domingo, 16 de junio de 2024

VIVA LA VIDA - Aitana ,. SABADO - 6 - Julio ,. / VIVA LA VIDA - Setdart - Javier Sierra ,. DOMINGO - 7 - Julio ,. / No sé de qué me habla - Loteria - El Rasca de la Galleta de la Fortuna - Alberto Rey - Respiración, movimiento y conciencia para sanar ,. / Los Toros -Tendido Cero - Dramática cornada de Fonseca en la espalda (parte médico y vídeo) y cogida paralizante de Espada en Las Ventas ,.

 

 TITULO:  VIVA LA VIDA -   Aitana  ,. SABADO - 6  - Julio   ,.

 El sabado  - 6  - Julio  a las 16:00 por Telecinco , foto,.

 Aitana,.

 Aitana arrasa en su último concierto con un espectacular look de  transparencias | Marca

Aitana y su look con transparencias impresionan en el Mallorca Live Festival,.

La artista catalana lució un estilismo de dos piezas, con un sujetador y unos pantalones de encaje en color negro.

Aitana ha vuelto a brillar sobre el escenario. Lo ha hecho de la mano de su ‘Alpha Tour’, con el que no deja de llenar estadios, y que le ha llevado a ofrecer, de nuevo, todo un espectáculo en el Mallorca Live Festival gracias a su música, sus coreografías, y todo un trabajo junto a su equipo.

La artista catalana ha dejado sin palabras a Mallorca, que aún suspira por todos los temas que cantó este sábado. Pero, además de sorprender a los presentes por su música, también lo hizo con un look con transparencias que rápidamente se ha hecho viral en las redes sociales.

Un look de Roberto Cavalli

Un look compuesto por dos piezas, con una parte superior basada en un sujetador, y unos pantalones de encaje. Un estilismo completamente de negro, y en el que las transparencias se han convertido en las protagonistas, siendo además uno de los más utilizados por la cantante en sus conciertos.

Dos prendas diferenciadas que llevan la firma de Roberto Cavalli, y cuyo precio podría oscilar entre los 2.000 y los 6.000 euros, dependiendo de la pieza. Un look que además combina con varias joyas de la marca de Tiffany, y que han hecho de su aparición en Mallorca algo aún más estelar.

Un concierto que entra dentro de su gira de ‘Alpha Tour’, con la que llegará a diferentes puntos de la geografía española, acabando en un Santiago Bernabéu completamente lleno. De esta manera, le esperan el Starlite Festival de Marbella (22 de junio), Rock in Rio Lisboa (23 de junio), Bigsound Fest Valencia (28 de junio), Portamérica en Pontevedra (5 de julio), CMF Chiclana (12 de julio), Cabaret Festival en Roquetas del Mar (14 de julio), y un Santiago Bernabéu que tendrá a la artista en dos fechas, el 28 y 29 de diciembre.

 

TITULO:   VIVA LA VIDA -  Setdart  -  Javier Sierra ,. Domingo -  7 - Julio ,.

El domingo  -  7 - Julio -  a las 16:00 por Telecinco , fotos,.

 Setdart -  Javier Sierra,.

 

Javier Sierra (Teruel, 1971) disfruta contando historias, algo que me demostró en esta entrevista. Afirma que le gusta mucho más hablar de otros temas que de sí mismo, como yo le animé a hacer en nuestra conversación, pero el relato de sí mismo y de su pasión sigue siendo una historia. Una historia muy interesante para el que la escucha, como lo sería para cualquier de sus lectores.

Pudimos hablar muy cerca de la Montaña Artificial del Retiro, en Madrid, que es el eje de una de sus más famosas novelas, El fuego invisible, con la que ganó el Premio Planeta en 2017.

Se percibe en su forma de hablar, de expresarse, el gran amor que siente Javier Sierra por lo que hace, una pasión que logra contagiar a su interlocutor, si éste no la sentía ya.


—Tú desde niño tienes la vocación de contar historias.

