir en los periódicos.

Producto de esos 40 años de colaboraciones periodísticas surge 'Un país que nunca se acaba' (La Moderna), el último libro de Alonso de la Torre, que recoge una antología de sus artículos, muchos de ellos publicados en este periódico. Con una luminosa mirada que recuerda al mejor Julio Camba, el humor fino y el costumbrismo están muy presentes en la talentosa prosa de Alonso de la Torre que nos da las claves precisas y preciosas para entender mejor la España de la periferia, especialmente de su querida Extremadura natal; de la Galicia donde enseñó tantos años Lengua y Literatura, y de la España vaciada, que ha pateado como reportero enviado a pueblos perdidos y como, a mucha honra, columnista de provincias. Porque como él mismo recuerda «Ni España se acaba en Madrid, ni el mundo se circunscribe a Nueva York».

Las páginas de 'Un país que nunca se acaba' tienen el poder de la sonrisa. Hay dosis de historia y de cultura, anécdotas inolvidables y por ellas deambulan también ilustres escritores como Pío Baroja, Unamuno, Eugeni d'Ors, Ian Gibson, Rafael Chirbes, Andrés Trapiello o Rafael Sánchez Ferlosio. Ferlosio, por cierto, encontró inspiración para su novela 'Industrias y andanzas de Alfanhuí' en Ceclavín, el pueblo de Cáceres de dónde es oriunda la madre de Alonso de la Torre, y cuyos vecinos tienen fama de «levantiscos e indomables», como cuenta el autor en 'Las de Ceclavín hacen lo que quieren', una de las 82 columnas que sostienen el libro y hacen las delicias del lector.

Habla también Alonso de la Torre del «placer de escribir», que no es lo mismo «sentado en un porche un atardecer templado frente a la dehesa» que en «un quinto piso, con la aspiradora bramando, mientras suena un reguetón a toda pastilla y la válvula de la olla exprés sacude estopa y embadurna de olor a repollo el ambiente creativo». Y así confiesa que ninguno de sus artículos y reportajes los compuso en una casita en la montaña, «sino en una habitación pequeña donde no cabían los libros y había que hacer sitio al ordenador, o en una redacción atestada de locos que fumaban, comentaban con gracia y a gritos cualquier ocurrencia y solo deseaban bajar al bar de la esquina a beber el enésimo café del día o la penúltima copa», un ambiente que describe a la perfección el de los periódicos de los años 80, cuando inició sus colaboraciones en prensa.

Trump, Évole, Normandía y la suegra

Las 200 páginas del libro están divididas en una decena de capítulos. En cada uno se van agrupando las columnas que comparten ámbito geográfico, personajes o tradiciones populares. En el capítulo 'Cosas de pueblo', por ejemplo, asoma la columna 'Trump no es de Torreorgaz', donde el autor cuenta la leyenda que vincula a los pelirrojos con esta localidad cacereña, o 'Garrovillas y el pantano', donde alude a la sangría de población de este pueblo tras la construcción del embalse de Alcántara, que obligó a emigrar a dos tercios de sus habitantes, incluidos los abuelos de Jordi Hurtado y Jordi Évole.

Hay un amplio repertorio de artículos en los capítulos 'Para entender Extremadura', 'Para entender Cáceres', 'Para entender Vilagarcía de Arousa' y 'Para entender España'. En este último Alonso de la Torre rememora una anécdota que le ocurrió en Normandía relacionada con su minusvalía. «Un grupo de jóvenes norteamericanos se cuadró ante mí creyendo que era un superviviente del desembarco. Yo respondí al saludo y no les aclaré el entuerto porque me molaba pasar de minusválido a héroe en un plis plas».

En 'Religiosidad Popular' aparecen artículos como 'La Virgen y el Womad', en el que el cronista llama la atención sobre la falta de apariciones marianas desde la masiva irrupción de los teléfonos móviles. Y en 'Nazarenos y coffee shop' cuenta los muchos Lunes Santo que pasó en Ámsterdam acompañando de viaje de estudios a sus alumnos de Secundaria, y cómo sistemáticamente los periódicos holandeses abrían ese día sus portadas con una imagen de la Semana Santa sevillana. Casi siempre un «Cristo de gesto desgarrado, nazarenos sufriendo o cortejos ocupando las calles» en contraste con la intimidad con la que los discretos protestantes 'oranjes' viven su religión. «Ese contraste entre el recogimiento privado y la exhibición pública de lo religioso ayuda a vender periódicos en Ámsterdam el Lunes Santo», apunta Alonso de la Torre.

