viernes, 14 de febrero de 2025

EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO -CENA - DOMINGO -LUNES - EL ARBOL DE TU VIDA - Martes - 18 , 25 - Febrero - Aitana Sánchez-Gijón ,. / Lunes - 17 , 24 - Febrero - Imprescindibles - Muere en Buenos Aires la crítica y ensayista Beatriz Sarlo ,. / ELLA & - El último número ,./ EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA - Jueves - 20 , 27 - Febrero - 'Risotto' meloso de setas con azafrán ,.

 

 TITULO:  EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO -CENA - DOMINGO -LUNES - EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES -  18 , 24 - Febrero - Aitana Sánchez-Gijón ,.

EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES -  18 , 25 - Febrero   ,. 

 
 Conducido por Toñi Moreno, el espacio investiga el árbol genealógico de los personajes más queridos de nuestro país. El martes - 18 , 24 - Febrero 
, a las 22:30 por antena 3, etc.


 EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO -  Aitana Sánchez-Gijón ,.

 EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO -   Aitana Sánchez-Gijón, fotos ,.

  Aitana Sánchez-Gijón,.

 Aitana Sánchez-Gijón: «Hay historias de amor mal cerradas que pueden volver  a tu cabeza, no a tu vida»

Aitana Sánchez-Gijón: «Hay historias de amor mal cerradas que pueden volver a tu cabeza, no a tu vida»,.

 

 

( Desayuno )

Roma, 1968. Soy actriz y muchas más cosas. Acabo de estrenar Tierra baja en cines y de recibir el Goya de Honor a mi carrera. Me desconcertó bastante: es un poco pronto [ríe].

XLSemanal. La nominaron solo una vez (por Madres paralelas, en 2021), y hoy es la actriz más joven con el Goya de Honor. 

 Filetes de pierna de cordero con patatas paja, receta del día a día

( Cena )

Aitana Sánchez-Gijón. Por suerte, te lo anuncian antes y me fui haciendo a la idea. Condensar en un discurso casi 45 años de carrera no ha sido fácil.

«Siento que he hecho una carrera de fondo, pero espero que me quede aún mucho camino por recorrer»

XL. Estará acostumbrada a la precocidad... A los 31 años presidió la Academia de Cine, y con 56 tiene la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes y es académica de honor de la Academia de las Artes Escénicas… ¿Qué deja para su retiro?

A.S.G. [Ríe]. Estoy abrumada, siento que he hecho una carrera de fondo y que en un momento empiezas a cosechar puntos por haber realizado un trabajo constante, pero yo espero que me quede aún mucho camino por recorrer.

XL. Tierra baja está rodada en la zona del Bajo Aragón y es una historia de fracasos personales y asignaturas pendientes, pero también de segundas oportunidades.

A.S.G. Sí, no hay que tener miedo al fracaso ni a cerrar una etapa y empezar una vida nueva en la que poner toda tu energía y tu pasión. Y a veces ocurre que aquello que dabas por cerrado no lo estaba del todo y una gota que quedaba te permite volver a abrirlo.

XL. ¿Estas cosas solo pasan en las películas? En la vida, todo es más difícil.

A.S.G. No tiene por qué ser así. Tierra baja trata precisamente de mostrar cuán sorprendente puede ser la vida cuando crees tenerlo todo bajo control.

XL. Su personaje cambia Madrid por una masía que hereda en la España vaciada donde apenas se trabaja ya el campo.

A.S.G. Carmen lo hace por una necesidad de cambio y se enfrenta a una vida nueva, pero a la vez la película refleja la belleza de ese entorno rural y reivindica la atención hacia esos lugares dejados de la mano de Dios.

XL. Muchas personas sueñan con un regreso idílico al entorno rural, que además alivie su precaria situación de pensionista, pero luego no es tan fácil...

A.S.G. El cambio es difícil, sí. Llegan de la ciudad con energía e ideas nuevas, pero crean la desconfianza en la gente del lugar, que se siente invadida por los urbanitas que creen saberlo todo, y les muestran su rechazo.

XL. ¿Las historias de amor que no se cerraron bien siempre vuelven?

A.S.G. No, las hay que ahí se quedan para siempre [ríe]. Es cierto que, en soledad, pueden volver a tu cabeza porque tienes más tiempo para la introspección, pero no a tu vida. Que la nostalgia y la melancolía no te impidan vivir el ahora con alegría. Que las cuentas pendientes no te amarguen el presente.

 

 TITULO:  Lunes -   17 , 24 - Febrero - Imprescindibles -   Muere en Buenos Aires la crítica y ensayista Beatriz Sarlo ,. 