"Empecé a escribir a los 8 años mis primeros relatos, y luego a los 12 di un salto mortal metiéndome en la radio"

—Sí, mis recuerdos más antiguos vinculados con esto los puedo refrendar con cuentos que escribía, ilustraba, encuadernaba y que conservo hasta hoy. Empecé a escribir a los 8 años mis primeros relatos, y luego a los 12 di un salto mortal metiéndome en la radio. Con 12 años se emitía en Teruel un programa infantil que invitaba a niños de toda la ciudad, los sábados por la mañana, a dedicar discos a los profesores o a los compañeros de clase. Yo fui a ese programa como invitado, pero en vez de dedicar un disco les conté una historia, porque a mí me encantaban las historias, en este caso las de misterio.

—¿Qué historia les contaste?

—Les conté una sobre el triángulo de las Bermudas. Y se quedaron tan impactados con el relato y, supongo, con ver a un crío tan pequeño contándoles algo así, que me invitaron a la semana siguiente, y a la siguiente, y a la siguiente, y al cabo de unos meses estaba llevando el programa. Fue mi primera incursión en la comunicación profesional, y ya de ahí no me bajé nunca.

—Sigues haciendo radio.

—Sigo haciendo radio; todavía sigo colaborando, por ejemplo, con Carlos Herrera todas las semanas. Me sigue fascinando la radio, especialmente la radio de noche, que es la que te permite desarrollar bien un relato, casi como si fuera la tradición de los viejos chamanes alrededor de un fuego que te cuentan algo sagrado. Y de la narración oral pasé casi de forma natural al periodismo. Estudié Periodismo en la facultad de Ciencias de la Información de la Complutense. Y de ahí, cuando el periodismo se me quedó corto, pasé a la literatura, es decir, volví a los cuentos de los 8 años.

—¿Para ti cuál es la diferencia entre periodismo y literatura?

"En el periodismo no tienes ni espacio ni tiempo para poder ahondar en la personalidad de los que construyen la noticia"

—La diferencia es la profundidad psicológica. En el periodismo no tienes ni espacio ni tiempo para poder ahondar en la personalidad de los que construyen la noticia. En la literatura, sí. En literatura tú puedes entrar en el alma de los protagonistas. Puedes darle una dimensión más completa a la información que quieres transmitir a través del relato literario, y te da un radio de acción que es infinito respecto al periodismo. En éste me sentía muy limitado, muy atado, y en la literatura en cambio encontré alas.

—La literatura te permitió ir más lejos de lo habitual.

—Cuando entré en la facultad descubrí que casi todos mis compañeros querían  hacer o información deportiva, política, o presentar el telediario. Yo no quería ninguna de las tres. A mí lo que me gustaba eran los grandes enigmas sin resolver, las historias que, en fin, habían desafiado a la ciencia, o a la Historia, o a la psicología… o a cualquier rama del saber, y que podían ser rastreadas en tiempo contemporáneo con personajes que estuvieran implicados en ellas. Pero esas historias que a mí me interesaban eran las que ocupaban las últimas páginas de los periódicos, con suerte algunas en las revistas de información general, y faltaba un periodismo especializado en lo que a mí me interesaba. Y ese periodismo apareció.

—¿Cómo sucedió?

—El mismo año que empecé a estudiar en Ciencias de la Información, apareció en los quioscos la revista Más allá de la ciencia, que fue un mensual que impulsó Fernando Jiménez del Oso, el famoso psiquiatra de los misterios de la tele, de la Transición. Esa publicación me permitiría desarrollar como reportero las cosas que me interesaban de verdad. Al final terminé siendo su jefe de reporteros, y director durante siete años. De alguna manera me sirvió para encontrar el periodismo en el que me sentía a gusto.

—¿Qué ocurrió después?