Y no se pierdan las columnas dedicadas a la suegra del autor, que vive puerta con puerta y no tiene reparos en entrar cada tarde en su casa («eso sí sin avasallar»), 'okupar' su despacho y el sillón finlandés donde se sienta a leer. José Ramón la llama «Sherlock Holmes» porque la buena mujer se arma de una lupa para leer el 'Hoy', si bien confiesa que se ha acostumbrado tanto a sus visitas vespertinas que cuando no está, la echa de menos. «Y creo que echar de menos a una suegra es una sensación digna de estudio psicológico», reconoce. Un día que la vio con su aparato óptico ojeando el periódico, De la Torre se acordó de una anécdota que le contaron en Galicia. «Resulta que la noticia más leída en la historia centenaria de 'La Voz de Galicia' se titulaba 'Pide un aparato para agrandar el pene y le envían una lupa'».

TITULO : EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes  -   21 , 28  - Febrero  -  Isabel Coixet - Tres mujeres y la luz   ,.

MI CASA ES LA TUYA - VIERNES -   21 , 28  - Febrero      ,.

MI CASA ES LA TUYA -', presentado por Bertín Osborne,.

acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en Telecinco  a las 22:00, el viernes  - 21 , 28  - Febrero  ,etc.

  EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes - 21 , 28 - Febrero -  Isabel Coixet - Tres mujeres y la luz ,. 
 
  Isabel Coixet - Tres mujeres y la luz ,. 
 
 Isabel Coixet: 'Pan y rosas' - XLSemanal - DiarioSur
 
 Isabel Coixet - foto ,. 
 
 

Las naves con las que Colón viajó por tercera vez de Haití a España para informar a la reina no iban de nuevo cargadas de oro, como se esperaba, sino de semillas, frutos, pacas de tejido y maderas rojizas y claras, aún desconocidas en Europa.

Ante todo, Colón había cumplido el deseo expreso de la reina: llevarle doce muchachas muy jóvenes, a las que había calificado en los partes como paradisíacas en gracia y belleza.

La reina Isabel quería educar a estas muchachas en la Corte española y hacer que actuasen para asombro de sus invitados. Las más encantadoras se destinaban como regalos para algunos nobles que habían prestado servicios extraordinarios a la Corona.

Como peces voladores, las muchachas saltaban con rapidez una tras otra sobre la cubierta de la nave del almirante en los bailes bajo el sol del atardecer. A la más bella de todas la llamaban Toaliina y así conservaron su nombre. Las compañeras se agolpaban a menudo a su alrededor. Se mostraron ante los isleños custodiados por los españoles que observaban las maniobras de desatraque en la costa cerca del desembarcadero. En la cubierta, a cierta distancia, los marineros contemplaban con asombro a las bailarinas. Tenían prohibido tocar a cualquiera de las muchachas, aunque solo fuese fugazmente.

Levaron anclas. La costa se evaporó deprisa tras una profunda respiración.

Toaliina lanzó un grito de pájaro y saltó sobre la borda. De inmediato, todas las demás saltaron tras ella. Con brazadas constantes, se dirigieron al punto de la costa que acababan de abandonar. Desde allí, llegaba algún que otro grito atravesando el mar, que podía ser una advertencia o un incentivo.

Un grumete especialmente hábil saltó tras Toaliina. Ella se giró rápida como un rayo y le mordió la mano. Mientras tanto, bajaban varios botes con cuerdas. Las muchachas formaron un tren; Toaliina nadaba la primera. Los marineros comenzaron a perseguirlas, tanto a nado como a remo.

Si hubieran golpeado o incluso disparado a las muchachas, no habría sido posible presentarlas ante la corte española como criaturas de gracia paradisíaca.