LUNES -  17 , 24 - Febrero  -   Imprescindibles  -   Muere en Buenos Aires la crítica y ensayista Beatriz Sarlo   ,.

Imprescindibles, serie de documentales sobre los personajes más destacados de la cultura española del siglo XX cada semana en La 2, el lunes -   17 , 24 - Febrero ,.
 , a las 21:00 ,foto ,.
 
 

Muere en Buenos Aires la crítica y ensayista Beatriz Sarlo,.

Autora de una veintena de libros y reconocida por sus análisis culturales y políticos, la académica argentina, de 82 años, había sufrido un accidente cerebrovascular. Entre 2016 y 2023 fue colaboradora de EL PAÍS,.

Beatriz Sarlo, en Bogotá, Colombia, el 17 de diciembre de 2024.
 
Beatriz Sarlo, en Bogotá, Colombia, el 17 de diciembre de 2024.

Fue una estudiosa de la literatura de Jorge Luis Borges y de la filosofía de Walter Benjamin y escribió sendos libros sobre ellos. Fue observadora y protagonista del cambio urbano de Buenos Aires, entre fines del siglo XX e inicios del XXI, y de los múltiples registros culturales de esa mutación. Escribió muchos libros, pero también artículos en la prensa, fundó y dirigió revistas, asumió por décadas una cátedra universitaria.

Beatriz Sarlo (1942-2024), ensayista argentina, archiconocida, venerada y a veces odiada en su país, lamentablemente poco leída en México y otros países latinoamericanos, acaba de fallecer y su ausencia ya se siente y molesta. Hasta hace muy pocos meses, quienes seguimos la realidad latinoamericana, sabíamos que ahí estaba ella, desafiando cualquier cliché ideológico.

Hablamos de una intelectual, término que ella reclamaba para sí sin vacilación, que en su juventud fue una militante marxista contra la última dictadura militar, que luego cuestionó los silencios y las deudas de la transición democrática, que desconfió de los triunfalismos liberales tras la caída del Muro de Berlín y que criticó directamente, sin tapujos, cada uno de los gobiernos argentinos del siglo XXI: los de los Kirchner y Fernández, pero también los de Macri y Milei.

El tipo de escritura que practicó Beatriz Sarlo tiene un nombre, ensayo, y una brillante y nutrida tradición en América Latina. Sus libros se publicaron en editoriales que se dedicaban, centralmente, a ese género, como Fondo de Cultura Económica y Siglo XXI, que por motivos inquietantes hoy parecen darle la espalda en el mercado del libro iberoamericano.

Todos sus ensayos, incluso los más profesorales, tienen esa tesitura, que tal vez provenga de cercanías, vivencias y estudios sobre dos prosistas de su generación como Juan José Saer y Ricardo Piglia. Tan sólo algunos títulos, Una modernidad periférica (1988), Escenas de la vida postmoderna (1994), La pasión y la excepción. Eva, Borges y el asesinato de Aramburu (2003), dan una idea de las dimensiones del proyecto intelectual de Sarlo.

No sólo aquellos libros, también su pertinaz intervención pública en los periódicos, la radio, la televisión y los medios digitales, en las últimas décadas, hicieron de Beatriz Sarlo un rarísimo caso de sobrevivencia del viejo intelectual público, en este caso personificado por una mujer, en el nuevo
planeta digital.

Con la muerte de Sarlo se repite en Argentina algo que hemos escuchado antes en muchos países latinoamericanos. En México, es inevitable asociar una figura como Sarlo con Carlos Monsiváis, quien compartió no pocos intereses con la escritora argentina. Es raro encontrar en otros ensayistas latinoamericanos un interés y un conocimiento tan bien repartido entre la literatura, el cine, las artes, la cultura popular y la política.

Con frecuencia ella decía que sus dos grandes pasiones eran la literatura y la política, pero se quedaba corta. Lo que sí resulta indudable es que en las dos últimas décadas se ubicó en el centro de los debates políticos argentinos. Cuando una parte de la intelectualidad de ese país giró a favor de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, ella se opuso con lucidez. Pero cuando vino el reflujo favorable a la derecha, también se opuso, con igual lucidez.

Molestaba a los políticos y a los empresarios, pero también al sector intelectual plegado a los gobernantes de turno. Sus enemigos fueron los enemigos del intelectual y del ensayo, que crecen en el siglo XXI. Enemigos que provienen de múltiples poderes, incluido el académico y el editorial, aunque parezca contradictorio. Proliferan los puristas de la argumentación fría o imparcial, los ideólogos que demandan compromiso con el partido gobernante o el líder histórico y los censores de siempre, que con frecuencia se confunden con los promotores de una literatura vendible.