"Con el tiempo ese periodismo también se me quedó corto, porque si quería ser riguroso solamente podía plantear preguntas a mis lectores, no podía plantear soluciones"

—Con el tiempo ese periodismo también se me quedó corto, porque si quería ser riguroso solamente podía plantear preguntas a mis lectores, no podía plantear soluciones. Si las planteaba entraba en el terreno de la especulación, ya no era periodismo, era otra cosa. Y en la literatura encontré, en mis primeros pasos, un espacio donde poder dar esas respuestas sin temor a caer en la especulación. En la literatura cabe todo.

—¿Qué debe tener un tema para que te atraiga y le quieras dedicar un libro?

—Debe aportar alguna luz, por pequeña que sea, a alguna de las tres grandes preguntas sobre las que se construye el pensamiento de la humanidad: quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos. Esas tres preguntas que hoy casi no se formulan, que las enterramos porque nos provocan desazón, y que a mí en cambio me obsesionan desde que era niño. Si el tema ofrece alguna luz, alguna claridad, a alguno de esos interrogantes, ya tiene lo suficiente para que me introduzca en ellas.

—¿Por qué crees que piensas así?

—La literatura se inventó para resolver grandes preguntas. La primera manifestación literaria de la humanidad fue la epopeya de Gilgamesh, que es un texto de cinco mil años de antigüedad que se escribió para intentar resolver la pregunta que se hace un rey imaginario, que estando en la cima se cuestiona porque él ha de morir igual que mueren sus súbditos. El más humilde de sus súbditos tiene al final el mismo destino que él.

—¿Qué ocurre entonces?

"El Retiro se convirtió, para mí, en mi jardín del Edén particular cuando llegué a Madrid a finales de los 80"

—Como esa pregunta no tiene respuesta, hace un viaje imaginario (y ahí es donde surge la novela) al Edén, al territorio de los dioses, para increpar a esos dioses y pedirles lo que él cree que es la vida eterna. Los dioses le engañan, le devuelven a su reino sin la vida eterna, pero nace la novela. Y eso a mí me resulta muy evocador, porque de alguna manera mis libros son nuevas epopeyas de Gilgamesh. Todos tratan de resolver una pregunta irresoluble, a través de un viaje, a través de un proceso de transformación de los personajes, que yo creo que está omnipresente en mi obra.

—Estamos haciendo la entrevista al lado del parque del Retiro, en Madrid. El Retiro es muy importante para ti. ¿Por qué?

—El Retiro se convirtió, para mí, en mi jardín del Edén particular cuando llegué a Madrid a finales de los 80. Viví el final de la Movida Madrileña. Ya casi no quedaban ecos de aquel momento; eso me lo perdí. Madrid era complicada, sobre todo para un adolescente como yo, y el Retiro se antojaba como un pequeño reducto de paz. Estaba cerca de los museos que me interesaban, de los lugares que más me atraían de la ciudad, y se convirtió en mi pequeña obsesión. Soñaba con vivir algún día cerca del Retiro. Tardé años en conseguirlo pero al final lo logré, y ahora tengo mi casa cerca del parque y escribo teniéndolo en mi ventana.

—De hecho vives muy cerca de la Montaña Artificial.

—Sí, está muy cerca. Por eso la Montaña Artificial forma parte de El fuego invisible. Quería demostrarme que no hay lugar vulgar, que hay muchos sitios en los que no nos fijamos porque son demasiado cotidianos, demasiado próximos, pero si haces el esfuerzo de cambiar el punto de vista y consigues dotarlos de significado, y un significado grande, entonces encuentras tu madera de escritor.

—De hecho yo, cuando leía este libro, El fuego invisible, pensaba precisamente en eso, en que en Madrid hay muchos lugares cotidianos que podrían dar mucho juego literario. Todo tiene significado si se investiga y trabaja.

