TITULO : Un país en la mochila - Lo que no hay que perderse en una escapada ideal a Cantabria ,.
Lo que no hay que perderse en una escapada ideal a Cantabria,.
Tras recorrer Santander, siempre hay tiempo para perderse por las altas montañas de Liébana y la belleza de sus pueblos, así como por los rincones marineros de esta tierra.
«Cantabria Infinita» es el lema de esta tierra tan especial que se caracteriza por ofrecer al viajero una mezcla perfecta entre naturaleza, cultura y gastronomía, y es, a la vez, una garantía de innumerables experiencias gratamente inolvidables. No hay duda, esta pequeña comunidad autónoma del norte de España lo tiene todo: hermosos paisajes verdes, pueblos históricos con mucho encanto, playas inolvidables, y por supuesto, una capital de gran interés turístico principalmente por su valioso y variado patrimonio: Santander.
Santander, una acogedora ciudad costera con infinidad de atractivos
Considerada una de las urbes más bellas de la costa norte española, el turista descubre en Santander una ciudad acogedora, con una vibrante vida cultural, un entorno natural único y una gastronomía capaz de proporcionar una maravillosa experiencia culinaria, tanto a los amantes de los sabores tradicionales como a los más sibaritas que desean probar sabores nuevos.
De la capital cántabra resulta fundamental conocer su Anillo Cultural, un itinerario que engloba ocho espacios expositivos: el Centro de Interpretación de Santander y La Catedral, que ofrece la oportunidad de conocer la historia de la Catedral de la Asunción, la iglesia del Cristo, el claustro central y la torre del campanario; el Centro de Interpretación de la Muralla, situado en el subsuelo de la Plaza Porticada; el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, ubicado en el interior del Mercado del Este, el MUPAC está compuesto por más de 2.600 piezas que abarcan desde la Prehistoria hasta la Edad Media; el Refugio antiaéreo de la Guerra Civil, que, en pleno centro de la ciudad, traslada al visitante a esos difíciles años a través de testimonios y la recreación de un bombardeo; la Ruta del Incendio, cuyos carteles enseñan la Cantabria que quedó hecha cenizas en el incendio de 1941; el Centro de Interpretación de los Muelles; el antiguo Banco de España, el cual tiene previsto abrir sus puertas a finales de 2023 como una delegación del Reina Sofia; y, por último, en este recorrido cultural nos encontramos con el importante Centro Botín, que se alza como un lugar de encuentro de diferentes disciplinas: el arte, la música, el cine, el teatro y la literatura, haciendo de él un centro social y cultural referente en la ciudad y fuera de ella.
A esa oferta de ocio, se le suma el atractivo de una ciudad en la cual las playas y las zonas verdes cobran especial protagonismo. La de El Sardinero o la de La Magdalena son buenos ejemplos de sus playas de arena limpia, fina y dorada, mientras que los Jardines de Pereda, los cuales se encuentran muy próximos al paseo marítimo y al mencionado Centro Botín, o el parque de Mataleñas son magníficas representaciones de una urbe en la que, al igual que la provincia en general, la naturaleza está presente en cada rincón.
Patrimonio natural, arquitectónico y gastronómico, la esencia de los pueblos cántabros
Faltarían palabras para describir la belleza de los pueblos de la región cántabra, pero sí podemos afirmar con rotundidad que todos comparten la esencia que une a la «Cantabria Infinita»: un espectacular entorno natural, un territorio donde abundan los monumentos históricos y, sin duda, una exquisita gastronomía que se respira en cada uno de los rincones —no podemos olvidarnos de los tan famosos sobaos pasiegos, amparados por la Indicación Geográfica Protegida, o de los quesos de Liébana, que están bajo la Denominación de Origen Protegida—. Santillana del Mar, Castro Urdiales, Bárcena Mayor, Potes o Comillas son solo algunos ejemplos de localidades por las que merece la pena perderse y recorrer esta provincia.