TITULO:   ELLA & - El último número,.

El último número,.

 El parque nuevo

foto /  Columpio

Suelo ir todas las semanas al barrio en el que me he criado. El otro día, cuando venía andando desde donde he aparcado el coche a la casa familiar, tuve que cruzar el antiguo parque en el que jugaba de pequeño con mis amigos.

La verdad es que echando la vista atrás no me creo que no nos hiciéramos más daño jugando. Todos los columpios eran metálicos, con esquinas, estaban oxidados. Recuerdo que estaban pintados en blanco y azul marino. Y que olían a óxido una barbaridad.

"Entre árboles que intentábamos escalar, el kiosco de la señora mayor y los columpios pasábamos el verano quienes no teníamos casa en la playa"

Paseando por allí, he tenido un choque tremendo con el paso del tiempo y la realidad. Pero mi cabeza ha usado el modo física cuántica para que los recuerdos se mostraran nítidos en mi memoria, como secuencias de una película que estuviera viendo y viviendo. Estamos en enero, pero mi nariz detectaba olores veraniegos. He cerrado los ojos y al abrirlos estaba en una tarde de vacaciones estivales, correteando con mis amigos por la tierra del parque. Del parque nuevo, no del viejo. Por allí aparecían Mariano, Antonio, Raúl. Muchos otros acudían en sus bicicletas, algunas heredadas de sus hermanas o hermanos mayores. Otros y otras amigos corrían para llegar antes que los demás a los columpios y a una barra a la que llamábamos algo así como “el barco”. Resultaba una especie de barra central suspendida entre dos estructuras a modo de escuadras, que a su vez estaba anclada a las mismas por otros hierros que, mediante un sistema de rótulas permitían que quienes nos poníamos a los lados diéramos impulso a la barra, balanceándola de un lado a otro. Siempre había alguien valiente que decidía subirse al centro de la barra. Incluso al mismo tiempo que otros se balanceaban. Definitivamente, ésa era la mayor atracción del parque nuevo.

Allí, entre árboles que intentábamos escalar, el kiosco de la señora mayor y los columpios pasábamos el verano quienes no teníamos casa en la playa. Nos llenábamos de tierra de las formas más sencillas: tirándonos de los columpios en marcha, volcándonos cual último defensa a por el balón para evitar un gol o por el polvo que soltaban las bicicletas al derrapar. También más de uno seguía a su rueda hacia el suelo, llenándose las piernas de tierra, arena y heridas que mostrar a modo de héroe de los aqueos en la quema y destrucción de Troya. Nuestras torres eran de cemento, el caballo tenía ruedas de caucho y nuestras abuelas o madres hacían las veces de Laocoonte cada vez que alguien decía que algo, como jugar al fútbol en mitad de la calle, era una buena idea.

"El corto pero intenso paseo por el otrora llamado parque nuevo, que peina ya canas terrosas, me ha hecho pensar en cuando hacemos una excavación arqueológica"

Pensaba en todo eso, que se aparecía en mi mente como si fuera ayer por la tarde, cuando de repente me cercioré de una cosa: justo donde estaban nuestras atracciones favoritas han crecido flores y hierbas. Parece que nuestros recuerdos han enraizado en el parque, creando una conexión a lo largo del tiempo, a modo de unos leves brotes verdes que señalan la gran equis del sitio donde una vez fuimos felices. En cierto modo, nuestras huellas han marcado la tierra de ese viejo parque, donde los señores mayores siguen sentándose en los bancos que lo rodean, contando historias de cuando ellos hacían lo mismo. Al final, la Historia en parte es contar nuestros recuerdos de la manera que mejor podamos.

El corto pero intenso paseo por el otrora llamado parque nuevo, que peina ya canas terrosas, me ha hecho pensar en cuando hacemos una excavación arqueológica. Lo que sacamos o vemos es tan solo ese recuerdo, a modo de resto material, que otras personas dejaron antes que nosotros en un mismo sitio. Cuando excavamos unos restos de épocas pasadas, le estamos dando voz a quien hizo lo que estamos excavando.

"Tú solo sabes que miras para arriba y, cada vez te ves más pequeña en un agujero que te hunde en las memorias ajenas de quien vivió allí hace cientos de años"

Imaginando que esto fuere una novela, podríamos situar la acción en un solar cualquiera del centro de alguna ciudad grande y con historia. Nosotros somos la arqueóloga que dirige la excavación de ese solar. Sabemos que lo que en otros tiempos fue un edificio modernista ahora es una fachada vacía por dentro, apenas un esqueleto de piedra, cemento y formas neoclásicas al exterior. Piensas que podría haberse no tirado el edificio. Total, se han perdido un montón de materiales que luego aparecerán en otro sitio que no es el suyo y, además, sabes que las casas que van a hacer no son para la gente de la ciudad, sino para futuros apartamentos turísticos de esos que quedan monos en los anuncios de las plataformas y con muebles de Ikea. Quieren que te sientas como en la ciudad, pero sin gente de la ciudad.