"Existe una gran literatura, enorme, en la segunda mitad del siglo XX, sobre Barcelona"

—Hay algo que ha ocurrido en el siglo XX que es para reflexionar. Existe una gran literatura, enorme, en la segunda mitad del siglo XX, sobre Barcelona. Es decir, Barcelona como epicentro de infinidad de novelas. Y sin embargo, Madrid se ha quedado rezagado. Desde Galdós, desde esa época de Valle, de Unamuno, cuando venían a la capital y se deslumbraban con ella y contaban en sus crónicas algunas cosas de la ciudad, ésta fue perdiendo fuelle literario. Creo que en esta última etapa del XX y en estas dos primeras décadas del XXI se está recuperando potencia.

—¿En qué lo percibes?

—Vuelve a resultarnos interesante escribir de Madrid, evocar sus rincones, no sólo los nobles, como pueden ser los palacios o los jardines, sino también los barrios. ¿Cuántas novelas hay ya ambientadas en Chamberí o en Vallecas, o en casi cualquier barrio de la ciudad? Y eso tiene que ver mucho con una transformación de nuestra mirada. Madrid ya no es únicamente, aunque lo sigue siendo, la capital política del país, sino que sobre todo es un ecosistema donde se cruzan muchas vidas. Y eso merece literatura.

—A mí Madrid me recuerda cada vez más a Nueva York, desde el punto de vista de la gente, de los turistas, de los extranjeros, de esa riqueza humana.

—Madrid se ha convertido en un cruce de caminos importante. De cara a los extranjeros se ha convertido en un polo de atracción de primer orden. Lo fue Barcelona, pero Barcelona, por las circunstancias políticas, ha ido perdiendo mucho de ese atractivo turístico. Lo mantiene, evidentemente, gracias a la literatura, porque ¡cuántos turistas hay que viajan a Barcelona por La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón! Es incalculable el efecto que tiene esa novela en el mundo. Yo lo he visto. Pero Madrid está ganando también terreno, y espero que sea gracias también a la exposición literaria que está viviendo.

—En esta novela tuya, El fuego invisible, tiene un gran protagonismo Madrid. Es asombroso.

"Ahora la Montaña Artificial ya está restaurada, ya se puede visitar, los turistas entran a diario en ella, y me consta que algunos de ellos lo hacen con el libro debajo del brazo"

—Sí, transcurre entre Madrid y los Pirineos. Pero el suyo es un Madrid mágico, un Madrid que no vemos habitualmente. Cuando escribí El fuego invisible y coloqué la acción alrededor de la Montaña Artificial ese rincón del Retiro llevaba más de diez años clausurado al público, abandonado a su suerte, y era un cerro casi de derribo. Aún así yo conocía su historia y sabía de los usos extraños que tuvo en la época de Fernando VII.

—¿Cómo era aquella historia?

—Aquello fue una especie de montaña mágica, hueca, con un castillo de fantasía en la cumbre, que había sido utilizado probablemente para alguna ceremonia medio secreta, de las que tenían en la corte. Y decidí rescatar aquellas sugerencias para la novela y convertirla en algo vivo. Ahora la Montaña ya está restaurada, ya se puede visitar, los turistas entran a diario en ella, y me consta que algunos de ellos lo hacen con el libro debajo del brazo, cosa que me satisface mucho, claro.

—¿Pero tú no tuviste algo que ver para que la arreglaran?

—Hice algo de ruido en la medida de mis posibilidades para que la arreglasen. De hecho, recuerdo que cuando salió el primer ejemplar de imprenta del Premio Planeta lo envié inmediatamente al Ayuntamiento con una nota, haciéndoles ver que el eje de la obra era la Montaña, y que llevaba demasiado tiempo en estado ruinoso, que había que recuperarla. También me integré en la Asociación de Amigos de los Jardines del Buen Retiro, que se constituyó por aquellos años pensando obviamente en que se rescatara la Montaña. Al final se consiguió. No lo he conseguido yo, sino una sensibilidad política, pero algo he contribuido a que esa sensibilidad exista.

—¿Tú sientes lo mágico, la magia?