Por todo lo descrito, Cantabria es un destino que, sea cual sea la época del año, no decepcionará a ningún viajero que busque vivir experiencias únicas e inolvidables en un entorno excepcional, como lo es el impresionante paisaje que envuelve a toda la región cántabra.
TITULO: - El hormiguero Lunes - 3 - Jueves - 6 - Junio ,.
El lunes al jueves a las 21:45 horas, en Antena 3, fotos,.
Lunes, 3 de junio: Daniel Brühl
El lunes, 3 de junio, 'El Hormiguero' arrancará una nueva semana y el mes de junio con la visita del actor Daniel Brühl. El intérprete presentará la serie 'Becoming Karl Lagerfeld', que se estrenará en Disney+ el 7 de junio. En la misma, el hispano alemán da vida al icónico diseñador Karl Lagerfeld.
Martes, 4 de junio: Camilo
El martes, 4 de junio, Pablo Motos recibirá al cantante y compositor Camilo. El artista colombiano asistirá a 'El Hormiguero' para presentar 'Nuestro lugar feliz tour', la gira con la que recorrerá España este verano, y 'Cuatro', su cuarto álbum de estudio, el cual vio la luz el pasado 23 de mayo.
Miércoles, 5 de junio: Cristina Pedroche
El miércoles, 5 de junio, Pablo Motos recibirá a Cristina Pedroche. La presentadora irá a 'El Hormiguero' con motivo del lanzamiento de su primer libro, titulado 'Gracias al miedo', que saldrá a la venta el mismo día de su visita al programa y en el que la madrileña escribe a corazón abierto para dar su testimonio sobre cómo plantar cara al miedo.
Jueves, 6 de junio: María Hervás
El jueves, 6 de junio, 'El Hormiguero' cerrará la semana con la visita de la actriz María Hervás. La intérprete presentará 'Second Woman', su nuevo proyecto teatral. Se trata de una única función de teatro en la que la madrileña estará 24 horas seguidas sobre el escenario. Esta experiencia teatral podrá disfrutarse dentro del Festival Grec de Barcelona el 6 y 7 de julio y la presentará en Sevilla en octubre.
TITULO : AQUI HAY TRABAJO - Cuatro preguntas para hacer en una entrevista de trabajo que te diferenciarán del resto,.
Cuatro preguntas para hacer en una entrevista de trabajo que te diferenciarán del resto,.
Una entrevista de trabajo no sirve únicamente para dar nuestra mejor imagen. También es una oportunidad para conocer a la empresa a la que estamos postulando,.
Las entrevistas laborales son una experiencia casi universal en el camino de la vida profesional, una prueba de fuego que todos, en algún momento, debemos enfrentar. Para muchos, este episodio representa una situación incómoda e incluso intimidante. De hecho, podría argumentarse que es uno de los momentos más estresantes dentro de nuestra carrera.
En última instancia, una entrevista de trabajo es un examen exhaustivo en el que estamos obligados a presentar nuestra mejor versión ante un evaluador que está allí con el propósito explícito de analizar nuestras habilidades, competencias y personalidad, con el fin de determinar si somos una pieza que encajaría en el rompecabezas de la organización en caso de una eventual contratación. No es, en absoluto, una situación sencilla de manejar.
No obstante, es fundamental comprender que esta no es una vía de un único sentido. Mientras la empresa nos está evaluando, nosotros también tenemos la oportunidad y la responsabilidad de evaluar a la empresa. Durante la entrevista de trabajo, es nuestro deber recopilar la mayor cantidad de información posible sobre la organización a la que estamos postulando. De esta forma, podremos tomar una decisión informada y, además, demostrará tu competencia e interés.