Toaliina había cambiado de dirección. Habían apresado a dos de sus compañeras mientras todavía estaban en el mar. Ellas habían mantenido el rumbo directo hacia la costa; otras habían sido capturadas por la guardia nada más llegar. Los rostros de los espectadores se habían ensombrecido. Poco antes, al partir, sonreían. Ahora parecían comprender lo que estaba en juego. Encerraban en camarotes oscuros a las que habían vuelto a capturar. En el barco se especulaba sobre el motivo de su huida:

—No se imaginan lo que es España ni lo que significaría para ellas servir a la corte real española.

Dos amigos opinaban que el invitado del almirante del día anterior había sido un hermano del cacique. Al llevar los regalos de despedida, había intercambiado en voz baja unas palabras con Toaliina y le había hecho unas señas en el aire con la mano.

Toaliina no había nadado hasta la orilla. Se había escondido en un arbusto flotante y luego había acabado en un punto de la costa considerablemente alejado del puente de salida. Se dirigió con pasos rápidos y precisos hacia una hondonada. Allí se detuvo y se asomó a una inmensa copa de árbol que, intencionadamente o a causa de un temporal, había sido arrancada del tronco. La copa había vuelto a echar raíces. En ese momento, una mujer anciana se arrastró por el ramaje. Se retiró al comprobar que Toaliina la seguía sin vacilar. No dijo nada, no hizo señas, solo alzó el dedo índice hacia la pared de la montaña, a la que se aferraban las ramas frescas.

Siguiendo a la anciana, Toaliina se abrió camino en la roca justo detrás de ella. Solo en raras ocasiones penetraba algo de luz en los numerosos caminos y cuevas. Pensó entonces en las palabras que el haitiano le había susurrado mientras llevaba regalos para la corte real española al barco del almirante. Sin duda, este hermano del cacique no había subido a bordo solo por los obsequios de despedida, sino para darle a ella algún que otro consejo. Él, a diferencia de su hermano y como muchos isleños, había desconfiado de los españoles desde el principio. Le había hecho una señal a Toaliina: «Solo estarás a salvo con esta mujer, la madre de mi amigo, durante toda la vida».

Toaliina no se había parado a pensar en esas palabras y entonces tampoco pensó bien en lo que podría significar: «durante toda la vida».

La anciana se había adentrado en la pared rocosa tan sigilosamente y con tanta seguridad como si fuera un camino de tierra. Toaliina se arrastró detrás de ella. Se detuvieron en una cueva; las paredes estaban raspadas, había todo tipo de utensilios en aquellos salientes; en el suelo había un par de mantas, estaban pisoteadas y deshilachadas, pero, por la forma en que estaban tejidas y por el color, podrían haber sido parte de los regalos a la corte. Toaliina ya añoraba el aire y el sonido del mar.

La anciana preparó una papilla de tubérculos y raíces. Se oyeron pasos procedentes de una entrada trasera.

—¡Tschanangi! ¡Hijo mío! —dijo la mujer mientras untaba con alegre afán.

Toaliina brilló al ver al recién llegado y él brilló al verla a ella.

Les informó de que tres jóvenes habían sido detenidas inmediatamente después de su llegada. Los españoles les habían seguido los pasos a otras dos y habían descubierto el lugar donde se alojaban. Las habían golpeado violentamente. Las habían encerrado. Habían quemado sus cabañas.

—¡Golpeadas violentamente! ¡Quema-das! —gritó Toaliina.

—Así es —dijo el joven haitiano sin dejar de tirar del brazo de Toaliina con ternura—. El cacique ha intentado hacernos creer que los dioses nos habían enviado a estos forasteros, pero su hermano siempre los ha tomado por simples habitantes de una isla lejana que tan solo han venido hasta aquí en busca de un botín. La verdad no ha tardado en salir a la luz. Ya nadie se pone de acuerdo en la isla.

—Cuando vuelvas aquí, toma un camino diferente, a través del bosque. Solo nosotras conocemos esta entrada. Toaliina no puede salir bajo ningún concepto. Su pelo es negro, pero con motas doradas. Pueden reconocerla desde lejos —dijo la madre.

Toaliina estaba embriagada por el amor que sentía hacia Tschanangi. Ya no era consciente del tiempo. No era consciente del que transcurría entre dos abrazos. Del tiempo entre su partida y su regreso.

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