"No hay nada casual, todo es causal. E intento comprender las razones que unen las distintas cosas que nos suceden"

—Sí, claro. Está por todas partes. Es más, me aferro a lo mágico, porque sin lo mágico esta vida sería un completo infierno. A diario trato de ver cómo todo está conectado a nuestro alrededor. No hay nada casual, todo es causal. E intento comprender las razones que unen las distintas cosas que nos suceden. En ese esfuerzo, que es un poco borgiano (Borges tendría un poco esa visión) yo disfruto mucho, porque hallo sentidos a los sinsentidos. La vida está llena de ellos, pero si le encuentras una lógica, aunque sea una lógica subjetiva, te ayuda a vivir.

—A seguir adelante.

—Totalmente. El realismo, el exceso de materialismo, nos empuja hacia la depresión. Lo mágico en cambio nos mantiene alerta. No saber si a la vuelta de la esquina te vas a encontrar con un unicornio, te mantiene con la ilusión de poder ver lo extraordinario. Eso es importante.

—¿Y tú los ves?

—No. Pero los imagino y los cuento en mis libros.

—Me acuerdo que Sánchez Dragó hablaba mucho de las sincronías.

"Cuando estaba escribiendo ese libro Dan Brown estaba ultimando El código Da Vinci. Ni él ni yo sabíamos el uno del otro"

—Sí, las sincronicidades. Fernando fue muy junguiano. Yo también. Carl Gustav Jung, famoso discípulo de Freud, teorizaba sobre la existencia de una especie de inconsciente colectivo. Pensaba que los seres humanos, todos, nos conectamos a una especie de nube (hoy hablaríamos así, en términos informáticos) de la que descargamos las ideas. Por eso hay veces que trabajamos al unísono creadores en conceptos que son el mismo estando en distintos puntos del planeta. A mí me pasó con La cena secreta. Cuando estaba escribiendo ese libro Dan Brown estaba ultimando El código Da Vinci. Ni él ni yo sabíamos el uno del otro, ni tampoco sabíamos que nos estábamos fijando en aspectos del mismo personaje histórico.

—A ti te han llamado el Dan Brown español.

—Sí, ojalá a Dan Brown lo llamaran el Javier Sierra americano.

—Yo también pensé mucho, leyendo La cena secreta, en El código Da Vinci. También pensé en la novela de Brown cuando leí El fuego invisible.

—Es por el componente de thriller con trasfondo histórico.

—Los símbolos también.

—Claro, a Dan Brown y a mí, y a muchos autores, nos interesa el tema de la simbología. Y las múltiples capas que tiene un símbolo, y cómo en el mundo antiguo, antes de la invención de la imprenta, un símbolo era algo que las sucesivas generaciones iban cargando de significados.

—¿Qué ocurrió cuando surgió la imprenta?

"Ahí está la verdadera fuerza del símbolo. Un poder que, para expresarse, necesita de la palabra y de alguien que la use. Como los escritores"

—Cuando aparece la imprenta y podemos difundir nuestras ideas negro sobre blanco, de una manera lo más próxima posible a nuestros pensamientos, ya no caben interpretaciones, ya no necesitas símbolos, lo que haces es alfabetizar a la gente. Pero ese proceso de alfabetización paradójicamente provocó que nos alejáramos de la interpretación de los símbolos. Y estos siguen ahí. Están en el arte, en la arquitectura, en el diseño de las ciudades… Están en muchos sitios, sólo hay que ir a verlos y tratar de arrancarles sus múltiples significados.

—No sé si lo recuerdo mal, pero creo que Jung decía que nuestra mente se construía también mediante todo esto, ¿verdad?

—Sí, claro, nuestra mente es simbólica. Por ponerte un ejemplo, cuando nos acercamos a un lugar como la montaña de Montserrat, a las afueras de Barcelona, que lleva sacralizada mil años, muchos sentimos algo especial. Como un cosquilleo en el estómago que nos dice cuán especial es ese lugar. Hay algo telúrico, geológico, en esa sensación, pero también es el resultado de “cargar” el lugar durante siglos con historias, leyendas y ritos. Aunque no las conozcas, es como si impregnaran el ambiente y las respirases. Ahí está la verdadera fuerza del símbolo. Un poder que, para expresarse, necesita de la palabra y de alguien que la use. Como los escritores.