Llevas unos tres meses allí con tu cuadrilla excavando en un agujero de unos pocos metros cuadrados. Cuanto más bajáis, más cosas aparecen, como la presión del dueño y los promotores. Esa gente que dice gustarle el patrimonio histórico, menos si aparece en su solar. Tú solo sabes que miras para arriba y cada vez te ves más pequeña, en un agujero que te hunde en las memorias ajenas de quien vivió allí hace cientos de años. Te preguntas por qué estás allí, qué haces en ese solar. Pero hay una cosa que te devuelve la fe en tu trabajo. Todos los días a la hora de comer, después de tomar el tercer café del día, te vas tú sola al agujero de la excavación y te sientas siempre en el mismo sitio. Empiezas a mirar alrededor de ti todo lo que estáis sacando. Siempre estás en la misma piedra, miras las habitaciones excavadas, y justo en ese preciso momento esbozas una sonrisa apenas perceptible bajo el sombrero de excavación y las gafas de sol. Es exactamente en ese momento cuando, mirando esos muros baldíos, ves a quien los disfrutó. Niños y niñas jugando, señoras y señores paseando, riendo y, en fin, siendo seres humanos. Y vuelves a creer en tu profesión lo mismo que yo creo en los brotes verdes del parque nuevo.

 

TITULO: EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA - Jueves -  20 , 27  - Febrero  -'Risotto' meloso de setas con azafrán ,. 


Jueves   -  20 , 27  - Febrero - Pesadilla en la Cocina es un programa de televisión español de telerrealidad culinaria, presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos, etc.

EL BAR ESQUINA -  REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO -   'Risotto' meloso de setas con azafrán  ,. 

EL BAR ESQUINA -  REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - 'Risotto' meloso de setas con azafrán   ,fotos ,.

 

 'Risotto' meloso de setas con azafrán ,.

Un risotto cremoso y lleno de sabor, donde la intensidad de las setas se fusiona con el toque aromático del azafrán. Una receta elegante y reconfortante, perfecta para sorprender en cualquier ocasión.

 'Risotto'  meloso de setas con azafrán

Ingredientes,.

 

  • 3 soperas de mantequilla
  • 1 cebolleta picada
  • 2 pistilos de azafrán
  • 200 g de arroz de grano redondo
  • 2 soperas de vino blanco
  • 1,2 l de caldo de verduras caliente
  • 200 g de hongos
  • 150 g de morillas
  • 2 soperas de AOVE
  • 2 soperas de queso Mahón curado, rallado
  • 2 soperas de jugo de asado
  • 2 soperas de nata montada
  • 1 sopera de cebollino picado
  • Sal y pimienta molida,.
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PREPARACIÓN

En un puchero ancho y bajo derrite dos soperas de mantequilla a fuego suave y sofríe la cebolleta picada, sin dejar de menear y sin que coja color. Añade una pizca de sal y el azafrán y remueve. Vuelca el arroz y dale una vuelta a fuego suave para que 'perle' y se ponga 

 

 

translúcido. Vierte el vino, evapóralo y echa un primer cacillo de caldo caliente, hirviendo, sin dejar de remover con una cuchara de madera. Según el arroz lo haya absorbido, moja de nuevo y así hasta rematar la cocción del arroz, en entre 14 y 16 minutos. Mientras, limpia las setas quitándoles las partes magulladas y la tierra, si la tuvieran. Si hace falta, pásalas ligeramente por agua y sécalas bien. Parte los hongos en dados menudos y las morillas en mitades (o cuartos si son muy grandes). En una sartén con la cucharada restante de mantequilla y una sopera de AOVE saltéalas 2 minutos y salpimienta.

ACABADO Y PRESENTACIÓN

Cuando el arroz esté listo, añádele fuera del fuego las setas recién salteadas, el queso, la sopera restante de AOVE, el jugo de ternera y la nata, removiendo bien para mantecarlo y que quede untuoso. Esparce el cebollino y riega con unas gotas más de AOVE.

Podemos reservar algunas setas más pequeñas para colocarlas encima del risotto terminado, para que luzca más. También rallarle al final, cuando lo mantecamos, una pizca de piel de limón verde para darle ese toque cítrico punzante.

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