Cuatro preguntas para evaluar a la empresa
John Knotts, presidente y director de la incubadora Crosscutter Enterprises, publicó hace unos meses un artículo en la revista Forbes en la que exploraba esas preguntas que todos deberíamos preguntar sobre la empresa a la que estamos postulando. Estas son las cuatro preguntas que, a criterio del experto, deberíamos tener presente:
Mostrar interés
En una entrevista laboral, es crucial que el candidato muestre de manera clara y decidida su interés por el puesto. Es importante que el entrevistador perciba tu entusiasmo y deseo de formar parte del equipo. Por ejemplo, podrías decir: "Después de nuestra charla de hoy y lo que he compartido sobre mis capacidades y mi entusiasmo, ¿tienes alguna pregunta sobre mi idoneidad para este puesto? Estoy convencido de que sería una gran incorporación y estoy realmente emocionado por la posibilidad de unirme a tu equipo."
Valores corporativos
Es importante demostrar tu interés y conocimiento sobre la empresa. Pregunta cómo los valores y la cultura de la empresa se reflejan en su día a día. Por ejemplo, podrías comentar: "He investigado sobre la empresa y me ha impresionado particularmente tal o cual valor. ¿Podrías darme ejemplos de cómo se manifiesta en las operaciones diarias y el ambiente de equipo?".
Visión de futuro
En la entrevista, es importante que muestres tu visión a largo plazo y las ganas que tienes de crecer junto a la empresa. Para hacer esto, puedes hacer preguntas sobre el futuro de la organización. Por ejemplo, podrías preguntar algo como: "Estoy muy emocionado por la idea de crecer con la empresa. ¿Podrías contarme un poco más sobre la dirección estratégica futura de la empresa y cómo alguien en este puesto podría contribuir a esa visión?". Hacer este tipo de preguntas muestra que estás pensando más allá de la posición inmediata y que estás interesado en cómo el puesto al que postulas se integra en la visión más amplia de la organización.
Perspectiva del entrevistador
Finalmente, es muy enriquecedor entender cómo el entrevistador ve la empresa. Puedes preguntarle qué es lo que más valora del equipo y de la cultura organizacional de la empresa. Esta pregunta te da la oportunidad de mostrar tu compromiso y dedicación a largo plazo, y tu interés hacia la misión y el equipo de la empresa a la que te postulas. Al mismo tiempo, te brinda la posibilidad de obtener una visión más personal y auténtica de la empresa a través de las percepciones del entrevistador.
TITULO: 80 cm - Sobre Serrat y lo otro bicicleta ,.
Sobre Serrat y lo otro bicicleta,.
foto / Fue enviado especial al Tour de Francia de 1984 en un Talbot Horizón con los compañeros de ‘El Mundo Deportivo’. Allí, dedicó la letra de una canción al ciclismo que, 40 años después, aún está esperando música.
Sabía de su afición por el fútbol y por el Barça.
Sabía que le dedicó una canción a Kubala y que llegó a saltar al césped con una camiseta del número ‘9’ del Barça que es su posición favorita.
Pero hasta que este artículo, escrito por Xavier G. Luque en La Vanguardia, se acercó a mí, o yo me acerqué a él, desconocía la afición de Joan Manuel Serrat por el ciclismo.
De niño, recortaba y coleccionaba crónicas de ciclismo. Más que eso aún: el autor de ‘Cantares’, de ‘Penélope’, de ‘Hoy puede ser un gran día’, ‘de Tu nombre me sabe a yerba’ y de la vida misma, también dedicó una canción al ciclismo que, 40 años después, todavía espera música (quién sabe si algún día).
La canción se llamó ‘Abur, me voy al Tour’ y la letra decía así:
Si usted tiene libres tres semanas
y el mes para echar por la ventana
si en su casa, usted ya no interesa
pues cambió la pasión por la pereza
si le consienten sus fugas prolongadas
y sus ausencias ya no importan nada.
Es hora de que empiece
a pensar en el Tour
y abur, abur, abur.
Si entra en sus planes tomarse por la vida
cervezas tibias y la sopa fría.
Y pasear sin enterarse donde estuvo
y recorrer sin acordarse donde anduvo.
Ir siempre al frente, por no ir a la zaga
y empujar con el casto Luis Gonzaga.