 

TITULO: No sé de qué me habla - Loteria - El Rasca de la Galleta de la Fortuna -  Alberto Rey - Respiración, movimiento y conciencia para sanar  ,.

No sé de qué me habla - Loteria - El Rasca de la Galleta de la Fortuna -  Alberto Rey - Respiración, movimiento y conciencia para sanar    , fotos,.

  Alberto Rey - Respiración, movimiento y conciencia para sanar ,.

El crítico confiesa que no ve «películas de sustos». «Me plantas una niña japonesa con el pelo por la cara y me tienes #sin dormir dos semanas»,.

 Dice que Sharon Stone es la estrella más interesante de los últimos años.

Alberto Rey,.

«No soy más que un espectador que ha tenido el privilegio de dar un pasito más allá y meterse un poquito dentro de las películas», dice Alberto Rey. Pero no es cierto, porque cualquiera no tiene su capacidad para diseccionarlas con tino («'Los Goonies' la critico con precaución porque es una religión, es la Taylor Swift de los señores de cincuenta años») ni su aplomo para charlar con estrellas de cine como si tal cosa. Confiesa que las películas lo han convertido en la persona que es, y por eso en 'Peliculero' (Península), además de colarnos en rodajes y entrevistas, hace un recorrido personal sobre las series y las películas que han marcado su vida. También la nuestra. 

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-¿Con qué estrella se tomaría un vermú?

-Con Sharon Stone. Es la estrella más interesante que hemos tenido en los últimos cuarenta años, y su presencia y su trayectoria explican muy bien cómo funciona el cine y cómo ha tratado a las mujeres. Es que me tomaría uno y cuarenta hasta caernos redondos. ¿Y quién te dice que no voy a acabar haciéndolo? [risas].

-Con Brad Pitt no compartió vermú, pero sí escenario.

-Presenté un estreno con él y Marion Cotillard hace unos años. Yo no he visto una masa de fans en la puerta del cine Capitol más desquiciada.

-¿Y qué tal de cerca?

-Pues creemos que cuando las estrellas no están en una película dejan de ser un personaje, y no, ellas interpretan también un personaje que les genera protección, porque, como dijo Christian Salmon en un libro horrible sobre Kate Moss, cuanto más te expones, más te escondes. Las estrellas son una construcción, una imagen, una proyección de un montón de cosas, y la idea de que cuando esa estrella salga de la pantalla va a ser una persona real es un poco inocente y un poquito frustrante y, a la vez, muy divertida. Acabas teniendo la sensación de haber estado con Brad Pitt, no con una persona.

-Es un crítico de cine que no ve películas de miedo.

-No, no veo las pelis de sustos. A mí los ascos no me molestan, pero me plantas una niña japonesa con el pelo por la cara y me tienes sin dormir dos semanas. No puedo. Es que no puedo.

-Antes todos veíamos las mismas series y películas, pero ahora hay tal avalancha que es difícil distinguir el grano de la paja.

-Es esta idea, apuntada por Juan Sanguino, del fin de la monocultura. Antes todos veíamos los mismos programas, y la televisión era el centro de la vida cultural del 99% de las personas nacidas a partir de los 60 en España. Pero, de repente, esas generaciones que veíamos lo mismo y teníamos los mismos referentes vemos cómo el mundo se expande y cada cual puede elegir lo que ve y lo que no. Aquello nos sirvió para tener una cultura general, porque es importante exponerse a cosas que, en principio, tú no elegirías. Por el contrario, ahora nos podríamos estar perdiendo muchas cosas interesantes porque tenemos la opción de estar constantemente viendo las cosas que queremos y que consiguen gustarnos en un 99%.

-¿Por qué las series han acabado desplazando al cine?

-Hay muchos factores que parecen banales, pero que son importantes, como que cada vez haya menos cines, que mucha gente no tenga tiempo para ir al cine pero sí un momento antes de acostarse para ver una película en casa y que las pantallas domésticas sean cada vez más grandes y de mayor calidad. Además, las series empezaron a contar historias que el cine no estaba contando y, por una mera cuestión de tiempo, permiten que el desarrollo de personajes sea infinitamente superior al de una película: por ejemplo, la mezquindad de Alicia Florrick tarda siete u ocho horas en aparecer, y en ocho horas una película ha acabado hace seis.

Cine en soledad

-El cine es un acto colectivo.

-Porque la mayoría lo entiende como una cosa social: hay muy poca gente que vaya al cine sola, aunque a mí me encanta hacerlo, pero, en cambio, hay mucha gente que ve series sola. Y la relación con las series es distinta: tú al cine vas a ver a las estrellas, pero las estrellas de la tele entran en nuestra casa y nos ven en pijama, por eso nos da la sensación de que son parte de nuestra vida.

-Como Matthew Perry, al que le dedica un capítulo que escribió el mismo día de su muerte.

-No era un actor importante, pero su presencia en nuestra vida cotidiana era muy superior a la de los siguientes cuatro o cinco actores en el ranking de presencia en nuestra vida, que probablemente sean los otros cinco de 'Friends'. Por eso, cada vez que muera algún integrante de esa serie, la reacción de que se va una parte de tu vida va a ser muy parecida.

-Si rodaran una serie sobre usted, ¿quién le gustaría que la protagonizara?

-¿Quién me gustaría que la protagonizara o quién la protagonizaría? Porque esa es la gran pregunta. Me da la sensación de que yo querría que la protagonizara Jon Hamm y la acabaría protagonizando Paul Giamatti [risas]. Es una pregunta interesante, muy de terapeuta. Al final, como las estrellas significan cosas, la elección que hagamos también: si quieres que te interprete Jennifer Lopez, lo que estás diciendo es que tu mayor obsesión es que te vean guapo siempre. No lo sé, quizá elegir a Jon Hamm denota que yo lo que quiero es que, por encima de todo, me vean como una persona muy guapa. Jajaja. 

  TITULO: Los Toros -Tendido Cero - Dramática cornada de Fonseca en la espalda (parte médico y vídeo) y cogida paralizante de Espada en Las Ventas ,. 

'Tendido Cero', fundado el 4 de Abril de 1986, es uno de los programas más veteranos y una referencia de la información taurina en todo el mundo, el progrma es por La 2 sobre 14:00 los sábados y es presentado por Belén Plaza,.

Dramática cornada de Fonseca en la espalda (parte médico y vídeo) y cogida paralizante de Espada en Las Ventas,.

El mexicano cortó una oreja en una tarde de dureza para los toreros; Juan Leal acabó saliendo solo de la plaza con todas las cuadrillas,.

Isaac Fonseca
 
fotos / Isaac Fonseca ,.

Sin pensarlo. Sin cuestionarlo. Sin caer en las consecuencias. O tal vez sí. Quién sabe lo que tiene en la cabeza un torero. La cosa es que Juan Leal se fue a la puerta de chiqueros nada más comenzar el festejo. Con el miedo metido en los huesos. Uno de Pedraza de Yeltes esperaba después. Ahí a la vuelta. En segundos podía cambiar todo. El toro, colorado de capa, salió despistado, pero hizo caso a la tela de Leal y la larga fue limpia. Debió respirar el torero y respiramos todos. El toro tuvo nobleza, repetición y con ese punto de salir desentendido. Juan comenzó de rodillas y después dejó una faena intermitente, de más voluntad que acierto.