Si no le desvela el ronquido anónimo
del inquilino que escribe con seudónimo
ni pedir la llave en un hotel huraño
cuando le asalten ganas de ir al baño.
Si le gusta a usted tanto el ciclismo
que le duele el forúnculo a usted mismo.
Si no le teme a pespuntear los precipicios
e incorporar entre sus muchos vicios
la conducción de coche a tumba abierta
tomar las curvas sin cerrar la puerta
manejar el timón con el pie izquierdo
como lo hace allí el chofer cuerdo.
Y si le gustan las salas de prensa
donde apestar a chivo no es ofensa
y le huele el francés a sopa y pan
y le huele a choucroute el alemán
y a camembert los suizos periodistas
(porque allí somos muy nacionalistas…)
Si usted es hombre de hábitos sencillos
como lavar de noche calzoncillos
y le caben de una sola vez
dos metros largos de ese pan francés,
deje en casa sus aires de elegancia
y venga a mover el culo al Tour de Francia
Hoy, Serrat es un hombre de 80 años. Un mito viviente que en la letra de esa canción, que escribió con 40, radiografió en dos minutos lo que significa seguir un Tour con la misma naturalidad que radiografió el Mediterráneo (“…En la ladera de un monte, más alto que el horizonte, quiero tener buena vista, “mi cuerpo será camino”) y que lo ha radiografiado todo.
Se trata de Joan Manuel Serrat: el hombre que en aquel verano de 1984 aceptó la oferta de Antonio Vallugera, mítico periodista que entonces cubría el Tour de Francia con Javier Dalmases para ‘El Mundo Deportivo’:
-¿Te quieres venir con nosotros en el coche?
Serrat le pidió a su agente que no contratara conciertos en julio. Y se subió a aquel Talbot Horizón de la época e hizo una relación con el ciclismo que no sólo se materializó en la letra de una canción, sino también en una sucesión de artículos para ‘El periódico’ bajó el epígrafe ‘Chupando rueda’ en el que el primer día explicó:
“Hoy empieza el Tour de Francia. Y yo, aquí, en medio del mogollón, acordándome de Turró y del Trenzano… y de mí mismo, hace veinticinco años, cuando jugábamos con ciclistas de plástico encima de una mesa de ping pong en el patio de la señora Antonia”.
Pero, sobre todo, fue uno más.
“Aquí estoy yo, en la sala de prensa del hotel de Ville de Bobigny, en medio de un personal que no para de darle a la máquina de escribir frenéticamente, pronosticando suposiciones”.
Y Serrat pasó horas y horas en el coche. Y se alojó en habitaciones que no eran habitaciones de hoteles de cinco estrellas. Y escribió de Fignon, de Herrera y, sobre todo, de Perico y de su victoria en la cima de Luz Ardiden. Y de pavés y de montañas y en sus columnas nos dejó párrafos como este que todavía hoy es un regalo a los oídos:
“Es recomendable encomendarse a todos los santos y tener la suerte de ser oído para salir bien librado de esa epopeya. El payés éste año no le cobrará el Tour su peaje de ruedas y de clavículas, pero uno siente que le han birlado uno de los más bellos y dramáticos paisajes habituales en la Vuelta Ciclista a Francia”.
Pero, sobre todo, fue Serrat la noche que inventó la letra de esa canción pensando en el Tour, pensando en el ciclismo, pensando en aquellos días que estaba viviendo y en los que también hizo amistad con el gran Luis Ocaña, que era comentarista en la radio de José María García.
Y como si fuese unido al incompleto destino de la canción, Luis Ocaña (con 48 años) y Antonio Vallugera (con 47), se suicidaron años después como nos contó Jon Rivas en su libro: ‘En París se han vuelto locos’.
Y, de momento, la letra de la canción ‘Abur, me voy al Tour’ ahí sigue esperando paciente y silenciosa por si algún día a Joan Manuel Serrat se le ocurriese recuperar el pasado..
Y, fuera como fuese, sería un maravilloso regalo para este ciclismo que tanto queremos.
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