Se desmonteró Marc Leal en el cuarto antes de que Juan prologara su labor en el centro con un pase cambiado por la espalda. El toro fue a tal velocidad que, a pesar de que obedeció al toque, se lo llevó por delante con los cuartos traseros. Y ya de rodillas siguió el torero. Con Leal no ganamos para sustos. El toro era complicado, aparatoso de cara y sabiendo lo que dejaba atrás. Si a eso sumamos que Juan era su matador no nos esperó demasiada paz por delante. Estuvimos en vilo durante toda la (larga) faena. Anduvo seguro con la espada.

Espada

El diestro Francisco José Espada sufre una cogida en la faena a su segundo toro durante la corrida de la Feria de San Isidro celebrada este domingo en la Plaza de Las Ventas.
 
El diestro Francisco José Espada sufre una cogida en la faena a su segundo toro durante la corrida de la Feria de San Isidro celebrada este domingo en la Plaza de Las Ventas. 

Y se tuvo que hacer con otro más, porque el quinto desmadejó, en su literalidad a Francisco José Espada. Comenzaba la faena, por poco lo echó mano, pero lo hizo presa de manera horrible la manera de caer. Espada quedó inerte en el ruedo. No iba herido, pero sí inconsciente. Momentos muy desagradables. Juan Leal salió a torearlo, a pesar de que hubo un momento de confusión en el que se pensó que saldría. Sustazo gordo.

En su anterior toro, había visto cómo el titular se había lastimado y salió un sobrero de Chamaco, cerca de cumplir los seis años y con hechuras imposible. Que «Fantasmón» embistiera rozaba el milagro. Iba y venía después el toro en la muleta de Espada, una muleta firme, sincera que multiplicó las bondades del toro, las exprimió e hizo más de lo que podía con lo que tenía delante.

El espectáculo en el tercero lo puso la cuadrilla de Fonseca: Ruiz, Juan Carlos Rey y Tito. No quería Isaac que la cosa quedara ahí y comenzó de rodillas en el centro. Nobleza apuntó el toro ya en el comienzo de muleta, aunque lo bueno vino después. Le costó a Fonseca cogerle el pulso en los primeros compases parar ligarlo. Lo mejor llegó al natural y de uno en uno. Fue cuando Madrid entró en la faena y el estoconazo, muy derecho y arriba, hizo el resto para pasear la primera oreja de la tarde (y casi, exageraciones aparte, de la feria).

Fonseca cogido
 
Fonseca cogido Plaza 1

Brindó a la enfermería el sexto. El de Torrestrella iba descontrolado y sabiendo lo que dejaba atrás. Lo tuvo tan claro, que no perdonó a Isaac Fonseca, que tenía la Puerta Grande a medio abrir y el amor propio íntegro. Lo cogió feo. Horrible. Tremendo. Así era la altura del toro y metió el pitón por la chaquetilla y, por lo que pudimos ver desde el tendido, metió el pitón por la espalda. Es por estas cosas, entre otras muchas, por las que la distancia física y emocional con el ruedo es insalvable. Héroes. De carne y hueso.

Ficha del festejo

Las Ventas (Madrid). Se lidiaron toros de la ganadería de Pedraza de Yeltes y el 6º, de Torrestrella. El 1º, noble y desentendido; sobrero 2º de Chamaco, noblón y soso; 3º, noble y con ritmo; 4º y 5º y 6º, complicados. Dos tercios.

Juan Leal, de rosa y oro, estocada corta (silencio); estocada, descabello (silencio); pinchazo hondo, estocada (silencio); dos pinchazos, estocada (silencio).

Francisco José Espada, de de rosa palo y oro, pinchazo, estocada, aviso (silencio); cogido.

Isaac Fonseca, de verde y oro, buena estocada (oreja); herido.

Parte médico de Espada:

Traumatismo craneoencefálico occipital con scalp.

Parte médico de Fonseca:

Herida por asta de toro en cara posterior hemotórax izq. con una trayectoria ascendente de 20 cm y que produce destrozos en músculos dorsal archo y paravertebrales, alcanzando y contusionando parrilla costal y apófisis espinosas dorsales. Puntazo corrido 1/3 superior muslo derecho. Pronostico Grave,.

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